Una vez concluidas las fotos y la pasarela de platillos, el propio don

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Platillos de exótica comida prehispánica, desde albóndigas de carne de
venado en crema de huitlacoche, cola de cocodrilo en pipián y camarones de
agua dulce mejor conocidos como acociles flameados con mezcal, entre otros.
Una vez concluidas las fotos y la
pasarela de platillos, el propio don
Fortino se sienta complacido a compartir la mesa; con satisfacción y un
orgullo tranquilo recibe los halagos
a su cocina, a su arte y a su destreza.
Los escamoles son una delicia,
en punto de cocción perfecta, atrapan los paladares y los preparan
para otra grandeza, esta vez, la de
una perfumada salsa de guayaba
sobre la que se aposentan los crisantemos y también las tortitas de
atún. Menos suaves aparecen los
ahuautles, con su sabor parecido al
de las tortas de camarón y un mole
de combinación perfecta, entre dulce y picoso.
Tortillas y guacamole aparecen
después para complementar el
cuadro, para no dejar solos a los
dorados chapulines que brillan en la
casi penumbra del lugar. La noche
ha caído y la luz de las velas le da un
toque casi irreal a la mesa donde los
platillos de dioses se van esfumando
ante la complacencia de quienes primero se admiran de su vista y luego
se sorprenden con sus sabores.
Al final, las felicitaciones, las
porras y los aplausos para don Fortino, para la dueña del restaurante
y para el organizador del festival,
Leopoldo Soto, quien contra viento
y marea se sigue empeñando en
hacer de Huatulco la casa de un maridaje ideal: cine y gastronomía.
Un binomio que aspira a impulsar el turismo en la zona, que cuenta con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine),
la Cámara Nacional de la Industria
de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), la Cámara
de Comercio de Huatulco, y que
hoy, más que nunca, necesita la
suma de voluntades para no morir
en el intento.
Al festejo se sumó entonces
el chef sonorense Manuel Salcido,
joven emprendedor que empieza
a captar la atención con sus atrevidas combinaciones culinarias de
‘‘fast food gourmet’, y con su pasión
en la promoción del bacanora, bebida sonorense con denominación
de origen desde hace unos cuantos
años, con la que también empieza
a innovar.
Fue el encargado del postre,
que llegó en diminutos vasitos con
nueces garapiñadas con bacanora,
que resultaron la cereza del pastel
de esta velada que antecedió a la
presentación de su libro Nuestro
recetario, un material compuesto
por 30 recetas muy sencillas, rápidas e incluso económicas, que
plasman su idea de la cocina fácil,
ideal para estos tiempos de poca
paciencia en la cocina. 
SIGLO NUE V O
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