Ginecología: Perforación uterina post-legrado. Condena por alta prematura Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas de Paz y Tributaria de Mendoza Fecha: 15 de mayo de 2015 Partes: “B.A.A.C/M.A.R/daños y perjuicios” Fuente: Microjuris.com MJ-JU-M-92930-AR | MJJ92930 Resumen La Cámara Civil de Mendoza confirmó la sentencia que acogió parcialmente la demanda de daños y perjuicios por mala praxis médica, al considerar que resultó prematura el alta dada a la actora el mismo día de la cirugía, sobre todo porque la misma residía en otra localidad (San Juan). Según el Tribunal, la perforación de útero y colon generada a la reclamante constituía un riesgo previsible de la extirpación de pólipos practicada, por lo que debió el profesional interviniente extremar las medidas necesarias para asegurarse de que la paciente se retiraría a su domicilio en óptimas condiciones de salud. La paciente evolucionó con un cuadro de sepsis por peritonitis fecal que derivó en la extirpación del útero y ambos ovarios, decisión tomada por otro equipo quirúrgico en San Juan. Los hechos Paciente de 35 años, con antecedentes de cesárea previa que se sometió a un legrado para extirpar pólipos en una clínica de Mendoza en agosto de 2003. El procedimiento fue realizado de manera ambulatoria, sin que se registraran en el parte quirúrgico complicaciones intraoperatorias. El consentimiento informado habría sido verbal y no se firmó ningún documento. La paciente fue dada de alta a las pocas horas y regresó a su provincia (San Juan). Ya en su lugar de residencia, evolucionó con dolor y fiebre, constatándose perforación del útero y del intestino a nivel sigmoideo, que originó un cuadro de sepsis por peritonitis fecal. Ante la gravedad del cuadro, fue intervenida en San Juan por un nuevo equipo quirúrgico, que tomó la decisión de extirpar el útero y ambos ovarios. El examen anatomopatológico de la pieza reveló adherencias, atribuidas a la cesárea anterior. Evolucionó favorablemente, aunque con pérdida de su capacidad reproductiva. Inició demanda por daños y perjuicios contra todos los profesionales involucrados (en Mendoza y en San Juan). El ginecólogo no presentó defensa, y la sentencia de RESUMEN FALLO #1 primera instancia lo condenó como co-causante de los daños de la mujer. “Con los antecedentes (entre ellos el domicilio de la paciente en San Juan)… la decisión de otorgarle el alta a la paciente el mismo día de la cirugía, la considero equivocada por prematura, ya que en un caso como el que finalmente ocurrió el médico que la operó no podía evolucionarla y tratarla, ya que un cuadro de peritonitis impide el traslado desde San Juan a Mendoza.” El juez de primera instancia fundó además gran parte de su sentencia en la ausencia de consentimiento informado. La apelación del Ginecólogo Los principales argumentos del ginecólogo fueron: • La sentencia se fundó en un hecho no alegado al demandar (la actora en ningún momento hizo referencia a la ausencia del consentimiento). Se violó así su derecho a la defensa. • Para la paciente no era desconocido el riesgo de una perforación uterina, ya que se había sometido anteriormente al mismo procedimiento a los fines de su embarazo precedente. • Aún en el caso de que se hubiera omitido el consentimiento, no es dable pensar que, informada de él, negara su sometimiento a la técnica. • En el caso concreto, la información que se pudo suministrar a la paciente nunca podría haber llegado a referirse a la posible pérdida de sus órganos reproductivos y al resto de las consecuencias sufridas por la actora, porque no responden a los riesgos típicos de la intervención a que fue sometida. • El fallo ignoró las conclusiones periciales del médico cirujano O. de M., sobre que todas las secuelas son consecuencia inmediata de la técnica que se utilizó en San Juan. • Aún en el caso de constatarse la infracción, sólo se lo podía hacer responsable por la violación al derecho de autonomía o por las daños que tuvieran relación causal adecuada con la perforación uterina, pero no por los hechos de los terceros no previsibles, como fue el abandono del paciente de su tratamiento por él y su sometimiento a otros tratantes que obraron fuera de las reglas del arte. • No se consideró su diligencia especial y las precauciones tomadas con la paciente, como lo fue la realización de una ecografía transvaginal prequirúrgica con el objeto de optimizar las condiciones de seguridad en lugar de utilizar el método tradicional de tacto vaginal para pre-determinar la situación del útero. RESUMEN FALLO #2 • No tenía forma de saber que la paciente presentaba la adherencia que recién se reveló al examen anatomopatológico. El haber sido sometida a una cesárea no implica por sí mismo la presencia de adherencias epiploicas e intestinales. Se trató de una complicación en el proceso de cicatrización de la cesárea y que no tiene una manifestación sintomática. • El alta médica no fue temprana. Se trataba de una cirugía ambulatoria, que transcurrió sin evidenciar la iatrogenia que se había producido. En el protocolo quirúrgico consta que hubo una adecuada hemostasia y además la paciente tenía parientes estrechamente vinculados al área de salud atentos a su evolución. • El fallo sostuvo erróneamente que la responsabilidad contractual cubre las consecuencias inmediatas y mediatas y condenó así por consecuencias que no siguen el curso natural y ordinario de la perforación uterina. • El decisorio contiene una concepción equivocada, según la cual la cirugía realizada por él en Mendoza se combina con otro hecho (el tratamiento en San Juan), y los daños ocasionados por la segunda se imputan como consecuencia mediata de la primera. La consecuencia estuvo mal calificada como mediata, porque para que tuviera tal carácter debía vincularse con un hecho previsible, y no se podía prever que otro equipo quirúrgico iba a ser tan poco conservador de la integridad corporal de la paciente, extirpando innecesariamente el útero mediante un método en desuso. • No puede hablarse de una concausa. Existió una verdadera ruptura del nexo, cuando en forma imprevisible se optó por no someter a la paciente al tratamiento infectológico, sino a una anexohisterectomía y un cierre por segunda, que muestran aptitud para desatar una nueva cadena causal que deriva en los daños reclamados. • Para el caso de que su conducta fuera una concausa, el fallo omitió determinar cuál fue la contribución causal entre el daño producido por su causa y el que provino del hecho de un tercero por quien no debe responder. La opinión de los peritos Las principales observaciones de los peritos fueron: • La perforación del útero es un riesgo asociado o frecuente en este tipo de operaciones. En el caso de la actora, este riesgo se extiende a la perforación del colon por las adherencias generadas por la cesárea anterior. • Es posible que durante la cirugía no se advierta la perforación. RESUMEN FALLO #3 • El proceso de peritonitis luego de la perforación de útero y colon se desarrolla en 6 hs. aproximadamente, pero a veces puede ser bloqueado por el mismo organismo por la formación de un plastrón constituido por epiplón o intestino involucrados, con una red de fibrina que demora la aparición de la sintomatología o la minimiza. • Si bien la perforación anexohisterectomía total. • Hubo un error táctico-estratégico en la toma de decisión de los pasos a seguir a partir del cuadro peritonítico. En la segunda intervención se podría haber tomado una conducta más conservadora que hubiese permitido conservar los órganos reproductivos de la paciente. • Si bien una perforación uterina no es indicación para la extirpación del útero, el ginecólogo que efectúa la extirpación del útero y ovarios habla de “útero friable”, hecho corroborado por la anatomía patológica. . La histerectomía en estos casos se ha seguido usando por razones de temor, seguridad, prevención y para evitar una segunda intervención. • No existía base científica para la extirpación de los ovarios. era un riesgo previsible, no lo era la La sentencia de Cámara La Cámara acogió parcialmente la demanda por daños y perjuicios, al considerar que el alta resultó prematura y que la perforación era una consecuencia previsible de la cirugía, lo que obligaba a extremar el control postoperatorio. La perforación no debía considerarse como condición del daño sino como causa, aunque fuere parcial. Principales argumentos: • Si bien es cierto que la ausencia de consentimiento informado coadyuva con la culpa que se le reconoce al primer ginecólogo…lo cierto es que la omisión de requerirlo, delineada en la sentencia de grado no fue alegada por el propio pretensor een su escrito inaugural. Nada le imputó el actor al demandado, con fundamento en la ausencia de consentimiento. • Por ello, mal podría el juez traer a colación un hecho no invocado por el pretensor, bajo el principio de congruencia, que constituye una emanación del principio dispositivo que preside nuestro proceso civil. • La extirpación del útero y colon generada a la actora constituía un riesgo previsible de la operación de pólipos practicada, por lo que debió el profesional interviniente extremar las medidas necesarias para asegurarse de que la paciente se retiraría a su domicilio en óptimas condiciones de salud. RESUMEN FALLO #4 • No puede sostenerse seriamente que el demandado haya encontrado tranquilidad en que algunos parientes de la actora son profesionales de las ciencias médicas, ya que ello implicaría tanto como delegar en los mismos, terceros a la relación contractual que lo unió con su paciente, los controles postquirúrgicos, lo que resulta inadmisible. • Es indudable que la intervención del médico cirujano no se debe limitar a la tarea que cumple en el quirófano en el acto operatorio, sino que debe desplegar su actividad en los actos preparativos en el orden del dictamen que conducirá al tratamiento quirúrgico, así como a los estudios prequirúrgicos sobre el estado y condiciones de éste para someterse al riesgo de la intervención. Luego de realizada la intervención, le incumbe al cirujano personalmente o por delegación en sus colaboradores de su equipo hacer el seguimiento postoperatorio del paciente hasta que su recuperación permita darle el alta sanatoria o médica, en su caso. • El acierto en la decisión de grado encuentra apoyatura en las pericias médicas rendidas que denotan la ruptura parcial del nexo causal entre el obrar del galeno y las consecuencias por la que se reclama indemnización en los presentes, tal como lo reflejara el juez a quo al fijar la cuantía resarcitoria. • El supuesto de autos constituye una co-causación de daños, definido por la doctrina como la derivación de daños “por la actuación concurrente, y causalmente relevante de dos o más agentes que coadyuvan con su conducta a la producción del daño. • El efecto práctico que tiene la declaración de co-causalidad es la limitación de la cuantía resarcitoria a los daños que se encuentran relacionados causalmente con el obrar médico, cuya responsabilidad se dilucida en los presentes, criterio plasmado en el resolutivo en crisis. • Si bien resulta cierto que el fallo presenta una deficiencia de carácter técnico, por cuanto debió fijar los totales indemnizatorios y atribuir porcentuales en relación a lo que debía afrontar el galeno acconado y lo que correspondía al obrar de terceros (los profesionales de San Juan), lo cierto es que no existe perjuicio para el recurrente accionado, dado que la cuantía se ha limitado a los daños que el juez inferior estimó como consecuencia de su obrar. • Por lo expuesto, el recurso de apelación interpuesto por el demandado debe ser rechazado. RESUMEN FALLO #5 Montos de sentencia Lucro Cesante y pérdida de chance: $40.000 Daño emergente: $25.000 Total: $65.000 más intereses y costas de 12 años RESUMEN FALLO #6