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Reg.: A y S T 249 p 251/254
Santa Fe, 23 de abril del año 2.013.
VISTA: La queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la
demandada contra la sentencia del 13 de julio de 2012 dictada por la Sala Segunda de la Cámara
de Apelación en lo Laboral de esta ciudad en autos “HOYOS, Cecilio Efrain contra NEPOTE,
Gustavo Arturo -C.P.L.- (Expte. 69/12)” (Expte. C.S.J. N° 424, año 2012); y,
CONSIDERANDO:
1. La sentencia que se ataca a través del recurso de inconstitucionalidad local resolvió, en
lo que a este remedio concierne: “1) Rechazar los recursos de nulidad y apelación de la parte
demandada... 3) Declarar maliciosa la conducta del recurrente e imponer como sanción un recargo
del 20% sobre la tasa de interés aplicable conforme la decisión del A quo que se devengará desde
la fecha de interposición del recurso de apelación (conf. Art. 275 L.C.T. y 622 del Código Civil). 4)
Disponer que una vez liquidada la suma adeudada, y no cancelada la misma en el término de tres
(3) días hábiles siguientes a la intimación de su pago, el recargo en la tasa de interés se elevará al
40% y se procederá a capitalizar intereses cada 30 días (conf. Art. 623 del Código Civil)...”.
La accionada reputa arbitrario dicho pronunciamiento y lesivo de derechos y garantías de
neto cuño constitucional (inviolabilidad de la propiedad, derecho de defensa en juicio y debido
proceso legal).
Centralmente, se agravia la compareciente por cuanto la Sala incluye en el decisorio una
cuestión que no fue planteada en esa instancia por ninguna de las partes del juicio ni tampoco por
la sentencia de primera instancia cual es la aplicación del artículo 275 de la Ley de Contrato de
Trabajo.
Destaca que si bien la imposición de sanciones ante un caso de inconducta procesal
maliciosa es una atribución que ha sido conferida a los jueces, no es menos cierto que ello debe
practicarse en forma restrictiva y cuando existan claros indicios de que tal proceder se patentiza
pues, en caso contrario, se vulneraría la defensa en juicio del litigante.
En dicho contexto, puntualiza en oportunidad de expresar agravios sostuvo iguales
fundamentos que al contestar la demanda, con más la prueba rendida en autos a fin de que la
Alzada, tras revisar el pronunciamiento de grado, lo dejase sin efecto y rechazase la demanda;
mas, por el contrario, la Sala interpretó que el ejercicio de su derecho de apelar constituyó una
conducta maliciosa susceptible de sanción. Ello -recalcó la perdidosa- en un razonamiento
absolutamente arbitrario y sin fundamento alguno.
El Tribunal a quo denegó el remedio extraordinario intentado y ello motivó la presentación
directa de la recurrente por ante esta sede.
2. De la confrontación de los agravios vertidos por la quejosa con la sentencia impugnada
sólo se infiere su mera disconformidad con lo resuelto y aparece clara su pretensión de reabrir el
debate acerca de cuestiones de derecho común, en una suerte de tercera instancia ordinaria,
extraña a la esfera del remedio intentado.
Discrepando con la ponderación de circunstancias acreditadas en la causa, y
fundamentalmente con la conclusión del A quo respecto a que correspondía sancionar la conducta
de la accionada con una tasa de interés del doble del impuesto por el Inferior -en tanto los
términos en que apelara y expresara agravios importaron el ejercicio abusivo de su derecho de
defensa en desmedro del trabajador como sujeto de especial protección constitucional- la
recurrente centra sus reparos en su particular perspectiva relativa a que no corresponde la
sanción en el caso, pues -dice- su modo de conducirse en el proceso sólo implicó el ejercicio de
su derecho de defensa y la Sala lo juzgó y sancionó en una actitud abiertamente arbitraria e
injustificada.
Sin embargo, y tal como fueran formulados, los reparos sobre el punto sólo revelan la
disconformidad de la quejosa con el criterio sustentado por la Alzada que calificó su conducta de
maliciosa; pero sin lograr convencer que -más allá de su mayor o menor grado de acierto- en tal
faena propia de los jueces de la causa hubieran incurrido en irrazonabilidad o desbordado los
límites que el artículo 275 de la Ley de Contrato de Trabajo autoriza, ni que se excedieran de sus
facultades conforme las constancias de la causa, o que desconocieran su derecho de defensa de
modo tal que el pronunciamiento así dictado pueda ser descalificado por no constituir una
derivación razonada del derecho vigente.
En efecto, el A quo puso especial atención a la actividad recursiva de la demandada, quien,
frente a una sentencia de primera instancia que había tenido por acreditado el trabajo del actor en
una fecha anterior a la registrada por la demandada, interpuso recurso de apelación que, aunque
expresa es parcial, en verdad se refiere a todos los rubros de la condena, incluyendo
expresamente lo referido a la fecha de ingreso. Y, destacó, que al expresar agravios ante la
Alzada, solo se refirió tangencialmente al punto en un razonamiento carente de fundamentación
que implicó conformidad del recurrente con lo decidido por el A quo de acuerdo con el artículo 118
Código Procesal Laboral.
Aclarado ello, y luego de destacar que tal actitud había generado una situación de extrema
violación a la dignidad del trabajador (derivada de haber negado el derecho a un trabajo decente
en función de la indebida registración) concluyó que cuando “...el recurso de apelación no se
dirige seriamente a discutir la existencia de una relación laboral no registrada o las verdaderas
circunstancias de la fecha de ingreso y extensión de la jornada, el derecho constitucional de
defensa en juicio está siendo utilizado por el recurrente en forma abusiva, como un mero
formalismo a los efectos de prolongar en el tiempo la violación de los derechos del trabajador” (f.
4), lo cual lo llevó a entender que tal actitud de la demandada ostentaba carácter malicioso en los
términos del artículo 275 Ley de Contrato de Trabajo.
Finalmente, y como colofón de lo expuesto, destacó el Sentenciante que “el incumplimiento
de la carga del art. 109 C.P.L … conlleva la sanción de tener por no interpuesto el recurso de
apelación. Pero luego, se configura una violación más grave que la obstaculización del pronto
pago cuando habiendo mantenido una relación laboral sin registración, y estando reconocida la
misma en la sentencia de primera instancia, la apelación no se dirige contra esa decisión del A
quo, pues, de esta manera el demandado mantiene por la vía procesal el estado de indignidad de
la persona trabajadora....”, con daño social que afecta al conjunto de beneficiarios del sistema
nacional de seguridad social (f. 4vto.).
En suma, los fundamentos expuestos por la Sala no logran ser conmovidos con los
agravios de la impugnante, que no acierta a poner en evidencia el desvío de los Juzgadores en la
valoración que hicieran de su conducta ni que se hubieran excedido al pronunciarse al respecto
-por no haber sido objeto de anterior planteo o debate- ya que sólo en la Alzada pudo
configurarse, apreciarse y juzgarse el uso indebido del proceso.
Por lo demás, vale la pena destacar que -en principio- calificar la conducta del empleador
en orden a lo dispuesto por el artículo 275 de la Ley de Contrato de Trabajo constituye una
facultad privativa de los jueces de grado que, en tanto no desborde los límites que las leyes
autorizan y no medie un evidente exceso en sus facultades, resulta exenta de revisión por esta vía
de excepción, salvo que se alegue y se demuestre arbitrariedad en lo decidido (cfr. A. y S. T. 196,
pág. 137).
En suma, sabido es que a través del recurso de inconstitucionalidad por arbitrariedad, se
trata de reparar agravios que impliquen un grosero desconocimiento del derecho a la jurisdicción y
conviertan al pronunciamiento en una no sentencia, pero no autoriza a sustituir a las instancias
ordinarias, en la interpretación del derecho sustantivo o procesal o en la ponderación del material
fáctico del litigio; correspondiendo, de tal suerte, juzgar inadmisible la impugnación extraordinaria
instaurada.
Por todo ello, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, RESUELVE: Rechazar la queja
interpuesta y declarar perdido para la recurrente el depósito efectuado.
Regístrese, hágase saber y oportunamente remítanse copias al Tribunal de origen.
Fdo.: FALISTOCCO-ERBETTA-NETRI-SPULER- Fernández Riestra (Secretaria)
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