Las presiones Las presiones. Los tediosos momentos temporales y espaciales que aparentemente nos incitan a tomar decisiones. Parece que nos empujan, nos obligan… a tomarlas. Momentos puntuales de profundos cambios: la entrega de una vivienda en fecha x, el cese de una actividad laboral con fecha conocida, el inicio de la jubilación, el nacimiento de un bebé, el fin de un proceso dado que ha llevado un tiempo elaborarlo, etc. Deberían ser momentos de regocijo personal, de impass y agradecimiento por la experiencia que se ha estado viviendo. Pero cuanto nos cuesta a veces ser felices. Y os propongo hoy esta reflexión… Ya decía Hellinger, que “la felicidad se experimenta como peligrosa, porque nos convierte en solitarios. Con los problemas y la desdicha, sigue diciendo, nos sentimos acompañados.” Ante los cambios inminentes, la pregunta que nos atormenta casi automáticamente siempre suele ser la misma. “Y ahora ¿Qué?” Y cuanto nos cuesta vivir con la incertidumbre del no saber, del no tener planes para mañana por la mañana. Y cuanto se nos activan los niveles de ansiedad y sufrimiento, escapándosenos el momento de gran felicidad actual que nos tocaría estar viviendo. Y creo firmemente que la solución pasa por la aceptación. La aceptación de que la duda, la incertidumbre, el no saber, y el no tener la decisión precisa en el momento oportuno, son y han de formar parte de nosotros también. La aceptación de que porque finaliza un proceso, no necesitamos tenerlo todo cuadrado en el minuto siguiente. La aceptación, de que podemos permitirnos convivir con la incertidumbre los días que sean necesarios. Podemos permitirnos dudar y no saber. Y no por ello somos menos. Nadie nos rinde cuentas, sólo nosotros mismos. Podemos convertir la incertidumbre en nuestra aliada., y transitar juntas… el tiempo que sea necesario… hasta que la decisión sobrevenga por sí misma. Sandra Jiménez. Psicóloga Col. 12343