El Maestro y El Liderazgo Juan Carlos Caramés Paz El corazón de la gente se gana de cerquita… El corazón del líder… ¿Dónde está tu corazón cuando se trata de servir a otros? ¿Deseas llegar a ser un líder para obtener gloria y beneficios? ¿Estás motivado por un deseo de ayudar a otros? Si realmente quieres llegar a ser el tipo de líder que la gente quiere seguir, tienes que decidir ser un servidor. Si tu actitud es que te sirvan más que servir, puede que tengas problemas. Albert Schweitzer una vez dijo: “Yo no sé cuál será su destino, pero una cosa sí sé: los que entre ustedes hayan buscado y encontrado cómo servir, serán verdaderamente felices”. Si quieres dirigir en el nivel más alto, tienes que estar dispuesto a servir en el nivel más bajo. Hazte confiable… He aprendido que la confianza es el factor más importante en la edificación de relaciones personales y profesionales, Warren Bennis y Burt Nanus la definen como “el pegamento que une discípulos y líderes”. La confianza conlleva responsabilidad, previsibilidad y fiabilidad. Antes que nada, los discípulos quieren creer y confiar en sus líderes. Quieren ser capaces de decir: “Algún día espero ser como él o como ella”. Si no confían en ti, no pueden decirlo. Las personas creerán primero en ti antes de seguir tu liderazgo. La confianza se debe ganar día a día, requiere constancia. Algunas de las maneras en las que un líder puede traicionar la confianza incluyen: romper promesas, chismear, retener información y ser hipócrita. Estos factores destruyen el ambiente de confianza necesario para el crecimiento de los líderes potenciales. Cuando se pierde la confianza en un líder, este debe trabajar muy duro para recuperarla. La gente no sigue a un líder que no inspira confianza. La responsabilidad del líder es desarrollar la confianza en quienes lo rodean. La confianza se obtiene de varios elementos: - Tiempo. Tomate el tiempo para escuchar y dar una respuesta. - Respeto. Brinda respeto al líder potencial y él te lo devolverá en confianza. - Interés positivo incondicional. Muestra aceptación por los demás. - Sensibilidad. Anticipa los sentimientos y necesidades del líder potencial. - Contacto. Brinda ánimo con una palmadita en la espalda o un apretón de manos. Una vez que las personas confían en su líder como individuo, podrán llegar a confiar en su liderazgo. La Ley del Sacrificio… Si deseas convertirse en el mejor líder que hay, necesitas estar dispuesto a hacer sacrificios para poder dirigir bien. Si ese es tu deseo, entonces las siguientes son algunas cosas que necesitas saber: 1. No existe el éxito sin el sacrificio: Los líderes ceden para subir. Habla con cualquier líder, y descubrirás que éste ha hecho sacrificios en varias ocasiones. Los líderes eficaces sacrifican muchas cosas buenas para dedicarse a lo mejor. 2. Por lo general los líderes tienen que dar más que los demás: El corazón del liderazgo es buscar el interés de los demás antes que el suyo propio. Es hacer lo mejor por el equipo. Por esa razón yo creo que los líderes tienen que ceder sus derechos. 3. Debes ceder para permanecer arriba: Si los líderes deben ceder para subir, tendrán que ceder aun más para permanecer arriba. Pero lo que lleva a un equipo a la cumbre no es lo que lo mantiene allí. La única forma de permanecer arriba es cediendo aun más. 4. Entre mayor sea el nivel de liderazgo, mayor es el sacrificio: Entre más alto vayas, más va a costarte. Sin importar qué clase de liderazgo sea, tendrás que hacer sacrificios. Tendrás que ceder para subir. Comunícales a las personas que las necesitas… El día que me percaté de que ya no podía hacer todo por mi mismo di un paso importante en mi desarrollo como persona y como líder. Siempre he tenido visión, abundancia de ideas y amplias reservas de energía. Pero cuando la visión resulta mayor que uno, en realidad solo quedan dos alternativas: abandonar la visión o buscar ayuda. Escogí esto último. No importa cuánto éxito obtengas, al margen de tu importancia y tus logros, necesitas a los demás. Por eso necesitas comunicarles que no te es posible triunfar sin ellos. El presidente Woodrow Wilson dijo: “No solo debiéramos usar todos los cerebros que tenemos, sino también todos los que consigamos prestados”. ¿Por qué detenernos con los cerebros? ¡Reclutemos sus manos y sus corazones también! Otro presidente, Lyndon Jonson, tenía razón cuando dijo: “No hay problemas que no podamos resolver juntos, y hay muy pocos que podemos resolver solos”. Las personas necesitan saber que han ayudado… Cuando alguna persona me dice lo valiosos que son los miembros de mi equipo para ella, le animo a que les diga a los individuos que le han sido tan provechosos. ¿Por qué? Porque necesitan saber que han ayudado a otros. “Los buenos líderes hacen que los demás sientan que están en el corazón mismo de las cosas, no en la periferia”, afirma el autor y experto en liderazgo Warren Bennis. “Todos sienten que marcan una diferencia en el éxito de la organización. Cuando eso sucede, las personas se sienten parte de ello y eso da significado a su trabajo”. Walter Shipley, de Citibank, afirma: “Tenemos 68.000 empleados. Con una empresa de este tamaño, no estoy “manejando el negocio”… Mi tarea es crear un ambiente que permita que la gente se apoye mutuamente más allá de sus propias capacidades individuales… Me dan el crédito por proporcionar el liderazgo que nos permitió llegar allí. Pero nuestra gente lo ha hecho”. Shipley comprende lo que los líderes de éxito saben: Los individuos necesitan saber que han hecho una contribución importante para alcanzar la meta. No es señal de debilidad comunicarles a los demás que los valoras. Es señal de seguridad y fuerza. Cuando reconoces honestamente que necesitas ayuda, comunicas de modo específico a los demás el valor que añaden, y los incluyes al edificar un equipo que se propone hacer algo mayor que tu persona, todos ganan. Dice una canción… Para que te quieran, debes querer… El liderazgo no es algo que se logra en un día, es un proceso de invertir segundo a segundo y convertirte en un símbolo positivo para muchos que te rodean. Recientemente conversaba con un cliente, el cual estaba como desesperado porque su equipo de líderes, cada día, era más rechazado. No entendía como eso podía ocurrir. Acordamos ayudarlo y, por supuesto, lo primero que hice fue acercarme a todos los integrantes de los equipos, de dichos líderes. Conversando con todos ellos, obtuve resultados, que por sí solos describían una realidad poco envidiable. Éstos fueron los siguientes… Gente que cuando hablaban de colaboración, sobre la manera como su líder lo ejercía, comentaban: - Hacerse la vista gorda a la hora de buscar la solución de algún problema. - Ver que alguien necesita ayuda y no darle la mano. - No dar importancia a algo que lo merece. - Permitir que las diferencias personales entre compañeros compliquen las responsabilidades y obligaciones de todos. - Complicar las cosas a propósito. Gente que cuando hablaban de comunicación, sobre la forma como lo hacía su líder, expresaban: - Suministrar informaciones fuera del tiempo adecuado o a destiempo. - Transmitir las cosas de mala gana, con comentarios fuera de lugar y usando groserías, que hasta complican el entendimiento de los mensajes. - Acuerdos que los propios jefes eran los primeros en violarlos. - No atender las llamadas telefónicas, inclusive cuando el trabajador está observando a su jefe, apagando el celular (para evitar conversar con él). - Cambios de temperamento que dificultan el acercamiento natural, a la hora de conversar y/o aclarar cualquier tema de trabajo. Gente que cuando se referían al tema de cortesía y trato a diario, sobre la manera de hacerlo su líder, comentaban: - La constante de nunca saludar e ignorar a cada compañero de trabajo. - Humillaciones delante de otros, con espectáculos fuera de lugar y de la ética de trabajo. - Llamar la atención de forma verbal, inadecuadamente, delante de otros compañeros y personas ajenas a la empresa. - Amenazas abiertas y acaloradas. - Gritos y desprecios, acompañados de gesticulaciones fuera del orden de convivencia natural. Con un panorama así ¿Cómo alguien se puede convertir en líder? ¿Cómo va a existir un buen ambiente de trabajo? ¿Cómo se producen relaciones positivas de trabajo? ¿Cómo las empresas van a cumplir sus metas laborales? Por el contrario, un jefe así es el perfecto enemigo para que la empresa, es el aliado para complicar las relaciones y es el eslabón que dificulta la efectividad en la producción. Necesitamos gente, líderes, que con sus equipos de trabajo logren los siguientes resultados: 1.- Que aprecien, desde la mañana hasta la noche, de lunes a lunes, de Enero a Enero, de turno en turno. El aprecio no es más que la sincera demostración de que me importas, te considero, te entiendo, te quiero conocer. 2.- Que tomen en cuenta, involucrándose en acciones que permitan generar el efecto “Cuenta Conmigo”. Cuando me toman en cuenta, me siento importante, me siento considerado, me proyecto como alguien necesario para la organización. Un saludo a diario, y si es por el nombre mucho mejor; unas buenas tardes o buenas noches; un hasta luego o hasta mañana; un gracias, ¿Cuánto valen? Muchas empresas sufren del síndrome de “Maquinitis”, el cual está referido a la manera de tratarnos como máquinas, de conversar como máquinas y de comportarnos como las propias máquinas. Con un estilo de relación así, el futuro tiene sus días contados. 3.- Que ayuden, en cualquier instante, por cualquier necesidad, por alguna complicación, y hasta por exageración. Cuando ayudar forma parte de la naturalidad de la relación, el bienestar se siente en el ambiente y el trabajo sale solo. Nadie duda de nadie, todo el mundo está pendiente de todos y las complicaciones, hasta se resuelven solas. 4.- Que demuestren que se preocupan de mi, desde mi seguridad integral, y hasta por el porvenir, y bienestar familiar. Debe formar parte de la relación laboral la demostración, permanente, de un líder por mejorar cualquier área de oportunidad, de cada uno de los integrantes del equipo de trabajo. Conocer profundamente a cada miembro, garantiza incrementar el costo de oportunidad de afectar positivamente. Mantenerse alejado, evitar contacto y solo hacer trabajo, enfría cualquier relación y no deja espacio para la oportunidad de impactar. Cumplir con estás sencillas recomendaciones es el comienzo de un gran primer paso, que impactará de manera incalculable en la organización. Amerita una conciencia colectiva y una eficiencia total. O somos todos o somos todos. Es hora de comenzar a convertirte en un verdadero líder, a desarrollar el carácter verdadero de las personas que son el espejo de la eficiencia y el ambiente laboral. Nunca olvides la siguiente fórmula: Acércate + Enseña + Apoya + Saluda + Conoce a tu equipo + Respeta… y verás que cosas muy buenas comenzarán a pasar. .