Resumen del Fallo

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Resumen Fallo
Cirugía General: Exéresis de lipoma gigante. Minimización del procedimiento.
Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mercedes, Sala 2
Fecha: 29/12/2009
Partes: “C., M.A.C C/ Clínica Privada Alcorta S.A. y Ot. s/ Daños y Perjuicios
Publicado en: Abeledo Perrot, Marzo 2010
Resumen:
La Cámara Civil condenó a un cirujano y a una clínica privada a indemnizar en $75.000 (más intereses y costas)
a un paciente por las complicaciones derivadas de la exéresis de un lipoma.
El actor, un cerrajero de 47 años, concurrió en diciembre del 2000 a la Clínica Privada Alcorta por presentar un
engrosamiento en cara interna del muslo izquierdo, de consistencia adiposa, del tamaño de “una botella gaseosa
pequeña”. Tenía antecedentes de orquiectomía y radioterapia inguinal por neoplasia testicular izquierda
realizadas hacía 20 años, en 1980.
Fue evaluado por un médico generalista, quien diagnosticó “lipoma gigante” y derivó a un cirujano general. Este
último coincidió con el diagnóstico y, considerándolo quirúrgico, ordenó la realización de exámenes
preoperatorios de rutina. No prestó mayor atención a los antecedentes de orquiectomía y radioterapia del
paciente, pese a que éste le informara de dicha circunstancia.
Ante la inminencia de las fiestas de fin de año, el paciente propuso reprogramar la operación a lo que el
profesional se negó sosteniendo que “era una pavada” que “sólo se trataba de un lipoma de grasa”. No se le
habría informado ni al paciente ni a su familia acerca de las posibles consecuencias que podría aparejar la
operación: “La planilla de consentimiento informado sólo observa registrado el nombre y apellido del paciente en
el encabezamiento, pero no consta la fecha ni la firma...”
El 13 de diciembre de 2000 se practicó la intervención bajo anestesia peridural, procediéndose a la exéresis de
una formación de gran tamaño en cara anterolateral interna del muslo izquierdo. Permaneció durante el
postoperatorio con vendaje elástico y fue dado de alta a las 24 hs. El diagnóstico anatomopatológico fue
“nodulidad adiposa”.
Evolucionó en forma tórpida con hematoma infectado en la región quirúrgica que requirió sucesivos drenajes y
posterior linfedema secundario (elefantiasis) del miembro inferior izquierdo desde el pie hasta el pliegue inguinal.
Los peritos estimaron una incapacidad parcial y permanente del 50% que se eleva a algo más del 85% por
deterioro estático, dinámico, aumento del riesgo potencial para la salud y lesión cicatrizal en muslo.
Los especialistas que asesoraron a la Justicia en este caso coincidieron en que el cirujano, una vez informado
acerca de los antecedentes médicos y quirúrgicos del actor, previo a proceder a la operación, debió haber
realizado los estudios de linfografía y ecodoppler. También se expidió la Sociedad Argentina de Flebología y
Linfología: “El paciente desarrolló linfedema post-quirúrgico de miembro inferior izquierdo que pudo tener como
desencadenante la cirugía realizada en el muslo…. Tenía como antecedente una cirugía de testículo izquierdo
con irradiación complementaria de la misma en el año 1980… que al momento de la intervención aparentemente
no padecía edema linfático de su miembro inferior izquierdo (detalle que no consta en la historia clínica ni en las
fotos), por lo que pasados 20 años podía considerarse como compensado. El hecho de realizar una cirugía en
cara interna de muslo puede haber afectado por sí las corrientes linfáticas, o bien su posterior infección y
evolución tórpida puede haber provocado fibrosis de linfáticos superficiales que originaron la estasis linfática,
hecho frecuente en las infecciones y no en el hecho quirúrgico aislado.
“Nítidamente se desprende que existió un déficit en los medios de implementación utilizados por el profesional
demandado, o al menos una despreocupación en indagar caminos terapéuticos alternativos que se podrían
haber considerado adecuados para aplicar al caso, acordes con la detección del diagnóstico y en la
subestimación de los antecedentes del actor”
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