Principios del aprendizaje del adulto en programas de educación

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Educ Med Salud, Vol. 12, No. 2 (1978)
Principios del aprendizaje del adulto
en programas de educación continua
DR. FERNANDO ESCOBAR'
INTRODUCCION
Observadores de todos lQs campos del conocimiento coinciden en
señalar que el mundo contemporáneo es, sobre todo, un mundo de
cambios acelerados (1). Esta situación tiene un efecto directo sobre las
personas, porque implica que ellas también han de cambiar si van a
desenvolverse en el mundo actual.
La necesidad de modificar nuestros patrones de conducta y nuestras
organizaciones ha llevado a demandar ayuda profesional para la solución de problemas generados por las necesidades de cambio. En el caso
particular de las ciencias de la salud, los profesionales se encuentran
en un medio donde los contenidos, habilidades y técnicas se transforman día a día. De ahí que la educación continua se haya creado para
mantener un equilibrio con el progreso y el mejoramiento.
Es importante tener en cuenta que las personas que se someterán a
los procesos de enseñanza-aprendizaje propios de la educación continua han estado alejadas de los centros docentes por períodos de
extensión variable y que tienen más edad que el estudiante de pregrado. Sin embargo, las técnicas educativas que se utilizan con ellas son
prácticamente las mismas.
El objeto de este trabajo es analizar las diferencias entre estos dos
tipos de estudiantes y sugerir, en consecuencia, líneas generales en el
diseño de programas de educación continua.
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profesor Titular de Odontopediatria, Escuela Dental, Universidad de Concepción, Chile.
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LA EDUCACION DEL ADULTO Y EL
ESTUDIANTE ADULTO
El concepto de educación continua adquiere cada vez más importancia si se tiene en cuenta que al problema de la génesis masiva de
nuevos conocimientos se añade el que representa la rapidez con que
suele olvidarse lo aprendido. En efecto, la tasa de olvido es tan alta,
que meses o años después de la graduación mucho del contenido del
currículo, si tiene que ser aplicado, ha de reaprenderse. En efecto, de
no mediar la práctica o el refuerzo, mucho será olvidado en días o
semanas (2).
La palabra educación incluye la idea de encaminar o dirigir, lo que
resulta facil cuando la relación se establece entre personas maduras e
inmaduras, pero no tanto cuando se establece entre adultos (3).
La educación del adulto se puede definir como un aprendizaje
sistemático y dirigido, en contraste con experiencias aleatorias e indiscriminadas que ocurren a personas de este grupo. La definición de
adulto puede resultar algo vaga, ya que se trata de un término fisiológico relacionado con la detención del desarrollo de los tejidos. En
La educación continua aparece como necesaria ante la cantidad de nueva información
y la rapidez del olvido.
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todo caso, la educación del adulto podría entenderse
aprendizaje que proporcione nuevos conocimientos
una persona supuestamente madura, que cambie
opiniones, que extienda sus perspectivas o que altere
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como un tipo de
a un adulto o a
sus actitudes u
su conducta (4).
EL ESTUDIANTE ADULTO
Desde la Grecia clásica ha habido en general acuerdo en estimar que
la segunda mitad de la vida humana representa un periodo de inevitable decadencia de las facultades mentales y físicas. Existe una fuerte
creencia popular, especialmente entre los jóvenes, en el sentido de que
al final de la adolescencia se cruza una especie de Rubicón, y que de
allí en adelante ocurre un deterioro que avanza con aceleración creciente hasta resultar en la senilidad. La tradición ha robustecido esta
creencia, a pesar de lo demostrado por la investigación científica y por
trabajos extensos, como los de Thorndike et al. (5).
En el campo de la educación, la noción de que la juventud es plástica y la adultez inflexible actúa como una fuerza negativa; los libros
sobre teoría educacional rara vez mencionan al adulto y parece haber
una actitud de "laissez faire, laissez passer" con respecto a la experiencia educacional de este.
Desde el punto de vista del profesor experimentado, el adulto no
aparece como un material muy prometedor, ya que, por ejemplo,
rehusa recibir pasivamente las impresiones que el maestro considera
deseables, no es maleable ni plástico, ni tiene las cualidades que hacen
tolerables a los niños por parte del educador (6). Estas opiniones, en lo
que respecta a la capacidad para aprender del adulto, son demostrablemente falsas. En general, nadie menor de 45 años de edad debe
dejar de realizar un intento de aprendizaje por temor a ser muy viejo
para aprender, ni este temor debe ser excusa para no aprender algo
que debería. La inhabilidad para aprender por motivos directamente
relacionados con la edad pocas veces se presenta (5).
Diferencias entre el estudiantejoven y el adulto
El estudiante joven y el adulto tienen problemas distintos que resolver, difieren fisiológicamente, sus personalidades están desarrolladas y
es distinto su tipo de experiencia (4).
Las diferencias entre ambos grupos son muchas veces obvias, espe-
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cialmente si se examinan aquellas de orden físico. Las diferencias
psicológicas son las más sutiles y demandan un enfoque diferente del
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Modalidades de la conducta. Es más frecuente que el adulto posea
una personalidad más definida y rígida que la del niño o el joven; en
consecuencia, es más difícil para él ajustarse a ambientes socialmente
diferentes (7). Esta tendencia del adulto a mantenerse dentro de patrones establecidos, se muestra con claridad en muchos programas de
educación continua, en los cuales aquel se encuentra inquieto ante las
ideas y experiencias nuevas (7). Las nuevas ideas y las experiencias
diferentes, entran en conflicto con la costumbre de mantener las cosas
en statu quo. De este modo, muchos adultos prefieren programas
educacionales que enseñen más acerca de lo que ya saben y que fortifiquen su posición actual.
Actitud hacia el tiempo. Para el joven el tiempo no resulta limitado
y progresivamente más corto, como para el adulto, el cual tiene un
temor constante a perder el tiempo que considera irrecuperable y
finito.
Experiencia. El estudiante adulto tiene una mayor cantidad de
experiencias y estas son de diferente calidad y contribuyen a la situación de aprendizaje (8).
Motivación. El adulto desea conocer algo que pueda utilizar en
alguna forma, ha aprendido la necesidad de ser paciente, es constante
(4) y como consecuencia tiene un margen de atención más extenso que
el niño o el joven.
Relación profesor-estudiante. El estudiante adulto con frecuencia
cree saber más de lo que en realidad sabe y se siente amenazado en la
situación de aprendizaje. Por otro lado, no considera al profesor como
autoridad en el sentido que lo hace el niño (9). Si a ello se suma su
propia lógica, personalidad y base previa, es fácil deducir la aparición
de problemas de comunicación (10).
Objetivos del aprendizaje. Empieza a comprenderse que los motivos
por los cuales el a.dulto participa en programas de estudio son, con frecuencia, sumamente complejos. Entre ellos, se encuentra con mayor
frecuencia, el reconocimiento del valor positivo de la educación en la
solución de problemas y de su posible relación con la felicidad y el
éxito (11).
Comparación entre el aprendizaje del joven y del adulto
A pesar de las diferencias que existen entre los dos grupos, la capa-
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cidad para aprender no está relacionada solo con la edad: existe un
máximo de capacidad alrededor de los 25 años, pero la declinación de
ahí en adelante no es tan rápida como se cree. El exhaustivo trabajo de
Thorndike et al. (5) en un experimento diseñado para medir el
progreso de la habilidad a través de ensayos y errores, concluye que la
capacidad para aprender habilidades sensomotoras simples es la misma
en los dos grupos. Resultado similar se encontró al medir la capacidad
de formar hábitos simples o más complejos y la formación de habilidades complejas por medio de análisis y selección.
De estos experimentos es posible deducir que:
· Las diferencias en la cantidad de aprendizaje entre jóvenes y adultos son
pequeñas en comparación con las diferencias entre grupos.
· Cuando se eliminan otros factores la influencia de la edad se aproxima a
cero.
· La estimación de la habilidad del adulto para aprender es muy semejante
a aquella de la adolescencia tardia.
El uso de las teorías de aprendizaje en el adulto
A pesar de las diferencias de estructura y contenido de las distintas
teorías de aprendizaje, algunos fundamentos le son comunes. El
proceso de aprendizaje ha sido definido en términos de cambios,
presumiblemente a nivel del sistema nervioso central, los que podrían
visualizarse como cambios observables en la conducta cuando el
individuo es sometido a los estímulos adecuados (12).
Las teorías son producto del movimiento científico en la cultura
occidental; las hipótesis están basadas en la verificación experimental,
y su justificación, en las aplicaciones prácticas (12). Es posible agregar
que todas se relacionan con los problemas del estudiante y la sociedad.
A las limitaciones propias de las teorías basadas en grupos de tamaño
limitado, hay que agregar los problemas especiales del estudiante
adulto (13), ya que este no responde, en general, a las recompensas
extrínsecas de la sala de clases típica. Muchos adultos necesitan algo
más que la dependencia usual entre estudiante y profesor, pues existe
una relación nueva para la cual ni uno ni otro están adecuadamente
preparados.
Sin embargo, considerando las diferencias entre las tcJrias de
aprendizaje y aquellas propias del estudiante adulto, es posible señalar
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algunos principios básicos para un programa de educación continua, a
saber:
1. El aprendizaje del adulto se centra en problemas específicos. El
problema es que el lapso entre educación y aplicación, que suele existir
en el pregrado, no es aceptable en la educación del adulto (14), por eso
se ejercen presiones sobre el profesor en cuanto a la aplicación práctica
de los contenidos del curso. En consecuencia, se sugiere establecer un
censo de problemas para determinar las prioridades de su estudio y análisis (8). Así establecidos, los problemas proporcionan energía, dirección
y fuerza en las actividades del estudiante. La motivación, para ser efectiva, debe ser intrínseca, ya que los problemas no pueden imponerse
desde afuera; de esta manera el estudiante participa en el diseño de su
propia experiencia de aprendizaje, determinando sus necesidades (15) y
la posibilidad de satisfacerlas (16).
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El estudiante adulto busca soluciones a problemas especificos.
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2. El aprendizaje debe estar basado en la experiencia. Toda la información sensorial de un organismo constituye "experiencia". El profesor
que quiera desarrollar las condiciones adecuadas para el aprendizaje,
ha de proveer los tipos óptimos de experiencia relevantes a los problemas del estudiante (13). Mientras más interés tenga la situación para el
estudiante y mientras más próxima esté a su propia experiencia, más
aprenderá de esta (17).
3. Como las experiencias del curso deben tener relación con los problemas
del estudiante, este debe compartir con el profesor la responsabilidad de
crear un clima donde se aprecie el significado de la experiencia, el cual
no llegará pasivamente al estudiante sin su participación (13).
4. El estudiante debe tener la oportunidad de examinar y evaluar la expe-
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Es necesario que el estudiante vea significados
aplicables en los contenidos del curso.
reales y
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riencia, ya que necesita ajustarse a la situación de aprendizaje, al profesor, a sus compañeros, al local y al ambiente. La situación de aprendizaJe puede representar una fuente de bloqueo emocional para el adulto.
Asociaciones negativas con el aprendizaje en su infancia, sentimientos
de inadecuación para el estudio después de una interrupción larga,
miedo a la competencia o al ridículo (17), son algunas de las razones
para explicar la falta de objetividad para evaluar la experiencia.
Cuando el adulto siente que es necesario proteger su ego, disminuye su
concentración en las tareas propias del aprendizaje (8).
5. Los propósitos del aprendizaje deben ser establecidos por escrito y la
búsqueda de soluciones organizada por el estudiante. Varios experimentos indican que el estudiante activo aprende de manera más efectiva que
el pasivo.
6. El estudiante debe tener información sobre su progreso hacia los objetivos predeterminados. La evaluación de su adelanto es de mucha importancia y deben proporcionarse indicaciones del éxito o fracaso y de lo
adecuado de la experiencia para sus problemas específicos. Tan pronto
como el estudiante descubre similaridades entre la situación de aprendizaje y su experiencia, expresada en satisfacción de necesidades, se
vuelve ávido por más aprendizaje (17).
DESARROLLO DE UNA EXPERIENCIA DE
APRENDIZAJE PARA EL ADULTO
Principios básicos para el diseño de una experiencia de aprendizaje
Las teorías de aprendizaje y las características del estudiante adulto
ofrecen información que resulta de utilidad para el diseño de un
programa (de educación continua, a saber:
* Evaluación de necesidades y establecimiento de objetivos. Esto puede
hacerse de varias maneras: mediante presunciones tentativas sobre las
necesidades del estudiante, basándose en experiencias previias; conduciendo una encuesta verbal o escrita, o utilizando representantes del
grupo potencial de estudiantes en la fase de planificación del programa
(8). Una vez que las necesidades han sido establecidas con claridad, los
objetivos deben ser descritos con precisión al iniciar el programa. Todas
las comunicaciones deben dar al estudiante una imagen fiel de lo que
puede esperar de la experiencia (18).
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* Seleccionar los contenidos y las experiencias de aprendizaje para cumplir con los objetivos y obtener los resultados programados.
* Elegir los instructores y organizar las experiencias para la mayor eficiencia del programa.
* Seleccionar y adecuar los lugares donde se desarrollará el programa y los
materiales de apoyo.
* Seleccionar las fuentes, ideas, personas y materiales, de tal modo que
sean aceptables para el grupo de estudiantes.
* Orientar a profesores y estudiantes en los propósitos de la experiencia y
el plan de aprendizaje.
* Planear la evaluación, no solo en sus aspectos terminales sino principalmente para que interactúe con los procedimientos de instrucción durante todo el proceso, entregando información sobre el avance del programa.
El proceso de enseñanza-aprendizaje en un programa de educación
continua
El proceso tiene algún paralelismo con las fases descritas por Lippit
(1) para cualquier cambio planeado, mediante las cuales el estudiante
progresa a través de diferentes etapas:
1. El estudiante descubre la necesidad de ayuda, a veces con estímulos del
profesor.
2. La relación de ayuda se establece y define.
3. El problema es identificado y esclarecido.
4. Las alternativas de cambio son examinadas y se establecen propósitos.
5. Se ensayan cambios en situaciones reales.
6. El cambio se establece y generaliza.
7. La relación de ayuda se termina, o se define un tipo diferente de relación futura.
Este proceso de enseñanza-aprendizaje tiene cinco elementos principales (11): el estudiante, el profesor, el grupo, la situación y la
materia de estudio. De ellos el estudiante y el profesor son los más
importantes, pues ambos traen a la experiencia un patrón complejo de
situaciones:
* El estudiante tiene diferentes percepciones sobre la necesidad de
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El adulto necesita de la ayuda unipersonal de los profesores
para sentirse estimulado en proseguir cursos de educación
continua.
cambiar, grados variables de inconformidad, insatisfacción con el
presente, o deseo de algo nuevo. Tiene que hacerse una evaluación
cuidadosa de las características de sus inhibiciones, su ambivalencia,
su resistencia al cambio, su refugio en el presente.
El adulto desea aprender, pero lo admite rara vez, y quiere mejorar
porque a veces percibe una discrepancia entre lo que quiere ser y lo
que es (17). La ambivalencia y conflicto resultan cuando se encuentra
que, en general, los adultos muestran alguna resistencia al cambio y
menos curiosidad por las cosas nuevas (19), además de temores e
inseguridades.
* El p'ro£esor, por su parte, trae a la experiencia algo más que su
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conocimiento o destreza. Tiene que estar consciente de la continuidad
de la interacción en la que está involucrado (11). En la educación de
adultos, los profesores no pueden permanecer como fuentes de
información o como simples transmisores en la presentación de un
determinado material. La relación con este tipo de estudiante es más
profunda.
CONCLUSIONES
En las ciencias de la salud, como en otras áreas del conocimiento, la
educación continua es una necesidad provocada por los progresos y
cambios acelerados a que está sujeto el mundo contemporáneo. Constituye una respuesta a la tendencia actual a circunscribir las actividades en capítulos cada vez más específicos. No hay en esto error, sino
en la medida en que los especialistas pierden el contacto con otros,
dejando de percibir los problemas comunes o las potencialidades para
la búsqueda de soluciones en común, trabajando cooperativamente
con especialistas diferentes (20). Aun más, en cada profesión, en cada
especialidad, se está desarrollando un lenguaje propio, con obvios problemas de comunicación.
La labor en equipo tiene a veces la característica de trabajo en
etapas, sin que exista en realidad una comprensión clara, por parte de
los miembros del grupo, de los resultados o propósitos globales.
En los paises de la América Latina, como en los de otras regiones en
desarrollo, se están llevando a cabo programas de posgrado con los
recursos humanos preparados en países de mayor desarrollo. Estos
especialistas deben considerar que no es posible seguir formando
expertos encapsulados, que la educación continua ha de considerar
que la comunidad tiene necesidades cuya satisfacción debe ser enfrentada integralmente, y para esto los programas deben adecuarse al tipo
especial de estudiante que acude a ellos y, como objetivo final, a la
acción que estos profesionales deberán efectuar en las comunidades
donde residen.
Los programas de educación continua pueden mejorar mediante el
empleo de técnicas adecuadas y buscando objetivos diferentes. En una
encuesta hecha a dentistas sobre el tipo de actividades educativas en las
cuales desearían participar, la respuesta más común fue que requerían
cursos sobre temas de aplicación práctica inmediata en el campo de la
odontología general. Los dentistas manifestaron poco interés por los
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métodos indirectos de enseñanza-autoinstrucción, entrega de materiales. Una vez más fue aparente la necesidad de comunicación interpersonal (21).
Son muy pocas las limitaciones para desarrollar actividades de
educación continua. El adulto puede ser enseñado a participar en los
cambios y auxiliado en el establecimiento de relaciones con otras
personas. Es motivado hacia la educación al encontrar problemas que
no puede resolver con sus propios recursos, la educación que busca es
entonces aquella que le ayude a solucionar esos problemas. El proceso
de enseñanza-aprendizaje de adultos debe estar organizado hacia ese
objetivo, a examinar otras alternativas de solución que el estudiante
no haya considerado, a integrar la búsqueda de soluciones con otras
áreas afines de conocimiento, y a enfocar los problemas globalmente.
El compromiso de los profesores debe ser profundo, ya que es preciso
su participación en el proceso hasta que el problema se resuelva,
generando a veces otros, lo que constituye el motivo de una reiniciación continua del ciclo.
REFERENCIAS
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York, Harcourt, Brace, and Co., 1958.
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(19) Thorndike, E. L. Adult Interests. Nueva York, McMillan Co., 1955.
(20) Hallembeck, W. C. A sociologist looks at adult education. Adult Educ
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(21) Ryan, R. M., Jr., y A. F. Williams. Dental continuing education in
Massachussetts. J Mass Dent Soc 18:244-246, 1969.
RESU MEN
Las diferencias en actitud, motivación y conducta de los adultos
frente a los procesos de enseñanza-aprendizaje, requieren de una
revisión de las modalidades utilizadas en los programas de educación
continua.
En el presente artículo se analizan los factores que se deben considerar en la educación del adulto. Asimismo se compara el aprendizaje
del joven y del adulto y se señalan algunos principios básicos para un
programa de educación continua, así como las características que debe
tener un programa de ese tipo.
PRINCIPLES OF ADULT LEARNING IN CONTINUING
EDUCATION PROGRAMS (Summary)
Differences in the attitude, motivation and conduct of adults toward
teaching-learning situations make necessary a review of the procedures
followed in continuing education programs.
This article analyzes the factors to be considered in adult education. It
compares learning in the youth and the adult and mentions a number of
basic principles for a continuing education program and its requisite
features.
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Vol. 12, No. 2 (1978)
PRINCIPIOS DE APRENDIZADO DO ADULTO EM
PROGRAMAS DE EDUCAÇAO CONTINUADA (Resumo)
As diferenCas de atitude, motivaçao e conduta dos adultos em face dos
processos cle ensino-aprendizado requerem uma revisáo das modalidades
utilizadas nos prog.ramas de educaáao continua.
No presente artigo analisam-se os fatores a considerar na educaçao do
adulto. Também se compara o aprendizado do jovem com o do adulto e se
assinalam alguns pricípios básicos para um programa de educaaáo
continuada, bem como as características que devem integrar um programa
desse tipo.
PRINCIPES RÉGISSANT L'APPRENTISSAGE DES ADULTES DANS
LES PRC)GRAMMES D'EDUCATION PERMANENTE (Résumé)
Les différences d'attitude, de motivation et de comportement des adultes
face aux processus d'enseignement et d'apprentissage exigent une révision
des modalités des programmes d'éducation permanente.
Le présent article analyse les facteurs dont il faut tenir compte pour
l'éducation des adultes. A cet effet, il compare l'apprentissage de
l'adolescent et celui de l'adulte et signale certains principes fondamentaux a
appliquer dans un programme d'éducation permanente ainsi que les
caractéristiques qui doivent étre celles d'un tel programme.
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