LA LITERATURA FANTÁSTICA DEL CARIBE COLOMBIANO: JOSÉ FÉLIX FUENMAYOR Y “LAS BRUJAS DEL VIEJO CRÍSPULO” Alexandra Acevedo Martínez Universidad Nacional de Colombia “Cuando la décimoprimera de ellas había dado sus obsequios, entró de pronto la décimotercera. Ella quería vengarse por no haber sido invitada, y sin ningún aviso, y sin mirar a nadie, gritó con voz bien fuerte: "¡La hija del rey, cuando cumpla sus quince años, se punzará con un huso de hilar, y caerá muerta inmediatamente!" Y sin más decir, dio media vuelta y abandonó el salón.” La bella Durmiente José Félix Fuenmayor es un escritor y periodista colombiano, más conocido por ser uno de los fundadores del “Grupo de Barranquilla”, grupo de tertulia cultural, del que también hizo parte Gabriel García Márquez. Fuenmayor nace en 1885, y ejerce siempre la profesión de periodista. Interesado siempre en la literatura, crea, junto al español Ramón Vinyes el Grupo de Barranquilla, y toman su librería como centro de reunión, de estos encuentros nace la revista Voces en 1917, en la que publican sobre literaturas de vanguardia. El Grupo se concentra en la publicación de cuentos, cuya influencia principal fue William Faulkner, además, publican artículos académicos culturales y literarios. Barranquilla resulta ser un lugar propicio para la creación literaria a principios del siglo XX. Por su condición de puerto, vive un proceso de modernización más apresurado, en tanto se encuentra en contacto con culturas extranjeras. En este contexto, la producción literaria de la ciudad costera se encuentra a la vanguardia en lo que a la creación literaria respecta, ya que es capaz de conjugar elementos provenientes de diversas culturas para la construcción de narrativas. No son muchos los estudios literarios que se dedican al análisis de la obra poética de Fuenmayor, sin embargo, lo pocos, se basan en su novela Cosme (1928) y en el libro de cuentos La muerte en la calle (1967). Los estudios versan sobre la renovación narrativa del colombiano en contraposición a la cultura conservadora de la capital, por ejemplo, Jacques Gilard defiende esta propuesta, al igual que los estudios de María Fernández Bustos. Otras investigaciones señalan, a nivel general, rasgos importantes de su escritura, por ejemplo, la importancia de la oralidad, la existencia de fantasía, y el punto de vista de los personajes principales que pueden considerarse marginales. Además, los estudios se concentran en ubicar a Fuenmayor en la problemática localismo-universalismo, que puede resumirse en la pregunta ¿cómo hacer literatura moderna en un mundo tropical? (Gilard 36-53). También existen trabajos con una perspectiva sociológica de la literatura de Fuenmayor, por ejemplo, la interpretación de Manuel Guillermo Ortega en su artículo “El cuento del Caribe colombiano: Historia, política e identidades socioculturales” (Ortega 419-435), se orienta hacia considerar los cuentos de Fuenmayor como expresión de la cultura popular costeña que se somete al poder central (Bogotá). Según Ortega, sus cuentos se escriben explotando la oralidad como instrumento de construcción literaria, los cuentos son “clínicas del rumor” en donde los chismes y la información que pasa de boca a boca son su materia prima. Luego de presentar brevemente el panorama teórico que rodea la obra del escritor Barranquillero, es preciso justificar la escritura de este trabajo. Mi intención es explorar uno de los cuentos de Fuenmayor “Las brujas del viejo Críspulo” con el fin de contribuir a la tesis que afirma que Fuenmayor es un escritor que revoluciona la literatura colombiana porque es uno de los primeros que introduce formas literarias posmodernas, como reelaboración creativa de preocupaciones sociales. Aunque existen estudios del cuento, destacan temas sobresalientes que se pueden extraer de un análisis juicioso del cuento, pero no lo ubican en un contexto literario como expresión de cambio al interior de la literatura colombiana (Bustos). En este sentido, planteo que el cuento de Fuenmayor “La brujas del viejo Críspulo” se trata de una renovación en la literatura colombiana por dos características fundamentales: primero, por las reglas con las que opera el concepto de maravilloso en el cuento, que son absolutamente transgresoras y se alejan de cuento maravilloso tradicional, en tanto lo sobrenatural se somete a las leyes de la realidad misma. Segundo, porque el efecto maravilloso se potencia a través de la parodia de la figura de la bruja, que en este cuento manifiesta características regionales y autóctonas. Primero explicaré como entiendo lo maravilloso en el cuento “Las brujas del viejo Críspulo”, para luego analizar la función de la parodia en este cuento. Partiré de la definición de maravilloso y fantástico que ofrece Tzvetan Todorov. Para él, el concepto de maravilloso obedece a una transformación de la realidad tal como la conocemos, son hechos que están por encima de lo natural, los sucesos se explican a partir de leyes que no son naturales, que no son las leyes con las que operamos todos los días, sin embargo, esta explicación de los hechos que está por encima de la realidad no sorprende al lector, este sabe perfectamente que ha entrado en un mundo en el que las reglas son otras y decide aceptarlas, es el caso por ejemplo, de lo cuentos de hadas, en los que hay una realidad diferente a la nuestra pero aceptamos sus reglas sin ningún tipo de exaltación. En contraposición, en los relatos fantásticos hay una sensación diferente en el lector, que no está seguro si lo hechos pertenecen a un orden sobrenatural o al orden de la realidad, en esta vacilación se encuentra lo específicamente fantástico. Por ejemplo, en el cuento “Casa tomada” de Julio Cortázar el lector queda suspendido en una cuerda floja: no sabe si aceptar las leyes de lo real, o si aceptar una explicación sobrenatural, pues cuando ambos hermanos salen de la casa no sabemos si los intrusos son individuos reales o una suerte de entes sobrenaturales. Lo fantástico pues, para Todorov, se encuentra en la vacilación, si el lector elige explicar el cuento por medio de leyes naturales o sobrenaturales lo fantástico desaparece. Lo que ocurre en el cuento de Fuenmayor es un fenómeno interesante en el cual lo maravilloso se explica no por las leyes mismas de lo sobrenatural sino por la acción de los hombres. El cuento lo narra Críspulo, quien dialoga con un conocido suyo, Don Pepe, sobre cómo son las brujas del pueblo. Estas brujas no tienen nada de parecido a las que conocemos por los cuentos maravillosos tradicionales, no son “encopetadas”, no se mueven en palos de escoba, la vida de estas brujas se mueve en “un desamparado pasar”. Luego de la caracterización, y para probar su teoría, Críspulo comienza a contar dos casos de señoras del pueblo que han estado en contacto con las brujas. La primera es la Señora Encarnación quien le arrendó un cuarto a una bruja que en las noches se convertía en puerca, y la segunda es la Señora Indalecia que vio a una bruja convertirse en zorra para robar frutas en los huertos vecinos. Por una parte el elemento maravilloso aparece cuando se nos mencionan los personajes: las brujas, los demonios; y algunos lugares como el infierno. Todos son seres o espacios sobrenaturales, pero por el diálogo que sostiene Críspulo con Don Pepe, no parecen ser cosa extraña en el pueblo, al parecer los habitantes aceptan sin duda alguna qué existen, por esta vía el lector acepta las reglas de lo sobrenatural. Es más, las brujas establecen un vínculo emocional con el lector porque son mujeres desdichadas: “Su vida es un desamparado pasar, como el de esas otras que usted me dice de tan humilde condición que dan lugar a que los diablos traperos, recogedores de almas para el infierno, se equivoquen, cuando ellas mueren, y les ponen el saco recolector en el trasero.” 1 Las brujas permanecen en un punto medio entre el infierno y la vida rural costeña, lo cual se explica porque lo maravilloso se justifica por causas naturales. Cuestión de la cual nos damos cuenta cuando estas mujeres son presentadas como campesinas comunes, y a veces tan pobres que deben robar para poder comer: “Y la mujer confesó que ella era bruja y contó que todas las noches a las doce mudaba su forma en la de una puerca y se iba derecho a La Floresta donde se cultivaban muy buenas hortalizas, comía hasta hartarse y luego robaba las que ponía a la venta en su mesita.” Es decir, las reglas de lo real comienzan a confundirse con las sobrenaturales. De esta manera el lector comienza a establecer un vínculo entre el personaje maravilloso y sus propias emociones. En este mismo sentido lo maravilloso despierta en el lector el sentimiento de piedad, que no deja de sentirse a lo largo del cuento, en tanto, las brujas del pueblo están sometidas a eventos desafortunados. En el caso de bruja que aloja la Señora Encarnación en su casa, es atacada por un habitante del pueblo: 1 Fuenmayor, José Félix. “Las brujas del viejo Críspulo”. On line. Visitado 10-07-2010. …pero que la noche anterior el cuidandero la descubrió y la corrió a machete, y se sentía muy triste porque con la mucha sangre que perdió se le había ido la virtud de la brujería; y su preocupación era que, incapacitada para el único trabajo que sabía, le esperaban tiempos de hambre y necesidades. (Fuenmayor) Lo mismo ocurre con la bruja que vio la Señora Indalecia: …y que al fin la viejita fue muerta como zorra, cosa que todo el mundo supo, y sucedió de este modo: una noche Tobías, el muchacho de la rosa del compadre Sóstenes, salió a echarle un vistazo a los sembrados; aunque la luna estaba en menguante alcanzó a ver un animal por los lados del patillar; le tiró con la escopeta y quedó seguro de haberle dado porque lo vio voltearse y caer detrás de un barranquito, pero dejó el cogerlo para cuando aclareara: y a la salida del sol lo que encontró allí fue a la viejita muerta. (Fuenmayor) El uso del lenguaje denota la compasión que el cuento motiva en el lector, por ejemplo al llamar a la bruja “viejita” califica al personaje sobrenatural en un estado total de indefensión, de la cual, al final es víctima. En suma, lo maravilloso, solamente es una posibilidad de estas mujeres para poder sobrevivir, lo maravilloso y los supuestos poderes mágicos de las brujas no les sirven para dominar a su antojo el mundo de los hombres, sino que son personajes que deben aceptar las duras reglas de la realidad, que muchas veces las sobrepasan, poniéndolas en la posición de víctimas. Por ejemplo, sólo es posible burlar las reglas naturales para poder conseguir comida. De esta manera lo maravilloso tiene, en este cuento, una característica no habitual: el personaje maravilloso está sometido a las normas del mundo real. Pero además del sometimiento de las brujas a las reglas del mundo natural, el elemento paródico del cuento se desarrolla a partir de la conversación de Don Pepe y Críspulo. Pero primero me parece pertinente aclarar cómo entiendo el concepto “Parodia”. Alejandro Herrero ha estudiado la parodia desde la posmodernidad con autores como Hutcheon, Rose y Waugh. Para decirlo brevemente, los tres autores coinciden en afirmar que la parodia es una “estrategia textual que ejercita una tarea crítica y evaluativa sobre modelos anteriores, de modo que el texto presenta a la vez un valor destructivo y creativo. La parodia posibilita ese doble valor de manera no excluyente.” 2 La parodia se puede entender como una manera de establecer relaciones intertextuales con discursos escritos, o con cualquier tipo de fenómeno cultural que se encuentre en el pasado, con el fin de afirmar y criticar dicho texto o fenómeno. En el caso del cuento de Fuenmayor, la parodia se estructura en dos sentidos: por medio del lenguaje y por medio de la acción. Explico el primer sentido, la parodia por medio del lenguaje. En la cultura occidental la bruja se puede entender como un ser sobrenatural que tiene facultades que no comparte el resto 2 Herrero, Alejandro. Narrativas híbridas: parodia y posmodernismo en la ficción contemporánea de las Américas. Madrid: Editorial Verbum, 2000: 36 de los seres humanos. Pronuncia palabras mágicas que son la causa de un hecho, de esta manera, la causa no pertenece a las leyes de la lógica y la racionalidad occidental (otro rasgo maravilloso). En el cuento de Fuenmayor la bruja pronuncia las palabras mágicas y gracias a eso se puede transformar en puerca, no obstante, las palabras mágicas provienen de creencias religiosas: La señora Encarnación le preguntó cómo hacía para cambiarse en puerca y la mujer contestó que decía: "Sin Dios y sin Santa María"." ¿Y qué haces para volver a tu natural?", continuó interrogándola la señora Encarnación. "Digo al revés: Con Dios y con Santa María", respondió la mujer. (Fuenmayor) Por una parte, hay una parodia de las creencias religiosas, que al ser practicadas por un ser que supuestamente tiene tratos con el demonio, va en contra de la religión misma. Pero además, se afirman las creencias religiosas porque hasta las brujas son tan creyentes que gracias a eso pueden ejecutar procedimientos mágicos. En un segundo sentido, la parodia se estructura por medio de la acción. Los cuentos maravillosos que conocemos desde niños presentan un tipo de brujas que tienen cierto poder sobre la realidad en la que se mueven, realizan hechizos por medio de los cuales someten a los hombres, pero, según Críspulo hay otro tipo de brujas que no son tan afortunadas. Son las brujas regionales, las brujas de pueblo: Las brujas de nosotros no se empandillan por hacer daños en los sembrados; tampoco se juntan en montonera chillando y dando brinquitos de bailarinas. Y no faltaba más, que se enfiestaran con el Demonio, si hasta le sacan el cuerpo cuando pueden, porque siempre lo tienen detrás. (Fuenmayor) Es decir, el contexto determina el actuar del personaje maravilloso, lo cual le quita ciertos poderes y ventajas sobre los seres humanos. Pero la parodia más directa, en cuanto a la acción de las brujas comunes se expresa así: “Enseguida la viejita, toda en cueros, sacó del mismo matorral un garabato y picándose con él una parte que la señora Indalecia no quiso nombrar, se convirtió en zorra y se fue corriendo.” (Fuenmayor) Como lectores esperamos que las brujas por medio de ciertas acciones realicen hechizos mágicos, por ejemplo mezclar ingredientes en un caldero, envenenar manzanas etc. Pero no esperamos que la bruja llegue realizar un acto mágico al hurgarse sus partes íntimas con un palo. La característica paródica del cuento se encuentra en que se afirma, pero a la vez se critica el personaje maravilloso, es decir, puede aseverarse que efectivamente hay brujas, y que son comunes en las creencias de la costa Caribe, lo que no es común es su condición, dado que se somete a las circunstancias propias de su realidad. El personaje de bruja de cuento maravilloso es criticado al poner al personaje a ejecutar acciones no usuales. Por último, se parodia el personaje de cuento maravilloso cuando las brujas de Críspulo actúan, y se convierten animales de campo: una zorra y una puerca. Las expectativas del lector pueden ser ver convertido al personaje maravilloso en un ser superior al hombre, o por lo menos un ser que tenga capacidades diferentes a las humanas que le sirvan para manipular su entorno, sin embargo, las ambiciones de las brujas del cuento son tan sencillas que su ideal es convertirse en animales de campo para poder alimentarse sin ser descubiertas. En suma, el cuento de Fuenmayor “La brujas del viejo Críspulo” es un cuento maravilloso, que en varios sentidos revoluciona la cuentística colombiana, porque el elemento maravilloso no se usa como usualmente se haría en los cuentos maravillosos tradicionales: por una parte los poderes sobrenaturales de las brujas no son una ventaja para ellas, sino resulta victimizándolas y sometiéndolos a las leyes del mundo real. Pero, además, lo maravilloso se manifiesta a través de la parodia de la figura de la bruja tradicional, que en este cuento manifiesta características regionales y autóctonas. Bibliografía BUSTOS, María. Vanguardia y renovación en la narrativa latinoamericana: Macedonio Fernández, José Félix Fuenmayor y Jaime Torres Bodet. Universidad de Colorado: Editorial UMI Dissertation services, 1990 FUENMAYOR, José Félix. “Las brujas del viejo Críspulo”. On line. Visitado 10-07-2010. HERRERO, Alejandro. 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