FORMACIÓN El “gato encerrado” en el desarrollo de directivos Para el autor, uno de los problemas del desarrollo empresarial es la creencia en que las habilidades directivas resolverán los problemas en lugar de los hábitos directivos. La habilidad es la capacidad para poner en juego la inteligencia para saber hacer algo y el hábito la capacidad para poner en juego la voluntad para querer hacer algo. El éxito sólo se consigue con una adecuada mezcla de herramientas y principios. La cultura corporativa es fundamental. JOSÉ Mª CARDONA LABARGA, Doctor Ingeniero de ICAI. Formador de Equipos Directivos de Cardona Labarga, Centro de Estrategia y Liderazgo. LA SITUACIÓN En lo que va de tercer milenio las cosas han cambiado mucho mas de lo que parece; el entorno de la empresa se ha vuelto demasiado cambiante y turbulento, ninguna ventaja competitiva será ya de larga duración. Las TIC, la globalización, la extraordinaria información del Cliente y la evolución de sus gustos son las causas que, quizá, más han influido en esta cambio abrupto. FICHA Autor: CARDONA LABARGA, José María. Título: El “gato encerrado” en el desarrollo de directivos. Fuente: Capital Humano, nº 206, pág. 46. Enero, 2007. TÉCNICA Resumen: El interés por los Resultados exige herramientas como: Estrategia, Organización, Procesos, Políticas, Conocimientos, Tecnologías, Habilidades y similares. El interés por las Personas exige principios, como Confianza, Compromiso, Responsabilidad, Mentalidad, Hábitos, Cultura, Valores y similares. Pasar de una cultura de “Miedo” a una cultura de “Confiaza” exige guardar un difícil equilibrio entre herramientas y principios, sin olvidar que las empresas son, fundamentalmente, personas. Evolucionar reduciendo la cultura de mando y control, que tan buenos resultados dio en el pasado, y potenciar fuertemente una de mayor confianza y responsabilidad es algo que se dice fácil. Exige un cambio de mentalidad, de desarrollo de directivos, de liderazgo. Descriptores: Formación / Desarrollo Directivo / Cultura / Miedo / Confianza. Capital Humano 46 Es preciso simplificar, simplificar y simplificar y, además, dotar a las instituciones y empresas de un rostro humano. Los conocimientos han crecido muchísimo, pero la responsabilidad no tanto y sin embargo ambos se necesitan simultáneamente. En todo este contexto agridulce en el que, en el fondo, la empresa ha sido el artífice fundamental de toda la evolución, tenemos la obligación de construir un mundo mejor, del que no nos podemos desentender. Sin embargo las cosas no evolucionan en el sentido lógico del Clima del Miedo al de la Confianza, como deberían. ¿Por qué? ¿Dónde está el gato encerrado? Vayamos por pasos: EL ESQUEMA Como se indica en el cuadrado de la FIGURA 1 (que recuerda a la rejilla de Blake y Mouton) que nos servirá de pauta para todo nuestro análisis, representamos en el eje de abcisas los Resultados, en euros, de una empresa y en el de ordenadas a las Personas. El interés por los Resultados exige Estrategia, Organización, Procesos, Políticas, Conocimientos, Tecnologías, Habilidades y similares. Aquí se habla de “herramientas”. El in- Nº 206 • Enero • 2007 terés por las Personas exige Confianza, Compromiso, Responsabilidad, Mentalidad, Hábitos, Cultura, Valores y similares. Aquí se habla de “principios”. ¿Cuál de los dos ejes es más práctico, más esencial o más importante? Ambos lo son pero, ¿cuál lo es más? LA INVESTIGACIÓN En los cursos de formación y desarrollo de directivos me he molestado en analizar cuál es la situación real en España sobre ese cuadrado en empresas de distintos tamaños y sectores. Sin tener unos datos estadísticos precisos me sorprendió la coincidencia en la opinión que tienen la inmensa mayoría de directivos: En los Resultados, siendo cero (0) el mínimo y diez (10) el máximo utópico de la nota que se podría asignar si fuera óptima la estrategia, la organización, la comunicación interna, el trabajo en equipo, el servicio al Cliente, etc., se coincide mucho en una evaluación media en torno a un 6. Con respeto a las Personas se reconoce sinceramente que “estamos menos interesados” y que un 4 se podría considerar como Nº 206 • Enero • 2007 buena nota y en un buen número de casos “siendo generosos”. De tal forma que nos aparece sobre el cuadrado, de la FIGURA 1, el Punto 64. LO QUE SE HACE Más o menos de repente, espoleados por la competencia, la globalización, unos clientes exigentes o porque ha venido un nuevo equipo directivo joven, se cae en la cuenta, correctamente de que los resultados están muy por debajo del potencial que realmente tiene la empresa. Lo que se acuerda en mayor o menor grado es que para asegurar la estabilidad, el crecimiento y la supervivencia ese 6 se podría convertir por lo menos en un 8 pasando del 64 al 84 como muestra la FIGURA 2. ¿Cómo? Analizando la empresa y estableciendo un En una empresa sólo se dirigen personas. Nadie dirige una empresa, ni una fábrica, ni el plan financiero, comercial o tecnológico. O uno mejora y desarrolla a las personas o no dirige ni lidera nada en absoluto 47 Capital Humano La prepotencia que tiene hoy día el conocimiento y la tecnología es inquietantemente arrasador no por lo que afirma, sino por lo que niega al no reconocer vínculos humanos significativamente esenciales De acuerdo con ellas reorganiza el trabajo, equipos, procesos, se “agendan” los objetivos, se hace presión, a veces se crea crispación…, para acabar comprobando, sorprendentemente, que después de un año apenas se ha mejorado el resultado y se continúa encontrando casi igual; otra vez cerca del 64. LO QUE NO SE HACE plan de trabajo para las prioridades más idóneas. Podrían ser por ejemplo: • Diseñar e introducir un nuevo producto o un nuevo servicio. • Crear un nuevo mercado. • Introducir nuevas Tecnologías de la Información. • Cerrar un centro y abrir otro. • Reorganizar el sistema de distribución, etc. Queremos indicar aquí que el directivo, siempre inteligente y competente, no se suele equivocar en este análisis así como tampoco en el diagnóstico ni en el establecimiento de las prioridades que realmente se necesitan. FIGURA 1 > PERSONAS Y RESULTADOS 10 P E R S O 5 N 4 A S 0 64 48 ¿Qué exige ese cambio cultural? El desarrollo generalizado del liderazgo en toda la empresa. ¿Cuándo se da? Cuando cada jefe descubre lo genuino, lo auténtico y lo singular de cada colaborador y lo transforma en rendimiento. Por poner un ejemplo: cuando el jefe sabe que su colaborador Paco es introvertido (no extrovertido); piensa racionalmente (no emocionalmente); decide intuitivamente (no instintivamente); vive organizadamente (no flexivamente); es innovador (no metódico); aprende analizando (no actuando, ni observando); es un sintetizador (no un analítico) y tiene unos valores arraigados y definidos y cuando, además, después de caer en la cuenta de todo esto (lo que no es fácil) como consecuencia canaliza la energía de su colaborador Paco, le delega bien, mejora la coordinación con él, hace que voluntariamente asuma responsabilidad, potencie su compromiso y desarrolle equipo. Este descubrimiento y esta transformación es probablemente el proceso de dirección más crítico y más endiabladamente difícil. LO LÓGICO 5 6 RESULTADOS € 10 FUENTE > Cardona Labarga, 2006. Capital Humano La pregunta es: ¿Pero se puede subir ese 6 a ese 8? Dicen que una pregunta honrada merece una respuesta honrada. Según la lógica del sentido común y también según mi experiencia la respuesta es: Sí, se puede. Pero con una condición: que en el eje vertical se eleve a la vez el 4 al 7, por ejemplo. Es decir, un cambio estratégico requiere un cam bio cultural simultáneo y sin el uno no es posible el otro (FIGURA 3). Efectivamente en una empresa sólo se dirigen personas. Nadie dirige una empresa, ni una fábrica, ni el plan financiero, comercial o tecnológico. O uno mejora y desarrolla a las personas o no dirige ni lidera nada en Nº 206 • Enero • 2007 plano. Todos sus elementos componentes carecen de interioridad. Se pueden y deben alinear. FIGURA 2 > PERSONAS Y RESULTADOS. OBJETIVOS. 10 P E R S 5 O N 4 A S 84 64 0 5 6 Sin embargo en el eje de ordenadas cada persona sí tiene mundo interior, argumento, narrativa. El individuo es capaz de una autosuperación propia: su pensamiento es insaturable y siempre puede renacer y dar más de sí. En otras palabras, el eje vertical es el esencial. Como vulgarmente se dice, la cultura “derrota” a la estrategia. Si se sube del 4 al 7, el ir del 6 al 8 es casi automático, no es posible lo contrario por más fuerza que uno haga. 10 8 RESULTADOS € Por ello hoy día gestionar una empresa es, ante todo, gestionar una cultura (o el espíritu de la organización) que va siempre de arriba abajo. La crea el primer ejecutivo para bien o para mal (no el Director de Recursos Humanos). FUENTE > Cardona Labarga, 2006. absoluto. Es el liderazgo el que desarrolla la tecnología; la tecnología no desarrolla liderazgo. Nótese que el eje de abcisas, donde se sitúan las estrategias, tecnologías y conocimientos, es efectivamente “horizontal”, es Obviamente no todo va de arriba abajo. De hecho una buena comunicación ascendente es el mejor síntoma de buena estrategia, buen trabajo en equipo y magnífico servicio al cliente. Pero la cultura que permite dicho ascenso ha sido creada previamente por la alta dirección y es siempre descendente. DESAFÍO Y LIDERAZGO FIGURA 3 > PERSONAS Y RESULTADOS. CAMBIO CULTURAL Y LIDERAZGO Por tanto, si el eje horizontal es el “material” y el vertical es el “espiritual” en el sentido de confianza, compromiso, responsabilidad, etc. (no en el sentido estrictamente religioso aunque tampoco se excluye) llegamos a la conclusión correcta de que un líder es alguien que espiritualiza la materia, como indica la FIGURA 3. De hecho el desafío esencial a una empresa se le plantea, sobre todo, a nivel de espíritu y de cultura mucho más que a nivel de tecnologías (que se deben tener), de procesos (que se deben optimizar) o de aprovechamiento de las oportunidades (que se deben utilizar). 10 P E R 7 S 5 O N 4 A S 0 78 64 OPORTUNIDAD UNIVERSAL 5 6 8 RESULTADOS € 10 FUENTE > Cardona Labarga, 2006. Capital Humano 50 Para la evolución en el entorno anteriormente descrito mostramos la tremenda ventaja que le supone a toda empresa, evolucionar de una cultura “M”, de Miedo (64), a una cultura “C”, de Confianza (87). Oportunidades estratégicas buenas suelen existir muy pocas Nº 206 • Enero • 2007 y ésta, casi universalmente, es una de las mejores. Es engañosamente sencilla. Es decir, evolucionar reduciendo la cultura de mando y control, que tan buenos resultados dio en el pasado, y potenciar fuertemente una de mayor confianza y responsabilidad es algo que se dice fácil. Exige un cambio de mentalidad, desarrollo de directivos, liderazgo. Entre la cultura “M” y la “C” existen diferencias en todos los sentidos (estratégicos, organizativos, políticos, operativos, tecnológicos, etc.). Por ejemplo, un profesional “M” y otro “C” definirían de forma distinta los conceptos de Cliente, Calidad, Servicio, Responsabilidad, Organización, Estrategia, etc. Pero la diferencia más esencial es la cultural. Es decir, una vez más, lo más importante es lo que parece menos significativo: el estado de conciencia de las personas. EL GATO Ahora bien, aunque este camino correcto del 64 al 87 lo siguen pocas empresas que evolucionan muy bien, ¿por qué, de hecho, en una mayoría de casos parece observarse hoy, en el tercer milenio, que se sigue un camino justo opuesto? (FIGURA 4). Es decir ¿dónde está el gato encerrado que impide la evolución lógica? En todo el mundo empresarial español pocas preguntas hay tan importantes como ésta. Y nuestra respuesta es la siguiente: Así como en el eje vertical lo esencial y lo genuino de la persona no ha cambiado mucho desde el sílex al ordenador, el eje horizontal ha cambiado drásticamente el mundo a partir del siglo XVIII y las personas que acumulan hoy día todo el poder son las que manejan conocimientos y tecnologías. Este crecimiento inaudito del poderío técnico olvida vínculos esenciales que acaban en la “abolición de la persona”. Se crea una filosofía trasnochada muy materialista, pragmatista, relativista, progresista, modernista, tecnócrata o como se quiera llamar que bajo un lenguaje blando, “razonable”, “democrático”, “tolerante”, “igualitario” y a) Creen que las habilidades directivas resolverán el problema en lugar de los hábitos directivos. La habilidad es la capacidad para poner en juego la inteligencia para saber hacer algo, y el hábito la capacidad para poner en juego la voluntad para querer hacer algo. Aunque las habilidades son, desde luego, importantes y pertenecen a los conocimientos, los hábitos lo son más ya que pertenecen a la Cultura. Cuando uno habla con un experto pregunta por los principios, sólo un aficionado te pregunta por las herramientas que son siempre un compromiso a corto plazo y fácilmente mejorables. FIGURA 4 > PERSONAS Y RESULTADOS OPORTUNIDADES UNIVERSALES 10 P E R S O 5 4 N A 2 S 0 64 5 6 RESULTADOS € 10 FUENTE > Cardona Labarga, 2006. “políticamente correcto”, expulsa a la ética a la vieja usanza, a la ley natural, a la antropología y a la filosofía del ser propias del eje vertical. Recordar incluso la importancia del eje vertical, según pude ver hace poco, puede ser considerado como un “fanatismo intolerable”. La prepotencia que tiene hoy día el conocimiento y la tecnología es inquietantemente arrasador no por lo que afirma, que es bueno, sino por lo que niega al no reconocer vínculos y hechos humanos significativamente esenciales, originándose la manipulación ideológica y la ausencia de ideas generales sanas. La persona trabaja bien cuando compromete las manos, el corazón, el cerebro, el propio espíritu y le echa imaginación y coraje. Como máquina o como jumento de noria definitivamente el ser humano está mal diseñado. EL RESULTADO Así nos encontramos con algunas Escuelas de Negocio o grandes Direcciones de Recursos Humanos que no se han aclarado lo suficiente y cuelan este “gato encerrado”, que se pone de manifiesto cuando, por ejemplo: Capital Humano 52 b) Creen que un buen sistema de Gestión por Competencias resolverá todos los problemas. Desde luego dicho sistema es bueno y necesario pero puesto en su sitio. Es necesario definir y entrenar las habilidades críticas que todos los directivos deben ejercer así como también diagnosticar sus malos hábitos y puntos débiles para su perfeccionamiento. Pero nada sustituye a la gestión personalizada y a darse cuenta de cómo el otro reacciona cuando le preguntas y le miras a los ojos (no cuando le envías un e-mail). c) Olvidan que el conducto reglamentario y la asignación de autoridad y exigencia de responsabilidad son la piedra angular para poder trabajar con libertad y para el desarrollo del liderazgo (y la cultura de confianza). Hay viejos principios que siguen siendo esenciales. Esto es especialmente importante en todos los puestos críticos de la empresa y sobre todo en los más olvidados: los supervisores de primera línea o jefes inmediatos de los empleados en contacto directo con los productos, los servicios y los clientes. d) Pretenden un arreglo rápido y un milagro y buscan aplicar la última fórmula de moda. Todo lo que no tenga que ver de forma directa con el aumento de la contribución, compromiso, confianza, responsabilidad, productividad y rentabilidad de la persona genuina, no soluciona básicamente ningún problema esencial, ¡y tiene un buen gato encerrado Nº 206 • Enero • 2007