Queridos amigos, El 28 de septiembre, se celebra la fiesta de San Lorenzo Ruiz (1600-1637), San Lorenzo Ruiz fue el primer santo de las Filipinas. Fue también el primer mártir de la fe. San Lorenzo tuvo dificultades durante su temprana vida. Lorenzo callo víctima a los pecados. Sin embargo, se convirtió al Señor dándose cuenta que nunca es tarde para recibir el perdón de Dios. Abrazado a su fe, él se dedicó a ser un misionero de cello. Dio su vida dando aliento a los demás. Lorenzo nació en Binondo (Manila), Filipinas. Él fue hijo de un padre chino y madre filipina. Como ambos padres eran cristianos él fue criado en la fe. Recibió aprendizaje chino y tagalog por medio de sus padres y después aprendió español por medio de los frailes dominicos. San Lorenzo participaba en la misa como monaguillo. Cuando creció, Lorenzo demostró la constancia y piedad. El siempre mostro comportamiento constante y profesional especialmente en la transcripción de documentos. Lorenzo entró en la Cofradía del Santo Rosario. Desde su corta edad demostró una amorosa devoción a Nuestra Santísima Madre. Con buena educación y realizado se casó. El y su esposa, tuvieron tres hijos (dos varones y una mujer). La vida tranquila de San Lorenzo se terminó cuando fue acusado de asesinato. Poco se sabe acerca de este evento, pero es evidente que el sufrió por haber sido acusado. El registro Dominicano muestra que Lorenzo fue buscado por las autoridades. El tomo refugio con los misioneros Dominicanos. Los misioneros iban dirigidos a Japón estando conscientes de la persecución que se extienda por todo el país. Lorenzo tomo esto como una oportunidad de trabajar como misionero para el Señor. Junto con el dominico Antonio González, Guillermo Courtet, Miguel de Aozaraza, y un sacerdote japonés, Shiwozuka de la Cruz. A pesar de las dificultades que estaban por venir, Lorenzo se desembarcó con sus compañeros. No paso mucho tiempo cuando los descubrieron. Fueron detenidos y sentenciados. Juntos los mártires valientes fueron sometidos a las más horribles y diversas de torturas. El propósito de estas torturas fue para obligarlos a renunciar a su fe. Los hombres santos, incluido Lorenzo, se negaron a renunciar a su fe. Los compañeros nunca dejaron de proclamar el nombre del Señor. Después de varios días de tortura, incluidas las agujas de bambú que se inserta debajo de las uñas, el superior Dominicana, P. Antonio, murió en agonía. Cada uno de los hombres que quedaban soportó tortura, así como momentos de crisis espiritual. San Lorenzo aun siendo torturado se encontró lleno del Espíritu Santo, y proclamaba su fe cristiana. Sus últimas palabras fueron "Isa Akong Katoliko." Soy católico y estoy feliz de morir por Dios. Si tengo un millar de vidas para ofrecer, también se la ofrezco a Dios. Con el tiempo, los hombres restantes fueron martirizados: algunos fueron colgados boca abajo en piscinas de tierra, otros fueron decapitados. Lorenzo Ruiz y sus quince compañeros mártires de la misma persecución, fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en 1981, y elevados a la santidad en 1987 en Roma. El heroísmo que San Lorenzo demostró fue un testimonio grande de fe. Es importante usar su testimonio como un ejemplo en el mundo de hoy. Tenemos que defender con coraje y sin medida, nuestra fe con nuestras palabras y en nuestra vida cristiana. La vida sin fe no tiene sentido se necesita la fe para vivir. San Lorenzo Ruiz nos demostró que la santidad y heroísmo nos lleva a la victoria final. Padre Vic Olvida Vicario Parroquial