Protocolo diagnóstico ante infiltrados pulmonares y fiebre en el paciente infectado por el VIH M. Adrados de Llano, J.M. Ruiz Giardin y F. Laguna Cuesta El 90% de los casos de fiebre e infiltrados pulmonares en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se deben a infecciones (tabla 1). Las infecciones pulmonares son la primera causa de ingreso hospitalario en pacientes infectados por el VIH. La inclusión de la neumonía bacteriana recurrente y de la tuberculosis pulmonar como criterio de síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA) ha supuesto un incremento marcado en el número de casos de SIDA comunicados. La incidencia de neumonía bacteriana en el paciente infectado por VIH es seis veces mayor que en la población general y los pacientes tienen cuatro veces más riesgo de morir. La profilaxis con trimetoprin-sulfametoxazol (TMP-SMX) reduce en un 67% la incidencia de neumonías bacterianas. Éstas aparecen en cualquier grupo de riesgo y grado de deterioro inmunológico, siendo más frecuente en pacientes usuarios de drogas por vía parenteral (UDVP) y en pacientes con menos de 200 linfocitos CD4/mm 3. En general, las bacterias causantes de neumonía son las implicadas en las neumonías en población no infectada por VIH, frecuentemente producen bacteriemia y suelen recurrir. Los gérmenes más implicados son bacterias capsulares, como Streptococcus pneumoniae (35%-75%) y Haemophilus influenzae. La tuberculosis es una causa frecuente de infiltrado pulmonar y fiebre en pacientes VIH positivos de nuestro entorno. La neumonía por Pneumocystis carinii se presenta casi exclusivamente en pacientes con menos de 200 linfocitos CD4+/mm 3 y que no estén en profilaxis para la misma. La neumonía por Staphylococcus aureus (6%) tiene una elevada mortalidad; en nuestro medio los Medicine 1998; 7(81): 3787-3789 Servicio de Enfermedades Infecciosas. Centro Nacional de Investigación Clínica. Instituto de Salud Carlos III. Madrid. pacientes UDVP o con catéteres pueden presentar endocarditis derecha simultánea. Gérmenes gramnegativos (14%) como Echerichia coli y Pseudomonas aeruginosa suelen ser los causantes de neumonías nosocomiales. La neumonía por Pseudomonas aeruginosa es poco frecuente, aparece en situaciones de inmunodepresión profunda y habitualmente en pacientes con neutropenia o tratamientos antibióticos previos prolongados. Nocardia asteroides y Rhodococcus equi raramente producen neumonía y en ocasiones es cavitada. Las neumonías por Legionella, Mycoplasma o Coxiella burnetti son muy infrecuentes y los pacientes infectados por VIH no parecen tener más riesgo que la población general. Los hongos pueden producir infiltrados pulmonares y, en nuestro medio, Cryptococcus neoformans produce infiltrados pulmonares en el 20% de las meningitis criptocócicas. Aspergillus sp. produce raramente infiltrados pulmonares de lenta evolución. Las neumonías por hongos regionales (Histoplasma capsulatum, Coccidioides immitis, Blastomy- TABLA 1 Etiologías más frecuentes en nuestro medio Infecciosas Bacterias Streptococcus pneumoniae Haemophilus influenzae Mycobacterium tuberculosis Staphylococcus aureus Pseudomonas aeruginosa Mycobacterium avium Virus Citomegalovirus Hongos Cryptococcus Aspergillus Pneumocystis carinii Neoplásicas Sarcoma de Kaposi Linfoma no Hodgkin Otros Neumonitis intersticial linfoide ces dermatitidis y Penicillinum marnefei) sólo se presentan en pacientes que hayan vivido o viajado a zonas endémicas. La infección pulmonar por Citomegalovirus no está claramente delimitada y este patógeno generalmente aparece en pacientes que tienen otra patología pulmonar concomitante, habitualmente neumonía por P.carinii. Existen procesos no infecciosos que pueden manifestarse con fiebre e infiltrados pulmonares. El 30% de los pacientes con sarcoma de Kaposi cutáneo presentan afectación pulmonar, con frecuencia aparecen infiltrado nodular o intersticial, puede haber derrame pleural sanguinolento y a veces adenopatías mediastínicas. Igualmente, los linfomas pueden producir lesión pulmonar. La neumonitis intersticial linfoide es una alteración inmunológica de etiología desconocida que ocurre típicamente en niños y rara vez en adultos. La valoración diagnóstica de estos procesos requiere una historia clínica detallada para conocer datos epidemiológicos (consumo de drogas, viajes, contacto con tuberculosis), cifra de linfocitos CD4+, tratamientos previos y profilaxis que realiza el paciente. El estudio inicial requiere muestras de esputo (tinciones de Gram y Ziehl y cultivos) y sangre para hemocultivos. El aspecto del infiltrado pulmonar junto a la clínica del proceso nos pueden orientar el diagnóstico y tratamiento. Un cuadro agudo con infiltrado alveolar suele ser debido a bacterias piógenas y está indicado iniciar tratamiento con ceftriaxona o cefalosporinas por vía oral, debido a la elevada incidencia de resistencia a penicilina (40%) en nuestro país. Con cuadro agudo e infiltrado intersticial consideraremos las bacterias piógenas, raramente P. carinii y, en pacientes UDVP, el edema pulmonar no cardiogénico por consumo de opiáceos. Ante este cuadro 3787 © Idepsa 98 © ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VII) Fiebre + VIH + infiltrado pulmonar Historia clínica y exploración física CD4 Epidemiología (UDVP, contacto TB, viajes, catéteres) Profilaxis (INH, CMX) Esputo: Gram, BAAR, cultivo Hemocultivos GAB si disnea/taquipnea Clínica Cuadro subagudo Cuadro agudo Radiografía Infiltrado segmentario Infiltrado intersticial Infiltrado intersticial Infiltrado segmentario Etiología Neumococo H. influenza S. aureus (UDVP, catéter) Bacterias piógenas NPC Edema pulmonar no cardiogénico Neumonías atípicas NPC TB Rhodoccocus Hongos Nocardia Tumores Esputo + Organismo lento crecimiento Esputo inducido Pruebas LBA Gammagrafía galio Esputo + LBA TLCO Tratamiento Ceftriaxona o Cloxa + aminogl. (sospecha S. aureus) CMX + corticoides CMX + Ceftriaxona Tratamiento específico Si no respuesta Broncoscopia + LBA + BAS + Biopsia transbronquial Positiva Negativa Tratamiento específico Repetir broncoscopia o Biopsia pulmonar (por minitoracotomía) Algoritmo. VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; UDVP: usuarios de drogas por vía parenteral; TB: tuberculosis; INH: isoniacida; BAAR: bacilos ácido-alcohol resistentes; NPC: neumonía por Pneumocystis carinii; LBA: lavado broncoalveolar; CMX: cotrimoxazol; BAS: broncoaspirado; TLCO: test de difusión al monóxido de carbono. clínico estaría indicado además la realización de esputo inducido para P.carinii (sensibilidad del 90% con anticuerpos monoclonales y un valor predictivo negativo del 60%), serología a agentes de neumonía atípica e iniciar tratamiento empírico con TMP-SMX y ceftriaxona algunos autores añaden eritromicina por la remo- 3788 © Idepsa 98 © ta probabilidad de que sea debida a agentes de neumonía atípica. Si el paciente presenta un cuadro subagudo con infiltrado intersticial, el diagnóstico más probable es PROTOCOLO DIAGNÓSTICO ANTE INFILTRADOS PULMONARES Y FIEBRE EN EL PACIENTE INFECTADO POR EL VIH la neumonía por P. carinii que aparece casi exclusivamente en pacientes con menos de 200 linfocitos CD4+/mm 3 y que no realizan profilaxis. Suele cursar con tos no productiva, disnea, hipoxemia y aumento de LDH, aunque ninguno de estos datos son patognomónicos de este proceso. Produce infiltrado intersticial difuso (75%), alveolar (12,5%) o mixto (12,5%). Ocasionalmente pueden presentar afectación pulmonar localizada en lóbulos superiores los pacientes que hacen profilaxis con pentamidina inhalada. En caso de sospecha de neumonía por P.carinii debemos realizar esputo inducido o broncoscopia con lavado broncoalveolar (LBA). La gammagrafía con galio muestra captación pulmonar difusa, es poco específica pero útil cuando la radiografía de tórax es poco expresiva. La prueba de difusión pulmonar del CO (TLCO) puede ser de ayuda en el diagnóstico. El tratamiento se debe hacer con TMP-SMX o con pentamidina si existe alergia a sulfamidas. Si la pO 2 es < 70 mmHg debemos asociar corticoides. Cuando el proceso es subagudo y con afectación pulmonar no intersticial será debido habitualmente a agentes de lento crecimiento o a tumores. En nuestro medio la tuberculosis es la causa más frecuente de este cuadro, apareciendo con menos cavitación, menos derrame pleural, más adenopatías mediastínicas y menos afectación de lóbulos superiores que el paciente inmunocompetente. Con frecuencia el paciente presenta tuberculosis ganglionar simultánea. La baciloscopia de esputo puede tener una sensibilidad del 50%-70% y el cultivo del 80%-90%. El diagnóstico de la tuberculosis ha mejorado al utilizarse medios de cultivo líquidos y sondas genéticas que permiten diagnósticos de certeza en pocos días. En un futuro próximo, el uso de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) directamente en muestras clínicas hará que el inicio del tratamiento no se demore por el lento crecimiento de esta bacteria. El tratamiento debe iniciarse con rifampicina, isoniacida y pirazinamida, añadiendo etambutol si sospechamos resistencia a isoniacida. Causas muy raras de neumonías segmentarias de lenta evolución son la neumonía por R.equi, N.asteroides y Aspergillus sp. La mejoría clínica sustentará el mantenimiento del tratamiento inicial elegido. Si no observamos mejoría y si no tenemos un diagnóstico, realizaremos la broncoscopia con LBA y/o biopsia transbronquial, que dan un rendimiento diagnóstico has- ta del 95%. La práctica de una nueva inducción de esputo añade poco al diagnóstico. Si con la broncoscopia con LBA y/o biopsia transbronquial no llegamos al diagnóstico podemos repetir estas pruebas o realizar una biopsia pulmonar abierta. Con frecuencia hemos de iniciar el tratamiento de forma empírica, basados en los datos clínicos y radiográficos reseñados. Tendremos en cuenta que ningún dato es patognomónico de un determinado proceso y que la sensibilidad de las distintas pruebas diagnósticas dependerá de cada centro. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA Burack JH, Hahn JA, Saint-Maurice D, Jacobson MA. Microbiology of community-acquired bacterial pneumonia in persons with and at risk for human immunodeficiency virus type 1 infection. Arch Intern Med 1994; 154: 2.589-2.596. Magnenat JL, Nicod LP, Auckenthaler R, Junod AF. Mode of presentation and diagnosis of bacterial pneumonia in human immunodeficiency virus-infected patients. Am Rev Resp Dis 1991; 144: 917-922. Mitchell DM, Miller RF. New developments in the pulmonary diseases affecting HIV infected individuals. Thorax 1995; 50: 294-302. Shelhamer JH, Gill VJ, Quinn TC, Crawford SW, Kovacs JA, Masur H, Ognibene FP. The laboratory evaluation of opportunistic pulmonar infections. Ann Intern Med 1996; 124: 585-599. 3789 © Idepsa 98 ©