1 LA COMISION NACIONAL DE ARBITRAJE MEDICO Autor: Dr

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LA COMISION NACIONAL DE ARBITRAJE MEDICO
Autor: Dr. Carlos Tena Tamayo
En la profesión medica desde que se tiene registro se ha regido por principios,
mismos que se han convertido en tradicionales, estos son: la autonomía,
beneficencia, no maleficencia y justicia, además, se reconoce como obligación
fundamental del médico el apego permanente a la lex artis médica y a la
deontología. Sin olvidar, por fehacientemente demostrado, que una buena relación
médico-paciente se nutre de un proceso de comunicación eficiente.
Desde tiempos inmemoriales se ha buscado regular la práctica médica y delimitar
su responsabilidad profesional. Ejemplos de ello son el Código de Hammurabi, y
el clásico Juramento Hipocrático con su connotación deontológica. Existen
antecedentes sobre tribunales compuestos por médicos; uno de los más
reconocidos en la historia de la medicina es el Real Protomedicato de Nueva
España, donde a sus pares se encomendaba analizar el comportamiento médico8.
En las últimas décadas hemos presenciado que la súper especialización y
tecnificación de la medicina, la masificación de la atención y su estructura social,
entre otros muchos factores, han contribuido al deterioro de la relación médico
paciente. Hoy, los pacientes y la sociedad en conjunto exigen una relación con
patrones de interacción explícitos, muy diferentes a los de antaño9-13. Se ha
mencionado con amplitud que el creciente número de demandas en contra de los
médicos se origina por una comunicación inadecuada entre el médico y su
paciente, y son fomentadas de manera conjunta, primero, por una sociedad crítica
y madura que conoce y reclama sus derechos, pero también por una lucrativa
industria del litigio y por la forma en la que algunos medios de comunicación
masiva hacen el tratamiento de la noticia.
Los médicos, ante todo esto, se protegen con la compra de seguros de
responsabilidad profesional y con la práctica de la medicina defensiva.
La
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medicina
defensiva
se
practica
cuando
los
médicos
ordenan
estudios,
procedimientos o consultas adicionales, principalmente (aunque no únicamente),
para reducir el riesgo de ser demandados por responsabilidad profesional o para
ganar los pleitos en los tribunales.
Esto representa una desviación al
profesionalismo y a la ética médica, además tiene como efectos negativos
encarecer la atención médica y promover la desconfianza entre médico y paciente,
lo que se convierte en un factor para propiciar las demandas en contra de los
médicos, creando un círculo vicioso.
El temor a ser demandados ha llevado a algunos médicos a negarse a dar
atención a pacientes graves, a que abandonen el ejercicio de la profesión, a no
estudiar especialidades de alto riesgo y a considerar al expediente clínico y el
consentimiento informado sólo como medio de protección legal, en lugar de
instrumentos en beneficio del paciente.
En varios países del mundo las controversias por mala práctica médica se
desahogan en tribunales judiciales, donde se privilegia el componente litigioso y la
opinión médica queda en manos de personas contratadas por las partes. En
algunos casos se incluye la revisión por peritos, cuya formación académica no es
necesariamente la idónea.
En México, la mayoría de las controversias se presentan por la vía penal, pues el
único requisito es la presunción del afectado en cuanto a que se pudo haber
cometido un ilícito, hecho que con frecuencia trasciende al público a través de
medios de comunicación, lo que desprestigia al médico, no obstante que pueda no
ser culpable. En la actualidad, los casos que se presentan por la vía judicial llegan
incluso a requerir varios años para alcanzar una resolución, lo que implica la
contratación de abogados y erogaciones económicas importantes para los
involucrados. Lamentablemente en el proceso judicial la relación médico-paciente
se transforma y el prestador de servicio y el quejoso se vuelven enemigos.
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Hasta antes de la creación de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico
(CONAMED), en junio de 1996, los pacientes insatisfechos por la atención médica
recibida, podían haber planteado su queja por la vía judicial. Una vez decretada la
instalación de la CONAMED por el Presidente de la República, se tuvo una
alternativa para atender los conflictos entre médicos y pacientes de todo el país,
con el uso de formas alternas de resolución de controversias (conciliación y
arbitraje), con el apoyo de abogados y médicos expertos en la materia. Conforme
a su decreto de creación, tiene facultades para brindar asesoría e información a
los usuarios sobre sus derechos y obligaciones, recibir, investigar y atender las
quejas por la posible irregularidad en la prestación o negativa de prestación de
servicios médicos. Puede recibir información necesaria para dilucidar las quejas y
realizar las diligencias que correspondan. Además puede fungir como árbitro y
pronunciar los laudos que correspondan cuando las partes se someten
expresamente al arbitraje. Asimismo, está facultada para elaborar dictámenes o
peritajes médicos que le sean solicitados por las autoridades encargadas de la
procuración e impartición de justicia.
En México y en países con sistemas legales similares, se considera que el
médico responsable tiene la obligación de reparar el daño causado por mala
práctica (negligencia, impericia o dolo), cuando se demostró nexo causal. El
modelo de arbitraje médico implica un solo proceso, desde el ingreso de la
inconformidad hasta su resolución en cualquiera de las dos formas: la conciliatoria
o la arbitral. Cuando se presenta una inconformidad se hace un análisis inicial
para identificar si procede o no admitirla como queja formal; de no tener su origen
en una probable mala práctica, se ofrece al quejoso orientación o asesoría
especializada para dirigirla. Los métodos alternos de resolución de conflictos son
formas reconocidas por la legislación mexicana para que las partes en conflicto
puedan resolver sus diferencias sin la intervención necesaria de una autoridad
judicial. Estos medios alternos son utilizados en diferentes países para tratar los
conflictos derivados del acto médico, y han sido recomendados por diferentes
autores. El proceso arbitral presta atención a los intereses de las partes en
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conflicto, no solo a sus derechos y obligaciones. Impacta de manera positiva en la
relación futura del médico y el paciente ya que fomenta la transigencia, tolerancia
y la conciliación. Además hace innecesaria la figura del juez como autoridad; esto
desinhibe a las partes durante las negociaciones y permite acercar toda
información necesaria sobre los verdaderos intereses que subyacen en la
controversia.
En caso de que la inconformidad se deba a negativa de atención, o cuando se
considera que ésta es inadecuada, sin que todavía exista evidencia de un daño a
la salud, se gestiona con el prestador de servicios el apoyo que demanda el
paciente, sobretodo en caso de urgencia. Por el contrario, si el paciente tiene un
daño a consecuencia de una probable mala práctica médica, se ingresa la
inconformidad como una queja formal y acto seguido se invita al prestador de
servicios a que acuda a loa CONAMED para intentar de resolver el conflicto a
través del proceso arbitral.
La conciliación es el acuerdo celebrado entre quienes se encuentran ante un
conflicto de intereses con la finalidad de evitar un juicio. Para resolver un conflicto
por estas vías alternas, se requiere: a) contar con la voluntad de las partes, b) que
el caso no esté en un proceso judicial, y c) que no tenga como única pretensión la
de sancionar al médico, ya que la CONAMED no es autoridad para esos fines, y
sólo promueve la reparación del daño en el ámbito civil.
La conciliación alienta la resolución del conflicto a través del diálogo; concluye con
la firma de un convenio en el que ocurre la aceptación de la responsabilidad del
médico, si la tiene, o el desistimiento del paciente cuando queda convencido de
que no hay mala práctica del profesional de la salud. En dicho acuerdo se cuida
que en el procedimiento de resolución se observen los valores de respeto,
objetividad, confidencialidad e imparcialidad, de tal manera que sólo se repare el
daño cuando exista evidencia de mala práctica o en el caso de que el médico no
tenga forma de demostrar lo contrario. Cuando el conflicto se resuelve por esta
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forma se firma un convenio de conciliación o transacción con lo que se resuelve en
definitiva la controversia.
Cuando no se logra conciliar, se continúa la siguiente etapa del proceso, la
arbitral. El arbitraje es un procedimiento similar a un juicio, en el sentido de que es
un tercero quien decide sobre el caso que se le presenta y las partes aceptan esa
decisión, que se expresa a través de un laudo.
El arbitraje se realiza en la
CONAMED en estricto derecho (atendiendo las reglas del derecho), o en
conciencia (ponderando el cumplimiento de los principios científicos y éticos).
El procedimiento arbitral en la CONAMED implica la evaluación exhaustiva del
caso, por sus especialistas en arbitraje y apoyados por asesores médicos
contratados ex profeso, para cada caso. Estos son médicos especialistas que
reúnen los requisitos exigidos por la legislación mexicana, con certificación vigente
del Consejo de su especialidad y con experiencia y conocimiento actualizado en la
rama particular de las ciencias médicas.
El pronunciamiento con el cual la CONAMED resuelve es el laudo, tiene fuerza de
cosa juzgada y constituye un acto materialmente jurisdiccional. Si es condenatorio
tiene efectos de un título ejecutivo y es el equivalente de sentencia, es decir lo
expresado en él es cosa juzgada.
Cuando hay evidencia de mala práctica, la reparación del daño puede ser
económica; cuando es así, se utiliza por analogía la tabla de valuación de
incapacidades permanentes de la Ley Federal del Trabajo de México, asimismo
suelen cubrirse los gastos en que incurrió el paciente y en su caso los perjuicios.
Desde el año 2001 este proceso esta certificado bajo la norma ISO 9001-2000,
para garantizar a la ciudadanía una atención de calidad total.
Cuando no se logra la conciliación y no se acepta el arbitraje en conciencia o en
estricto derecho, la CONAMED emite una propuesta de arreglo en amigable
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composición, la cual no tiene carácter vinculatorio, y su objetivo es que las partes
conozcan la postura de la CONAMED ante la controversia presentada, con ello en
ocasiones se logra la reconsideración de la conciliación o la aceptación del
arbitraje propiamente dicho.
Además de emplear el modelo descrito para la resolución del conflicto en la
relación médico-paciente, la CONAMED utiliza el conocimiento estratégico
acumulado en 7 años de experiencia para prevenirlo a través de acciones
puntuales, entre las que destacan la emisión de recomendaciones dirigidas al
profesional de la salud en las diferentes especialidades, según el número de
quejas recibidas y tipo de problemas reflejados en ellas. Con la misma finalidad se
coordinó la elaboración de dos decálogos conteniendo los derechos de los
pacientes y los médicos. Hacer explícitos los derechos de los integrantes de esta
relación, favorecerá una mejor comunicación y entendimiento.
La CONAMED hace la divulgación de su quehacer y misión a todos los
involucrados en el acto médico entre los organismos no gubernamentales, las
instituciones de salud públicas y privadas, y los colegios, sociedades y
asociaciones médicas del país.
Incide mediante acciones de enseñanza en
seminarios y talleres en instituciones educativas de pre y posgrado y bajo la forma
de la educación médica continua respaldada por la Universidad Nacional
Autónoma de México a médicos en ejercicio.
Reportes de los dos últimos años del trabajo de la CONAMED
Durante 2001 - 2002 ingresaron 9,573 inconformidades, de las cuales 6,913, es
decir, 72.2% se resolvieron por asesoría especializada o gestión inmediata antes
de 48 horas. A través del proceso arbitral se atendieron 2,660 quejas (27.8%), en
los procedimientos de conciliación o arbitraje, de los cuales 80% procedían de
personas inconformes de los servicios públicos de salud y el resto de la atención
médica privada.
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De estos 2,660 casos, 1,333, (50.1%), se resolvieron en la etapa conciliatoria; 52
casos (1.9%), tuvieron que llegar a la emisión del laudo arbitral, ambos suman
1,385 casos (52%). De los restantes 1,275 casos (48%) que no se conciliaron, se
dejaron a salvo sus derechos en 971 casos y en el resto se desistió del proceso.
De los 1,385 casos, resueltos en la etapa conciliatoria o por laudo, 803 asuntos
(58%)
se
resolvieron
ampliando
la
información
del
tratamiento
médico
proporcionado o asumiendo el compromiso de continuar prestando atención
médica. Los 582
casos restantes (42%), se resolvieron por medio del pago
económico equivalente a $19 millones de pesos, que se finiquitaron mediante
transacciones directas, expeditas y satisfactorias de las partes: 74% (431/582)
mediante indemnización, 22.5% (131/582) con reembolso de gastos y el restante
3.5% (20/582) mediante la condonación de adeudos.
En los 1,385 asuntos resueltos a través de un convenio de conciliación o de un
laudo, no se logró identificar mala práctica de la medicina en 61%, en el resto (
39%) si se demostró. El 4tiempo promedio que duró el proceso arbitral fue de 3.6
meses para conciliar y 15 meses para la emisión de laudos; este período está en
función de los tiempos que las partes acuerdan para la presentación y desahogo
de pruebas y alegatos.
En el año 2002 se aplicaron 2,373 encuestas de salida voluntarias a pacientes y
prestadores de servicios de salud para conocer la satisfacción de los usuarios de
la CONAMED. Los usuarios encuestados las respondieron en diferentes etapas
del proceso, obteniéndose que el 97% de los encuestados calificaron el servicio
como bueno o excelente, con diferentes variables que incluyen: tiempo de
atención, imparcialidad y trato personal.
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La falta de formalismo en los trámites redunda en rapidez, haciendo más expedita
la solución que a través de la vía judicial. Al ser una instancia gubernamental, los
procedimientos son gratuitos y no resultan onerosos para las partes.
El arbitraje médico es una eficiente forma de contener la práctica de la medicina
defensiva y la industria del litigio. Esta forma de dirimir controversias permite al
profesional de la salud mantener una apropiada relación médico paciente; por ello
es un medio idóneo para una sana práctica de la medicina. Los resultados
obtenidos del proceso evidencian la necesidad de desarrollar habilidades de
comunicación en los médicos, que expresen los valores de la profesión y del
individuo.
En adición, el costo beneficio a nivel social e individual es ventajoso, ya que evita
desgaste emocional, psicológico, económico, y la utilización exagerada de tiempo,
recursos humanos, técnicos y materiales, sin considerar la corrupción a la que dan
cabida otros procesos.
El modelo descrito ha demostrado su efectividad en el ámbito nacional, al
momento se ha propiciado la creación de comisiones estatales de arbitraje médico
análogas en 22 de los 31 estados de la República. Con estas se ha trabajado en la
estandarización del modelo, en la homologación de procesos, procedimientos y
acciones de su personal médico y jurídico. El modelo mexicano de arbitraje
médico forma parte de una estrategia que podría hacer que se cumplan dos de las
expectativas de mayor demanda social de la medicina moderna: retomar su
humanismo y mejorar la calidad.
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