Sentido económico equivocado

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Sentido económico equivocado
Viernes 07 de Diciembre de 2007 00:00
En “Money for Nothing”, Barry Schwartz muestra la oposición que puede existir entre el sentido
común de los economistas y el de los sicólogos y educadores cuando tratan de resolver
problemas en educación (2/7/2007, The New York Times). El alcalde Bloomberg de Nueva
York aplicó la receta sugerida por el economista Roland Fryer de ofrecer una recompensa de
hasta 500 dólares al año a los alumnos de 7mo grado que obtuvieran un alto rendimiento
escolar. Asumían la regla económica de que las personas actúan motivadas por incentivos
para alcanzar su objetivos, y que mientras más incentivos haya, tanto mejor. Lamentablemente,
estas presunciones lineales son falsas. Los sicólogos saben que hay circunstancias en las
cuales un incentivo compite con el otro disminuyendo su impacto. Un caso típico es el de los
niños que en ausencia de recompensas gustan de pintar espontáneamente en las cartulinas
con plumones, pero después de que se introducen recompensas para los mejores, dejan de
pintar espontáneamente en ausencia de recompensas. (Las notas cumplen ese rol en los
colegios). ¿Qué pasa? A los niños que sienten la recompensa intrínseca de pintar o leer por
diversión se les ha sustituido la motivación por un premio externo a su buen trabajo, el cual
debilita la recompensa intrínseca. Luego, en ausencia de una recompensa externa (notas), no
existe mayor interés intrínseco para pintar o leer. Lo mismo ocurre con los adultos. Cuando se
les paga por hacer cosas que les gusta, empiezan a gustar menos de esas actividades de
modo espontáneo y hasta dejan de participar en ellas en ausencia de un incentivo económico.
La recompensa externa apabulla la motivación interna. Se puede anticipar que el incentivo
económico por asistir a clases y rendir mejor en el futuro debilitará aún más la escasa
motivación intrínseca por el estudio de los alumnos de Nueva York, aun si en el corto plazo
pudiera mostrar algunos buenos resultados. Lo peor del asunto es que este plan distrae a las
autoridades de investigar y enfrentar las verdaderas razones por las que los niños no tienen
motivación para estudiar. ¿Qué ocurre con las escuelas que transforman a los niños de edad
preescolar con enorme entusiasmo natural por aprender en alumnos que al llegar a 4to grado
preferirían no ir al colegio? Importante aporte para aquellos profesores que desde edades
iniciales convierten a los niños en consumidores de recompensas y notas, debilitando su
interés natural por leer y aprender.
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