Refranero utilizado en Corrientes y Resistencia.

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Resumen: H-002
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDEST E
Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2005
Refranero utilizado en
Corrientes y Resistencia.
Arovich de Bogado, Vilma H. - Costarelli, Rafael E.
Instituto de Letras de la Facultad de Humanidades (UNNE).
Dirección: Las Heras 727. CP: 3500. Ciudad: Resistencia. País: Argentina.
Teléfono: 03722-425433. E-Mail: [email protected]
Antecedentes.
El presente trabajo fue motivado por una investigación piloto de recolección e identificación de un corpus
base de refranes, a partir de la cual nos dimos cuenta de que era posible detectar en el habla actual, en el Nordeste,
refranes cuyo uso nos remonta a la Edad Media castellana. Terminada la tarea, observamos que su alcance explicativo
era muy corto: sólo nos permitía dar fechas y circunstancias de origen a muchos de los refranes, pero no estudiarlos
desde el punto de vista de su función contextual.
Al revisar el estado de la cuestión sobre los estudios folklóricos inferimos que lo que ponía límites a la
tarea era la perspectiva folklórica desde la cual se acometía el estudio, pues nos llevaba a la compilación de un género
folklórico sin contextualizarlo. Vimos también que los trabajos sobre refranes pueden ser clasificados en dos grupos: a)
los que consisten en compilaciones con fines salvacionistas y b) los que están centrados en el refrán como texto y
analizan su construcción lingüística (cf. Greimas, 1970). En ambos casos se evidencia un estudio del refranero
desgajado del contexto y guiado por un interés de acopio o bien por un interés formal, por encima de las necesidades de
la comunicación.
Por lo expuesto, creemos que las tareas que aguardan a las investigaciones en paremiología son: el
estudio del refrán desde el conjunto de situaciones a las que se aplica en una época y una sociedad determinadas, y el
estudio del refranero medieval junto con el emergente o nuevo. Desde esta nueva perspectiva, se podrían retomar y
readaptar algunos aportes del viejo paradigma de las supervivencias para lograr un estudio contrastivo y diferencial del
refranero, y tratar de explicar la perduración-innovación del refranero medieval-tradicional.
Materiales y métodos.
Hasta el momento hemos registrado en contexto cuarenta y cinco refranes, cuarenta de los cuales son de
origen medieval-tradicional.
Tenemos cuatro grandes líneas de trabajo: una de trabajo empírico que implica la conformación de un
corpus de refranes en la zona elegida para el estudio, que como señalamos arriba son las ciudades de Resistencia y
Corrientes; una instancia abductiva en que se identifica cada refrán y se lo adscribe a la paremiología medieval, si es
atinente; una instancia de inferencias analógicas entre el corpus constituido en el trabajo empírico y los corpus
medievales; por último, una instancia deductiva de inferencias causales en cuanto a la relación entre el texto y el
contexto de uso que lo justifique.
Para llevar adelante el trabajo empírico procedimos desde una óptica etnográfica. Esta óptica permite que
el investigador realice el estudio en su propia comunidad, pues “el hecho de que un miembro se transforme en
investigador introduce diferencias en la forma de participar y observar” (Guber, 2001: 62). Lo primero que tuvimos en
cuenta fue la diferencia entre nuestra perspectiva teórica y las perspectivas que conforman la puesta en acto de refranes.
De esa manera tratamos de evitar que los informantes actuaran predeterminados por nuestra perspectiva. El registro de
la ejecución de refranes se realizó desde la óptica de la etnografía del habla (Hymes, 2002: 55-89). En esta etapa, se
asentaron los refranes en contexto; por ejemplo: si aparecían en una conversación se tomaban notas, a posteriori, de
este evento de habla junto con otros aspectos como las características de los participantes, de la situación, el tópico de la
conversación, etc.
La instancia abductiva y de inferencias analógicas la realizamos retomando y reformulando algunos
aspectos del paradigma folklórico de las supervivencias. Desde esta óptica, las especies del folklore están constituidas
por restos de la vida cultural del pasado. Esto, que es sólo una característica de algunos objetos del folklore, sirvió de
base a una definición de la disciplina centrada en la tradición (cf. Vega, 1960: 115-118). Nosotros sabemos que muchos
refranes pertenecen a la tradición; otros son nuevos o emergentes. En el primer caso la ejecución no denuncia por sí
misma antigüedad. No obstante, emprendimos la tarea de identificar los refranes que son supervivencias o restos de otra
cultura y a través de la consulta de obras literarias los adscribimos a la paremiología de la época en que entraron en
proceso de folklorización: en nuestro caso la Edad Media castellana. Posteriormente intentamos la explicación
contrastiva del uso del refranero buscando semejanzas y diferencias en cuanto a los ejecutantes, la puesta en clave de la
ejecución, las consideraciones sociales respecto del género, etc. y tratamos de determinar con qué función especial
ciertas paremias se conservan y por qué otras desaparecen. Arriesgamos también algunas explicaciones sobre la causa
de perduración de refranes, teniendo en cuenta su antigüedad y su función actual, lo que reservamos para las
conclusiones del trabajo. Al tener en cuenta su antigüedad tratamos de mostrar en qué medida son portadores del eco de
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una antigua cosmovisión. Al considerar su función evaluamos qué cometido diferencial cumplen los refranes
medievales respecto de los nuevos o emergentes y tratamos de determinar en qué medida esa función contribuye a
explicar su supervivencia.
En la instancia deductiva de inferencias causales en cuanto a la relación entre texto y contexto pondremos
el acento en la conexión entre el refrán y la situación. Identificaremos distintas instancias de ejecución en las que
aparezcan los mismos refranes usados con igual sentido paremiológico. Evaluaremos cuáles son los refranes de
ejecución más frecuente y por qué una amplia gama de situaciones son calibradas según ciertos sentidos. Ratificamos la
idea de que un refrán se puede tratar como lema de diferentes situaciones: “los refranes son compuestos emblemáticos
que hacen las veces de lema en un emblema cultural cuya figura está constituida por una constelación de situaciones
en que cada uno de ellos es capaz de brotar de manera espontánea”. (Cf. Pérez Martínez, 2004.)
Discusión de resultados.
Trabajo empírico. A través de esta instancia pudimos comprobar que la ejecución convencional de
refranes se da en la conversación cotidiana y que ésta es el evento de habla en que aparecen con más frecuencia.
Entendemos por 'ejecución convencional' aquella que comprende al evento de habla, al género y a los roles en una
combinación altamente estructurada y predecible. La mayoría de los refranes usados en este tipo de ejecución y
registrados hasta el momento de desarrollo del trabajo son medievales; probablemente se deba a la ventaja de que éstos
son conocidos por la mayoría de los participantes posibles de una conversación, a diferencia de los refranes emergentes.
En el contexto verbal de la conversación los refranes sirven como cabezas de argumentos entimemáticos (deductivos)
para evaluar diversas situaciones. Además de la ejecución convencional, existen otras ejecuciones doblemente
reencuadradas como imitación (vid. Bauman, 2002: 133). Tal es el caso de un refrán que se detectó actualizado en una
conversación fingida con fines publicitarios.
Otras reelaboraciones de la ejecución convencional estructuradas de un modo novedoso son las
actualizaciones que aparecen en la tipología “carta de lectores” con estilo coloquial. En general, puede observarse que
en estas reelaboraciones se manipulan creativamente las expectativas que tienen relación con el evento de habla, el
estilo de habla, el tópico, etc., pero se conserva con pocas variaciones el refrán, que por lo general es medievaltradicional. Entendemos que quien elabora una carta de lectores o una publicidad quiere persuadir y, por lo tanto, debe
adaptarse a su auditorio, que espera ser convencido a través de un texto conocido que exprese sus opiniones dominantes
y sus convicciones no discutidas. Aquí la creatividad se detiene en el refrán como eje de coherencia cultural que permite
establecer un acuerdo.
El refrán emergente o nuevo se usa dentro de ciertos grupos o se limita a una ejecución particular
creativa. Muchas veces es creado con el apoyo de un modelo medieval-tradicional que perfila su sentido y refuerza su
puesta en clave, es decir, le da una pauta al que escucha de que aquel mensaje nuevo debe adscribirse al “género
refrán”. En general los refranes emergentes no se usan con un tono serio; agregan a la función argumentativa una
función 'desrepresiva' —que llamamos así por su semejanza con la función del chiste— basada en su novedad.
Instancia abductiva y de inferencias analógicas. Textos literarios medievales como el “Libro de Buen
Amor” del Arcipreste de Hita, “El Corbacho” de Alfonso Martínez de Toledo, “La Celestina” de Fernando de Rojas,
entre otros, nos permitieron dar fechas y circunstancias de origen aproximadas a la mayoría de los refranes. Por eso, al
hablar de 'paremiología medieval', nos referiremos a la que se puede conocer a través de la literatura. Ésta última ha
documentado hechos culturales que la historia ha dejado de lado.
La tarea de adscribir refranes a la paremiología medieval nos ha permitido señalar semejanzas y
diferencias entre ésta y la local y actual, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
Ejecutantes. En la paremiología medieval las ejecutantes ideales de refranes son las viejas,“viejas
fardidas”(LBA: 97), más allá de los ejecutantes reales; de ahí que esto tenga un sentido especial: indica el carácter
artístico de la ejecución, pues las viejas tienen que ser ingeniosas, “fardidas”, como para realzar la experiencia del
oyente más allá de la comunicación ordinaria; indica la creencia en el carácter exclusivamente tradicional del refrán,
pues las viejas saben cosas de antes; y otorga un carácter social especial al ejecutante. La elaboración de un tipo ideal de
ejecutante podría explicarse desde la tendencia medieval a dar a algunos casos la forma de un modelo. Nosotros
sabemos que la “oportunidad” de la ejecución no depende del tipo de ejecutante, sino de circunstancias pragmáticas y
de cierto sentido del idioma. Lo que se infiere a partir de las ejecuciones locales y actuales es que el ejecutante del
refrán es, por lo general, mayor que el hablante frente al cual actualiza un refrán. No es común que un menor actualice
un refrán frente a un adulto dentro del uso convencional. La categoría de “adulto ejecutante” suele asociarse a otros
roles desempeñados por el mismo individuo: profesor, estudiante de un nivel superior, etc. Lo que vemos en las
ejecuciones actuales es una creencia que regula el uso social del refrán en términos de interacciones sociales. Es
probable que en la paremiología medieval se haya realizado una generalización sobre la base de una creencia semejante.
Puesta en clave de la ejecución. Al hablar de la puesta en clave nos situamos en una dimensión
metacomunicativa que nos indica cómo interpretar los mensajes. Lo que la caracteriza en el caso del refrán medieval
son ciertos anuncios explícitos del mismo, que adquieren valor formulístico: “dizen que”(Cel.:170), “como dizen”
(Cel.:174) “diz el proverbio viejo”(LBA:45), etc. Las fórmulas de anuncio se usan con escasa frecuencia en la
paremiología local y actual. La puesta en clave, por lo general, queda a cargo del lenguaje figurativo y de las pautas
prosódicas. Así, vemos que la paremiología medieval apela a una doble vía argumentativa: la evidencia del “uso” y la
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evidencia del caso que presenta el refrán. En la paremiología local y actual se orientan las pautas de ejecución para
resaltar solamente la evidencia del caso que presenta el texto del refrán.
Consideraciones sociales respecto del género. La paremiología medieval presenta diversos vocablos para
designar al género, entre ellos: “fabla”(LBA: 51), “refrán”(LBA:73), “escriptura”(LBA: 66), “enxienplo”(Corb.:81),
“derecho”(LBA:II, 20), etc. Algunos de estos usos pueden explicarse dentro de la tendencia medieval a la cristalización
del pensamiento: se piensa al caso enunciado por el refrán bajo la forma de un modelo moral que hace las veces de una
“jurisprudencia” de la vida práctica. En la paremiología local y actual se usan dos vocablos: “refrán” y
“dicho”(RO12;RO4 del corpus). Dentro de esta perspectiva, el vocablo está exclusivamente al servicio de la
clasificación y la identificación del género: no denota creencias respecto del uso o la función en la vida social.
Instancia deductiva de inferencias causales en cuanto a la relación entre texto y contexto. Hemos
detectado en la paremiología local y actual que los refranes de uso más frecuente son los que predican conformismos, es
decir que una amplia serie de situaciones son calibradas siguiendo una postura de resignación. Es lo que ocurre con:
“Más vale pájaro en mano que cien volando”, “Siempre se corta el hilo por lo más fino”(RO10-RO11; RO5-RO7 del
corpus), etc. Si pensamos que los pueblos que usan refranes dejan de lado las disputas, ya que ningún refranero predica
la oposición, estamos frente a un doble conformismo: el predicado a través del uso frecuente de ciertos refranes,
reforzado por la prédica que implica el uso del refranero en general. Como puede observarse, las relaciones textocontexto, nos permiten trascender el microsistema social en que se detectó la ejecución de cada uno de los refranes.
Otro factor de relación, conectado con el anterior, se vincula con el valor afectivo del uso del refranero
en situación. Muchos refranes medievales-tradicionales son usados en situaciones en que los hablantes involucran
muchos elementos expresivos y afectivos para calibrar una situación social que trasciende sus fuerzas y posibilidades.
Por eso, entendemos que frente a los grandes bienes sociales y las instituciones que el Estado ordena, que podrían
perderse o transformarse, aparecen estos bienes culturales que son más importantes para el equilibrio mental y afectivo
de algunos informantes que las instituciones que los circundan y transforman su sentido del orden.
Conclusiones.
Creemos que la explicación acerca del origen del conformismo en el uso del refranero es materia para los
sociólogos y que en ella juegan un papel importante los factores de poder y la tradición misma. Recordemos que los
refranes de uso más frecuente son medievales y pensemos en la hipótesis sociológica que indica que “la tradición es
autoritaria y coercitiva en proporción a su antigüedad”. (Cf. Vega, 1960: 157.)
En cuanto a la explicación sobre la supervivencia de refranes medievales, tenemos dos líneas de
interpretación. La que tiene que ver con su función actual nos remonta a su uso en la conversación cotidiana y en las
ejecuciones no convencionales. También nos muestra que quizá una de las causas de que estos pequeños bienes lleven
una vida duradera se deba a que contienen elementos expresivos de los sentimientos y emociones, y que la gente los
conserva porque ayudan a mantener el equilibrio frente a la inestabilidad de los grandes bienes sociales. Frente a esta
“conservación” es necesario aclarar que hay muchos refranes medievales que ya no son usados, porque cambió el
mundo en el que se generaban situaciones a las cuales eran aplicables. Pensemos en los refranes que remedaban la
lengua latina.
Otra línea es la que se vincula con su antigüedad y nos indica que los refranes medievales y otras
especies folklóricas son producto del eco de la cosmovisión medieval (Bajtin, 1994: 135). Creemos que dentro de esta
cosmovisión muchos de los factores de coherencia en el uso de las expresiones eran culturales más que intratextuales
(Álvarez Muro, 2004: 28). Un vocablo se explicaba por un refrán, un refrán por otro, etc. Aunque no se los mencionara
conjuntamente, los dueños de esa cosmovisión sabían a qué sentidos acudir para explicar cada objeto cultural.
Pensemos en el refrán “La mentira tiene patas cortas”, que nosotros usamos, pero cuyo sentido paremiológico no
entendemos a fondo, dentro de la cosmovisión medieval se explicaba conforme a otro refrán que decía “Antes toman al
mentiroso que al cojo”(Cel: II, 160). El primer refrán, que nosotros usamos, es sólo un eco, una parte incompleta de
una cosmovisión pasada. En otros casos es posible escuchar ejecuciones de refranes asociados en las que uno especifica
el sentido de otro y que se ejecutaban asociados de la misma manera en la Edad Media. Tal es el caso de los refranes
“El hilo se corta por lo más fino” y “Pagan justos por pecadores”(Cel.:183; RO7). El segundo refrán especifica el
sentido paremiológico del primero no por una relación necesaria, sino en virtud de una relación cultural, producto de
una antigua cosmovisión.
En un nivel más general de conjeturas, creemos que el refranero puede ser utilizado como herramienta en
una lectura cultural o social de diversos fenómenos: la literatura y la vida social. En el primer caso deberá atenderse a la
voluntad artística como un factor que permite ponerse por encima de la tradición y dominarla según ciertos propósitos.
A través del estudio del empleo de refranes en la obra de arte se podrá obtener la clave moral de los sucesos que se
desarrollan en la ficción literaria y tener una pauta de caracterización de los personajes. En el segundo caso, entendemos
que las lecturas deberán complementarse con otros indicadores sociales y trascenderán el ámbito del folklore.
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Bibliografía.
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