La promesa de Ryus Cólquida era uno de los más admirables reinos del mundo, cuyo soberano era Étes. Este reino era atacado por monstruosos dragones que continuamente aterrorizaban al pueblo. Estas bestias eran dirigidas por Ryus y Kindra, que eran la pareja más fuerte del clan, por lo cual los convertía en los líderes del grupo. Un día los reyes de las perversas criaturas dieron a conocer el futuro sucesor de la cuadrilla, Charizard era el nombre del recién nacido. Al percatarse de esta noticia el rey Étes envió a su hija, la princesa Medea, la cual poseía dotes de hechicería, a encantar al hijo de Ryus. Medea le realizó un conjuro a Charizard, con el objetivo de que Ryus deje en paz a Cólquida encomendándole una tarea al rey de las fieras. Una vez que Medea se vio cara a cara con el rey dragón relató el conjuro contra su hijo. Una vez realizado el hechizo Medea le advierte cómo volver a recuperar a su familia. Él debía proteger el vello de oro de un carnero que había logrado volar y que, seguramente, muchos intentarían robarlo. Si Ryus no cumplía con esta tarea Medea no revertiría nunca el hechizo que había puesto sobre su hijo, y la única forma de que Charizard dejara de estar encantado era que Medea dejara a Ryus en libertad proclamando un contra encantamiento, en donde la princesa comprobaría que el dragón aprendiera su lección y deje en paz de manera definitiva a Cólquida. Inmediatamente Ryus fue a proteger al carnero con el vellocino de oro esperando el día que Medea viniera para liberarlo. Pasaron algunos años, en los cuales muchos guerreros intentaron robar el vellocino pero murieron en manos del rey de los dragones, pero iba a seguir esperando el día de su liberación y así cumpliendo su promesa volvería con su familia. Con los ojos rojos del cansancio que acumulaba el dragón para no peder de vista el vello del animal pasaba los días esperando a su redentora con el contra hechizo para poder reunirse con su familia. Hasta que un día, apareció un guerrero llamado Jasón junto a la hechicera. Ella con un canto comenzó a arrullarlo como un niño, mientras el dragón comenzaba a entornar los párpados, escuchaba la conversación entre los jóvenes. Jasón: Debo agradecerte princesa, sin tu ayuda no hubiese llegado hasta aquí Medea: No hay que agradecer, valiente argonauta ahora podremos volver a Grecia con el vellocino en nuestras manos Una vez robado el vellocino, Medea se acercó a Ryus y comprobó que el rey dragón aprendió la lección y que prefería volver con su familia y no esperar más, que dejaría a Cólquida definitivamente, así Medea se acerca y elabora el conjuro: -Cumpliste tu promesa, eres libre de esta empresa, vuelve, ya regresa, tu familia necesita esta sorpresa. Y con una rama de enebro, la princesa lo sumergió en un fuerte sueño. Una vez que se despertó, vio que el carnero no estaba y que estaba listo para volver con su familia y así prometió que nunca más atormentaría a Colquida. Ralli, Federico Sanchez Grossi, Juan Cruz