Por: Marjorie Ramírez Quevedo La acción es lo que sustenta el relato. Sin acción no existe relato. La acción debe ser rápida, usando verbos principalmente. El principal enemigo de la acción son lo adjetivos y los adverbios. La acción puede ser: Física • Sicológica • Una combinación de ambas • El conflicto – alguien quiere conseguir algo pero otro se lo impide. El clímax – el momento de mayor tensión. El desenlace – el final del cuento. Esta estructura puede servir como marco de referencia, pero existen tantas variantes que convierten al modelo clásico en obsoleto. Relatos en el presente con un retroceso Relatos con movimiento episódico hacia el pasado. Relatos que no poseen final. Relatos que comienzan por el final. Relatos con movimiento total hacia el pasado. Relatos con historias circulares. Relatos con historias paralelas. Relatos con historias dentro de la historia (caja china). Historias verticales y horizontales. Historias con doble clímax. Historias cruzadas. Opción A: • Escribe un relato que presente una historia vertical. Piensa en un personaje con un problema sicológico que se debata entre diferentes posturas. Opción B: • Escribe un relato en que el principio y el final sean el mismo y la historia quede englobada en el interior como un círculo. Un personaje – crea la intriga. El final – el relato prepara un final sorprendente. El ambiente – es el verdadero protagonista. El tema – el relato gira en torno a una idea abstracta. Escribe un relato que se centre en un secreto. Puedes jugar con las diferentes posibilidades de quien posee el secreto y a quien se lo oculta. Puedes incluso hacer que el lector no llegue a saber nunca el contenido del secreto. “Viaje a la semilla” Alejo Carpentier