La memoria - IES Dionisio Aguado

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La memoria
LA MEMORIA
1. Definición
La memoria se sirve de la imaginación, pero hay algo más que es la vinculación con el pasado.
De ahí que se defina la memoria como la capacidad de reproducir las imágenes del pasado. En
la memoria la imagen se hace recuerdo al vincularse con un determinado momento del pasado.
La memoria, por otra parte, representa una de las características esenciales del proceso del
aprendizaje, cuya función fundamental es la retención, la posibilidad de poder recordar lo
adquirido, en contraposición con la incapacidad de recuer­do u olvido.
1. Clasificación de la actividad mnemónica
Tradicionalmente se ha venido admitiendo la existencia de dos tipos fundamentales de
memo­ria, unidos ambos a la evolución cronológica del ser humano. En primer lugar un tipo de
memoria llamada mecánica, que consiste .en reproducir, simplemente y paso por paso, lo
aprendido. Frente a esta manera de recordar, hallamos una segunda actividad mnemónica a la
que llamaremos memo­ria
significativa, caracterizada porque
reproduce lo adquirido de una manera aproximativa en su representación exterior, pero de
manera exacta
Otros tipos de clasificación consideran las siguientes maneras de recordar:
- El reconocimiento. Conlleva
simplemente una cierta familiaridad en lo que se trae a
la memoria; es el
caso, muy frecuente, que se nos plantea ante un cierto paisaje o una cara
que nos "resulta familiar".
- La reproducción. Podemos identificar esta forma
de recuerdo con los tipos de
memoria que hemos explicado anteriormente.
Consiste, pues, en tratar de traer a la mente
algo que previa­mente hemos
aprendido.
- Memoria reintegrativa. Se
caracteriza por añadir a la reproducción todas las
circunstan­cias que
adornaron el tema memorístico.
- Memoria eidética. Caracterizada por repre­sentaciones
completas de
acontecimientos pre­viamente percibidos: son verdaderas
fotografías mentales que el sujeto
retiene en la memoria con toda nitidez
y detalle.
- Memorias inmediata y mediata o a largo plazo. Frecuen­temente,
tenemos ocasión
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de experimentar re­cuerdos inmediatos (un número de
teléfono que debemos emplear, el
nombre y domicilio de alguien, etc.). Por
otra parte, son completamente dife­rentes los
recuerdos que se fijan casi
definitiva­mente en nuestra memoria.
3. Fases del proceso mnemónico.
Se distinguen cinco fases en el proceso mnemónico: fijación, conservación, evocación,
reconocimiento y localización.
3.1. Fijación
Sólo una parte de las impresiones, imágenes y experiencias que nos rodean son adquiridas y
fijadas en nuestra me­moria. Otra parte de esas impresiones son ori­lladas por nuestra mente.
La percepción deja una huella, señal o engrama en el sujeto que percibe y que nos permitirá
reproducir la imagen del objeto; el modo como se realice la pro­ducción de esa huella no es
bien conocido, pero su existencia es necesaria para explicar el recuerdo.
La fijación no es la misma en todos los casos; hay imágenes que se fijan con más fuerza que
otras, lo que facilita su posterior reproducción. Los factores que intervienen en esta fijación son
los siguientes:
- La intensidad de la percepción; se fija mejor la
percepción de una fuerte explo­sión
que la de un ruido leve.
- La repetición de la percepción; este factor se tiene
muy en cuenta por la propa­ganda
comercial.
- La novedad de la percepción; la percepción de
objetos o sucesos no habitua­les se fija
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con mayor facilidad.
- La atención prestada a la percepción; en líneas
generales puede decirse que se fija
aquello a lo que el sujeto presta
atención. Todos los factores enunciados anteriormente
facilitan la
fijación, porque atraen la atención del sujeto per­ceptor.
- El interés; sólo se fija aquello que interesa al
sujeto, ya que lo que interesa es lo que
atrae la atención. Se fija
aquello a lo que se atiende, y se atiende a lo que interesa, es decir,
a
lo que está conforme con los deseos, inclinaciones y gustos del sujeto.
3.2. Conservación
Sabemos que hay recuerdos que se conservan brevemente mientras que otros permanecen
años con el su­jeto, estando como incorporados al bagaje de conocimientos que constituyen su
ser. La imagen fijada tiene que ser de algún modo conservada por el sujeto, dado que
posteriormente podrá reproducirla.
3.3 Evocación
Consiste en la reproducción de la imagen previamente fijada y conservada. Esta evocación es
de dos tipos:
- Evocación espontánea, en la que la
imagen se reproduce sin voluntariedad por parte
del sujeto, sin que el sujeto
se haya propuesto reproducirla; súbitamente la imagen se nos
aparece sin
que haya sido llamada.
- Evocación voluntaria, en la que la
reproducción de la imagen ha sido buscada por el
sujeto; en esta evocación
el sujeto quiere -y en algunos casos realiza un esfuerzo notablereproducir la imagen, sin que ésta le aparezca de modo espontáneo.
Podemos enunciar ciertas leyes sobre la evocación:
- Ley de proximidad temporal del recuerdo. Es un hecho
que podemos recordar mejor
los acontecimientos ocurridos hace una semana
que los ocurridos hace un año, aunque en
la senectud ocurre,
frecuentemente, lo contrario.
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- Ley de frecuencia de los recuerdos: cuanto más
frecuentemente experimentamos una
cosa, mejor es recordada.
- Leyes de asociación. Dentro de
las que cita­remos:
v Ley de contiguidad: cuando dos experiencias han ocurrido en el mismo tiempo o lugar, al
recordar una, se suele recordar también la otra.
v Ley de similaridad: las experiencias similares se recuerdan al mismo tiempo.
v Ley de contigüidad de interés: recordamos cosas conectadas por un mismo interés.
3.4. Reconocimiento
Es el momento fundamental del recuerdo; consiste en la referencia de la imagen evocada al
pasado, ya de un modo espontáneo, ya a través de una reflexión. En el reconocimiento nos
damos cuenta de la vinculación de la imagen a un aconte­cimiento que tuvo lugar en nuestro
pasado.
3.5. Localización
El recuerdo es situado en un instante temporal del pasado y en lugar deter­minado del espacio;
en general, reconocimiento y localización se realizan simultá­neamente, pero hay veces en las
que puede reconocerse una imagen como referente al pasado sin que se pueda localizar; en
estos casos la localización exige un esfuerzo ulterior.
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4. El olvido
Comúnmente se llama olvido a la imposibilidad de reproducir percepciones te­nidas con
anterioridad. De modo más técnico se llama olvido a la imposibilidad de reproducir
percepciones pasadas que fueron fijadas y a pesar del esfuerzo reali­zado por el sujeto para
recordadas. P
ara que haya olvido es necesario:
- Imposibilidad de evocar imágenes de una percepción pasada.
- Que dicha percepción fijara una imagen; caso contrario no habría habido fija­ción, y lo
que no se fija no se puede olvidar.
- Que, pese a esforzarnos, no podamos recordar.
El olvido es un fenómeno normal en el psiquismo humano; incluso se dice que es necesario.
De ahí que, junto a la mnemotecnia -técnicas para facilitar el re­cuerdo-, se habla de la lethotec
nia,
téc
nicas para olvidar lo que no es interesante al sujeto, facilitándose con ello la posibilidad de
recordar lo que le pueda interesar.
Las causas del olvido fundamentalmente son:
- Una fijación deficiente de la imagen, o sea,
un aprendizaje mal realizado.
- La interferencia de lo aprendido con nuevos
aprendizajes; si un alumno apren­de
bien el examen de Historia, al tener
que estudiar a continuación el de Lite­ratura y el de
Matemáticas
interfiere lo aprendido de Historia y olvidará gran parte; cuanto más
afines
son los nuevos contenidos aprendidos, más interfieren la memoria de
los primeros.
- La represión; según el Psicoanálisis tendemos
a olvidar aquello que nos desa­grada
(por ello un joven olvidará que tiene
que hacer problemas de Matemá­ticas y no olvidará una
cita con Juanita).
- El desuso: esta teoría
hace intervenir el paso del tiempo como factor del bo­rrado de
los
recuerdos. En contra de esta teoría hay evidencias de que el paso del
tiempo hace
desaparecer ciertos recuerdos, pero no otros, que reaparecen
nítidamente al cabo de
muchos años.
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5. Enfermedades de la memoria.
La memoria puede quedar afectada por estados patológicos, ya porque el sujeto pierda los
recuerdos de modo anormal, es decir, haya una pérdida excesiva de recuerdos, ya también
porque recuerde más de lo normal. De ahí que haya en­fermedades por defecto de memoria o
enfermedades por exceso de memoria.
5.1. Enfermedades por defecto
Se distinguen dos tipos, las amnesias y las afasias.
Se entiende por amnesia, en general, a la pérdida o disminución de la memo­ria. Se divide en:
- La amnesia anterógrada, consistente en la
imposibilidad de adquirir recuerdos a partir
del momento en que se contrae
la enfermedad; en realidad lo que falla es la fijación de las
imágenes.
- La amnesia retrógada, en la que no se pueden
evocar las imágenes de
aconteci­mientos pasados que ya habían sido
fijadas. Dentro de ella hay tres varie­dades
interesantes. Las
amnesias
lacunares, que se extienden a un
período determinado del pasado, a los
acontecimientos ocurridos entre dos fechas
deter­minadas. Las
amn
esias
electivas,
que abarcan las imágenes relativas a un su­ceso o a una
persona determinada. Las
amnesias progresivas,
en las que la
amnesia va extendiendo por gra­dos su radio de acción.
Se conocen con el nombre general de afasias a un grupo de amnesias cuyo objeto es muy
especializado, muy particularizado. Las más destacables son las siguientes:
- Las apraxias son perturbaciones de las
movimientos. En ellas destacan la
imágenes motoras reguladoras de los
apraxia
verbal o anartria, olvido de las
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imá­genes motoras de las
articulación de las palabras, y la
agrafía,
olvido de las imágenes
motoras de la escritura.
- Las agnosias son perturbaciones conjuntas de
la memoria y de la percepción; la
característica de las agnosias es la
imposibilidad de reconocer objetos. Varie­dades
importantes son la
agnosia
visual o ceguera psíquica, en la que el
sujeto ve, pero no
reconoce lo que ve (en este grupo destaca la
alexia,
en la que se
ven las palabras escritas, pero no se recuerda cómo se leen); la
agnosia
auditiva
o
sordera psíquica,
en la que se perciben los sonidos,
pero no se los reconoce (en este grupo está la
sordera verbal,
en
la que se oyen las palabras, pero no se entiende su significado).
5.2. Enfermedades por exceso
Las enfermedades por exceso de memoria son la hipermnesia, la ecmnesia y la paramnnesia.
- La hipermnesia es un exceso de recuerdo;
imágenes que el sujeto nunca había
evocado surgen en su mente; imágenes
que se creían definitivamente perdidas, son
rememoradas; los fenómenos
hipermnésicos se producen en estados de fie­bre intensa, en
el
sonambulismo, en la hipnosis, en situaciones de peligro de muerte, etc.
- La ecmnesia es conocida como la alucinación
del pasado; en ella el pasado es
tomado como presente; el pasado vuelve a
ser vivido -no meramente recor­dado- de nuevo.
- La paramnesia, conocida también como la
ilusión de lo ya vivido, se basa en un falso
reconocimiento: el
presente es tomado como algo pasado. Situado ante una determinada
situación presente, el paramnésico cree que esa misma situación ya la
vivió en el pasado
aunque no haya sido así. Se tiene conciencia de que lo
que se está viviendo en un
momento dado ya se ha vivido en un momento del
pasado.
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