EL GALLINERO COMO PASATIEMPO - Biblioteca Virtual Universal

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Tesoro de la Juventud
EL GALLINERO COMO PASATIEMPO
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Tesoro de la juventud
EL GALLINERO COMO PASATIEMPO
Del libro de los juegos y pasatiempos
LA cría de gallinas, tomada como entretenimiento, no cuesta gran cosa; y, en cambio,
obtendremos algunos beneficios con los huevos frescos que a menado podremos recoger.
Si se pretende criar gallinas para comerciar con ellas, veremos al cabo de pocos meses
que nos hemos engañado enteramente. Sumando lo que cuestan las gallinas, el gallinero y
todas las menudencias que se necesitan, y añadiendo lo que se gasta en grano, veremos
que los huevos nos cuestan mucho más caros que si los compramos en la tienda y no
obtenemos con la cría de gallinas sino gastos y molestias.
Tal vez se gane algo con la cría de gallinas en un sitio en donde la comida abunde; pero si
esto no ocurre; si no tienen un campo grande donde hallen lo que necesiten, tendremos
que comprarles la comida, lo cual nos resultará muy caro. Por tanto, no hay que hacerse
ilusiones pensando que la cría de gallinas, puede darnos algún beneficio.
La clase de gallinas que hemos de comprar dependerá de dos cosas, según queramos
gallinas bonitas o ponedoras.
Vamos a tratar de las últimas, pues son las que más convienen. Deberemos escoger las
gallinas llamadas ponedoras, como lo son, por ejemplo, las de Menorca. Éstas ponen
mucho y dan unos huevos blancos y de un tamaño bastante grande. Para que pongan
más, es conveniente tenerlas en un espacio limitado y entonces superan a otras razas.
Ahora, veamos lo que es un gallinero con su galería de jaula metálica. Debe ser, si es
posible, de madera y tal como se ve en el grabado. Si es grande, mejor; y por lo menos
ha de tener un metro y cuarto de anchura. Se le cubre por la parte alta y los lados, y a
ser posible, se le pone mirando al sol. La salud de las gallinas exige que éstas tengan un
suelo apropiado, pues si fuese demasiado blando, enfermarían en tiempo de lluvias y
humedad. Nos agenciaremos también piedras grandes y trozos de ladrillos que
extenderemos hasta formar una altura de quince centímetros en el suelo del gallinero,
cuyos trozos cubriremos con una capa de arena de unos 76 milímetros. En un lado se
dispone una caseta que les sirve de dormitorio y ponedor. Allí se hacen los nidos y se
atraviesan estacas para que suban las aves. También se cuidará de que no estén
demasiado apretadas.
El gallinero tendrá que ser bien ventilado y tener comunicación con la galería al aire
libre, que tendremos la precaución de cubrir por la noche para que las gallinas queden
abrigadas.
Se cierra el patio con alambrado como se ve en la figura; por la parte de fuera tendrá
una puerta y otra que dará entrada a la caseta. Para poder dar suelta a las gallinas sin
temor a que se escapen, lo mejor que puede hacerse, es cortarles las plumas de un ala.
Al hacerlo, córtese la pluma solamente, no el cañón. Eso no es cruel y es lo suficiente
para que no vuelen. Si se dispone de un campo o jardín por donde puedan andar sin que
estropeen algo, conviene dejarlas libres todos los días. Mas en caso de que hayan de
permanecer encerradas, sin salir para nada del gallinero, será necesario darles comida
verde, como coles y hierbas picadas en trozos menudos. Los restos de comida pueden
también aprovecharse para ellas. Toda clase de residuos, mezclados con pan duro y
puestos a remojo durante la noche, pueden dárseles a la mañana siguiente, que es la
hora más adecuada para esta clase de comidas. Se les pondrán tres comidas diarias. Al
medio día legumbres cocidas o verdes, o también maíz cocido; y por la noche, grano,
como trigo o cebada, que no se les dará en un plato, sino con la mano y esparciéndolo
por el suelo para que las gallinas escarben. En una caja, o en el suelo del patio, se les
pondrá arena gruesa o piedrecitas, i pues eso les ayuda la disgestion. Las gallinas
necesitan comer cal para formar la cáscara de los huevos. Lo mejor que puede dárseles
para este fin son conchas de ostra, porque contiene mucha cal. No ha de faltarles agua
para beber que les pondremos en un recipiente de hojalata o zinc.
Un bebedero excelente puede hacérseles colocando una botella al revés, como se ve en
el grabado nº 2. La boca de la botella deberá distar del fondo unos cinco centímetros y
aunque el agua se consuma o evapore, su nivel siempre queda igual hasta que la botella
está vacía.
La cría de las gallinas nos saldrá siempre cara, si las cuidamos como necesitan.
No obstante, comprando el grano en grandes cantidades y aprovechando todas las
sobras de la cocina y la mesa, es in dudable que ahorraremos bastante y nos costará más
barato el alimentarlas. Hemos hablado de la cría de gallinas para obtener huevos; pero, si las
queremos para empollar, debemos escogerlas de otra clase. Las mejores para cluecas son las
clases inglesas Brahmas, Dorkings, Cochins y Orpingtons; sin embargo, si no disponemos de
mucho espacio, no debemos pensar en hacer crías.
Los pollitos suelen salir del huevo al cabo de unas tres semanas. Al día siguiente debe colocarse
la madre y la pollada en un espacio cercado, alimentando a los pequeñuelos cada dos horas,
durante la primera quincena; cada tres horas, la segunda; y así, sucesivamente.
Es necesario, ante todo, tener una absoluta limpieza con los comederos y gallineros, lo cual
asegurará la salud de las aves. Todo ello se limpiará por lo menos una vez a la semana.
i. Un gallinero con tela metálica.
2. Un bebedero para las gallinas
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W. M. JACKSON, Inc., Editores
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