DINAMISMO DEL MERCADO INTERNO VS. DEPRESIÓN DEL SECTOR EXTERNO Laura Iturbide Galindo El crecimiento en México en 2016 se vigorizará, pero la percepción de los especialistas es que éste será inferior a 3%, luego que a finales del año pasado se anticipaba uno de 4%. Esto debido a que precios y producción petrolera continuarán deprimidos, mientras que el gasto de consumo encabezará la recuperación y así el mercado interno se consolidará como el principal motor de crecimiento el año que entra. De hecho la evolución de este elemento de la demanda agregada resulta sorprendente, tras varios meses de avance, animado por un fortalecimiento del empleo y de los salarios, ya que ante los bajos niveles inflacionarios el poder adquisitivo de los hogares mexicanos se ha fortalecido. Así mismo, el descenso en las tarifas de telefonía y eléctricas (bajas de 11 meses consecutivos, en éstas últimas) también forman parte de la explicación. En este ámbito los indicadores de ventas han mostrado una evolución positiva. Así, de acuerdo a la Asociación Nacional de Tiendas Departamentales y de Servicios (ANTAD), durante septiembre las ventas totales crecieron en 11.8%, tasas no vistas desde 2012. En tanto, en el octavo mes del año las ventas al menudeo se expandieron a una tasa real anual de 6.3%, el mayor avance de la serie desde que ésta tiene registro. En tanto el sector externo, muestra otra dinámica en la coyuntura. En septiembre, por tercer mes consecutivo, las exportaciones volvieron a caer (la séptima en el año), al tiempo que las importaciones no mostraron cambio. Estos datos difieren en mucho de la evolución de las ventas externas de los últimos cuatro años con avances casi ininterrumpidos. Si se analiza la caída de septiembre de este año de 5.6%, ésta obedece por el desplome de casi 50% en las exportaciones petroleras, en comparación con el descenso de apenas de 0.4% de las no petroleras. Estos resultados, en el primer caso, se explican por el descenso de más de 40% en los petroprecios, en tanto que en las segundas, la explicación obedece a la contracción de 0.7% en las exportaciones manufactureras, que hasta el año pasado eran el motor de la economía. La pregunta es ¿por qué la depreciación del peso, no ha dado un renovado aliento a éstas?. La explicación estriba en que muchas de nuestras ventas foráneas manufactureras sirven para ensamblar otros productos que van dirigidos a mercados internacionales. De esta manera, con la fortaleza del dólar, éstos han perdido competitividad, lo que en consecuencia ha acabado por afectar las exportaciones mexicanas. A esto se agrega la propia desaceleración fabril y manufacturera en EU, principal destino de nuestras exportaciones. Las ventas de automóviles han corrido con diferente suerte, ya que al estar producidos en México, la depreciación del peso si ha jugado a favor de las exportaciones, al resultar más económicas. Así después de un descenso en agosto de 3.2%, en septiembre avanzaron 4.5%. Empero las exportaciones manufactureras registraron en el noveno mes del año, su segunda caída consecutiva (-3.1%) y cuarta en el último semestre, si bien en términos acumulados en los primeros nueves meses, el avance es positivo (2.1%). También en términos acumulados en los primeros nueve meses del año, las ventas externas totales muestran una caída de 3.1%, en relación al mismo periodo del año pasado; este es el mayor descenso desde que estallara la recesión en 2009. En consecuencia, las importaciones también están decayendo, ya que muchas de éstas son bienes intermedios para las exportaciones. En este rubro sólo las de bienes de capital aumentaron en septiembre, fruto del buen ánimo de particulares y empresas, que ante las reformas estructurales, esperan que el país se podrá recuperar en el futuro próximo. En términos acumulados enero-septiembre las compras del exterior reportan una baja de 0.2%. En términos desestacionalizados, el déficit comercial de México llegó a mil 205 millones de dólares en septiembre. Se esperaría que en los próximos meses el avance del consumo se moderará ya que el efecto positivo de tarifas eléctricas y telefonía se diluirá y por un mayor incremento de precios, natural a principios de cada año. En tanto se esperaría que las exportaciones no petroleras mejoren gradualmente, ante un mayor vigor de la economía estadounidense, pero el mercado interno seguirá liderando en el futuro inmediato.