EL PAPEL DE LOS lULA-TOLTECAS Que las postuladas migraciones de pueblos mexicanos en Honduras han dejado una fuerte influencia cultural, no queda duda alguna. Entre la escasa documentación histórica, sin embargo, hay poco o nada que se refiera a uno de los grupos más interesantes en esta región, los Tula-Toltecas, y nos vemos obliga dos a buscar sus huellas en la arqueología. El propósito de este trabajo es hacer un breve examen de las señales que sugieren este pueblo en territorio hondureño y así presentar una hipótesis sobre su contribución. De los grupos Nahuas que penetraron en la América Central alrededor de 800-900 d. C., no todos estaban contentos. Algunos regresaron al Norte se unieron en Tula con los To!Jtecas quienes tenían la misma base de culto, cuya raíz se encuentra en el antiguo Teotihuacán. Parece que ciertas de estas gentes a quienes preferimos llamar Tula-Toltecas abandonaron su capital de Tula a lo mejor forzados por los Mexicas, alrededor de 999 d. C. (Tozzer, 1952, p. 30) y se dirigieron a la América Central. Al referirnos a ellos en Hondurás hay que recordar que el mismo nombre Zula (Sula), es nahuat, lengua que se asocia con los TuJa-Toltecas, y lugar donde parece que fue el centro de desarrollo de una clase de alfarería que se llama Ulúa Policromada, la cnal tenía mucha influencia en la Nicoya Policromada y O!tras alfarerías de Nicaragua y Costa Rica. El Ulúa Policromada es un conjunto cerámico que señala el impacto de más de una cultura y, principalmente, más de una presión religiosa proveniente del norte. Carecemos de tiempo para hacer un análisis completo del grupo, el cual abarca numerosos estilos. Por lo rtanto hablaremos sólo brevemente indicando varias influencias y en particular la referente a los TuJa-Toltecas. Se encuenrtra tanto la forma mayoide de base plana como la vasija globular con dos asas verticales o cabezas modeladas en alto relieve en el centro del vaso o como mangos. Este estilo y forma globular es característica de la cerámica asociada con pueblos no-mayas y no-mexicanos de la América Central. El conjunto de la alfarería Ulúa Policromada tuvo una amplia extensión tanto en el espacio temporal como en los rterritorios que abárcaron. En Honduras, se encuentran todos los estilos en el llano de Sula extendiéndose hacia arriba por los afluentes del río Ulúa. Como ejemplo, citamos los valles de Cuyamapa, Sulaco, Talang·a, la hóya de Tegucigalpa por el Lago de Yojoa, la región de Comayagua y los sitios de los cerros Siguatepeque, Jesús de Otoro y Sesentí. Aparecen casi todos los estilos en El Salvador y algunos se exrtendieron por la tierra firme de Honduras y las islas del Golfo de Fonseca. Fuera de ésto, se encuentran ciertos ejempla- tN HONDURAS PRECOLOMBINA res en Copán, Olancho, el río Cúa, afluente del Río Segovia, y aun cerca de Managua (Stone, 1957, p. 26). La pintura de este conjunto cerámico muchas veces representa símbolos que indican a Quetzalcoatl y el culto del AguilaJaguar-Serpiente-Guerrero que j~1gó un papel muy importante entre los Tula-Toltecas. Otras huellas de los Tula-Toltecas se notan también en el noroeste de Honduras por el llano de Sula. El gran templo -el que pocos han notado- y que a la vez da idea de mirador estratégico en el sitio de Tulián con su vista al mar Y al valle; los bajo-relieves de Tláloc en el Templo de las Esculturas en Travesía (S tone 1941, Figs. 49-50); los jardines flotantes en la laguna que hoy se llama Ticamaya por San Pedro Sula, de los cuales habla el italiano Benzoni (Benzoni, 1572 (1962) opuesto a la página 100) que vino con la Conquilllta; las vasijas de alabastro tan estilizadas y típicas del valle de Sula (S tone 1932) ; y unos ejemplares de la Cerámica Plomiza, son testimonios de su presencia. En cuanto a los objetos de alabastro creemos que pudieron haber tenido su inspiración tanto en los vasós ceremoniales de greda, asociados con la región Paya de Honduras (S tone, 1941, p. 22), como por la influencia de Teotihuacan y los totonacos, como sugiere Seler (Seler, 1960, 1t. V, Lam. 170). · En verdad, las representaciones de Tlaloc, los símbolos del culto Aguila-Jaguar-Serpiente-Guerrero y aun las del dios Quetzalcoatl de la Cerámica Ulúa Policromada y la Cerámica Plomiza, tienen su posición cultural con más de un pueblo. Esto nos inclina hacia la creencia que los Tula-Toltecas no viajaban solamente al Sur o al Este, sino que también habían grupos que regresaron o tenían intercambio comercial, tanto hacia el Norte como hacia el Sur de la América Central los que dejaron una huella fuerte en el territorio Hondureño. DO!!US STON!C Presidente de . la Junta Directiva del l\luseo Nacional de Costa Rica, Miembro Investigador del Museo Peabodv de la Universidad de Hat va1d. BibliogJ.afía: Benz.oni, Girolamo, Historia del Nuevo Mundo, Graz, Austria, (Fácsi.mil) 1961. Seler, Edua1d, Gcsammelte Abhandlungen z u 1 Amelikanischen Spwch-und A.lter thumskunde b v. G1az, Austria, (Edi.ei.ón facsi.milm) 1961. Stone, Dolis, J.\.Iaste1s in Marble, MARI, Tulane University, New 01leans, 1932 Archaeology of the N orth Coast of Hondmas, Memoirs Peabody Museum, Harvard Unive1sity, Vol IX, No 1, Cambridge, Hl41 The Archaeology of Central and Southern Honduras Pape1s Peabody Museum, Ha1vard Unive1sity, Vol. XL!X, No, 3, Cambridge, 1957 Tozzer, Alfred M, Chichen-Itza and Its Sac1ed Cenote, 2 tomos, MerilOhs Peabody Museum, Harva1d Unive1sity, Cambridge, 1952 .. .. .. ..