calvario en singapur. relato de juanita. una joven de buenaventura.

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CALVARIO EN SINGAPUR. RELATO DE
JUANITA. UNA JOVEN DE
BUENAVENTURA.
El Caso de Paula Andrea (fuente OIM)
Alcaldía de Santiago de Cali. (2004). El Caso de Paula Andrea (Fuente O.I.M.). En Casos de Trata de Personas.
Obtenido de: http://bit.ly/134VGBe
Buenos días, me llamo Paula Andrea, soy de un pueblo de Boyacá y tengo 18 años. Yo siempre
quería educarme pero no podía porque éramos muchos guías y muy arrancados. Un día llegó a mi
casa una amistad de mi taita con su marido que vivían en Bogotá. Mi taita le contó que yo quería
educarme pero no podía. La amistad de mi taita le propuso llevarme con ella para ayudarme a
educar y mi taita todo contento dijo que sí.
Las amistades de mi taita tenían que irse al otro día, pero yo no podía irme tan rapidito porque le
ayudaba a mi taita a cultivar la tierrita. Ellos le dijeron a mi taita como podía llegar yo a Bogotá. Mi
taita consiguió la platica para mi pasaje y me pude ir a los poquitos días. Mi taita me llevó al
cuadradero de los buses y le dijo al chofer que por favor me cuidara. Cuando llegue a Bogotá, me
esperaba el marido de la amistad de mi taita. Este Sr. me llevó a la casa donde dizque me darían
estudio.
Esa noche, la amiga de mi taita me dio un catre pequeño para dormir, la piesa era cochina, porque
en mi tierra somos arrancados pero asiados. Esa piesa era fría y estaba todo los corotos viejos de
esa casa. Al otro día la Sra. me dijo que no podía volver a hablar con mi taita, que yo había llegado
a trabajar que que pendejada de estudiar, yo chillaba y la Sra. me aporriaba y me decía que no
chillara más o peor me iba.
Me tocaba hacer los oficios de todo el caserón, trabajaba toitíco el día hasta tarde de la noche.
Después de muchos días de estar allí, la Sra. me dijo: “vamos salir y cuidadito si hace algo para
volarse”. Yo le dije que no Sra, que tranquila y nos fuimos. La salida era para ir hacer remesa.
Cuando estábamos allá, la Sra. se fue a traer algo y me dejó vigilando la cesta de la remesa.
Cuando ella se fue, yo arranque a correr y me fui sin saber a donde.
Cuando vi a lo lejos que estaba un policía. Me fui donde el y le conté lo que me había pasado, el
me llevó al cuartel y me dijo que me quedara allí quieta. Yo estaba muy espantada porque sentía
que esa vieja me iba a encontrar. Menos mal yo me arrecordaba del Telecom de mi pueblo y
llamamos a la señora Lucía que manejaba la cabina, para que le avisara a mi taita que yo le iba a
llamar otra vez.
Ella lo llamó y al rato volvimos a llamar y mi taita me contestó. Estaba muy aterrado de lo que yo
le conté y se puso a berriar. La Policía me consiguió donde dormir, mientras mi taita mandaba la
plata con que yo me iría otra vez a mi pueblo.
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La policía me preguntaba donde vivía la amistad de mi taita y yo no sabía donde era, pues yo les
dije que no conocía la capital. Después vuelví a mi pueblo pero llenitica de miedos.
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