Leer - Asociación Educar

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Monografía
Curso de Capacitación Docente
en Neurociencias
Alumno: Juan Manuel Álvarez-Salamanca Fuenzalida
www.asociacioneducar.com
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Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar
Monografía de Neuroplasticidad
Re educación desde la Neurociencias
Cuando nos referimos al término educación, generalmente lo asociamos a una
competencia específica en el ámbito del “Saber”, sin embargo esta asociación es
limitada en su forma y en su fondo. Etimológicamente hablando i, al hacer
referencia a dicho termino nos referimos a La palabra educación procede de la
latina ēducātiō o educatĭo, educatĭōnis, familia de palabras que inicialmente tenía
una acepción semejante a la de criar/crear y desde la palabra ēdūcō (ē-= fuera,
desde y dūcō = extraigo, guío, conduzco) y la misma, tal como se explica al inicio
tiene por lo menos dos étimos latinos: educere y educare, siendo el segundo
derivado del primero; lo importante es que educere etimológicamente significa el
promover al desarrollo (intelectual y cultural) del educando, es decir desarrollar
desde las propias potencialidades psíquicas y cognitivas del educando el intelecto
y el conocimiento haciendo en tal proceso activo al educando (o educanda según
sea el género).
Por tal motivo es muy importante diferenciar la educación de la forzada e
inculcada instrucción o del adoctrinamiento, en la educación el ser humano es un
sujeto activo que en gran medida se guía por la inducción o incluso también del
razonamiento abductivo, aunque principalmente por la deducción, en cambio el
sujeto de la instrucción o de un adoctrinamiento es aquel que solo repite la
información (ya sea correcta o ya sea errónea) que se le inculca. Es decir, la
genuina educación es un aprendizaje (en inglés learning) abierto que va más allá
de esquemas preconcebidos y que tiende a favorecer el desarrollo de la
conciencia, la razón e inteligencia de cada educando y con éstas cualidades el
mejor desempeño de cada persona educada para llevar a cabo en lo posible su
óptima forma de vivir (la cual, se sobreentiende, es una vida culta en sociedad).
Desde este último prisma, podríamos referenciar a la educación como una
compleja simbiosis de muchos factores en las competencias del Saber, Ser y
Saber hacer.
Desde lo general hacia lo puntual, en el amplio sentido de la palabra educación sin
duda que la reflexión nos llevará al centro del dilema, ¿Dónde nace la educación
en nosotros mismos? O de manera más filosófica podríamos preguntarnos ¿Quién
soy yo?, una pregunta que por muy superficial que sea, es la pregunta de la
existencia humana que desde tiempos pretéritos el hombre y la mujer han tratado
de responder. Quizás sería muy humano responder que yo soy una serie de
características personales (genética) conjugada con otra serie de características
sociales o culturales (el entorno, la percepción del mundo y mi educación), no
obstante lo anterior,¿qué tiene que ver con la conciencia del YO y su radicación
filosófica?, sin duda que nada de esto ocurriría si nuestro cerebro no hubiera
tenido la evolución que tuvo y es en este sentido que cobra razón tener claridad
(superficial o profunda) acerca de cómo funciona este órgano y como es que
gravita la importancia cognitiva y comunicativa de nuestro cerebro.
El cerebro humanoiies el centro del sistema nervioso, siendo un órgano muy
complejo. Encerrado en el cráneo, tiene la misma estructura general que los
cerebros de otros mamíferos, pero es más de tres veces mayor. La mayor parte la
constituye la corteza cerebral, una capa de tejido neuronal plegado que cubre la
superficie del prosencéfalo. Especialmente amplios son los lóbulos frontales, que
están asociados con funciones ejecutivas, tales como el autocontrol, la
planificación, el razonamiento y el pensamiento abstracto. La parte del cerebro
asociada a la visión está también muy agrandada en los seres humanos.
El cerebro humano ejerce una gran cantidad de tareas, de manera general se
puede afirmar que se encarga tanto de regular y mantener las funciones del
cuerpo como de ser el órgano donde reside la mente y la conciencia del individuo.
La evolución del cerebro, desde los primeros mamíferos similares a las musarañas
a través de los primates hasta los homínidos, se caracteriza por un aumento
constante en la encefalización, o la relación del cerebro con el tamaño corporal.
Se ha estimado que el cerebro humano contiene de 50 a 100 mil millones (1011)
de neuronas, de las cuales cerca de 10 mil millones (1010) son células piramidales
corticales. Estas células transmiten las señales a través de hasta 1000 billones
(1015) de conexiones sinápticas.
El cerebro controla y regula las acciones y reacciones del cuerpo. Recibe
continuamente información sensorial, rápidamente analiza estos datos y luego
responde, controlando las acciones y funciones corporales. El tronco encefálico
controla la respiración, el ritmo cardíaco, y otros procesos autónomos (Cerebro
Reptil). El neocórtex es el centro del pensamiento de orden superior, del
aprendizaje y de la memoria. El cerebelo es responsable del equilibrio corporal,
coordinando la postura y el movimiento.
A pesar del hecho de que está protegido por los espesos huesos del cráneo,
suspendido en líquido cefalorraquídeo, y aislado de la sangre por la barrera
hematoencefálica, la delicada naturaleza del cerebro humano lo hace susceptible
a muchos tipos de daños y enfermedades. Las formas más comunes de daño
físico son los daños internos por un golpe en la cabeza, un accidente
cerebrovascular, o una intoxicación por ingerir diversas sustancias químicas que
pueden actuar como neurotoxinas. La infección del cerebro es rara debido a las
barreras que lo protegen, pero es muy grave cuando se produce. El cerebro
humano también es susceptible de padecer enfermedades degenerativas, como la
enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Alzheimer.
Una serie de trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia y la depresión, se
estima que son causadas al menos parcialmente por disfunciones cerebrales,
aunque la naturaleza de tales anomalías cerebrales no es bien entendida.
Conociendo ya algunas cosas de su morfología, características y funcionamiento
podemos avanzar en recoger algunos estudios interesantes en el ámbito de la
educación y de la re-educación, entiendo a este último concepto como el
comportamiento que tenemos los seres humanos para cambiar ciertos hábitos o
conductas para ser más eficientes, para adecuarnos al entorno social o cultural o
lisa y llanamente, para auto superarnos en el sentido del autoconocimiento y
desarrollo personal, habilidades quizás más asociadas y radicadas en las
habilidades blandas de la triada de competencias (Ser, Saber, Saber Hacer).
Es interesante como primer estudio conocer cómo es que el cerebro realiza la
reingeniería del proceso educacional, entendiendo primero que existen 4 fases en
el proceso de aprendizaje:
Inconpetencia
Inconsciente
Inconpetencia
Consciente
Competencia
Consciente
Competencia
Incosciente
1. Incompetencia Inconsciente: Es la primera etapa del proceso, establecida por
aquella habilidad o competencia que desconocemos poseer, por ello que es
inconsciente para nosotros, vale decir, no hemos tomado conciencia de su
existencia ni sabemos que no la poseemos, como por ejemplo: El conducir un
automóvil a los 5 años de edad. En este caso, probablemente estamos
interesados en una diversidad de juegos u otros elementos de nuestro interés y
no nos hemos dado cuenta de que es posible adquirir la habilidad de conducir
un vehículo. De hecho no estamos conscientes de que no poseemos dicha
habilidad.
2. Incompetencia Consciente: Quizás, una vez que hemos cumplido 12 o más
años de edad, nos damos cuenta de que muchas personas que nos rodean
saben conducir un vehículo y queremos aprender a hacerlo, situación que nos
hace reflexionar y darnos cuenta de que nosotros no poseemos dicha
habilidad, comprendiendo así, que somos incompetentes respecto al conducir y
además hemos tomado conciencia de ello.
3. Competencia Consciente: Motivados por aprender y adquirir esta habilidad que
no poseemos (conducir), comenzamos a instruirnos en el tema, posiblemente
pidiéndole a nuestros padres, a algún amigo o familiar que nos enseñe o bien
tomando un curso de manejo en alguna academia de conductores. Con ello
logramos adquirir la competencia (habilidad) de conducir y conscientes de la
misma, mediante un estado de alerta constante en todos y cada uno de los
movimientos que hacemos, logramos mirar periódicamente los instrumentos, el
espejo retrovisor, la palanca para pasar las respectivas marchas y
coordinamos la presión ejercida en el pedal del acelerador con respecto a la
del embrague. En ocasiones también nos ocurre que nos despreocuparnos del
peatón que está cruzando la calle o de la indicación dada por el color de la luz
del semáforo que tenemos en frente, lo que muchas veces nos lleva a
situaciones incómodas y con algún grado importante de riesgo (sobre todo
para el peatón y los demás automovilistas). Pese a ello, ésta es la etapa donde
más se aprende.
4. Competencia Inconsciente: Una vez finalizado el esfuerzo de la etapa anterior
y, realizada esta operación (conducir) en reiteradas ocasiones, adquirimos un
habilidad extraordinaria, siendo altamente competentes. Hacemos todos los
movimientos requeridos casi mecánicamente, como si los instrumentos del
automóvil fueran simplemente una extensión de nuestro cuerpo y mente.
Logramos que todos estos patrones aprendidos de forma tan meticulosa se
armonicen en una suave unidad de conducta y desarrollamos su aplicabilidad
inconscientemente, sin detenernos a mirar la palanca de cambios cada vez que
hay que cambiar de marcha. Esta habilidad adquirida nos permite disfrutar del
paisaje, escuchar la radio y sostener simultáneamente una conversación con el
acompañante del asiento del lado, ya que es el estado consciente el que fija el
objetivo deseado y el inconsciente lo ejecuta, liberando nuestra atención para
otras cosas.
Es en el estado de Competencia Consciente que el estudio de Donald Hebb dice
relación a cómo las neuronas se asocian para establecer nuevas redes Hebbianas
que es el mecanismo básico de plasticidad sináptica en el que el valor de una
conexión sináptica se incrementa si las neuronas de ambos lados de dicha
sinapsis se activan repetidas veces de forma simultánea.
Introducida por Donald Hebb, en 1949, es también llamada regla de Hebb,
postulado de aprendizaje de Hebb o Teoría de la Asamblea Celular, y afirma lo
siguiente:Supongamos que la persistencia de una actividad repetitiva (o "señal")
tiende a inducir cambios celulares duraderos que promueven su estabilidad. ...
Cuando el axón de una célula A está lo suficientemente cerca como para excitar a
una célula B y repetidamente toma parte en la activación, ocurren procesos de
crecimiento o cambios metabólicos en una o ambas células de manera que tanto
la eficiencia de la célula A, como la capacidad de excitación de la célula B son
aumentadas.
La teoría se resume a menudo como: "las células que se disparan juntas,
permanecerán conectadas", aunque esto es una simplificación del sistema
nervioso no debe tomarse literalmente, así como no representa con exactitud la
declaración original de Hebb sobre cambios de la fuerza de conectividad en las
células. La teoría es comúnmente evocada para explicar algunos tipos de
aprendizajes asociativos en los que la activación simultánea de las células
conduce a un pronunciado aumento de la fuerza sináptica. Este aprendizaje se
conoce como aprendizaje de Hebb.
El siguiente diagrama nos muestra cómo es el proceso generativo de estas redes
hebbianas, que pueden ser Positivas (en la creación de la red) o negativas (en el
desuso o re educación para mejorar lo ya existente)
Al respecto, nombrar que las células del cerebro (neuronas) pueden tener dos
características principales, aquellas que poseen la capacidad de aprender y por
ende generar nuevas redes hebbianas y que se asocian principalmente a la
atención selectiva sostenida consciente o capacidades ejecutivas y las que no
tienen esa capacidad, asociadas principalmente a redes instintivas, respuestas
automáticas radicadas en el cerebro reptilico.
La capacidad que posee el ser humano con foco a su re-educación es
sorprendente y estrechamente vinculada a la supervivencia y adaptación de la
especie que lo ha llevado a la evolución, es sin duda la habilidad de tomar
conciencia y a partir de aquel hito, re educarse, re aprender hábitos,
comportamientos y la adquisición de nuevas habilidades en cualquiera de las
competencias de la triada (Ser, Saber, Saber hacer)
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Obtención y resumen desde Wikipedia
Obtención y resumen desde Wikipedia
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