El Moscardón La revista del “Club de la mosca cojonera” Nº 1 Especial de la visita de los miembros del “Club de la mosca cojonera ” a la UNED El trastorno de Hiperactividad y de falta de atención. Donald O. Hebb, teórico de la mente. Y ADEMAS •Presentación de la revista. •Crónica de la jornada. •Mas fotos. •Humor. •Perlas de otras listas. •Libros. •Pasatiempos. •... 1 En este número e ha hecho esperar, pero por fin tenemos en la calle (lo de la calle es un decir) el primer número de la revista del “club de la mosca cojonera”. Como podréis ver, en este primer número la sección estrella es la de la KDD. Como me imagino que la siguiente KDD se hará esperar, en próximos números espero vuestras colaboraciones e ideas para llenar el hueco que va a dejar la crónica rosa (que no la crónica de Rosa, o sea Manolo). También he incluido una biografía sobre nuestro amigo Hebb (no, no ha sido casualidad) y que en esta ocasión cuenta con un comentarista de lujo y al que todos conocéis: Francisco Claro. Este artículo abre lo que va a ser una sección que pretende recoger las biografías de los personajes que han sido y son algo para la psicología, en resumidas cuentas y sin dar tantos rodeos: Historia de la Psicología. Otra sección que también será fija es la de artículos científicos y que en esta ocasión nos manda y presenta Alicia G.. A cargo del amigo Gerardo he dejado la sección de “Perlas de otras listas” y que pretende recoger lo mas sabrosón que vaya saliendo en las listas de “psiqueuned” y “psicoalumnos” . En este momento, esta sección es especialmente interesante porque sigue el hilo a un texto que mando a una de las listas (¿o fue a las dos?) nuestro profesor favorito. Nuestra coadministradora del “club de la mosca cojonera”, ha aportado la crónica de la Kdd y abre otra sección que también pretende ser fija: el rincón literario. Esta sección pretende nutrirse de las recomendaciones literarias que vayáis haciendo a la lista, y las ya hechas en el curso pasado. Por otra parte, Manolo – y a la vista de las fotos de la Kdd- ha aportado su particular visión sobre las personas y el día en cuestión. También recordaros que la revista esta abierta a cualquier sugerencia que se os ocurra; al fin y al cabo, esta es nuestra revista y solo nuestra, por lo que no tenemos que rendir cuentas a nadie mas que a nosotros mismos. Solo deciros que disfrutéis tanto leyendo la revista como yo he disfrutado haciéndola, y que perdonéis los errores, que seguro que los hay. También agradecer a Alicia G punto. Ane, Manolo, Gerardo, Isidro, Paco, Maria DJ ( le pedí que hiciera un resumen de lo mas interesante del BICI, pero no ha habido nada interesante) su colaboración, sin la cual hubiera sido imposible hacer este primer número del Moscardón. Eduardo S Crónica de un nacimiento anunciado. En esta crónica, Alicia G. nos explica como nacio el “club de la mosca cojonera”. Pagina 3 Crónica de la quedada. Aqui Ane nos cuenta como fue la Kdd. Las fotos son a cargo de Isidro. Pagina 4 Crónica alternativa Manolo no quiso ser menos y a pesar de no poder ir a la KDD nos cuenta sus impresiones. Pagina 6 Humor Nada es lo que parece. También algunos chistes de psicologos Pagina 7 Donald O. Hebb. El amigo Hebb otra vez. Un artículo escrito por Peter M. Milner y presentado por Francisco Claro. Pagina 8 El trastorno de hiperactividad y de falta de atención. Como nos indica Alicia G. . Este artículo nos puede servir para ampliar conocimientos del tema 9 del libro de psicofisiologia Pagina 15 Perlas de otras listas. Para el que no haya podido (o no haya querido), Gerardo nos hace un resumen de lo que ha pasado en otras listas Pagina 20 Ilusiones ópticas. La verdad es que cuesta creerse lo que aqui se ve. Pagina 25 Rincón literario Nuestra incansable Ane nos hace un resumen de algunas recomendaciones literarias del curso pasado. Pagina 26 2 Por Alicia G. Foto de Max. CRÓNICA DE UN NACIMIENTO ANUNCIADO or estas fechas hace ya de esto un año, teníamos nombre y apellidos. una serie de estudiantes de la UNED El otoño pasó y con el invierno llegaron los navegando por las distintas asignaturas de primeros exámenes, habíamos formado 2º de Psicología, encontraron un profesor ya tales lazos que no nos atrevíamos a que les ofrecía la posibilidad de hablar de nuestras calificaciones, pertenecer a un Aula Virtual Uno de nosotros tímidamente se decía creo que sí para seguir en ella la asignatura se quejó de ser o creo que no, los unos por no de Biopsicología, vieron el entorpecido en su dañar a los otros y los otros por cielo abierto y se apuntaron estudio, otro le no entristecer a los unos y así, con la esperanza de sacar algo charla tras charla, lectura tras contestó “Tienes más de partido de sus estudios lectura, llegaron los exámenes de razón, parecemos junio. en dicha materia. Poco a poco, nos íbamos moscas cojoneras” Fue durante la semana previa conociendo más y más, a dichos exámenes cuando hasta permitirnos el lujo un montón de materias grises de incordiarnos los unos a los otros, que se zambullían en el libro del Dr. creo entender que todos nos sentíamos Pinel detectaban errores y mandaban sus compañeros y al mismo tiempo nos mensajes alertando a sus compañeros y a sentíamos unidos a través de aquella lista nuestro ya amigo profesor. Uno de nosotros a lo que el destino nos había se quejó de ser entorpecido negado hasta ese momento en su estudio, otro le contestó que era el contacto con “Tienes razón, parecemos otros compañeros, con otras moscas cojoneras” y otro dijo, personas con iguales metas, las acabo de fundar el “Club de las mismas angustias y los mismos Moscas Cojoneras” y como ya os deseos. he dicho que por aquel entonces Y así fue como por fin nos ya no nos éramos indiferentes, se sentimos estudiantes de una fundó oficialmente “el Club de universidad, teníamos un aula, las Moscas Cojoneras”, y todo un profesor que nos atendía fue, gracias a la confluencia en más que cualquier profesor en el mismo espacio tiempo, de una presencial, teníamos unos aprecio, apego, conocimientos compañeros... y nos sentíamos por ello informáticos y el deseo de muchos de privilegiados, ya no éramos anónimos, no nosotros de seguir siendo lo que nos hemos éramos un número de expediente, por fin sentido este año, compañeros y amigos. P 3 Crónica de la KDD Texto Ane Fotos Isidro Comentarios fotos Eduardo L De izq. a dcha. yo, Reny, Mª Angeles, Pilar, Loida, Ainhoa, la nariz del Profe. De izq. a dcha. Pilar, Ainhoa, Mary, El profe. Visita a los laboratorios de Biopsicologia, como se ve, todas las chicas están pendientes de la explicación del Profe. Yo despistado y Reny ... Seguimos en los laboratorios.Por fin conocemos la melena del profe. De izq. a dcha. El Profe, Ainhoa, Loida, Julia, Reny, yo. De izq. a dcha. yo, Reny, Loida, Ane (por fin), El Profe. Las chicas como siempre atentas a las explicaciones del profe, yo (también como siempre) en la luna de Valencia. Sigo en la estratosfera (estaba enfermito), nos dirigimos a ver un corte de un cerebro al microscopio (no recuerdo si era de una rata o de una paloma) El Profe enseñándonos un libro donde vienen los diferentes cortes del cerebro (sigo sin acordarme de que bicho). De izq. a dcha. Ainhoa, Mª Angeles, Loida, Julia. Por fin conocemos a Mª Angeles, Julia intentando convencer a su marido que somos de fiar y que le dejen ir a la cena. De izq. a dcha. yo, El Profe, Ane, Mary Comida en el chino. Debe de ser el comienzo, la botella de vino sigue llena y todavía tenemos cara de nabo (yo sobre todo) Por fin se empieza a ver alguna sonrisa. Al frente Ainhoa, que como dice Isidro”Cualquiera diría con lo lozana que esta que solo se coma lo verde ” o primero fueron los encuentros, abrazos, móviles para arriba y para abajo, el ambiente prometía. Poner cara a muchos compas de la lista fue muy agradable. Hubo quien llevó bombones o vino dulce para el encuentro. Lo primero la conferencia, “ Psicofisiología de la comprensión de palabras” o de cómo medir los diferentes campos electromagnéticos que se generan en nuestro cerebro al escuchar palabras o pseudopalabras etc. Lo de las transplantes cerebrales era más atractivo a priori (al menos para mi) pero se comprendía muy bien lo que el Dr. D. Manuel martín-Loeches explicaba a los asistentes. Aún tengo la duda de si lo que explicaba lo hacía a un nivel de principiantes o si nuestra capacidad comprensora se asemeja a la de los docentes del departamento. Quiero pensar que es lo segundo, pero tampoco quiero pecar de soberbia a estas alturas de la carrera. Después del “recreo” interesantísima visita a los laboratorios. Zona limpia, animalario,etc. La verdad es que en mi opinión personal ver al profe en el laboratorio, y a todos los compas que pudieron estar mirando por el microscopio neuronas teñidas como en tantas ocasiones hemos visto en el libro de texto me parecía estar viviendo un sueño. Luego llegó otra parte importante de la visita y fue la recepción del catedrático D. Emilio Ambrosio Flores a nuestro grupo: ¡ Hombre est@s son los del grupo de las mosca...!!! Atento, solícito, disfrutando de lo que nos daba a conocer como los mejores docentes el catedrático también aportó y mucho, a mejorar la visita. Nos explicó en que consiste el 4 De izq. a dcha. Loida, Ane, yo, Mary, Ana, Luismi (no es el hermano del profe) Acabada la jornada esperamos a que venga un taxi a recoger a Mary. De izq. a dcha. yo, Loida, Ane, Isidro, Mary, Ana, Ainhoa. Isidro por fin suelta la máquina de fotos y podemos conocerle De izq. a dcha. Luismi, Ainhoa, yo, Ana de espaldas. No se que carajo me estaría contando Ainhoa, pero por la cara que llevo no debió de convencerme. Seguimos esperando el puñetero taxi (que nunca llego) y aprovechamos para dejar constancia (y para que la mujer me crea) de que hemos estado en la UNED Lo que hace el alcohol. Se acababan de conocer y parecen amigas de toda la vida. Como se puede ver, la botella de agua esta sin tocar. Vaya por Dios Ana nos ha resultado tímida. Veremos a ver si se suelta. En este pie de foto se me habían acabado las neuronas (las pocas que me quedan) y no sabía que poner Vaya por fin una sonrisa. Luismi, pero que bien acompañado te veo, cabrito. Otra de las pocas fotos en las que sale Isidro. Joe con el tío, es que no había manera de que soltara la cámara. Yo por mi parte amenazando a Ainhoa con la carta del restaurante (era de madera) Altas horas de la madrugada en una disco que parecía un barco ¿o era al revés? La verdad es que no entiendo porque esta foto no le gusta a Ane. trabajo que están desarrollando con las adicciones y os adelanto que en octubre o noviembre saldrá un documental que acaban de terminar de filmar cuyo nombre será “La huella de la cocaína” en Documentos TV que va justamente de eso, de los cambios neurológicos observados como consecuencia de las adicciones. Quedó en avisar a Loida Cavada y ella a su vez lo hará público a través de los foros de estudiantes. Comidita en el chino, (sospechoso en el hermoso parque que teníamos delante no había ningún perro, ¿te fijaste Isidro?) Fabuloso ambiente y aunque se nos ausentó media hora el profe ni nos dimos cuenta, al ratito estábamos ya en una sala de reuniones (bueno, en mi instituto eso hubiera sido un aula vulgaris pero en la sede central y con tan buena compañía ya sabéis la percepción varía). En esa sala de reuniones dimos un repasito a lo que había sido el curso, leímos los e-mail de dos importantes colaboradores del aula que se encontraban ausentes y hablamos de las cosas que nos preocupan, y en fin le dimos vuelta y media a la facul, pero os juro que aprendí y mucho de esa reunión de amig@s ( Y los bombones... ummm que buenos!!!) En la cena nos juntamos once coleguis y al final no tuvimos que volver en taxi porque ya funcionaba el metro para cuando terminó la fiesta. El resultado de la liga fue un derby amistoso Madrid 2-País Vasco 4 El resto de las comunidades autónomas del estado fueron cayendo de la competición a lo largo de la noche. (Entiéndase esto como una pincelada graciosilla que en asuntos de fútbol no estoy nada puesta). Si Madrid puntuó dos fue gracias a Vallecas que colaboró intensamente para que el país vasco no se quedara con tres representantes, y es de mención especial la insistencia de Isidro para dicho resultado en el equipo vasco. Ha sido un auténtico placer, espero que podamos seguir muchos años en contacto y que nos podamos seguir beneficiando del trabajo en equipo. 5 Pero no os creáis que la crónica acaba. El bueno de Manolo también ha querido decir algo (la verdad es que no ha sido del todo voluntario) y nos ha enviado una crónica alternativa. ueno, bueno, aunque no estuve en la quedada, estuve en la quedada. Tras ver las fotografías que con intenciones abyectas habéis publicado (no es decente restregar por las narices, - y cuando hablo de narices, ¡ay!, sé lo que me huelo.. lo que me digo, quiero decir-, las vivencias que algunos no pudimos ni olisquear) constato, con insano placer, que no soy el único feo y calvo del grupo. Es curioso lo que es la mente humana. En fin, no penséis que sólo los que habéis asistido a las conferencias ésas y visto las neuronas teñidas (¡qué afición!, claro que como algunos no se pueden ni teñir el pelo...) podéis hablar, que, aunque amo a Rosa apasionadamente, no llega a tanto la cosa como para hacer mío también su voto de silencio. El caso es que no os imaginaba así, no sé. El profesor dijo algo en un mensaje de que era rubio con coleta, pero en las fotos tiene la cabeza como una bola de billar. Quizás leí mal y se refería a los gitanales, no sé, ¿colita en lugar de coleta?. Por supuesto a Eduardo lo imaginaba distinto, algo así como un cruce entre Quique San Francisco, Juanjo Puigjorbé y Pablo Carbonell, pero creo que resulta aún más peligroso. Isidro y Luismi tienen cara de buenas personas... ¿Luismi y el Profe tienen que ver con Dolly? Y qué decir de Julia, Mary Angeles, Ane Cortina, Alicia Punto G... Son tan competentes, tan centradas, tan cultas, un cruce entre Carmen Posadas y la gracia de Maruja Torres, que me he sentido intimidado, consciente de mi pequeñez (ya sabéis, chicas: soltero, 49 años, con trabajo B estable y un cuerpo de pecado). La cosa es que el dichoso viernes noche de la quedada, también yo estuve de copas (es un poner), pero cuando tenía que decir Ana decía Ane, Julia por Julio (eso era peor), a ratos anunciaba móviles y el latiguillo de la palabra Claro martirizaba a mis amigos, que no comprendían que esa sarta de despropósitos saliera de una boca que alcohol no bebía (sin haberlo pretendido un pareado me ha salido). Y es que sentía añoranza, añoranza física de algo no vivido anteriormente (me lo expliquen, por favor), pero sentido de tal manera durante todo el curso que era como si faltara a un importante evento familiar. Y desde hace un tiempo me noto más predispuesto a ser amable, simpático, comunicativo, cariñoso. Y descubro que tengo el corazón lleno de cosas buenas para dar, que quizás estuvieron siempre ahí, aletargadas, no sé, pero que vosotros habéis despertado, abonado y hecho germinar. Y esas cosas me apetece darlas, y me siento mejor, mas... acompañado. Y hasta me vas gustando entrar (es un decir) en el ordenador, ese monstruo, porque os acerca a mí. Y comprendo que debo, y me apetece, fomentar el trato y la comunicación con esta gente que saca de mí lo mejor (aunque, como Carmen Sevilla, yo también tendré mi lado oscuro, color de piel aparte. Se ve que la Carmele no me conoce).Y como que, en cierta manera, os quiero, supongo..., no sé , suena raro, pero... Pues eso, que estuve y, lo que es igual de importante, que estoy, que sigo estando. 6 Nada es lo que parece ranscribimos a continuación T un párrafo del diario personal de uno de los perros de Pavlov. “Al día siguiente continué mis investigaciones sobre los reflejos condicionados con el mismo sujeto, que se autodenominaba “Pavlov”, y realicé con él dos experimentos. En el primero, frente a un ruido que provocó no reaccioné de ninguna forma, limitándome a mirarlo despreciativamente. No hubo respuesta por parte de él. El mismo día realicé mi segundo experimento: frente a un ruido de campanas que él provocó empecé a salivar, comprobando una prodigiosa respuesta en él: empezó a hacer mucho ruido con la boca, al parecer para llamar la atención de sus colegas sobre mi comportamiento, e incluso en determinado momento, quizá debido a su estado de sobreexcitación, empezó tambíén a salivar y caérsele la baba. He descubierto así que es posible formar reflejos condicionados en animales humanos: frente al estímulo ‘éxito del experimento’ pude establecer la conexión con la respuesta ‘parloteo y salivación’”. erá doctor, creo que tengo V eyaculación precoz ¡Coño ! “aaaaaahhhh” n enfermo sube a toda U velocidad las escaleras del hospital, entra en el despacho del Director y dice... “Vengo a protestar: mi compañero de cuarto se cree que tiene una moto y se pasa el día y la noche Brrrrrrrrrrr”. El director... “A claro, entiendo, con el ruido no le deja dormir”. El enfermo... “No, el ruido no, a mi lo que me molesta ¡es el olor a gasolina!”. 7 Donald O.Hebb, teórico de la mente. Peter M. Milner Marzo de 1993 Introducción, Francisco Claro El artículo que escribe Peter Milner sobre Donald Hebb ilustra sobre la vida y andanzas de un personaje singular, con una enorme proyección en la actualidad merced al auge de los sistemas conexionistas, por un lado, y a la concepción del sistema nervioso como un sistema de procesamiento distribuido, por el otro. Eso es de sobre sabido, y en el artículo se ilustra perfectamente. Yo quisiera aprovechar la oportunidad que me brinda mi amigo Eduardo Miranda de presentar el artículo para su revista electrónica discutiendo, o ahondando, en dos ideas que ahí se dicen, y que me interesan más. La primera es que el interés de Hebb por la psicología surge de su deseo de ser escritor. La segunda es la particular relación que mantuvo Hebb y otros psicólogos de los años 50, y que yo creo que Milner (autorizadísmo, por otro lado) no termina de explicar bien, con el conductismo. Nos dice Milner que el joven Donald empezó a cursar Psicología en la Universidad Dalhousie, en Halifax (Universidad que visité en el 92, en un congreso sobre conductas reproductivas, y en la que Hebb, como es natural, aparece retratado por todas partes y es considerado el más ilustre estudiante, en Nova Scotia, en la costa este de Canadá) porque quería ser escritor, y sentía la necesidad de saber psicología, supondremos que para dotarse de los conocimientos necesarios para construir el carácter de sus personajes. ¡Es un motivo extraordinario para estudiar psicología! A veces he dicho que para saber Psicología (para saber sobre el comportamiento humano) habría que leer literatura literaria, que entender a Emma Bovary, al hidalgo Alonso Quijano, al príncipe Hamlet o a Anita Ozores de Quintanar no puede sino redundar como conocimiento del comportamiento humano, por más que ninguno de los cuatro haya sido jamás de carne y hueso, pero ¿al revés?, ¿estudiar psicología para construir los personajes? Pues yo digo que es un nobilísimo motivo para estudiar Psicología, y más después de leer la lección de Ortega y Gasset que acaban de publicar en psiqueuned: ésa sería una necesidad vital e inaplazable, estudiar al humano para construir humanos, que ésa y no otra es la función de la literatura. No estudiar a los humanos para arreglarlos, o para darles consejos sobre cómo conducir su vida, tampoco para organizarles el trabajo, el estudio o la vida afectiva a cambio del dinero que ganan trabajando, sino sólo para entenderlos y, una vez entendidos o, al menos, una vez formada una teoría sobre cómo son los humanos, construirlos y hacerlos hacer cosas en el papel lleno de letras. Podríamos darle muchas más vueltas al asunto, pero ahora lo dejo aquí, no sin antes repetir: me parece un motivo extraordinariamente noble querer (necesitar) entender el comportamiento humano para construir personajes literarios. La segunda idea que quería explorar es la, a mi juicio, un tanto distinta historia sobre la relación entre lo que Hebb hizo y el conductismo de lo que Milner parece sugerir. Hebb era un psicólogo conductista, lo mismo que Lashley, su maestro, también era un psicólogo conductista. No es que lo diga yo, es que lo dijeron ellos. El conductismo (me refiero al conductismo de Watson y, sobre todo, al de Skinner) es un proyecto de investigación que se propone dos cosas: la primera es dotar a la Psicología de un objeto propio de estudio, y la segunda es que ese objeto de estudio sea (la propia palabra obliga) objetivo. Ni Watson, ni Skinner niegan la mente, ni niegan por supuesto el sistema nervioso. ¿Cómo van a negar la mente? Es decir, ¿cómo van a negar su propia vida mental? Es evidente, para cualquiera con voluntad de entender las cosas que no niegan la vida mental, lo que niegan es que la introspección en la propia vida mental sea un método de investigación adecuado del comportamiento humano. Skinner lo que dice es que el programa de investigación de la Psicología consiste en establecer relaciones funcionales entre la conducta y los estímulos ambientales de los que es función, que lo que hace que el perro salive es la asociación en el ambiente (es decir, fuera del perro) del sonido de la campana con la presentación de la comida. Que eso, además, tenga una representación en el cerebro es muy posible, y lo estudia la fisiología, que eso necesite para ser explicado suponer que son “las ideas” de la campana y la comida las que se asocian no se sabe dónde, es lo que Skinner dice no compartir como estrategia para avanzar. En psicobiología, o en algunos círculos psicobiológicos, se dice a veces que el conductismo negaba que el estudio del sistema nervioso fuese útil o necesario para entender el comportamiento humano. Eso no es así. Lo que Skinner dice es que la Psicología tiene su objeto de estudio, y la fisiología el suyo, y nada más. Por supuesto admite que el estudio del cerebro es útil a la Psicología y quizá el ejemplo más claro de eso es cuando, tras reconocer que el refuerzo es empírico, que refuerza lo reforzante pero que no hay manera de saber qué va a reforzar antes de probarlo, añade que una explicación biológica es lo más que podemos hacer al intentar explicar por qué un hecho es reforzante (Ciencia y Conducta Humana, 1953, capítulo 5). Un año después, en 1954, el propio Milner, autor del artículo que nos ocupa, junto con James Olds que también sale en la foto que ilustra el artículo, descubren la autoestimulación eléctrica intracraneal en el área septal, y proponen que lo que han descubierto es el sustrato nervioso del reforzamiento, tras objetivar que la rata aprieta la palanca a cambio de estimulación empleando una jaula de Skinner (como no podía, naturalmente, ser de otra forma). Milner nos explica el rechazo del conductismo a “las ideas”, pero veamos. El conductismo lo que rechazaba era la asociación de ideas como explicación de la conducta, porque, como he dicho más arriba utilizando como ejemplo el condicionamiento clásico, lo que se asocia no son ideas, sino estímulos. Los conductistas no rechazan que existan ideas, porque el conductismo es una idea. Ahora bien, ponerse a jugar con de dónde viene y con quién se asocia es lo que el conductismo, en los años 50, rechaza como programa de investigación. Es posible que Milner, al decir eso, se refiera también al carácter a veces a-teórico (sin teoría) del conductismo skinneriano, y eso es cierto: Skinner propone un programa de investigación esencialmente empírico, y sugiere que la teoría puede despistar. Estamos, repito, en los años 4050 del siglo pasado. “La teoría, como el ron, es un buen sirviente y un mal amo” son, literalmente, palabras de Hebb (Psicología, versión española de A tetxtbook of psychology, 1966, p. 288). Hebb fue un teórico, desde luego, y por su teoría de las asambleas de neuronas acerca de cómo el aprendizaje podría representarse en el SNC mediante la modificación de las eficacias sinápticas se le conoce en la actualidad. Pero la teoría le servía para conducir sus experimentos, y no para divagar (al estilo del Pavlov especulativo). Y para terminar, en 1973 Bliss y Lomo, como sabéis, descubren la PLP en el hipocampo de conejo, y descubren además que la potenciación se produce siguiendo la regla que Hebb había propuesto, “cuando la neurona presináptica y la postsináptica se excitan a la vez, la conexión se fortalece”, el perceptrón (una red neural de dos capas capaz de algunos logros, pero incapaz, por ejemplo, de resolver la disyunción exclusiva) es, me parece, de los años 60, y el algoritmo de retropropagación para instruir a una red de tres capas es sólo un poco posterior. Pues bien, no lo digo con total seguridad, pero creo que ninguno de esos desarrollos tuvo en cuenta (había leído) a Hebb. En 1986 cuando el grupo PDP (parallel distributed proccesing), encabezado por Rumelhart, Hinton y otros, publica su famoso libro, la cosa cambia, desde luego, y ambas tradiciones de unen, pero es en esa fecha, con Donald Hebb en el otro mundo. El artículo vale la pena de ser leído, sin ninguna duda. Fue publicado en Investigación y Ciencia en Marzo de 1993 y también aparece en la compilación titulada Psicología Fisiológica, Libros de Investigación y Ciencia, Prensa Científica, Barcelona: 1994. Donald 0. Hebb, uno de los más influyentes psicólogos de su tiempo, quería ser novelista. Convencido de que su vocación requería sólidos conocimientos psicológicos, se embarcó en una carrera que le llevó a dedicarse durante veinte años a la investigación. Sus estudios culminaron en 1949 con la publicación de su obra The Organization of Behavior (“La organización de la conducta”), piedra angular de la moderna neurofisiología. La monografía abrió un nuevo camino, postulando estructuras neurales a las que daba el nombre de conjunciones o asambleas celulares, establecidas mediante la hoy llamada “sinapsis de Hebb”. La teoría de la conjunción celular guió a Hebb en sus experimentos sobre el influjo del ambiente precoz en la inteligencia del adulto. Y prefiguró la teoría de las redes neuronales. El libro apareció en el momento más oportuno, porque se enfrentaba al conductismo, justo cuando esa escuela comenzaba a perder la hegemonía. Los conductistas eran contrarios a que se explicase el comportamiento por la asociación de ideas (a lo que ellos llamaban mentalismo) y por la actividad de neuronas (a lo que llamaban fisiologismo). Pero a muchos psicólogos, cansados de las artificiosas teorías engendradas por tales críticas, les cautivó la propuesta de Hebb no menos que el atractivo estilo literario con que acertó a presentarla. Nunca pretendió que su teoría de 1949 tuviese firmes fundamentos fisiológicos. Su modelo teórico proponía un objeto de búsqueda, y sólo después, a medida que fueron aumentando los conocimientos sobre el cerebro, se hizo posible expresar su concepción en términos neurológicos más sólidos. Ningún descubrimiento posterior ha invalidado la básica hipótesis de Hebb. Y su influencia e s dos hermanos y su hermana. Donald optó por estudiar inglés, dispuesto a convertirse en escritor; en 1925 se graduó por la Universidad Dalhousie de Halifax. Para ganarse la vida mientras gestaba su primera novela dio clases en su ciudad natal. Un año después se propuso ver mundo y comenzó a trabajar en explotaciones agrarias. Fracasó en su voluntad de enrolarse como marinero en un buque de carga que partía para China, y se contrató de jornalero en Quebec. n 1927 el novelista en ciernes tenía que conocer las obras de Sigmund Freud. Así entró en contacto con la psicología. Acudió al departamento de psicología de la Universidad McGill, donde le aceptaron en 1928 como estudiante graduado y a tiempo parcial. Se mantuvo otra vez dando algunas clases y, de nuevo, lo que empezó siendo un interés temporal se transformó en especialidad profesional. Nombrado director de escuela elemental de una barriada obrera de Montreal, se mostró decidido a hacer agradable la enseñanza y, tratando de impedir que las tareas escolares sirvieran de castigo, dejaba que los alumnos revoltosos salieran de clase para desahogarse en el patio. Tanto llegaron a absorberle sus experimentos pedagógicos que consideró seriamente su permanencia en la profesión. Dos sucesos le disuadieron: una afección tuberculosa en una cadera, que le E manifiesta en muchos sectores de la investigación actual. Nació en Chester, Nueva Escocia, donde sus padres ejercían la medicina, carrera que siguieron sus 9 obligó a guardar cama durante un año y le dejó ligeramente cojo, y a continuación la muerte en accidente automovilístico de su prometida. Durante su obligado reposo escribió la tesina, que le introdujo en la controversia sobre “naturaleza y cultura”. En ese trabajo académico trataba de explicar los reflejos medulares como el resultado del condicionamiento pavloviano en el feto. Jamás mencionaría ese ensayo, una vez cambió de ideas y dispuesto ya a oponerse a cualquier investigación carente de fundamento experimental. En el tribunal estaba Boris P. Babkin, fisiólogo que había trabajadocon Pavlov en San Petersburgo. Babkin le recomendó que se familiarizara con las técnicas de laboratorio y le facilitó el trabajar con Leonid Andreyev, otro ruso emigrado. Hebb se aplicó a condicionar perros y, con ello, perdió su admiración a Pavlov. Tras muchas cavilaciones sobre su futuro, decidió en 1934 quemar sus naves, pedir un préstamo e irse a Chicago a proseguir su investigación doctoral bajo la dirección de Karl S. Lashley. Iba éste a ejercer un profundo influjo en Hebb, principalmente en su aplicación a la fisiología. Lashley nunca había puesto en duda que, para entender el comportamiento, había que entender el cerebro. Siendo mero ayudante de laboratorio, en 1910, había salvado del cubo de la basura preparaciones microscópicas de cerebros de ranas y había tratado de hallar en las conexiones neurales alguna clave de su comportamiento. Hizo también experimentos para detectar rastros de la memoria en el cerebro, ideando técnicas de inducción de lesiones cerebrales e identificación de su localización y extensión. Por los años treinta, estaba ya convencido de que los recuerdos no se almacenaban en una sola región del cerebro, sino que se distribuían por todo él. En 1934, cuando Hebb fue a Chicago, Lashley se hallaba concentrado en el estudio de la visión. n año más tarde le ofrecieron a Lashley una plaza en la Universidad de Harvard. Se las arregló para llevarse consigo a Hebb. Este tenía que comenzar su investigación desde el principio, y, al disponer de dinero solamente para un año más, buscaba un experimento que pudiera dar base a una tesis sin que importara cómo concluirla. Adaptó su interés por la cuestión “naturaleza-cultura” al proyecto visual de Lashley, investigando los efectos de la experiencia precoz en el desarrollo de la visión en las ratas. En contra de las ideas empiristas de su tesina, comprobó que las ratas criadas en completa oscuridad podían distinguir el tamaño y la intensidad lumínica de ciertos patrones con la misma precisión que las criadas en condiciones normales. Esto indicaba que la organización del sistema visual era innata e independiente de las señales aportadas por el entorno, parecer coincidente con el de los psicólogos de la Gestalt, con quienes Lashley simpatizaba. Lo que Hebb no advirtió, aunque esta consecuencia iba implícita en un artículo que publicó por entonces, era que las ratas criadas a oscuras tardaban mucho más que las normales en aprender a distinguir las líneas verticales de las horizontales. Sólo años después, cuando ya habían cambiado de nuevo sus ideas acerca de la importancia relativa de los mecanismos innatos y los aprendidos, apreció en todo U su alcance la importancia de esta consecuencia. Hebb permaneció durante un año en el puesto de profesor auxiliar, lo que le permitió seguir trabajando con Lashley. En 1937 le sonrió la suerte: su hermana, que estaba preparando el doctorado en fisiología por la McGill, le avisó de que Wilder Penfield, un cirujano que acababa de establecer allí el Instituto Neurológico de Montreal, buscaba a alguien que estudiase las consecuencias de las intervenciones quirúrgicas cerebrales sobre la conducta de los operados. Solicitó y obtuvo la beca para dos años. Penfield trataba la epilepsia localizada eliminando quirúrgicamente las zonas dañadas de la corteza. Sabía muy bien que estaba operando sobre el órgano de la mente y que cualquier movimiento en falso podía privar a su paciente del habla, de la inteligencia y hasta de la consciencia: La principal responsabilidad de Hebb fue estudiar la naturaleza y la extensión de los cambios intelectuales que se dieran en los pacientes a consecuencia de las excisiones corticales. No era un campo nuevo: comenzó después de la Primera Guerra Mundial con la aplicación de tests psicométricos a soldados que habían sufrido heridas profundas en la cabeza y continuó después sobre pacientes aquejados de tumores cerebrales. En muchos casos, las lesiones producían mermas intelectuales, pero su localización y su extensión eran difíciles de determinar. Las ablaciones quirúrgicas, por contra, se hallan mejor acotadas y los ataques epilépticos no producen daños tan generales como los causados por las 10 balas o por los tumores. No tardó en planteársele a Hebb un peculiar problema. Los psicólogos sostenían que la sede de la inteligencia humana eran los lóbulos frontales de la corteza, basándose en que esta región de nuestro cerebro es mayor, en comparación, que las correspondientes áreas de otros animales; sin embargo, Hebb no lograba detectar pérdidas de inteligencia en pacientes cuyos lóbulos frontales habían sido destruidos por accidente o por intervención quirúrgica. Esta aparente falta de efecto le impresionó e inspiró su búsqueda de una teoría sobre el cerebro y la conducta inteligente. os trabajos posteriores demostraron que Hebb había puesto demasiada confianza en los tests de inteligencia al uso. Una de sus discípulas, Brenda Milner, que continuó los estudios por él comenzados de los pacientes de Penfield, descubrió que las lesiones del lóbulo frontal hacen a menudo difícil que el pacíente renuncie a un comportamiento impropio. Aunque tal vez los tests de inteligencia no los detecten, los cambios de personalidad que subsiguen al deterioro del lóbulo frontal pueden afectar a la vida del sujeto. Cuando se le acabó la beca, encontró por fin un trabajo permanente en la Universidad de Queen’s en Kingston. Allí prosiguió sus investigaciones sobre la inteligencia. Junto con su discípulo Kenneth Williams, desarrolló un laberinto para ratas en el que éstas podían variar las sendas, por lo que el artefacto venía a ser análogo a los tests de inteligencia para los humanos. El laberinto de Hebb-Williams L fue utilizadísimo durante todo el siguiente cuarto de siglo. Pero de lo que Hebb se sentía orgulloso era de un artículo teórico en el que sostenía que la inteligencia adulta era influirla decisivamente por la experiencia tenida durante la infancia, y basaba esta tesis en los resultados de la investigación que había hecho en el Instituto Neurológico de Montreal. El artículo, ignorado en su momento, constituye hoy un lugar común, habiéndosele aprovechado en programas tan enriquecedores como el de iniciación preescolar. Pero la idea era demasiado avanzada para aquel tiempo: en 1940 la mayoría de los psicólogos definían la inteligencia como una característica innata. Para conciliar sus estudios sobre la influencia de la infancia con la aparente inocuidad de las lesiones del lóbulo frontal, avanzó la hipótesis según la cual la función principal de esa región no era la de pensar, sino la de facilitar la enorme adquisición de conocimientos que se obtienen durante los primeros años de la vida. Experimentos realizados para determinar los respectivos efectos de las lesiones tempranas y tardías no siempre corroboraban esta idea, que le sirvió, no obstante, de trampolín para lanzarse a nuevas teorizaciones. En 1942 Lashley pasó a dirigir los Laboratorios Yerkes de Biología de Primates, en Florida, e invitó a Hebb que le acompañara para estudiar el comportamiento de los chimpancés. Aceptó el ofrecimiento, a pesar de que no le entusiasmaba mucho lo de tener que estudiar a los chimpancés. Lashley se proponía desarrollar tests de aprendizaje y de resolución de problemas para los animales, mientras Hebb habría de ocuparse de su identidad y rasgos emocionales. Después darían comienzo a un programa sobre la incidencia de las lesiones en determinadas variables. Los chimpancés resultaron más difíciles de adiestrar que lo que Lashley se había imaginado. Las demoras impidieron que se realizara ninguna operación de cerebro. Sin embargo, Hebb quedó fascinado por sus observaciones de los chimpancés y decía haber aprendido más acerca de la personalidad humana en los cinco años que se pasó examinando a aquellos primates que en ningún otro lapso de tiempo posterior a los cinco años primeros de su propia vida. Los primates manifestaban distintas personalidades y un sentido del humor que tendía a lo burlesco. Hebb y los demás miembros del equipo investigador se divertían en grande para sus adentros ante las retorsiones verbales que habían de hacer los visitantes behavioristas cuando intentaban describir las bromas de los animales sin recurrir a un lenguaje “mentalista”. a atenta observación de los chimpancés le enseñó que la experiencia no era el único factor del desarrollo de la personalidad, incluidas fobias y otras manifestaciones patológicas. Comprobó, por ejemplo, que chimpancés jóvenes, nacidos en el laboratorio y que jamás han visto una serpiente, se aterrorizan ante la presencia de la primera. También les asustaban las figuras de cabezas u otras partes aisladas del cuerpo de chimpancés o de los humanos, así como las de sus cuidadores si éstos llevaban atuendos inusuales. Por otra parte, Hebb, tras detenerse en el comportamiento social de marsopas cautivas, sugirió que evidenciaban L 11 una inteligencia comparable a la de los primates. Lo que influiría, sin duda, en su ulterior conclusión de que el nivel del juego proporciona un buen índice de inteligencia. El interés de Lashley por cómo el cerebro elabora las percepciones y las convierte en conocimiento del mundo avivó la curiosidad de Hebb sobre el origen de las ideas. ¿Cómo aprende el cerebro a juntar un triángulo, un coche o un perro con otro triángulo, coche o perro, siendo así que no hay dos triángulos, ni dos coches ni dos perros que produzcan idéntica estimulación en los receptores sensoriales? El momento decisivo llegó al topar Hebb con la obra de Rafael Lorente de Nó, neurofisiólogo del Instituto Rockefeller de Investigaciones Médicas, quien había descubierto en el cerebro circuitos neurales, o vías de retroalimentación. Hasta entonces, todas las teorías psicológicas daban por descontado que la información seguía una dirección de un solo sentido, algo así como la comida a través del tracto digestivo. Hebb cayó en la cuenta de que los bucles de Lorente de Nó era lo que necesitaba para desarrollar una teoría más sólida de la mente. l concepto de retroalimentación no era desconocido en teoría del aprendizaje. Aceptábase que la acción del organismo condicionaba la entrada de nueva información, por ejemplo capacitando al animal para recibir un estímulo reforzante. Ahora bien, si procediera así la retroalimentación, a través de una sola vía, operaría lenta e insegura. Pero con millones de sendas de retroalimentación interconectadas sí podrían establecerse modelos internos del entorno que permitirían E predecir los efectos de las respuestas sin mover un músculo. Inducido por su familiaridad con la visión, se concentró en dicho sistema para avanzar sus primeras teorías neurológicas. Sabiendo que la proyección punto por punto, de la retina a la corteza, no se extiende más allá de la corteza visual primaria, supuso que los relés neurales se proyectaban hacia la corteza circun dante en direcciones aleatorias, tejiendo la imagen retiniana. Semejante disposición recombinaría las señales procedentes de las distintas partes de la imagen, es decir, podrían converger sobre la misma neurona diana y excitarla. Los impulsos resultantes podrían a continuación retornar a las neuronas instaladas en una zona precedente de la senda, cerrando los bucles de realimentación. La activación reiterada de cualquier bucle reforzaría ese lazo del siguiente modo: si el axón de una neurona de entrada de información se halla cerca de la neurona diana y la excita, participando persistentemente en la activación de la misma, se produce, en una o en ambas células, un proceso de desarrollo que redobla el rendimiento del estímulo presentado por la neurona de entrada. A las sinapsis que se comportan de acuerdo con este postulado se las denomina “sinapsis de Hebb”. Freud y otros habían avanzado algo parecido. Aunque propuesto con elegancia formal, el postulado de Hebb era, en 1949, pura especulación. Los estudios ulteriores con neuronas individuales confirmarían que, en algunas, cambia la intensidad sinóptica a tenor del postulado. Y puede que también acertara en lo relativo al mecanismo del cambio permanente. Aryeh Routtenberg, de la Universidad del Noroeste y antiguo alumno suyo, acaba de señalar que, si se estimulan las neuronas hasta aumentar su intensidad sinóptica, se produce una proteína asociada con el desarrollo neuronal. Hebb supuso que la mayoría de las sinapsis de la red cortical, débiles en un principio, no se activaban espontáneamente. Para excitarse, requerirían que convergiera el estímulo promovido por varias neuronas. Algunas neuronas de la red reciben información convergente, gracias a lo cual se disparan cuando un estímulo excita cierta serie de neuronas de la corteza sensorial. Algunas de las neuronas activadas establecen conexiones sinápticas entre sí, reforzadas a cada presentación del estímulo. Las conexiones entre las neuronas de la red que se disparan simultáneamente adquieren firmeza suficiente para seguir excitándose unas a otras en ausencia del impulso procedente del estímulo, creando una representación interna del estímulo, la asamblea o conjunción celular. El concepto de conjunción celular fue la principal contribución de Hebb a la psicología teórica, por no decir que a la filosofía. Reavivó el intento de los psicólogos del siglo xix de explicar la conducta en términos de asociación de ideas, proyecto que habían desechado los behavioristas arguyendo que las “ideas” eran algo tan irreal como la creencia en duendecillos vagando por el interior de la cabeza. Para los conductistas, las ideas, y por tanto el mentalismo, no tenían cabida en la psicología científica. 12 Pocos parecieron advertir que los conductistas sustituían las ideas por constructor no menos infundados, a los que daban nombres tan engañosos como “estímulos” y “respuestas”; no se trataba de datos o series de hechos observables, sino de atributos asociados unos con otros dentro de una imaginaria “caja negra”, a la que estaba vedado denominar cerebro. Hebb puso fin a este despropósito demostrando que las ideas podían tener una base física tan firme como los movimientos musculares. Podían constar de pautas aprendidas de excitación nerviosa en el cerebro, instada inicialmente por la información sensorial pero que después iría adquiriendo autonomía. En su forma originaria, el carácter elemental de la teoría neural frenaba su aceptación. En su contra tenía que la asamblea celular no incluía la inhibición, porque la ciencia contemporánea no la había reconocido aún. Sir John C. Eccles seguía insistiendo en negar la existencia de sinapsis inhibidoras. Por otro lado, no se habían descubierto todavía muchas conexiones importantes del neocórtex, y apenas se había insinuado la significación funcional de la pluralidad de neuronas corticales. Ahora bien, sin factores inhibidoras, el aprendizaje reforzaría las conexiones sinápticas hasta que todas las neuronas se excitaran sin cesar, haciendo inútil el sistema. Este efecto se observó en modelos computarizados de la asamblea celular, conceptores de nombre, construidos en los años cincuenta por el equipo de Nathaniel Rochester, de IBM en Poughkeepsie. No parece que Hebb teclease nunca un ordenador con el fin de EXPERIMENTO DE AISLAMIENTO, que extendió el estudio de la privación de estímulos sensoriales más allá del campo de cada asamblea de células. Unos vendajes-esposas impedían el tacto, una careta-pantalla de plástico alteraba la visión de las figuras y un almohadón en forma de U y relleno de goma-espuma atenuaba los sonidos no encubiertos por el acondicionador de aire que pendía del techo. Los electrodos del EEG registraban las ondas cerebrales del sujeto, quien, mediante un micrófono, podía ir informando de lo que experimentaba. La capacidad de pensar de los voluntarios disminuía, y algunos de ellos hasta empezaban a tener alucinaciones. poner a prueba su idea de que las redes nerviosas aleatorias podrían autoorganizarse para almacenar y devolver información. Pero esas redes nerviosas inspiraron muchos modelos computarizados, desde el perceptrón hasta el procesamiento en paralelo, con aplicaciones incluso en la industria. Cuando The Organization of Behavior salió de tiros, Hebb estaba de nuevo en Montreal, al frente del departamento de psicología de la McGill. Diez años después, cuando renunció a su dirección, el departamento por él formado era uno de los más competentes de toda Norteamérica. La mayoría de sus investigaciones en la McGill tuvieron que ver con suteoría de la conjunción celular. Los experimentos fisiológicos para respaldar la teoría rebasaban los límites de la metodología contemporánea. (Aún los rebasan.) Por ello sometía a prueba las predicciones comportamentales de la teoría. Trató, por ejemplo, de reforzar sus postulados sobre la influencia de la crianza en la inteligencia adulta. La mayoría de los resultados vinieron a corroborar su idea de que los animales criados en un ambiente enriquecido o más complejo tendrían luego en su vida muchas ventajas sobre los animales enjaulados. ubo una embarazosa excepción. Dividió una camada de terriers escoceses de pura raza en sendas mitades: unos cachorrillos se criaron con mimo en hogares de miembros del equipo investigador y la otra mitad en jaulas del laboratorio. Hebb no fue afortunado en la elección de su cachorro que, congénitamente incapaz de orientarse, se extraviaba en cuanto perdía de vista la casa y hubo que rescatarlo de la perrera en varias ocasiones. El can obtuvo una de las puntuaciones más bajas de todas cuando, siendo ya adulto, se le sometió a un test de laberinto. En una serie de experimentos H 13 afines investigó el efecto de la merma severa de información sensorial sobre la conducta de los adultos, incluidos humanos voluntarios. Algunos alumnos se sometieron a duras privaciones de estímulos sensoriales durante el tiempo que pudieran aguantarlas (ninguna se prolongó una semana): empezaba a disminuirles la capacidad de pensar y hasta se produjo algún caso de alucinación. Eran los días de la guerra de Corea y muchos recurrieron a esos experimentos de aislacionismo para comprender y combatir las técnicas de “lavado de cerebro” empleadas por los chinos. ebb prosiguió con su vieja idea de que una lesión tenía que ser más perjudicial en un cerebro inmaduro que en el de un adulto. Pero los resultados se arruinaban por varios factores, uno de ellos la capacidad autoorganizativa del cerebro en desarrollo. Piénsese que si un bebé sufre una lesión en una zona del hemisferio cerebral izquierdo, importante en el adulto para el habla, el hemisferio derecho del niño se encarga de esta función y no se resiente en exceso su capacidad locutiva; esa misma lesión en el adulto causa la pérdida del habla. Encontrándose con tales problemas al estudiar la cognición, imaginó que la mejor prueba en favor de la asamblea celular era la que se deducía de sus experiencias sobre el desvanecimiento de las imágenes retinianas. Se proyectan figuras sencillas hacia el ojo mediante un sistema de lentes unidas a unas lentillas de contacto asegurándose de que la imagen caiga siempre sobre el mismo lugar. A medida que las células receptoras se van fatigando, la imagen H se desvanece hasta desaparecer, pero no toda de una vez. Suelen borrarse de repente líneas enteras, una o dos al mismo tiempo, hasta que al fin se ha ido toda la imagen. El fenómeno se debe, decía, a que cada línea está representada por la actividad neuronal que recorre un circuito cerrado. Esa actividad, una vez desencadenada persiste después incluso de que la información procedente de la retina ha decaído hasta un valor ínfimo, en virtud de la retroalimentación que se produce en torno al lazo. Pero, al llegar a cierto valor crítico, la reverberación cesa de pronto y desaparece la línea. Estos experimentos no proporcionan pruebas definitivas a favor de la asamblea celular tal como Hebb la concebía; pero, aunque la versión de éste resultó incorrecta, no debilitó la validez de su hipótesis: hay actividad neural que sigue simbolizando un objeto, aun después de que el objeto real haya dejado de estimular los órganos sensoriales. Si The Organization of Behavior se hubiera limitado a criticar las hipótesis dominantes y elaborar su teoría de la asamblea celular, el libro habría pasado inadvertido. El atractivo reside en su segunda mitad, donde se ocupa de la emoción, la motivación, la enfermedad mental y la inteligencia, examinándolas a la luz de su teoría. Expone a propósito de la salud mental: “Seguimos necesitando un Ayax que se yerga firme desafiando al rayo y que, cuando cualquier autoridad haga saber al público que a los niños les es malo creer en Santa Claus, que los tebeos conducen a la degeneración psíquica o que el asma se debe a una oculta enfermedad mental, grite ¿Qué prueba hay de ello?” Maestro en la organización y dirección, daba él mismo el curso introductorio, de notable éxito; en algún momento llegó a contar con 1500 estudiantes. Muchos profesores de ps cología descubrieron su vocación en aquellas clases. Sus lecciones eran únicas; ningún manual incluía, ni de lejos, las materias e ideas de que él se ocupaba, por lo que escribió su propio texto. La primera edición de A Textbook of Psychology apareció en 1958. A diferencia de los manuales al uso, el suyo aportaba más ideas que ilustraciones gráficas. Impartía también un seminario para graduados por el que a lo largo de 30 años fueron pasando todos los estudiantes de posgrado de la McGill. Fue famoso no sólo por sus estimulantes discusiones, sino también por el siempre presente cronómetro de Hebb y por las tiras de papel en que iba anotando las pronunciaciones incorrectas y otros defectos de presentación. Se había propuesto que ningún alumno de la McGill rebasara nunca el tiempo que se le asignase para hablar en una reunión, y en general lo consiguió. La Universidad McGill honró a Hebb en 1970 nombrándole canciller; él fue el único miembro de una facultad al que se eligiera alguna vez para ese puesto. En 1977 se retiró a su Nueva Escocia natal, donde terminó su último libro, Essay on Mmd. Nombrado profesor emérito de psicología en su alma maten, Dalhousie, participó allí regularmente en coloquios hasta morir, a los 81 años de edad, en 1985. Libros de Investigación y ciencia. Psicologia Fisiológica. 1994 14 El trastorno de Hiperactividad y de falta de atención Russell A. Barkley Introducción Alicia G. Se trata de un trastorno del autocontrol cuyo origen podría hallarse en la alteración de los genes responsables del desarrollo de ciertos circuitos cerebrales. n el Tema 1 (Capítulo 6), de Psicofisiología aparecen varios conceptos nuevos para nosotros, una afección constitucional, (determinada genéticamente) que se denomina hiperactividad, que solía asociarse con la falta de atención y dos índices el Apgar y la Escala de Brazelton. El índice Apgar es numérico que va de 1 a 10 , de mayor riesgo de peligro a bebé sano, este índice lo que va a determinar son los primeros cuidados que va a requerir el neonato para su normalización en los primeros momentos de vida, mientras que la Escala de Valoración Neonatal de Brazelton es un Instrumento investigación con aplicaciones clínicas que valora la conducta refleja, la organización neurológica, la reactividad a estímulos, la habituación, el nivel de organización, la responsabilidad, seguimiento visual, percepción auditiva, etc. Desde el nacimiento hasta la infancia. E bservando a Pedrín, de cinco años, en la sala de espera de mi consultorio, comprendí por qué decían sus padres que en el parvulario le iba tan mal. Saltaba de un sillón a otro, agitaba los brazos, jugaba con los interruptores de la luz, encendiéndolos y apagándolos, molestando a todos, mientras parloteaba sin parar. Cuando su madre le animó a que se uniese a un grupo de otros niños que se entretenían en el cuarto de los juguetes, Pedrín quiso intervenir en un juego que ya estaba muy adelantado, con la consiguiente repulsa de los demás, que prefirieron dedicarse a otra cosa. Solo, y con unos cuantos juguetes, los disponía sin orden ni concierto y los trataba a batacazos. Parecía incapaz de entretenerse con tranquilidad. Una vez que le hube examinado con más detenimiento, me afirmé en mis sospechas iniciales: el chico padecía el desorden de hiperactividad y O La hiperactividad, según el texto de David Freides, puede ser detectada por los índices mencionados y además de ser una afección constitucional también puede ser producida por sustancias tóxicas contaminantes como el plomo y el mercurio. En el Capítulo 9, volvemos al tema de la Hiperactividad y de la Falta de Atención, en él ya podemos observar que hay más posibles factores que pueden provocar dichas disfunciones y entramos más de lleno en ambas patologías atencionales. Para tener una idea más completa de dichas disfunciones constitucionales o no, a continuación os presentamos el artículo aparecido en TEMAS 22 de “Investigación y Ciencia” de Russell A. Barkley del año 2000 que explica dicho trastorno desde la perspectiva genética. de atención deficiente (DHAD). Los psiquiatras han diagnosticado de distintos modos durante la segunda mitad del siglo xx a los niños que son desmesuradamente hiperactivos, dispersos e impulsivos. Se ha hablado de “disfunción cerebral mínima”, de “síndrome infantil de lesión cerebral”, de “reacción hipercinética de la infancia”, de “síndrome del niño hiperactivo” y, más recientemente, de “desorden de la falta de atención”. Los frecuentes cambios de denominación reflejan la inseguridad de los investigadores ante las causas sub yacentes e incluso ante los criterios precisos para diagnosticarlo. En los últimos años, sin embargo, ha empezado a entrar cierta luz en el campo de sus síntomas y causas. Se cree que podría tener un origen genético. La opinión actual sobre cuál sea la base del trastorno difiere bastante de la mantenida años atrás. El DHAD no sería de suyo un desorden de la atención, tesis defendida antaño. Surgiría, por contra, de un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales en que se apoyan la inhibición y el autocontrol. La pérdida de autocontrol menoscabaría, a su vez, otras funciones cerebrales que revisten importancia crucial para el mantenimiento de la atención, entre ellas las que capacitan para demorar las recompensas inmediatas de modo que se obtenga más tarde un provecho mayor. En el DHAD se dan dos conjuntos de síntomas: la falta de atención y una combinación de comportamientos hiperactivos e impulsivos. La mayoría de los niños son más activos, más distraídos y más impulsivos que los adultos. Y son también más inconstantes, más sensibles a los acontecimientos momentáneos y están más dominados por los objetos de su entorno inmediato. Cuanto más pequeños, menos capaces son de notar el paso del tiempo y de dar preferencia a sucesos futuros 15 LAS ESTRUCTURAS cerebrales afectadas en el DHAD emplean dopamina para comunicarse entre sí (fechas verdes). Las investigaciones indican que los pacientes podrían haber experimentado mutaciones en los genes que codifican ya sea al receptor de dopamina D4, que recibe las señales que llegan, ya al transportador de dopamina, que atrapa para su reutilización la dopamina liberada. La sustancia negra, donde la muerte de las neuronas productoras de dopamina causa la enfermedad de Parkin son, no es afectada en el DHAD. en detrimento de los deseos y las necesidades inmediatos. Pero tales comportamientos sólo entrañan un problema cuando los niños los manifiestan en una medida significativamente mayor que el común de sus iguales. Las probabilidades de que los varones sufran este trastorno más que triplican las que tienen las niñas. Algunos estudios indican que los niños con DHAD superarían en la proporción de nueve a uno a las niñas, por la razón presumible de que los varones presentan una mayor propensión genética a los trastornos del sistema nervioso. Las pautas de comportamiento típicas del DHAD empiezan a manifestarse entre los tres y los cinco años, pero la edad del comienzo puede variar mucho: algunos no muestran los síntomas hasta el final de la infancia y hasta el inicio de la adolescencia. Se ignora a qué pueda deberse este retraso de los síntomas. Los afectados son muchísimos. Abundan los trabajos que cifran su incidencia entre el 2 y el 9,5 % de los niños en edad escolar. Se ha encontrado en cuantos países y culturas han sido objeto de su estudio. En tiempos se pensó que el problema remitía con la edad, pero puede persistir en la edad adulta. Unos dos tercios de los 158 chicos con DHAD que mis colegas y yo diagnosticamos en los años setenta seguían padeciéndolo siendo ya veinteañeros. Y muchos de los que no encajaron del todo en la descripción clínica del DHAD seguían teniendo importantes problemas de adaptación en el trabajo, en los estudios o en otros ámbitos sociales. ara ayudar a los niños (y a los adultos) que padecen el DHAD, psiquiatras y psicólogos han de conocer mejor sus causas. Acostumbrados a considerar el DHAD como un problema de atención, se ha propuesto que su origen estaría en una incapacidad del cerebro para filtrar información sensorial antagonista, verbigracia, imágenes visuales y sonidos. Pero los trabajos de Joseph A. Sergeant han demostrado que los niños con DHAD no tienen ninguna dificultad en ese campo; en cambio, no pueden inhibir sus impulsivas respuestas motoras ante tal información. Otros especialistas han puesto en claro que los niños con DHAD son menos capaces de preparar anticipadamente respuestas motoras ante los acontecimientos y se muestran insensibles a la retroalimentación que P les llegue sobre los errores cometidos al ejecutarlas. Por ejemplo, los niños con DHAD muestran menor presteza a la hora de apretar una tecla, entre varias, al ver una luz de aviso en la prueba del tiempo de reacción. Y habiendo cometido errores en la prueba, tampoco reflexionan para mejorar la puntuación. Se desconocen las causas directas e inmediatas de las dificultades que experimentan estos niños. Los avances de las técnicas de formación de imágenes y de la genética parecen augurar que esta cuestión quedará resuelta en un futuro no muy lejano. Ya se han descifrado algunas claves, pero todavía no se las ha podido conjuntar en un cuadro coherente. Las investigaciones con técnicas de formación de imágenes cerebrales indican que pudiera haber un mal funcionamiento de ciertas regiones del cerebro, lo que explicaría los síntomas del trastorno, apuntándose al córtex prefrontal, a parte del cerebelo 16 y a los ganglios basales. F. Xavier Castellanos, Judith L. Rapoport y sus colegas comprobaron que el córtex prefrontal derecho y dos ganglios basales (nucleus caudatus y globus pallidus) eran notoriamente menores de lo normal en los niños con DHAD. Luego el equipo de Castellanos halló que también tienen más pequeña la región vermis del cerebelo. Estos datos encajan, pues las zonas del cerebro que aparecen reducidas son precisamente las mismas que regulan la atención. Así, por ejemplo, el córtex prefrontal derecho inter viene en la “revisión” de la conducta del individuo, resistiendo a las distracciones y desarrollando una conciencia de la propia entidad y del tiempo. El nucleus caudatus y el glo bus pallidus contribuyen a desconectar las respuestas automáticas, permitiendo que el córtex delibere con más detenimiento y que las infor maciones nerviosas se coordinen entre sus diversas regiones. No está claro el papel que desempeñe el vermis cerebeloso; en estudios provisionales se habla de una posible intervención en la regulación de la motivación. ¿A qué se debe el que estas estructuras se encojan en los cerebros de quienes tienen DHAD? Se ignora. Lo que no obsta para que ciertos traba jos apunten a que pudieran guardar relación con ello las mutaciones de varios genes que, en condiciones de normalidad, realizasen una actividad importante en el córtex prefrontal y en los ganglios basales. La mayoría de los investigadores cree actual mente que nos hallamos ante un trastorno poligénico, vale decir, en el que participa más de un gen. as indicaciones de que al DHAD subyacen fallos genéticos nos llegan del entorno familiar. La probabilidad de que el síndrome se desarrolle en los hermanos de niños con DHAD multiplica L de cinco a siete veces la probabilidad de que aparezca en niños de familias no afectadas. Los hijos de un progenitor con DHAD tienen hasta un 50 % de posibilidades de experimentar las mismas dificultades. Pero la prueba más concluyente de la participación genética en el DHAD nos la ofrece la investigación sobre hermanos gemelos. Jacquelyn J. Gillis daba cuenta en 1992 de que el riesgo de DHAD para un niño cuyo gemelo idéntico lo sufriera era entre 11 y 18 veces mayor que el del hermano no gemelo; de acuerdo con sus datos, entre el 55 y el 92 % de los gemelos idénticos de niños con DHAD padecían el trastorno. ebemos a Helene Gjone y Jon M. Sundet uno de los trabajos más exhaustivos en torno al DHAD entre hermanos gemelos. Lo realizaron en colaboración con Jim Stevenson. Estudiaron 526 gemelos idénticos (los que tienen exactamente los mismos genes) y a 389 mellizos, que no guardan mayor parecido genético que los hermanos nacidos en partos diferentes. El equipo halló que el DHAD presentaba una heredabilidad del 80 %; ello significaba que hasta el 80 % de las diferencias de atención, hiperactividad e impulsividad que se daban entre los sujetos con DHAD y los que no lo padecían denunciaba una raíz genética. Entre los factores no genéticos vinculados con el DHAD se han venido citando el nacimiento prematuro, el consumo materno de alcohol y de tabaco, la exposición a grandes niveles de plomo en la temprana infancia y las lesiones cerebrales, especialmente las que atenten contra el córtex prefrontal. Pero todos estos factores, aunque se den juntos, no pueden explicar más que entre un 20 y un 30 % de los casos de chicos con DHAD y un porcentaje aún menor de los de chicas. (Contrariamente a la creencia popular, ni factores dietéticos, D tales como la cantidad de azúcar que consuma un niño, ni un entorno familiar de pobreza se ha demostrado que contribuyan al DHAD.) ¿Qué genes son los defectuosos? Quizá los que dictan al cerebro la manera de emplear la dopamina. Este neurotransmisor lo segregan neuronas de ciertas zonas del cerebro para inhibir y para modular la actividad de otras neuronas, en especial las que intervienen en las emociones y los movimientos. Los trastornos cinéticos de la enfermedad de Parkinson, por ejemplo, los causa la muerte de las neuronas secretoras de dopamina en una región del cerebro situada bajo la substantia nigra. Algunos estudios muy convincentes implican en concreto a los genes que codifican (que sirven de plantilla) a los receptores y transportadores de dopamina; tales genes desarrollan gran actividad en el córtex prefrontal y en los ganglios basales. Los receptores de dopamina están en la superficie de ciertas neuronas, a las que la dopamina entrega su mensaje enlazándose con los receptores. Los transportadores de dopamina sobresalen de las neuronas que segregan el neurotransmisor y atrapan la dopamina desperdiciada para que pueda volver a utilizarse en otra ocasión. Si se producen mutaciones en el gen del receptor de dopamina, podrían resultar receptores menos sensibles a la dopamina. Y, a la inversa, las mutaciones en el gen del transportador de dopamina podrían favorecer el advenimiento de transportadores hipereficaces que acaparasen toda la dopamina segregada antes de que tuviera la oportunidad de engarzarse en los receptores de alguna neurona vecina. Edwin H. Cook llegó en 1995 a la conclusión de que los niños con DHAD mostraban mayor proclividad hacia una peculiar variante del gen DAT1 del transportador de dopamina. Un año más tarde se descubrió que una 17 Diagnosis del DHAD os psiquiatras diagnostican el desorden de hiperactivi dad y falta de atención (DHAD) si el individuo manifiesta seis o más de los siguientes síntomas de falta de atención o seis o más síntomas de hiperactividad e impulsividad. Las manifestaciones de tales síntomas han de ser frecuentes, darse dentro de un período de por lo menos seis meses y en un grado que suponga inadaptación y desproporción con el nivel de desarrollo de la persona. Además, L FALTA DE ATENCION • No atiende a los detalles y comete errores por falta de esmero en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades. • Le cuesta mucho mantener la atención en los trabajos o en las actividades lúdicas. • Parece no escuchar cuando se le habla. • Nunca sigue las instrucciones que se le dan, deja inconclusas las tareas y no cumple sus deberes en la escuela o en el trabajo. • Se le hace difícil organizar tareas y actividades. • Le disgusta comprometerse en algo que requiera un esfuerzo mental continuado (por ejemplo, las tareas escolares) y lo evita o rehúye. • Pierde cosas necesarias para sus tareas o actividades (juguetes, libretas o cuadernos escolares, lapiceros, libros o herramientas). • Le distraen fácilmente los estímulos externos. • Es olvidadizo en sus actividades cotidianas. variante del gen D4 del receptor de dopamina se presentaba en ellos con una frecuencia mucho mayor que en los niños normales. Pero la muestra no superó la cincuentena de in dividuos en ninguno de ambos casos, por lo que hay que realizar trabajos ulteriores que confirmen los resultados. ¿De qué modo las estructuras cerebrales y los defectos genéticos mencionados promueven las conductas características del desorden de hiperactividad y de atención deficiente? Es muy posible que se acabe descubriendo que la raíz estriba en el deterioro de la inhibición conductual y del autocontrol, que en mi opinión son los defectos básicos del DHAD. frenar las respuestas motoras (y quizá las emocionales) a un estímulo- es una función de crucial importancia para la realización de cualquier tarea. La mayoría de los niños, conforme van creciendo, adquieren la capacidad de poner en práctica las funciones ejecutivas, actividades mentales que les ayudan a apartar las distracciones, fijarse unas metas y dar los pasos necesarios para alcanzarlas. algunos de los síntomas deberán haber causado deterioro antes de los siete años de edad y estar causándolo actualmente en dos o más de esos aspectos. Algunos habrán de ir también derivando hacia un grave deterioro del desenvolvimiento social, académico u ocupacional del sujeto. (Adaptado con permiso de la cuarta edición del Diagnostic and Statístical Manual of Mental Disorders ©1994 American Psychiatric HIPERACTIVIDAD E IMPULSIVIDAD • Agita nerviosamente las manos o los pies, o se retuerce en el asiento. • Se levanta a cada momento en clase o en otras situaciones en las que debería permanecers sentado. • Corretea incesantemente o trata de subirse a cualquier eminencia cuando resulta inapropiado hacerlo (si se trata de adolescentes o adultos, sentimientos subjetivos de no poder estarse quieto). • Le es difícil jugar o participar en pasatiempos tranquilamente. • Está siempre “a toda marcha”, como si fuese en moto. Parlotea en exceso. • Se precipita y responde antes de que hayan acabado las preguntas. • Le es difícil aguantar su turno. Interrumpe o avasalla a los demás. Para conseguir algo en el trabajo o en el juego, las personas han de poder recordar lo que pre tenden (percibirlo en retrospectiva), tener en cuenta lo que necesitan para lograrlo (empleando la previsión), refrenar sus emociones e incentivarse. Ninguna de estas funciones podrá ejercerla con éxito quien sea incapaz de inhibir los pensamientos y los impulsos que se interfieran con ellas. n los primeros años de la vida las funciones ejecutivas se manifiestan externamente; los niños hablan solos en voz alta mientras recuerdan cómo realizar una tarea o tratan de resolver un problema. A medida que van madurando, interiorizan o convierten en privadas esas funciones ejecutivas, lo que evita que sus pensamientos los conozcan los demás. Diríase, en cambio, que a los niños con DHAD les falta el autodominio y el poder de restricción imprescindibles para suprimir la manifestación pública de esas funciones ejecutivas. Las funciones ejecutivas pueden E agruparse en cuatro tipos de actividad mental. La primera es la acción de la memoria operativa, esto es, el tener presente la información mientras se trabaja en una tarea, aunque ya no exista el estímulo que la originó. Este tipo de recuerdo permite comportarse con oportunidad y con miras a un fin determinado: posibilita la percepción retrospectiva, la previsión, la preparación y el ser capaces de imitar el comportamiento, complejo y nuevo, de las demás personas. Todo ello está menoscabado en quienes padecen el DHAD. La interíorización del habla constituye la segunda función ejecutiva. Antes de los seis años la mayoría de los niños acostumbra hablar sola, recordándose cómo hacer una tarea o tratando de solucionar un problema: “¿Dónde habré puesto aquel libro? ¡Ah, sí, lo dejé debajo del pupitre!” Cuando se incorporan a la escuela primaria tal hablar privado se convierte en un susurro apenas perceptible, para desaparecer hacia los diez años de edad. Una vez interiorizado, el autohablarse 18 le permite a uno pensar para sí, seguir reglas e instrucciones, cuestionarse la resolución de un problema y construir “meta-reglas” o bases para entender las reglas del hecho de servirse de reglas; todo ello rápidamente, sin necesidad de recurrir a la ayuda de otras personas. Laura E. Berk comprobó en 1991 que la interiorización del autohablarse se retrasa en los muchachos con DHAD. Una tercera función mental ejecutiva consiste en gobernar las emociones, la motivación y el estar despierto. Este control ayuda a alcanzar metas, pues capacita para diferir o alterar las reacciones emocionales ante un suceso determinado que nos distraiga, así como para generar emociones y motivaciones. Quienes refrenan sus pasiones y sus reacciones inmediatas se desenvuelven mejor en sociedad. La última función ejecutiva, la de reconstrucción, consta de dos procesos distintos, que son la fragmentación de las conductas observadas y la combinación de sus partes en nuevas acciones no aprendidas de la experiencia. La capacidad de reconstruirnos proporciona grandes dosis de soltura, de flexibilidad y de creatividad;permite a los individuos lanzarsehacia una meta sin tener que aprenderse de memoria los pasos intermedios necesarios. Conforme los niños maduran, les permite dirigir tramos cada vez más largos de su comportamiento mediante la combinación de conductas concatenadas, de longitud creciente, para el logro de sus fines. De las investigaciones se desprende que los niños con DHAD muestran una capacidad menor de realizar tal reconstrucción que sus compañeros. Pienso que las tres funciones ejecutivas distintas del hablar a solas se van interiorizando también en el curso del desarrollo nervioso infantil. Tal privatización es esen cial para que se originen las fantasías visuales y el pensamiento verbal. Los niños, al crecer, desarrollan la capacidad de encubrir sus actos, de enmascarar sus sentimientos ante la vista de los demás. Por culpa quizá de un desarrollo genético o embrionario deficiente, los niños con DHAD no adquieren esa capacidad y, en consecuencia, despliegan un comportamiento y un habla excesivamente públicos. La falta de concentración, la hiperactividad y la impulsividad de estos niños vendrían causadas, en mi opinión, por una quiebra -la de ser guiados por instrucciones in ternas- y por una incapacidad -la de enderezar su comportamiento indebido. Si se demostrase que el DHAD es un fallo de la inhibición conductual que retarda la adquisición de la capacidad para interiorizar y para efectuar las cuatro funciones mentales ejecutivas, el Pese a llamárselos psicoestimulantes, estos medicamentos inhibidores mejoran la conducta de entre un 70 y un 90 % de los niños mayores de cinco años. Los que reciben esta medicación no solamente son menos impulsivos, menos inquietos y menos distraídos, sino que retienen mejor las informaciones importantes, interiorizan más el habla y se autocontrolan mejor. Como entonces se sienten más queridos por sus compañeros y reciben menos castigos, mejoran su autoestima. n mi opinión, además de suministrar psicoestimulantes -y tal vez antidepresivos en el caso de algunos niños-, el tratamiento del DHAD debería incluir la preparación de padres y maestros en la aplicación de métodos más eficaces. Por citar uno de éstos, pienso en el hecho de hacerle ver en seguida al niño las consecuencias de su acción, así como en el aumento del uso externo de estímulos y de ejemplos sobre reglas e intervalos temporales. La ayuda de los padres y loseducadores deberá consistir en anticiparles algunos acontecimientos, dividiendo las tareas futuras en tramos E más breves y más inmediatos y valiéndose de recompensas inmediatas. Todos estos pasos contribuyen a externalizar el tiempo, las reglas y las consecuencias, supliendo las débiles estructuras interiores de información, regulación y motivación de los niños que tienen DHAD. Los problemas pueden adquirir gravedad suficiente para justificar en ciertos casos la prescripción de programas de educación especial. Aunque no estén concebidos para resolver todas las dificultades del niño y curarlo, tales programas suelen proporcionarle un ambiente más cooperativo, más reducido y menos competitivo, en el que el pequeño puede recibir una instrucción individualizada. Una vez aprendidas las técnicas para superar sus limitaciones de autogobierno, los niños deberían poder desenvolverse en un medio normal. No hay manera de curar el DHAD. ‘Pero se ha avanzado mucho en el tratamiento eficaz de este persistente y angustioso trastorno del desarrollo. No se tardará en disponer de pruebas de diagnóstico genéticas y podrán recetarse medicinas que contrarresten la deficiencia de los niños que lo sufren.descubrimiento abonaría la teoría de que a los niños con DHAD se les podría ayudar ambientándolos en entornos más estructurados. La mayor estructuración constituye un importante complemento de cualquier medicina que se les dé. A los niños (y a los adultos) con DHAD se les recetan Ritalin y otros medicamentos que aumentan su capaci dad de inhibir y de regular los comportamientos impulsivos. Estas sustancias inhiben el transportador de dopamina, con el incremento consiguiente del tiempo de que dispone la dopamina para unirse a sus receptores en otras neuronas. Temas 22. Investigación y ciencia Trastornos mentales (2.000) 19 Todo empezó una tarde de Otoño (y en un lugar de cuyo nombre no puedo acordarme...) con un: staba yo ayer por la tarde, en una sala de la Facultad, reunido con un grupo de excelentes alumnos de mi asignatura E Fco. Claro Izaguirre Y se armó Querido Paco: sabes que te estimo bastante como profesor y si no lo sabes te lo digo ahora, pero me temo que en tu defensa del docente, que pretende ser objetiva y sincera aprecio un sentimiento romántico que la hace no ajustarse totalmente a la realidad y créeme no lo digo solo por las experiencias negativas que haya podido vivir a lo largo de mi carrera como alumna, sino también por comentarios que oigo en mi entorno próximo (en mi familia hay 5 cátedros) y que poco tienen que ver con esa figura ideal a la que alude Peces Barbas, y que parece, por tus observaciones, se ajusta a cualquier profesor simplemente por el hecho de serlo. El poder que detentan los que manejan las “vidas” de los demás es un arma peligrosa , en ocasiones mal utilizada por parte del que la maneja y en detrimento siempre del más debil. Lsn razones que mueven a tal abuso de poder sería coveniente analizarlas desde el punto de vista psicológico y esta sería tarea tuya como experto, pero pienso, aunque desgraciadamente aún no he llegado a ese tema de mi carrera,...todavía estoy en 5º, que mucho tienen que ver las propias frustraciones e inseguridades del que necesita nutrirse y crecer a costa del sufrimiento ajeno. Yo he sido docente y mi mundo está lleno de docentes y te puedo asegurar a tí y a Peces Barba, que hay profesores que suspenden a partir de un tanto por ciento, o de un apellido, o tirando una moneda al aire o simplemente porque piensan que si aprueban a muchos alumnos (aunque se lo merezcan) se van a reir de él (por facilón). La docencia es, primero un don pero sobre todo una vocación. Los profesores de la UNED teneis un tesoro, personas maduras deseosas de saber y de esuchar al que sabe. Un abrazo Carmen Muñoz Siguió armándose Estimada Carmen : Te felicito por tu carta, tan oportuna . Creo que lo que dices en ella loteníamos en la cabeza los que hemos leido la del Sr. Izaguirre. Como eslógico, su postura como Vicedecano de Ordenación Académica y Profesorado, enclara alusión a la polémica generada tras el examen de Experimental , esensalzar la aptitud de los profesores de su facultad y de paso la profesióndocente.Tal vez se haya olvidado de que la calidad de un profesor se debe medir enbase a los resultados obtenidos por la mayoría de sus alumnos. Se puede serbrillante como investigador , estar muy preparado y tener en muy alta estimala profesión, pero eso no significa que se sepan transmitir losconocimientos , ni tampoco acertar a la hora de evaluarlos.A veces un poco de humildad ayuda a ser más sabias a las personas. Un abrazo . Susana. Algunos incluso vitoreaban aplausos y vuelta al ruedo para Carmen ANÖNIMO Como no...el mala leche de Gerardo ya tardaba en saltar. Bromas aparte, había que centrar el debate Me gustaría comentarte 2 cosas sobre tu respuesta Susana: 1-El mensaje del profesor Claro no tiene nada que ver ni con su cargo ni conla polémica de Experimental. Hace referencia a una charla mantenida durante una comida con alumnos suyos 2- Yo me daría por satisfecho con encontrar al menos otro profesor como él en lo que me resta de carrera. Si hubieras sido alumna suya tal vez loentenderías bastante mejor. Un poco de serenidad al sojuzgar a los demás también ayuda a ser más sabias a las personas Otro abrazo Gerardo De todo hubo: mensajes moderados... Estando completamente de acuerdo en algunos (la mayoria) de los puntos y en general de lo que dices, y siendo alumna por segunda vez de una carrera universitaria, y habiendo experimentado aprobados justos e injustos y suspensos justos e injustos, hay algo que me gustaría puntualizar. No siempre lo que se evalúa en un examen es lo que “interesa” saber en una asignatura (entiendo que es mas importante aprender,como dices,a resolver un problema que aprender un detalle del mismo) y no siempre las preguntas de los exámenes son suficientemente claras como para saber deducir la respuesta que se pide. Un exámen no deja de ser un “sondeo” de conocimientos y al igual que hay profesores que saben mucho pero no tienen la habilidad de enseñarlo hay alumnos que saben la asignatura y son capaces de demostrar que la saben. Y es que se sabe que incluso Einstein era mal alumno pero no se puede decir que no sabía. Un saludo Eva ...pero en la mayoría se traducía un cierto desdén hacia el estamento docente Básicamente, no puedo por menos que estar de acuerdo con usted cuando yo misma considero un privilegio el enseñar y aprender. Sin embargo, un docente no es un ser aséptico e incontaminado: tiene un ego. Y dependiendo del grado de inflacción y malformación de éste, los alumnos los disfrutamos o los padecemos. Asistí a la universidad en los años ‘80 y la consigna no era aprender sino aprobar exámenes. Le aseguro que hoy sigue estando vigente. Y créame que lo lamento. Un cordial saludo reconocimiento. junto con mi Pero bueno...también los hubo agradecidos Tanto adherirse, pues yo también me adhiero, pero a lo que dice el Sr.Claro. Vaya que si. Mas razón que un santo. E incluso...ilustrados Estoy en general de acuerdo contigo.Mi reflexión es la siguiente ¿Cómo evaluamos los concimientos?¿Por qué algunos se creen que que la mejor forma de evaluar es ir a coger el alumno?¿Cómo es posible llegar a suspender a personas,y mucho más en esta universidad,con notas en algunos parciales de 4,75, en el otro aprobado y a veces con muy buena nota?¿Cómo es posible que algunos no sepan redactar una pregunta y mucho más si la respuesta es verdadera o falsa?Quién está más preparado ¿El que saca 5 en cada parcial, o el qué saca 7 y 4 ? Seguiría haciendome preguntas en voz alta pero no se si encontraría algunas respuestas convincentes, pero de lo que si estoy convencido de que en todo ésto como en cualquier circunstancia de la vida hace falta equilibrio y de lo que sí estoy convencido es que a algunos nos falta Rafael Burgos Montezuelo Profesor de Secundaria y estudiante de 5º de psicología 20 A estas alturas del partido...la cosa ya estaba caliente y algunos/as empiezan a poner un poco de orden unión no es sólo cosa de la presencial”. Ante el movimiento que se está registrando con el tema de la compensación de notas, quería dar mi opinión puntualizando un par de cosas.En primer lugar dejar claro que he sido afectada como la mayoría en el tema de la no compensación de notas (en cursos anteriores me ha quedado toda una asignatura en septiembre con un 4.96 en un parcial y un 7 en otro) y cuando me ha tocado me ha resquemado como a todos, y he pagado el aguinaldo de la rematrícula con la misma sensación de cabreo que los demás.Pero creo que se están mezclando dos temas distintos : el criterio para compensar parciales entre sí y el tema de la objetividad del examen del 2ºpp de Experimental.Y, al mezclar amb estiones, salen perdiendo los alumnos...porque en el tema de experimental al final a la solución a la que se ha llegado por parte del departamento ha sido bajar el criterio para compensar, con lo que unos se habrán quedado satisfechos, otros resignados, se limpia la estadística de aprobados por parte del departamento, ...y todos contentos aunque todo siga igual.Puedo decir que personalmente no me afecta el conflicto con esta asignatura, pero que he asistido a la polémica y movilización sobre este tema, y me apenaría ver que todo va a quedarse en la conformidad con el azucarillo de turno. Por éso creo que debería separarse mucho (sobre todo que esa separación la tengamos clara todos/as) el tratamiento a ambas cuestiones.Si hay un número suficiente de personas que crean que debería incorporarse a la normativa un tratamiento transparente, más flexible, del criterio de compensación de exámenes, pues a organizarse y volcarse en ello por los cauces adecuados, que parece que haberlos, haylos. Eso sí, me permito recordar, que se llegase al acuerdo que se llegase, siempre habrá quien se considere perjudicado por la medida,...si se decide compensar a partir de un 4.00, los que estén en el 3.90 siempre querrán arañar esas décimas como sea,...que humanos somos todos. En algún sitio va a tener que estar el listón, siempre.Por último, en el tema del experimento del examen de experimenta l...simplemente añadir que me congratulo de la iniciativa y el trabajo de Lola Rusillo y agradecer el apoyo de los compañeros que se han unido y la apoyan, independientemente de que hayan resultado agraciados o no por el nuevo criterio de compensación. Y aún me apetecía comentar algo del didáctico mensaje del profesor Claro, pero lo voy a dejar simplemente en lamentar el momento tan inoportuno en que ha aparecido por la lista. Aportaciones así, profesores así, se merecían que estuviésemos en disposición de dedicarles más atención. Un saludo. Y un abrazo a todos los que estáis colaborando en demostrar que la Y así fue, que el bueno de Paco reapareció con su prosa ufana y descollante...para luego callar (públicamente) para siempre María DJ Bueno, estoy bastante encantado de la atención con la que se ha leído mi escrito del otro día, que además me ha permitido volver a ver que amigos y amigas de los que no sabía hace tiempo están por ahí, como Carmen, o Shubba, y otros amigos que leo o veo con más frecuencia también semolestan en leerme y contestarme, como Patxi, Nati, Carlos (con el que mantengo reciente contacto epistolar, pero que no conozcopersonalmente), Antonio o María Amparo. Y a las personas que no conozco,pues también les agradezco su atención. Algún mensaje he contestado a las personas que me han escrito a mi buzón personal, pero sirva estocomo contestación a todos los demás, en la lista de Leandro (otro amigo,y un monstruo de la discreción) y en la de Chimo (DJ Joaquín, quesiempre me trata bien, otro amigo). Si alguien quiere seguir hablando de libros de leer, o del sol y elaire, o de psicobiología, o de la Oeste del Naranjo, o del sitio que se sabe Manuel en Trujillo, pues yo encantado de hablar. De lo otro,alguien sabio y querido, me aconseja que mejor si me callo. No me consideréis descortés por eso. Saludos cordiales Francisco Claro Izaguirre Ahora la cosa se turbó de verdad ( mi mamá me enseñó a ser asertivo...gente así sólo merece el calificativo de SOPLAPOLLAS) Estimado Francisco, en primer lugar, saludos a su anciana madre, otros, no podemos darselos por quedarnos huerfanos a edad temprana. La verdad, no dudo del enorme esfuerzo que supone corregir tantos examenes, en su despacho,supongo que con comodidades varias, verbigracia AC. equipo HIFI..., otros debemos de hacer guardias en en las puertas de urgencias de hospitales noche si y noche tambien para llegar a fin de mes. Es asombroso su capacidad lingüistica y su dominio del lenguaje, supongo que por eso esta donde esta, en la UNED, otros, somos simples licenciados en medicina haciendo sustituciones y estudiando otra carrera en la misma universidad. En ocasiones resulta indignante tener que soportar determinados actos sin caer en las tópicas descalificaciones verbales, pero, todos tenemos un límite.Resulta curioso, pero un compañero suyo, ha sembrado la indignacion y la desconfianza en los alumnos matriculados en la asignatura que imparte docencia..(.bueno, por decir algo, ahora no voy ha ser yo quien le explique como funciona esta universidad).Resulta sorprendente que cuando intentas hablar con EL emplea un tono de voz bastante elevado, claro, al fin y al cabo somos estudiantes inexpertos y dudamos de sus capacidad como experto en la materia. Resulta asombroso que deba de bajar la nota hasta un 3 para hacer media ... y yo me pregunto: ¿por que será? Estimado Francisco, solo puedo agradecer que haya escrito esa reflexion en este medio, pero....¿ a quien pretende engañar? ¿ a los alumnos de primer curso?, yo, con una carrera ya terminada y 5 años aquí me pregunto ¿ para que estudiar,?( si me suspenden) No, si encima recibió gritos de Olé bravo y demás vítores....dichoso país HOLA,CREO QUE ESTA DE LOS MENSAJES, UN APLAUSO PARA TI. ES LINEA SINCEROS Ajá¡¡¡¡...entonces apareció nuestro querido Eduardín para poner las cosas en su justo sitio (y de paso, hecharnos unas risas) Gerardo, que no tienes ni idea (no pudiste ir a la reunión, lo que teperdiste). Yo soy uno de esos alumnos a los que invito el Profesor Claro y debo decir que el médico ese (no ha puesto como se llama) tiene razón. Los despachos de estos señores de la Uned son la leche. Suelos de mármol,paredes forradas de tapices, pantallas de plasma, ordenador con pantalla TFTde 21”, jacuzzi (precisamente en el jacuzzi fue la reunión a la que hace mención el Profesor), baño turco, cama de agua (para descansar, o lo que se tercie entre examen y examen), un par de camareros/ as (a eligir el sexo)a su disposición,.... En fin, que ni el Rey ese de los Emiratos Arabes. Desde luego no hay derecho a que se gaste el dinero público de esta manera .Ah se me olvidaba, durante la reunión había una señorita bailando la danza del vientre, para deleite de los machos allí presentes (que de todos es conocido que todos los profesores de la Uned son unos machistas y unos degenerados) PD: Como por lo visto en esta lista hay mas de un descerebrado y es posible que hasta se crea lo que he puesto arriba, decirle que el despacho era digno pero pequeño (justo dos sillas para las visitas, y una mesa para trabajar, en cuanto al equipo de música yo desde luego no lo vi por ningún sitio, aunque supongo que cada uno es muy libre de llevarse de casa lo que le salga de los huitos). En cuanto al mensaje del Profesor Claro no seré yo quien comente nada, el apellido de Francisco lo dice todo (Paco perdóname el juego de palabras con tu apellido, pero desde que empezó el curso tenia ganas de hacerlo) Eduardo Miranda 21 Lo del médico anónimo trajo cola (creo que era el Dr Moniz)...así está la Seguridad Social... No dices quien eres por lo que no puedo dirigirme a ti así que lo hago de esta manera. Ciertamente la vida no nos es igual a todos. Unos tenemos más o menosdificultades y sabemos más o menos manejarlas. Traduzco de tus palabras un tono de cabreo y probablemente muy justificado, pero lo que me parece sorprendente es que con una carrera terminada y otra en proceso aún no sepas para qué te sirve a ti estudiar si te suspenden. Quizá la respuesta tenga que pasar inevitablemente por contestar otra: porqué estudiar si te aprueban. Esa seguro que tiene fácil respuesta pues con una carrera aprobada (además medicina!) te habrán aprobado más que suspendido. Yo como estudiante de la UNED he tenido que padecer sus carencias así como sus virtudes. Me han suspendido (poco he de decir) y me sentó como una patada en el culo (entre ellas un parcial de experimental que luego aprobé con notable)pero el suspenso me motivó para estudiar más y así poder comprender más y mejor la materia. Otra pregunta: Porqué si todos tenemos las mismas reglas del juego en la UNED unos se quejan y otros no?.A lo largo de los 6 años que he estado aquí me he dado cuenta que somos gente de todo tipo, con más y menos suerte, con mejores y peores maneras de estudiar y de lo que estoy segura es que todos en algún momento sabemos para qué sirve estudiar incluso aunque te suspendan.Un saludo a tod@s Hay que decir que no todos los anónimos estaban lobotomizados Vaya, no quería yo decir nada pero con estos correos no puedo evitar pensar en el profesor D. Francisco Claro como blanco de las injusticias de un exámen a todos los efectos poco pensado por parte del que lo diseñó. No conozco a este profesor, pero por los correos que se cruzan debe ser una magnífica persona pues sólo hablan de él gente que le conoce y ha estado en sus clases y los comentarios son bastante ilustrativos como buen profesor y buena persona. En cambio, los correos que le detractan sólo hacen referencia al exámen de experimental por una opinión que él dijo sobre cómo debía ser un profesor, que creo entender no tenía nada que ver un correo con otro, tan sólo que se han cruzado y con tan mala suerte que este profesor da la cara informándonos de algo y se la parten por culpa de un tercero. Me da pena y lo digo en serio, que los profesores no participen más en la lista pues su labor puede ser muy gratificante para todos y enseñarnos más sobre la materia que nos dan... ya que por desgracia mi horario no me permíte ir a las tutorías por lo menos me beneficiaria de su inestimable ayuda aconsejándonos en la lista sobre la orientación que debemos tomar a la hora de estudiar. Y me da pena, porque por una vez que un profesor dice algo dándonos a conocer su punto de vista sobre cómo debería ser el profesorado nosotros actuemos de esta forma... arrojándole toda nuestra indignación. Sr. Claro, me dirijo a Ud. para reivindicar mi respeto hacia los profesores que, como Ud. intentan acercarnos al profesorado como personas y no como entidades frías y distantes difíciles de alcanzar. Mi más cordial saludo. C.F.C. Y seguimos Estimado profesor: No llevo mucho tiempo en psique-uned, así que no sé si mensajes como el suyo son habituales o no en la lista. En cualquier caso, sea habitual o no, para mí el suyo es el primero que leo y tengo que decir que lo he agradecido, y mucho .La UNED sería todavía mejor universidad si el deseo de comunicación que usted manifiesta en su mensaje, además de las ideas y el tono en el que está escrito, fueran compartidos por todos los profesores. Así que sólo puedo decir: muchas gracias, profesor. Dos párrafos de su carta me han gustado especialmente. En el primero de ellos decía usted: “Dicho esto, también creo que enseñar una materia debería incluir enseñar claramente lo que hay que saberse para estar a la altura de superarla, de los pasos y las dificultades, de las habilidades necesarias y del entrenamiento que hay que seguir para adquirirlas”. Creo que poco se puede añadir a sus palabras, son tan claras como la luz de un día de verano sobre una actitud que, desgraciadamente, no siempre se encuentra entre el profesorado. Sólo diré que en mi experiencia (también en la universidad presencial) he podido comprobar que los peores profesores, los más oscuros, los más caóticos, aquellos de los que, sin querer, uno duda sobre su competencia en la materia, son también, casi con una regularidad matemática, los que más suspenden. Lo contrario es también cierto: los mejores son aquellos que, teniendo un nivel de exigencia muy alto, dan también mucho, enseñan con claridad y sin “trucos”: no es fácil tal vez alcanzar el nivel exigido por ellos pero uno sabe que, si estudia duramente (y sin trucos), va a aprobar con toda seguridad. No son lo que más suspenden y sus alumnos les aprecian auqneu les haga trabajar. Su ejemplo de montañismo creo que ilustra muy bien esta realidad: el mal instructor puede incluso provocar que el discípulo se despeñe y se mate, lo que en el ámbito académico sería “tirar la toalla” y abandonar la carrera. El buen profesor sabe estimular al alumno, le transmite su experiencia y sus muchos conocimientos, le guía, le enseña el camino y no provoca que tropiece y se despeñe, aunque le presente desafíos. El buen profesor, como el buen guía, facilita la subida a lo más alto y no la caída al abismo, en este caso el fracaso y tal vez una depresión por indefensión aprendida. Cabría preguntar entonces ¿para qué sirve ascender? (si me despeño). Decía también:“El estudio, que es el esfuerzo por aprender y tratar de entender cosas nuevas y, a veces, sin significado o sin relaciones, necesita tiempo para reposar, para ser reflexionado y para interactuar con cosas que en ocasiones todavía no han sucedido, pero que pueden llegar a suceder”. Es algo que, como docente y alumna, he podido comprobar a lo largo de mi experiencia académica. Yo lo llamo “proceso de asimilación” y el tiempo es un factor imprescindible: sin él, no se puede producir o se produce de forma insuficiente. Me ha gustado especialmente leerlo en su escrito porque no es frecuente oír este comentario, ni entre los alumnos ni entre los profesores. Creo, por otro lado, que el sistema de evaluación, junto al programa de estudios, debería tener muy en cuenta este factor y no dejarlo únicamente a merced de un proceso azaroso, dejando que cada alumno se las apañe (por no hablar de las zancadillas de algunos profesores que parece que hacen esfuerzos por echar a perder ese productivo reposo, ese proceso de asimilación). La experiencia y conocimientos de los docentes, que saben más que los alumnos de las materias, deberían guiarlo mejor de lo que lo hacen ahora. ¿Quién si no ellos están mejor dotados, o deberían estarlo? ¿No consiste también en eso ser profesor? ¿No es eso fundamentalmente ser profesor? Personalmente, creo que ser docente es bastante más que saber mucho y erigirse en juez de los demás. Para finalizar, sólo me gustaría preguntar, por si alguien tuviera la respuesta: ¿no es posible “estandarizar” los exámenes”? ¿Establecer unos criterios objetivos, consensuados entre todos los miembros de los departamentos (y no sólo determinados por un profesor en virtud de unos criterios particulares, variables, arbitrarios, oscuros, tal vez sólo defendidos por él), sobre qué conocimientos son absolutamente necesarios para considerar aprobada la asignatura y sobre cómo deben evaluarse? Si se trata de seleccionar al buen alumno, un “buen” examen es más que suficiente para lograrlo. Creo que todos saldríamos ganando, la UNED la primera al no ver su imagen enturbiada por unos pocos ¿cómo llamarlos? Muchas gracias, profesor, por su tiempo (tan escaso en esta época de exámenes). Espero que como Vicedecano sepa y pueda atender nuestras quejas cuando éstas son razonables y no arbitrarias (como lo son, todos lo sabemos, algunos profesores de todos conocidos). Luisa Profesora y alumna. A estas alturas, la peña ya no sabía de qué iba la cosa 22 Mi felicitación por tu análisis de respuesta a las reflexiones de un profesor que, desde una posición de privilegio, o al menos, desigual para el interlocutor al que dirige su escrito, parece defender posturas un tanto corporativistas; si le he entendido bien, claro. Así, por tus explicados razonamientos, te quiero expresar ahora mi acuerdo absoluto en el total contenido de tu análisis; por cierto, ya me gustaria tener una profesora/or con tales capacidades de síntesis pedagógico como las que has asomado. Gracias. Por otro lado, estoy convencido de que conoceriamos otras opiniones si el temor -muy lícito y entendible-a la represalia lo permitiera. Un saludo Ah¡...tuvo que ser ella (personalmente me encantó Alicia...muy equilibrado) Compañeros, Psiqueunedianos, Me adhiero al correo de mi compañero Gerardo, yo también he estado este año con el Profesor y lo digo con mayúsculas Francisco Claro Izaguirre, con nombre y apellidos, porque es el único que me ha hecho sentir que realmente estaba en una universidad, y que yo misma tenía nombre y apellidos, me proporcionó un aula, un seguimiento de mis estudios y unos compañeros, por favor, no juzguéis así a una persona realmente competente, es una persona que ayuda a que te guste la asignatura y además a que investigues más allá de lo que el propio libro dice, en el aula virtual de este profesor, hemos reído y nos hemos sentido mal, pero siempre nos hemos sentido personas. Ruego un respeto por él porque ha sido de los pocos que he visto en los dos años que llevo de carrera que es capaz de enfrentarse a los comentarios devastadores de muchos de nosotros. Yo lo aprecio por lo que es, no lo conozco en persona, pero no es necesario, virtualmente se ha comportado como un autentico profesor, como EL PROFESOR, es decir, ocupa su tiempo de ocio en contestar dudas de alumnos, es capaz de valorar más allá de sus narices, y sobre todo... tiene muy claro lo que es ser un profesor y es de los pocos que se lo toman en serio, junto a él tengo que decir que tanto la Dra. Ballesteros como el Dr. Reales para mi merecen todo mi respeto porque aún siendo exigentes cumplen a la perfección con su labor, son justo lo que yo espero de un profesor, exigentes pero al mismo tiempo capaces de contestar rápidamente a una duda, no creo que sean capaces de irse a dormir tranquilamente antes de tranquilizar a un alumno que solicita una información. ¿Sois capaces vosotros de hacer lo mismo en vuestros trabajos? Además me siento culpable de vuestros ataques porque como no pude ir a la reunión de alumnos en Madrid, si esa que él comentó, le envié un e-mail comentando que en PsiqueUned se hablaba de los criterios de calificación, y añado que yo no estoy de acuerdo en que se bajen, porque no estoy dispuesta a que nuestra universidad y en particular nuestra facultad sea la facultad de los burros, quiero competir no sólo con las Universidades presenciales de España, quiero competir con las Alemanas, quiero que nuestro título tenga peso y para eso no puedo pedir que me regalen los aprobados, debo exigir que los exámenes sean justos y capaces de valorar el conocimiento que he adquirido de la materia. Lo siento, si soy impopular, pero no quiero que mis años de esfuerzo se tiren por la borda, no quiero que mi título valga para enseñárselo a mi familia y amigos, ni que gracias a él consiga un aumento de 60 euros en mi salario, quiero que me abra las puertas del infinito, y espero que vosotros deseéis lo mismo que yo porque así haremos grande a nuestra facultad. Cierto que no disponemos del mismo tiempo que disponen los de presencial, pero a cambio, disponemos de toda la materia en una entrega, “qui pro quo”, saquémosle el rendimiento a eso y luchemos para mejorar y no para caer más abajo de lo que ya estamos en el ranking de Universidades. Si un profesor no sirve hagamos que se vaya, pero no nos dejemos acobardar por ello, la gente tiembla cuando habla de experimental, No amigos míos, no, experimental es una asignatura más y si alguien pretende que sea el tamiz para pasar a cuarto batallemos con los estatutos de la universidad en la mano, el que hace algo incorrecto siempre falla y como decía creo que Confucio “Sólo tenemos que sentarnos a la puerta para ver el cadáver de nuestro enemigo pasar”, o lo que es lo mismo, el que es Hijo de P- - - a, no lo es sólo con los estudiantes, así que seguro que su guillotina le aguarda en la esquina, siempre hay justicia cuando de justicia se trata y si no la hay se tendrá que luchar para que la haya. Pido, si se puede pedir algo, respeto por esos delegados, los altruistas que dan la cara por nuestros problemas, respeto por los profesores que nos ofrecen sus conocimientos y sobre todo os pido respeto por nosotros mismos porque somos lo mejor de la universidad, somos su razón de ser. Un abrazo a todos, Alicia G. Vaya rollo éste con lo de ser pelota...si resultará que ahora uno no puede llevarse bien con otra persona, que casualmente es profesor, sin que te quemen en la hoguera...dichosos complejos ME SUBSCRIBO A ESTE MAIL EN LO QUE RESPECTA A LOS COMENTARIOS SOBRE EL PROFESOR “PACO”...YO HE TENIDO EL PACER DE COMPARTIR ESE RINCONCITO LLAMADO “AULA VIRTUAL” ESTE AÑO....SI BIEN ES CIERTO, QUE HE TARDADO ASÍ COMO 8 AÑOS ENTRE IDAS Y VENIDAS EN APROBAR ESTA ASIGNATURA, AHORA, QUE PUEDO HACER BALANCE, ME ALEGRO DE QUE ASÍ HAYA SIDO, PORQUE DE OTRO MODO, NO HABRÍA TENIDO EL GUSTAZO DE CONOCER A UNA PERSONA, QUE ES LO QUE ES ANTE TODO, TAN COMPETENTE Y MAJA COMO LO ES “PACO”.....Y QUE CONSTE QUE ESTO NO ES SER PELOTAS, SIMPLEMENTE ES UN COMENTARIO, Y UNA OPINIÓN MÁS, QUE BAJO MI MODESTO PUNTO DE VISTA, ES TAN RESPETABLE COMO CUALQUIER OTRA. Bueno, aquí ya cada uno comentaba la misa según le iba: unos hablaban de aprender versus aprobar, otros de compensación de notas, otros de experimental e incluso alguno dijo que este fin de semana se iba a comprar una lavadora...¿?. Reproduzco sólo el de Diana por haber sabido mantener ruta y destino Si señora Alicia, Estoy plenamente contigo. Bajar el criterio de evaluación es nefasto para todos. Yo pasé por experimental y he pasado por pensamiento (la definitiva de 5º) que me hizo pasar un verano infernal, pero una vez superada le agradezco a Labra la dificultad. Porqué? pues porque me he hecho superarme, ha hecho que confíe más en mi misma y en mi capacidad. Bajar los criterios es de alguna manera que no valemos para esto. Ni experimental ni pensamiento son imposibles de pasar a la primera, somos muchos los que lo hemos conseguido y muchos los que lo hemos hecho con la vida complicada. A mi me costó mucho esfuerzo y sufrimiento pero de ello he sacado conocimiento que es para lo que estudié la carrera y no para pasar el expediente. Alguien en la lista ha hecho referencia a los que estudian para mejorar su expediente en su actual trabajo, cuestión que me parece muy plausible, pero a mi no me hacen ningún favor si bajan los criterios de evaluación. Ellos quizás no ejerzan la psicología pero yo voy a empezar dentro de nada (cuando acaben las obras en el gabinete) por lo que necesito buena preparación y ésta no llega sin esfuerzo. Y vuelvo a repetir que esta postura no niega las injusticias o a los no tan buenos profesores que estén en las universidades. Pero la vida es eso mismo y la gran mayoría somos ya mayorcitos. Muchos besos a tod@s Diana De bien nacido es ser agradecido Alicia, yo también me adhiero a tus opiniones y a las de Gerardo en cuanto al profesor Francisco Claro Izaguirre. No le conozco personalmente, ni he asistido a niguna de sus tutorías, puesto que pertenezco al Centro Asociado de Portugalete.Pero la única vez 23 que he pedido revisión de examen por haber suspendido Fundamentos Biológicos de la Conducta, fué a él. Creo que le argumenté que pensaba que no me había valorado lo suficiente mis respuestas a las preguntas a desarrollar. Pues bien, el profesor Francisco Claro, revisó mi examen y me aprobó, porque así lo reconoció.Hablar ahora en su favor, no es cuestión de agradecimiento por un “aprobado” sino, más bien, de agradecimiento por ser, para mi, un buen profesor que realmente se comporta como tal con sus alumnos.Un saludo. Lucía. Y al final...lo mejor. De veras que gente así me hace a veces dudar de que la democracia sea un buen sistema. Bueno, en realidad este mensaje muestra que la jilipollez también puede alcanzar cotas sublimes... ¿Os acordais cuando hicimos la preinscripición en la Uned antes de hacer la primera matrícula?...Es que yo me pregunto, ¿Por qué cuando compramos el sobre no venía escrito, como en las cajetillas de tabaco “La Uned perjudicará seriamente su salud y la de los que le rodean” o “la Uned mata”? A mí me hubiera ayudado por que estudiar en esta universidad puede conmigo...está machacando mi salud física, psíquica, social...etc. Bien es cierto que a la mayoría nos ha sacado las castañas del fuego cuando no teníamos a donde ir si queríamos estudiar una carrera, pero...¿a cambio de qué? Ultimamente la gran pregunta en la lista es:¿Para que sirve estudiar?, en cualquier universidad la respuesta estaría muy clara sería, sin lugar a dudas, para aprobar. Pero en la Uned no. Por que en la Uned hay mucha mucha gente que se mata a estudiar y se quedan con un 4.8 en un parcial y un 9 en el otro y ¡halá! a pagar la siguiente matrícula que a algún despacho le vendrá bien cambiar de ordenador, impresora o pantalla plana... En esta universidad cuenta mucho, muchísimo más el factor suerte que el estudiar (80% a 20%) y si no, pensarlo, todos conocemos a alguien que se está sacando la carrera sin dar un palo al agua... en el fondo me dan envidia. Pasando del tema de los estudios y del factor suerte o no, voy a pasar al tema profesorado...he dicho profesorado por utilizar alguna palabra por que desde luego los personajes así llamados en la Uned no actuan como tales en la mayoría de los casos: Nos mandan estudiar libros de autores que, generalmente, no son los que ocupan los sillones de los despachos (más que nada por qeu nunca hay nadie en esos despachos....así que mejor digamos que no son los nombres que ponen en la plaquita de la puertas de los despachos) y, estos autores de libros son los que realmente nos “enseñan” (ay, que me va a dar la risa).Nos ponen exámenes para evaluar nuestros conocimientos (ejem ejem) para que luego los corrija una máquinita (jijijij, tiene guasa la cosa) Nos atienden cuando tenemos dudas o necesitamos realizarles alguna consulta (aquí me desternillo con permiso del personal). Por supuesto que esto no se puede aplicar a todos los profesores... por que todos sabemos que hay un par de ellos que sí que se lo curran y se nota... se nota en que tienen página web muy buena, los examenes son como tienen que ser (si has estudiado bastante sacas un 5 y si te lo sabes de la leche 9 y si no suspendes)...es una pena que no se aplique a todos el profesorado. Yo no pido que me regalen nada, ni mucho menos... pero pido que primero se nos trate como alunmos, como personas que estamos aprendiendo y como una gran parte de la futura plana psicológica del país,no como a futuras impresoras nuevas en forma de matrícula. Un saludito muy grande a todos (a los que habeis sido realmente mi universidad durante todos estos años)...está que está aquí se pira de esta ******* de universidad. Al mensaje de Astérix siguieron otros tantos pero vaya...ese ya era otro tema. Así que Gema liquidó el tema con un práctico...¿y si me quedo con los 2? Buenos dias / tardes /noches: Aunque no suelo escribir a la lista, no paso un dia sin leer los correos que me llegan. Esta vez he decidido hacerlo en cambio.Y lo que quiero comentar es lo que se ha venido hablando hasta el momento de la duda de para que se estudia no??vale, aqui hay dos posturas..1º Los que dicen que estudian para aprobar.2º Los que dicen que estudian para aprender.Bien. Os cuento. He estado muchos años intentando empezar la carrera. Tenia todo lo necesario en cuanto a formación (hice COU hace algunos años) pero no podía por motivos, unas veces personales, otras laborales comenzar con unos estudios que he ansiado siempre. En fin, no me enrollo, la cuestión es que antes de empezar, creia que estudiaría la carrera por aprender, depués he visto que esto no es del todo cierto.A lo que quiero llegar es que no creo que en un mundo tan complejo las gente pretenda que las cosas sean tan simples.Si, parecemos niños de guarderia, no blanco, no negro, no, yo no creo que sea tan fácil. En mi caso estudio para aprender, porque, como todos vosotros me encanta este mundo. Pero por otra parte, sería poco realista pensar que no estudio para aprobar no? entonces que estoy haciendo? pasar mi tiempo? para eso hago punto de cruz no es cierto? en fin, quiero decir, que a mi ver una cosa se complementa con otra, las dos estan relacionadas...Si no aprobamos, nuestro sueño de trabajar en un futuro como tales no lo veremos cumplido no? Resumiendo, creo que las dos cosas se complementan y están relacionadas. Además, ¿por qué tengo que elegir solo una cosa pudiendo quedarme con las dos??Ruego os lo penseis y perdonadme por este rollo. Gema. De no haber sido tan cabritos hubieran tenido la oportunidad de escuchar esto (joe profe, cuando te pones así rezumas sabiduría por los cuatro costados). Pensamientos tan logrados me estremecen... Bueno, el último capítulo de para qué sirve estudiar no lo voy a sacar en psiqueuned ni en psicoalumnos, pero os lo voy a decir a continuación: estudiar o, mejor dicho, terminar una carrera sirve para perderle el respeto a los profesionales de la cosa. Sirve (si se ha aprovechado el tiempo) para tener una idea cabal de lo que no sabe nadie y, por lo tanto, de lo que no nos pueden intentar convencer de que saben más que nosotros. Esa sensación, que acompaña a la perplejidad de ¿y eso era todo? (muy parecida a la de muchos primeros polvos) es, creo yo, muy saludable, porque nos hermana de nuevo, y nos coloca en situación de seguir sin tanta ceremonia y tanta hostia. Pero eso es al terminar. Y como lo que no se sabe es mucho más que lo que sí se sabe, pues lo principal que debemos aprender es a seguir aprendiendo (una de las cosas importantes, no obstante, de estudiar es no volver a plantear los mismos problemas que ya se han planteado, con soluciones habitualmente mucho menos interesantes que las que se les ocurrieron a Aristóteles, Cartesio, Darwin o Marx; en este sentido, por ejemplo, plantear los líos entre profesores y alumnos en términos de lucha de clases (en términos sindicales) es, creo yo, bastante heterodoxo en el sentido menos amable de la palabra “heterodoxo”). O sea, que estudiar, como decía mi madre, sirve para hacer libre a la gente. No sólo de las sevicias a las que la Naturaleza nos somete (el clima, la bíblica maldición del trabajo, el alimento, la enfermedad) sino de los que, desde que el mundo es mundo, descubrieron que el mayor descubrimiento es que otros trabajen para uno (a vosotros os lo puedo decir así, y me ahorro el elaborarlo mucho más, que cuesta lo suyo, y le tengo prometido a Eduardo escribirle una introducción a un artículo sobre Hebb, y voy a ello). Y Mery puso la guinda estudiar sirve para valorar a los profesionales no por su título sino por su sabiduría. Lo dicho, tienes un 9, un 10 sería ponerle techo a tu libertad. Y colorín, terminado colorado...este curso ha Nota: como habréis podido observar, éste es un artículo de opinión y por tanto no pretende ser objetivo. Opiniones contrarias tendrán en éste foro su justa oportunidad de réplica Gerar 24 lusiones ópticas creadas por Edward H. Adelson. Si quieres saber mas http://www-bcs.mit.edu/people/adelson/ adelson.html. En todos los dibujos que veis en esta página el nivel de gris de A es exactamente igual al B. Si quereis comprobarlo lo único que teneis que hacer es imprimirlo y luego cortar uno de los trozos y ponerlo al lado del otro. I B A A B A B A B 25 Rincón Literario na de las características de nuestro txoko[1] virtual han sido las recomendaciones literarias de diversos calibres. En fechas recientes le proponía a Edu crear un huequito al que fueran a parar las recomendaciones de lectura que nos hagamos por una u otra razón. El master de los balones fuera me devolvió la pelota y me encargó que resumiera en unas pocas letras las dive rsas recomendaciones que se han hecho durante el curso en el aula virtual. Estas fueron las palabras del profesor para motivarnos a la lectura: A lo largo del curso espero deciros en varias ocasiones que es muy importante leer libros. Hay que leer libros. No necesariamente de psicología, ni de nada en particular. Hay que leer de todo (de psicología, de historia, poesía, novelas, relatos cortos, política, biografías, ciencias naturales, ciencia ficción, ), pero ¡hay que leer buenos libros! Es fundamental no leer basura, no principalmente porque la basura sea dañina para el cerebro (que lo es), sino porque nos quita tiempo para leer buenos libros (o buenos textos, que pueden estar en el periódico, en revistas, en internet o en cualquier otro medio). Os lo diré alguna otra vez, pero ya desde hoy quiero que quede claro que si algo os puedo decir que es importante para vuestra formación intelectual, es leer (siempre que diga “leer” se deberá entender “leer buenos libros”). Un buen libro o un buen texto es aquel que resulta novedoso, pero sólo un poco, que podemos entender, aunque nos sorprende, Ahora bien, de la misma manera que escogéis una lectura porque os parece interesante, deberéis rechazarla (para siempre o por una temporada) con la misma decisión cuando os parezca que no cumple las dos condiciones antes dichas -que lo entendáis y que os enseñe cosas nuevas que no sepáis-. Seguramente volvamos sobre el asunto, pero por hoy quizá sea suficiente... La verdad es que he tenido muchas dificultades con el trabajo de repesca y hubiera deseado poneros muchas más pero unas veces porque mi ordenador está necesitando un formateo y otras porque yo misma lo necesitaría el caso es que simplemente os haré un par de recomendaciones y una invitación. Las recomendaciones son las siguientes: Oliver Sacks quien por cierto tiene una página muy interesante con todas sus obras www.oliversacks.com se dedica a escribir con bastante acierto sobre casos clínicos que recopila bajo un mismo título. Algunos de esos títulos que salieron en el aula fueron “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” y “Un antropólogo en Marte” Por mi parte tengo interés en leer Migraña pero no lo encuentro... Está agotado. A este tema también le tengo muchas.ganas “Una comedia ligera”, de Eduardo Mendoza que sirvió de base para la película “A propósito de Henry”, en la que elprotagonista es Harrison Ford), Ahí se habla de leucotomías, y se retrata muy bien el ambiente del que se habla en el libro (de Mendoza) con respecto a esas operaciones: se consideraban como una especie de tratamiento tranquilizante, sobre todo para señoras, muy sencillo: ibas a ver al médico, y al rato salías sin apenas molestias, si acaso con los dos ojos morados como si te hubieran dado una paliza, y a casa mucho más tranquila. Bueno pues la invitación es a que sigamos compartiendo los libros o autores que por una o otra razón nos han gustado. Quizás la forma más sencilla de hacerlo sea a través del foro. Bueno moscardones que por hoy ya es suficiente. Espero seguir vuestras recomendaciones de lectura. U Ane MIGRAÑA Autor: OLIVER SACKS Editorial: ANAGRAMA Fecha de publicación: 15/04/1997. Edición: 1ª. Número de páginas: 294. ISBN: 8433905414. El autor refleja en este libro su experiencia como médico con pacientes de migraña desde los inicios de su carrera hasta la actualidad, tres décadas que han resultado crucicales a la hora de identificar los mecanismos fisiológicos y biológicos que gobiernan la enfermedad. LA ISLA DE LOS CIEGOS AL COLOR Autor: OLIVER SACKS Editorial: ANAGRAMA Fecha de publicación: 8/11/1999. Edición: 1ª. Número de páginas: 312. ISBN: 843390583X. Oliver Sacks siempre se ha sentido atraído por las islas, esos ‘experimentos de la naturaleza, lugares benditos y malditos por su singularidad geográfica, que albergan formas de vida únicas’. En su última obra, esta fascinación le lleva más lejos que nunca, a las remotas islas del Pacífico, donde concilia su afición a explorar el mundo real con su pasión por investigar el mundo de la mente. En esta ocasión abandona transitoriamente a los individuos y con herramientas no sólo de neurólogo sino también de antropólogo, investiga a grandes grupos de población que han sido condicionados por un defecto. UN ANTROPÓLOGO EN MARTE Autor: OLIVER SACKS Editorial: ANAGRAMA Fecha de publicación: 06/2001 Edición: 1ª. Número de páginas: 404. ISBN: 843396688X. Considerado uno de los grandes escritores clínicos del siglo, Oliver Sacks nos presenta en su último libro siete casos neurológicos que constituyen una profunda reflexión sobre la esencia de la identidad y los mecanismos del conocimiento. En estas siete parábolas sobre la mutabilidad de la condición humana, Sacks demuestra otra vez su excepcional talento como narrador, su vastísima cultura y su capacidad para hacer que estos personajes a primera vista estrambóticos acaben pareciéndonos familiares y normales. EL HOMBRE QUE CONFUNDIÓ A SU MUJER CON UN SOMBRERO Autor: OLIVER SACKS Editorial: ANAGRAMA Fecha de publicación: 03/2002. Edición: 1ª. Número de páginas: 308. ISBN: 8433961713. En este libro, Oliver Sacks narra veinte historiales médicos de pacientes perdidos en el mundo extraño y aparentemente irremediable de las enfermedades neurológicas. Se trata de casos de individuos aquejados por inauditas aberraciones de la percepción que han perdido la memoria, y con ella, la mayor parte de su pasado; que son incapaces de reconocer a sus familiares o los objetos cotidianos. UNA COMEDIA LIGERA Autor: EDUARDO MENDOZA GARRIGA Editorial: SEIX BARRAL Fecha de publicación: 8/11/1996 Edición: 5ª. Número de páginas: 383. ISBN: 8432207292. Un verano y un veraneo de posguerra: hace muy pocos años que callaron las armas en Europa, y la guerra civil española empieza a ser ya un recuerdo, aunque su huella resulte visible tras la forma en que, con la energía que dicta el instinto de supervivencia física y moral, se organiza la vida cotidiana de la gente. Estamos en Barcelona, y también en una no lejana localidad de veraneo, y un distinguido comediógrafo, cuyas piezas quizá empiecen a quedar pasadas de moda, vive las perplejidades de la entrada en la edad otoñal, no menos que la indecisión y el titubeo entre simultáneos o sucesivos reclamos amatorios. [1] Txoko: Literalmente significa rincón, pero se refiere a la tradición del País Vasco de reunirse en un local también conocido como “la sociedad” fundamentalmente gastronómicas compuestas por hombres exclusivamente aunque de acceso libre a acompañantes femeninas ciertos días del año, en los cuales además de rendir culto a la cocina se considera un lugar de reunión con amigos. Hoy en día las mujeres también en esto, se van agregando como miembros de pleno derecho a las sociedades gastronómicas aunque su incorporación dista mucho de ser generalizada en todas las sociedades. 26