Ficha 1 curso 2008 en pdf.(descargar). - FCEA

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Marzo de 2009.
Ésta ficha recoge las partes del curso correspondientes a Mercantilistas, primera versión de
la teoría cuantitativa del dinero y Fisiócratas. Al final de la misma encontrará un Índice.
No se trata, en nuestro curso, de estudiar esas corrientes doctrinarias desde el punto de
vista del pensamiento económico, ni, tampoco, de profundizar en cada una de esas
visiones o autores. Se pretende que, mediante el tratamiento de ellas, se logre identificar
un conjunto de temas, problemas, conceptos y procedimientos que vayan articulando la
“agenda y caja de herramientas” que se han ido incorporando y reformulando, en forma
perdurable, a la conformación de los contenidos en los que se debate hoy el quehacer de la
teoría económica básica.
Es claro que el estudiante no alcanzará una comprensión cabal sobre los temas tratados
en éste material, su finalidad es propedéutica, es decir, se trata de comenzar a identificar
conceptos, procedimientos y problemas cuya comprensión básica alcanzaremos luego de
transitada la totalidad del curso.
La ficha se organiza en seis apartados. En el apartado 3 las partes correspondientes a Petty o
Boisguillebert son opcionales o de lectura ampliatoria; sin embargo, la parte referida a
Cantillon, si bien no es objeto de preguntas de evaluación, se recomienda leer pues ayuda a
comprender sobre qué plataforma se comienzan a articular las primeras modelizaciones
abstractas de teoría económica.
Pablo Benvenuto
1
Apartado 1: MERCANTILISMO.
Los textos que siguen entre comillas, en éste primer apartado, así como los 2, 3 y 4, se
han extraído y reordenado de “Historia de la teoría económica y de su método” de Ekelund y
Hébert, Ed. Mac Graw Hill, 3ª ed., salvo que se indique lo contrario. Las notas al pie, intercalados
entre paréntesis, negritas y comillas simples, así como subrayados, son generalmente nuestras.
“El término mercantilismo se aplica con frecuencia al entorno intelectual e institucional que
acompañó al ascenso de la nación-estado... el mercantilismo se refiere a un período
intervencionista entre el feudalismo” y la consolidación del capitalismo en Inglaterra, Francia, los
Países Bajos, etc. “Describe un credo económico que prevaleció en la época de nacimiento del
capitalismo, antes de la Revolución Industrial”.
“El término mercantilismo, acuñado por Mirabeau en 1763 para describir ese sistema”
de ideas económicas, “parecía dominar el discurso económico desde principios del siglo XVII
hasta casi el final del siglo XVIII. Los autores mercantilistas eran un grupo dispar. Muchos de
ellos eran comerciantes y muchos simplemente se adhirieron a la causa de sus propios
intereses...Aún cuando era un credo compartido por Inglaterra, Holanda, España, Francia,
Alemania, Flandes y Escandinavia”..la “falta de cohesión entre los autores mercantilistas
puede atribuirse en gran medida a la ausencia de instrumentos analíticos comunes que
pudieran compartir y pasar a una generación de sucesores” (Schumpeter et al.). “No obstante, el
mercantilismo se basaba en varías ideas unificadoras: doctrinas y pronunciamientos políticos
que aparecen y reaparecen a lo largo del periodo” mencionado.
“Tal vez el resumen más conciso de los principios mercantilistas sea el que suministró
Philipp Wilhelm von Hornick, abogado austriaco que publicó un manifiesto mercantilista de nueve
puntos en 1684. El anteproyecto de Von Hornick para la eminencia nacional proclama los temas de la
independencia y el tesoro. Sui nueve regla: principales de la economía nacional son;
1.
Que cada pulgada del suelo de un país se utilice para la agricultura, la
minería o las ‘manufacturas’.
2.
Que todas las primeras materias que se encuentren en un país se utilicen
en las ‘manufacturas’ nacionales, porque los bienes acabados tienen un valor mayor que
las materias primas,
3.
Que se fomente una población grande y trabajadora.
4.
Que se prohíban todas las exportaciones de oro y plata y que
todo el dinero nacional se mantenga en circulación.
5.
Que se obstaculicen tanto como sea posible todas las
importaciones de bienes extranjeros.
6.
Que donde sean indispensables determinadas importaciones
deban obtenerse de primera mano, a cambio de otros bienes nacionales, y no
de oro y plata.
7.
Que en la medida que sea posible las importaciones se limiten a
las primeras materias que puedan acabarse en el país.
8.
Que se busquen constantemente las oportunidades para vender
el excedente de ‘manufacturas’ de un país a los extranjeros, en la medida
necesaria, a cambio de oro y plata.
9.
Que no se permita ninguna importación si los bienes que se
importan existen de modo suficiente y adecuado en el país,
2
Los puntos de este programa pueden no haber sido aceptados in toto por
todos los mercantilistas, pero son suficientemente representativos para caracterizar
ese sistema de ideas”.
La “caracterización que sigue es una simplificación y una idealización que no
puede aplicarse específicamente a cualquier nación mercantilista. Los mercantilismos
británico, francés, holandés y español se diferenciaban en muchos aspectos
esenciales, por ejemplo. La negación se aplica todavía más a los individuos, hecho
que puede comprobarse fácilmente leyendo y comparando los escritos de dos
mercantilistas por lo menos. Ningún individuo en particular sostuvo todas las ideas
que se expresan más adelante como representativas del pensamiento mercantilista,
y la que sigue es sólo una de las posibles caracterizaciones de las ideas
mercantilistas”.
“Cierto número de mercantilistas sustituyó los preceptos de la «ley divina de Aquino y los
doctores medievales por la concepción de una ley natural que gobernaba la organización social.
William Petty, contemporáneo a ellos pero no considerado como mercantilista propiamente dicho,
“proporciona tal vez el mejor ejemplo del intento de extraer conclusiones sobre el
comportamiento económico de analogías con las ciencias naturales. En su Political Arithmetic,
advertía que
Debemos considerar en general que así como los médicos más sabios no intervienen
excesivamente es el tratamiento de sus pacientes, sino que más bien observan y se ajustan a los
movimientos de la naturaleza, sin contrariarla con administraciones violentas de su propia iniciativa, lo
mismo debe hacerse en Política y en Economía (Economic Writings, I, p. 60).”
“Aunque Petty escribía al final del período mercantilista, las teorías de la causación social
- esto es, las teorías sobre las tendencias naturales que ordenan los fenómenos del mundo real ya aparecieron a mediados del siglo XVI. Este aspecto de ciertos escritos mercantilistas es de
gran interés” para “advertir que estas ideas «racionalistas» no estaban interesadas en los fines
divinos. Como señaló Eli Heckscher, autoridad reconocida de las investigaciones sobre este
periodo, «En los argumentos de los mercantilistas no había mucho de mística.... no apelaban, en
general, a los sentimientos, sino que aspiraban, manifiestamente, a encontrar los fundamentos
racionales de cada uno de los puntos de vista por ellos adoptados» (La época mercantilista,
p. 748)”.
“El interés concreto más importante de los autores mercantilistas parece ser que los
recursos de la nación se empleen de tal manera que aumenten el poder del Estado en la medida
que sea posible, tanto política corno económicamente. Los siglos XVI y XVII se caracterizaron por
la presencia de grandes naciones comerciales. La consolidación del poder tomó la forma de
exploración, descubrimiento y colonización. El tema más importante que consideraron los
autores mercantilistas fue, comprensiblemente, el del comercio y las finanzas internacionales. El
oro y los medios para adquirirlo eran por lo general el nexo de la discusión”.
“El papel del dinero y del comercio en el mercantilismo. El dinero y su acumulación
constituyeron los intereses primordiales de las nacientes naciones-estado de la época
mercantilista. Como ya se ha advertido, un floreciente comercio internacional siguió a la
época de los descubrimientos y colonizaciones, y el lingote de oro era la unidad de
cuenta internacional. La obtención de oro por medio del comercio y las restricciones
comerciales de muchas clases fueron esencialmente ideas mercantilistas, y el dinero, y
no los bienes reales, fue equiparado por lo general a la riqueza 1.
1
Siendo el oro y la plata, para aquellos autores mercantilistas, “mercancías producidas”, no parece
pertinente atribuirles que el dinero-mercancía no fuese para ellos un bien real. El dinero-metálico era,
3
Uno de los fines idealizados del comercio y la producción era aumentar la
riqueza por medio de un incremento de la acumulación de lingotes en el país. El
empleo y la ‘industria’ nacionales se promovían mediante el fomento de las
importaciones de materias primas y de las exportaciones de productos finales. En una
escala macroeconómica, se deseaba un excedente de las exportaciones sobre las
importaciones (una balanza de comercio favorable), porque el saldo tenía que enviarse
en oro”.
“Algunos autores, como Gerard de Malynes, eran bullonistas comprobados, contrarios a cualquier exportación de metates preciosos. Una exportación de esta índole,
realizada por la Compañía de las Indias Orientales, fue la causa de un célebre debate
sobre el tema a principios del siglo XVII Aunque previamente había adoptado la
posición de Malynes, Edward Misselden (1608-1654) atacó la opinión radical bullonista,
que suponía una prohibición absoluta de la exportación de metales preciosos, incluso
en transacciones individuales. En su lugar, Misselden adelantó la noción de que las
políticas gubernamentales debían estar dirigidas a la maximización de las entradas de
metales preciosos sobre la base de una balanza general de comercio.
Los mercantilistas “produjeron la primera conciencia real de la importancia
monetaria y política del comercio internacional y, en el proceso, suministraron a la
política económica un concepto de balanza comercial que incluía partidas visibles e
invisibles (fletes, seguros, etc.). En el curso del ataque a los bullonistas, por ejemplo,
Misselden desarrolló un concepto bastante sofisticado de una balanza comercial
expresado en términos de débitos y créditos. En The Circle of Commerce, publicado en
1623, calculó de hecho una balanza comercial para Inglaterra (desde la Navidad de
1621 hasta la Navidad de 1622). Sin embargo, fue un año malo, porque Misselden
concluía decepcionado que:
Lo vemos para nuestro dolor, que estamos cayendo en un gran déficit comercial
con otras naciones. Antes teníamos la sensación de eIlo, pero ahora lo sabemos por la
ciencia; antes nos encontrábamos con ello en la práctica, pero ahora lo vemos mediante la
especulación2. ¡Ay del comercio, que se acaba y se debilita!.' (The Circle o f Commerce, p. 46).
“En la actualidad, la idea mercantilista de «balanza de comercio multilateral»
encuentra su expresión en la balanza de pagos entre una nación y el resto del
mundo. Básicamente, se compone de cinco cuentas:
1. Cuenta corriente.
a) Mercancías,
b) Invisibles (fletes, seguros, etc.).
2. Cuentas de capital.
a) A corto plazo.
b) A largo plazo.
3. Transferencias unilaterales (donaciones, ayuda militar, etc.).
4. Oro.
5. Errores y omisiones.
Formalmente, la balanza de pagos siempre está equilibrada, a causa de que se
construye según los principios de la contabilidad por partida doble, y así, los
junto a todos los demás bienes aludidos, componente efectivo de la riqueza real en aquellas
teorizaciones.
2
Conviene lea “especulación”, no el sentido peyorativo actual, sino el de reflexión teórica o explicativa
con que en esa época usualmente se empleaba. Podría haberse traducido así: “ahora, además de lo
observable, lo demuestra la Razón.”
4
conceptos de «déficit» y «superávit» deben deducirse de la ordenación y de los
valores de determinadas cuentas”.
Muchos mercantilistas consideraron que “una balanza comercial favorable -y,
por tanto, una acumulación de metales - podía mantenerse durante períodos largos e
indefinidos” ( superávit a largo plazo).
La política económica interior.
Muchos mercantilistas ... se apoyaron en el Estado para planificar y regular la vida
económica. La lista de políticas especialmente diseñadas para promover los intereses de la
nación-estado era larga y variada, Entre estas políticas había clases muy diversas de regulación de
la economía nacional e internacional.
“Todos los mercantilistas estuvieron de acuerdo en la necesidad de los
controles internacionales, pero con frecuencia tenían opiniones distintas cuando se
trataba de los controles interiores. Desde el principio encontramos escritos
mercantilistas que por una parte alaban los controles económicos internacionales para
el enriquecimiento de la sociedad, pero por otra presentan elocuentes alegatos en
favor de la no interferencia en el interior”.
Sin embargo más allá de predominio de la visión proteccionista persistían las
voces contrapuestas al regulacionismo del poder aristocrático centralizado de los
estados monárquicos.
“Un folleto anónimo (atribuido a John Hales), titulado A Discourse on the
Common Weal of This Real of England, escrito en 1549, mostraba una temprana y
profética desconfianza en la efectividad de los controles legislativos para promover el
bienestar de la sociedad. Analizando diversos problemas que se presentan en el
movimiento de los cercamientos, el autor argumenta que las fuerzas del mercado
asignan los recursos con mayor eficiencia que los decretos gubernamentalesV el
autor pone de manifiesto la dificultad de cumplir dicha legislación, porque los
intereses creados surgirán inevitablemente para desafiarla; además, si se aprueba,
aquellos que buscan el beneficio encontrarán la manera de subvertir la ley por uno u
otro medio. Las interferencias del mercado son dejadas sin efecto, generalmente, por
la respuesta natural ante los precios y los beneficios, como ha evidenciado la
existencia de «mercados negros» en todas las ocasiones (antiguas y modernas) en
que el gobierno impuso controles de preciosV. «todo hombre se inclinará
naturalmente hacia aquello que le proporcione un mayor beneficio».
“Los alegatos en favor de un comercio interior libre fueron cada vez más
enérgicos a medida que el sistema mercantilista se fue desgastando, especialmente
en los escritos de John Locke, Sir Dudley North”
La regulación interna en el mercantilismo inglés.
La regulación económica a los niveles local, nacional e internacional tomó
básicamente la misma forma en el mercantilismo inglés que en las sociedades
entonces contemporáneas. Las empresas debían ser autorizadas y la competencia
entre los oferentes era, por lo mismo, restringida. Sin embargo, es importante
comprender ciertas diferencias relevantes entre el manejo de las instituciones locales y
la regulación y el monopolio nacionales, que exhiben cierto contraste entre ellas. La
regulación local de los oficios, precios y tasas de salario en los tiempos mercantilistas
procedía del sistema de los gremios medievales. El fortalecimiento de estas
regulaciones gremiales, durante el período Tudor, antes de Isabel I, fue
5
responsabilidad de la burocracia gremial en combinación con la maquinaría
administrativa de la ciudad o del condado. La reina Isabel intentó codificar y ampliar
estas detalladas regulaciones en la Ley del Trabajo, Esta ley trazó la puesta en vigor
específica de los derechos de los jueces de paz locales (JP), concejales y
administradores locales. Los JP y otros ejecutores administrativos de regulaciones
locales no cobraban o cobraban muy poco por sus servicios, circunstancia que
condujo a alineaciones locales de intereses económicos”.(corrupción)
“Por otra parte, a nivel nacional, la regulación industrial se creaba de tres
maneras: 1) por leyes del Parlamento, 2) por proclamas reales y patentes de privilegio, y 3) por decretos del Consejo Privado de la corte del rey. Hay que advertir que
tanto los comerciantes como los monarcas estaban atentos a las posibilidades de
buscar ‘rentas’3. El engranaje de los intereses privados del monarca y del monopolista
estaba firmemente arraigado en la práctica inglesa desde el siglo XIV e incluso antes.
La puesta en vigor de la regulación económica local.
El marco legal para la puesta en vigor de la regulación económica mercantilista al nivel local
fue establecido por la Ley del Trabajo isabelina. Esta ley constituía un intento de codificación de
reglas más antiguas, para la regulación de la ‘industria’, el trabajo y el bienestar, siendo una
diferencia importante que estas regulaciones tenían que tener un alcance nacional más que local.
Algunos autores han destacado el enorme aumento de los salarios que tuvo lugar después de la
Peste Negra como la causa que impulsó a la regulación nacional. La razón económica inmediata fue,
con mucha mayor probabilidad, la incapacidad de las ciudades para restringir el incumplimiento de los
acuerdos locales de cártel. Las ciudades internaron comprar un sistema nacional uniforme de
regulación al rey, y estos derechos de monopolio locales tenían que protegerse contra la
usurpación, especialmente por parte de los «extranjeros». Hubo muchos intentos, por parte de
comerciantes y administradores de las ciudades, para regular la actividad económica y evitar a los
«intrusos» en los privilegios locales. Estos sentimientos se expresan en numerosos documentos de
la época Tudor. La ciudad de Londres, especialmente, quería limitar la entrada de tecnología
forastera o extranjera que impedía los beneficios de la ciudad. La solución que se ofreció con más
frecuencia fue la de desterrar al campo a los forasteros o a aquellos trabajadores que no poseyesen las
cualificaciones «legales» para diversos oficios,
El sistema •nacional" uniforme de monopolios locales tenia que hacerse cumplir por los JP.
Como observó Eli Heckscher, «los jueces de paz actuaban como órganos del sistema uniforme de
legislación industrial» (La época mercantilista, p. 229)”
“En la época de Jacobo I es de conocimiento general que a los JP se les podía «comprar»
con facilidad. En 1620 se prestó el siguiente testimonio ante el Parlamento, por un Comité de
Agravios:
Hay algunas patentes que en si mismas son buenas y legitimas, pero existe abuso por parte de
sus poseedores en la explotación de las mismas, por lo que no corresponden a la confianza depositada en
ellos por Su Majestad, y de tal clase es la Patente de Hosterías, pero los que disfrutan de la misma
abusan, instalando hosterías en bosques y en las cercanías de las aldeas, sólo para esconder a
picaros y ladrones; y los jueces de paz del condado, que son quienes mejor saben dónde es
conveniente que estén las hosterías, y quién merece tener licencia para ellas, han dejado de ocuparse
de las cervecerías; pero de ningún modo lo rehúsan ahora, porque harán una buena composición (Corbbett,
Parliamentary History, vol. 1, pp. 1192-1193).
3
No está de más recordarle que los Parlamentos de entonces no tenían, ni de lejos, el carácter
representativo de los correspondientes a las democracias representativas occidentales actuales. Por
otra parte, el término “renta” se emplea usualmente en las traducciones como sinónimo de ingresos,
salvo en el caso de las teorizaciones sobre las remuneraciones a los propietarios de la tierra
(terratenientes) u recursos naturales apropiables (minas, etc.) donde adquiere una denotación más
restringida..
6
La referencia a «una buena composición» significa que los JP estaban siempre dispuestos a
otorgar una licencia de hostelero, siempre que ellos recibieran un favor o pago a cambio”.
La regulación interna francesa era por entonces más agobiante que la inglesa. “Según
Heckscher, «La [diferencia] más importante de todas, indudablemente, era el gran número de
excepciones a que dejaba margen, en Inglaterra, la aplicación de las leyes, En cambio, las leyes
francesas no querían dejar, en principio, nada sin reglamentar, si se prescinde de unas cuantas
excepciones puramente fortuitas referentes a algunos puntos concretos» (La época mercantilista,
pp. 249-250)”.
Apartado 2: La teoría cuantitativa del dinero.
... “Muchos mercantilistas consideraron, como ya se dijo, que “una balanza
comercial favorable -y, por tanto, una acumulación de metales - podía mantenerse
durante períodos largos e indefinidos. David Hume (1711-1776), el filósofo y economista
contemporáneo de Adam Smith, deshizo finalmente este error. Puso de relieve un
mecanismo precios-flujo de metales preciosos que vinculaba la cantidad de dinero a los
precios y las variaciones de éstos a los superávit y déficit de la balanza comercial 4. De
hecho, Hume tuvo predecesores en el periodo mercantilista y el descubrimiento de
una parte del mecanismo -la teoría cuantitativa del dinero - fue anticipado por el
filósofo político John Locke (1632-1704)5.
La idea, como muchas buenas ideas, parece simple cuando se la contempla
retrospectivamente. Supongamos un excedente en la balanza comercial de Inglaterra.
Se produce una entrada de oro en el país, pero -suponiendo una forma extrema de
patrón oro (es decir, que sólo pueda utilizarse el metal precioso como medio de cambio)
- la masa monetaria aumenta en la misma proporción, dada, por supuesto, la monetización
del metalV. el nivel de precios aumentaría, de modo predecible como veremos,
incluyendo los precios de los bienes del sector exportador de la economía. Los países
extranjeros contraparte, con tenencias de dinero reducidas, experimentan una reducción
de sus precios relativos y, en consecuencia, compran menos a los comerciantes
ingleses. Simultáneamente, los consumidores británicos dirigen sus compras hacia los
bienes extranjeros y no hacia las mercancías nacionales (ya que los domésticos en han
encarecido a consecuencia de la entrada previa de dinero) –aumentando
subsecuentemente las importaciones. Con el tiempo, el superávit comercial inglés se
convierte en un déficit, el oro sale del país, la masa monetaria disminuye, los precios caen
y el superávit aparece de nuevo. El ciclo continúa y el intento mercantilista de acumular
oro de modo indefinido es contraproducente6.
El inventor de esta doctrina, que dijo del dinero que «no es de ningún modo la
rueda del comercio, sino el aceite», sin embargo vio efectos saludables a corto plazo
(efectos reales o de no neutralidad del dinero) en la obtención de metálico. Hume
advirtió que:
En mi opinión, es sólo en este intervalo o situación intermedia (transitoriamente), entre la
adquisición de dinero y el aumento de los precios, que la cantidad creciente de oro y plata es favorable
a la ‘industria’. Cuando se importa cualquier cantidad de dinero en una nación, al principio
no se dispersa en muchas manos, sino que se encierra en las arcas de unas pocas
4
“El dinero no es propiamente hablando, uno de los objetos del comercio, sino solamente el
instrumento sobre el que los hombres han llegado a un acuerdo para facilitar el cambio de una
mercancía por otra. No es ninguna de las ruedas del comercio: es el aceite que hace más suave y
fácil el movimiento de las ruedas” (Del dinero, Hume)
5
También Cantillon realizó desarrollos y aportes importantes a la teoría monetaria.
6
La calificación de “contraproducente” corre por cuenta de la interpretación que hacen los autores
citados. Como se verá, el tema de los efectos reales es controvertido y no se dirime tan fácilmente.
7
personas, que inmediatamente tratan de emplearlo del modo más provechoso para ellas
(«0f Money», p. 88). Hume argumentó, en efecto, que el dinero es como un «velo» que oculta el
funcionamiento real del sistema económico y que no tiene consecuencias relevantes que la
masa monetaria de una nación sea grande o pequeña después de que el nivel de precios se
ajuste a la cantidad de dinero (efectos reales de largo plazo)7".
Para autores como Hume y Cantillon la noción de riqueza ha cambiado: conciben a
ésta “como los alimentos, las comodidades y las cosas superfluas que hacen agradables la
vida”. Es decir, la riqueza pasa a ser visualizada como compuesta por una cesta
heterogénea de bienes (¿y servicios?), ello llevará a la necesidad de encontrar un
indicador sintético de la misma, papel para el cual se empieza a descartar al dinero
(eludir el velo monetario).
La formalización con que los textos usuales modelizan esa interpretación teórica, la
de la relación entre transacciones y dinero, se llamada ecuación cuantitativa:
Dinero
M
x
Velocidad
=
Precio x
Transacciones
x
V
=
P
T
x
Donde M es la cantidad de dinero, V es la velocidad-transacciones del dinero, P es
el “precio de una transacción representativa” y T representa el número de
transacciones realizadas. Todas ellas referidas a un período de tiempo, un año por
ejemplo. Debe entenderse que T es el número de veces que se intercambian bienes
o servicios por dinero en el año de referencia, es decir, el número de veces que
cambia de mano un peso o unidad monetaria en el año. 8
Si, por ejemplo, en el año se venden-compran al contado 30 toneladas de trigo (30
u.b.t) a 100 “pesos oro” cada una, entonces T es igual a 30 u.b.t y, por su parte, P es
$100, de donde el numero total de pesetas intercambiadas es
P*T = $100 * 30 u.b.t = $3 000
De modo que $3 000 sería el valor monetario de todas las transacciones en esa
economía de un único bien o mercancía..
Si suponemos que la cantidad de dinero (M) que circula en dicha economía es de
$1000, entonces cada moneda de oro o billete convertible a la par debería cubrir 3
transacciones, es decir su velocidad-transacciones sería V = 3 (cada moneda o
billete circula, promedialmente, en tres transacciones).
P
x
T
=
M
x
V
$100
x
30 u.b.t
=
$1000
x
3
Si en lugar de un único bien, en esa economía hipotética, se transaran anualmente
2 mercancías que conformen una cesta de (30 u.b.t, 10 u.b.m), donde “m” es un bien
artesanal cualquiera, entonces, y bajo el supuesto en extremo simplificador de que
Pt = Pm = $100 y el precio promedio P=$100, tendríamos, supuesta V=3, que
7
P
x
T
=
$100
x
(30 u.b.t + 10 u.b.m) =
M
x
V
$1333,33
x
3
¿Qué entiende Ud. por “el precio de una transacción representativa”?. La noción es trivial si el
modelo es de una economía de un único bien, pero ya no es tan simple si hay 2 o más bienes cuyos
precios relativos varían.
8
Que el monto sea grande o pequeño es una cosa, que los cambios en los flujos faciliten o no que
se alcance un escalón mayor o menor al final de cuentas es la cuestión que se debatía y debate aún.
8
De modo que la identidad de la ecuación cuantitativa se satisfaría en $4000 por
ambos lados.
Sobre la base de esta formalización, suele presentarse la discusión sobre si los ∆M ≠
0 concentran sus impactos sobre P o afectan también a T y V (discusión que
obviamente involucrará las derivaciones de políticas monetarias y otras). Las
respuestas serán distintas si los impactos sobre P, “precio promedio”, van asociados
a la constancia de los precios relativos entre Pt y Pm, o si paralelamente provocan
cambios en éstos y por ende en las demás variables asociadas a la formación de
precios relativos, entre otras cosas.
Hume y Cantillon darán explicaciones a favor de una respuesta positiva respecto a
efectos reales o no neutrales del dinero y las acciones gubernamentales en el
campo monetario. Atribuirán efectos reales a los shocks monetarios sobre los
precios relativos domésticos, sobre los contratos (salariales, de arriendos, de crédito,
etc.), y también por sus consecuencias redistributivas internas. Respecto a los
efectos de largo plazo, además de emplear la noción rudimentaria de alternancia
cíclica entre déficit y superávit externos, ambos comparten la idea de que, dada la
estructura interna imperante caracterizada por desigualdades económicas,
regulaciones discrecionales de los lobbys (especialmente en lo que refiere a
impuestos, aranceles, concesiones comerciales, administración de tipos de cambio y
de tasas de interés por los grupos de poder, etc), asimetrías entre los agentes
privados (monopolios, oligopolios, severas restricciones de acceso al crédito y los
servicios bancarios, etc.), las posibles “ganancias externas” terminarían volcándose
predominantemente en consumo suntuario en detrimento de otras trayectorias
posibles de crecimiento de la producción doméstica y con nada despreciables
riesgos para la pervivencia de la autonomía de la nación.
La preocupación central de estos autores son, entonces, las consecuencias reales
internas de los flujos comerciales y monetarios con el resto del mundo. Tan es así
que, aún en el caso de equilibrio de la balanza comercial de un país, advierten que
un saldo externo nulo puede ser perjudicial para el país si aquel se alcanza
exportando bienes primarios e importando bienes manufacturados o de lujo. Lo que
importa lograr, según Cantillon por ejemplo, es tener, ya sea un equilibrio o un
superávit comercial, que esté basado en preservar la ocupación doméstica y uso de
los recursos naturales que proveen el sustento de la población doméstica (alimentos
y otros bienes básicos necesarios): en otras palabras, atraer vía importaciones “tierra
y trabajo primario” extranjero exportándoles productos con poca intensidad de “tierra
y trabajo primario”, sean éstos bienes secundarios o de lujo9. En tal caso, además, el
efecto vía precios relativos sería el abaratamiento interno de los bienes primarios
(mayor consumo de los campesinos y población mayoritaria) en relación a los bienes
de lujo (de consumo aristocrático y de los ricos comerciantes que les “imitan” en el
patrón de consumo); semejante abaratamiento del precio relativo de los bienes de
lujo provocaría además, dice, la baja de la tasa de interés la que depende
fundamentalmente del consumo suntuario de los nobles o ricos.
En definitiva, si bien las cuestiones monetarias y financieras son una preocupación
práctica relevante en el quehacer de las políticas económicas del siglo XVIII (burbuja
9
Note que la recomendación de tipo de especialización exportadora y recomendaciones de
sustitución de importaciones que éste autor hace, a pesar de coincidir con las contemporáneas, no se
fundamenta en la noción de “valor agregado” (de exportar bienes con mayor valor agregado) sino en
otros fundamentos totalmente distintos.
9
de Law, endeudamiento fiscal, especulaciones bancarias, regulaciones
gubernamentales de tipos de interés y de descuentos, etc), parecen ser visualizadas
como preponderantemente asociadas a cuestiones fiscales y afectando a los grupos
más ricos de la nación en su consumo suntuario10, ya que se asume como un hecho
la restricción de acceso al crédito (mercados financieros no competitivos) a los
sectores de alto poder económico y preferentemente aplicado a usos no productivos.
Las nociones de sentido común sobre la realidad de esa época llevan, a la mayoría
de esos autores, a privilegiar el estudio de las fuentes y usos del producto del sector
primario, por considerarlo el “sector vital”. En consecuencia, van a considerar la
renta territorial como el ingreso más relevante, y por él principian a explicar
teóricamente tanto la generación de la riqueza como la incidencia de las decisiones
asociadas a su gasto, el uso de la renta agropecuaria, sobre la demanda interna y
externa y la capacidad de crecimiento de las demás actividades secundarias,
terciarias, fiscales y financieras como dependientes de aquel sector primario.
De modo, entonces, que la mirada de la época se encamina a dar cuenta de la
circulación monetaria, financiera y especulativa como subordinada a la explicación
del funcionamiento de los mercados de bienes, la formación de precios relativos y
distribución primaria del ingreso anual. En definitiva, la consideración de ingresos
catalogados como derivados o secundarios, los tributos, el crédito y el comercio
exterior quedarán para “capítulos posteriores” del “programa de teorización”
emprendido por esos autores del Iluminismo.
La demanda, incluso, va a ser tratada por ellos como relacionando las compras a los
precios e ingresos; pero no sobre la base de un fundamento de preferencias
individuales, como harían ciertos modernos, sino como “reacción de grupos”
conformados en función del tipo predominante de bienes que presupuestalmente
adquieren: bienes primarios, bienes manufactureros y bienes de lujo. Las
posibilidades de sustitución en la demanda, entonces, las restringen al subconjunto
de bienes suntuarios o pertinentes al “grupo de los ricos” –“comodidades y cosas
superfluas”-, a lo que atribuyen escaso “efecto repercusión” sobre los otros
mercados en los que se transa el grueso de las producciones básicas y por ello le
dedicarán poca atención11. Visualizan, en definitiva, como insignificante la sustitución
en los consumos tradicionales y relativamente precarios de la mayoría de los
habitantes de la nación, desatendiéndolos analíticamente; se concentrarán,
10
“Cantillon muestra los efectos de un aumento de la cantidad de dinero en los tipos de interés, lo que
no siempre tiene que provocar una disminución del precio del dinero. Así dice: si la abundancia de
dinero en un Estado viene a través de las gentes que lo prestan, disminuirá, sin duda el interés
corriente, conforme aumenta el número de prestamistas; pero si llega por mediación de personas que
lo gastan, tendrá el efecto inverso, y elevará el tipo de interés aumentando el número de empresarios
que encontrarán trabajo como consecuencia de este aumento en los gastos, viéndose obligados a
tomar dinero a préstamo, para equipar su industria, en todas clases de interés. Es decir, es el
consumo, especialmente el suntuario de los nobles, el que hace aumentar el tipo de interés al
incrementar la demanda de dinero por parte de empresarios que se ocupan de suministrar a aquellos
bienes de lujo eminentemente manufacturados o importados.
Por otra parte, éste mismo autor indica que los bancos e intermediarios financieros crean poder de
compra ya que pueden emitir más créditos que pagarés que les obligan, afectando así el circulante
interno y respecto al extranjero.
En la visión de éste autor, en última instancia “los terratenientes son también los únicos que
comercian con el exterior”.
11
Cuidado!: cuando se trata del explicar el crecimiento económico asociado a la extensión del
mercado y a la diversificación de las actividades productivas (parte de la “división social del trabajo”),
entonces sí la demanda de bienes de lujo y nuevos bienes suntuarios se constituye en factor decisivo
para los “tirones de demanda” que inicien tales expansiones -ya sean del tipo extensivo o intensivo.
10
entonces, en razonar básicamente en términos de efectos ingresos en lo que hace a
sus demandas (cambios de nivel del poder de compra).
Concluyendo esta digresión: el crecimiento potencial de la nación es visualizado por
ellos (pre-revolución industrial) como básicamente expansivo (margen extensivo,
colonizaciones) y con limitadas posibilidades de cambio técnico, particularmente en
el sector primario. En las actividades artesanales y de servicios conciben el progreso
productivo, pero como eminentemente segado a proporcionar mejoras por división
manual de tareas entre oficios y afectando predominantemente a los bienes
suntuarios (los tirones de la demanda de bienes de lujo, repetimos, es el que
eminentemente diversifica el mercado de entonces). En definitiva, conciben el
crecimiento duradero como condicionado por la capacidad de aumentar la
producción de alimentos (cestas básicas per capita disponibles), lo que podría
lograrse bien ocupando la totalidad de la frontera de recursos naturales disponibles
en la nación o, también, mediante la colonización de otros territorios o la expansión
de conquista hacia los vecinos12.
Volvamos a la formulación en términos de la ecuación cuantitativa usualmente
ofrecida por los textos modernos. Conviene adelantar que la mayoría de estos
autores modernos (predominantemente seguidores de la “revisión ricardiana” sobre
la neutralidad del dinero que veremos más adelante) suelen presentar éstas
“versiones primitivas” cual si fueran demostraciones de la ya dogmática moderna
neutralidad del dinero. Véase un botón de muestra en lo que sigue de una “lectura
moderna” totalmente desatenta a la visión e implícitas interrelaciones de aquellos
autores:
“En su variante más tosca, esta teoría (la de Hume y Cantillon) establece que el nivel de
precios, ceteris paribus, es una función de la cantidad de dinero. En sus expresiones más
primitivas, la «teoría» no es más que una tautología que afirma que un aumento dado de la
cantidad de dinero (por ejemplo, el doble) produce un aumento dado (el doble) del nivel de precios.
“Una variante más sofisticada iguala la masa monetaria multiplicada por la velocidad (el número
de veces que el dinero rota por año) al nivel de precios multiplicado por el número de
transacciones generadoras de renta por año. Esto puede escribirse como M*V = P*T. Como
teoría del nivel de precios (P) que identifica las variables dependientes (los precios) y las
independientes (el dinero (M), la velocidad (V) y las transacciones (T)), se expresa como P = MV/T,
o, más generalmente, P = f(M, V, T). Cuando V y T se suponen constantes, un aumento de M
lleva a aumentos proporcionales de P. Aunque esta versión más sofisticada no apareció hasta
mucho después de Locke y Hume.
Una de las más importantes modificaciones que ha introducido la “lectura de los
modernos” sobre aquellas pioneras teorizaciones consiste en reemplazar “T” por “Y”
en la ecuación cuantitativa, la que ahora quedaría:
M*V = P*Y
Donde Y es ahora el producto anual (PBI) y no ya la totalidad de las transacciones
efectuadas en los mercados en el período de análisis (ni siquiera será ya el valor
bruto de producción VBP). Esto último, más allá de las dificultades de medición
empírica asociadas al empleo de una u otra noción13, conlleva a que todas las
12
La cuestiones referidas al cambio técnico, sustitución de mano de obra y capital, sustitución en los
consumos masivos, etc., habrá de esperar al siglo siguiente para comenzar a ser tratada por autores
de la modernidad.
13
No se trata simplemente de si conviene usar el IPC o el deflactor implícito del PBI. Ambos
indicadores dejan fuera un sinnúmero de transacciones que acontecen en los mercados de efectos de
11
transacciones de “mercados de usados” (carros, muebles, herramientas, maquinaria
en uso, ropa usada, etc.), viviendas no nuevas, propiedades territoriales (chacras,
estancias, etc.), fusiones de empresas o compras de activos de más de un año, etc.,
queden excluidos del análisis en cuestión. Y no solo quedan excluidos de la cesta de
productos Q, sino también se excluye la incidencia de sus precios monetarios en el
precio promedio P del cual, por correspondencia, también quedarán excluidos como
componentes de la cesta de referencia. De esa forma, la inmediata relación del
circulante que actúa en ese restringido subconjunto de transacciones (así como la
interrelación de la circulación monetaria con la tasa de interés y la valoración en
precios monetarios de todos esos activos y otras formas de stocks y modalidades
patrimoniales) quedan sustraídas también de las posibles “rotaciones” y de su
incidencia en V. Una cosa es dar cuenta del “numero de veces que una moneda o
peso entra en el ingreso anual de los agentes” y otra el numero de veces que una
unidad monetaria pasa por las manos del “agente representativo” según éstos
recompongan sus carteras patrimoniales, deprecien o revalúen sus activos fijos etc.
Encaminar la atención y privilegiar el análisis de entonces hacia la riqueza flujo,
distinción que asentará y consolidará pocos años después Smith, como indicador
sintético del desempeño de la actividad económica anual de la nación (riqueza flujo)
es una cosa, pero desconocer la importancia que a la riqueza stock en cuanto ésta
contribuyera decisivamente a completar la teorización o explicación de la formación
de los precios relativos, incidencia de los poderes económicos asimétricos entre los
agentes, de los cambios en la distribución del ingreso, etc., en la circulación
monetaria y temas asociados ha resultado, desgraciadamente, teóricamente
limitativo.
¿Qué justificaría semejante omisión o simplificación? La sustitución conceptual, de
las transacciones (T) por el producto anual (Y), introducida por los autores
modernos, mayoritariamente defensores éstos de la neutralidad del dinero, suele
justificarse aduciendo afirmaciones como que “el valor monetario de las
transacciones es más o menos proporcional al “valor monetario de la producción”.
¿Será realmente así? Atención, esto no es una cuestión trivial: aún hoy pasan por
allí numerosas controversias y retos al desarrollo de la teoría económica
contemporánea.
En el curso de Descriptiva les informarán sobre las diferencias entre transacciones
(T), producción (Q) y producto (Y), no corresponde aquí ahondar más sobre éstas
cuestiones.
Simplifiquemos en lo que sigue nuestra economía modelo a una bisectorial que
produce dos productos en el año donde:
Sea Q la cesta de la producción anual de nuestro autárquico país hipotético,
conformada por (30 u.b.t, 10 u.b.m).. Dados los precios relativos arriba indicados,
pm/pt = 1, de los cuales obteníamos un “precio promedio” P =1, y dada también la
indicada V = 3, tenemos
los flujos sobre los stock y sus valuaciones, y cuya incidencia no parece simplificable a un mero trato
de proporcionalidad homotética como se insistirá en advertir.
12
P
x
Q
=
$100
x
(30 u.b.t + 10 u.b.m) =
M
x
V
$1333,33
x
3
Entonces, el equilibrio de la circulación anual requería de un circulantes de $1
333,33 unidades monetarias tipo.
Digamos que para ese mismo país y período la cesta del producto Y real,
sustraídos los insumos intermedios, fuese (15 u.b.t. , 5 u.b.m). En ese caso la
ecuación cuantitativa podría ser, en principio, escrita cómo
P
x
Y
=
$100
x
(15 u.b.t + 5 u.b.m) =
M
x
V
$666,66
x
3
En tal simplificación podríamos usar la mencionada regla de proporcionalidad y decir
que si la cesta del producto es la “mitad” que la cesta de la producción, dados P y V,
la cantidad de dinero entonces requerida sería también la mitad de la anterior (0,5*
$1 333,333 = $666,666)
¿Le parece hemos operado consistentemente? ¿Cree Ud. que P podría mantenerse
incambiado si las ponderaciones de la cesta de productos no se mantuviese
proporcional a la de transacciones?
Por otra parte, si las transacciones de insumos intermedios entre empresas no fuese
un calco de las referidas a las de bienes finales, no habría razón alguna para
suponer que los “billetes o unidades monetarias cambian de manos” promedialmente
3 veces, si no que lo más verosímil sería asumir otra velocidad (V) en las compras
finales respecto a las compras intermedias, como por ejemplo bien 1,5 o bien 2,
entonces:
P
x
Y
=
$100
x
(15 u.b.t + 5 u.b.m) =
P
x
Y
$100
x
(15 u.b.t + 5 u.b.m) =
M
x
V
$1333,33
x
1,5
M
x
V
$1000
x
2
O bien:
=
Claro que si pudiéramos demostrar que lo que “omitimos” al pasar de representar
transacciones (T) a representar producción (Q), o de ésta a producto (Y), guarda
alguna razón de proporcionalidad estructural, esa simplificación en principio
parecería legitima. De lo contrario, las conclusiones serían provisorias o
condicionales y estaríamos obligados teóricamente reconsiderarlas a la luz de la “no
proporcionalidad” estructural.
Continuemos la presentación básica del tema bajo el marco restringido de la
proporcionalidad.
La pregunta que interesa ahora responder es ¿cómo afecta el cambio de alguna de
las cuatro variables involucradas (M, Y, P y V) a las restantes de forma que se
alcance el equilibrio de la ecuación cuantitativa?
13
Para ilustrar las consecuencias tomemos como punto de partida la especificación
inmediata anterior, donde M = $1000 y V = 2. Supongamos que como consecuencia
de un saldo positivo de comercio exterior del tipo tratado por los mercantilistas,
ceteris paribus, acontece que ∆M = $100. La lectura moderna antes citada diría que
el aumento monetario se traduciría en inflación y la situación de equilibrio se
establecería en:
P
x
$110
x
(pt =$ 100, pm = $100) x
Y
=
(15 u.b.t + 5 u.b.m) =
(15 u.b.t + 5 u.b.m) =
M
$1100
$1100
x
x
x
V
2
2
La M ahora es la M anterior más ∆M. Según esto no se registrarían efectos reales.
Tenga presente que el análisis teórico procede haciendo un contraste “punto a
punto”, es decir, la situación final respecto a la inicial; todo el proceso de transición o
las secuencias de cambios eslabonados y el tiempo que ello insumiría queda
postergado por los supuestos implícitos de la metodología analítica adoptada.
Observe que en el razonamiento va implícito que pm/pt = 1, es decir, que ambos
precios nominales, que inicialmente eran (pt =$ 100, pm = $100), habrían aumentado
un 10% respectivamente (ahora pt =$ 110, pm = $110), pero de modo que no
cambian los precios relativos reales. Aconteciendo algo así:
P
Y
=
(pt =$ 110, pm = $110) x (15 u.b.t + 5 u.b.m) =
M
$1100
x
x
V
2
Aún concediendo los supuestos interpretativos, ¿es esa la visión de aquellos autores
del siglo XVIII? Qué fundamentos hacen descartar la posibilidad de que en su visión
hubiese ocurrido algo así:
P
Y
=
(pt =$ 112, pm = $104) x (15 u.b.t + 5 u.b.m) =
M
$1100
x
x
V
2
creciendo, por ejemplo, los precios primarios un 12% y los artesanales un 4%, aún
cuando el “nuevo precio promedio” sería P = 110. Aquí la inflación sería de un 10%
pero con efectos reales ya que los nuevos precios relativos reales serían pm/pt =
0,9285 y el impacto del cambio monetario no sería neutral (habría cambios en las
producciones y empleos sectoriales, entre otras cosas).
No cabe incluso que la dirección de la causalidad fuese al revés: que un cambio en
precios relativos que terminará en un aumento de M. ¿Qué teorización permite
desechar esas otras posibilidades?
Alternativamente habría podido acontecer que el resultado final fuese:
P
Y
=
(pt =$ 100, pm = $100) x (16 u.b.t + 4 u.b.m) =
M
$1100
x
x
V
2
Donde el nivel de precios ni los precios relativos cambian pero sí la composición del
producto anual real dentro de una economía con la misma dotación de factores
productivos totales disponibles y el progreso tecnológico por sector incambiado.
(obviamente la ocupación, participaciones sectoriales en el PBI y la distribución del
ingreso habrían cambiado). En este último caso, habría cambiado la asignación de
los recursos dados y con ello la composición sectorial de la producción ofertada.
14
La visión moderna rechazaría cualquiera de estas otras miradas y formas de
problematizar el asunto, ya que atribuirá los cambios de precios relativos o reales a
cambios de cantidades o productividades, sin embargo para la visión de aquellos
autores de mediados del siglo XVIII, en un mundo tecnológicamente “cuasi
estacionario” e institucionalmente poco competitivo14, los precios relativos y sus
cambios obedecían más a una especie de mecanismo de juego de suma cero donde
los precios relativos podían cambiar por razones más de orden sociológico
(negociaciones asimétricas de contratos, etc.), dentro de ciertos límites, aún cuando
no los causasen cambios de rendimientos o abundancias o escasez relativas ni en
la dotación de los recursos totales de la economía.
Repitamos, sucede que para aquellos autores el trasfondo implícito a las lecturas
modernas como la citada era otro: ni asumían la realidad económica operando
efectivamente al modo de competencia perfecta ni profesaban la visión que explica
los precios relativos como dependientes de las cantidades físicas y de sus
fundamentos modernos apuntados tras las ofertas y demandas, etc. (ni de lejos
miraban el mundo y las decisiones de los agentes explicadas básicamente mediante
sustituciones marginales de cantidades de bienes en el consumo y productividades
físicas relativas en las producciones).
Cuál fuera la manera en que teorizaban esas interrelaciones y particularmente la
referida a la formación de precios relativos, distribución del ingreso, asignación de
recursos y ocupación será uno de nuestros primeros y subsiguientes temas. Una vez
comprendidos éstos, podremos releer su visión cuantitativa del dinero y otras
cuestiones asociadas. Luego veremos cómo los autores modernos, del siglo XIX en
adelante, van modificando la metodología y marco teórico analítico para desembocar
en versiones más o menos afines a la versión de la ecuación cuantitativa moderna.
No cabe aquí ir más allá de ese alerta introductorio
Concluyamos con algunas rápidas citas que podrían avalar la conveniencia de ser
cautelosos en los lentes con los cuales leeremos y problematizaremos algunas de
sus viejas propuestas.
Cantillon, por ejemplo, habría dicho que no todos los precios subirían
proporcionalmente y que ese ∆M = 10 del ejemplo moderno, generaba efectos
reales alterando precios relativos y la distribución interna, pudiendo llegar a pasar
incluso algo así, dependiendo por dónde entre el dinero, “si la abundancia de dinero en un
Estado viene a través de las gentes que lo prestan (a otros agentes domésticos), disminuirá, sin duda el
interés corriente, conforme aumenta el número de prestamistas; pero si llega por mediación de personas que lo
gastan, tendrá el efecto inverso, y elevará el tipo de interés...” al provocar que los productores de esos
bienes cuya demanda aumenta demanden a su vez mayor crédito para aumentar entonces su
producción.
“Pero cuando los señores y los propietarios de tierras adquieren en las manufacturas extranjeras sus lienzos,
sedas y encajes, y para pagarlos envían al exterior los artículos alimenticios de su propio país, disminuyen con
ello extraordinariamente las posibilidades de subsistencia de sus compatriotas, y aumentan las de las
extranjeros, que muchas veces se convierten en enemigos del propio Estado. Si un propietario o señor polaco, a
14
El imaginario normativo de la libre competencia es para los autores de esa época un paradigma
para propiciar consenso a favor de las reformas pro laissez faire, pero lejos están de superponerle al
mundo real o positivo que les rodea, o a sus pragmáticas personales, el modelo teórico de la
competencia perfecta de los modernos.
15
quien sus colonos pagan anualmente un renta aproximadamente igual al producto del tercio de su tierra,
acostumbra usar telas, lienzos, etc., de Holanda, pagará por estas mercancías la mitad de su renta, y acaso
empleará la otra mitad para la subsistencia de su familia en otros artículos y mercaderías burdas, producidas
en Polonia: así, la mitad de su renta, en nuestro supuesto, corresponde a las sexta parte del producto de sus
tierras, y esta sexta parte será absorbida por los holandeses, a quienes los colonos polacos la entregarán en
forma de trigo, lana, cáñamo y otros artículos. He aquí pues una sexta parte de la tierra en Polonia sustraída a
sus habitantes, ello sin contar con el pienso para los caballos de coches, carrozas y paradas, que se crían en
Polonia, para atender el régimen de vida propio de los señores; además, si sobre los dos tercios del producto de
las tierras que se atribuyen a los colonos, éstos, siguiendo el ejemplo de sus dueños, consumen manufacturas
extranjeras, y saldan su importe, al exterior, en materias primas de Polonia, habrá un buen tercio del producto
de las tierras polacas sustraídas a la subsistencia de los habitantes, y, lo que es peor, la mayor parte de ese
producto se enviará al extranjero, procurando, a menudo, sustento a los enemigos del Estado. Si los
propietarios de las tierras y los señores de Polonia se avinieran a consumir en un principio manufacturas de su
propio Estado, por deficientes que fueran, poco a poco harían mejorar su calidad, y ocuparían en su producción
un mayor número de sus conciudadanos, en lugar de dar esta ventaja a los extranjeros: y si todos los Estados
mostraron un parecido empeño en no dejarse engañar por los demás en el comercio, cada Estado adquiriría
importancia en proporción a sus productos y a la laboriosidad de sus habitantes”.
“Si por costumbre se atrae oro y plata del extranjero mediante la exportación de artículos y productos del
Estado, como trigo, vinos, lanas. etc., ello permitirá enriquecer al Estado a expensas de la disminución del
número de habitantes; pero si el oro y la plata se obtienen del extranjero a cambio del trabajo de los habitantes,
así como de las manufacturas y artículos donde interviene pequeña cantidad de productos de la propia tierra,
esto engrandecerá al Estado en forma útil y sustancial”.
“Las fantasías, modos y maneras de vivir del príncipe, y en particular de los propietarios de las tierras se
destinan en un Estado, y causan, en el mercado, las variaciones de los precios de todas las cosas”(efecto
imitación)
“Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este
dinero dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible
indicar en qué medida” (V cambia al cambiar M, es decir, no se la visualiza como una constante).
“Un estado no gana ni pierde con el aumento o disminución del valor de las monedas mientras conserva la
misma cantidad de ellas, aunque los particulares pueden ganar o perder, como consecuencia de la variación”.
“... la multiplicación y el descenso en el número de habitantes de un Estado dependen principalmente de la
voluntad, de los modos y maneras de vivir de los terratenientes”(del gasto o la forma que adopte su demanda
efectiva)
“Si las damas de París se complacen en llevar encajes de Bruselas, y Francia paga dichos encajes con vino de
Champagne, hará falta pagar el producto de un solo acre, destinado al cultivo de lino, con el producto de más
de 16,000 acres de viñedo (...) en este tipo de comercio se sustrae gran copia del producto de la tierra a la
subsistencia de los franceses, y al modo que todos los artículos enviados a países extranjeros, cuando en
compensación no se reciben otros igualmente valiosos, tienden a disminuir el número de habitantes del Estado”.
“Si el precio que las damas pagan por los encajes no cubre todos los costes y da beneficios, no habrá ningún
incentivo para esta manufactura y el emprendedor dejará de llevarla adelante o se irá a la quiebra; pero, como
hemos supuesto que se continúa con esta manufactura, es necesario que todos los costes sean cubiertos por los
precios que pagan las damas de París”.
Apartado 3: Precursores de las primeras teorizaciones económicas: Petty,
Boisguillebert y Cantillon. (Lectura opcional)
Sir William Petty (1623-1687)
“Viajero, escritor, aventurero, médico, académico, agrimensor, hombre de
negocios, economista” fue un “activo miembro correspondiente de la Royal Society
(Londres)... Petty llamó a su método de investigación «Aritmética Política». Con esta
16
denominación trataba de expresar la idea básica de que la introducción de métodos
cuantitativos produciría un análisis más riguroso de los fenómenos sociales. Este
planteamiento representa la ascendencia de concepciones mecánico-materiales sobre la
aproximación aristotélica silogístico-deductiva. En tales materias, Petty fue influenciado,
sobre todo, por Francis Bacon, que propuso el método inductivo, una fusión de empirismo
y racionalismo. Bacon explicaba el nuevo método en términos de una metáfora. Los
empíricos, escribió Bacon,
... son corno la hormiga, que sólo recolecta y usa; los razonadores se parecen a las arañas, que
tejen telarañas con una sustancia que producen ellas mismas. Pero la abeja elige un método intermedio
recoge su material de las flores del jardín y del campo, pero lo transforma y lo digiere con una fuerza que
procede de sí misma. No es muy distinta la verdadera tarea de la filosofía, porque ni se apoya sólo o
principalmente en las fuerzas de la mente, ni toma la materia con la que trabaja de la historia natural o delos experimentes mecánicos y la deposita en la memoria tal como la encuentra, sino que la introduce en el
entendimiento modificada y digerida (New Organon, p. 93).
La trayectoria desde el subjetivismo y la lógica deductiva de los antiguos griegos y
los escolásticos hasta el empirismo y el objetivismo se convirtió en un dato importante en
la tradición clásica británica de economía política... Petty reconocía la novedad del
nuevo planteamiento, pero lo defendía como una mejora:
El método que utilizo... no es muy frecuente; porque en vez de no usar más que palabras
comparativas y superlativas y argumentos intelectuales, he decidido (como muestra de la Aritmética
Política que tengo como objetivo desde hace tiempo) expresarme a base de números, pesos y medidas;
usar sólo argumentos con sentido, y considerar solamente aquellas causas que tienen un fundamento
visible en la naturaleza; dejando a la consideración de otros aquellas que dependen de las mentes,
opiniones, apetitos y pasiones mudables de los hombres en concreto... (Economic Writings, p, 244).
Otro elemento del planteamiento metodológico de Petty era un intento de separar
la moral15 de la ciencia. Según Petty, la ciencia no existe para tratar los problemas
morales, sino que es simplemente un medio para un fin. Los problemas morales surgen
solamente en la selección de los fines que la humanidad se propone alcanzar por medio
de la rienda. Sin embargo, esta posición no llevó a Petty a adherirse a una filosofía
económica coherente. Adelantó numerosas propuestas para la intervención del Estado
aun cuando él apoyaba las propuestas liberales de no intervención. Además, dado que
sus escritos económicos eran parte integral de sus actividades políticas y de negocios,
Petty defendió frecuente y vigorosamente sus propios intereses en las sedes del poder.
En el análisis final, las investigaciones de Petty no estaban orientadas a la
construcción de un sistema general de conocimiento, sino más bien a formular
soluciones para los problemas prácticos, Sólo quería presentar unas orientaciones
generales para la política. Está era fa base real de su «aritmética política». Estaba pensada
simplemente para reunir los elementos esenciales del problema práctico que había que
resolver, No estaba pensada para constituir una descripción perfecta o completa de la
15
Es un primer esbozo de lo que luego será la distinción entre economía positiva y economía
normativa. Por otra parte, desde los griegos, y aún en los siglo XVI y XVIII, el término de “ciencias
morales” cobijaba lo que a partir de Comte, a inicios del XIX, dio en llamarse “ciencias sociales”, por
lo cual es recomendable interprete cuidadosamente, con mayor cautela que Ekelund y Hébert, el
empleo de dicha palabra en los textos de los autores de aquellos tiempos. Sepa, además, que el uso
de la noción de “ciencia” en su acepción positivista usual, ha merecido severas objeciones en los
debates sostenidos por los científicos y epistemólogos de los años recientes -lo mismo respecto al
empleo del término “método científico”- (algunos de esos últimos han llegado a recomendar
reemplazar su uso, por los efectos engañosos sobre lectores desprevenidos, por términos menos
pomposos tales como “disciplinas”, “saberes”, etc. -así en lugar de “ciencia económica” sugieren
calificarla de “disciplina”, “saber” económico, entre otros términos).
17
realidad. Petty reconocía sus limitaciones. Además, fue consciente de que cada
problema económico con el que nos enfrentamos en el mundo real (una cuestión de
dinero, de comercio internacional o de lo que sea) debe considerarse como una parte
integrante de un conjunto mayor, no como un fenómeno independiente. Esta naturaleza
«sistémica» de su pensamiento es la que eleva a Petty por encima de sus
contemporáneos y es esta misma característica la que llevó a Karl Marx a calificarle de
«fundador de la economía política moderna»”.
Sobre el dinero. “Petty reconoció las tres funciones del dinero (patrón de valor,
medio de cambio, depósito de valor), pero atribuyó el primer lugar a la segunda función.
Él negaba que el dinero constituyese una medida absoluta del valor, argumentando
correctamente que su valor varía con las condiciones de la oferta y la demanda.
También fue consciente de las operaciones fiduciarias de los bancos y de la naturaleza
«artificial» del dinero como una mercancía que simplemente facilita el comercio; La
analogía de Petty respecto al dinero es la que podía esperarse de un médico:
El dinero es como la grasa del cuerpo político, que si abunda en demasía a menudo impide su
agilidad y si es poca significa que está enfermo. Ciertamente, así como la grasa lubrica el movimiento de los
músculos, satisface la necesidad de víveres, llena las cavidades desiguales y embellece el cuerpo, así hace
el dinero en el Estado, acelerando su acción, suministrándose (bienes) en el extranjero en época de
escasez en el interior, facilita las cuentas en razón de su divisibilidad y embellece al conjunto, aunque
especialmente más a las personas que lo poseen en abundancia (Economic Wrlings, p. 113)16.
Como los mercantilistas, Petty observó una relación entre la cantidad de dinero y
el nivel de actividad económica (producción), pero no vio la relación entre la cantidad de
dinero y el nivel de precios, que constituye el núcleo de la teoría cuantitativa 17. Consideró
que el dinero era un coste indirecto de producción, que corresponde al valor de los
metales preciosos incorporados al stock monetario. Así, un exceso de dinero constituye
un despilfarro, porque el excedente de metales preciosos podría haberse intercambiado
por medios de producción, más que haberse empleado directamente en el proceso de
producción.
La principal contribución de Petty a la teoría monetaria fue su uso del concepto de
velocidad de circulación para determinar la cantidad óptima de dinero. Esto le hace un
predecesor importante de Locke y de Cantillon. Relacionó correctamente la velocidad de
circulación con los factores institucionales, tales como la amplitud de los períodos de pago
de salarios, rentas e impuestos, sosteniendo que la velocidad aumenta cuando el período de pago
se reduce. Petty también se apartó de la sabiduría convencional del mercantilismo al argumentar
que la acumulación de dinero era un medio para alcanzar un fin y no un fin en sí mismo. Aunque se
mostró favorablemente dispuesto a la entrada de dinero a partir de una balanza comercial positiva,
no consideró esto como una prioridad absoluta. Además, consideró que las prohibiciones de
exportación de dinero eran inútiles. Lo importante, argumentaba, era un elevado nivel de empleo y
de actividad económica, no la acumulación de un mero tesoro.
Sobre el valor. Entre los economistas contemporáneos, Petty se recuerda por
determinados slogans económicos, más que por sus logros sólidos en el análisis económico. El
principal entre, los slogans popularizados por Petty es su famosa expresión de «que el trabajo es el
padre y principio activo de la riqueza y las tierras son la madre» (Economic Writings, vol. 1, p. 63).
Aunque esta afirmación constituye un temprano y profundo reconocimiento de los dos «factores
16
Vea si la metáfora de Hume, citada en la nota al pie de la página 9, no parece inspirada en ésta de
Petty, mediante la analogía grasa-aceite.
17
Los autores del manual citado usan como criterio para atribuir aciertos o incompletitudes el
contraste con la moderna versión “sofisticada” a que aluden, que es muy posterior a las elaboraciones
de Locke, Hume y Cantillon.
18
originarios de la producción» tiene poco mérito analítico. Ciertamente, no constituye una teoría del
valor. Mucha mayor importancia tuvo la investigación de Petty dirigida al descubrimiento de una
«paridad natural» entre la tierra y el trabajo. Intentó relacionar entre sí los valores de la tierra y del
trabajo, determinando la cantidad de tierra necesaria para producir «el alimento de un hombre adulto
durante un día», tomando el valor de este producto como equivalente al valor del trabajo de un
día18. El objetivo del esfuerzo de Petty era establecer una unidad de medida con la que reducir las
cantidades disponibles de los dos factores originarios, tierra y trabajo, a una cantidad homogénea
de «capacidad productiva», que podría servir como patrón de valor (tierra-trabajo). Como todos los
esfuerzos semejantes para encontrar un patrón absoluto del valor19, también éste se mostró como
un callejón sin salida analítico, pero inspiró a Cantillon para emprender una investigación en el
mismo sentido.
A pesar del aroma econométrico que desprenden sus estudios económicos, Petty no
construyó una teoría de los precios satisfactoria. En particular, no logró reconocer la importancia de
los precios relativos, que constituyen el núcleo de la microeconomía moderna. A pesar de la
admiración de Marx por Petty, este último no desarrolló una teoría del valor trabajo. Si acaso,
Petty tuvo una teoría del valor tierra, aunque es un error considerar que sus logros en esta área
representen una auténtica teoría del valor. Lo que le faltaba era un mecanismo fundamental capaz de
explicar las proporciones del intercambio” (valores o precios relativos) “entre los bienes
económicos”.
Aunque Petty fue ante todo y por encima de todo un teórico, considerado
retrospectivamente, su mayor logro fue el de introducir un cambio decisivo en el método económico.
Su descubrimiento, la Aritmética Política, era una forma primitiva de econometría, campo que ha
florecido después de la segunda guerra mundial... Como observó Joseph Schumpeter, Petty
«estaba muy dispuesto a combatir por... [este credo metodológico] y a iniciar lo que habría sido la
primera controversia sobre el 'método'. Pero no le atacó nadie, le siguieron unos pocos y le
admiraron muchos. La gran mayoría le olvidó en seguida (Historia del análisis económico, p. 254)”.
18
¿Cree Ud. que el “valor del trabajo de un día” se refiere, en la cita, a lo que se paga para que el
trabajador subsista un día; o bien al valor de lo que, subsistiendo ya sea pobre o muy pobremente,
produce, los bienes que se producen, en su labor agrícola diaria?
19
Más adelante se presentará la diferencia entre pretender un patrón absoluto de medida y usar un
numerario o patrón relativo de medida.
19
Boisguillebert (1646-1714)
Pierre le Pesant de Boisguillebert habla sido magistrado provincial en la ciudad de Rúan
durante algunos años, cuando dedico su atención al problema de la decadencia económica de
Francia. Publicó cinco obras importantes entre 1665 y 1707, pero el planteamiento y los objetivos de
cada una de ellas coincidían en lo esencial: el análisis de la decadencia secular de Francia, No
intentó nunca un tratamiento sistemático de los principios -en su lugar, intentó analizar problemas
económicos específicos. A la vuelta del siglo XVIII, el problema consistía en invertir los efectos de las
políticas mercantilistas Francia.
El ataque de Boisguillebert al mercantilismo se movía a lo largo de tres frentes principales.
En primer lugar, como Adam Smith iba a hacer casi un siglo después, intentó fundamentar la
verdadera naturaleza de la riqueza nacional en los bienes (y servicios), no en el dinero. Consideraba
el dinero como simple medio y método para obtener riqueza, mientras que las mercancías útiles para
la vida constituyen su fin propio y su objetivo (Détail, p. 198).
El oro y la plata no son ni han sido nunca riquezas en sí mismos, y sólo tienen valor en relación
a las cosas necesarias para la vida, en la medida en que pueden procurarlas, por lo que sirven
meramente como una medida y una evaluación (citado en Colé, French Mercantlism, p. 242).
Como Petty, Boisguillebert fue uno de los primeros autores que reconocieron la importancia
de la velocidad de circulación y de los sustitutos del dinero, como las letras de cambio. Él
argumentaba que no es sólo la cantidad de dinero lo que es importante, sino el volumen de dinero
circulante. La demanda efectiva, no los saldos monetarios nominales, es la clave del bienestar
nacional. Consideraba que la ‘renta’ de una nación venía determinada por los flujos del gasto
monetario, y en este sentido Boisguillebert fue un antecedente directo de John Maynard Keynes.
El segundo argumento que Boisguillebert anticipó contra los mercantilistas fue la primacía de
la agricultura. Sostenía que el mercantilismo optó, con parcialidad, por la asignación de recursos en
favor de las manufacturas (especialmente las de lujo) y en contra de la agricultura. La prohibición
de exportar cereales, decretada por Colbert, también agravó las irregularidades del ciclo agrícola.
Durante los tiempos de abundancia, el excedente de granos no podía encontrar mercados exteriores, de manera que su precio y la renta de los agricultores cayeron. Boisguillebert argumentaba
que la subsiguiente disminución del consumo se difundía desde el sector agrícola a toda la
economía, precipitando de este modo una crisis general. Por lo tanto, denunció la prohibición de
Colbert, de exportar cereales, declarando que el librecambio produciría la estabilización de su
precio, la expansión de la producción agrícola y una mejor distribución de la renta. Sin embargo,
como medida complementaria ... Boisguillebert proponía una acción directa de gobierno para
sostener el precio dé los granos una vez que hubiese alcanzado un nivel «conveniente» (Traite des
grains, p. 369).
Aparte del movimiento cíclico de la ‘renta nacional’20 a corto plazo, Boisguillebert también
se interesó por el problema, a un plazo más largo, de la decadencia secular (largo plazo). Estimó
que entre 1665 y 1695 la ‘renta nacional’ de Francia había disminuido aproximadamente en un
50 % (Detail, p, 163), como consecuencia directa de la insuficiencia de la demanda agregada,
debida a un sistema fiscal opresivo. Esto abría el tercer frente del ataque de Boisguillebert contra el
mercantilismo: el sistema fiscal francés. Los principales culpables en este sistema eran la taille,
las aídes y las douanes.
La taille era un impuesto sobre la propiedad, dividido en una exacción sobre la propiedad
real y otra sobre la propiedad personal. El problema no estaba tanto en el impuesto cuanto en su
incidencia. La nobleza y el clero estaban exentos del impuesto, de manera que su carga caía casi
exclusivamente sobre los propietarios más pobres. La administración de la taille también era
20
Usado aquí como producto o ingreso nacional.
20
caprichosa, dependiendo a menudo de la agresividad e insistencia del recaudador local o de una
valoración arbitraria de la capacidad de pago. Boisguillebert dejaba constancia de que incluso en
la misma parroquia el tipo impositivo efectivo podía variar entre el 0,33 y el 33 % (Détail, p. 172),
Casi tan dañosas para el consumo eran las aides y las douanes. Las primeras eran
originariamente un impuesto general sobre las ventas, pero a finales del siglo XVII se limitaron a
unos pocos productos solamente, en particular el vino. El impuesto sobre el vino empezó a ser
tan opresivo que los trabajadores franceses dejaron prácticamente de beber vino (lo que
constituye el mayor sacrificio para un francés), los compradores extranjeros buscaron otros
mercados y los viñedos fueron abandonados. En 1779, el economista Le Trosne estimó que las
aides costaban al pueblo de Francia ciento cuarenta millones de ‘renta’ perdida, a fin de
asegurar un ingreso de treinta millones al rey. Las douanes eran derechos sobre las mercancías
que entraban o salían del reino, así como las que entraban o salían de las distintas provincias,
dentro del reino. El efecto de estos derechos era el de restringir el movimiento del conjunto de los
bienes o elevar el precio de los bienes entregados a un nivel prohibitivo, al menos para el
pobre. En conjunto, estos impuestos limitaron en gran medida el comercio, tanto interior como
exterior. Boisguillebert los culpó de la destrucción de los mercados extranjeros franceses de
vinos, sombreros, naipes, pipas y láminas de ballena (Détail, p. 196).
Los fisiócratas (véase un poco más adelante) fueron los últimos que reaccionaron contra el
mismo sistema fiscal opresivo al que se enfrentaron Boisguillebert y sus contemporáneos. Pero
su intención era la de implantar un ‘sistema fiscal natural’, en lugar de la reforma arbitraria que
ellos atribuían a Boisguillebert. El vínculo entre éste y aquellos es flojo, porque Boisguillebert no
anticipó ni el concepto de producto neto ni la productividad exclusiva de la agricultura21. Pero en
materia de reforma fiscal, los fisiócratas reflejaron en gran medida los mismos intereses que
Boisguillebert, que defendía la eliminación del carácter regresivo de los impuestos y una
distribución más equitativa de la carga tributaria. Mientras que Boisguillebert buscaba esta
eliminación, a fin de disminuir las trabas al consumo, los fisiócratas tenían puestos sus ojos en
los efectos saludables de la reforma fiscal sobre la acumulación de capital, como pronto
veremos”.
Richard Cantillon (168?-1734)
“En 1755 se publicó un libro en originales circunstancias. Probablemente se
publicó en París, pero con el pie de imprenta de un librero de Londres que ya no se
dedicaba al negocio. Este libro, titulado «Ensayo sobre la naturaleza del comercio en
general», había sido escrito, más de dos décadas antes por Richard Cantillon,
banquero en París y comerciante en Londres, de extracción irlandesa. El año exacto del
nacimiento de Cantillon, así como otros hechos pertinentes sobre su vida, siguen sin ser
conocidos, aunque las circunstancias de su muerte en 1734 fueron claramente sensacionales. Fue asesinado mientras dormía por un criado despedido que prendió fuego a la
casa en un intentó de ocultar su horrible acto. Así perdía la economía una de sus mentes
preclásicas más capaces.
El Ensayo de Cantillon representa el estado del arte de la economía antes de
Adam Smith ... Es un tratado general de penetrante intuición y notable claridad,
características que no han remitido con el paso del tiempo. A diferencia de Boisguillebert,
que atacó problemas económicos específicos, Cantillon trataba de descubrir principios
básicos. Una relación de las contribuciones originales de Cantillon a la economía sirve
para subrayar su importancia. Fue uno de los primeros en:
21
¿Flojo porque no anticipó? Siendo Bosiguillebert anterior, y aún dejando a un lado la materia fiscal, ¿no sería más
interesante en ver los aspectos teóricos que los fisiócratas tomaron o rebatireron , o de que forma sus teorizaciones
fueron influidas por aquél? Se verá más adelante, cómo la visión del gasto y las posibles insuficiencias de demanda
efectiva de ese autor serán retomadas en el Tableau fisiocrático.
21
• Tratar el crecimiento de la población como parte integrante del proceso
económico22.
• Desarrollar una explicación económica de la localización de las ciudades y
núcleos de producción.
• Hacer una distinción entre precio de mercado y valor intrínseco (es decir, precio
de equilibrio) y mostrar cómo los dos convergen a largo plazo.
• Demostrar que las variaciones de la velocidad son equivalentes a las de la
masa monetaria
• Investigar los canales (mecanismos de transmisión) a través de los cuales las
variaciones de la masa monetaria influyen en los precios.
• Describir el mecanismo por el que los precios se ajustan en el comercio
internacional. (mecanismos de ajustes de precios de mercado a precios naturales)
• Analizar los flujos de ‘renta’ entre los principales sectores de la economía.
Por impresionante que sea esta lista, ella sola no puede explicar la singularidad
de Cantillon entre los economistas del siglo XVIII. Lo que le separaba enormemente de
los últimos mercantilistas era el tipo de mente newtoniana que muestran casi todas las
páginas del Ensayo. Cantillon pensaba de la economía como Newton pensaba del
cosmos: como de un conjunto interrelacionado, constituido por partes que funcionaban
de un modo racional. Para Cantillon esto significaba que la economía se ajustaba
constantemente a los cambios básicos de la población, la producción, los gustos, etc. El
ánima de este proceso de ajuste era la persecución egoísta del beneficio. En la
economía de Cantillon era este último principio el que ocupaba el lugar del «principio de
gravitación universal» de Newton (es decir, el principio de gravedad)”.
“Aunque la obra maestra de Cantillon circuló ampliamente en Francia e Inglaterra antes de su
tardía publicación en 1755, su destino final seria verse ignorada. No fue hasta cerca de finales del
siglo XIX que se reconoció y apreció en toda su importancia. Fue entonces cuando Wílliam Stanley
Jevons, notable economista neoclásico ..., redescubrió a Cantillon23. Al presentar este descubrimiento,
Jevons llamó al Ensayo «la cuna de la economía política». Reflexionando sobre la herencia de Cantillon
y la naturaleza pionera de su análisis económico, Jevons añadía que «el primer tratado sistemático
sobre economía fue escrito probablemente por un banquero de apellido español, nacido de una familia
irlandesa en el condado de Kerry, educado quién sabe dónde, que tenia su negocio en París, pero
que fue asesinado evidentemente en Albermale Street [Londres] (véase Ensayo, p. 230).
Aunque el trabajo de Cantillon revela algún interés por los temas mercantilistas tradicionales,
es mucho más característico del periodo liberal de la economía, que formalmente comenzó con Adam
Smith algunas décadas más tarde. Cantillon estaba familiarizado con los trabajos de autores ingleses
notables como Sir William Petty y John Locke, pero su influencia inmediata tuvo lugar sobre los
economistas franceses del siglo XVIII. Su influencia «indirecta» puede ser mucho más amplia,
extendiéndose quizás hasta Jevons y los economistas neoaustríacos de hoy ... En este capítulo
destacamos tres temas importantes del trabajo de Cantillon; 1) su visión del mercado y de su
funcionamiento, 2) el papel fundamental y la importancia del empresario en la actividad económica, y 3)
la influencia de las variaciones de la oferta agregada de dinero en la economía.
22
Mirabeau padre suscribe: “los hombres se multiplican –siguiendo a Cantillon- como ratas en un
pajar, si tienen medios de subsistencia”... “los medios de subsistencia son la medida de la población”.
23
La términos usados en ese párrafo dan lugar a confusión: la obra de Cantillon, como avisan
previamente esos los autores del manual, fue conocida y, debatida desde 1735 por los fisiócratas y
Turgot; fue estudiada y citada, como más adelante ellos mismos comunican, por Adam Smith; Marx
dedica, a mediados del siglo XIX, numerosas citas y comentarios sobre ese autor. De modo que no
fue, propiamente, “ignorado ni desconocido”, ni “careció de aprecio” tan absoluto como parece
indicarse allí. El ‘redescubrimiento’ de Jevons obedece más a una resignificación de algunas ideas
de Cantillon que éste último extrae como precursoras o antecedentes afines al paradigma neoclásico
que Jevons coadyuvaría a imponer entonces en la disciplina.
22
El sistema de mercado. Cantillon concebía la economía como un sistema organizado de
mercados interrelacionados que funcionaban de tal manera que alcanzaban un tipo de equilibrio. Los
individuos de la economía estaban relacionados entre sí por una mutua dependencia y las
instituciones del sistema evolucionaban a lo largo del tiempo en respuesta a las «necesidades», más
o menos perentorias. El sistema tiende a su ajuste por el libre juego de los empresarios egoístas que
dirigen «todo el trueque y la circulación del Estado» (Ensaya, p. 45). Considerando la época en la que
Cantillon escribía, otorga al príncipe un perfil notablemente bajo, hecho que revela la convicción de
Cantillon de que un sistema de mercado funciona mejor sin interferencias del gobierno. Los
empresarios, como otros participantes en el mercado, están relacionados recíprocamente, en tanto
que «son consumidores y clientes los unos respecto de los otros»24. Su número se regula, por tanto,
por el número de clientes, o la demanda total, de sus servicios, y sus decisiones se toman en
condiciones de incertidumbre acerca del futuro.
La estructura del sistema económico de Cantillon es jerárquica. Los terratenientes ocupan el
estrato superior del orden económico y social, y se les representa como financieramente
independientes, aunque su renta procede de los habitantes de un Estado, que a su vez dependen de
los propietarios; para obtener los recursos naturales de la producción. Los derechos de propiedad
privada se consideran esenciales para el correcto funcionamiento de un sistema de mercados. Los
empresarios ocupan el estrato medio en la jerarquía de Cantillon, pero ... su papel es vital
y omnipresente. Son ellos los que continuamente reaccionan ante los movimientos de
precios en los mercados específicos para conseguir un equilibrio provisional entre las
ofertas y demandas particulares.
Viendo la economía como una red de intercambios recíprocos, Cantillon proporcionó una de las primeras explicaciones más claras del precio de mercado. Su noción del
valor intrínseco (la medida de la cantidad y calidad de la tierra y el trabajo que entra en la
producción) constituye un primer intento de basar el precio en alguna medida de los
costes «reales», al menos en lo que se refiere a los valores de equilibrio a largo plazo. Sin
embargo; cuando trata del precio de «mercado» a corto plazo, Cantillon parece
dispuesto a admitir valoraciones subjetivas. Advirtió que «ocurre a menudo que muchas
cosas, actualmente dotadas de un cierto valor intrínseco, no se venden en el mercado
conforme a ese valor ello depende del humor y la fantasía de los hombres y del
consumo que de tajes productos se hace» (Ensayo, p. 28). Otra razón por la que los
precios de mercado pueden ser distintos a los valores intrínsecos es que los planes de
los productores y de sus clientes pueden no estar coordinados. En efecto, parecería
imposible alcanzar siempre una coordinación perfecta. Cantillon observó que «jamás
existe variación en el valor intrínseco de las cosas25, pero la imposibilidad de
adecuar la producción de mercancías y productos a su consumo en un Estado origina
una variación cotidiana, y un flujo y reflujo perpetuos en los precios del mercado»
(Ensayo, p. 29).”
Sólo hay que sustituir la palabra «intrínseco» por «natural26» (precio natural)
para apreciar cuan cerca de Adam Smith se encuentra este análisis ..., y considerar que
si Cantillon hubiera ido un poco más lejos habría proporcionado una importante
descripción del mecanismo de los precios. Pero hizo algo en este sentido, suministrando
una explicación rudimentaria de la. red de señales de precios que sirve para relacionar
24
Primera noción de lo que posteriormente veremos desarrollarse como “La ley de Say”.
¿Acaso esa fijeza o constancia de los precios se debiera a que, en la Francia de su tiempo, no
observaba significativos cambios técnicos en los procesos de producción que se desatarían
impetuosamente casi medio siglo después, y menos aún del vertiginoso cambio en las pautas de
consumo que comenzaría casi un siglo y medio más tarde?
26
Smith empleará persistentemente los términos precio de mercado y precio natural, por analogía,
éste último con la terminología newtoniana dominante de “leyes y magnitudes naturales” de la teoría
clásica de la gravitación universal.
23
25
los diferentes mercados”.
“El proceso de negociación descrito por Cantillon refleja la información poseída
por los participantes en el mercado y el grado de coordinación de los planes
individuales. Cantillon describió la manera en que los planes dispersos tendían a hacer
que los precios no coincidiesen con los costes (es decir, con el valor intrínseco);
Si los campesinos de un Estado siembran más trigo que de ordinario, es decir, mucho más del
que hace falta para el consumo del año, el valor intrínseco y real (precio natural) del trigo corresponderá a la tierra y al trabajo que intervinieron en su producción; pero a causa de esta excesiva
abundancia, y existiendo más vendedores que compradores, el precio del trigo en el mercado descenderá
necesariamente por debajo del precio o valor intrínseco. Sí, a la inversa, los agricultores siembran
menos trigo del necesario para el consumo, habrá más compradores que vendedores, y el precio del trigo
en el mercado se elevará por encima de su valor intrínseco (precio natural) (Ensayo, p. 29)
El siguiente pasaje es rico en sugerencias del egoísmo como fuerza motriz, de los
precios relativos como señales, para ajustar el uso de los recursos y de los costes de
oportunidad como una base de la toma de decisiones económicas:
Si algunos de los colonos siembran en su granja o parcela más cereales que de ordinario, será
necesario que críen un número más reducido de carneros, y tendrán menos lana y menos carne para
vender; por consiguiente, habrá demasiado grano y poca lana para el consumo de los habitantes. La
lana se encarecerá, obligando a los habitantes a llevar sus trajes durante más tiempo del
acostumbrado, y habrá un gran mercado de granos y un excedente para el siguiente año los colonos...
tendrán buen cuidado de producir menos trigo y más lana; porque los colonos se esfuerzan siempre por
emplear sus tierras produciendo aquellos artículos que a su juicio obtendrán un precio más alto en el
mercado. Pero si en el año siguiente dispusieran de lana en exceso y hubiera escasez de cereales
para el consumo, cambiarían de nuevo, de un año a otro, el empleo de las tierras, hasta proporcionar
aproximadamente sus productos al consumo de los habitantes. Así, un granjero que haya logrado
ajustarse, poco más o menos, a las exigencias del consumo, destinará una porción de sus tierras a
praderas, para disponer de heno; otra a cereales, a lana, y así sucesivamente; y no cambiará de
método a menos que no advierta alguna variación considerable en el consumo 27 (Ensayo, pp. 47-48).
De esta manera, Cantillon demostraba cómo los planes inicialmente
incompatibles de compradores y vendedores se hacían mutuamente compatibles a lo
largo del tiempo por medio de los ajustes egoístas ante las variaciones de los precios
relativos” (¿de mercado? o ¿intrínsecos?), “el mismo tipo de fenómeno se manifiesta en
los mercados de factores. Cantillon habló de la tendencia del trabajo a ajustarse
normalmente a la demanda. El énfasis en las fuerzas naturales para asignar el trabajo
a los diferentes empleos es claro cuando Cantillon habla de la tradición de educar a los
hijos en la profesión de sus padres. Si los trabajadores de la aldea educan varios hijos
para su mismo trabajo, «los adultos excedentes... [tendrán que ir] ... a cualquier otra
parte para ganarse la vida, como ocurre ordinariamente en las ciudades; si algunos de
ellos permanecen junto a su padre, como no todos encontrarán ocupación suficiente,
vivirán en un estado de gran pobreza» 28 (Ensayo, p, 25). Las disminuciones o
aumentos de la demanda a corto plazo producirían temporalmente rendimientos
menores o mayores de las varias clases de trabajo, pero Cantillon contempla un ajuste,
con el tiempo, hacia el equilibrio (¿de largo plazo?). Observó correctamente que
después de una emigración y/o inmigración «los que permanezcan en el poblado
guardan constantemente proporción con el empleo suficiente para permitirles subsistir; y
27
Esta teorización respecto de “asignación entre usos alternativos y costo de oportunidad” será
retomada en el estudio de la renta de la tierra de Smith.
28
La distinción entre pobreza y gran pobreza ¿sería asimilable a la distinción entre pobreza e
indigencia?
24
cuando sobreviene un aumento constante de trabajo, hay algo que ganar, y otros
afluyen para compartir la tarea» (Ensayo, p. 26). Dado un aumento permanente de la
demanda de trabajo, el mecanismo de asignación que Cantillon establece es casi tan
claro como el que desarrollaría la economía neoclásica29.
Competencia y empresariado. Como Adam Smith, que iba a seguirle, Cantillon
concebía la competencia como algo diferente a lo que se presenta en los actuales
textos introductorias de economía. No pensaba en la competencia como una lista de
condiciones que definen una estructura de mercado especifica, sino más bien en un
proceso de rivalidad entre contendientes que compiten por los mismos clientes 30. En
este proceso competitivo, Cantillon centró la atención en el papel e importancia del
empresario. Vio la economía en términos de clases de individuos, cada una de ellas
definida por una función económica principal:
Cabe afirmar que si se exceptúan el príncipe y los terratenientes31, todos los habitantes de un
Estado son dependientes; que pueden, éstos, dividirse en dos clases: empresarios y gente
asalariada; que los empresarios viven, por decirlo así, de ingresos inciertos, y todos los demás cuentan
con ingresos ciertos durante el tiempo que de ellos gozan, aunque sus funciones y su rango sean muy
desiguales, El general que tiene una paga, el cortesano que cuenta, con una pensión y el criado que
dispone de un salario, todos ellos quedan incluidos en este último grupo. Todos los demás son
empresarios, y ya se establezcan con un capital para desenvolver su empresa, o bien sean empresarios
de su propio trabajo, sin fondos de ninguna clase, pueden ser considerados como viviendo de un modo
incierto; los mendigos mismos y los ladrones son «empresarios» de esta naturaleza (Ensayo, p. 43).
Está claro que para Cantillon los requisitos necesarios para entrar en la clase
empresarial son mínimos, y también está claro que los empresarios van y vienen,
dependiendo de las vicisitudes del mercado. La esencia de la actividad empresarial consiste
en la asunción del riesgo. En el caso del empresario-comerciante, éste compra, bienes
a un precio conocido para revenderlos «en grandes o pequeñas cantidades a un precio
incierto». Por lo tanto, el mercado no está hecho para los pusilánimes o para aquellos
que tienen aversión al riesgo. Como observó Cantillon:
Estos empresarios no pueden saber jamás cuál será el volumen del consumo en su ciudad, ni
cuánto tiempo seguirán comprándoles sus clientes, ya que los competidores tratarán, por todos los
medios, de arrebatarles la clientela: todo esto es causa de tanta incertidumbre entre los empresarios,
que cada día algunos de ellos caen en bancarrota (Ensayo, p. 41).
Cantillon tuvo también una noción de «equilibrio general» sobre el modo de funcionar de un sistema de mercado. Es decir, que reconoció las interrelaciones entre los
mercados de productos y los mercados de recursos. Los empresarios eran «asignados»
según el mismo mecanismo que asigna trabajadores o bienes:
Todos estos empresarios se convierten en consumidores y clientes unos de otros, recíprocamente; el lencero, del vinatero; éste del lencero, En un Estado va siendo su número proporcionado a
29
Parece una valoración apresurada, pues no habiendo Cantillon desarrollado ninguna teorización
explicita de los costos, y dado que ha afirmado que los valores intrínsecos de los bienes no cambian
jamás, lo único que podría ajustarse por el movimiento indicado son las cantidades de bienes y
ocupaciones y producciones sectoriales, cambiando sus abundancias o escasez relativas, pero (vaya
pero!) volviendo los precios de mercados a los mismos precios relativos fijos de antes (valores
intrínsecos incambiados), caso que, justamente, poco tiene de tan plena afinidad con el enfoque
neoclásico que veremos en el tramo final de éste curso.
30
Más adelante en el curso estudiaremos los modelos básicos, aportados por autores posteriores, de
duopolio, oligopolios y monopolio bilateral.
31
El primero de los dos estratos, el alto, arriba indicado, que, con esta nueva subdivisión que ahora
sigue, terminan siendo tres clases: terratenientes, capitalistas y obreros.
25
su clientela, o al consumo que ésta hace. Si existen sombrereros en exceso en una ciudad o en una
calle, para el número de personas que en ella compran sombreros, algunos de los menos acreditados
ante la clientela caerán en bancarrota; si el número es escaso, otros sombrereros considerarán
ventajosa la empresa de abrir una tienda, y así es como los empresarios de todo género se ajustan y
proporcionan automáticamente a los riesgos, en un Estado (Ensayo, p. 42).
Una nota final sobre la teoría del empresario de Cantillon: no es algo incidental
en el mercado; es más bien una parte integrante del mismo. Cantillon intentó establecer
como principio básico «que todo el trueque y la circulación del Estado se realiza por
mediación de «empresarios» (Ensayo, p. 45), Así, para Cantillon, la actividad empresarial
es la esencia de la competencia y viceversa.
El efecto del dinero sobre los precios y la producción. A pesar del
impresionante tratamiento que hace Cantillon de los principios económicos
fundamentales antes destacados, es en el área de la teoría monetaria donde su
genio brilló con más plenitud. Él inició la aproximación a la teoría monetaria por la
vía de la ‘renta’: el análisis de la cadena causal que relaciona las variaciones de la
masa monetaria con las del gasto agregado, la ‘renta’, el empleo y los precios ... Su análisis
empieza con una descripción de las «tres rentas», las corrientes de renta y gasto del sector agrícola.
El agricultor paga una renta al propietario; realiza un segundo gasto en trabajo, ganado y bienes
manufacturados; e ingresa un residuo (la tercera «renta») que constituye su ‘renta’ neta. En la
sección siguiente veremos cómo esta noción más bien tosca de los flujos de ‘renta’ entre los sectores
fue refinada por el fisiócrata francés Francois Quesnay en su Tableau Economique.
Mostrando una inclinación empírica que rivaliza con la de Petty, Cantillon construyó [¿su
aproximación cuantitativa del dinero?] sobre su idea de las ‘tres rentas’, realizando estimaciones de
la masa monetaria requerida para que la economía funcionase de modo uniforme. Haciéndolo así
proporcionaba la primera explicación clara de la velocidad del dinero:
Pero en los Estados donde el dinero es más raro ocurre con frecuencia que las transacciones por
vía de evaluación son más numerosas que en aquellos Estados donde el dinero es más abundante, y por
consiguiente la circulación resulta más rápida y menos retardada que en los Estados donde el dinero no
escasea tanto. Así, para estimar la cantidad de dinero circulante, hay que considerar siempre la
velocidad de su circulación (Ensayo, pp. 87-88).
Sin embargo, en último término, fue el análisis de Cantillon sobre los efectos de los cambios
en la masa monetaria el que estableció definitivamente su derecho a la fama. Citando la «teoría
cuantitativa» de John Locke, Cantillon declaró: «Todo el mundo reconoce que la abundancia de dinero
o su aumento en el cambio encarece el precio de todas las cosas (¿nivel de precios?). La cantidad
de dinero que se ha traído de América a Europa durante los dos últimos siglos justifica esta verdad
por la experiencia... La dificultad... consiste en saber por qué vía y en qué proporción el aumento de
eleva el precio de las cosas» (Ensayo, p. 105).
Como Newton, con quien ya lo hemos comparado, Cantillon completó sus principios
analíticos con investigación empírica. Desgraciadamente, esta investigación se perdió para las
generaciones futuras, pero apoyándose en ella Cantillon [quedó] convencido de que la relación
entre dinero y precios no era tan simple y directa como generalmente supusieron los primeros
defensores de la teoría cuantitativa. El no tuvo ningún problema en distinguir entre precios
relativos y nivel de precios, y razonó correctamente que los efectos de las variaciones monetarias
sobre los precios relativos32 dependen de por dónde entra el nuevo dinero en la economía y por qué
32
Recuerde que si los precios relativos intrínsecos o naturales son constantes (“no cambian jamás”),
el mecanismo de precios de mercado sólo cambia la asignación de recursos y composición de
cantidades físicas de bienes que se producen en la economía. Cabría entonces deducir que los
precios relativos de mercado cambian a corto plazo, recomponiendo cantidades de recursos y bienes
sectoriales, pero que a largo plazo retorna a los precios relativos naturales o reales constantes,
26
manos pasa en primer lugar. Si el aumento de dinero tiene lugar en manos de los que gastan, éstos
aumentarán el gasto en determinados bienes, elevando los precios de los mismos. Dado que algunos
bienes probablemente se adquirirán más que otros, «según el capricho de los que adquieren el
dinero», los precios relativos necesariamente se alterarán. Si, en cambio, la abundancia de dinero
en el Estado a través de las gentes que lo ahorran (ahorro) y que, por lo mismo, lo utilizan para
aumentar los fondos prestables, la tasa de interés corriente disminuirá, ceteris paribus, y la
composición del producto total se modificará a favor de la inversión (Ensayo, p. 136). Esta noción
proporcionaba el germen de una teoría de los ciclos económicos inconfundiblemente austriaca,
desarrollada en la década de 1930 por Friedrich von Hayek.
Es digno de notarse que Cantillon rehusó separar la teoría monetaria de la teoría
del valor. Defendió una teoría del interés basada en los fondos prestables, afirmando que
«del mismo modo que los precios de las cosas se fijan con motivo de las
transacciones en los mercados, estableciéndose una proporción numérica entre
vendedores y compradores, así el interés del dinero en un Estado se determina por la
proporción numérica entre prestamistas y prestatarios» (Ensayo, p. 127). Teniendo en
cuenta los precios relativos, Cantillon estudió los efectos del nuevo dinero sobre los tipos
de interés y concluyó una vez más que los aspectos específicos de la demanda son
fundamentales:
Si la abundancia de dinero en el Estado viene a través de las gentes que lo prestan,
disminuirá sin duda, el interés corriente 33; conforme aumenta el número de prestamistas; pero si
llega por mediación de personas que lo gastan, tendrá el efecto inverso, y elevará el tipo de
interés aumentando el número de empresarios que encontrarán trabajo como consecuencia de
este aumento en los gastos (demanda), viéndose obligados a tornar dinero a préstamo, para
(invertir) ampliar su ‘industria’ a toda clase de clientes (Ensayo, p. 136).
En efecto, Cantillon vio con toda claridad lo que parece que muchos autores del
siglo siguiente no lograron ver, es decir, que una entrada de metales preciosos puede
actuar de dos maneras. El producto de las minas puede ser prestado -lo que tenderá
a reducir el tipo de interés - o puede ser gastado -lo que estimula directamente la
producción - aumentará la demanda de préstamos -anticipando la realización de un
beneficio- y elevará el tipo que la gente está dispuesta a pagar por tales préstamos.
De todos los autores económicos de la época mercantilista, Cantillon fue el que
más se aproximó a la fundamentación de un sistema opuesto de pensamiento
económico. Con todo, incluso Cantillon conservó algunas nociones mercantilistas
relativas a la balanza comercial34. Además, como banquero, su punto de vista era más
bien diferente del de los filósofos que iban a construir la nueva ciencia de la economía.
Pero su obra era sólida. Adam Smith la citó por su nombre, lo que no es frecuente en
La Riqueza de las Naciones. El trabajo no publicado de Cantillon también circuló en
Francia y debe considerarse como un factor importante en la formación del
pensamiento de los fisiócratas.
aunque con el efecto real en la composición del producto (en clases verá una ilustración gráfica de
éstas ideas mediante el uso de la Frontera de Posibilidades de Producción (FPP) tipo lineal ante
cambios en la composición de bienes demandados.
33
¿interés de mercado o natural? ¿interés nominal o interés real?
34
Si bien el objetivo aquí no es estudiar la teoría de cada autor, si no que nos basta, como dijimos al
inicio, mediante un rápido pasaje por sus ideas, con usarlos para recuperar el conjunto de temas
principales que han ido armando la agenda y modos de articulación de los modelos que conformarían
una teorización más completa, para así concluir el curso con un panorama nocional de la Teoría
Económica y sus limitaciones, advertimos aquí que es una lástima no tener espacio para tratar con
más detalle las “nociones mercantilistas relativas a la balanza comercial” de Cantillon, pues ello nos
permitiría dar otra luz muy distinta sobre ésta particular interpretación de corte neoclásico que sobre
sus ideas respecto a los precios, mercados, y dinero, particularmente su supuesto enfoque
cuantitativo, ofrece el manual citado.
27
Apartado 4: LOS FISIÓCRATAS.
Catorce máximas de gobierno o política económica extraídas por Higgs35 de
una obra de Quesnay en un artículo publicado en la Enciclopedia del
Iluminismo:
1) El trabajo gastado en la ‘industria’ (les travaux d’industrie), por oposición a la
agricultura, no multiplica la riqueza, aunque 2) contribuye a la población y al
aumento de riqueza, a menos de que 3) ocupe gente en detrimento de la
agricultura, caso en el cual tiene el efecto contrario. 4) La riqueza del agricultor
provoca riqueza agrícola. 5) El trabajo ‘industrial’ tiende a aumentar el ingreso
derivado de la tierra, y éste, a su vez, sostiene a la ‘industria’. 6) Una nación
que haga un gran comercio de sus materias primas puede siempre sostener un
comercio relativamente grande en manufacturas; pero 7) si tiene poco del
primero y se ve reducido al segundo para alimentarse, se encontrará en una
posición peligrosa e insegura. 8) Un gran comercio interior en artículos
manufacturados sólo puede mantenerse con el ingreso derivado de la tierra. 9)
Una nación que tenga un gran territorio y que desprecie sus materias primas a
fin de favorecer la manufactura, se destruye a sí misma en todos los sentidos.
10) Las ventajas del comercio exterior no consisten en aumentar la cantidad de
dinero. 11) La balanza comercial no es una indicación (no es EL indicador) de
las ventajas del comercio o del estado de la riqueza de cada país, que 12)
debe juzgarse por el comercio interior y el exterior, y sobre todo por el primero.
13) Una. nación que saque el mejor partido posible de su suelo, sus habitantes
y su navegación no tiene por qué envidiar el comercio de sus vecinos, y 14) en
el comercio recíproco las naciones que venden las mercancías más útiles o
necesarias tienen ventaja sobre aquellas que venden artículos de lujo. Por
último, resume las medidas que el gobierno debería tomar en beneficio de la
prosperidad del país: libertad de producción y circulación de mercancías;
abolición o disminución de los peajes en el transporte; extinción de los
privilegios locales o personales en los derechos de este mismo carácter;
reparación de los caminos y mejora de las comunicaciones fluviales; supresión
de las facultades discrecionales arbitrarias que tienen algunos particulares en
los gobiernos locales, en lo que concierne a la recaudación de ingresos del
estado. Si se hicieran estas reformas, habría progreso.
A efectos de comprender las dificultades que Voltarie, los enciclopedistas, fisiócratas
y demás autores del siglo XVIII debían sortear para lograr publicar sus obras
eludiendo la censura, y en consecuencia, para que conceda Ud.“complicidad” lectora
semejante a las entre líneas de los fisiócratas que se citen abajo, tal cual la que solía
otorgarse a los cantantes, periodistas, etc. de la reciente época dictatorial uruguaya,
vale traer la siguiente cita:
En abril de 1757, un feroz edicto real decretó la pena de muerte para "todos cuantos
queden convictos de haber escrito o impreso cualesquiera obras destinadas a atacar la
religión, desconocer la autoridad real o perturbar el orden y la tranquilidad del reino”
En 1764, otro decreto prohibió la publicación de obras sobre la hacienda pública.
Los libros, los folletos y hasta los prefacios de obras teatrales quedaron sometidos
a los más detallados escrutinio y fiscalización. Se dictaron sentencias que variaron
de la picota y la flagelación a nueve años de galeras por la compra o la venta de
ejemplares de La Pucelle o el Dictionnaire philosophique de Voltaire. En 1762,
d'Alembert escribió a Voltaire: "No puede imaginarse a qué grado la Inquisición
ha llegado (en Francia). Los inspectores del pensamiento... borran de todos los
libros palabras como superstición, indulgencia, persecución.". En ese contexto el abate
Galiani “redefinió” la elocuencia de quienes lograban publicar “como el arte de poder
35
Los fisiócratas. Henry Higgs, FCE.
28
decir algo sin ser enviado a la Bastilla”.
Lo que sigue en este apartado vuelven a ser extractos reordenados por nosotros, y
con las intervenciones inicialmente alertadas, del texto de Ekelund y Hébert ya
citado.
“Toda nueva ciencia requiere una filosofía, y la filosofía del capitalismo que Adam Smith
pronto enunciaría tan bien, estaba apareciendo, como un capullo, a mediados del siglo XVIII. En
esa época surgió un grupo de escritores franceses que reclamaban el nombre de «economistas».
Este grupo formaba la primera «escuela de pensamiento» real en la economía. Más tarde serían
rebautizados como «fisiócratas», a causa de que la palabra «economista» adquirió un significado
más genérico. El término «fisiocracia» significa «gobierno de la naturaleza». En este caso es
apropiado, porque los autores en cuestión creían en la ley natural y en la primacía de la agricultura.
El líder intelectual de los fisiócratas era Francois Quesnay, médico de la corte de Luis XV y
Madame de Pompadour. Quesnay y el pequeño grupo de discípulos que se reunían a su
alrededor desplazaron las fronteras teóricas de la nueva ciencia e infundieron en ella una filosofía
subyacente. La fisiocracia apelaba a principios racionales: afirmaba que todos los hechos sociales
están unidos por los lazos de leyes inevitables (¿objetivas?), a las que deben obedecer los
individuos y los gobiernos, una vez que las han comprendido. La doctrina fisiocrática ejerció una
importante influencia en Adam Smith, que conoció a Quesnay36.
En este capítulo trataremos los fisiócratas como grupo, aunque, como los mercantilistas,
formaban un grupo heterogéneo. Sus publicaciones se sucedieron casi sin interrupción entre 1756
y 1778. Sus miembros incluían al Marqués de Mirabeau, Mercier de la Riviére, Dupont de
Nemours, Le Trosne y Nicholas Baudeau, El ministro francés Turgot se aproximó a la doctrina
fisiocrática, pero no llegó a considerarse miembro de su circulo más íntimo.
El tipo de lamentaciones expresadas por Boisguillebert a la vuelta del siglo XVIII no recibió
la atención del monarca entonces reinante en Francia. Luis XIV, ni tampoco la de sus dos
sucesores en el trono. Luis XV fue el último rey francés que ejerció el poder real sin ninguna
limitación, y las consecuencias de este hecho fueron mucho más perjudiciales para Francia
durante su reinado que durante el de su predecesor, el «Rey Sol»; Luis XV hundió a Francia en
guerras innecesarias que agotaron el tesoro estatal. Sus súbditos (la nobleza siempre estuvo
exenta) estaban sometidos a un sistema fiscal opresivo con el que se trataba de mitigar los
efectos de las desastrosas guerras y de una vida cortesana, extravagante ...”
“Dos tercios del territorio francés eran propiedad del clero y la nobleza, que estaban
exentos dé impuestos. Los agricultores ordinarios tenían que entregar una gran parte de su
producto al terrateniente y el resto estaba fuertemente gravado. La acumulación de capital al nivel
de la producción era virtualmente imposible, Los mercados interiores y las rentas personales se
veían aún más limitados por la política mercantilista de reducción de salarios y otros costes de
producción, a fin de estimular las exportaciones. Como muy bien ha dicho Lewis Haney,
«Francia era como un gran ferrocarril o como una gran fábrica que no había provisto ninguna
cantidad para depreciación o agotamiento de su equipo; su capacidad productiva estaba
perjudicada y su crédito se había agotado» (Hlstory of Economic Thought, p. 176). La
fisiocracia surgió como reacción a este estado de cosas.”
“Los fisiócratas fueron constructores de sistemas (teóricos), en una escala ligeramente
mayor que Cantillon, pero menor que Adam Smith. Hacia 1750, Quesnay y su cohorte, y Vincent
Gournay, se preguntaban «sí la naturaleza de las cosas no tiende hacia una ciencia de la
36
David Hume, amigo de Smith y que también visitó a Quesnay en 1763, juzgó, en carta a Morelet del
10 de julio 1769, a los fisiócratas como “el grupo de hombres más quiméricos y arrogantes que
puedan ser encontrados desde la destrucción de la Sorbona” (‘destrucción’, como metáfora,
refiriéndose al fin del “imperio teológico-intelectual” que había ejercido esa institución en la cultura
europea) .
29
economía política, y cuáles serían los principios de esta ciencia» (citado en Baur, «Studies», p. 100).
Bajo el liderazgo de Quesnay, la fisiocracia se dedicó al descubrimiento de estos principios. Su
filosofía subyacente era la filosofía medieval del derecho natural (ius naturae), pero la fisiocracia
también siguió a Locke al destacar los derechos individuales y la justificación de la propiedad
privada que se basa en ellos. Básicamente era una reacción contra el mercantilismo, pero
aparentemente un tanto rara, puesto que al mismo tiempo que defendían el librecambio, y el
interés individual los fisiócratas continuaban elogiando la autoridad absoluta37. Una explicación de
esta aparente paradoja es que
los fisiócratas fueron un partido cortesano, aunque radical. La critica directa de los abusos
existentes y la libertad de expresión les estaban prohibidas. La única vía que se les ofrecía a los
reformadores era la de oponer al poder arbitrario un poder superior: las leyes de la naturaleza. Este es, por
tanto, el verdadero origen de su jus naturae (Baur, «Studies», p. 106).
El punto importante de este pasaje está en que aunque se haya insistido mucho en el
modo casi metafísico en que los fisiócratas apelaron a un «orden natural»38 ... es más importante
considerar retrospectivamente su método económico. Lo que ellos hicieron no es muy distinto de
lo que hacen los economistas actuales. Ellos partían de la observación metódica de su mundo;
dispusieron y reunieron los hechos de acuerdo con sus causas; trataron de conformar un .sistema
analítico basado en un modelo teórico, un sistema que concordase con la solidez (realidad) de
un país que poseía un alto grado de civilización. Todo esto culminaba, para los fisiócratas, en el
Tableau Economique de Quesnay, que constituía el corazón y el alma de la economía fisiocrática.
Los fisiócratas argumentaron que la mejor manera de poner de manifiesto todos los
efectos de las opresivas políticas reales en Francia consistía en concebir el proceso de
interacción mutua en cualquier año como un flujo circular de ‘renta’ y gasto. Cualquier política
que produjera el efecto de ampliar el flujo circular era, por tanto, coherente con el crecimiento
económico, mientras que si lo limitaba no era coherente con el crecimiento económico. El mismo
concepto, considerablemente adornado y elaborado, sigue ocupando un lugar central en la
teoría macroeconómica moderna. Entonces, Quesnay escogía un factor clave en el proceso del
flujo circular y analizaba los efectos de las diversas políticas sobre la economía en su conjunto, a
37
Los fisiócratas no elogiaban la “autoridad absoluta”, ¡por Dios!, sino que, con matices personales, al
igual que su contemporáneos Voltaire, los enciclopedistas y los luego iniciadores de la revolución
francesa, propendían mayoritariamente a la “tesis real”. Es decir, a un cambio hacia la monarquía
constitucional donde se ilusionaba reformar el país mediante un “monarca ilustrado” y, sobre todo, un
régimen constitucional, al modo que se hizo y continuó en el XIX haciéndose bajo la monarquía
inglesa. Pretendían un cambio donde se le sustrajera al monarca absoluto francés la potestad de
dictar las leyes, quedando este atributo en manos del parlamento o asamblea nacional. Una
monarquía con separación de los tres poderes es un sistema que justamente no puede ser llamado
monarquía absoluta. Pretendiendo los fisiócratas impulsar reformas de las leyes económicas
fundamentales del sistema francés, logrando incluso Turgot imponer algunas en los dos años de
ministro (1774-1776), poco ha leído o entiende quien califica a los antes mencionados autores,
proclives a las reformas, como defensores del derecho divino o de la monarquía absoluta. Por otro
lado, no se olvide que Luis XVI, al día siguiente a la toma de la Bastilla, ingreso a la Asamblea con la
escarapela de los revolucionarios y permaneció como monarca, con poderes ya limitados, durante los
tres primeros años de la Revolución francesa; una espiral de acontecimientos se lo tragó a él y a los
lideres iniciadores de la revolución, iniciándose así la fase final, denominada del Terror, con la
decapitación de ese rey y, también, de casi todas los restantes lideres revolucionarios no jacobinos
que no pudieron darse a la fuga. No es el objeto de esta nota discutir la importancia e influencia de
esa revolución, sino advertir de la ligereza de juicios que oscurecen la comprensión del lector,
respecto de la posible coherencia o no de las posturas de aquellos pensadores en tiempos tan
distantes y tan escurridizos a nuestra ligera mirada.
38
Respecto a las leyes naturales inherentes al «orden natural» de los fisiócratas, vale contar una
anécdota de aquella época que cuenta que “Luis XV preguntó a Quesnay qué haría si fuera rey.
‘Nada’, contestó Quesnay. ‘¿Quién, entonces, gobernaría?’ preguntó el rey. ‘Las leyes’ respondió
Quesnay”.
30
través de sus efectos sobre este factor clave. (Adviértase la metodología familiar, que los
economistas todavía siguen.)
El factor clave que Quesnay seleccionó -y que hoy se presenta como la falacia más
relevante de la doctrina fisiocrática - era la productividad exclusiva de la agricultura. En el Tableau
Economique, que el propio Quesnay tituló de esta manera por su representación visual del flujo
circular, las ‘industrias manufactureras’ y de servicios se consideraban «estériles», en el sentido de
que no contribuían en absoluto al produit net, o producto neto, 'El producto neto, a su vez, se
consideraba como la auténtica fuente de la riqueza real. Este razonamiento implica una peculiar
definición de la palabra” «productivo». Para los fisiócratas, productivo “significa creación de un
excedente; es productiva aquella ‘industria’ que produce más de lo que consume en el proceso. La
‘manufactura’ cambia simplemente la forma dé los bienes. Los fisiócratas no negaban que tales
bienes fuesen más útiles después del proceso. Pero sólo la agricultura, razonaban, es capaz de
crear riqueza adicional. Si se tiene en cuenta este único significado, por extraño que pueda
parecer desde una perspectiva moderna, las doctrinas de los fisiócratas se comprenderán con
más facilidad.
El Tableau original era un complicado cuadro numérico que representaba en forma de
zigzag los flujos de renta agregada entre las diversas clases socioeconómicas. Nosotros nos
hemos decidido, en su lugar, por una representación gráfica más sencilla, que capta, sin
embargo, la esencia del modelo de Quesnay. La figura 4.1 divide la economía en tres clases o
sectores: 1) una clase productiva, integrada enteramente por agricultores (y tal vez también
pescadores y mineros); 2) una clase estéril, compuesta por comerciantes, fabricantes, criados y
profesionales; y 3) una clase propietaria, que incluye no sólo a los terratenientes, sino también a
los que posean el más mínimo titulo de soberanía de cualquier clase” (minas, por ejemplo). “Los
flujos de renta en el diagrama están representados de acuerdo con el movimiento de las agujas
del reloj. El producto neto (en términos monetarios, la renta neta) lo produce enteramente la
primera clase y puede utilizarse en su propia actividad o en la de las otras dos clases.
Utilizando las cifras de Quesnay y partiendo de una riqueza total de 3000 millones de
francos (procedente del periodo productivo” anual recién concluido)39, “se supone que para el
mantenimiento de la ciase productiva y de su ganado durante el año se necesitan 1500 millones
de francos. Se representan en el gráfico 4.1 como pagos del sector agrícola a sí mismo, por lo
que esta parte no circula” intersectorialmente. “Además, el sector agrícola gasta 500 millones de
francos en bienes manufacturados (y servicios), que también son necesarios para mantener a los
agricultores durante el año. Los 1000 millones de francos restantes van a los propietarios en
forma de rentas e impuestos. Estos últimos 1000 millones representan el producto neto, o sea, el
excedente por encima de los costes necesarios (los fisiócratas no consideraron las rentas y los
impuestos como costes necesarios de producción, sino más bien como excedentes).40
El circuito se completa cuando los propietarios gastan su renta (500 millones en alimentos
y 500.millones en manufacturas) y los miembros de la clase estéril gastan la suya (500 millones en
alimentos y 500 millones en materias primas). Así, los 3.000 millones de francos gastados
originalmente por los agricultores vuelven a ellos, 500 millones de los propietarios y 1000 millones
de los artesanos, y el proceso continúa indefinidamente. Nótese, sin embargo, que los agricultores
son los únicos que obtienen un producto neto, es decir, una cifra superior a la de sus costes de
mantenimiento y de sus actividades agrícolas.
39
Las cifras del manual citado se han modificado aquí para que sean proporcionales a los de los
ejemplos numéricos del Apartado 6 posterior. Multiplicando aquellos valores por 100, se tienen las
cifras aquí usadas.
40
De modo que si la producción agrícola (Qt donde t es fecha de cierre) es de $5000 y los fondos al inicio del
período o adelantados en ese sector (Qt-1donde t-1 es fecha de inicio)ascienden a $3000 ($2000 + $1000) el
producto neto (∆Q) es $ 2000 (Qt - Qt-1) =∆Q.
31
Gráfico 4.1
La política fisiocrática. Este resumen proporciona, en el mejor de los casos, sólo una
pálida idea de las vastas complejidades implicadas en la acción de seguir el crecimiento de los
ingresos a lo largo del tiempo; algo en que los fisiócratas estabas extremadamente
interesados y de una forma entusiasta. Sin embargo, el modelo del flujo circular nos
proporciona intuiciones importantes de sus prescripciones políticas. Los fisiócratas
buscaban políticas para estimular la acumulación de capital, que se encontraba frenada
por una excesiva carga fiscal sobre los agricultores. Así, ellos argumentaron a favor de la
reforma fiscal.
El gasto realizado por el sector agrícola en mantenimiento, bienes
manufacturados, rentas e impuestos vuelve a dicho sector a través de los artesanos,
de los propietarios y de los propios agricultores.
Quesnay había calculado la suma y la productividad del capital necesario para
llegar a un estado satisfactorio de la agricultura, y siguiendo a Cantillon estaba
convencido de que la aplicación de capital a la agricultura era la única forma de obtener
un producto neto imponible. La cuestión estaba en satisfacer las necesidades del tesoro
al mismo tiempo que se suprimían los medios irracionales de valoración que impedían el
desarrollo agrícola. La solución a ambos problemas estaba sencillamente en gravar
fiscalmente al terrateniente. Los fisiócratas consideraron que la recaudación fiscal de la
Francia prerrevolucionaria era muy ineficiente. El método más eficiente consistiría
simplemente en gravar al grupo que en última instancia pagaba el impuesto. Dado que
los impuestos sólo se pueden pagar tomando su importe del producto neto, tenían que
exigirse a los que percibían el producto neto. Al mismo tiempo, el conjunto de tipos
impositivos tendría que ser el adecuado para que los ingresos fiscales” (su monto) “fuesen
suficientes para satisfacer las necesidades del Estado”.
En la visión fisiocrática la “fuente de acumulación de capital para la inversión
agrícola era la renta de la tierra, en tanto que los terratenientes eran responsables de las
mejoras de la tierra. Sin embargo, las restricciones mercantilistas sobre el librecambio de
los productos agrícolas mantenían bajos los precios (y por tanto las rentas de las tierras),
mediante la restricción de la demanda. Así, los fisiócratas argumentaron en favor del
librecambio. Ellos creían que la eliminación de estas restricciones y una política general
de «¡fuera las manos!» (es decir, de no intervención) por parte del gobierno, haría
32
posible que el capital fluyese libremente hacia el sector agrícola y que el flujo circular
se ampliase a lo largo del tiempo, de acuerdo con las «leyes de la naturaleza».
En este punto es posible que se tienda a considerar a los fisiócratas como enemigos de
la clase terrateniente. Nada podría estar más lejos de la verdad. Los fisiócratas no desafiaron
nunca la institución de la propiedad privada ni la elevada posición de los terratenientes. En vez de
ello, consideraron a los propietarios como miembros de la sociedad que eran tan valiosos como
necesarios para el proceso de desarrollo. Después de todo, era el propietario quien había
realizado la inversión inicial para poner la tierra en condiciones de ser arada y quien había
introducido determinadas mejoras antes de entregarla a los agricultores para su cultivo. Y por
esto tenía derecho a una parte de su producto anual.”
“Entonces, ¿por qué penalizarían los fisiócratas a los terratenientes proponiendo un
impuesto sobre las rentas de la tierra? Los fisiócratas argumentaban que cualquier desventaja
inmediata para los propietarios que pudiera suponer el impuesto se vería más que compensada
a largo plazo por los incrementos subsiguientes a la inversión agrícola y por los mayores valores
que alcanzaría el producto neto, y, consiguientemente, también las rentas. En síntesis, los
terratenientes eran una clase privilegiada, pero sus responsabilidades se consideraban
proporcionadas a su elevada posición en la sociedad.
En el análisis final es, quizás, tan importante comprender cómo razonaron los fisiócratas
como lo es entender lo que tenían que decir. Como muchos escritores sociales que les
siguieron, ellos concebían la economía como fundamentalmente orgánica. La vieron como una
amalgama extremadamente compleja y delicada de partes constituyentes -vinculadas por el
mecanismo del intercambio en el mercado -, en la que cualquier trastorno que se produjera en
una parte, con el tiempo, se transmitía a todas las demás partes, a través del proceso de
interacción y reacción. El suyo podría considerarse como el primer análisis del equilibrio general
... y no debe pasarse por alto la analogía entre esta visión de la economía y la del cuerpo
humano que generalmente sostiene un médico, como lo era Quesnay. Anatómicamente, un
trastorno en una parte del cuerpo -el estómago, por ejemplo - se transmite, tarde o temprano,
a las demás partes, que interactúan y reaccionan para compensar el trastorno inicial. En la
economía, un trastorno en la producción produce un trastorno en la demanda” (vale por
consumo en los fisiócratas) “y viceversa, a causa de la mutua interdependencia de ambas.
La economía fisiocrática fue criticada en su propia época, pero en general, como cuerpo
de principios sistemáticos, mantuvo su influencia durante las dos décadas que transcurrieron
antes de la aparición de La Riqueza de las Naciones en 1776, El italiano Galiani, reaccionando
contra la fisiocracia, se opuso tanto a la idea de un orden natural como al intento de construir
sistemas económicos41. El filósofo francés Condillac refutó correctamente la idea de que las
‘manufacturas’ sean estériles y contribuyó significativamente a la teoría del valor” (subjetiva, o
basada en la utilidad de los bienes), “tema que a los fisiócratas sólo les interesó de un modo
tangencial, porque les preocupaban más la producción y la distribución que la teoría del cambio,
Pero estas quejas no amenazaron seriamente el prestigio de los economistas franceses.”
“Los fisiócratas argumentaban que la ‘manufactura’ era estéril en este sentido solamente
en condiciones de libre competencia. Ellos estaban perfectamente dispuestos a admitir que en
condiciones de monopolio, la ‘manufactura’ podía producir un excedente de valor por encima de los
costes necesarios.” Aunque, según teorizaciones posteriores, “en condiciones competitivas, el precio
41
El Abate Galiani, citado ya anteriormente, quien llegó a París desde Nápoles en 1761, objetó la
noción de “orden natural” desde la defensa de la religión, aduciendo que la tesis de "seguir a la
naturaleza" era un consejo insensato que reduciría a los hombres civilizados a la brutalidad y el
salvajismo; que las pruebas de un designio en el universo e abrumadoras; y que el escepticismo
llevaba al vacío intelectual y la desesperación espiritual. Respecto a las propuestas económicas
derivadas por los fisiócratas, que es lo que no interesa aquí, alegó que “liberar el comercio de granos
de toda reglamentación arruinaría a los agricultores de Francia y podría producir una hambruna en el
país, pues los mercaderes avivados exportarían los cereales franceses a otros países.”
33
(de equilibrio) a largo plazo equivale precisamente al coste total medio de producción. Y en la
Francia del siglo XVIII, esta observación parece estar de acuerdo con la experiencia de los
fisiócratas.”
“En el análisis final, la huella más permanente de los fisiócratas sobre el desarrollo del
análisis económico fue probablemente su influencia sobre Adam Smith. En la cumbre de su
actividad literaria, Adam Smith los conoció mientras desarrollaba su propia investigación sobre
la naturaleza y la función del capital en una sociedad agrícola. Estaba, por ello, expuesto al
sistemático cambio de mentalidad que finalmente cultivó en sí mismo y demostró en su
magna obra, La Riqueza de las Naciones, Por falta de este mismo cambio de mentalidad
sistemático, en otros autores, los intentos previos de construir una teoría general de la
economía en Inglaterra no habían tenido éxito.”
Apartado 5: Extractos del Capítulo IX de La Riqueza de las Naciones
(1776) de Adam Smith.
De los sistemas de agricultura, o de aquellos que representan el producto
de la tierra como el único y principal manantial de la renta y riqueza de un país
En los textos de ese capítulo que hemos seleccionado Smith en la primera
sección presenta la teorización fisiocrática y reserva para la Sección II sus opiniones
y comentarios críticos al respecto.
SECCIÓN I
...
Mr. Colbert, famoso ministro de Luis XIV, fue hombre de probidad, de
conocimientos muy profundos en las cosas más nimias, de gran experiencia y
agudeza para el examen de cuentas publicas, en una palabra, de talento singular
para establecer el buen orden y método exquisito en la recaudación y manejo de
las rentas públicas del Estado. Este ministro, por desgracia, había adoptado todas
las preocupaciones del sistema mercantil 42, sistema por su naturaleza, de restricción
y de reglamento, el cual no podía menos de ser muy conforme y agradable al genio
de un hombre laborioso, acostumbrado a constante arreglo de las oficinas públicas,
estableciendo guarderías, registros y contadurías para sujetar cada uno de aquellos
al círculo de su propia esfera. Pensó y aún procuró arreglar la ‘industria’ y el
comercio de tan vasto país sujetándose al mismo plan o modelo de los
departamentos de sus públicas oficinas, y en lugar de dejar a cada vasallo en
libertad de manejar sus intereses particulares del modo que tuviese a bien, bajo el
principio generoso de la igualdad y de la justicia, se empeñó en conceder privilegios
extraordinarios a ciertos ramos de ‘industria’ e imponer a otros importantes
restricciones. No sólo estaba aquel ministro dispuesto a animar mayormente la
‘industria’ urbana que la rústica43, sino que para sostener aquella quería abatir y
deprimir la otra. Al objeto de provocar la baratura de las provisiones para los
habitantes de las ciudades, y por este medio fomentar las manufacturas y animar el
comercio exterior, prohibió absolutamente la exportación de granos, excluyendo de
este modo a los del campo de todo mercado forastero para poder negociar y vender
las más importantes producciones de su ‘industria’44. Dicha prohibición, junto a las
42
Por “sistema de agricultura” Smith alude al enfoque fisiocrático, mientras que mediante “sistema
mercantil o comercial” refiere al enfoque mercantilista.
43
Mediante actividades rusticas se alude a las actividades primarias (agropecuarias y extractivas).
44
Por industria debe entenderse actividad ad ‘manufacturera’ tipo artesanal pero no aún sistema fabril
34
restricciones que imponían las antiguas Leyes provinciales de Francia en el
transporte del trigo de una provincia a otra, y las contribuciones arbitrarias y
ruinosas a que se sujetaba a los labradores en aquel Reino, desanimaba y aun
tenía más abatida la agricultura de aquel país que lo que por sí misma hubiera
estado. Todavía actualmente no ha llegado al grado a que naturalmente hubiera
subido, dada la fecundidad de su suelo y benignidad de en clima. Este estado de
depresión y de abatimiento se notaba más o menos en todos los distritos de aquel
país, y por tanto se efectuaron varias investigaciones sobre las causas, llegando a
la consecuencia de que una de ellas había sido la preferencia que los reglamentos
de mister Colbert dieron a la ‘industria’ urbana sobre la rústica.
Reza un proverbio que, para enderezar una vara que se tuerce demasiado
hacia una de sus partes, es necesario torcerla otro tanto hacia la otra. Los filósofos
franceses45, que proponen el sistema de agricultura como el único manantial de toda
renta y riqueza de la nación, debieron adoptar dicha máxima proverbial.
Éstos dividen en tres clases a aquellos que por varios conductos pueden
contribuir a realizar las distintas producciones de la tierra y del trabajo del campo.
Primera, la clase de los propietarios o dueños de los predios; la segunda, la de los
que los cultivan como labradores o como jornaleros, a quienes honran con el epíteto
peculiar de clase productora; y la tercera, la de los artesanos, fabricantes y
mercaderes, a quienes pretenden abatir con el odioso sobrenombre de clase
improductiva y estéril.
La clase de los propietarios contribuye al anual producto de la tierra con los
gastos que suelen esporádicamente efectuar para mejorar el terreno, edificios,
desaguaderos, zanjas, esclusas, cercas y otras obras de tal especie que hacen de
nuevo o reparan, y por cuyo medio pueden los cultivadores, con el mismo capital,
coger mayor cantidad de frutos, pagando aún mayor renta a su señor. Dicha mayor
renta puede considerarse como un interés o ganancia debida al propietario, por el
capital que de aquel modo ha empleado o invertido en las mejoras del terreno, cuyos
gastos se denominan expensas prediales.
Los labradores o colonos contribuyen al producto anual con lo que los
partidarios del sistema denominan expensas anuales y primitivas, las cuales sólo se
invierten en el mero cultivo. Éstas comprenden las que se realizan en los instrumentos
de labranza, en la prevención de ganados, de semillas, en el mantenimiento de la
familia del labrador, de criados (empleados) y del ganado mismo, por lo menos en
aquel espacio de tiempo o parte del primer año de ocupación, en que aún no han
recibido la recompensa de los frutos, cuyas expensas son las que llaman privativas
(¿originadas por ahorros de privación?). Las anuales entienden ser aquellas que se
hacen en la siembra, desgaste y de mejoras de los instrumentos de labranza, en el
mantenimiento anual de criados (empleados) y de animales, así como también de la
familia del labrador, en aquella parte a lo menos en que se considera como empleada
en la labranza. Aquella porción que le quede del producto de la tierra, después de
pagada la renta a su señor, debe ser suficiente para reemplazarle dentro de un
término razonable, a lo menos durante el tiempo en que esté ocupado el predio, el
total de sus expensas primitivas con las ganancias ordinarias que corresponden
a dicho capital, rindiéndole después anualmente el total de sus expensas anuales,
con las ganancias ordinarias también que a aquel capital corresponden 46. Estas
dos especies de expensas vienen a ser dos capitales distintos (¿capital fijo y capital
circulante?) que emplea el labrador en el cultivo, y de no serles restituidos con una
mecanizado.
45
En este texto “filósofos franceses” alude a los fisiócratas como parte de ellos..
46
Los subrayados y negritas anteriores y los que siguen recuerde que son nuestros.
35
ganancia razonable, no podrá sostener su empleo en el justo nivel de los de distinta
especie, antes bien, si ha de mirar por sus intereses, lo abandonara cuanto antes y
buscara otro“ (si impera la libre movilidad) “en que con justa utilidad pueda emplear
sus fondos de un modo mas seguro. La porción de producto, pues, que de esta suerte
resulta necesaria para habilitar al labrador a seguir en aquella negociación o destino,
debe mirarse como un fondo sagrado e inviolable destinado a la labor, el cual si viene
a ser violado por el señor del predio, este mismo verá reducir el fruto de su propia
tierra, y dentro de pocos años, no sólo logrará inhabilitar al colono para que le pague
tan forzada renta, sino la que en adelante pudiera prometerse obtener de sus
heredades. La renta que propiamente pertenece al señor no es más que aquel producto
neto que resta después de pagadas, del modo más completo, las expensas necesarias
que no pueden menos de invertirse para coger todo el fruto. El hecho de producir el
trabajo del labrador o de los cultivadores esta renta neta, después de resarcir
completamente con ganancias todos las expensas necesarias, es causa de que en este
sistema sea distinguida peculiarmente la clase de ellos con el honroso epíteto de
productiva; y por la misma razón llaman también expensas productivas todas las que
se conocen por primitivas y anuales, pues además de reemplazar todo su valor
ocasionan una reproducción anual de este producto neto.
Las expensas prediales, según ellos las llaman, o aquellas que el señor del
predio invierte en las mejoras del suelo y de la heredad, son también honradas en
este sistema con el título de expensas productivas. Hasta haber sido completamente
satisfechas al señor, juntamente con las regulares ganancias, esta adicional renta debe
ser mirada, dicen ellos, como cosa sagrada e inviolable, Y como supuesto el buen orden
de las cosas, tales expensas prediales, sobre reproducir del modo más completo su
valor propio, ocasionan también en cierto transcurso del tiempo una reproducción de
neto producto, las considera este sistema como expensas productivas.
Pero sólo éstas (las prediales), con las primitivas y anuales que hace el labrador, son las tres especies de expensas que tiene por productivas el referido sistema
(teórico).Todas las demás, al igual de las otras clases de gentes, aun aquellas que
según la opinión común de los hombres se tienen por las más útiles, las representa
según su plan como absolutamente improductivas y estériles.
Los artesanos, los fabricantes con especialidad, cuya ‘industria’ en la
inteligencia vulgar de las gentes aumentan en tanto grado el valor de las rudas
producciones de la tierra, en este sistema, se pintan como familias las más infecundas.
Su trabajo, dicen, no hace más que reemplazar el fondo que en sus manufacturas
emplean con las ganancias ordinarias de él. Éste fondo consiste en los materiales,
los instrumentos y los salarios que se les adelantan por el empleante, siendo el fondo
destinado a mantenerles. El que se emplea, así como les adelanta el fondo de
materiales, de instrumentos y de salarios para que se empleen y trabajen, así
también, como que se adelanta a sí mismo lo necesario para su mantenimiento, se
proporciona siempre aquella utilidad (o beneficio) que piensa prudencialmente
sacar del precio de la obra de los otros. A menos que este precio le reemplace el
mantenimiento que él se adelanta a sí mismo y el de los materiales, instrumentos
y salarios que proporciona a sus operarios, es evidente que no le cubrirá todo el
gasto que en ello ha tenido que hacer. Esto supuesto, las ganancias de un fondo
de ‘manufactura’ no son, como lo es la renta de la tierra, un producto neto que
queda, después de pagadas todas las expensas que son necesarias para realizarlo. El
fondo del Iabrador le rinde una ganancia como la que proporciona al fabricante el fondo
de su manufactura (es decir, una ganancia uniforme o normal); pero además rinde
aquél una renta a otra persona. Las expensas que se hacen para emplear y
mantener fabricantes y artesanos no consiguen sino ir conservando, si así puede
decirse, la existencia de lo que valen, pero no producen valor (adicional o agregado)
36
alguno, y por tanto son unas expensas enteramente improductivas y estériles. Pero las
que se hacen para emplear labradores y jornaleros del campo, por el contrario,
sobre conservar la existencia de su propio valor, reproducen uno nuevo, que es la
renta del señor del predio, y por tanto son y deben llamarse expensas productivas.
El fondo mercantil, en este sistema, es igualmente estéril e improductivo que el
‘manufacturante’. No hace más que continuar la existencia de lo que en sí vale,
sin producir valor nuevo, sus ganancias no son más que un sobrepago del
mantenimiento que su empleante se adelanta a sí mismo mientras lo tiene
empleado, o hasta que recibe sus retornos o recompensa. No son más que un
reemplazo de aquella parte de expensas indispensables para emplear sus capitales.
El trabajo de los artesanos y fabricantes jamás añade cosa alguna al valor global de
las rudas producciones anuales de la tierra 47, aunque añadan gran parte de él a
ciertas particulares producciones, porque lo que se consume entre tanto de otras
es precisamente igual a la parte del valor que añade su trabajo a aquella especie
singular de ellas, de tal modo que en ningún momento se verifica que el valor del
producto total (global) reciba el más pequeño aumento. La persona que trabaja, por
ejemplo, los ‘encajes de un par de vueltas finas’, añadirá acaso, con lo que monta
un penique de lino, treinta libras esterlinas de valor; pero aunque a primera vista
parezca que, de este modo multiplica el valor de cierta ruda producción de la
tierra, aproximadamente siete mil doscientas veces, en realidad nada añade al
valor del total producto anual de ella (global ). Acaso al terminar aquellos encajes pudo
costarle dos años de trabajo. Las treinta libras que por ellos lleva, después de
acabada su obra, no viene a ser más que una satisfacción o sobrepago del
mantenimiento que a sí misma se ha estado adelantando durante los dos años
empleados en dicha labor. El valor que va añadiendo al lino, con el trabajo de cada día,
de cada semana, de cada mes o de cada año, no hace otra cosa que reemplazar el
de su propio consumo durante aquel año, aquel mes, aquella semana o aquel día.
Luego, en ningún momento se verifica haber añadido cosa alguna al conjunto del
anual producto rudo de la tierra, pues la porción de aquellas producciones que
continuamente consume es siempre igual al valor que también continuamente produce.
La extrema miseria en que se ven la mayor parte de los empleados en tan costosa
manufactura, aunque superfina, puede convencernos de que el precio de semejante
labor no excede, por lo común, de su mero mantenimiento. Todo lo contrario tiene lugar
en la obra del labrador y del trabajador del campo. La renta del propietario es un valor
que, por el curso ordinario de las cosas, está continuamente produciendo, además de
reemplazar, del modo más completo, todo el consumo, todas las expensas que se
hacen en el empleo y mantenimiento, tanto de los obreros como de su empleante.48
47
Atención, “nada añade”, según los fisiócratas, a nivel agregado, aunque pueda parecer que sí a
nivel de empresa o sector aislado. Tal vez este razonamiento se comprenda un poco mejor cuando,
sobre el final de ésta ficha, se vean las transacciones intersectoriales y, entonces, podrá percibirse
como son tratados en forma análoga las remuneraciones de los capitalistas y obreros respecto a los
insumos intermedios.
48
La causación fisiocrática viene a ser algo así: la producción agrícola $X tiene un ‘valor propio’, de
esa producción las partes que se destinan a intercambiarse o adquirir (demandar) Y bienes
manufactureros, tanto aquellos que se adquieran para reemplazo de insumos de origen manufacturero
empleados por la agricultura, como aquellas demandas de bienes manufactureros de consumo
personal por parte de terratenientes, capitalistas y obreros agrícolas, “otorgan un valor de intercambio
equivalente al suyo propio” a los Y bienes manufactureros demandados. Si el valor del monto de
producción agrícola es $ 5000 y se retienen para reemplazos de insumos agrícolas y consumos
personales de bienes agrícolas de aquellas tres clases agrícolas mencionadas una parte $Z de aquel
valor $X, entonces el “valor reflejo” de las Y unidades físicas de bienes industriales será determinado
por el valor de $(X – Z) mediante los intercambios de mercado ($(X – Z) = Y)
Si acaso, por ejemplo, variara la parte de $Z que los terratenientes deciden sustituir por bienes
manufacturados provocando que $Z cambie a $(Z + ∆z), dado constante $X, el “valor reflejo” del
37
Sólo con la parsimonia o el ahorro económico es como los artesanos,
fabricantes y mercaderes pueden aumentar las rentas y la riqueza de la sociedad, o
sea - valiéndonos de los mismos términos que aplica este sistema- por privación,
dejando de disfrutar parte de los fondos destinados a su propia subsistencia 49. Éstos
anualmente no producen otra cosa que tales fondos, de manera que, a no ser que
ahorren alguna parte de ellos, privándose cada año de disfrutar alguna porción, la
renta y la riqueza de la sociedad nunca podrán aumentarse en lo más leve por medio
de la ‘industria’ de gentes semejantes. Los labradores y jornaleros del campo” (los
agricultores), “por el contrario, pueden disfrutar completamente de todos los fondos
destinados al mantenimiento propio, a la vez que aumentar las rentas de la sociedad 50,
pues además de lo que destinan para su subsistencia, la ‘industria’ de los mismos
anualmente produce una renta o producto neto, con cuyo valor recibe la riqueza de la
nación cierta parte adicional que no tenía. Por tanto, aquellas naciones integradas
principalmente por propietarios y labradores de tierras, como España, Inglaterra y
Francia, pueden enriquecerse con el disfrute y goce de su propia ‘industria’; pero
las que, como Holanda y Hamburgo, se componen generalmente de comerciantes y
artesanos, sólo pueden enriquecerse con la parsimonia y el ahorro. Así el carácter
común del pueblo sigue, por lo regular, el de las diferentes circunstancias que
distinguen a unas y otras naciones: en las de la primera especie, hacen parte de
su carácter definitivo la liberalidad, la franqueza y la generosidad; y en las de la
segunda, el encogimiento, la medianía y un mirar sólo por sí mismo, opuesto a
toda sociabilidad, trato popular y generoso. La clase estéril de los mercaderes,
artesanos y fabricantes es mantenida y empleada totalmente a expensas de las
de propietarios y labradores. Éstos les surten de materiales para sus obras y de
fondos para su subsistencia, con el trigo y el ganado que consumen mientras están
empleados en su negociación. Los dueños de las tierras, y los que las cultivan,
finalmente vienen a pagar tanto los salarios de aquellos operarios como las
ganancias de los que les emplean. Artesanos y empleantes vienen a ser como
criados de los labradores y propietarios, sin más diferencias de los domésticos en que
éstos trabajan dentro de las casas y aquellos fuera: pero tanto unos como otros se
mantienen igualmente a expensas de sus amos 51. El trabajo de todos ellos es
mismo monto de bienes manufacturados vendrá dado por ($(X – (Z + ∆z) = Y), encareciéndose éstos
relativamente a los agrícolas. Por otro lado, si la competencia entre manufactureros cambiara, por
ejemplo, la producción física del sector de Y a (Y + ∆y), mientras que la producción agrícola y el monto
$Z se mantuviesen en su niveles iniciales, tendríamos ahora que el “valor reflejo”, o de comando
agrícola, dejaría incambiado el valor de la producción industrial total ($(X – Z) =(Y + ∆y)), cambiando
eso sí los valores unitarios de los bienes manufactureros, abaratándose relativamente.
Ambos casos recién ejemplificados traerían consigo, además de cambios en el nivel de actividad y
ocupación manufacturera, cambios en los precios relativos de cambos bienes, y, aunque la masa de
dinero-metálico en circulación fuese constante, el nivel de precios promedio cambiaría.
Retomando el ejemplo de la nota al pie de la página 33, $X = $ 3000; $Z = ($1500 de insumos y
subsistencias del propio sector + $500 de compras de bienes agrícolas por los terratenientes), de
donde ($Y - $Z) = $1000, que es la demanda del sector agrícola de bienes manufactureros compuesta
por ($ 500 para reemplazos de insumos + $500 para consumo de los terratenientes). Esa magnitud
obliga a que el valor imputable a la producción manufacturera sea $1000. En el Apartado 6, abajo se
ilustra el caso donde ∆ z < 0.
49
De ahí la interpretación posterior usual en muchos textos del ahorro como sacrificio de consumo
corriente o presente. Además, en la visión fisiocrática ese ahorro privado del sector estéril no es fuente
de crecimiento del producto neto.
50
Este no sería un ahorro de privación o sacrificio del consumo corriente, sino una “renuncia a
aumentarlo”, destinando una parte del producto adicional al ahorro, el que en esta visión es fuente
potencial de aumento genuino del producto neto agrícola. Posteriores autores dirán que es igualmente
una renuncia a aumentarlo y, en tal sentido, un sacrificio de mejoras inmediatas en aras de réditos
más demorados o lejanos.
51
Sería considerarlos como si “terciarizaran” los servicios domésticos (costura, herrería, carpintería,
38
igualmente improductivo: nada añade al valor de la suma total del producto rudo
de la tierra, antes bien, en vez de aumentarla, sirven de carga e implican un gasto
que debe sostener (¿alimentar?) aquel mismo productor.
No obstante, las clases improductivas son útiles en gran manera a las otras
dos. Por medio de la ‘industria’ de los mercaderes, artesanos y fabricantes, los
propietarios y labradores pueden comprar los efectos extranjeros y los géneros
manufacturados del país con el producto de menor cantidad de trabajo propio que
el que necesitarían emplear, si tuviesen que importar los unos directamente, o
ponerse a fabricar los otros de un modo grosero y torpe para su propio uso52. Por
ministerio de las clases improductivas, los labradores se excusan de muchos
cuidados que distraerían su atención del cultivo de las tierras. Aquel exceso de
producto qué se habilitan como consecuencia de no tener que distraer su atención,
es completamente suficiente para pagar todo el coste del mantenimiento y empleo,
tanto de las clases no productivas como de las de propietarios y labradores, y así,
aunque la ‘industria’ de mercaderes, artesanos y fabricantes sea por su naturaleza
estéril o infecunda, contribuye sin embargo indirectamente al aumento del producto
anual de la tierra 53. Ella promueve las facultades del trabajo productivo, dejando a
éste en libertad para dedicarse totalmente a su propio destino, que es el cultivo del
campo, con lo cual el arado hiende con más facilidad y más ventajas mediante el
trabajo de unos hombres cuyas operaciones son las más remotas del mismo arado.
Por esta razón54, nunca puede interesar a los propietarios y colonos de las
tierras coartar en modo alguno, ni desanimar, la ‘industria’ de los fabricantes,
artesanos y mercaderes. Cuanto mayor sea la franquicia de que gocen las clases
improductivas, tanto mayor será la competencia en todos los diferentes ramos de
que se componen, y tanto más barato saldrá a las otras dos clases el surtido de los
bienes extranjeros, como el de las manufacturas propias que para su uso necesiten.
Del mismo modo, tampoco puede interesar a las clases improductivas oprimir
a las otras dos, porque lo que mantiene a las primeras es aquel sobrante producto
de la tierra que queda después de deducido el mantenimiento del labrador y del
propietario del predio. Cuanto mayor sea este sobrante (el producto neto), mayor
habrá de ser también el mantenimiento y empleo de aquéllas clases. El
establecimiento de una franquicia y de una igualdad perfecta, que no se oponga a
la recta justicia, es el resorte que asegura con eficacia aquel alto grado de
prosperidad a que deben aspirar las clases improductivas.
Los mercaderes, fabricantes y artistas de aquellos Estados mercantiles que se
componen principalmente de tales clases, como Holanda y Hamburgo, vienen a ser del
mismo modo mantenidos y empleados a expensas de los propietarios y colonos de
las tierras. No hay más diferencia que la de que los labradores que les mantienen, o la
mayor parte de ellos, se encuentran a mayor distancia de los sujetos a quienes surten
de materiales, de fondos y de alimentos, porque son habitantes de otros países y
vasallos de otros Gobiernos.
Dichos Estados mercantiles son también útiles en gran manera a los
mismos habitantes de reinos extranjeros, porque llenan un hueco muy importante,
etc) de las estancias agropecuarias, que en lugar de ser “gastos dentro del hogar” se desembolsan
fuera.
52
Esta noción aparecerá posteriormente en el curso desarrollada en la teorización de los costos o
ventajas comparativas, donde el comercio exterior permite obtener mayor volumen físico de artículos
a cambio de un monto dado de los nacionales que los que habría podido producir internamente de
aquellos otros bienes con un volumen dado de recursos.
53
Mediante las economías resultantes de la división del trabajo, la especialización y diversificación.
54
Aquí aparecen los recursos persuasivos con los que los fisiócratas pretendían conquistar el apoyo
de la corona y nobleza.
39
supliendo la falta de aquellos tratantes, artesanos y fabricantes que deberían
encontrar en sus países propios.
Nunca puede interesar a las naciones prediales o labrantiles el desanimar ni
disminuir la ‘industria’ de semejantes Estados mercantiles, imponiendo pesadas
cargas sobre su comercio, o cargando de impuestos los géneros de que vienen en
surtirles55, porque tales impuestos, como que encarecen las mercaderías, sólo
servirían para abatir el valor real de aquel sobrante producto de las propias tierras, o
su precio, que es lo mismo, con que se han de comprar aquéllas, y así, en vez de
aumentar el producto anual del país, desanimarían al labrador para su aumento,
impidiéndole los progresos del cultivo de la labor de los campos. Por el contrario,
conceder la franquicia de comercio a las repetidas naciones mercantiles será el
medio más eficaz que estimule para el aumento del producto anual de la tierra, y
para el fomento y progresos agrícolas de la propia nación.
Esta misma libertad de comercio sería también, a su debido tiempo, el
expediente más efectivo para surtirla de artesanos, fabricantes y mercaderes,
cuando faltasen en el mercado doméstico, y para que llenasen un hueco tan
importante como el que suele dejar vacío la mala política o la desgracia de los
tiempos.
El continuado aumento (crecimiento) de dicho sobrante producto de las
tierras llegaría a crear, con el transcurso del tiempo, un capital mayor que el que
podría emplearse con regular ganancia en sus mejoras y cultivo,56 y lo que sobrase
de este capital se dedicaría naturalmente a emplear artesanos y fabricantes dentro
del Reino. Los citados fabricantes y artesanos como que tendrían dentro de sus
tierras los materiales propios para el utillaje y los fondos para su mantenimiento, desde
luego podrían con menos arte y menos pericia trabajar más barato que los de los
Estados mercantiles que debieran surtirse de todo ello a gran distancia. Aun
cuando por falta de arte y destreza no les fuese factible en algún tiempo trabajar
sus obras tan baratas como los fabricantes de los referidos Estados, las podrían
vender sin embargo más baratas al encontrar el mercado dentro de su casa, en
tanto los otros tendrían que conducirlas a gran distancia; y según fuesen
adelantando en arte y pericia irían aumentando aquella baratura. Por este medio,
surgiría en el mercado una competencia de rivales contra los Estados mercantiles,
quienes en un principio se encontrarían en situación algo superior, pero al poco
tiempo quedarían iguales, y no mucho después excluirían aquellos al extranjero
vendiendo más baratas y de mejor calidad las manufacturas domésticas. La baratura
de tales mercaderías de las naciones que hemos llamado prediales, como
consecuencia de sus adelantos en pericia, destreza y arte, a su debido tiempo
ensancharla también los limites del mercado interior, hasta llevarlas al extranjero, de
donde no dejarían de echar a otras muchas manufacturas, aun de aquellas mismas
naciones mercantiles.57
55
A menos que estos reglamentos sean necesarios para fomentar la industria interior (dirán los
fisiócratas), o para igualar la balanza de las cargas que aquellos Estados impongan sobre las
mercaderías de las demás naciones, o, finalmente, para excusar imposiciones sobre los géneros
propios y nacionales, que en todo caso deben ser privilegiados en las franquicias de un país.
(Nota de Smith)
56
El crecimiento agropecuario tiene un techo, piensan; por ello la economía tarde o temprano, una vez
agotadas todas las oportunidades, llegará al estado estacionario.
57
Este papel de la interrelación entre división del trabajo y tamaño del mercado de los fisiócratas será
reintegrado por Smith a su propia teorización. De igual forma, retomará sus efectos sobre el
crecimiento de la nación así como respecto a las etapas o secuencias sectoriales de esa trayectoria.
Por último, vea que la supuesta evolución económica a la par que conlleva la modificación de los
precios relativos entre bienes agrícolas y manufactureros, expande también los flujos de
importaciones y exportaciones con su consiguientes variaciones de flujos de dinero-metálico, ¿cómo
40
Este continuo aumento del producto, tanto rudo como manufacturado de las
naciones prediales, llegaría a formar en su día un capital mayor que el que podrían
emplear con las ordinarias ganancias, tanto en la agricultura como en las
manufacturas. El sobrante de este capital se inclinaría naturalmente al comercio
extranjero, empleándose en conducir a países extraños aquellas producciones rudas
y manufacturadas que excediesen de la cantidad necesaria para el mercado
doméstico. En la exportación del producto propio del país, llevarían los mercaderes de
una nación agrícola, sobre las mercantiles, una ventaja de la misma especie que los
fabricantes y artesanos, o sea la de encontrar dentro de su patria aquel cargamento,
aquellos repuestos y provisiones que las otras tendrían que buscar a gran distancia. Be
este modo, con menos pericia y destreza en la navegación, podrían vender en el
mercado extranjero su cargamento tan barato como los mercaderes de las naciones
comerciantes; y llegando a igualarse en aquella pericia náutica, las darían aún a
mucho menos precio. En tal forma se establecería la competencia en el comercio exterior, que vendría tiempo en que echarían del mercado extranjero a las naciones
puramente comerciantes.58
Según, pues, los principios de este generoso sistema (fisiocrático), el método
más expedito en una nación agrícola para formar artesanos y fabricantes, sería
conceder la entera libertad de tráfico a los fabricantes, artistas y mercaderes de todas
las naciones extrañas, porque de este modo se encarece el valor del sobrante
producto de sus tierras, cuyo continuo incremento crea un fondo (de acumulación)
que gradualmente irá formando los artífices, fabricantes y mercaderes dentro de su
propio seno.
Por el contrario, cuando una nación agrícola oprime el tráfico de las
mercaderías extranjeras, con altos impuestos o con absolutas prohibiciones, (el
proteccionismo) perjudica necesariamente a sus propios intereses, en dos sentidos. El
primero, encareciendo el precio de todos los géneros extranjeros y de toda suerte de
manufacturas, que es lo mismo que rebajar el valor real del producto sobrante de sus
propias tierras, con el cual, o con su precio, se compran y cambian aquellas
manufacturas y aquellos géneros. Y el segundo, porque concediendo una especie de
monopolio del mercado doméstico a los artistas, fabricantes y mercaderes nacionales
encarece o levanta, la cuota de las ganancias mercantiles y manufacturantes sobre la
proporción debida a las ganancias labrantiles, y por consiguiente retira de la
agricultura una parte del capital que se empleaba antes en ella, o impide que vaya a
tal destino alguna porción que de lo contrario iría. Por tanto, esta política desanima
por dos conductos a. la agricultura, abatiendo o rebajando el valor real de su producto,
aminorando la cuota de sus ganancias y levantando indebidamente la de los demás
empleos y negociaciones. La agricultura queda más abatida, y el comercio y las
fábricas con más ventaja que la que sin estos reglamentos tendrían, de tal manera
que cualquier persona tentada de su propio interés procurará, en cuanto esté de su
parte, retirar sus fondos de la primera y aplicarlos a los segundos.
Aunque por medio de esta violenta y opresiva política, como la califican los
partidarios de dicho sistema (fisiocrático), una nación agrícola sea capaz de crear en
se compatilibilizarían esos cambios con la versión de la teoría cuantitativa del dinero, arriba reseñada,
que alude a la relación del nivel de precios promedio -sin alteración de precios relativos reales- con la
entrada y salida de metales preciosos?.
58
Los fisiócratas perecerían tener una visión según la cual las naciones comerciales, sin base
agropecuaria interna, sólo podría disfrutar de hegemonías transitorias y frágiles, en tanto que las de
base agropecuaria, operando el laissez faire, lograrían un crecimiento y hegemonía sustentable.
También suponen “fases o etapas del crecimiento” genuino de las naciones prediales bajo la libre
competencia: primero la expansión agrícola, luego el acento se desplaza a la manufactura y,
finalmente, al comercio exterior, convirtiéndose así, finalmente, dicho país en sólida potencia
internacional.
41
su seno artesanos, fabricantes y mercaderes algo más presto que concediendo al
extranjero la libertad del tráfico - materia que no deja de ser muy dudosa-, les
formaría prematuramente, si así puede decirse, antes de la debida sazón. Porque
promoviendo antes de tiempo un género de ‘industria’ menos ventajosa, no dejarían
perfeccionarse a otra que tiene más conocidas ventajas. Esto es, promoviendo una
especie de ‘industria’ que sólo es capaz de reemplazar el fondo que en ella se emplea,
y las ganancias ordinarias de él, oprimiría otra especie de ‘industria’ que, sobre
reemplazar el fondo y sus ganancias, da de sí un producto neto, una renta limpia al
señor. Deprimiría un trabajo productivo, por ensalzar antes de tiempo el improductivo
y estéril.
De qué modo se distribuye según este sistema la suma total del producto
anual de la tierra entre las tres clases mencionadas, y de qué manera el trabajo de
las clases improductivas no hace más que reemplazar el valor de su propio consumo,
sin aumentar por ningún concepto aquella suma total, lo pinta en varios formularios
aritméticos Mr. Quesnay, ingenioso y profundo autor de este sistema. El primero de
dichos formularios, que de una manera antonomástica distingue con el nombre de
Tabla Económica (Tableau), representa el modo con que se hace aquella distribución
en un Estado de perfecta libertad civil 59: en un Estado en que el producto anual que
rinde la mayor renta es aquella que es posible dar, o sea el neto producto, y en donde
cada clase goza de la porción de producto anual que le corresponde. Algunos
formularios que siguen expresan el modo con que él supone tiene lugar esta
distribución en diferentes Estados en que domina la restricción, en que la clase de los
propietarios de las tierras, o bien la de los miembros improductivos, se halle más
favorecida que la de los labradores, y en que una u otra usurpa algo más de la parte
que justamente le debiera tocar, correspondiendo a la clase productiva60. Cualquier
usurpación de esta especie, cualquier violación de aquella distribución natural que
establece la perfecta libertad, necesariamente habrá de degradar más o menos de un
año a otro, según el repetido sistema, el valor de la suma total de su anual producto, y
habrá al fin de ocasionar una gradual decadencia de la riqueza real y de las rentas
de la sociedad, cuyos progresos decadentes serán más prontos o más lentos según el
grado de aquella usurpación, según que sea más o menos violada aquella distribución
natural que establecería la perfecta libertad. Los formularios que siguen a éstos,
representan los varios grados de decadencia que según aquel sistema corresponden
a los que va teniendo la violación de aquella distribución natural.
Sección II 61.
Algunos físicos especulativos han imaginado que no hay otro modo de
conservar la salud del cuerpo humano que usar de cierto preciso régimen de dicta y
ejercicio, cuya violación, aun la más pequeña, no puede menos de ocasionar cierto
grado de desorden y destemplanza que proporcione una enfermedad del grado mismo
de la violación. Pero la experiencia parece también haber demostrado que el cuerpo
humano, a lo menos por lo que se ve, conserva comúnmente un estado más perfecto
59
Es decir, operando hipotéticamente el laisses faire o la plena libre competencia.
Interesa recalcar que el Tableau de Quesnay no en uno sino varios, aunque los subsiguientes
economistas solo suelen atender uno de ellos. Es la primera vez en teoría económica que se propone
un contraste entre dos modelos: aquel hipotético en que opera la libre competencia y otro en que
rigen las restricciones mercantilistas y proteccionistas usuales, de modo de que de ese contraste
“salten” las ventajas y desventajas de una y otra opción y su incidencia en el potencial de crecimiento
económico. Desgraciadamente, no hay lugar ni corresponde presentarlos aquí en su detalle.
61
Esta Sección, reiteramos, la dedica Smith a sus opiniones y juicios sobre la teorización fisiocrática.
42
60
de salud robusta con la variedad del régimen y ninguna sujeción a especulaciones tan
escrupulosas, y muchas veces aun en medio de una conducta que está muy lejos de
creerse vulgarmente saludable. El estado de sanidad del cuerpo del hombre encierra,
al parecer, cierto principio oculto de conservación, capaz de precaver y de corregir por
muchos caminos los malos efectos, aun de un régimen positivamente dañoso 62. Mr.
Quesnay, que también era médico y físico muy especulativo, parece haber adoptado
una idea idéntica con respecto al cuerpo político, y haber creído que sólo puede éste
proceder y prosperar bajo cierto preciso régimen, exacto a lo que él llama libertad y
justicia perfectas. No demuestra haber considerado que, en él cuerpo político de
una sociedad, aquel natural esfuerzo e impulsos de todo ciudadano a mejorar da
fortuna y de condición es un principio de conservación civil capaz de precaver y
corregir, en gran parte, los desastrosos efectos de una mala política económica que
tenga algún tanto de opresiva. Aunque una economía política de esta especie retarda
más o menos los progresos naturales de una nación hacia la salud civil de su
prosperidad, no es capaz sin embargo de impedirlos enteramente, y mucho menos de
hacer que retrocedan. Si ninguna nación pudiese progresar sin gozar de perfectísima
libertad y de justicia exactísima en la esfera civil, no habría habido todavía en el
mundo una sola que hubiese prosperado en sus riquezas. Pero, aun en el cuerpo
político, la sabia Providencia puso abundancia de remedios contra los malos efectos
de la extravagancia y la injusticia de los hombres, del mismo modo que lo hizo en el
cuerpo humano para redimir los de la intemperancia y desarreglos.
El error capital de este sistema (fisiocrático) consiste principalmente en
representar a los artífices, artesanos, fabricantes y mercaderes como una clase de
gentes improductivas e infecundas. La impropiedad de esta pintura la haremos
patente con las siguientes observaciones.
En primer lugar, se confiesa que esta clase de gentes reproducen a lo menos
anualmente el valor de su consumo anual, conservando la existencia de aquel fondo o
capital que la mantiene y emplea. Pues por sola esta razón le está con mucha
impropiedad aplicada la denominación de clase improductiva y estéril, ¿Cómo
podríamos llamar infecundo a un matrimonio que produjese un hijo y una hija para
reemplazar en cierto sentido al padre y a la madre, aunque no aumentase el número de
la especie humana, con tal que la conservase? Ciertamente que los labradores y
trabajadores del campo, sobre reemplazar el fondo que les mantiene y emplea,
reproducen anualmente cierto producto neto, que es la renta del señor del predio;
pero así como un matrimonio que da a luz tres hijos es ciertamente más productivo y
fecundo que el que sólo da dos, así el trabajo del labrador es sin duda más productivo
que el de los mercaderes, artesanos y fabricantes, sin que este superior producto de
una clase determine que la otra sea estéril e infecunda.63
En segundo lugar, resulta por esta misma razón muy violento e impropio (¿?)
comparar al artesano y al comerciante con los criados domésticos. El trabajo de
estos últimos ni aun conserva o hace que continúe la existencia del fondo que les
62
Es la metáfora de la autorregulación de los sistemas.
Humanos padres dos, hijos tres: aumenta la población generacional en uno, obvio. Pero usar de es
analogía como hace aquí Smith, aquella que opera con homogéneos, para extrapolarla a la
comparación de saldos de ‘productos’ heterogéneos (carne y lana) con ‘gastos’ heterogéneos (heno,
trabajo, tijeras de esquila, bolsas, etc.) requiere que nos explique Smith cuál es el ‘patrón de
medida’que convirtiéndolos a un homogéneo (valor) permite comparar si la cuantía del saldo es igual,
mayor o menor. Esta “fulminante demostración” del carácter creador de producto neto de las
manufacturas parece aquí un decretazo, sin embargo concédase que son citas del Capítulo IX, ya
veremos como en capítulos previos intenta Smith resolverlo, consistentemente o no, su teoría del
valor. Sin embargo, más abajo intentará una fundamentación en términos del dinero como medida,
aunque después, cuando tratemos la teorización de Smith, veremos como él mismo le indica reparos
a tal uso.
43
63
mantiene a expensas totalmente de sus amos, y la obra que aquellos realizan no es
de una naturaleza capaz de resarcir aquel gasto, al consistir en unos servicios que
perecen generalmente en el instante mismo en que se efectúan, sin fijarse ni
realizarse en una mercadería, cosa vendible o permutable que sea capaz de
reemplazar el valor de sus salarios y mantenimiento. El trabajo (manufacturero) del
artesano y del mercader, por el contrario, se fija y realiza naturalmente en alguna
mercadería vendible, y ésta es la razón por que colocamos nosotros a los artesanos,
mercaderes y fabricantes entre los trabajadores productivos, y a los criados domésticos
entre los improductivos y estériles, en el capítulo en que se trató del trabajo productivo
y del improductivo64.
En tercer lugar, siempre ha de ser cosa muy impropia decir que el trabajo de
los artesanos, fabricantes y mercaderes no aumenta el valor real de las rentas de la
sociedad... aunque supongamos que el valor de lo que el artesano produce nunca es
mayor que el de lo que consume, no obstante, en cierto momento el valor actual de las
cosas en el mercado será mayor como consecuencia de lo que su trabajo produce, que
lo que sería si no lo produjese.
Cuando los defensores de este sistema aseguran que el consumo de los
artesanos, mercaderes y fabricantes es igual al valor de lo que producen, sin duda no
quieren decir otra cosa sino que sus rentas o el fondo destinado a su inmediato
consumo es igual a ello. Pero si se hubiesen expresado con más exactitud, asegurando
solamente que la ‘renta’ de dichas clases era (es) igual al valor de lo que ellas
producían, fácilmente hubiera comprendido el lector que lo que pudiese cómodamente
ahorrarse de aquella ‘renta’ necesariamente vendría a aumentar más o menos la
riqueza real de la sociedad. Para hilvanar, pues, algo parecido a un argumento, fue
necesario que se explicasen como lo hicieron, y aun este argumento, en el supuesto
de que las cosas fuesen como ellos presumían, sería en todos los aspectos
inconcluyente.
En cuarto lugar, tan incapaces son los labradores y trabajadores del campo de
aumentar sin parsimonia (ahorro) y economía la ‘renta’ real, el producto anual de la
tierra y del trabajo de la sociedad, como los artesanos, fabricantes y mercaderes. El
producto anual de la tierra y del trabajo de una nación sólo puede aumentarse por dos
caminos: o con algún adelanto en las facultades productivas del trabajo útil que
dentro de ella se mantiene, o por algún aumento en la cantidad de este trabajo.
El adelanto en las facultades productivas depende ante todo de los progresos
de la habilidad del operario, y en segundo término de la maquinaria con que trabaja
su artefacto. El trabajo de los artesanos y fabricantes, en consecuencia, como que es
capaz de más subdivisiones, y como puede ser reducido a mayor sencillez de operación
que el de los trabajadores del campo, también habrá de ser más susceptible, y en
mayor grado, de aquellos progresos que lo mejoran y adelantan65. En este respecto,
pues, la clase de los labradores ninguna ventaja puede llevar a la de los artífices y
fabricantes.
El aumento en la cantidad del trabajo útil que actualmente se ejerce dentro
de una sociedad, no puede menos de depender enteramente del capital que la
mantiene y emplea, y el incremento de este capital también ha de ser exactamente
igual a aquella porción que de las ‘rentas’ se economiza y ahorra, o bien de la parte
que corresponde a las personas mismas que directa o indirectamente lo manejan, o
de alguna otra a quien se le presta o anticipa. Si los mercaderes, artesanos y
fabricantes son más inclinados, según este sistema supone, a la parsimonia y
economía que los labradores y colonos de las tierras, otro tanto serán más a
64
Los argumentos de ese mencionado capítulo los veremos más adelante.
Véase el Cap. I del Libro I de Smith.
44
65
propósito para aumentar la cantidad del trabajo útil que se emplea en la sociedad de
ellos, y por consiguiente para aumentar la ‘renta’ real, el anual producto de la tierra y
del trabajo de la nación66.
En quinto y último lugar, aunque supongamos, como parece hacerlo este
sistema, que las ‘rentas’ de los habitantes de todo país consisten enteramente en la
cantidad de subsistencia y alimento que son capaces de procurarles, siempre la
‘renta’ de una nación comerciante y manufacturera, estando todas las demás cosas
en su debido orden, no podrá menos de ser mucho mayor que la de una nación sin
comercio y sin manufacturas. Por ministerio de dichos tráficos, será factible traer a
cualquier país determinado mayor cantidad de subsistencia y alimento que la que
anualmente pueden rendir sus propias tierras, en el actual estado de un mero cultivo.
Los habitantes de una ciudad, aunque no posean tierras propias, atraen con su
‘industria’ tales cantidades de productos de ellas, por más que sean propiedad de
otros, que bastan para surtir de materiales a sus oficios y de fondos para su
subsistencia. Lo que es una ciudad con respecto a sus campos vecinos, puede serlo
un Estado independiente con respecto a otros países extraños. Así lo hace
Holanda, que saca la mayor parte de sus alimentos de provincias y campiñas
extranjeras: el ganado vivo de Holstein y Jutlandia, el trigo de casi todos los países
de Europa, y una pequeña cantidad de producto manufacturado por ella basta
para comprar una muy considerable de rudo producto de otras naciones. Un país
comerciante e industrioso, pues, compra con una pequeña parte de sus productos
manufacturados una muy grande de las rudas de otros países, cuando, por el
contrario, una nación sin comercio y sin manufacturas se ve por lo general obligada a
adquirir una corta porción de manufacturas extrañas a expensas de grandes
porciones de su rudo producto. La una extrae lo que puede acomodar y hacer
subsistir a pocos, conduciendo en retorno la subsistencia y conveniencia para
muchos, y la otra extrae la conveniencia y subsistencia de muchos por conducir lo
que sólo puede acomodar a muy pocos. Los habitantes de la primera disfrutan de
más alimentos de lo que les pueden rendir sus propias tierras, y los de la segunda menos de lo que
en efecto rinden las suyas.
No obstante, pese a todas las imperfecciones de este sistema, es acaso el que
más se aproxima a la verdad entre cuantos basta ahora se han publicado sobre
Economía política, y por tanto es muy digno de la consideración de todo hombre que
desee examinar atentamente los principios de aquella importante ciencia. Aunque en lo
referente a pintar el trabajo que se emplea en el cultivo de las tierras, como el único
productivo de cuantos se emplean en la sociedad, sean demasiado restringidas y
mezquinas las ideas que establece, en cambio al representar la riqueza de las naciones
como consistente, no en las inconsuntibles del dinero, sino en los bienes perecederos y
efectos de consumo que anualmente se reproducen por el trabajo de la sociedad, así
como al proponer la franquicia de la negociación cual único y eficaz medio para hacer
esta anual reproducción lo más grande que sea posible, la doctrina parece a todas Iuces
tan justa como generosa. Sus secuaces son muy numerosos, y como por lo regular son los
hombres amantes de paradojas y de aparentar que entienden todo aquello que excede a
la comprensión de la masa del pueblo, la paradoja que este sistema defiende, sobre la
naturaleza improductiva del trabajo ‘manufacturante’ no ha contribuido poco a aumentar el
número de sus admiradores. Años pasados llegaron a formar una secta considerable,
distinguida en la república literaria de Francia con el nombre de los Economistas. Sus obras
ciertamente han sido de mucha utilidad para aquel país, no sólo por haber traído a una
discusión general muchas materias que hasta entonces no habían sido objeto del
66
El ahorro de los empresarios manufactureros incide más que el de los rurales en la acumulación y
crecimiento del producto.
45
examen ni de la reflexión debida, sino por haber influido en gran manera para que el
Gobierno dictase reglamentos varios en favor de la agricultura. A propuesta de ellos logró
ésta libertarse de algunas opresiones que la habían mortificado antes. El término de los
contratos de arrendamiento, como que éstos habían de ser válidos contra cualquier
futuro comprador o propietario de las tierras, fue prolongado desde nueve a veintisiete
años. Las antiguas restricciones provinciales sobre el transporte de granos de una
provincia a otra fueron enteramente abolidas, y establecida por ley común, en todos los
casos ordinarios, la libertad de extraerlos del Reino para países extraños.
Esta secta, en sus obras - que son muy numerosas y que tratan, no solamente
de lo que se llama propiamente Economía Política o de la naturaleza y causas de la
riqueza de las naciones, sino de otros ramos del sistema del gobierno civilsigue implícitamente, sin variación visible en todos sus escritores, la doctrina de
Quesnay, y por esta razón se encuentra tan poca variedad en todas ellas. La exposición, más distinta y mejor dispuesta que de esta doctrina se halla, es la que se da
en un pequeño libro escrito por Mr. Mercier de la Riviére, Intendente algún tiempo de la
Martinica, titulado Orden natural y esencial de las sociedades políticas. La admiración que
rendía toda esta secta a su autor, hombre de la mayor modestia y sencillez, no era inferior
a la que se tiene a cualquiera de aquellos grandes filósofos fundadores de sus respectivos
sistemas. "Desde el principio del Mundo no ha habido tres invenciones tan grandes - dice el
Marqués de Mirabeau- ni que hayan dado tanta estabilidad a las sociedades políticas, no
contando ahora con otros inventos que las han enriquecido y adornado, como la de la
escritura, la cual solamente habilita a la naturaleza humana para transmitir sin alteración
sus leyes, sus contratos, sus anales y sus descubrimientos. La segunda es la invención de
la moneda, que liga todas las relaciones que tienen entre sí las naciones civilizadas. La
tercera la Tabla Económica (Tableau), que es el resultado de las otras dos, que las
completa perfeccionando sus objetos; el gran descubrimiento de nuestra edad, pero
cuyo beneficio y fruto sólo nuestra prosperidad ha de ser quien los disfrute."
... En todos los países extensos, pues, como Francia e Inglaterra, el número de
empleados en la agricultura se computa por algunos autores en la mitad de los
habitantes del país, otros lo fijan en una tercera parte e ignoramos haya quien haga
bajar aquel número de la quinta. Pero como el producto de la agricultura, tanto de
Francia como de Inglaterra, se consume por la mayor parte en el mercado doméstico,
cada persona empleada en ella, según esta computación, es necesario que no
requiera más parroquianos para el despacho de todo el producto de su trabajo que
uno, dos o cuando más cuatro, como el de su propia familia. Luego, la agricultura
puede sostenerse mejor que las manufacturas en medio de la desventaja de un
mercado limitado y estrecho.
... El ramo mayor y más importante del comercio de una nación es, como hemos
demostrado antes, el que se sostiene entre la ciudad y el campo. Los habitantes de la
primera sacan de las campiñas las rudas producciones que constituyen tanto las
primeras materias de sus tráficos, como el fondo de su mantenimiento o subsistencia,
y las pagan restituyendo parte de ellas a los habitantes del campo, manufacturadas
ya, y preparadas para su inmediato uso. El comercio que entre estas dos clases se
gira, viene por último a consistir en cierta cantidad de todo producto que se cambia por
otra de producto manufacturado. Cuanto más caro sea este último, más barato habrá
de ser el primero, y todo aquello que en un país contribuya a hacer subir el precio de
lo manufacturado, habrá de hacer que baje el del producto rudo de la tierra,
desanimando por lo mismo a la agricultura. Cuanto menor sea la cantidad de producto
46
manufacturado capaz de comprar la que por ella se da de producción ruda, o el
precio de esta ruda producción -que es lo mismo -, tanto menor habrá de ser el valor
permutable de la cantidad citada de rudo producto que por la otra se da en cambio,
y tanto menor también el estímulo para que el dueño del predio o el que lo cultiva
procure aumentar sus producciones mejorando el cultivo y la labor. Todo aquello, pues,
que tenga por sí una tendencia diminutiva del número de artesanos y fabricantes,
será restrictivo del mercado doméstico, que es el más importante para las
producciones rudas de la tierra, y por lo mismo mira a desanimar la agricultura.
Aquellos sistemas, pues, que por preferir la agricultura a todas las demás
artes y negociaciones, y para promoverla, imponen restricciones a las manufacturas y
al comercio extrínseco, obran contra el fin que se proponen, desanimando
indirectamente aquella misma especie de ‘industria’ que pretenden promover. Son
en sí más inconsecuentes y contradictorios que el mismo sistema mercantilista.
Éste, animando las manufacturas y el comercio extranjero, más que la agricultura
del país hace que cierta porción de capital, que habría de emplearse en una
especie de ‘industria’, se desvíe de ella; pero finalmente, viene en realidad a
promover aquella suerte de ‘industria’ que se propone fomentar. En cambio, aquellos
sistemas agricultores (fisiocráticos), por el contrario, desaniman en realidad su
‘industria’ favorita.
Así, pues, cualquier sistema que pretende atraer hacia cierta especie
particular de ‘industria’, con fomentos y estímulos extraordinarios, mayor porción de
capitales de una sociedad que los que naturalmente (libremente) se inclinarían a ella,
o con extraordinarias restricciones lanzar violentamente de cierto género de
‘industria’ particular parte del capital que de lo contrario se emplearía en la misma, es
en realidad subversivo o ruinoso para el intento mismo que se propone conseguir.
Retarda, en vez de acelerar, los progresos de la sociedad hacia la grandeza y riqueza
verdaderas, disminuyendo, en lugar de aumentar, el valor real del anual producto de
la tierra y del trabajo.
Todo sistema de preferencia extraordinaria o de restricción se debe mirar
como proscrito, para que de su propio movimiento se establezca el simple y obvio de
la libertad labrantil, mercantil y manufacturera. Todo hombre, con tal que no viole las
leyes de la justicia, debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor
le parezca a los fines de buscar su modo de vivir, y que puedan salir sus
producciones a competir con las de cualquiera otro individuo de la naturaleza
humana. El Soberano vendrá a excusarse de una carga para cuya expedita
sustentación se hallará combatido de mil invencibles obstáculos, pues para
desempeñar aquella obligación estaría siempre expuesto a mil engaños, cuyo remedio
no alcanza la más sublime sabiduría del hombre. Ésta es la obligación de entender en
la ‘industria’ de cada uno en particular, y de dirigir la de sus pueblos hacia la parte
más ventajosa a sus intereses, cosa que aun los mismos que lo practican con un lucro
inmediato suelen no acabar de penetrar. Según el sistema de la libertad negociante,67,
al Soberano sólo quedan tres obligaciones principales que atender, obligaciones de
gran importancia y de la mayor consideración, pero muy obvias e inteligibles: la
primera, proteger a la sociedad de la violencia e invasión de otras sociedades
independientes; la segunda, poner en lo posible a cubierto de la injusticia y opresión
de un miembro de la república a otro que sea también de la misma, o la obligación
de establecer una exacta justicia entre sus pueblos; y la tercera, la de mantener y
erigir ciertas obras y establecimientos públicos, a que nunca pueden alcanzar ni
acomodarse los intereses de los particulares o de pocos individuos, sino los de toda
67
Nombre que alude al nuevo enfoque doctrinario que propulsa Smith diferenciándose de los de
mercantilistas y fisiócratas.
47
la sociedad en común, por cuanto no obstante que sus utilidades recompensen
superabundantemente los gastos al cuerpo general de la nación, nunca satisfarían
esta recompensa si los hiciese un particular.
El desempeño de todas estas obligaciones de un soberano trae consigo
inmensos gastos, y éstos requieren necesariamente ‘rentas’ que puedan, soportarlos.
Por tanto, en el libro siguiente, se procura explicar, en primer término, cuáles sean los
gastos necesarios de un Soberano o de una República, las expensas que de éstas
deban recaudarse por general contribución de toda la sociedad, y cuáles por la de
algunos miembros y clases particulares solamente; en segundo lugar, cuáles sean los
varios modos de hacer contribuir a toda la sociedad para sostener aquellos gastos
comunes, y cuáles los inconvenientes o ventajas principales de estos diferentes
métodos; y en tercer lugar, cuáles sean las razones o causas que hayan movido a
casi todas las naciones o gobiernos modernos a empeñar parte de estas ‘rentas’ o
contraer deudas nacionales, y cuáles hayan sido los efectos de éstas sobre la
riqueza real o el anual producto de la tierra y del trabajo de la sociedad. En
consecuencia, se dividirá el libro siguiente en tres principales capítulos.68
Apartado 6: Del Tableau fisiocrático a la Matriz de transacciones. Recta
presupuestaria y Frontera de Posibilidades de Producción (FPP)
Para instrumentar las ideas contenidas en los cuadros (“formularios”) del Tableau,
utilizaremos un ejemplo simplificado o modelo como el que sigue.
Supongamos que en una economía autárquica estacionaria existe un sector de
producción agrícola, del que resulta una producción anual de trigo69. Para lograrla,
debieron aplicarse a la tierra, dado un estado ancestral de las técnicas de cultivo,
cierto monto de insumos (semillas, por ejemplo), así como “otros insumos” y/o
herramientas. Asumimos que esas manufacturas son producidas fuera del
establecimiento predial (aunque no siempre, ni significativamente en aquella época,
sucedía así).
En este ejemplo se encabezan las tres primeras columnas de la tabla con las
entradas al inicio del período agrícola anual (insumos primarios, manufacturas - allí
se registran los “otros insumos” o herramientas-, y subsistencias de labradoresempresarios y empleados 70). La cuarta columna indica la salido o producción física
al cierre del ejercicio o período anual de cosecha. que encabeza la tercera columna.
Agro 71
Insumos Manufacturas Subsistencias
10 u.b.t
5 u.b.m
5 u.b.t
68
Qt
30 u.b.t
Quede este párrafo final como noticia de otros temas que Smith trata en su obra y que no veremos
en este curso.
69
Los montos de producción física, convendremos, serán indicados de aquí en lo que resta del curso
mediante “Qi” donde el subíndice indicará el tipo de bien al que se aluda. En caso que corresponda se
indicará el producto neto mediante “Yi”.
70
Se supone que se aplicó el trabajo directo de un cierto numero de labradores, que aquí no se
especifica, pero que se asumen están indirectamente representados por sus remuneraciones
comprendidas en el fondo de subsistencias.
71
Donde u.b.t (unidades de bien trigo) indica la cuantía de trigo insumido y/o cosechada ya sea en
arrobas, libras o kilos, según el sistema de pesos y medidas del país. Por su parte, u.b.m indica ídem
respecto a las unidades de bien manufacturado.
48
Podríamos, a efectos de parecer más “realistas”, complicar la situación indicando
que parte de las 5 unidades de bienes manufacturados, por ejemplo 4 de ellas, se
emplean en la producción propiamente dicha; mientras que la otra restante conforma
el fondo de subsistencia de los agricultores junto a las 5 u.b.t. En tal caso, éste fondo
de subsistencia se conformaría por (5 u.b.t , 1 u.b.m) mientras que los insumos
manufactureros serían entonces 4 u.b.t. No lo haremos por ahora, más adelante en
el curso incluiremos cestas de consumo heterogéneas o con varios componentes.
Continuaremos, pues, en la simplificadísima situación de asumir un único componte
en el consumo de los labriegos por razones de parsimonia didáctica.
Otra advertencia que corresponde es la siguiente: no será objeto de preocupación
central de Quesnay estudiar de qué diversas maneras, ni tampoco el específico
modo de cómo pueda repartirse ese fondo entre patronos y empleados: la
distribución entre obreros y capitalistas no es objeto de su análisis.
Si el labrador es un trabajador familiar, que trabaja él y su familia, el fondo de
subsistencias es directamente su ingreso, obviamente. Pregunta: ese fondo ¿es un
flujo o un stock? Dos labradores que perciban el mismo ingreso pero posean
distintas casas habitación familiar ¿son igualmente ricos?
La tierra, por su parte, ha sido arrendada por la clase propietaria (terratenientes) a
un arrendatario capitalista (o “colono” como le llaman los ingleses), el labrador, que
invierte sus fondos y contrata empleados o trabajadores asalariados. Se da por
sentado que el fondo de subsistencias habrá de ”pagar”, en especie, ambas
remuneraciones: no sólo del personal asalariado del establecimiento, sino también
las propias ganancias o beneficios del empresario agrícola o labrador 72. Los
fisiócratas no se detienen a estudiar el reparto de ese fondo de subsistencia entre
obreros asalariados y empresarios.
Por otra parte, en la ‘manufactura’ o “industria artesanal”, supongamos que la
producción viene dada por
Insumos
5 u.b.t
Estéril
Manufacturas Subsistencias
Qm
-----5 u.b.t
10 u.b.m
No se nos ofrece tampoco aquí detalle respecto a la subdivisión del fondo de
subsistencias entre obreros y capitalistas de éste sector, pero la idea que subyace
es análoga a la anterior respecto a relación de contratos dados inercialmente entre
patronos y obreros. Esto supone omitir la explicitación de la rentabilidad empresarial
como factor que afecta la toma de decisiones de dichos agentes.
En el caso de que la producción ‘manufacturera’ la realizara un artesano
independiente, todo el fondo de subsistencias constituiría su ingreso. En definitiva, si
hay empresarios y obreros, el fondo indicado remunerará los respectivos salarios y
beneficios; ídem cuando el “labrador” agrícola no contrata trabajo asalariado y labora
directamente él y su familia.
La determinación de los precios relativos no es tampoco objeto de explicación por
72
Habremos de esperar a Turgot, Smith y otros para que se nos propongan explicaciones
distributivas al respecto. Entre tanto, en este apartado el “fondo de subsistencias” comprende lo que
lo que otros autores separarán en salarios del obrero y beneficios del empresario capitalista (S + B).
49
Quesnay: simplemente se les suponen fijos, constantes o dados. Asumamos que los
mismos son 73
Pt = $1
y
Pm = $1
Donde el primero es el precio monetario unitario del trigo (Pt) y el segundo del bien
manufacturado (Pm). Tal suposición conlleva implícita una relación de intercambio
(trueque) en el mercado de
1 u.b.t
se cambia por
1 u.b.m
Este supuesto nos permite decir que el análisis de los fisiócratas
es, predominantemente, realizado en términos de variables reales dado
que los precios nominales o monetarios invariables no aportan mucho a
la explicación de lo mecanismos de producción e intercambios del
cuadro. En rigor, los flujos de intercambios podrían ser explicados en
términos de trueques, dadas las relaciones de intercambio y el pago de
la renta, ambas en especie, sin que para ello fuera necesario
; Pm = $z), ni el nivel de
especificar los precios nominales ( Pt = $y
precios promedio de la teoría cuantitativa: basta conocer los precios
relativos Pt /Pm = x. Sin embargo, sería conveniente que Ud. calculara
aquí, mediante el empleo de la ecuación cuantitativa, la cuantía de M
dados los precios relativos anteriores en la hipótesis de que V = 2,5 y el
saldo externo es nulo (∆M=0).
¿Cómo se fija el monto de la renta que recibe la clase terrateniente?.
Ya sabemos, nos lo anticipaba el texto de Smith supra, que ésta habrá de absorber
todo el producto neto del sector agrícola, el que también es, en esta concepción, el
valor agregado de la economía toda. Se la asumirá formalmente fijada por un
contrato de arriendo anteriormente acordado (de 9 o 26 años, por ejemplo).
Asumámosla entonces como establecida desde antaño en Z u.b.t. en especie (o $Z
a los anteriores precios constantes) La cuestión es: ¿cuáles serían los montos
posibles de Z?
El requisito es que sus montos posibles (R= Z) sean tales que el proceso de
circulación o de intercambios al menos, permita la repetición del proceso anual en el
siguiente año en situación estacionaria 74.
¿A cuánto pude ascender (techo), sea en especie o cantidades físicas, sea en su
equivalente monetario, el monto que pidan los terratenientes a los empresarios
capitalistas de ese sector para que el modelo estacionario sea viable en las
condiciones de los cuadros bisectoriales arriba señalados?
73
Si en lugar de esos usáramos los de Pt = Pm = $100, las cifras de estos ejemplos coinciden con las
del ejemplo de la “inflado” anteriormente presentado. Atención, aunque los fisiócratas asumen dados y
no explican la conformación de los precios, éstos no pueden elegirse arbitrariamente cualesquiera:
deben elegirse precios que hagan compatibles los flujos e intercambios necesarios a la circulación.
74
Proceso que se reitera, si le place concederlo, a lo largo de tanto tiempo como duren los contratos
de arriendo promedio y las condiciones incambiadas de clima, técnicas y costumbres que “fijan” los
consumos y remuneraciones “estables” de las tres clases.
50
- Si la renta pedida fuera de 20 u.b.t ($20), quedarían en manos de los
empresarios agrícolas10 u.b.t ($10) que: o bien se destinan a cubrir el fondo de
subsistencia (los ingresos de obreros y capitalistas del sector), con lo cual
dispondrían de 5 u.b.t ($5), cifra que a los precios indicados no permite reponer los
insumos y manufacturas requeridas para mantener la producción en la misma
escala: podrían, a lo sumo, reponer la mitad de los insumos y manufacturas
empleados (en insumos 5 u.b.t, y, en herramientas, manufacturas por 2,5 u.b.m), y
utilizar, simultáneamente, la mitad del fondo de subsistencias (2,5 u.b.t, lo que
equivale a emplear menos mano de obra). Si éste fuera el caso, la producción
agrícola del siguiente período, ceteris paribus75, descendería (menos de 30 u.b.t).
- Si la renta pedida fuera de 10 u.b.t ($10), quedarían en manos de los
empresarios agrícolas 20 u.b.t ($20) -que una vez cubierta la reposición de insumos
manufacturas (10 u.b.t, 5 u.b.m; $15)-, dejaría en manos de los empresarios un
monto suficiente para cubrir el fondo de subsistencia (los ingresos de obreros y
capitalistas del sector) y la economía podría perdurar en la misma escala de
actividad global.
De repetirse esta última situación, al subsiguiente período no descendería la
producción como en el caso anterior y, ceteris paribus, todo se reiteraría en el sector
en forma similar al estado de partida (se continuaría en estado estacionario).
¿Qué sucedería si la renta fuera menor (piso) a la cifra anterior? Es cosa que no
evaluaremos en el marco fisiocrático. Ello obligaría al análisis de otros aspectos –
una explicación de la determinación de la distribución cambiante entre salarios y
beneficios- que no son particularmente considerados en el Tableau. Concedamos
que el nivel de renta mínima para el propietario terrateniente debería permitirle
sobrevivir con su familia. Por otra parte, si la renta fuese menor a 10 u.b.t habría que
explicar cómo, en un marco de libre competencia, se conformarían las tasas de
beneficio o rentabilidades de los empresarios agrícolas versus los manufactureros,
cuestión que los fisiócratas no estudian (cuestión que se verá recién en Smith)
Conformémonos con la versión del formulario de libre competencia - el que usan
para persuadir respecto a “no hacer” (o deshacer), mediante aquellas “arbitrarias
instituciones o intervenciones” gubernamentales que según ellos contribuían a la
caída registrada del producto en esos años. A fin de cuentas, los fisiócratas toman,
teóricamente, el estado estacionario como obvio nivel mínimo de actividad, requisito
mínimo o plataforma para cualquier posible crecimiento económico.
Asumamos, sin entrar en mayores exigencias, que la renta (Z), ingreso de los
terratenientes, prevalece fijada en R = 10 u.b.t = $10.
Dado ese monto quedaría disponible un “fondo” restante que haría viable la actividad
agrícola, permitiendo la reposición de sus insumos (10 u.b.t de auto reposición), su
fondo sectorial de subsistencia (5 u.b.t), y, también, la posibilidad de poder
75
Expresión latina, frecuentemente empleada en numerosísimos textos de economía, para indicar
que “todas las restantes condiciones de la situación de la que se viene hablando, salvo las que ahora
explícitamente se avisa que cambiaron, se mantienen tal cual su situación indicada en el paso previo
o mención anterior”. De modo que como esa expresión abrevia significativamente el texto, dada la
frecuencia con que se comparan situaciones “casi iguales” salvo por la dimensión, factor o aspecto
que se aísla y analiza, conviene se memorice su significado, pues por economía la emplearemos
reiteradamente.
51
intercambiar 5 u.b.t a través del mercado para obtener el reemplazo de las
manufacturas insumidas (5 u.b.m) a los precios dados relativos.
Sin embargo, esas estipuladas condiciones no garantizan, por sí solas, la
reproducción sostenida del sector agrícola ya que éste depende de la obtención de
insumos manufactureros: es necesaria la viabilidad del sector manufacturero, el que,
siendo estéril desde el punto de vista de la creación de producto neto agrícola, sin
cuya reposición tampoco podría repetirse estacionariamente la actividad
agropecuaria.
Es aquí, entonces, que emerge como relevante la consideración del papel de los
terratenientes en el “uso o asignación de la renta”, es decir, la importancia de sus
decisiones sobre la renta percibida en tanto gasto de dicho ingreso.
Si los terratenientes consumieran todo ese producto neto en alimento, es decir, se
“comieran” todo el trigo equivalente (10 u.b.t), la ‘industria’ o sector manufacturero no
sería viable pues, a lo menos, no habría trigo para la sobrevivencia de artesanos
independientes, ni de obreros ni empresarios ‘industriales’.
Los fisiócratas apelan entonces a otras cuatro nociones, incorporadas como datos76,
a la consideración de ese asunto.
1.- La noción de “limitada capacidad del estómago”, que afirma que: los volúmenes
de alimentos (pan, leche, carne, etc.) que puede consumir una persona por día son
limitados. De la misma forma sucede respecto a los referidos al consumo anual, para
365 días, de núcleos dados y reducidos de familias terratenientes. (consumo físico
per cápita de cada artículo es limitado)
2.- La “motivación inherente al hombre” de aumentar la diversidad de “cosas útiles y
agradables a la vida”. (tendencia a sustituir disponibilidades de bienes excesivas por
otros nuevos o no tan abundantes, diversificación del consumo)
3.- Que la población disponible se ajustará a la suficiencia del fondo de alimentos
existentes. (recordar cita de Cantillon adoptada por el fisiócrata Mirabeau, ver supra)
4.- La propensión a la división del trabajo.
A partir de 1) explicarán la liberación del consumo personal por los terratenientes de
una parte del trigo por ellos recibido. Por 2) su propensión a destinar esas partidas
“liberadas” al goce de otros bienes o servicios (manufactureros, por ejemplo). Por 3)
a la posibilidad de asignar parte del exceso de alimentos en manos de los
terratenientes al servicio doméstico de nueva población que a ellos se oferte. Por 3)
y 4) a la subsistencia de nuevos artesanos con los que intercambiar por otros bienes
manufacturados.
En definitiva, aducirán que los terratenientes tienen incentivos para asignar parte de
su renta al pago de la servidumbre doméstica 77 y, también, para demandar bienes
76
Datos en el sentido de que las toman cono hechos de la inmediata observación de la realidad. Sin
sentirse obligados a aportar ninguna teorización justificativa (al modo de axiomas), o bien, por
considerar aceptables las explicadas y aportadas por otros autores al respecto.
77
Sea que el actual estado estacionario proviniese de crecimientos antiguos o condujese a deseables
crecimientos futuros del producto neto (Renta). Los “contratados en sus casas”, como dice el texto
52
manufactureros (incluidos los de lujo de cualquier origen 78), haciendo así viable la
actividad ‘manufacturera’, pues esos gastos permitirían darles a cambio de su
producto artesanal las subsistencias alimentarias que esos artesanos y trabajadores
manufactureros necesitan para aplicarse a sus oficios.
Bajo semejante visión, y, en definitiva, volviendo a nuestro ejemplo numérico, se
requiere, en definitiva, para la viabilidad de la actividad manufacturera, que el
terrateniente demande productos manufacturados para su consumo personal de por
lo menos por 5 u.b.m.. Si vendiera o trocara la mitad de su renta en trigo, dados los
precios relativos supuestos, por 5 u.b.m, entonces, con esa acción, habilitaría a que
la ‘industria’ ‘manufacturera’ pudiera disponer del fondo de subsistencia necesario
para repetir sostenidamente su proceso en la misma escala. (equilibrio en el
mercado de bienes de consumo)
Observe que el nivel de actividad del sector manufacturero indicado en el cuadro
anterior, así preservado, es el mínimo nivel requerido también para que el sector
agrícola pueda mantener a su vez la reposición de manufacturas que necesita para
permanecer en estado estacionario (donde los intercambios sectoriales, 5 u.b.m por
5 u.b.t., conllevarían, a los precios relativos dados, al equilibrio en el mercado de
bienes intermedios propiamente dichos; el equilibrio del mercado laboral lo asumen
implícitamente dado, aunque no indagan al respecto).
Ya dimos a entender que si los terratenientes, consumieran personalmente más de 5
u.b.t provocarían una caída en el nivel de actividad manufacturero, y, por vía de
éste, también del propio nivel de sector agrícola y de la renta a percibir en el período
subsiguiente. Caso donde en el siguiente año (∆ Q < 0).
Demos entonces por garantida la viabilidad estacionaria de ambos sectores, ¿qué
cree Ud. que pasaría si los terratenientes decidieran consumir menos de 5 u.b.t,
digamos 4 u.b.t.? Los efectos del gasto que finalmente realicen con el poder de
compra de la 1 u.b.t ahorrada podría ir, en todo o en partes, 1) a aumentar el nivel
de ocupación de los trabajadores domésticos, 2) por algún mecanismo intermediario
o por terratenientes que también actúen como empresarios manufactureros a
aumentar el nivel de actividad de las manufacturas y, en éste caso, el nivel de
producción de este sector.79 Retomaremos ese caso al final de éste apartado.
Como se ve, el enfoque atribuye a los terratenientes un papel importantísimo pues:
a) como propietarios de la tierra, son los perceptores del producto neto
b) como consumidores, porque según sean sus decisiones de gasto facilitaran
o no el intercambio final de requerimientos productivos entre la actividad
agrícola y la manufacturera, así como la preservación y crecimiento del
nivel de actividad y empleo productivo e improductivo. (ahorro e inversión)
previo de Smith. Servidumbre conformada por cocineros, jardineros, cocheros, peluqueros, sastres,
zapateros, palafreneros, herreros, etc. Además, por proporcionarles a éstos un ingreso derivado de
aquella renta, de forma que al menos subsistan cada uno de ellos y su respectiva familia, aumentaran
la capacidad de absorción alimentaria total, ensanchando así el mercado de trigo.
78
Interno o importado, pues en aquella época el motivo y mayor incentivo y contenido del comercio
exterior, dejando a un lado los pertrechos militares del gobierno, versaba sobre bienes de lujo de los
ricos de la nación. Y así es retomado en el modelo de estado estacionario fisiocrático.
79
No se exploran aquí los efectos que traería el uso de esos “ahorros” en gasto de inversión en sus
propios predios (mejoras fihas, etc.), pues no lo indagaron explícitamente los fisiócratas.
53
Supongamos que toda R se destina a consumo (ahorro nulo) y en la proporción
requerida para la viabilidad del nivel de actividad global estacionario.
Veamos en ese marco la mecánica de la circulación, o intercambios en el mercado,
bajo la hipótesis, repetimos, de que los terratenientes hacen “el debido gasto” (gasto
que facilita la coincidencia de las demandas totales con las oferta totales para
ambos bienes o mercados de los mismos a los precios dados).
Como el dinero juega aquí un simple papel de circulante, el modelo asume, sin
explicar, que el monto de monedas metálicas o billetes convertibles es, digamos, de
10 unidades monetarias (M = 10).
Los intercambios, sin importar el orden, son 80:
- Los terratenientes cobran $10 en renta. Compran al agro 5 u.b.t entregándole
$5, y a la ‘industria’ entregan los restantes $5 al comprarle 5 u.b.m. Con ello
conforman su consumo (5 u.b.t, 5 u.b.m) y culminan su actuación en el mercado.
- Con esos $5 recibidos, el agro compra a la ‘industria’ 5 u.b.m con lo que
repone sus herramientas.
- La ‘industria’ con los $ 10 ($5 + $5), recibidos de aquellos dos agentes,
compra al agro 10 u.b.t con lo que repone sus insumos y subsistencias, quedando
en condiciones de volver a producir.
Como resultado de éste último paso, el agro queda disponiendo de las 10 unidades
monetarias que volverá a utilizar para pagar al terrateniente, en el siguiente año, el
alquiler de la tierra convenido a fin de seguir cultivándola. Así, el juego, en un marco
ceteris paribus, puede volver a repetirse sin aumentos ni disminuciones (∆ Q = 0).
¿Qué cree Ud. que pasaría si los precios monetarios se duplicaran (Pt = $2 y Pm =
$2), a la par que se duplica el stock de circulante a $20 unidades monetarias
(M=20)?
¿Cuál supone Ud. sería la cantidad de dinero o circulante total requerida si,
manteniendo los precios iniciales, mediara una agencia comercial del Estado que
comprara toda la producción agrícola en una sola transacción, y toda la producción
‘industrial en otra transacción paralela y simultánea, y luego vendiese de un envión
todos los bienes (¿V?), a los mismos precios, a sus respectivos demandantes?
Llegados a este punto, importa recalcar el cuidado con que debemos tratar aquellos
conceptos cuyo significado, como es el caso de “producto neto”, va a cambiar en los
distintos autores o escuelas. Será necesario no confundir, de aquí en más, los
términos producción y producto: ya sea que éstos se apliquen a una empresa,
sector, o la economía toda.
La producción de la economía toda (global) es (30 u.b.t, 10 u.b.m) en términos
físicos, y, en valor, asciende a $ 40 ($30 + $ 10).
80
No olvide que todos estos intercambios que se enumeran, que suponen propician los equilibrio de
esos respectivos mercados, se basan en los precios relativos supuestos, pues otros precios
arbitrariamente elegidos los harían inviables, imposibilitando se sostuviera el estado estacionario del
modelo.
54
La producción agrícola es: 30 u.b.t en términos físicos, y de $30 en valor; mientras
que su producto neto agrícola es 10 u.b.t en términos físicos, y de $10 en valor,
calculado por la vía de la producción. En éste enfoque, el “valor agregado” agrícola
es también el global de la economía toda.
Sin embargo, calculado el producto neto por el lado del gasto (vía del gasto), el
producto neto es, como antes, $10 en valor, pero será distinto en su conformación
física (5 u.b.t, 5 u.b.m). Mediciones ambas, la de la producción y la del gasto, que
siendo iguales en magnitudes nominales no lo son en términos físicos o de
composición real.
Se verá también, posteriormente en el curso que según cómo se aplique uno u otro
criterio o principio de valoración y/o medida de precios relativos reales, las
magnitudes valoradas de producción y producto cambiarán aún cuando sus
conformaciones físicas (en variables reales) fueran las mismas.
Para terminar, veamos la manera de registrar los intercambios de nuestro ejemplo,
ordenando la información de lo acontecido en el período mediante la Matriz de
transacciones (de compras y ventas) intersectoriales81
Compras
Ventas
C.Prod.
C. Est.
Clase
Alimentos
Producti- Insumos
va. Agro
Clase Estéril
(manufacturas)
Propietarios
Sector Final
Total
$ 5 (5 u.b.t)
$10 (10 u.b.t)
$5 (5 u.b.t)
$ 5 (5 u.b.t)
$5 (5 u.b.t)
$30
$5 (5 u.b.m)
------------------
$5 (5 u.b.m)
$10
$10
-----------------
$30 (30 u.b.t) $10 (10 u.b.m)
Prop.
-------------($10)
Total
($10)
$40
El “valor de la producción total”, o valor de la producción bruta (VPB) del agro
asciende $30.
Los insumos agrícolas ascienden a $15.
El fondo de subsistencias (alimentos), que remunera salarios y beneficios, es tratado
por Quesnay al modo de “insumos” para la producción y asciende en este ejemplo
a $5 en el agro. De la misma manera que los insumos intermedios del agro no
agregan valor (no crean producto adicional o neto), el tratamiento fisiocrático de las
remuneraciones de capitalistas y obreros al modo de “insumos intermedios” conlleva
a que no aparezcan agregando valor en la industria (si lo hacen en la agricultura, “lo
hacen” en la forma de “medios” para que la “madre tierra” otorgue el producto
adicional), cuestión que ésta que será revisada y reformulada por Smith.
81
Las primeras tablas de este tipo fueron elaboradas, en la primera mitad del siglo XX, por Leontief
registrando información sobre la economía norteamericana. Su metodología, así como las
aplicaciones a la economía uruguaya, serán estudiadas en Economía Descriptiva con más detalle. En
nuestro curso las usaremos simplificadamente para resaltar los diferentes resultados a los que arriban
de los distintos enfoques que estudiaremos.
55
De modo que el total de “insumos intermedios” agrícolas fisiocráticos es la suma de
éstos dos anteriores y resulta $20 ($15 insumos + $5 de subsistencias).
Así las cosas, el producto neto o “valor agregado fisiocrático” se obtiene por la
diferencia del valor de la producción bruta del agro menos los gastos todos en los
“tres insumos” (materias primas, herramientas y subsistencias), resultado que es:
$30 – ($ 10 + $ 5 + $ 5) = $10.
En la ‘industria’, por su parte, no hallaremos producto neto alguno, como ya
sabemos, por la forma en que son tratadas las remuneraciones de obreros y
capitalistas ( también allí como una simple reposición de subsistencias “insumidas”).
Dado que el valor bruto de producción ‘manufacturera’ es $10, y los “insumos todos”
son la suma de materias primas agrícolas y el fondo de subsistencias de sus obreros
y empresarios ($ 5 + $ 5), el producto neto de las manufacturas es 0 ($10 – ($ 5 +
$5)).
A nivel de la economía toda, el producto neto global resulta de la suma de los
productos netos sectoriales. En este caso los del agro ($10) y la ‘industria’ ($ 0, por
definición).
Conviene distinguir la distinta composición real del producto neto en la producción,
de la de éste a la salida de la circulación o como cesta para el consumo.
El producto neto real en la producción: 40 u.b.t – ((10 u.b.t.+ 5 u.b.t) – ( 5 u.b.m)) –
(5 u.b.t +5 u.b.m) = 10 u.b.t. 82, antes de los intercambios o del proceso circulatorio.
El producto neto real desde el punto de vista del gasto, una vez realizados los pagos
e intercambios, es, convertido para el consumo final de los terratenientes (del mismo
monto monetario $10 pero con distinta composición física) de (5 u.b.t , 5 u.b.m).
Posibilidades de compatibilidad de la producción y el consumo en estado
estacionario global.
Repliquemos la tabla de las condiciones sectoriales de producción de nuestro
ejemplo:
Sector
Agro
Manuf.
Total
Insumos
10 u.b.t
5 u.b.t
15 u.b.t
Manufacturas
5 u.b.m
-----5 u.b.m
Subsistencias
5 u.b.t
5 u.b.t
10 u.b.t
Qm
30 u.b.t
10 u.b.m
(30 u.b.t, 10 u.b.m)
El valor de la producción bruta, a los precios dados, ascendía a $40, la renta o
producto neto a $10, de modo que los restantes $30 son los fondos de “capital”
(incluidas las remuneraciones uniformes de los capitalistas que en este enfoque se
hallan dentro de las subsistencias) aplicados $20 al agro y $10 a la industria.
Ilustremos primero mediante la herramienta gráfica de la Recta Presupuestaria las
82
Para aplicar esas operaciones aritméticas de suma y resta sobre esos “heterogéneos”, se requiere
homogeneizarlos, lo que se hace mediante los precios relativos (Pm/Pt = 1) que permiten sustituir 1
u.b.m por 1 u.b.t.
56
posibilidades de compras que en principio podría hacer el terrateniente (que por
simplificación asumimos que es un solo personaje), que dispone de una renta de
$10 y puede comprar “bienes t” y “bienes m” a precios dados Pm/Pt = 1.
Representamos en los ejes las cantidades físicas de bienes y los puntos sobre la
línea representan las posibilidades teóricas de cestas a comprar gastando toda la
renta (ahorro nulo).
u.b.m
recta presupuestaria del terrateniente
10
A (5 u.b.t, 5 u.b.m)
10
u.b.t
El punto A representa la cesta que venía comprando el terrateniente en la situación
descrita en la matriz de transacciones anterior. Los restantes puntos sobre la recta, a
la izquierda y la derecha de A, son “posibles” cestas comprables, pero ya sabemos
que si comprara, por ejemplo, cualquiera de las cestas de intersección de los ejes –
(10 u.b.t, 0 u.b.m) o, alternativamente, (0 u.b.t, 10 u.b.m)-, provocaría la inviabilidad
de la reproducción de las actividades de producción sectoriales impidiendo la
requerida reposición de insumos y/o subsistencias sectoriales necesarias para
mantener el correspondiente nivel de actividad estacionario. De modo que no todas
las cestas de esa recta de presupuesto son compatibles con la viabilidad
estacionaria del sistema queynesiano en su conjunto: solo un subconjunto de las
posibilidades indicadas en la recta lo serían (en éste caso un único punto).
Ilustremos ahora mediante la herramienta gráfica Frontera de Posibilidades de
Producción (FPP), el conjunto de posibilidades de producción bruta, pues la
aplicación de la FPP a graficar el producto neto del “mundo fisiocrático”, no debería
escapársele, solo podría ser representado por un punto en el eje correspondiente a
la producción agrícola ya que el aporte del sector manufacturero al producto neto
producido es 0 u.b.m.
Optemos entonces por representar una específica FPP para recoger, no el producto
neto, repetimos, sino la producción bruta de los dos sectores. Se asume como
supuesto formal que los factores limitativos son: “el capital monetario remunerado
uniformemente” de $30; la totalidad de tierras disponibles; la población dada
(particularmente la ocupada).
La primera tentación es aplicar proporcionalidades constantes y aducir que, si
aplicando $20 el agro produce 30 u.b.t, si se aplicaran los $30 llegaría a producir 45
u.b.t. Por su parte, análogamente, si con $10 en la industria se producen 10 u.b.t,
aplicando la totalidad del recurso limitativo a ese sector se obtendrían 30 u.b.m 83.
83
Esto trae implícitos ciertos supuestos respecto a la maleabilidad de los insumos o de los fondos y
recursos sectoriales en cuanto aptos para ser usados en una u otra actividad y, también, sobre los
rendimientos técnicos o físicos de las respectivas producciones sectoriales, entre otros, que
habremos de rediscutir más adelante en el curso.
57
u.b.m
30
Q (30 u.b.t, 10 u.b.m)
10
30
45
u.b.t
Lo único efectivo es que se han producido las cantidades indicadas por el punto
Q(30 u.b.t, 10 u.b.m). La línea punteada de la FPP deja abierta la interrogante sobre
si esas otras cestas de producción bruta son efectivamente viables.(ya vimos que en
la visión fisiocrática ilustrada no lo serían)
Pero antes de eso observe que las pendientes de esta recta, ignorando el
formalismo del signo negativo de la misma, y la de la recta presupuestaria del gráfico
anterior son distintas: aquí es 0,666 y allá 1. Allá corresponde a los precios relativos
(Pm/Pt = 1), pero aquí no.
Debería resultar obvio que una movilidad de capitales que conduzca a
especialización completa en producción agrícola de la economía es inviable, en las
condiciones estructurales del modelo presentado, porque esa actividad requiere de
insumos manufactureros, por lo cual una solución de esquina como (45 u.b.t, 0
u.b.m) será matemáticamente interesante pero no es viable en éste modelo
económico. Asimismo, intuitivamente puede comprenderse que numerosísimas otras
cestas sobre la FPP punteada tampoco serian viables.
Pero, sin ser exhaustivos, vayamos simplemente al caso en el que acontece, por
razones que no viene a cuento indagar, un cambio de la demanda final de los
terratenientes que deciden sustituir una cesta compuesta por (5 u.b.t., 5 u.b.m) por
otra compuesta por (4 u.b.t, 6 u.b.m), reduciendo, digamos, sus empleados
domésticos para dedicar ese $1, que aquellos gastaban en alimentos en su castillo,
a incrementar su consumo de bienes manufacturados respetando su restricción
presupuestaria(R = $10).
Nos salteamos aquí el mecanismo de Cantillon de cambios de precios relativos de
mercado a favor de los bienes industriales, así como de la operatoria de las
secuencias de ajustes implicadas. Vamos directamente a una posible solución final,
con los mismos precios relativos naturales iniciales pero con actividades sectoriales
de producción reacomodadas, luego de la movilidad de los recursos entre sectores
(recuerde que no nos preguntarnos sobre los plazos y costos requeridos para esos
desplazamientos de recursos, pero digamos que los empleados domésticos
despedidos se re ocupan en la manufactura), al nuevo consumo y bajo el supuesto
de que se mantiene el nivel de producción de estado estacionario inicial.
Sector
Agro
Manuf.
Total
Insumos
11 u.b.t
4 u.b.t
15 u.b.t
Manufacturas
4 u.b.m
-----4 u.b.m
Subsistencias
5 u.b.t
6 u.b.t
11 u.b.t
Qm
30 u.b.t
10 u.b.m
(30 u.b.t, 10 u.b.m)
Dejamos también pendiente la discusión respecto a cómo podrían mantenerse las
producciones sectoriales a la par que se altera la composición de insumos aplicados
58
en ambos sectores.
En éste nuevo cuadro, el valor bruto de producción se mantiene, a los precios
naturales fijos iniciales, en $40, el producto neto producido en el agro $10 ($30 $20), el total de fondos aplicados en ambos sectores continua siendo $30 ($20 +
$10). El nivel de ocupación de ambos sectores es mayor, con más ocupación
industrial y menor agrícola relativa, pero la ocupación total aumenta por la entrada
de los empleados domésticos despedidos en los servicios y retomados en el sector
estéril manufacturero.
No discutiremos ahora el hecho de que el cambio de insumos y subsistencias implica
una alteración de la estructura productiva manufacturera, y tampoco de cómo a
pesar de ello puede mantenerse el precio relativo manufacturero incambiado.
Gráficamente, la nueva cesta de consumo, B(4 u.b.t., 6 u.b.m), en la gráfica de la
recta presupuestaria pasa, más a la izquierda y arriba sobre la misma recta de igual
pendiente o precios relativos constantes, a ser
u.b.m
recta presupuestaria del terrateniente
10
B (4 u.b.t, 6 u.b.m)
10
u.b.t
El punto del producto neto permanece en la misma esquina de su no graficada FPP,
mientras que la gráfica de la FPP de producción bruta permanece incambiada.
u.b.m
30
Q (30 u.b.t, 10 u.b.m)
10
30
45
u.b.t
El producto neto desde el punto de vista de la producción continúa siendo (10 u.b.t,
0 u.b.m) pero cambia el producto neto desde el punto de vista del gasto uso final ( 4
u.b.t, 6 u.b.m), ambos por valor de $10.
El nivel de actividad según la producción bruta es el mismo que antes, aunque el
empleo total no doméstico aumentó. El empleo productivo (agro) no varía y aumenta
el improductivo (manufactura) formal en la misma proporción que desciende el
doméstico.
Semejante ejemplo nos obliga a discutir las relaciones que guardan los precios
relativos con las estructuras productivas y sus cambios; las relaciones internas al
fondo de subsistencias en su reparto entre obreros y empresarios; la uniformidad de
la rentabilidad competitiva entre el agro y la industria visto que si el (S+B) de la
manufactura cambio de 5 a 6 y el ingreso sectorial no cambió la rentabilidad implícita
en la manufactura ha cambiado respecto a la del agro. Estas y otras preguntas sobre
59
las relaciones entre estas variables serán el objeto de las discusiones de las
siguientes partes del curso.
Retos: Conforme Ud. la nueva matriz de transacciones y discuta los supuestos
implícitos que llevan a ese particular resultado. Aplique la ecuación cuantitativa para
obtener M bajo supuesto de V = 2,5.
Preguntas para preparar desarrollos sobre temas de la Ficha.
1.- Comente y contraste las distintas definiciones de riqueza real y nominal
tratadas en la ficha.
3.- Señale las semejanzas y diferencias en la calificación de actividades o sectores
productivos e improductivos prevaleciente en las concepciones mercantilista y
fisiocrática, así como la crítica smithiana a las mismas.
4.- Discuta en qué medida la confusión entre riqueza y dinero se aclara mediante
la teoría cuantitativa del dinero, si éste es dinero-mercancía que tuviera un precio
natural real relativo como todos los demás bienes en una economía autárquica.
5.- A la luz del siguiente texto, discuta la relevancia de la balanza comercial como
indicador de la prosperidad de la nación.
“Hay ciertamente otra balanza que, según se incline más o menos a favor de una
nación, ocasiona necesariamente su decadencia o prosperidad. Tal es la balanza o
equilibrio entre producto y consumo anualV.. Esta es enteramente distinta de la
que llaman balanza de comercio. Puede tener lugar en cualquier nación que no
practique el comercio exterior y que esté perfectamente incomunicada del resto del
mundo. Puede considerarse en todo el globo, cuyas riquezas, población y
adelantos es posible que vaya creciendo o disminuyendo gradualmente.
Esta balanza de producto y consumo puede favorecer constantemente a una
nación, aunque continúe siendo desfavorable para ella la llamada balanza de
comercio. Una nación puede importar durante medio siglo o por un período todavía
mayor, un valor superior al que exporte V. puede aumentar por grados la deuda
que contraiga con las naciones V.y, no obstante, puede aumentar en mayor
proporción su riqueza real, que es el valor en cambio del producto anual de sus
tierras y de su trabajo.” (Adam Smith, 1776)
6.- ¿Cómo lograría la libertad de comercio exterior e interior, propugnada por los
fisiócratas, favorecer el progreso de las manufacturas y la agricultura en una nación
predominantemente agrícola? ¿Cómo, dicen, favorecería ello a las clases
propietaria y productiva y a las posibilidades de recaudación por parte del
soberano?
7.- ¿Qué efectos traería un crecimiento sostenido (o “ese continuo aumento, tanto
rústico como manufacturero, de las naciones prediales”) respecto a la
competitividad de esa nación en el mercado externo?
8.- Los altos y arbitrarios impuestos, así como las prohibiciones comerciales, ¿a
través de qué conductos deprimirían el trabajo productivo y afectarían el nivel de
actividad de la nación (o bien frenarían su crecimiento)?
60
Anexo: Conceptos, relaciones y problemas clave.
Extracción de conceptos y problemas claves aparecidos en ésta ficha y que serán
objeto, junto a otros que irán apareciendo en los materiales subsiguientes, de
sucesivas discusiones y reconsideraciones a lo largo del curso y a los que Ud.
deberá prestar atención y reflexión.
- Riqueza
- Dinero-mercancía (oro o plata: bienes reales) y dinero fiduciario (papel
inconvertible).
- Saldo comercial y variación de reservas.
- Variables stock y variables flujo. Riqueza-stock (W) y riqueza-flujo (∆W).
- Nivel de precios, precios relativos. Precios corrientes y precios constantes.
- Cantidad y velocidad del dinero-metálico
- Variables nominales y reales. Patrón o medida de valor
- Precios de mercado y precios naturales; nominales y reales; precios relativos
- Producción, insumos y producto. Valor agregado: descriptivo y teórico.
- Agregados heterogéneos y homogéneos y su medición
- Fondos, adelantos, recursos, Capital.
- Estado estacionario, evolución secular. Cambios y ajustes temporales y
permanentes. Estado estacionario intertemporal (período agrícola anual referencial).
- Corto y largo plazo: el período temporal de referencia.
- Estructuras de mercado: competencia restringida (proteccionismo mercantilista),
libre competencia (laissez faire), Monopolio, estructura oligopólicas.
- Costo de oportunidad, asignación de recursos, oferta y demanda. Demanda
efectiva. Mecanismos de ajuste en el mercado.
- Equilibrio de un mercado y equilibro general, y sus relaciones con el corto y largo
plazo
- Ciclo agrícola, movimiento cíclico del ingreso a corto plazo (fluctuaciones), crisis
general.
- Mercancías como subconjunto de los bienes necesarios y de lujo.
- Gasto, ahorro e inversión. Acumulación y composición sectorial de la producción y
del producto. Ahorro por privación y ahorro de excedente.
- Efectos de las variaciones monetarias (dinero-metálico) sobre el nivel de precios
y/o los precios relativos reales. Distinción según fuentes de la variación monetaria
(producción minera interna o superávit de comercio exterior); y distinción de sus
efectos de corto y largo plazo reales según el uso (gasto o ahorro) de esos nuevos
saldos monetarios.
- Clases, estratos y agentes económicos básicos. Propiedad, recursos libres y
recursos relativamente “escasos”.
- Costo, salario, beneficio, renta. Uniformidad de las remuneraciones en estructuras
teóricamente competitivas de mercado.
- Modelo del flujo circular: estado estacionario y crecimiento económico. Población,
subsistencias y empleo productivo e improductivos. Servicios domésticos o
actividades de las que no resultan bienes revendibles y que son tratadas como un
gasto de consumo final instantáneo.
- Relación entre los cambios en las demandas solventes, la división del trabajo y el
ensanchamiento del mercado. Mejoras técnicas: eficiencia artesanal (manual u
organizativa) y/o cambio técnico incorporado mediante nuevos procesos de
producción fabril (sistema de maquinaria de posterior Revolución Industrial).
- Impuestos, aranceles y sistema fiscal.
- Tasa o tipo de interés: nominal o real, de corto o de largo plazo.
61
- Egoísmo, eficiencia y Bienestar.
- Asunción y aversión al riesgo. Incertidumbre.
- El producto neto fisiocrático (riqueza-flujo) y las expensas flujos y stocks.
Neutralidad de las variables flujo nominales en el flujo circular del Tableau. El dinero
stock y su papel en la viabilidad del estado estacionario.
- El papel de los contratos asumidos como fijos e incambiados en términos reales (de
arriendo e implícitamente los salariales) para la viabilidad del estado estacionario
intertemporal. Ingresos “ciertos” e “inciertos”
- Las decisiones de sustitución en el gasto de la clase terrateniente respecto a la
viabilidad del modelo estacionario y respecto al potencial de crecimiento (vía
ensanchamiento del mercado, división del trabajo, mejoras inducidas, etc).
- La necesidad de los equilibrios simultáneos en los intercambios (mercados de
insumos intra e intersectoriales, mercado de bienes de subsistencias, mercado
laboral implícito, mercado de bienes de lujo) para la sustentabilidad del estado
estacionario intertemporal.
- La coincidencia sea por la generación o por el gasto del producto neto valorado
fisiocrático, y su divergencia en términos reales (composición física)
- La Matriz de transacciones, la Recta presupuestaria y las Fronteras de Posibilidades
de Producción (la de la producción y la del producto) como herramientas modernas
aplicadas para una representación estilizada, simplificada, de algunas nociones del
modelo del Tableau.
- Contraste entre las medidas de política económica mercantilista y fisiocrática.
62
INDICE
Presentación, objetivos y recomendaciones
Pág.
1
Apartado 1: Mercantilismo
2
Apartado 2: La teoría cuantitativa del dinero.
7
Apartado 3: Precursores de las primeras teorizaciones económicas : Petty,
Boisguillebert y Cantillon. (Lectura opcional)
16
Apartado 4: Los fisiócratas
28
Apartado 5: Smith sobre los fisiócratas
Sección I: Exposición del sistema fisiocrático
Sección II: Comentarios y críticas a dicho sistema
34
34
42
Apartado 6: Del Tableau fisiocrático a la Matriz de transacciones.
Instrumentos gráficos: Recta presupuestaria y Frontera de Posibilidades de
Producción (FPP)
48
Preguntas para preparar desarrollos sobre temas de la Ficha.
60
Anexo: Conceptos, relaciones y problemas clave.
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Índice
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