Marzo de 2009. Ésta ficha recoge las partes del curso correspondientes a Mercantilistas, primera versión de la teoría cuantitativa del dinero y Fisiócratas. Al final de la misma encontrará un Índice. No se trata, en nuestro curso, de estudiar esas corrientes doctrinarias desde el punto de vista del pensamiento económico, ni, tampoco, de profundizar en cada una de esas visiones o autores. Se pretende que, mediante el tratamiento de ellas, se logre identificar un conjunto de temas, problemas, conceptos y procedimientos que vayan articulando la “agenda y caja de herramientas” que se han ido incorporando y reformulando, en forma perdurable, a la conformación de los contenidos en los que se debate hoy el quehacer de la teoría económica básica. Es claro que el estudiante no alcanzará una comprensión cabal sobre los temas tratados en éste material, su finalidad es propedéutica, es decir, se trata de comenzar a identificar conceptos, procedimientos y problemas cuya comprensión básica alcanzaremos luego de transitada la totalidad del curso. La ficha se organiza en seis apartados. En el apartado 3 las partes correspondientes a Petty o Boisguillebert son opcionales o de lectura ampliatoria; sin embargo, la parte referida a Cantillon, si bien no es objeto de preguntas de evaluación, se recomienda leer pues ayuda a comprender sobre qué plataforma se comienzan a articular las primeras modelizaciones abstractas de teoría económica. Pablo Benvenuto 1 Apartado 1: MERCANTILISMO. Los textos que siguen entre comillas, en éste primer apartado, así como los 2, 3 y 4, se han extraído y reordenado de “Historia de la teoría económica y de su método” de Ekelund y Hébert, Ed. Mac Graw Hill, 3ª ed., salvo que se indique lo contrario. Las notas al pie, intercalados entre paréntesis, negritas y comillas simples, así como subrayados, son generalmente nuestras. “El término mercantilismo se aplica con frecuencia al entorno intelectual e institucional que acompañó al ascenso de la nación-estado... el mercantilismo se refiere a un período intervencionista entre el feudalismo” y la consolidación del capitalismo en Inglaterra, Francia, los Países Bajos, etc. “Describe un credo económico que prevaleció en la época de nacimiento del capitalismo, antes de la Revolución Industrial”. “El término mercantilismo, acuñado por Mirabeau en 1763 para describir ese sistema” de ideas económicas, “parecía dominar el discurso económico desde principios del siglo XVII hasta casi el final del siglo XVIII. Los autores mercantilistas eran un grupo dispar. Muchos de ellos eran comerciantes y muchos simplemente se adhirieron a la causa de sus propios intereses...Aún cuando era un credo compartido por Inglaterra, Holanda, España, Francia, Alemania, Flandes y Escandinavia”..la “falta de cohesión entre los autores mercantilistas puede atribuirse en gran medida a la ausencia de instrumentos analíticos comunes que pudieran compartir y pasar a una generación de sucesores” (Schumpeter et al.). “No obstante, el mercantilismo se basaba en varías ideas unificadoras: doctrinas y pronunciamientos políticos que aparecen y reaparecen a lo largo del periodo” mencionado. “Tal vez el resumen más conciso de los principios mercantilistas sea el que suministró Philipp Wilhelm von Hornick, abogado austriaco que publicó un manifiesto mercantilista de nueve puntos en 1684. El anteproyecto de Von Hornick para la eminencia nacional proclama los temas de la independencia y el tesoro. Sui nueve regla: principales de la economía nacional son; 1. Que cada pulgada del suelo de un país se utilice para la agricultura, la minería o las ‘manufacturas’. 2. Que todas las primeras materias que se encuentren en un país se utilicen en las ‘manufacturas’ nacionales, porque los bienes acabados tienen un valor mayor que las materias primas, 3. Que se fomente una población grande y trabajadora. 4. Que se prohíban todas las exportaciones de oro y plata y que todo el dinero nacional se mantenga en circulación. 5. Que se obstaculicen tanto como sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros. 6. Que donde sean indispensables determinadas importaciones deban obtenerse de primera mano, a cambio de otros bienes nacionales, y no de oro y plata. 7. Que en la medida que sea posible las importaciones se limiten a las primeras materias que puedan acabarse en el país. 8. Que se busquen constantemente las oportunidades para vender el excedente de ‘manufacturas’ de un país a los extranjeros, en la medida necesaria, a cambio de oro y plata. 9. Que no se permita ninguna importación si los bienes que se importan existen de modo suficiente y adecuado en el país, 2 Los puntos de este programa pueden no haber sido aceptados in toto por todos los mercantilistas, pero son suficientemente representativos para caracterizar ese sistema de ideas”. La “caracterización que sigue es una simplificación y una idealización que no puede aplicarse específicamente a cualquier nación mercantilista. Los mercantilismos británico, francés, holandés y español se diferenciaban en muchos aspectos esenciales, por ejemplo. La negación se aplica todavía más a los individuos, hecho que puede comprobarse fácilmente leyendo y comparando los escritos de dos mercantilistas por lo menos. Ningún individuo en particular sostuvo todas las ideas que se expresan más adelante como representativas del pensamiento mercantilista, y la que sigue es sólo una de las posibles caracterizaciones de las ideas mercantilistas”. “Cierto número de mercantilistas sustituyó los preceptos de la «ley divina de Aquino y los doctores medievales por la concepción de una ley natural que gobernaba la organización social. William Petty, contemporáneo a ellos pero no considerado como mercantilista propiamente dicho, “proporciona tal vez el mejor ejemplo del intento de extraer conclusiones sobre el comportamiento económico de analogías con las ciencias naturales. En su Political Arithmetic, advertía que Debemos considerar en general que así como los médicos más sabios no intervienen excesivamente es el tratamiento de sus pacientes, sino que más bien observan y se ajustan a los movimientos de la naturaleza, sin contrariarla con administraciones violentas de su propia iniciativa, lo mismo debe hacerse en Política y en Economía (Economic Writings, I, p. 60).” “Aunque Petty escribía al final del período mercantilista, las teorías de la causación social - esto es, las teorías sobre las tendencias naturales que ordenan los fenómenos del mundo real ya aparecieron a mediados del siglo XVI. Este aspecto de ciertos escritos mercantilistas es de gran interés” para “advertir que estas ideas «racionalistas» no estaban interesadas en los fines divinos. Como señaló Eli Heckscher, autoridad reconocida de las investigaciones sobre este periodo, «En los argumentos de los mercantilistas no había mucho de mística.... no apelaban, en general, a los sentimientos, sino que aspiraban, manifiestamente, a encontrar los fundamentos racionales de cada uno de los puntos de vista por ellos adoptados» (La época mercantilista, p. 748)”. “El interés concreto más importante de los autores mercantilistas parece ser que los recursos de la nación se empleen de tal manera que aumenten el poder del Estado en la medida que sea posible, tanto política corno económicamente. Los siglos XVI y XVII se caracterizaron por la presencia de grandes naciones comerciales. La consolidación del poder tomó la forma de exploración, descubrimiento y colonización. El tema más importante que consideraron los autores mercantilistas fue, comprensiblemente, el del comercio y las finanzas internacionales. El oro y los medios para adquirirlo eran por lo general el nexo de la discusión”. “El papel del dinero y del comercio en el mercantilismo. El dinero y su acumulación constituyeron los intereses primordiales de las nacientes naciones-estado de la época mercantilista. Como ya se ha advertido, un floreciente comercio internacional siguió a la época de los descubrimientos y colonizaciones, y el lingote de oro era la unidad de cuenta internacional. La obtención de oro por medio del comercio y las restricciones comerciales de muchas clases fueron esencialmente ideas mercantilistas, y el dinero, y no los bienes reales, fue equiparado por lo general a la riqueza 1. 1 Siendo el oro y la plata, para aquellos autores mercantilistas, “mercancías producidas”, no parece pertinente atribuirles que el dinero-mercancía no fuese para ellos un bien real. El dinero-metálico era, 3 Uno de los fines idealizados del comercio y la producción era aumentar la riqueza por medio de un incremento de la acumulación de lingotes en el país. El empleo y la ‘industria’ nacionales se promovían mediante el fomento de las importaciones de materias primas y de las exportaciones de productos finales. En una escala macroeconómica, se deseaba un excedente de las exportaciones sobre las importaciones (una balanza de comercio favorable), porque el saldo tenía que enviarse en oro”. “Algunos autores, como Gerard de Malynes, eran bullonistas comprobados, contrarios a cualquier exportación de metates preciosos. Una exportación de esta índole, realizada por la Compañía de las Indias Orientales, fue la causa de un célebre debate sobre el tema a principios del siglo XVII Aunque previamente había adoptado la posición de Malynes, Edward Misselden (1608-1654) atacó la opinión radical bullonista, que suponía una prohibición absoluta de la exportación de metales preciosos, incluso en transacciones individuales. En su lugar, Misselden adelantó la noción de que las políticas gubernamentales debían estar dirigidas a la maximización de las entradas de metales preciosos sobre la base de una balanza general de comercio. Los mercantilistas “produjeron la primera conciencia real de la importancia monetaria y política del comercio internacional y, en el proceso, suministraron a la política económica un concepto de balanza comercial que incluía partidas visibles e invisibles (fletes, seguros, etc.). En el curso del ataque a los bullonistas, por ejemplo, Misselden desarrolló un concepto bastante sofisticado de una balanza comercial expresado en términos de débitos y créditos. En The Circle of Commerce, publicado en 1623, calculó de hecho una balanza comercial para Inglaterra (desde la Navidad de 1621 hasta la Navidad de 1622). Sin embargo, fue un año malo, porque Misselden concluía decepcionado que: Lo vemos para nuestro dolor, que estamos cayendo en un gran déficit comercial con otras naciones. Antes teníamos la sensación de eIlo, pero ahora lo sabemos por la ciencia; antes nos encontrábamos con ello en la práctica, pero ahora lo vemos mediante la especulación2. ¡Ay del comercio, que se acaba y se debilita!.' (The Circle o f Commerce, p. 46). “En la actualidad, la idea mercantilista de «balanza de comercio multilateral» encuentra su expresión en la balanza de pagos entre una nación y el resto del mundo. Básicamente, se compone de cinco cuentas: 1. Cuenta corriente. a) Mercancías, b) Invisibles (fletes, seguros, etc.). 2. Cuentas de capital. a) A corto plazo. b) A largo plazo. 3. Transferencias unilaterales (donaciones, ayuda militar, etc.). 4. Oro. 5. Errores y omisiones. Formalmente, la balanza de pagos siempre está equilibrada, a causa de que se construye según los principios de la contabilidad por partida doble, y así, los junto a todos los demás bienes aludidos, componente efectivo de la riqueza real en aquellas teorizaciones. 2 Conviene lea “especulación”, no el sentido peyorativo actual, sino el de reflexión teórica o explicativa con que en esa época usualmente se empleaba. Podría haberse traducido así: “ahora, además de lo observable, lo demuestra la Razón.” 4 conceptos de «déficit» y «superávit» deben deducirse de la ordenación y de los valores de determinadas cuentas”. Muchos mercantilistas consideraron que “una balanza comercial favorable -y, por tanto, una acumulación de metales - podía mantenerse durante períodos largos e indefinidos” ( superávit a largo plazo). La política económica interior. Muchos mercantilistas ... se apoyaron en el Estado para planificar y regular la vida económica. La lista de políticas especialmente diseñadas para promover los intereses de la nación-estado era larga y variada, Entre estas políticas había clases muy diversas de regulación de la economía nacional e internacional. “Todos los mercantilistas estuvieron de acuerdo en la necesidad de los controles internacionales, pero con frecuencia tenían opiniones distintas cuando se trataba de los controles interiores. Desde el principio encontramos escritos mercantilistas que por una parte alaban los controles económicos internacionales para el enriquecimiento de la sociedad, pero por otra presentan elocuentes alegatos en favor de la no interferencia en el interior”. Sin embargo más allá de predominio de la visión proteccionista persistían las voces contrapuestas al regulacionismo del poder aristocrático centralizado de los estados monárquicos. “Un folleto anónimo (atribuido a John Hales), titulado A Discourse on the Common Weal of This Real of England, escrito en 1549, mostraba una temprana y profética desconfianza en la efectividad de los controles legislativos para promover el bienestar de la sociedad. Analizando diversos problemas que se presentan en el movimiento de los cercamientos, el autor argumenta que las fuerzas del mercado asignan los recursos con mayor eficiencia que los decretos gubernamentalesV el autor pone de manifiesto la dificultad de cumplir dicha legislación, porque los intereses creados surgirán inevitablemente para desafiarla; además, si se aprueba, aquellos que buscan el beneficio encontrarán la manera de subvertir la ley por uno u otro medio. Las interferencias del mercado son dejadas sin efecto, generalmente, por la respuesta natural ante los precios y los beneficios, como ha evidenciado la existencia de «mercados negros» en todas las ocasiones (antiguas y modernas) en que el gobierno impuso controles de preciosV. «todo hombre se inclinará naturalmente hacia aquello que le proporcione un mayor beneficio». “Los alegatos en favor de un comercio interior libre fueron cada vez más enérgicos a medida que el sistema mercantilista se fue desgastando, especialmente en los escritos de John Locke, Sir Dudley North” La regulación interna en el mercantilismo inglés. La regulación económica a los niveles local, nacional e internacional tomó básicamente la misma forma en el mercantilismo inglés que en las sociedades entonces contemporáneas. Las empresas debían ser autorizadas y la competencia entre los oferentes era, por lo mismo, restringida. Sin embargo, es importante comprender ciertas diferencias relevantes entre el manejo de las instituciones locales y la regulación y el monopolio nacionales, que exhiben cierto contraste entre ellas. La regulación local de los oficios, precios y tasas de salario en los tiempos mercantilistas procedía del sistema de los gremios medievales. El fortalecimiento de estas regulaciones gremiales, durante el período Tudor, antes de Isabel I, fue 5 responsabilidad de la burocracia gremial en combinación con la maquinaría administrativa de la ciudad o del condado. La reina Isabel intentó codificar y ampliar estas detalladas regulaciones en la Ley del Trabajo, Esta ley trazó la puesta en vigor específica de los derechos de los jueces de paz locales (JP), concejales y administradores locales. Los JP y otros ejecutores administrativos de regulaciones locales no cobraban o cobraban muy poco por sus servicios, circunstancia que condujo a alineaciones locales de intereses económicos”.(corrupción) “Por otra parte, a nivel nacional, la regulación industrial se creaba de tres maneras: 1) por leyes del Parlamento, 2) por proclamas reales y patentes de privilegio, y 3) por decretos del Consejo Privado de la corte del rey. Hay que advertir que tanto los comerciantes como los monarcas estaban atentos a las posibilidades de buscar ‘rentas’3. El engranaje de los intereses privados del monarca y del monopolista estaba firmemente arraigado en la práctica inglesa desde el siglo XIV e incluso antes. La puesta en vigor de la regulación económica local. El marco legal para la puesta en vigor de la regulación económica mercantilista al nivel local fue establecido por la Ley del Trabajo isabelina. Esta ley constituía un intento de codificación de reglas más antiguas, para la regulación de la ‘industria’, el trabajo y el bienestar, siendo una diferencia importante que estas regulaciones tenían que tener un alcance nacional más que local. Algunos autores han destacado el enorme aumento de los salarios que tuvo lugar después de la Peste Negra como la causa que impulsó a la regulación nacional. La razón económica inmediata fue, con mucha mayor probabilidad, la incapacidad de las ciudades para restringir el incumplimiento de los acuerdos locales de cártel. Las ciudades internaron comprar un sistema nacional uniforme de regulación al rey, y estos derechos de monopolio locales tenían que protegerse contra la usurpación, especialmente por parte de los «extranjeros». Hubo muchos intentos, por parte de comerciantes y administradores de las ciudades, para regular la actividad económica y evitar a los «intrusos» en los privilegios locales. Estos sentimientos se expresan en numerosos documentos de la época Tudor. La ciudad de Londres, especialmente, quería limitar la entrada de tecnología forastera o extranjera que impedía los beneficios de la ciudad. La solución que se ofreció con más frecuencia fue la de desterrar al campo a los forasteros o a aquellos trabajadores que no poseyesen las cualificaciones «legales» para diversos oficios, El sistema •nacional" uniforme de monopolios locales tenia que hacerse cumplir por los JP. Como observó Eli Heckscher, «los jueces de paz actuaban como órganos del sistema uniforme de legislación industrial» (La época mercantilista, p. 229)” “En la época de Jacobo I es de conocimiento general que a los JP se les podía «comprar» con facilidad. En 1620 se prestó el siguiente testimonio ante el Parlamento, por un Comité de Agravios: Hay algunas patentes que en si mismas son buenas y legitimas, pero existe abuso por parte de sus poseedores en la explotación de las mismas, por lo que no corresponden a la confianza depositada en ellos por Su Majestad, y de tal clase es la Patente de Hosterías, pero los que disfrutan de la misma abusan, instalando hosterías en bosques y en las cercanías de las aldeas, sólo para esconder a picaros y ladrones; y los jueces de paz del condado, que son quienes mejor saben dónde es conveniente que estén las hosterías, y quién merece tener licencia para ellas, han dejado de ocuparse de las cervecerías; pero de ningún modo lo rehúsan ahora, porque harán una buena composición (Corbbett, Parliamentary History, vol. 1, pp. 1192-1193). 3 No está de más recordarle que los Parlamentos de entonces no tenían, ni de lejos, el carácter representativo de los correspondientes a las democracias representativas occidentales actuales. Por otra parte, el término “renta” se emplea usualmente en las traducciones como sinónimo de ingresos, salvo en el caso de las teorizaciones sobre las remuneraciones a los propietarios de la tierra (terratenientes) u recursos naturales apropiables (minas, etc.) donde adquiere una denotación más restringida.. 6 La referencia a «una buena composición» significa que los JP estaban siempre dispuestos a otorgar una licencia de hostelero, siempre que ellos recibieran un favor o pago a cambio”. La regulación interna francesa era por entonces más agobiante que la inglesa. “Según Heckscher, «La [diferencia] más importante de todas, indudablemente, era el gran número de excepciones a que dejaba margen, en Inglaterra, la aplicación de las leyes, En cambio, las leyes francesas no querían dejar, en principio, nada sin reglamentar, si se prescinde de unas cuantas excepciones puramente fortuitas referentes a algunos puntos concretos» (La época mercantilista, pp. 249-250)”. Apartado 2: La teoría cuantitativa del dinero. ... “Muchos mercantilistas consideraron, como ya se dijo, que “una balanza comercial favorable -y, por tanto, una acumulación de metales - podía mantenerse durante períodos largos e indefinidos. David Hume (1711-1776), el filósofo y economista contemporáneo de Adam Smith, deshizo finalmente este error. Puso de relieve un mecanismo precios-flujo de metales preciosos que vinculaba la cantidad de dinero a los precios y las variaciones de éstos a los superávit y déficit de la balanza comercial 4. De hecho, Hume tuvo predecesores en el periodo mercantilista y el descubrimiento de una parte del mecanismo -la teoría cuantitativa del dinero - fue anticipado por el filósofo político John Locke (1632-1704)5. La idea, como muchas buenas ideas, parece simple cuando se la contempla retrospectivamente. Supongamos un excedente en la balanza comercial de Inglaterra. Se produce una entrada de oro en el país, pero -suponiendo una forma extrema de patrón oro (es decir, que sólo pueda utilizarse el metal precioso como medio de cambio) - la masa monetaria aumenta en la misma proporción, dada, por supuesto, la monetización del metalV. el nivel de precios aumentaría, de modo predecible como veremos, incluyendo los precios de los bienes del sector exportador de la economía. Los países extranjeros contraparte, con tenencias de dinero reducidas, experimentan una reducción de sus precios relativos y, en consecuencia, compran menos a los comerciantes ingleses. Simultáneamente, los consumidores británicos dirigen sus compras hacia los bienes extranjeros y no hacia las mercancías nacionales (ya que los domésticos en han encarecido a consecuencia de la entrada previa de dinero) –aumentando subsecuentemente las importaciones. Con el tiempo, el superávit comercial inglés se convierte en un déficit, el oro sale del país, la masa monetaria disminuye, los precios caen y el superávit aparece de nuevo. El ciclo continúa y el intento mercantilista de acumular oro de modo indefinido es contraproducente6. El inventor de esta doctrina, que dijo del dinero que «no es de ningún modo la rueda del comercio, sino el aceite», sin embargo vio efectos saludables a corto plazo (efectos reales o de no neutralidad del dinero) en la obtención de metálico. Hume advirtió que: En mi opinión, es sólo en este intervalo o situación intermedia (transitoriamente), entre la adquisición de dinero y el aumento de los precios, que la cantidad creciente de oro y plata es favorable a la ‘industria’. Cuando se importa cualquier cantidad de dinero en una nación, al principio no se dispersa en muchas manos, sino que se encierra en las arcas de unas pocas 4 “El dinero no es propiamente hablando, uno de los objetos del comercio, sino solamente el instrumento sobre el que los hombres han llegado a un acuerdo para facilitar el cambio de una mercancía por otra. No es ninguna de las ruedas del comercio: es el aceite que hace más suave y fácil el movimiento de las ruedas” (Del dinero, Hume) 5 También Cantillon realizó desarrollos y aportes importantes a la teoría monetaria. 6 La calificación de “contraproducente” corre por cuenta de la interpretación que hacen los autores citados. Como se verá, el tema de los efectos reales es controvertido y no se dirime tan fácilmente. 7 personas, que inmediatamente tratan de emplearlo del modo más provechoso para ellas («0f Money», p. 88). Hume argumentó, en efecto, que el dinero es como un «velo» que oculta el funcionamiento real del sistema económico y que no tiene consecuencias relevantes que la masa monetaria de una nación sea grande o pequeña después de que el nivel de precios se ajuste a la cantidad de dinero (efectos reales de largo plazo)7". Para autores como Hume y Cantillon la noción de riqueza ha cambiado: conciben a ésta “como los alimentos, las comodidades y las cosas superfluas que hacen agradables la vida”. Es decir, la riqueza pasa a ser visualizada como compuesta por una cesta heterogénea de bienes (¿y servicios?), ello llevará a la necesidad de encontrar un indicador sintético de la misma, papel para el cual se empieza a descartar al dinero (eludir el velo monetario). La formalización con que los textos usuales modelizan esa interpretación teórica, la de la relación entre transacciones y dinero, se llamada ecuación cuantitativa: Dinero M x Velocidad = Precio x Transacciones x V = P T x Donde M es la cantidad de dinero, V es la velocidad-transacciones del dinero, P es el “precio de una transacción representativa” y T representa el número de transacciones realizadas. Todas ellas referidas a un período de tiempo, un año por ejemplo. Debe entenderse que T es el número de veces que se intercambian bienes o servicios por dinero en el año de referencia, es decir, el número de veces que cambia de mano un peso o unidad monetaria en el año. 8 Si, por ejemplo, en el año se venden-compran al contado 30 toneladas de trigo (30 u.b.t) a 100 “pesos oro” cada una, entonces T es igual a 30 u.b.t y, por su parte, P es $100, de donde el numero total de pesetas intercambiadas es P*T = $100 * 30 u.b.t = $3 000 De modo que $3 000 sería el valor monetario de todas las transacciones en esa economía de un único bien o mercancía.. Si suponemos que la cantidad de dinero (M) que circula en dicha economía es de $1000, entonces cada moneda de oro o billete convertible a la par debería cubrir 3 transacciones, es decir su velocidad-transacciones sería V = 3 (cada moneda o billete circula, promedialmente, en tres transacciones). P x T = M x V $100 x 30 u.b.t = $1000 x 3 Si en lugar de un único bien, en esa economía hipotética, se transaran anualmente 2 mercancías que conformen una cesta de (30 u.b.t, 10 u.b.m), donde “m” es un bien artesanal cualquiera, entonces, y bajo el supuesto en extremo simplificador de que Pt = Pm = $100 y el precio promedio P=$100, tendríamos, supuesta V=3, que 7 P x T = $100 x (30 u.b.t + 10 u.b.m) = M x V $1333,33 x 3 ¿Qué entiende Ud. por “el precio de una transacción representativa”?. La noción es trivial si el modelo es de una economía de un único bien, pero ya no es tan simple si hay 2 o más bienes cuyos precios relativos varían. 8 Que el monto sea grande o pequeño es una cosa, que los cambios en los flujos faciliten o no que se alcance un escalón mayor o menor al final de cuentas es la cuestión que se debatía y debate aún. 8 De modo que la identidad de la ecuación cuantitativa se satisfaría en $4000 por ambos lados. Sobre la base de esta formalización, suele presentarse la discusión sobre si los ∆M ≠ 0 concentran sus impactos sobre P o afectan también a T y V (discusión que obviamente involucrará las derivaciones de políticas monetarias y otras). Las respuestas serán distintas si los impactos sobre P, “precio promedio”, van asociados a la constancia de los precios relativos entre Pt y Pm, o si paralelamente provocan cambios en éstos y por ende en las demás variables asociadas a la formación de precios relativos, entre otras cosas. Hume y Cantillon darán explicaciones a favor de una respuesta positiva respecto a efectos reales o no neutrales del dinero y las acciones gubernamentales en el campo monetario. Atribuirán efectos reales a los shocks monetarios sobre los precios relativos domésticos, sobre los contratos (salariales, de arriendos, de crédito, etc.), y también por sus consecuencias redistributivas internas. Respecto a los efectos de largo plazo, además de emplear la noción rudimentaria de alternancia cíclica entre déficit y superávit externos, ambos comparten la idea de que, dada la estructura interna imperante caracterizada por desigualdades económicas, regulaciones discrecionales de los lobbys (especialmente en lo que refiere a impuestos, aranceles, concesiones comerciales, administración de tipos de cambio y de tasas de interés por los grupos de poder, etc), asimetrías entre los agentes privados (monopolios, oligopolios, severas restricciones de acceso al crédito y los servicios bancarios, etc.), las posibles “ganancias externas” terminarían volcándose predominantemente en consumo suntuario en detrimento de otras trayectorias posibles de crecimiento de la producción doméstica y con nada despreciables riesgos para la pervivencia de la autonomía de la nación. La preocupación central de estos autores son, entonces, las consecuencias reales internas de los flujos comerciales y monetarios con el resto del mundo. Tan es así que, aún en el caso de equilibrio de la balanza comercial de un país, advierten que un saldo externo nulo puede ser perjudicial para el país si aquel se alcanza exportando bienes primarios e importando bienes manufacturados o de lujo. Lo que importa lograr, según Cantillon por ejemplo, es tener, ya sea un equilibrio o un superávit comercial, que esté basado en preservar la ocupación doméstica y uso de los recursos naturales que proveen el sustento de la población doméstica (alimentos y otros bienes básicos necesarios): en otras palabras, atraer vía importaciones “tierra y trabajo primario” extranjero exportándoles productos con poca intensidad de “tierra y trabajo primario”, sean éstos bienes secundarios o de lujo9. En tal caso, además, el efecto vía precios relativos sería el abaratamiento interno de los bienes primarios (mayor consumo de los campesinos y población mayoritaria) en relación a los bienes de lujo (de consumo aristocrático y de los ricos comerciantes que les “imitan” en el patrón de consumo); semejante abaratamiento del precio relativo de los bienes de lujo provocaría además, dice, la baja de la tasa de interés la que depende fundamentalmente del consumo suntuario de los nobles o ricos. En definitiva, si bien las cuestiones monetarias y financieras son una preocupación práctica relevante en el quehacer de las políticas económicas del siglo XVIII (burbuja 9 Note que la recomendación de tipo de especialización exportadora y recomendaciones de sustitución de importaciones que éste autor hace, a pesar de coincidir con las contemporáneas, no se fundamenta en la noción de “valor agregado” (de exportar bienes con mayor valor agregado) sino en otros fundamentos totalmente distintos. 9 de Law, endeudamiento fiscal, especulaciones bancarias, regulaciones gubernamentales de tipos de interés y de descuentos, etc), parecen ser visualizadas como preponderantemente asociadas a cuestiones fiscales y afectando a los grupos más ricos de la nación en su consumo suntuario10, ya que se asume como un hecho la restricción de acceso al crédito (mercados financieros no competitivos) a los sectores de alto poder económico y preferentemente aplicado a usos no productivos. Las nociones de sentido común sobre la realidad de esa época llevan, a la mayoría de esos autores, a privilegiar el estudio de las fuentes y usos del producto del sector primario, por considerarlo el “sector vital”. En consecuencia, van a considerar la renta territorial como el ingreso más relevante, y por él principian a explicar teóricamente tanto la generación de la riqueza como la incidencia de las decisiones asociadas a su gasto, el uso de la renta agropecuaria, sobre la demanda interna y externa y la capacidad de crecimiento de las demás actividades secundarias, terciarias, fiscales y financieras como dependientes de aquel sector primario. De modo, entonces, que la mirada de la época se encamina a dar cuenta de la circulación monetaria, financiera y especulativa como subordinada a la explicación del funcionamiento de los mercados de bienes, la formación de precios relativos y distribución primaria del ingreso anual. En definitiva, la consideración de ingresos catalogados como derivados o secundarios, los tributos, el crédito y el comercio exterior quedarán para “capítulos posteriores” del “programa de teorización” emprendido por esos autores del Iluminismo. La demanda, incluso, va a ser tratada por ellos como relacionando las compras a los precios e ingresos; pero no sobre la base de un fundamento de preferencias individuales, como harían ciertos modernos, sino como “reacción de grupos” conformados en función del tipo predominante de bienes que presupuestalmente adquieren: bienes primarios, bienes manufactureros y bienes de lujo. Las posibilidades de sustitución en la demanda, entonces, las restringen al subconjunto de bienes suntuarios o pertinentes al “grupo de los ricos” –“comodidades y cosas superfluas”-, a lo que atribuyen escaso “efecto repercusión” sobre los otros mercados en los que se transa el grueso de las producciones básicas y por ello le dedicarán poca atención11. Visualizan, en definitiva, como insignificante la sustitución en los consumos tradicionales y relativamente precarios de la mayoría de los habitantes de la nación, desatendiéndolos analíticamente; se concentrarán, 10 “Cantillon muestra los efectos de un aumento de la cantidad de dinero en los tipos de interés, lo que no siempre tiene que provocar una disminución del precio del dinero. Así dice: si la abundancia de dinero en un Estado viene a través de las gentes que lo prestan, disminuirá, sin duda el interés corriente, conforme aumenta el número de prestamistas; pero si llega por mediación de personas que lo gastan, tendrá el efecto inverso, y elevará el tipo de interés aumentando el número de empresarios que encontrarán trabajo como consecuencia de este aumento en los gastos, viéndose obligados a tomar dinero a préstamo, para equipar su industria, en todas clases de interés. Es decir, es el consumo, especialmente el suntuario de los nobles, el que hace aumentar el tipo de interés al incrementar la demanda de dinero por parte de empresarios que se ocupan de suministrar a aquellos bienes de lujo eminentemente manufacturados o importados. Por otra parte, éste mismo autor indica que los bancos e intermediarios financieros crean poder de compra ya que pueden emitir más créditos que pagarés que les obligan, afectando así el circulante interno y respecto al extranjero. En la visión de éste autor, en última instancia “los terratenientes son también los únicos que comercian con el exterior”. 11 Cuidado!: cuando se trata del explicar el crecimiento económico asociado a la extensión del mercado y a la diversificación de las actividades productivas (parte de la “división social del trabajo”), entonces sí la demanda de bienes de lujo y nuevos bienes suntuarios se constituye en factor decisivo para los “tirones de demanda” que inicien tales expansiones -ya sean del tipo extensivo o intensivo. 10 entonces, en razonar básicamente en términos de efectos ingresos en lo que hace a sus demandas (cambios de nivel del poder de compra). Concluyendo esta digresión: el crecimiento potencial de la nación es visualizado por ellos (pre-revolución industrial) como básicamente expansivo (margen extensivo, colonizaciones) y con limitadas posibilidades de cambio técnico, particularmente en el sector primario. En las actividades artesanales y de servicios conciben el progreso productivo, pero como eminentemente segado a proporcionar mejoras por división manual de tareas entre oficios y afectando predominantemente a los bienes suntuarios (los tirones de la demanda de bienes de lujo, repetimos, es el que eminentemente diversifica el mercado de entonces). En definitiva, conciben el crecimiento duradero como condicionado por la capacidad de aumentar la producción de alimentos (cestas básicas per capita disponibles), lo que podría lograrse bien ocupando la totalidad de la frontera de recursos naturales disponibles en la nación o, también, mediante la colonización de otros territorios o la expansión de conquista hacia los vecinos12. Volvamos a la formulación en términos de la ecuación cuantitativa usualmente ofrecida por los textos modernos. Conviene adelantar que la mayoría de estos autores modernos (predominantemente seguidores de la “revisión ricardiana” sobre la neutralidad del dinero que veremos más adelante) suelen presentar éstas “versiones primitivas” cual si fueran demostraciones de la ya dogmática moderna neutralidad del dinero. Véase un botón de muestra en lo que sigue de una “lectura moderna” totalmente desatenta a la visión e implícitas interrelaciones de aquellos autores: “En su variante más tosca, esta teoría (la de Hume y Cantillon) establece que el nivel de precios, ceteris paribus, es una función de la cantidad de dinero. En sus expresiones más primitivas, la «teoría» no es más que una tautología que afirma que un aumento dado de la cantidad de dinero (por ejemplo, el doble) produce un aumento dado (el doble) del nivel de precios. “Una variante más sofisticada iguala la masa monetaria multiplicada por la velocidad (el número de veces que el dinero rota por año) al nivel de precios multiplicado por el número de transacciones generadoras de renta por año. Esto puede escribirse como M*V = P*T. Como teoría del nivel de precios (P) que identifica las variables dependientes (los precios) y las independientes (el dinero (M), la velocidad (V) y las transacciones (T)), se expresa como P = MV/T, o, más generalmente, P = f(M, V, T). Cuando V y T se suponen constantes, un aumento de M lleva a aumentos proporcionales de P. Aunque esta versión más sofisticada no apareció hasta mucho después de Locke y Hume. Una de las más importantes modificaciones que ha introducido la “lectura de los modernos” sobre aquellas pioneras teorizaciones consiste en reemplazar “T” por “Y” en la ecuación cuantitativa, la que ahora quedaría: M*V = P*Y Donde Y es ahora el producto anual (PBI) y no ya la totalidad de las transacciones efectuadas en los mercados en el período de análisis (ni siquiera será ya el valor bruto de producción VBP). Esto último, más allá de las dificultades de medición empírica asociadas al empleo de una u otra noción13, conlleva a que todas las 12 La cuestiones referidas al cambio técnico, sustitución de mano de obra y capital, sustitución en los consumos masivos, etc., habrá de esperar al siglo siguiente para comenzar a ser tratada por autores de la modernidad. 13 No se trata simplemente de si conviene usar el IPC o el deflactor implícito del PBI. Ambos indicadores dejan fuera un sinnúmero de transacciones que acontecen en los mercados de efectos de 11 transacciones de “mercados de usados” (carros, muebles, herramientas, maquinaria en uso, ropa usada, etc.), viviendas no nuevas, propiedades territoriales (chacras, estancias, etc.), fusiones de empresas o compras de activos de más de un año, etc., queden excluidos del análisis en cuestión. Y no solo quedan excluidos de la cesta de productos Q, sino también se excluye la incidencia de sus precios monetarios en el precio promedio P del cual, por correspondencia, también quedarán excluidos como componentes de la cesta de referencia. De esa forma, la inmediata relación del circulante que actúa en ese restringido subconjunto de transacciones (así como la interrelación de la circulación monetaria con la tasa de interés y la valoración en precios monetarios de todos esos activos y otras formas de stocks y modalidades patrimoniales) quedan sustraídas también de las posibles “rotaciones” y de su incidencia en V. Una cosa es dar cuenta del “numero de veces que una moneda o peso entra en el ingreso anual de los agentes” y otra el numero de veces que una unidad monetaria pasa por las manos del “agente representativo” según éstos recompongan sus carteras patrimoniales, deprecien o revalúen sus activos fijos etc. Encaminar la atención y privilegiar el análisis de entonces hacia la riqueza flujo, distinción que asentará y consolidará pocos años después Smith, como indicador sintético del desempeño de la actividad económica anual de la nación (riqueza flujo) es una cosa, pero desconocer la importancia que a la riqueza stock en cuanto ésta contribuyera decisivamente a completar la teorización o explicación de la formación de los precios relativos, incidencia de los poderes económicos asimétricos entre los agentes, de los cambios en la distribución del ingreso, etc., en la circulación monetaria y temas asociados ha resultado, desgraciadamente, teóricamente limitativo. ¿Qué justificaría semejante omisión o simplificación? La sustitución conceptual, de las transacciones (T) por el producto anual (Y), introducida por los autores modernos, mayoritariamente defensores éstos de la neutralidad del dinero, suele justificarse aduciendo afirmaciones como que “el valor monetario de las transacciones es más o menos proporcional al “valor monetario de la producción”. ¿Será realmente así? Atención, esto no es una cuestión trivial: aún hoy pasan por allí numerosas controversias y retos al desarrollo de la teoría económica contemporánea. En el curso de Descriptiva les informarán sobre las diferencias entre transacciones (T), producción (Q) y producto (Y), no corresponde aquí ahondar más sobre éstas cuestiones. Simplifiquemos en lo que sigue nuestra economía modelo a una bisectorial que produce dos productos en el año donde: Sea Q la cesta de la producción anual de nuestro autárquico país hipotético, conformada por (30 u.b.t, 10 u.b.m).. Dados los precios relativos arriba indicados, pm/pt = 1, de los cuales obteníamos un “precio promedio” P =1, y dada también la indicada V = 3, tenemos los flujos sobre los stock y sus valuaciones, y cuya incidencia no parece simplificable a un mero trato de proporcionalidad homotética como se insistirá en advertir. 12 P x Q = $100 x (30 u.b.t + 10 u.b.m) = M x V $1333,33 x 3 Entonces, el equilibrio de la circulación anual requería de un circulantes de $1 333,33 unidades monetarias tipo. Digamos que para ese mismo país y período la cesta del producto Y real, sustraídos los insumos intermedios, fuese (15 u.b.t. , 5 u.b.m). En ese caso la ecuación cuantitativa podría ser, en principio, escrita cómo P x Y = $100 x (15 u.b.t + 5 u.b.m) = M x V $666,66 x 3 En tal simplificación podríamos usar la mencionada regla de proporcionalidad y decir que si la cesta del producto es la “mitad” que la cesta de la producción, dados P y V, la cantidad de dinero entonces requerida sería también la mitad de la anterior (0,5* $1 333,333 = $666,666) ¿Le parece hemos operado consistentemente? ¿Cree Ud. que P podría mantenerse incambiado si las ponderaciones de la cesta de productos no se mantuviese proporcional a la de transacciones? Por otra parte, si las transacciones de insumos intermedios entre empresas no fuese un calco de las referidas a las de bienes finales, no habría razón alguna para suponer que los “billetes o unidades monetarias cambian de manos” promedialmente 3 veces, si no que lo más verosímil sería asumir otra velocidad (V) en las compras finales respecto a las compras intermedias, como por ejemplo bien 1,5 o bien 2, entonces: P x Y = $100 x (15 u.b.t + 5 u.b.m) = P x Y $100 x (15 u.b.t + 5 u.b.m) = M x V $1333,33 x 1,5 M x V $1000 x 2 O bien: = Claro que si pudiéramos demostrar que lo que “omitimos” al pasar de representar transacciones (T) a representar producción (Q), o de ésta a producto (Y), guarda alguna razón de proporcionalidad estructural, esa simplificación en principio parecería legitima. De lo contrario, las conclusiones serían provisorias o condicionales y estaríamos obligados teóricamente reconsiderarlas a la luz de la “no proporcionalidad” estructural. Continuemos la presentación básica del tema bajo el marco restringido de la proporcionalidad. La pregunta que interesa ahora responder es ¿cómo afecta el cambio de alguna de las cuatro variables involucradas (M, Y, P y V) a las restantes de forma que se alcance el equilibrio de la ecuación cuantitativa? 13 Para ilustrar las consecuencias tomemos como punto de partida la especificación inmediata anterior, donde M = $1000 y V = 2. Supongamos que como consecuencia de un saldo positivo de comercio exterior del tipo tratado por los mercantilistas, ceteris paribus, acontece que ∆M = $100. La lectura moderna antes citada diría que el aumento monetario se traduciría en inflación y la situación de equilibrio se establecería en: P x $110 x (pt =$ 100, pm = $100) x Y = (15 u.b.t + 5 u.b.m) = (15 u.b.t + 5 u.b.m) = M $1100 $1100 x x x V 2 2 La M ahora es la M anterior más ∆M. Según esto no se registrarían efectos reales. Tenga presente que el análisis teórico procede haciendo un contraste “punto a punto”, es decir, la situación final respecto a la inicial; todo el proceso de transición o las secuencias de cambios eslabonados y el tiempo que ello insumiría queda postergado por los supuestos implícitos de la metodología analítica adoptada. Observe que en el razonamiento va implícito que pm/pt = 1, es decir, que ambos precios nominales, que inicialmente eran (pt =$ 100, pm = $100), habrían aumentado un 10% respectivamente (ahora pt =$ 110, pm = $110), pero de modo que no cambian los precios relativos reales. Aconteciendo algo así: P Y = (pt =$ 110, pm = $110) x (15 u.b.t + 5 u.b.m) = M $1100 x x V 2 Aún concediendo los supuestos interpretativos, ¿es esa la visión de aquellos autores del siglo XVIII? Qué fundamentos hacen descartar la posibilidad de que en su visión hubiese ocurrido algo así: P Y = (pt =$ 112, pm = $104) x (15 u.b.t + 5 u.b.m) = M $1100 x x V 2 creciendo, por ejemplo, los precios primarios un 12% y los artesanales un 4%, aún cuando el “nuevo precio promedio” sería P = 110. Aquí la inflación sería de un 10% pero con efectos reales ya que los nuevos precios relativos reales serían pm/pt = 0,9285 y el impacto del cambio monetario no sería neutral (habría cambios en las producciones y empleos sectoriales, entre otras cosas). No cabe incluso que la dirección de la causalidad fuese al revés: que un cambio en precios relativos que terminará en un aumento de M. ¿Qué teorización permite desechar esas otras posibilidades? Alternativamente habría podido acontecer que el resultado final fuese: P Y = (pt =$ 100, pm = $100) x (16 u.b.t + 4 u.b.m) = M $1100 x x V 2 Donde el nivel de precios ni los precios relativos cambian pero sí la composición del producto anual real dentro de una economía con la misma dotación de factores productivos totales disponibles y el progreso tecnológico por sector incambiado. (obviamente la ocupación, participaciones sectoriales en el PBI y la distribución del ingreso habrían cambiado). En este último caso, habría cambiado la asignación de los recursos dados y con ello la composición sectorial de la producción ofertada. 14 La visión moderna rechazaría cualquiera de estas otras miradas y formas de problematizar el asunto, ya que atribuirá los cambios de precios relativos o reales a cambios de cantidades o productividades, sin embargo para la visión de aquellos autores de mediados del siglo XVIII, en un mundo tecnológicamente “cuasi estacionario” e institucionalmente poco competitivo14, los precios relativos y sus cambios obedecían más a una especie de mecanismo de juego de suma cero donde los precios relativos podían cambiar por razones más de orden sociológico (negociaciones asimétricas de contratos, etc.), dentro de ciertos límites, aún cuando no los causasen cambios de rendimientos o abundancias o escasez relativas ni en la dotación de los recursos totales de la economía. Repitamos, sucede que para aquellos autores el trasfondo implícito a las lecturas modernas como la citada era otro: ni asumían la realidad económica operando efectivamente al modo de competencia perfecta ni profesaban la visión que explica los precios relativos como dependientes de las cantidades físicas y de sus fundamentos modernos apuntados tras las ofertas y demandas, etc. (ni de lejos miraban el mundo y las decisiones de los agentes explicadas básicamente mediante sustituciones marginales de cantidades de bienes en el consumo y productividades físicas relativas en las producciones). Cuál fuera la manera en que teorizaban esas interrelaciones y particularmente la referida a la formación de precios relativos, distribución del ingreso, asignación de recursos y ocupación será uno de nuestros primeros y subsiguientes temas. Una vez comprendidos éstos, podremos releer su visión cuantitativa del dinero y otras cuestiones asociadas. Luego veremos cómo los autores modernos, del siglo XIX en adelante, van modificando la metodología y marco teórico analítico para desembocar en versiones más o menos afines a la versión de la ecuación cuantitativa moderna. No cabe aquí ir más allá de ese alerta introductorio Concluyamos con algunas rápidas citas que podrían avalar la conveniencia de ser cautelosos en los lentes con los cuales leeremos y problematizaremos algunas de sus viejas propuestas. Cantillon, por ejemplo, habría dicho que no todos los precios subirían proporcionalmente y que ese ∆M = 10 del ejemplo moderno, generaba efectos reales alterando precios relativos y la distribución interna, pudiendo llegar a pasar incluso algo así, dependiendo por dónde entre el dinero, “si la abundancia de dinero en un Estado viene a través de las gentes que lo prestan (a otros agentes domésticos), disminuirá, sin duda el interés corriente, conforme aumenta el número de prestamistas; pero si llega por mediación de personas que lo gastan, tendrá el efecto inverso, y elevará el tipo de interés...” al provocar que los productores de esos bienes cuya demanda aumenta demanden a su vez mayor crédito para aumentar entonces su producción. “Pero cuando los señores y los propietarios de tierras adquieren en las manufacturas extranjeras sus lienzos, sedas y encajes, y para pagarlos envían al exterior los artículos alimenticios de su propio país, disminuyen con ello extraordinariamente las posibilidades de subsistencia de sus compatriotas, y aumentan las de las extranjeros, que muchas veces se convierten en enemigos del propio Estado. Si un propietario o señor polaco, a 14 El imaginario normativo de la libre competencia es para los autores de esa época un paradigma para propiciar consenso a favor de las reformas pro laissez faire, pero lejos están de superponerle al mundo real o positivo que les rodea, o a sus pragmáticas personales, el modelo teórico de la competencia perfecta de los modernos. 15 quien sus colonos pagan anualmente un renta aproximadamente igual al producto del tercio de su tierra, acostumbra usar telas, lienzos, etc., de Holanda, pagará por estas mercancías la mitad de su renta, y acaso empleará la otra mitad para la subsistencia de su familia en otros artículos y mercaderías burdas, producidas en Polonia: así, la mitad de su renta, en nuestro supuesto, corresponde a las sexta parte del producto de sus tierras, y esta sexta parte será absorbida por los holandeses, a quienes los colonos polacos la entregarán en forma de trigo, lana, cáñamo y otros artículos. He aquí pues una sexta parte de la tierra en Polonia sustraída a sus habitantes, ello sin contar con el pienso para los caballos de coches, carrozas y paradas, que se crían en Polonia, para atender el régimen de vida propio de los señores; además, si sobre los dos tercios del producto de las tierras que se atribuyen a los colonos, éstos, siguiendo el ejemplo de sus dueños, consumen manufacturas extranjeras, y saldan su importe, al exterior, en materias primas de Polonia, habrá un buen tercio del producto de las tierras polacas sustraídas a la subsistencia de los habitantes, y, lo que es peor, la mayor parte de ese producto se enviará al extranjero, procurando, a menudo, sustento a los enemigos del Estado. Si los propietarios de las tierras y los señores de Polonia se avinieran a consumir en un principio manufacturas de su propio Estado, por deficientes que fueran, poco a poco harían mejorar su calidad, y ocuparían en su producción un mayor número de sus conciudadanos, en lugar de dar esta ventaja a los extranjeros: y si todos los Estados mostraron un parecido empeño en no dejarse engañar por los demás en el comercio, cada Estado adquiriría importancia en proporción a sus productos y a la laboriosidad de sus habitantes”. “Si por costumbre se atrae oro y plata del extranjero mediante la exportación de artículos y productos del Estado, como trigo, vinos, lanas. etc., ello permitirá enriquecer al Estado a expensas de la disminución del número de habitantes; pero si el oro y la plata se obtienen del extranjero a cambio del trabajo de los habitantes, así como de las manufacturas y artículos donde interviene pequeña cantidad de productos de la propia tierra, esto engrandecerá al Estado en forma útil y sustancial”. “Las fantasías, modos y maneras de vivir del príncipe, y en particular de los propietarios de las tierras se destinan en un Estado, y causan, en el mercado, las variaciones de los precios de todas las cosas”(efecto imitación) “Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida” (V cambia al cambiar M, es decir, no se la visualiza como una constante). “Un estado no gana ni pierde con el aumento o disminución del valor de las monedas mientras conserva la misma cantidad de ellas, aunque los particulares pueden ganar o perder, como consecuencia de la variación”. “... la multiplicación y el descenso en el número de habitantes de un Estado dependen principalmente de la voluntad, de los modos y maneras de vivir de los terratenientes”(del gasto o la forma que adopte su demanda efectiva) “Si las damas de París se complacen en llevar encajes de Bruselas, y Francia paga dichos encajes con vino de Champagne, hará falta pagar el producto de un solo acre, destinado al cultivo de lino, con el producto de más de 16,000 acres de viñedo (...) en este tipo de comercio se sustrae gran copia del producto de la tierra a la subsistencia de los franceses, y al modo que todos los artículos enviados a países extranjeros, cuando en compensación no se reciben otros igualmente valiosos, tienden a disminuir el número de habitantes del Estado”. “Si el precio que las damas pagan por los encajes no cubre todos los costes y da beneficios, no habrá ningún incentivo para esta manufactura y el emprendedor dejará de llevarla adelante o se irá a la quiebra; pero, como hemos supuesto que se continúa con esta manufactura, es necesario que todos los costes sean cubiertos por los precios que pagan las damas de París”. Apartado 3: Precursores de las primeras teorizaciones económicas: Petty, Boisguillebert y Cantillon. (Lectura opcional) Sir William Petty (1623-1687) “Viajero, escritor, aventurero, médico, académico, agrimensor, hombre de negocios, economista” fue un “activo miembro correspondiente de la Royal Society (Londres)... Petty llamó a su método de investigación «Aritmética Política». Con esta 16 denominación trataba de expresar la idea básica de que la introducción de métodos cuantitativos produciría un análisis más riguroso de los fenómenos sociales. Este planteamiento representa la ascendencia de concepciones mecánico-materiales sobre la aproximación aristotélica silogístico-deductiva. En tales materias, Petty fue influenciado, sobre todo, por Francis Bacon, que propuso el método inductivo, una fusión de empirismo y racionalismo. Bacon explicaba el nuevo método en términos de una metáfora. Los empíricos, escribió Bacon, ... son corno la hormiga, que sólo recolecta y usa; los razonadores se parecen a las arañas, que tejen telarañas con una sustancia que producen ellas mismas. Pero la abeja elige un método intermedio recoge su material de las flores del jardín y del campo, pero lo transforma y lo digiere con una fuerza que procede de sí misma. No es muy distinta la verdadera tarea de la filosofía, porque ni se apoya sólo o principalmente en las fuerzas de la mente, ni toma la materia con la que trabaja de la historia natural o delos experimentes mecánicos y la deposita en la memoria tal como la encuentra, sino que la introduce en el entendimiento modificada y digerida (New Organon, p. 93). La trayectoria desde el subjetivismo y la lógica deductiva de los antiguos griegos y los escolásticos hasta el empirismo y el objetivismo se convirtió en un dato importante en la tradición clásica británica de economía política... Petty reconocía la novedad del nuevo planteamiento, pero lo defendía como una mejora: El método que utilizo... no es muy frecuente; porque en vez de no usar más que palabras comparativas y superlativas y argumentos intelectuales, he decidido (como muestra de la Aritmética Política que tengo como objetivo desde hace tiempo) expresarme a base de números, pesos y medidas; usar sólo argumentos con sentido, y considerar solamente aquellas causas que tienen un fundamento visible en la naturaleza; dejando a la consideración de otros aquellas que dependen de las mentes, opiniones, apetitos y pasiones mudables de los hombres en concreto... (Economic Writings, p, 244). Otro elemento del planteamiento metodológico de Petty era un intento de separar la moral15 de la ciencia. Según Petty, la ciencia no existe para tratar los problemas morales, sino que es simplemente un medio para un fin. Los problemas morales surgen solamente en la selección de los fines que la humanidad se propone alcanzar por medio de la rienda. Sin embargo, esta posición no llevó a Petty a adherirse a una filosofía económica coherente. Adelantó numerosas propuestas para la intervención del Estado aun cuando él apoyaba las propuestas liberales de no intervención. Además, dado que sus escritos económicos eran parte integral de sus actividades políticas y de negocios, Petty defendió frecuente y vigorosamente sus propios intereses en las sedes del poder. En el análisis final, las investigaciones de Petty no estaban orientadas a la construcción de un sistema general de conocimiento, sino más bien a formular soluciones para los problemas prácticos, Sólo quería presentar unas orientaciones generales para la política. Está era fa base real de su «aritmética política». Estaba pensada simplemente para reunir los elementos esenciales del problema práctico que había que resolver, No estaba pensada para constituir una descripción perfecta o completa de la 15 Es un primer esbozo de lo que luego será la distinción entre economía positiva y economía normativa. Por otra parte, desde los griegos, y aún en los siglo XVI y XVIII, el término de “ciencias morales” cobijaba lo que a partir de Comte, a inicios del XIX, dio en llamarse “ciencias sociales”, por lo cual es recomendable interprete cuidadosamente, con mayor cautela que Ekelund y Hébert, el empleo de dicha palabra en los textos de los autores de aquellos tiempos. Sepa, además, que el uso de la noción de “ciencia” en su acepción positivista usual, ha merecido severas objeciones en los debates sostenidos por los científicos y epistemólogos de los años recientes -lo mismo respecto al empleo del término “método científico”- (algunos de esos últimos han llegado a recomendar reemplazar su uso, por los efectos engañosos sobre lectores desprevenidos, por términos menos pomposos tales como “disciplinas”, “saberes”, etc. -así en lugar de “ciencia económica” sugieren calificarla de “disciplina”, “saber” económico, entre otros términos). 17 realidad. Petty reconocía sus limitaciones. Además, fue consciente de que cada problema económico con el que nos enfrentamos en el mundo real (una cuestión de dinero, de comercio internacional o de lo que sea) debe considerarse como una parte integrante de un conjunto mayor, no como un fenómeno independiente. Esta naturaleza «sistémica» de su pensamiento es la que eleva a Petty por encima de sus contemporáneos y es esta misma característica la que llevó a Karl Marx a calificarle de «fundador de la economía política moderna»”. Sobre el dinero. “Petty reconoció las tres funciones del dinero (patrón de valor, medio de cambio, depósito de valor), pero atribuyó el primer lugar a la segunda función. Él negaba que el dinero constituyese una medida absoluta del valor, argumentando correctamente que su valor varía con las condiciones de la oferta y la demanda. También fue consciente de las operaciones fiduciarias de los bancos y de la naturaleza «artificial» del dinero como una mercancía que simplemente facilita el comercio; La analogía de Petty respecto al dinero es la que podía esperarse de un médico: El dinero es como la grasa del cuerpo político, que si abunda en demasía a menudo impide su agilidad y si es poca significa que está enfermo. Ciertamente, así como la grasa lubrica el movimiento de los músculos, satisface la necesidad de víveres, llena las cavidades desiguales y embellece el cuerpo, así hace el dinero en el Estado, acelerando su acción, suministrándose (bienes) en el extranjero en época de escasez en el interior, facilita las cuentas en razón de su divisibilidad y embellece al conjunto, aunque especialmente más a las personas que lo poseen en abundancia (Economic Wrlings, p. 113)16. Como los mercantilistas, Petty observó una relación entre la cantidad de dinero y el nivel de actividad económica (producción), pero no vio la relación entre la cantidad de dinero y el nivel de precios, que constituye el núcleo de la teoría cuantitativa 17. Consideró que el dinero era un coste indirecto de producción, que corresponde al valor de los metales preciosos incorporados al stock monetario. Así, un exceso de dinero constituye un despilfarro, porque el excedente de metales preciosos podría haberse intercambiado por medios de producción, más que haberse empleado directamente en el proceso de producción. La principal contribución de Petty a la teoría monetaria fue su uso del concepto de velocidad de circulación para determinar la cantidad óptima de dinero. Esto le hace un predecesor importante de Locke y de Cantillon. Relacionó correctamente la velocidad de circulación con los factores institucionales, tales como la amplitud de los períodos de pago de salarios, rentas e impuestos, sosteniendo que la velocidad aumenta cuando el período de pago se reduce. Petty también se apartó de la sabiduría convencional del mercantilismo al argumentar que la acumulación de dinero era un medio para alcanzar un fin y no un fin en sí mismo. Aunque se mostró favorablemente dispuesto a la entrada de dinero a partir de una balanza comercial positiva, no consideró esto como una prioridad absoluta. Además, consideró que las prohibiciones de exportación de dinero eran inútiles. Lo importante, argumentaba, era un elevado nivel de empleo y de actividad económica, no la acumulación de un mero tesoro. Sobre el valor. Entre los economistas contemporáneos, Petty se recuerda por determinados slogans económicos, más que por sus logros sólidos en el análisis económico. El principal entre, los slogans popularizados por Petty es su famosa expresión de «que el trabajo es el padre y principio activo de la riqueza y las tierras son la madre» (Economic Writings, vol. 1, p. 63). Aunque esta afirmación constituye un temprano y profundo reconocimiento de los dos «factores 16 Vea si la metáfora de Hume, citada en la nota al pie de la página 9, no parece inspirada en ésta de Petty, mediante la analogía grasa-aceite. 17 Los autores del manual citado usan como criterio para atribuir aciertos o incompletitudes el contraste con la moderna versión “sofisticada” a que aluden, que es muy posterior a las elaboraciones de Locke, Hume y Cantillon. 18 originarios de la producción» tiene poco mérito analítico. Ciertamente, no constituye una teoría del valor. Mucha mayor importancia tuvo la investigación de Petty dirigida al descubrimiento de una «paridad natural» entre la tierra y el trabajo. Intentó relacionar entre sí los valores de la tierra y del trabajo, determinando la cantidad de tierra necesaria para producir «el alimento de un hombre adulto durante un día», tomando el valor de este producto como equivalente al valor del trabajo de un día18. El objetivo del esfuerzo de Petty era establecer una unidad de medida con la que reducir las cantidades disponibles de los dos factores originarios, tierra y trabajo, a una cantidad homogénea de «capacidad productiva», que podría servir como patrón de valor (tierra-trabajo). Como todos los esfuerzos semejantes para encontrar un patrón absoluto del valor19, también éste se mostró como un callejón sin salida analítico, pero inspiró a Cantillon para emprender una investigación en el mismo sentido. A pesar del aroma econométrico que desprenden sus estudios económicos, Petty no construyó una teoría de los precios satisfactoria. En particular, no logró reconocer la importancia de los precios relativos, que constituyen el núcleo de la microeconomía moderna. A pesar de la admiración de Marx por Petty, este último no desarrolló una teoría del valor trabajo. Si acaso, Petty tuvo una teoría del valor tierra, aunque es un error considerar que sus logros en esta área representen una auténtica teoría del valor. Lo que le faltaba era un mecanismo fundamental capaz de explicar las proporciones del intercambio” (valores o precios relativos) “entre los bienes económicos”. Aunque Petty fue ante todo y por encima de todo un teórico, considerado retrospectivamente, su mayor logro fue el de introducir un cambio decisivo en el método económico. Su descubrimiento, la Aritmética Política, era una forma primitiva de econometría, campo que ha florecido después de la segunda guerra mundial... Como observó Joseph Schumpeter, Petty «estaba muy dispuesto a combatir por... [este credo metodológico] y a iniciar lo que habría sido la primera controversia sobre el 'método'. Pero no le atacó nadie, le siguieron unos pocos y le admiraron muchos. La gran mayoría le olvidó en seguida (Historia del análisis económico, p. 254)”. 18 ¿Cree Ud. que el “valor del trabajo de un día” se refiere, en la cita, a lo que se paga para que el trabajador subsista un día; o bien al valor de lo que, subsistiendo ya sea pobre o muy pobremente, produce, los bienes que se producen, en su labor agrícola diaria? 19 Más adelante se presentará la diferencia entre pretender un patrón absoluto de medida y usar un numerario o patrón relativo de medida. 19 Boisguillebert (1646-1714) Pierre le Pesant de Boisguillebert habla sido magistrado provincial en la ciudad de Rúan durante algunos años, cuando dedico su atención al problema de la decadencia económica de Francia. Publicó cinco obras importantes entre 1665 y 1707, pero el planteamiento y los objetivos de cada una de ellas coincidían en lo esencial: el análisis de la decadencia secular de Francia, No intentó nunca un tratamiento sistemático de los principios -en su lugar, intentó analizar problemas económicos específicos. A la vuelta del siglo XVIII, el problema consistía en invertir los efectos de las políticas mercantilistas Francia. El ataque de Boisguillebert al mercantilismo se movía a lo largo de tres frentes principales. En primer lugar, como Adam Smith iba a hacer casi un siglo después, intentó fundamentar la verdadera naturaleza de la riqueza nacional en los bienes (y servicios), no en el dinero. Consideraba el dinero como simple medio y método para obtener riqueza, mientras que las mercancías útiles para la vida constituyen su fin propio y su objetivo (Détail, p. 198). El oro y la plata no son ni han sido nunca riquezas en sí mismos, y sólo tienen valor en relación a las cosas necesarias para la vida, en la medida en que pueden procurarlas, por lo que sirven meramente como una medida y una evaluación (citado en Colé, French Mercantlism, p. 242). Como Petty, Boisguillebert fue uno de los primeros autores que reconocieron la importancia de la velocidad de circulación y de los sustitutos del dinero, como las letras de cambio. Él argumentaba que no es sólo la cantidad de dinero lo que es importante, sino el volumen de dinero circulante. La demanda efectiva, no los saldos monetarios nominales, es la clave del bienestar nacional. Consideraba que la ‘renta’ de una nación venía determinada por los flujos del gasto monetario, y en este sentido Boisguillebert fue un antecedente directo de John Maynard Keynes. El segundo argumento que Boisguillebert anticipó contra los mercantilistas fue la primacía de la agricultura. Sostenía que el mercantilismo optó, con parcialidad, por la asignación de recursos en favor de las manufacturas (especialmente las de lujo) y en contra de la agricultura. La prohibición de exportar cereales, decretada por Colbert, también agravó las irregularidades del ciclo agrícola. Durante los tiempos de abundancia, el excedente de granos no podía encontrar mercados exteriores, de manera que su precio y la renta de los agricultores cayeron. Boisguillebert argumentaba que la subsiguiente disminución del consumo se difundía desde el sector agrícola a toda la economía, precipitando de este modo una crisis general. Por lo tanto, denunció la prohibición de Colbert, de exportar cereales, declarando que el librecambio produciría la estabilización de su precio, la expansión de la producción agrícola y una mejor distribución de la renta. Sin embargo, como medida complementaria ... Boisguillebert proponía una acción directa de gobierno para sostener el precio dé los granos una vez que hubiese alcanzado un nivel «conveniente» (Traite des grains, p. 369). Aparte del movimiento cíclico de la ‘renta nacional’20 a corto plazo, Boisguillebert también se interesó por el problema, a un plazo más largo, de la decadencia secular (largo plazo). Estimó que entre 1665 y 1695 la ‘renta nacional’ de Francia había disminuido aproximadamente en un 50 % (Detail, p, 163), como consecuencia directa de la insuficiencia de la demanda agregada, debida a un sistema fiscal opresivo. Esto abría el tercer frente del ataque de Boisguillebert contra el mercantilismo: el sistema fiscal francés. Los principales culpables en este sistema eran la taille, las aídes y las douanes. La taille era un impuesto sobre la propiedad, dividido en una exacción sobre la propiedad real y otra sobre la propiedad personal. El problema no estaba tanto en el impuesto cuanto en su incidencia. La nobleza y el clero estaban exentos del impuesto, de manera que su carga caía casi exclusivamente sobre los propietarios más pobres. La administración de la taille también era 20 Usado aquí como producto o ingreso nacional. 20 caprichosa, dependiendo a menudo de la agresividad e insistencia del recaudador local o de una valoración arbitraria de la capacidad de pago. Boisguillebert dejaba constancia de que incluso en la misma parroquia el tipo impositivo efectivo podía variar entre el 0,33 y el 33 % (Détail, p. 172), Casi tan dañosas para el consumo eran las aides y las douanes. Las primeras eran originariamente un impuesto general sobre las ventas, pero a finales del siglo XVII se limitaron a unos pocos productos solamente, en particular el vino. El impuesto sobre el vino empezó a ser tan opresivo que los trabajadores franceses dejaron prácticamente de beber vino (lo que constituye el mayor sacrificio para un francés), los compradores extranjeros buscaron otros mercados y los viñedos fueron abandonados. En 1779, el economista Le Trosne estimó que las aides costaban al pueblo de Francia ciento cuarenta millones de ‘renta’ perdida, a fin de asegurar un ingreso de treinta millones al rey. Las douanes eran derechos sobre las mercancías que entraban o salían del reino, así como las que entraban o salían de las distintas provincias, dentro del reino. El efecto de estos derechos era el de restringir el movimiento del conjunto de los bienes o elevar el precio de los bienes entregados a un nivel prohibitivo, al menos para el pobre. En conjunto, estos impuestos limitaron en gran medida el comercio, tanto interior como exterior. Boisguillebert los culpó de la destrucción de los mercados extranjeros franceses de vinos, sombreros, naipes, pipas y láminas de ballena (Détail, p. 196). Los fisiócratas (véase un poco más adelante) fueron los últimos que reaccionaron contra el mismo sistema fiscal opresivo al que se enfrentaron Boisguillebert y sus contemporáneos. Pero su intención era la de implantar un ‘sistema fiscal natural’, en lugar de la reforma arbitraria que ellos atribuían a Boisguillebert. El vínculo entre éste y aquellos es flojo, porque Boisguillebert no anticipó ni el concepto de producto neto ni la productividad exclusiva de la agricultura21. Pero en materia de reforma fiscal, los fisiócratas reflejaron en gran medida los mismos intereses que Boisguillebert, que defendía la eliminación del carácter regresivo de los impuestos y una distribución más equitativa de la carga tributaria. Mientras que Boisguillebert buscaba esta eliminación, a fin de disminuir las trabas al consumo, los fisiócratas tenían puestos sus ojos en los efectos saludables de la reforma fiscal sobre la acumulación de capital, como pronto veremos”. Richard Cantillon (168?-1734) “En 1755 se publicó un libro en originales circunstancias. Probablemente se publicó en París, pero con el pie de imprenta de un librero de Londres que ya no se dedicaba al negocio. Este libro, titulado «Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general», había sido escrito, más de dos décadas antes por Richard Cantillon, banquero en París y comerciante en Londres, de extracción irlandesa. El año exacto del nacimiento de Cantillon, así como otros hechos pertinentes sobre su vida, siguen sin ser conocidos, aunque las circunstancias de su muerte en 1734 fueron claramente sensacionales. Fue asesinado mientras dormía por un criado despedido que prendió fuego a la casa en un intentó de ocultar su horrible acto. Así perdía la economía una de sus mentes preclásicas más capaces. El Ensayo de Cantillon representa el estado del arte de la economía antes de Adam Smith ... Es un tratado general de penetrante intuición y notable claridad, características que no han remitido con el paso del tiempo. A diferencia de Boisguillebert, que atacó problemas económicos específicos, Cantillon trataba de descubrir principios básicos. Una relación de las contribuciones originales de Cantillon a la economía sirve para subrayar su importancia. Fue uno de los primeros en: 21 ¿Flojo porque no anticipó? Siendo Bosiguillebert anterior, y aún dejando a un lado la materia fiscal, ¿no sería más interesante en ver los aspectos teóricos que los fisiócratas tomaron o rebatireron , o de que forma sus teorizaciones fueron influidas por aquél? Se verá más adelante, cómo la visión del gasto y las posibles insuficiencias de demanda efectiva de ese autor serán retomadas en el Tableau fisiocrático. 21 • Tratar el crecimiento de la población como parte integrante del proceso económico22. • Desarrollar una explicación económica de la localización de las ciudades y núcleos de producción. • Hacer una distinción entre precio de mercado y valor intrínseco (es decir, precio de equilibrio) y mostrar cómo los dos convergen a largo plazo. • Demostrar que las variaciones de la velocidad son equivalentes a las de la masa monetaria • Investigar los canales (mecanismos de transmisión) a través de los cuales las variaciones de la masa monetaria influyen en los precios. • Describir el mecanismo por el que los precios se ajustan en el comercio internacional. (mecanismos de ajustes de precios de mercado a precios naturales) • Analizar los flujos de ‘renta’ entre los principales sectores de la economía. Por impresionante que sea esta lista, ella sola no puede explicar la singularidad de Cantillon entre los economistas del siglo XVIII. Lo que le separaba enormemente de los últimos mercantilistas era el tipo de mente newtoniana que muestran casi todas las páginas del Ensayo. Cantillon pensaba de la economía como Newton pensaba del cosmos: como de un conjunto interrelacionado, constituido por partes que funcionaban de un modo racional. Para Cantillon esto significaba que la economía se ajustaba constantemente a los cambios básicos de la población, la producción, los gustos, etc. El ánima de este proceso de ajuste era la persecución egoísta del beneficio. En la economía de Cantillon era este último principio el que ocupaba el lugar del «principio de gravitación universal» de Newton (es decir, el principio de gravedad)”. “Aunque la obra maestra de Cantillon circuló ampliamente en Francia e Inglaterra antes de su tardía publicación en 1755, su destino final seria verse ignorada. No fue hasta cerca de finales del siglo XIX que se reconoció y apreció en toda su importancia. Fue entonces cuando Wílliam Stanley Jevons, notable economista neoclásico ..., redescubrió a Cantillon23. Al presentar este descubrimiento, Jevons llamó al Ensayo «la cuna de la economía política». Reflexionando sobre la herencia de Cantillon y la naturaleza pionera de su análisis económico, Jevons añadía que «el primer tratado sistemático sobre economía fue escrito probablemente por un banquero de apellido español, nacido de una familia irlandesa en el condado de Kerry, educado quién sabe dónde, que tenia su negocio en París, pero que fue asesinado evidentemente en Albermale Street [Londres] (véase Ensayo, p. 230). Aunque el trabajo de Cantillon revela algún interés por los temas mercantilistas tradicionales, es mucho más característico del periodo liberal de la economía, que formalmente comenzó con Adam Smith algunas décadas más tarde. Cantillon estaba familiarizado con los trabajos de autores ingleses notables como Sir William Petty y John Locke, pero su influencia inmediata tuvo lugar sobre los economistas franceses del siglo XVIII. Su influencia «indirecta» puede ser mucho más amplia, extendiéndose quizás hasta Jevons y los economistas neoaustríacos de hoy ... En este capítulo destacamos tres temas importantes del trabajo de Cantillon; 1) su visión del mercado y de su funcionamiento, 2) el papel fundamental y la importancia del empresario en la actividad económica, y 3) la influencia de las variaciones de la oferta agregada de dinero en la economía. 22 Mirabeau padre suscribe: “los hombres se multiplican –siguiendo a Cantillon- como ratas en un pajar, si tienen medios de subsistencia”... “los medios de subsistencia son la medida de la población”. 23 La términos usados en ese párrafo dan lugar a confusión: la obra de Cantillon, como avisan previamente esos los autores del manual, fue conocida y, debatida desde 1735 por los fisiócratas y Turgot; fue estudiada y citada, como más adelante ellos mismos comunican, por Adam Smith; Marx dedica, a mediados del siglo XIX, numerosas citas y comentarios sobre ese autor. De modo que no fue, propiamente, “ignorado ni desconocido”, ni “careció de aprecio” tan absoluto como parece indicarse allí. El ‘redescubrimiento’ de Jevons obedece más a una resignificación de algunas ideas de Cantillon que éste último extrae como precursoras o antecedentes afines al paradigma neoclásico que Jevons coadyuvaría a imponer entonces en la disciplina. 22 El sistema de mercado. Cantillon concebía la economía como un sistema organizado de mercados interrelacionados que funcionaban de tal manera que alcanzaban un tipo de equilibrio. Los individuos de la economía estaban relacionados entre sí por una mutua dependencia y las instituciones del sistema evolucionaban a lo largo del tiempo en respuesta a las «necesidades», más o menos perentorias. El sistema tiende a su ajuste por el libre juego de los empresarios egoístas que dirigen «todo el trueque y la circulación del Estado» (Ensaya, p. 45). Considerando la época en la que Cantillon escribía, otorga al príncipe un perfil notablemente bajo, hecho que revela la convicción de Cantillon de que un sistema de mercado funciona mejor sin interferencias del gobierno. Los empresarios, como otros participantes en el mercado, están relacionados recíprocamente, en tanto que «son consumidores y clientes los unos respecto de los otros»24. Su número se regula, por tanto, por el número de clientes, o la demanda total, de sus servicios, y sus decisiones se toman en condiciones de incertidumbre acerca del futuro. La estructura del sistema económico de Cantillon es jerárquica. Los terratenientes ocupan el estrato superior del orden económico y social, y se les representa como financieramente independientes, aunque su renta procede de los habitantes de un Estado, que a su vez dependen de los propietarios; para obtener los recursos naturales de la producción. Los derechos de propiedad privada se consideran esenciales para el correcto funcionamiento de un sistema de mercados. Los empresarios ocupan el estrato medio en la jerarquía de Cantillon, pero ... su papel es vital y omnipresente. Son ellos los que continuamente reaccionan ante los movimientos de precios en los mercados específicos para conseguir un equilibrio provisional entre las ofertas y demandas particulares. Viendo la economía como una red de intercambios recíprocos, Cantillon proporcionó una de las primeras explicaciones más claras del precio de mercado. Su noción del valor intrínseco (la medida de la cantidad y calidad de la tierra y el trabajo que entra en la producción) constituye un primer intento de basar el precio en alguna medida de los costes «reales», al menos en lo que se refiere a los valores de equilibrio a largo plazo. Sin embargo; cuando trata del precio de «mercado» a corto plazo, Cantillon parece dispuesto a admitir valoraciones subjetivas. Advirtió que «ocurre a menudo que muchas cosas, actualmente dotadas de un cierto valor intrínseco, no se venden en el mercado conforme a ese valor ello depende del humor y la fantasía de los hombres y del consumo que de tajes productos se hace» (Ensayo, p. 28). Otra razón por la que los precios de mercado pueden ser distintos a los valores intrínsecos es que los planes de los productores y de sus clientes pueden no estar coordinados. En efecto, parecería imposible alcanzar siempre una coordinación perfecta. Cantillon observó que «jamás existe variación en el valor intrínseco de las cosas25, pero la imposibilidad de adecuar la producción de mercancías y productos a su consumo en un Estado origina una variación cotidiana, y un flujo y reflujo perpetuos en los precios del mercado» (Ensayo, p. 29).” Sólo hay que sustituir la palabra «intrínseco» por «natural26» (precio natural) para apreciar cuan cerca de Adam Smith se encuentra este análisis ..., y considerar que si Cantillon hubiera ido un poco más lejos habría proporcionado una importante descripción del mecanismo de los precios. Pero hizo algo en este sentido, suministrando una explicación rudimentaria de la. red de señales de precios que sirve para relacionar 24 Primera noción de lo que posteriormente veremos desarrollarse como “La ley de Say”. ¿Acaso esa fijeza o constancia de los precios se debiera a que, en la Francia de su tiempo, no observaba significativos cambios técnicos en los procesos de producción que se desatarían impetuosamente casi medio siglo después, y menos aún del vertiginoso cambio en las pautas de consumo que comenzaría casi un siglo y medio más tarde? 26 Smith empleará persistentemente los términos precio de mercado y precio natural, por analogía, éste último con la terminología newtoniana dominante de “leyes y magnitudes naturales” de la teoría clásica de la gravitación universal. 23 25 los diferentes mercados”. “El proceso de negociación descrito por Cantillon refleja la información poseída por los participantes en el mercado y el grado de coordinación de los planes individuales. Cantillon describió la manera en que los planes dispersos tendían a hacer que los precios no coincidiesen con los costes (es decir, con el valor intrínseco); Si los campesinos de un Estado siembran más trigo que de ordinario, es decir, mucho más del que hace falta para el consumo del año, el valor intrínseco y real (precio natural) del trigo corresponderá a la tierra y al trabajo que intervinieron en su producción; pero a causa de esta excesiva abundancia, y existiendo más vendedores que compradores, el precio del trigo en el mercado descenderá necesariamente por debajo del precio o valor intrínseco. Sí, a la inversa, los agricultores siembran menos trigo del necesario para el consumo, habrá más compradores que vendedores, y el precio del trigo en el mercado se elevará por encima de su valor intrínseco (precio natural) (Ensayo, p. 29) El siguiente pasaje es rico en sugerencias del egoísmo como fuerza motriz, de los precios relativos como señales, para ajustar el uso de los recursos y de los costes de oportunidad como una base de la toma de decisiones económicas: Si algunos de los colonos siembran en su granja o parcela más cereales que de ordinario, será necesario que críen un número más reducido de carneros, y tendrán menos lana y menos carne para vender; por consiguiente, habrá demasiado grano y poca lana para el consumo de los habitantes. La lana se encarecerá, obligando a los habitantes a llevar sus trajes durante más tiempo del acostumbrado, y habrá un gran mercado de granos y un excedente para el siguiente año los colonos... tendrán buen cuidado de producir menos trigo y más lana; porque los colonos se esfuerzan siempre por emplear sus tierras produciendo aquellos artículos que a su juicio obtendrán un precio más alto en el mercado. Pero si en el año siguiente dispusieran de lana en exceso y hubiera escasez de cereales para el consumo, cambiarían de nuevo, de un año a otro, el empleo de las tierras, hasta proporcionar aproximadamente sus productos al consumo de los habitantes. Así, un granjero que haya logrado ajustarse, poco más o menos, a las exigencias del consumo, destinará una porción de sus tierras a praderas, para disponer de heno; otra a cereales, a lana, y así sucesivamente; y no cambiará de método a menos que no advierta alguna variación considerable en el consumo 27 (Ensayo, pp. 47-48). De esta manera, Cantillon demostraba cómo los planes inicialmente incompatibles de compradores y vendedores se hacían mutuamente compatibles a lo largo del tiempo por medio de los ajustes egoístas ante las variaciones de los precios relativos” (¿de mercado? o ¿intrínsecos?), “el mismo tipo de fenómeno se manifiesta en los mercados de factores. Cantillon habló de la tendencia del trabajo a ajustarse normalmente a la demanda. El énfasis en las fuerzas naturales para asignar el trabajo a los diferentes empleos es claro cuando Cantillon habla de la tradición de educar a los hijos en la profesión de sus padres. Si los trabajadores de la aldea educan varios hijos para su mismo trabajo, «los adultos excedentes... [tendrán que ir] ... a cualquier otra parte para ganarse la vida, como ocurre ordinariamente en las ciudades; si algunos de ellos permanecen junto a su padre, como no todos encontrarán ocupación suficiente, vivirán en un estado de gran pobreza» 28 (Ensayo, p, 25). Las disminuciones o aumentos de la demanda a corto plazo producirían temporalmente rendimientos menores o mayores de las varias clases de trabajo, pero Cantillon contempla un ajuste, con el tiempo, hacia el equilibrio (¿de largo plazo?). Observó correctamente que después de una emigración y/o inmigración «los que permanezcan en el poblado guardan constantemente proporción con el empleo suficiente para permitirles subsistir; y 27 Esta teorización respecto de “asignación entre usos alternativos y costo de oportunidad” será retomada en el estudio de la renta de la tierra de Smith. 28 La distinción entre pobreza y gran pobreza ¿sería asimilable a la distinción entre pobreza e indigencia? 24 cuando sobreviene un aumento constante de trabajo, hay algo que ganar, y otros afluyen para compartir la tarea» (Ensayo, p. 26). Dado un aumento permanente de la demanda de trabajo, el mecanismo de asignación que Cantillon establece es casi tan claro como el que desarrollaría la economía neoclásica29. Competencia y empresariado. Como Adam Smith, que iba a seguirle, Cantillon concebía la competencia como algo diferente a lo que se presenta en los actuales textos introductorias de economía. No pensaba en la competencia como una lista de condiciones que definen una estructura de mercado especifica, sino más bien en un proceso de rivalidad entre contendientes que compiten por los mismos clientes 30. En este proceso competitivo, Cantillon centró la atención en el papel e importancia del empresario. Vio la economía en términos de clases de individuos, cada una de ellas definida por una función económica principal: Cabe afirmar que si se exceptúan el príncipe y los terratenientes31, todos los habitantes de un Estado son dependientes; que pueden, éstos, dividirse en dos clases: empresarios y gente asalariada; que los empresarios viven, por decirlo así, de ingresos inciertos, y todos los demás cuentan con ingresos ciertos durante el tiempo que de ellos gozan, aunque sus funciones y su rango sean muy desiguales, El general que tiene una paga, el cortesano que cuenta, con una pensión y el criado que dispone de un salario, todos ellos quedan incluidos en este último grupo. Todos los demás son empresarios, y ya se establezcan con un capital para desenvolver su empresa, o bien sean empresarios de su propio trabajo, sin fondos de ninguna clase, pueden ser considerados como viviendo de un modo incierto; los mendigos mismos y los ladrones son «empresarios» de esta naturaleza (Ensayo, p. 43). Está claro que para Cantillon los requisitos necesarios para entrar en la clase empresarial son mínimos, y también está claro que los empresarios van y vienen, dependiendo de las vicisitudes del mercado. La esencia de la actividad empresarial consiste en la asunción del riesgo. En el caso del empresario-comerciante, éste compra, bienes a un precio conocido para revenderlos «en grandes o pequeñas cantidades a un precio incierto». Por lo tanto, el mercado no está hecho para los pusilánimes o para aquellos que tienen aversión al riesgo. Como observó Cantillon: Estos empresarios no pueden saber jamás cuál será el volumen del consumo en su ciudad, ni cuánto tiempo seguirán comprándoles sus clientes, ya que los competidores tratarán, por todos los medios, de arrebatarles la clientela: todo esto es causa de tanta incertidumbre entre los empresarios, que cada día algunos de ellos caen en bancarrota (Ensayo, p. 41). Cantillon tuvo también una noción de «equilibrio general» sobre el modo de funcionar de un sistema de mercado. Es decir, que reconoció las interrelaciones entre los mercados de productos y los mercados de recursos. Los empresarios eran «asignados» según el mismo mecanismo que asigna trabajadores o bienes: Todos estos empresarios se convierten en consumidores y clientes unos de otros, recíprocamente; el lencero, del vinatero; éste del lencero, En un Estado va siendo su número proporcionado a 29 Parece una valoración apresurada, pues no habiendo Cantillon desarrollado ninguna teorización explicita de los costos, y dado que ha afirmado que los valores intrínsecos de los bienes no cambian jamás, lo único que podría ajustarse por el movimiento indicado son las cantidades de bienes y ocupaciones y producciones sectoriales, cambiando sus abundancias o escasez relativas, pero (vaya pero!) volviendo los precios de mercados a los mismos precios relativos fijos de antes (valores intrínsecos incambiados), caso que, justamente, poco tiene de tan plena afinidad con el enfoque neoclásico que veremos en el tramo final de éste curso. 30 Más adelante en el curso estudiaremos los modelos básicos, aportados por autores posteriores, de duopolio, oligopolios y monopolio bilateral. 31 El primero de los dos estratos, el alto, arriba indicado, que, con esta nueva subdivisión que ahora sigue, terminan siendo tres clases: terratenientes, capitalistas y obreros. 25 su clientela, o al consumo que ésta hace. Si existen sombrereros en exceso en una ciudad o en una calle, para el número de personas que en ella compran sombreros, algunos de los menos acreditados ante la clientela caerán en bancarrota; si el número es escaso, otros sombrereros considerarán ventajosa la empresa de abrir una tienda, y así es como los empresarios de todo género se ajustan y proporcionan automáticamente a los riesgos, en un Estado (Ensayo, p. 42). Una nota final sobre la teoría del empresario de Cantillon: no es algo incidental en el mercado; es más bien una parte integrante del mismo. Cantillon intentó establecer como principio básico «que todo el trueque y la circulación del Estado se realiza por mediación de «empresarios» (Ensayo, p. 45), Así, para Cantillon, la actividad empresarial es la esencia de la competencia y viceversa. El efecto del dinero sobre los precios y la producción. A pesar del impresionante tratamiento que hace Cantillon de los principios económicos fundamentales antes destacados, es en el área de la teoría monetaria donde su genio brilló con más plenitud. Él inició la aproximación a la teoría monetaria por la vía de la ‘renta’: el análisis de la cadena causal que relaciona las variaciones de la masa monetaria con las del gasto agregado, la ‘renta’, el empleo y los precios ... Su análisis empieza con una descripción de las «tres rentas», las corrientes de renta y gasto del sector agrícola. El agricultor paga una renta al propietario; realiza un segundo gasto en trabajo, ganado y bienes manufacturados; e ingresa un residuo (la tercera «renta») que constituye su ‘renta’ neta. En la sección siguiente veremos cómo esta noción más bien tosca de los flujos de ‘renta’ entre los sectores fue refinada por el fisiócrata francés Francois Quesnay en su Tableau Economique. Mostrando una inclinación empírica que rivaliza con la de Petty, Cantillon construyó [¿su aproximación cuantitativa del dinero?] sobre su idea de las ‘tres rentas’, realizando estimaciones de la masa monetaria requerida para que la economía funcionase de modo uniforme. Haciéndolo así proporcionaba la primera explicación clara de la velocidad del dinero: Pero en los Estados donde el dinero es más raro ocurre con frecuencia que las transacciones por vía de evaluación son más numerosas que en aquellos Estados donde el dinero es más abundante, y por consiguiente la circulación resulta más rápida y menos retardada que en los Estados donde el dinero no escasea tanto. Así, para estimar la cantidad de dinero circulante, hay que considerar siempre la velocidad de su circulación (Ensayo, pp. 87-88). Sin embargo, en último término, fue el análisis de Cantillon sobre los efectos de los cambios en la masa monetaria el que estableció definitivamente su derecho a la fama. Citando la «teoría cuantitativa» de John Locke, Cantillon declaró: «Todo el mundo reconoce que la abundancia de dinero o su aumento en el cambio encarece el precio de todas las cosas (¿nivel de precios?). La cantidad de dinero que se ha traído de América a Europa durante los dos últimos siglos justifica esta verdad por la experiencia... La dificultad... consiste en saber por qué vía y en qué proporción el aumento de eleva el precio de las cosas» (Ensayo, p. 105). Como Newton, con quien ya lo hemos comparado, Cantillon completó sus principios analíticos con investigación empírica. Desgraciadamente, esta investigación se perdió para las generaciones futuras, pero apoyándose en ella Cantillon [quedó] convencido de que la relación entre dinero y precios no era tan simple y directa como generalmente supusieron los primeros defensores de la teoría cuantitativa. El no tuvo ningún problema en distinguir entre precios relativos y nivel de precios, y razonó correctamente que los efectos de las variaciones monetarias sobre los precios relativos32 dependen de por dónde entra el nuevo dinero en la economía y por qué 32 Recuerde que si los precios relativos intrínsecos o naturales son constantes (“no cambian jamás”), el mecanismo de precios de mercado sólo cambia la asignación de recursos y composición de cantidades físicas de bienes que se producen en la economía. Cabría entonces deducir que los precios relativos de mercado cambian a corto plazo, recomponiendo cantidades de recursos y bienes sectoriales, pero que a largo plazo retorna a los precios relativos naturales o reales constantes, 26 manos pasa en primer lugar. Si el aumento de dinero tiene lugar en manos de los que gastan, éstos aumentarán el gasto en determinados bienes, elevando los precios de los mismos. Dado que algunos bienes probablemente se adquirirán más que otros, «según el capricho de los que adquieren el dinero», los precios relativos necesariamente se alterarán. Si, en cambio, la abundancia de dinero en el Estado a través de las gentes que lo ahorran (ahorro) y que, por lo mismo, lo utilizan para aumentar los fondos prestables, la tasa de interés corriente disminuirá, ceteris paribus, y la composición del producto total se modificará a favor de la inversión (Ensayo, p. 136). Esta noción proporcionaba el germen de una teoría de los ciclos económicos inconfundiblemente austriaca, desarrollada en la década de 1930 por Friedrich von Hayek. Es digno de notarse que Cantillon rehusó separar la teoría monetaria de la teoría del valor. Defendió una teoría del interés basada en los fondos prestables, afirmando que «del mismo modo que los precios de las cosas se fijan con motivo de las transacciones en los mercados, estableciéndose una proporción numérica entre vendedores y compradores, así el interés del dinero en un Estado se determina por la proporción numérica entre prestamistas y prestatarios» (Ensayo, p. 127). Teniendo en cuenta los precios relativos, Cantillon estudió los efectos del nuevo dinero sobre los tipos de interés y concluyó una vez más que los aspectos específicos de la demanda son fundamentales: Si la abundancia de dinero en el Estado viene a través de las gentes que lo prestan, disminuirá sin duda, el interés corriente 33; conforme aumenta el número de prestamistas; pero si llega por mediación de personas que lo gastan, tendrá el efecto inverso, y elevará el tipo de interés aumentando el número de empresarios que encontrarán trabajo como consecuencia de este aumento en los gastos (demanda), viéndose obligados a tornar dinero a préstamo, para (invertir) ampliar su ‘industria’ a toda clase de clientes (Ensayo, p. 136). En efecto, Cantillon vio con toda claridad lo que parece que muchos autores del siglo siguiente no lograron ver, es decir, que una entrada de metales preciosos puede actuar de dos maneras. El producto de las minas puede ser prestado -lo que tenderá a reducir el tipo de interés - o puede ser gastado -lo que estimula directamente la producción - aumentará la demanda de préstamos -anticipando la realización de un beneficio- y elevará el tipo que la gente está dispuesta a pagar por tales préstamos. De todos los autores económicos de la época mercantilista, Cantillon fue el que más se aproximó a la fundamentación de un sistema opuesto de pensamiento económico. Con todo, incluso Cantillon conservó algunas nociones mercantilistas relativas a la balanza comercial34. Además, como banquero, su punto de vista era más bien diferente del de los filósofos que iban a construir la nueva ciencia de la economía. Pero su obra era sólida. Adam Smith la citó por su nombre, lo que no es frecuente en La Riqueza de las Naciones. El trabajo no publicado de Cantillon también circuló en Francia y debe considerarse como un factor importante en la formación del pensamiento de los fisiócratas. aunque con el efecto real en la composición del producto (en clases verá una ilustración gráfica de éstas ideas mediante el uso de la Frontera de Posibilidades de Producción (FPP) tipo lineal ante cambios en la composición de bienes demandados. 33 ¿interés de mercado o natural? ¿interés nominal o interés real? 34 Si bien el objetivo aquí no es estudiar la teoría de cada autor, si no que nos basta, como dijimos al inicio, mediante un rápido pasaje por sus ideas, con usarlos para recuperar el conjunto de temas principales que han ido armando la agenda y modos de articulación de los modelos que conformarían una teorización más completa, para así concluir el curso con un panorama nocional de la Teoría Económica y sus limitaciones, advertimos aquí que es una lástima no tener espacio para tratar con más detalle las “nociones mercantilistas relativas a la balanza comercial” de Cantillon, pues ello nos permitiría dar otra luz muy distinta sobre ésta particular interpretación de corte neoclásico que sobre sus ideas respecto a los precios, mercados, y dinero, particularmente su supuesto enfoque cuantitativo, ofrece el manual citado. 27 Apartado 4: LOS FISIÓCRATAS. Catorce máximas de gobierno o política económica extraídas por Higgs35 de una obra de Quesnay en un artículo publicado en la Enciclopedia del Iluminismo: 1) El trabajo gastado en la ‘industria’ (les travaux d’industrie), por oposición a la agricultura, no multiplica la riqueza, aunque 2) contribuye a la población y al aumento de riqueza, a menos de que 3) ocupe gente en detrimento de la agricultura, caso en el cual tiene el efecto contrario. 4) La riqueza del agricultor provoca riqueza agrícola. 5) El trabajo ‘industrial’ tiende a aumentar el ingreso derivado de la tierra, y éste, a su vez, sostiene a la ‘industria’. 6) Una nación que haga un gran comercio de sus materias primas puede siempre sostener un comercio relativamente grande en manufacturas; pero 7) si tiene poco del primero y se ve reducido al segundo para alimentarse, se encontrará en una posición peligrosa e insegura. 8) Un gran comercio interior en artículos manufacturados sólo puede mantenerse con el ingreso derivado de la tierra. 9) Una nación que tenga un gran territorio y que desprecie sus materias primas a fin de favorecer la manufactura, se destruye a sí misma en todos los sentidos. 10) Las ventajas del comercio exterior no consisten en aumentar la cantidad de dinero. 11) La balanza comercial no es una indicación (no es EL indicador) de las ventajas del comercio o del estado de la riqueza de cada país, que 12) debe juzgarse por el comercio interior y el exterior, y sobre todo por el primero. 13) Una. nación que saque el mejor partido posible de su suelo, sus habitantes y su navegación no tiene por qué envidiar el comercio de sus vecinos, y 14) en el comercio recíproco las naciones que venden las mercancías más útiles o necesarias tienen ventaja sobre aquellas que venden artículos de lujo. Por último, resume las medidas que el gobierno debería tomar en beneficio de la prosperidad del país: libertad de producción y circulación de mercancías; abolición o disminución de los peajes en el transporte; extinción de los privilegios locales o personales en los derechos de este mismo carácter; reparación de los caminos y mejora de las comunicaciones fluviales; supresión de las facultades discrecionales arbitrarias que tienen algunos particulares en los gobiernos locales, en lo que concierne a la recaudación de ingresos del estado. Si se hicieran estas reformas, habría progreso. A efectos de comprender las dificultades que Voltarie, los enciclopedistas, fisiócratas y demás autores del siglo XVIII debían sortear para lograr publicar sus obras eludiendo la censura, y en consecuencia, para que conceda Ud.“complicidad” lectora semejante a las entre líneas de los fisiócratas que se citen abajo, tal cual la que solía otorgarse a los cantantes, periodistas, etc. de la reciente época dictatorial uruguaya, vale traer la siguiente cita: En abril de 1757, un feroz edicto real decretó la pena de muerte para "todos cuantos queden convictos de haber escrito o impreso cualesquiera obras destinadas a atacar la religión, desconocer la autoridad real o perturbar el orden y la tranquilidad del reino” En 1764, otro decreto prohibió la publicación de obras sobre la hacienda pública. Los libros, los folletos y hasta los prefacios de obras teatrales quedaron sometidos a los más detallados escrutinio y fiscalización. Se dictaron sentencias que variaron de la picota y la flagelación a nueve años de galeras por la compra o la venta de ejemplares de La Pucelle o el Dictionnaire philosophique de Voltaire. En 1762, d'Alembert escribió a Voltaire: "No puede imaginarse a qué grado la Inquisición ha llegado (en Francia). Los inspectores del pensamiento... borran de todos los libros palabras como superstición, indulgencia, persecución.". En ese contexto el abate Galiani “redefinió” la elocuencia de quienes lograban publicar “como el arte de poder 35 Los fisiócratas. Henry Higgs, FCE. 28 decir algo sin ser enviado a la Bastilla”. Lo que sigue en este apartado vuelven a ser extractos reordenados por nosotros, y con las intervenciones inicialmente alertadas, del texto de Ekelund y Hébert ya citado. “Toda nueva ciencia requiere una filosofía, y la filosofía del capitalismo que Adam Smith pronto enunciaría tan bien, estaba apareciendo, como un capullo, a mediados del siglo XVIII. En esa época surgió un grupo de escritores franceses que reclamaban el nombre de «economistas». Este grupo formaba la primera «escuela de pensamiento» real en la economía. Más tarde serían rebautizados como «fisiócratas», a causa de que la palabra «economista» adquirió un significado más genérico. El término «fisiocracia» significa «gobierno de la naturaleza». En este caso es apropiado, porque los autores en cuestión creían en la ley natural y en la primacía de la agricultura. El líder intelectual de los fisiócratas era Francois Quesnay, médico de la corte de Luis XV y Madame de Pompadour. Quesnay y el pequeño grupo de discípulos que se reunían a su alrededor desplazaron las fronteras teóricas de la nueva ciencia e infundieron en ella una filosofía subyacente. La fisiocracia apelaba a principios racionales: afirmaba que todos los hechos sociales están unidos por los lazos de leyes inevitables (¿objetivas?), a las que deben obedecer los individuos y los gobiernos, una vez que las han comprendido. La doctrina fisiocrática ejerció una importante influencia en Adam Smith, que conoció a Quesnay36. En este capítulo trataremos los fisiócratas como grupo, aunque, como los mercantilistas, formaban un grupo heterogéneo. Sus publicaciones se sucedieron casi sin interrupción entre 1756 y 1778. Sus miembros incluían al Marqués de Mirabeau, Mercier de la Riviére, Dupont de Nemours, Le Trosne y Nicholas Baudeau, El ministro francés Turgot se aproximó a la doctrina fisiocrática, pero no llegó a considerarse miembro de su circulo más íntimo. El tipo de lamentaciones expresadas por Boisguillebert a la vuelta del siglo XVIII no recibió la atención del monarca entonces reinante en Francia. Luis XIV, ni tampoco la de sus dos sucesores en el trono. Luis XV fue el último rey francés que ejerció el poder real sin ninguna limitación, y las consecuencias de este hecho fueron mucho más perjudiciales para Francia durante su reinado que durante el de su predecesor, el «Rey Sol»; Luis XV hundió a Francia en guerras innecesarias que agotaron el tesoro estatal. Sus súbditos (la nobleza siempre estuvo exenta) estaban sometidos a un sistema fiscal opresivo con el que se trataba de mitigar los efectos de las desastrosas guerras y de una vida cortesana, extravagante ...” “Dos tercios del territorio francés eran propiedad del clero y la nobleza, que estaban exentos dé impuestos. Los agricultores ordinarios tenían que entregar una gran parte de su producto al terrateniente y el resto estaba fuertemente gravado. La acumulación de capital al nivel de la producción era virtualmente imposible, Los mercados interiores y las rentas personales se veían aún más limitados por la política mercantilista de reducción de salarios y otros costes de producción, a fin de estimular las exportaciones. Como muy bien ha dicho Lewis Haney, «Francia era como un gran ferrocarril o como una gran fábrica que no había provisto ninguna cantidad para depreciación o agotamiento de su equipo; su capacidad productiva estaba perjudicada y su crédito se había agotado» (Hlstory of Economic Thought, p. 176). La fisiocracia surgió como reacción a este estado de cosas.” “Los fisiócratas fueron constructores de sistemas (teóricos), en una escala ligeramente mayor que Cantillon, pero menor que Adam Smith. Hacia 1750, Quesnay y su cohorte, y Vincent Gournay, se preguntaban «sí la naturaleza de las cosas no tiende hacia una ciencia de la 36 David Hume, amigo de Smith y que también visitó a Quesnay en 1763, juzgó, en carta a Morelet del 10 de julio 1769, a los fisiócratas como “el grupo de hombres más quiméricos y arrogantes que puedan ser encontrados desde la destrucción de la Sorbona” (‘destrucción’, como metáfora, refiriéndose al fin del “imperio teológico-intelectual” que había ejercido esa institución en la cultura europea) . 29 economía política, y cuáles serían los principios de esta ciencia» (citado en Baur, «Studies», p. 100). Bajo el liderazgo de Quesnay, la fisiocracia se dedicó al descubrimiento de estos principios. Su filosofía subyacente era la filosofía medieval del derecho natural (ius naturae), pero la fisiocracia también siguió a Locke al destacar los derechos individuales y la justificación de la propiedad privada que se basa en ellos. Básicamente era una reacción contra el mercantilismo, pero aparentemente un tanto rara, puesto que al mismo tiempo que defendían el librecambio, y el interés individual los fisiócratas continuaban elogiando la autoridad absoluta37. Una explicación de esta aparente paradoja es que los fisiócratas fueron un partido cortesano, aunque radical. La critica directa de los abusos existentes y la libertad de expresión les estaban prohibidas. La única vía que se les ofrecía a los reformadores era la de oponer al poder arbitrario un poder superior: las leyes de la naturaleza. Este es, por tanto, el verdadero origen de su jus naturae (Baur, «Studies», p. 106). El punto importante de este pasaje está en que aunque se haya insistido mucho en el modo casi metafísico en que los fisiócratas apelaron a un «orden natural»38 ... es más importante considerar retrospectivamente su método económico. Lo que ellos hicieron no es muy distinto de lo que hacen los economistas actuales. Ellos partían de la observación metódica de su mundo; dispusieron y reunieron los hechos de acuerdo con sus causas; trataron de conformar un .sistema analítico basado en un modelo teórico, un sistema que concordase con la solidez (realidad) de un país que poseía un alto grado de civilización. Todo esto culminaba, para los fisiócratas, en el Tableau Economique de Quesnay, que constituía el corazón y el alma de la economía fisiocrática. Los fisiócratas argumentaron que la mejor manera de poner de manifiesto todos los efectos de las opresivas políticas reales en Francia consistía en concebir el proceso de interacción mutua en cualquier año como un flujo circular de ‘renta’ y gasto. Cualquier política que produjera el efecto de ampliar el flujo circular era, por tanto, coherente con el crecimiento económico, mientras que si lo limitaba no era coherente con el crecimiento económico. El mismo concepto, considerablemente adornado y elaborado, sigue ocupando un lugar central en la teoría macroeconómica moderna. Entonces, Quesnay escogía un factor clave en el proceso del flujo circular y analizaba los efectos de las diversas políticas sobre la economía en su conjunto, a 37 Los fisiócratas no elogiaban la “autoridad absoluta”, ¡por Dios!, sino que, con matices personales, al igual que su contemporáneos Voltaire, los enciclopedistas y los luego iniciadores de la revolución francesa, propendían mayoritariamente a la “tesis real”. Es decir, a un cambio hacia la monarquía constitucional donde se ilusionaba reformar el país mediante un “monarca ilustrado” y, sobre todo, un régimen constitucional, al modo que se hizo y continuó en el XIX haciéndose bajo la monarquía inglesa. Pretendían un cambio donde se le sustrajera al monarca absoluto francés la potestad de dictar las leyes, quedando este atributo en manos del parlamento o asamblea nacional. Una monarquía con separación de los tres poderes es un sistema que justamente no puede ser llamado monarquía absoluta. Pretendiendo los fisiócratas impulsar reformas de las leyes económicas fundamentales del sistema francés, logrando incluso Turgot imponer algunas en los dos años de ministro (1774-1776), poco ha leído o entiende quien califica a los antes mencionados autores, proclives a las reformas, como defensores del derecho divino o de la monarquía absoluta. Por otro lado, no se olvide que Luis XVI, al día siguiente a la toma de la Bastilla, ingreso a la Asamblea con la escarapela de los revolucionarios y permaneció como monarca, con poderes ya limitados, durante los tres primeros años de la Revolución francesa; una espiral de acontecimientos se lo tragó a él y a los lideres iniciadores de la revolución, iniciándose así la fase final, denominada del Terror, con la decapitación de ese rey y, también, de casi todas los restantes lideres revolucionarios no jacobinos que no pudieron darse a la fuga. No es el objeto de esta nota discutir la importancia e influencia de esa revolución, sino advertir de la ligereza de juicios que oscurecen la comprensión del lector, respecto de la posible coherencia o no de las posturas de aquellos pensadores en tiempos tan distantes y tan escurridizos a nuestra ligera mirada. 38 Respecto a las leyes naturales inherentes al «orden natural» de los fisiócratas, vale contar una anécdota de aquella época que cuenta que “Luis XV preguntó a Quesnay qué haría si fuera rey. ‘Nada’, contestó Quesnay. ‘¿Quién, entonces, gobernaría?’ preguntó el rey. ‘Las leyes’ respondió Quesnay”. 30 través de sus efectos sobre este factor clave. (Adviértase la metodología familiar, que los economistas todavía siguen.) El factor clave que Quesnay seleccionó -y que hoy se presenta como la falacia más relevante de la doctrina fisiocrática - era la productividad exclusiva de la agricultura. En el Tableau Economique, que el propio Quesnay tituló de esta manera por su representación visual del flujo circular, las ‘industrias manufactureras’ y de servicios se consideraban «estériles», en el sentido de que no contribuían en absoluto al produit net, o producto neto, 'El producto neto, a su vez, se consideraba como la auténtica fuente de la riqueza real. Este razonamiento implica una peculiar definición de la palabra” «productivo». Para los fisiócratas, productivo “significa creación de un excedente; es productiva aquella ‘industria’ que produce más de lo que consume en el proceso. La ‘manufactura’ cambia simplemente la forma dé los bienes. Los fisiócratas no negaban que tales bienes fuesen más útiles después del proceso. Pero sólo la agricultura, razonaban, es capaz de crear riqueza adicional. Si se tiene en cuenta este único significado, por extraño que pueda parecer desde una perspectiva moderna, las doctrinas de los fisiócratas se comprenderán con más facilidad. El Tableau original era un complicado cuadro numérico que representaba en forma de zigzag los flujos de renta agregada entre las diversas clases socioeconómicas. Nosotros nos hemos decidido, en su lugar, por una representación gráfica más sencilla, que capta, sin embargo, la esencia del modelo de Quesnay. La figura 4.1 divide la economía en tres clases o sectores: 1) una clase productiva, integrada enteramente por agricultores (y tal vez también pescadores y mineros); 2) una clase estéril, compuesta por comerciantes, fabricantes, criados y profesionales; y 3) una clase propietaria, que incluye no sólo a los terratenientes, sino también a los que posean el más mínimo titulo de soberanía de cualquier clase” (minas, por ejemplo). “Los flujos de renta en el diagrama están representados de acuerdo con el movimiento de las agujas del reloj. El producto neto (en términos monetarios, la renta neta) lo produce enteramente la primera clase y puede utilizarse en su propia actividad o en la de las otras dos clases. Utilizando las cifras de Quesnay y partiendo de una riqueza total de 3000 millones de francos (procedente del periodo productivo” anual recién concluido)39, “se supone que para el mantenimiento de la ciase productiva y de su ganado durante el año se necesitan 1500 millones de francos. Se representan en el gráfico 4.1 como pagos del sector agrícola a sí mismo, por lo que esta parte no circula” intersectorialmente. “Además, el sector agrícola gasta 500 millones de francos en bienes manufacturados (y servicios), que también son necesarios para mantener a los agricultores durante el año. Los 1000 millones de francos restantes van a los propietarios en forma de rentas e impuestos. Estos últimos 1000 millones representan el producto neto, o sea, el excedente por encima de los costes necesarios (los fisiócratas no consideraron las rentas y los impuestos como costes necesarios de producción, sino más bien como excedentes).40 El circuito se completa cuando los propietarios gastan su renta (500 millones en alimentos y 500.millones en manufacturas) y los miembros de la clase estéril gastan la suya (500 millones en alimentos y 500 millones en materias primas). Así, los 3.000 millones de francos gastados originalmente por los agricultores vuelven a ellos, 500 millones de los propietarios y 1000 millones de los artesanos, y el proceso continúa indefinidamente. Nótese, sin embargo, que los agricultores son los únicos que obtienen un producto neto, es decir, una cifra superior a la de sus costes de mantenimiento y de sus actividades agrícolas. 39 Las cifras del manual citado se han modificado aquí para que sean proporcionales a los de los ejemplos numéricos del Apartado 6 posterior. Multiplicando aquellos valores por 100, se tienen las cifras aquí usadas. 40 De modo que si la producción agrícola (Qt donde t es fecha de cierre) es de $5000 y los fondos al inicio del período o adelantados en ese sector (Qt-1donde t-1 es fecha de inicio)ascienden a $3000 ($2000 + $1000) el producto neto (∆Q) es $ 2000 (Qt - Qt-1) =∆Q. 31 Gráfico 4.1 La política fisiocrática. Este resumen proporciona, en el mejor de los casos, sólo una pálida idea de las vastas complejidades implicadas en la acción de seguir el crecimiento de los ingresos a lo largo del tiempo; algo en que los fisiócratas estabas extremadamente interesados y de una forma entusiasta. Sin embargo, el modelo del flujo circular nos proporciona intuiciones importantes de sus prescripciones políticas. Los fisiócratas buscaban políticas para estimular la acumulación de capital, que se encontraba frenada por una excesiva carga fiscal sobre los agricultores. Así, ellos argumentaron a favor de la reforma fiscal. El gasto realizado por el sector agrícola en mantenimiento, bienes manufacturados, rentas e impuestos vuelve a dicho sector a través de los artesanos, de los propietarios y de los propios agricultores. Quesnay había calculado la suma y la productividad del capital necesario para llegar a un estado satisfactorio de la agricultura, y siguiendo a Cantillon estaba convencido de que la aplicación de capital a la agricultura era la única forma de obtener un producto neto imponible. La cuestión estaba en satisfacer las necesidades del tesoro al mismo tiempo que se suprimían los medios irracionales de valoración que impedían el desarrollo agrícola. La solución a ambos problemas estaba sencillamente en gravar fiscalmente al terrateniente. Los fisiócratas consideraron que la recaudación fiscal de la Francia prerrevolucionaria era muy ineficiente. El método más eficiente consistiría simplemente en gravar al grupo que en última instancia pagaba el impuesto. Dado que los impuestos sólo se pueden pagar tomando su importe del producto neto, tenían que exigirse a los que percibían el producto neto. Al mismo tiempo, el conjunto de tipos impositivos tendría que ser el adecuado para que los ingresos fiscales” (su monto) “fuesen suficientes para satisfacer las necesidades del Estado”. En la visión fisiocrática la “fuente de acumulación de capital para la inversión agrícola era la renta de la tierra, en tanto que los terratenientes eran responsables de las mejoras de la tierra. Sin embargo, las restricciones mercantilistas sobre el librecambio de los productos agrícolas mantenían bajos los precios (y por tanto las rentas de las tierras), mediante la restricción de la demanda. Así, los fisiócratas argumentaron en favor del librecambio. Ellos creían que la eliminación de estas restricciones y una política general de «¡fuera las manos!» (es decir, de no intervención) por parte del gobierno, haría 32 posible que el capital fluyese libremente hacia el sector agrícola y que el flujo circular se ampliase a lo largo del tiempo, de acuerdo con las «leyes de la naturaleza». En este punto es posible que se tienda a considerar a los fisiócratas como enemigos de la clase terrateniente. Nada podría estar más lejos de la verdad. Los fisiócratas no desafiaron nunca la institución de la propiedad privada ni la elevada posición de los terratenientes. En vez de ello, consideraron a los propietarios como miembros de la sociedad que eran tan valiosos como necesarios para el proceso de desarrollo. Después de todo, era el propietario quien había realizado la inversión inicial para poner la tierra en condiciones de ser arada y quien había introducido determinadas mejoras antes de entregarla a los agricultores para su cultivo. Y por esto tenía derecho a una parte de su producto anual.” “Entonces, ¿por qué penalizarían los fisiócratas a los terratenientes proponiendo un impuesto sobre las rentas de la tierra? Los fisiócratas argumentaban que cualquier desventaja inmediata para los propietarios que pudiera suponer el impuesto se vería más que compensada a largo plazo por los incrementos subsiguientes a la inversión agrícola y por los mayores valores que alcanzaría el producto neto, y, consiguientemente, también las rentas. En síntesis, los terratenientes eran una clase privilegiada, pero sus responsabilidades se consideraban proporcionadas a su elevada posición en la sociedad. En el análisis final es, quizás, tan importante comprender cómo razonaron los fisiócratas como lo es entender lo que tenían que decir. Como muchos escritores sociales que les siguieron, ellos concebían la economía como fundamentalmente orgánica. La vieron como una amalgama extremadamente compleja y delicada de partes constituyentes -vinculadas por el mecanismo del intercambio en el mercado -, en la que cualquier trastorno que se produjera en una parte, con el tiempo, se transmitía a todas las demás partes, a través del proceso de interacción y reacción. El suyo podría considerarse como el primer análisis del equilibrio general ... y no debe pasarse por alto la analogía entre esta visión de la economía y la del cuerpo humano que generalmente sostiene un médico, como lo era Quesnay. Anatómicamente, un trastorno en una parte del cuerpo -el estómago, por ejemplo - se transmite, tarde o temprano, a las demás partes, que interactúan y reaccionan para compensar el trastorno inicial. En la economía, un trastorno en la producción produce un trastorno en la demanda” (vale por consumo en los fisiócratas) “y viceversa, a causa de la mutua interdependencia de ambas. La economía fisiocrática fue criticada en su propia época, pero en general, como cuerpo de principios sistemáticos, mantuvo su influencia durante las dos décadas que transcurrieron antes de la aparición de La Riqueza de las Naciones en 1776, El italiano Galiani, reaccionando contra la fisiocracia, se opuso tanto a la idea de un orden natural como al intento de construir sistemas económicos41. El filósofo francés Condillac refutó correctamente la idea de que las ‘manufacturas’ sean estériles y contribuyó significativamente a la teoría del valor” (subjetiva, o basada en la utilidad de los bienes), “tema que a los fisiócratas sólo les interesó de un modo tangencial, porque les preocupaban más la producción y la distribución que la teoría del cambio, Pero estas quejas no amenazaron seriamente el prestigio de los economistas franceses.” “Los fisiócratas argumentaban que la ‘manufactura’ era estéril en este sentido solamente en condiciones de libre competencia. Ellos estaban perfectamente dispuestos a admitir que en condiciones de monopolio, la ‘manufactura’ podía producir un excedente de valor por encima de los costes necesarios.” Aunque, según teorizaciones posteriores, “en condiciones competitivas, el precio 41 El Abate Galiani, citado ya anteriormente, quien llegó a París desde Nápoles en 1761, objetó la noción de “orden natural” desde la defensa de la religión, aduciendo que la tesis de "seguir a la naturaleza" era un consejo insensato que reduciría a los hombres civilizados a la brutalidad y el salvajismo; que las pruebas de un designio en el universo e abrumadoras; y que el escepticismo llevaba al vacío intelectual y la desesperación espiritual. Respecto a las propuestas económicas derivadas por los fisiócratas, que es lo que no interesa aquí, alegó que “liberar el comercio de granos de toda reglamentación arruinaría a los agricultores de Francia y podría producir una hambruna en el país, pues los mercaderes avivados exportarían los cereales franceses a otros países.” 33 (de equilibrio) a largo plazo equivale precisamente al coste total medio de producción. Y en la Francia del siglo XVIII, esta observación parece estar de acuerdo con la experiencia de los fisiócratas.” “En el análisis final, la huella más permanente de los fisiócratas sobre el desarrollo del análisis económico fue probablemente su influencia sobre Adam Smith. En la cumbre de su actividad literaria, Adam Smith los conoció mientras desarrollaba su propia investigación sobre la naturaleza y la función del capital en una sociedad agrícola. Estaba, por ello, expuesto al sistemático cambio de mentalidad que finalmente cultivó en sí mismo y demostró en su magna obra, La Riqueza de las Naciones, Por falta de este mismo cambio de mentalidad sistemático, en otros autores, los intentos previos de construir una teoría general de la economía en Inglaterra no habían tenido éxito.” Apartado 5: Extractos del Capítulo IX de La Riqueza de las Naciones (1776) de Adam Smith. De los sistemas de agricultura, o de aquellos que representan el producto de la tierra como el único y principal manantial de la renta y riqueza de un país En los textos de ese capítulo que hemos seleccionado Smith en la primera sección presenta la teorización fisiocrática y reserva para la Sección II sus opiniones y comentarios críticos al respecto. SECCIÓN I ... Mr. Colbert, famoso ministro de Luis XIV, fue hombre de probidad, de conocimientos muy profundos en las cosas más nimias, de gran experiencia y agudeza para el examen de cuentas publicas, en una palabra, de talento singular para establecer el buen orden y método exquisito en la recaudación y manejo de las rentas públicas del Estado. Este ministro, por desgracia, había adoptado todas las preocupaciones del sistema mercantil 42, sistema por su naturaleza, de restricción y de reglamento, el cual no podía menos de ser muy conforme y agradable al genio de un hombre laborioso, acostumbrado a constante arreglo de las oficinas públicas, estableciendo guarderías, registros y contadurías para sujetar cada uno de aquellos al círculo de su propia esfera. Pensó y aún procuró arreglar la ‘industria’ y el comercio de tan vasto país sujetándose al mismo plan o modelo de los departamentos de sus públicas oficinas, y en lugar de dejar a cada vasallo en libertad de manejar sus intereses particulares del modo que tuviese a bien, bajo el principio generoso de la igualdad y de la justicia, se empeñó en conceder privilegios extraordinarios a ciertos ramos de ‘industria’ e imponer a otros importantes restricciones. No sólo estaba aquel ministro dispuesto a animar mayormente la ‘industria’ urbana que la rústica43, sino que para sostener aquella quería abatir y deprimir la otra. Al objeto de provocar la baratura de las provisiones para los habitantes de las ciudades, y por este medio fomentar las manufacturas y animar el comercio exterior, prohibió absolutamente la exportación de granos, excluyendo de este modo a los del campo de todo mercado forastero para poder negociar y vender las más importantes producciones de su ‘industria’44. Dicha prohibición, junto a las 42 Por “sistema de agricultura” Smith alude al enfoque fisiocrático, mientras que mediante “sistema mercantil o comercial” refiere al enfoque mercantilista. 43 Mediante actividades rusticas se alude a las actividades primarias (agropecuarias y extractivas). 44 Por industria debe entenderse actividad ad ‘manufacturera’ tipo artesanal pero no aún sistema fabril 34 restricciones que imponían las antiguas Leyes provinciales de Francia en el transporte del trigo de una provincia a otra, y las contribuciones arbitrarias y ruinosas a que se sujetaba a los labradores en aquel Reino, desanimaba y aun tenía más abatida la agricultura de aquel país que lo que por sí misma hubiera estado. Todavía actualmente no ha llegado al grado a que naturalmente hubiera subido, dada la fecundidad de su suelo y benignidad de en clima. Este estado de depresión y de abatimiento se notaba más o menos en todos los distritos de aquel país, y por tanto se efectuaron varias investigaciones sobre las causas, llegando a la consecuencia de que una de ellas había sido la preferencia que los reglamentos de mister Colbert dieron a la ‘industria’ urbana sobre la rústica. Reza un proverbio que, para enderezar una vara que se tuerce demasiado hacia una de sus partes, es necesario torcerla otro tanto hacia la otra. Los filósofos franceses45, que proponen el sistema de agricultura como el único manantial de toda renta y riqueza de la nación, debieron adoptar dicha máxima proverbial. Éstos dividen en tres clases a aquellos que por varios conductos pueden contribuir a realizar las distintas producciones de la tierra y del trabajo del campo. Primera, la clase de los propietarios o dueños de los predios; la segunda, la de los que los cultivan como labradores o como jornaleros, a quienes honran con el epíteto peculiar de clase productora; y la tercera, la de los artesanos, fabricantes y mercaderes, a quienes pretenden abatir con el odioso sobrenombre de clase improductiva y estéril. La clase de los propietarios contribuye al anual producto de la tierra con los gastos que suelen esporádicamente efectuar para mejorar el terreno, edificios, desaguaderos, zanjas, esclusas, cercas y otras obras de tal especie que hacen de nuevo o reparan, y por cuyo medio pueden los cultivadores, con el mismo capital, coger mayor cantidad de frutos, pagando aún mayor renta a su señor. Dicha mayor renta puede considerarse como un interés o ganancia debida al propietario, por el capital que de aquel modo ha empleado o invertido en las mejoras del terreno, cuyos gastos se denominan expensas prediales. Los labradores o colonos contribuyen al producto anual con lo que los partidarios del sistema denominan expensas anuales y primitivas, las cuales sólo se invierten en el mero cultivo. Éstas comprenden las que se realizan en los instrumentos de labranza, en la prevención de ganados, de semillas, en el mantenimiento de la familia del labrador, de criados (empleados) y del ganado mismo, por lo menos en aquel espacio de tiempo o parte del primer año de ocupación, en que aún no han recibido la recompensa de los frutos, cuyas expensas son las que llaman privativas (¿originadas por ahorros de privación?). Las anuales entienden ser aquellas que se hacen en la siembra, desgaste y de mejoras de los instrumentos de labranza, en el mantenimiento anual de criados (empleados) y de animales, así como también de la familia del labrador, en aquella parte a lo menos en que se considera como empleada en la labranza. Aquella porción que le quede del producto de la tierra, después de pagada la renta a su señor, debe ser suficiente para reemplazarle dentro de un término razonable, a lo menos durante el tiempo en que esté ocupado el predio, el total de sus expensas primitivas con las ganancias ordinarias que corresponden a dicho capital, rindiéndole después anualmente el total de sus expensas anuales, con las ganancias ordinarias también que a aquel capital corresponden 46. Estas dos especies de expensas vienen a ser dos capitales distintos (¿capital fijo y capital circulante?) que emplea el labrador en el cultivo, y de no serles restituidos con una mecanizado. 45 En este texto “filósofos franceses” alude a los fisiócratas como parte de ellos.. 46 Los subrayados y negritas anteriores y los que siguen recuerde que son nuestros. 35 ganancia razonable, no podrá sostener su empleo en el justo nivel de los de distinta especie, antes bien, si ha de mirar por sus intereses, lo abandonara cuanto antes y buscara otro“ (si impera la libre movilidad) “en que con justa utilidad pueda emplear sus fondos de un modo mas seguro. La porción de producto, pues, que de esta suerte resulta necesaria para habilitar al labrador a seguir en aquella negociación o destino, debe mirarse como un fondo sagrado e inviolable destinado a la labor, el cual si viene a ser violado por el señor del predio, este mismo verá reducir el fruto de su propia tierra, y dentro de pocos años, no sólo logrará inhabilitar al colono para que le pague tan forzada renta, sino la que en adelante pudiera prometerse obtener de sus heredades. La renta que propiamente pertenece al señor no es más que aquel producto neto que resta después de pagadas, del modo más completo, las expensas necesarias que no pueden menos de invertirse para coger todo el fruto. El hecho de producir el trabajo del labrador o de los cultivadores esta renta neta, después de resarcir completamente con ganancias todos las expensas necesarias, es causa de que en este sistema sea distinguida peculiarmente la clase de ellos con el honroso epíteto de productiva; y por la misma razón llaman también expensas productivas todas las que se conocen por primitivas y anuales, pues además de reemplazar todo su valor ocasionan una reproducción anual de este producto neto. Las expensas prediales, según ellos las llaman, o aquellas que el señor del predio invierte en las mejoras del suelo y de la heredad, son también honradas en este sistema con el título de expensas productivas. Hasta haber sido completamente satisfechas al señor, juntamente con las regulares ganancias, esta adicional renta debe ser mirada, dicen ellos, como cosa sagrada e inviolable, Y como supuesto el buen orden de las cosas, tales expensas prediales, sobre reproducir del modo más completo su valor propio, ocasionan también en cierto transcurso del tiempo una reproducción de neto producto, las considera este sistema como expensas productivas. Pero sólo éstas (las prediales), con las primitivas y anuales que hace el labrador, son las tres especies de expensas que tiene por productivas el referido sistema (teórico).Todas las demás, al igual de las otras clases de gentes, aun aquellas que según la opinión común de los hombres se tienen por las más útiles, las representa según su plan como absolutamente improductivas y estériles. Los artesanos, los fabricantes con especialidad, cuya ‘industria’ en la inteligencia vulgar de las gentes aumentan en tanto grado el valor de las rudas producciones de la tierra, en este sistema, se pintan como familias las más infecundas. Su trabajo, dicen, no hace más que reemplazar el fondo que en sus manufacturas emplean con las ganancias ordinarias de él. Éste fondo consiste en los materiales, los instrumentos y los salarios que se les adelantan por el empleante, siendo el fondo destinado a mantenerles. El que se emplea, así como les adelanta el fondo de materiales, de instrumentos y de salarios para que se empleen y trabajen, así también, como que se adelanta a sí mismo lo necesario para su mantenimiento, se proporciona siempre aquella utilidad (o beneficio) que piensa prudencialmente sacar del precio de la obra de los otros. A menos que este precio le reemplace el mantenimiento que él se adelanta a sí mismo y el de los materiales, instrumentos y salarios que proporciona a sus operarios, es evidente que no le cubrirá todo el gasto que en ello ha tenido que hacer. Esto supuesto, las ganancias de un fondo de ‘manufactura’ no son, como lo es la renta de la tierra, un producto neto que queda, después de pagadas todas las expensas que son necesarias para realizarlo. El fondo del Iabrador le rinde una ganancia como la que proporciona al fabricante el fondo de su manufactura (es decir, una ganancia uniforme o normal); pero además rinde aquél una renta a otra persona. Las expensas que se hacen para emplear y mantener fabricantes y artesanos no consiguen sino ir conservando, si así puede decirse, la existencia de lo que valen, pero no producen valor (adicional o agregado) 36 alguno, y por tanto son unas expensas enteramente improductivas y estériles. Pero las que se hacen para emplear labradores y jornaleros del campo, por el contrario, sobre conservar la existencia de su propio valor, reproducen uno nuevo, que es la renta del señor del predio, y por tanto son y deben llamarse expensas productivas. El fondo mercantil, en este sistema, es igualmente estéril e improductivo que el ‘manufacturante’. No hace más que continuar la existencia de lo que en sí vale, sin producir valor nuevo, sus ganancias no son más que un sobrepago del mantenimiento que su empleante se adelanta a sí mismo mientras lo tiene empleado, o hasta que recibe sus retornos o recompensa. No son más que un reemplazo de aquella parte de expensas indispensables para emplear sus capitales. El trabajo de los artesanos y fabricantes jamás añade cosa alguna al valor global de las rudas producciones anuales de la tierra 47, aunque añadan gran parte de él a ciertas particulares producciones, porque lo que se consume entre tanto de otras es precisamente igual a la parte del valor que añade su trabajo a aquella especie singular de ellas, de tal modo que en ningún momento se verifica que el valor del producto total (global) reciba el más pequeño aumento. La persona que trabaja, por ejemplo, los ‘encajes de un par de vueltas finas’, añadirá acaso, con lo que monta un penique de lino, treinta libras esterlinas de valor; pero aunque a primera vista parezca que, de este modo multiplica el valor de cierta ruda producción de la tierra, aproximadamente siete mil doscientas veces, en realidad nada añade al valor del total producto anual de ella (global ). Acaso al terminar aquellos encajes pudo costarle dos años de trabajo. Las treinta libras que por ellos lleva, después de acabada su obra, no viene a ser más que una satisfacción o sobrepago del mantenimiento que a sí misma se ha estado adelantando durante los dos años empleados en dicha labor. El valor que va añadiendo al lino, con el trabajo de cada día, de cada semana, de cada mes o de cada año, no hace otra cosa que reemplazar el de su propio consumo durante aquel año, aquel mes, aquella semana o aquel día. Luego, en ningún momento se verifica haber añadido cosa alguna al conjunto del anual producto rudo de la tierra, pues la porción de aquellas producciones que continuamente consume es siempre igual al valor que también continuamente produce. La extrema miseria en que se ven la mayor parte de los empleados en tan costosa manufactura, aunque superfina, puede convencernos de que el precio de semejante labor no excede, por lo común, de su mero mantenimiento. Todo lo contrario tiene lugar en la obra del labrador y del trabajador del campo. La renta del propietario es un valor que, por el curso ordinario de las cosas, está continuamente produciendo, además de reemplazar, del modo más completo, todo el consumo, todas las expensas que se hacen en el empleo y mantenimiento, tanto de los obreros como de su empleante.48 47 Atención, “nada añade”, según los fisiócratas, a nivel agregado, aunque pueda parecer que sí a nivel de empresa o sector aislado. Tal vez este razonamiento se comprenda un poco mejor cuando, sobre el final de ésta ficha, se vean las transacciones intersectoriales y, entonces, podrá percibirse como son tratados en forma análoga las remuneraciones de los capitalistas y obreros respecto a los insumos intermedios. 48 La causación fisiocrática viene a ser algo así: la producción agrícola $X tiene un ‘valor propio’, de esa producción las partes que se destinan a intercambiarse o adquirir (demandar) Y bienes manufactureros, tanto aquellos que se adquieran para reemplazo de insumos de origen manufacturero empleados por la agricultura, como aquellas demandas de bienes manufactureros de consumo personal por parte de terratenientes, capitalistas y obreros agrícolas, “otorgan un valor de intercambio equivalente al suyo propio” a los Y bienes manufactureros demandados. Si el valor del monto de producción agrícola es $ 5000 y se retienen para reemplazos de insumos agrícolas y consumos personales de bienes agrícolas de aquellas tres clases agrícolas mencionadas una parte $Z de aquel valor $X, entonces el “valor reflejo” de las Y unidades físicas de bienes industriales será determinado por el valor de $(X – Z) mediante los intercambios de mercado ($(X – Z) = Y) Si acaso, por ejemplo, variara la parte de $Z que los terratenientes deciden sustituir por bienes manufacturados provocando que $Z cambie a $(Z + ∆z), dado constante $X, el “valor reflejo” del 37 Sólo con la parsimonia o el ahorro económico es como los artesanos, fabricantes y mercaderes pueden aumentar las rentas y la riqueza de la sociedad, o sea - valiéndonos de los mismos términos que aplica este sistema- por privación, dejando de disfrutar parte de los fondos destinados a su propia subsistencia 49. Éstos anualmente no producen otra cosa que tales fondos, de manera que, a no ser que ahorren alguna parte de ellos, privándose cada año de disfrutar alguna porción, la renta y la riqueza de la sociedad nunca podrán aumentarse en lo más leve por medio de la ‘industria’ de gentes semejantes. Los labradores y jornaleros del campo” (los agricultores), “por el contrario, pueden disfrutar completamente de todos los fondos destinados al mantenimiento propio, a la vez que aumentar las rentas de la sociedad 50, pues además de lo que destinan para su subsistencia, la ‘industria’ de los mismos anualmente produce una renta o producto neto, con cuyo valor recibe la riqueza de la nación cierta parte adicional que no tenía. Por tanto, aquellas naciones integradas principalmente por propietarios y labradores de tierras, como España, Inglaterra y Francia, pueden enriquecerse con el disfrute y goce de su propia ‘industria’; pero las que, como Holanda y Hamburgo, se componen generalmente de comerciantes y artesanos, sólo pueden enriquecerse con la parsimonia y el ahorro. Así el carácter común del pueblo sigue, por lo regular, el de las diferentes circunstancias que distinguen a unas y otras naciones: en las de la primera especie, hacen parte de su carácter definitivo la liberalidad, la franqueza y la generosidad; y en las de la segunda, el encogimiento, la medianía y un mirar sólo por sí mismo, opuesto a toda sociabilidad, trato popular y generoso. La clase estéril de los mercaderes, artesanos y fabricantes es mantenida y empleada totalmente a expensas de las de propietarios y labradores. Éstos les surten de materiales para sus obras y de fondos para su subsistencia, con el trigo y el ganado que consumen mientras están empleados en su negociación. Los dueños de las tierras, y los que las cultivan, finalmente vienen a pagar tanto los salarios de aquellos operarios como las ganancias de los que les emplean. Artesanos y empleantes vienen a ser como criados de los labradores y propietarios, sin más diferencias de los domésticos en que éstos trabajan dentro de las casas y aquellos fuera: pero tanto unos como otros se mantienen igualmente a expensas de sus amos 51. El trabajo de todos ellos es mismo monto de bienes manufacturados vendrá dado por ($(X – (Z + ∆z) = Y), encareciéndose éstos relativamente a los agrícolas. Por otro lado, si la competencia entre manufactureros cambiara, por ejemplo, la producción física del sector de Y a (Y + ∆y), mientras que la producción agrícola y el monto $Z se mantuviesen en su niveles iniciales, tendríamos ahora que el “valor reflejo”, o de comando agrícola, dejaría incambiado el valor de la producción industrial total ($(X – Z) =(Y + ∆y)), cambiando eso sí los valores unitarios de los bienes manufactureros, abaratándose relativamente. Ambos casos recién ejemplificados traerían consigo, además de cambios en el nivel de actividad y ocupación manufacturera, cambios en los precios relativos de cambos bienes, y, aunque la masa de dinero-metálico en circulación fuese constante, el nivel de precios promedio cambiaría. Retomando el ejemplo de la nota al pie de la página 33, $X = $ 3000; $Z = ($1500 de insumos y subsistencias del propio sector + $500 de compras de bienes agrícolas por los terratenientes), de donde ($Y - $Z) = $1000, que es la demanda del sector agrícola de bienes manufactureros compuesta por ($ 500 para reemplazos de insumos + $500 para consumo de los terratenientes). Esa magnitud obliga a que el valor imputable a la producción manufacturera sea $1000. En el Apartado 6, abajo se ilustra el caso donde ∆ z < 0. 49 De ahí la interpretación posterior usual en muchos textos del ahorro como sacrificio de consumo corriente o presente. Además, en la visión fisiocrática ese ahorro privado del sector estéril no es fuente de crecimiento del producto neto. 50 Este no sería un ahorro de privación o sacrificio del consumo corriente, sino una “renuncia a aumentarlo”, destinando una parte del producto adicional al ahorro, el que en esta visión es fuente potencial de aumento genuino del producto neto agrícola. Posteriores autores dirán que es igualmente una renuncia a aumentarlo y, en tal sentido, un sacrificio de mejoras inmediatas en aras de réditos más demorados o lejanos. 51 Sería considerarlos como si “terciarizaran” los servicios domésticos (costura, herrería, carpintería, 38 igualmente improductivo: nada añade al valor de la suma total del producto rudo de la tierra, antes bien, en vez de aumentarla, sirven de carga e implican un gasto que debe sostener (¿alimentar?) aquel mismo productor. No obstante, las clases improductivas son útiles en gran manera a las otras dos. Por medio de la ‘industria’ de los mercaderes, artesanos y fabricantes, los propietarios y labradores pueden comprar los efectos extranjeros y los géneros manufacturados del país con el producto de menor cantidad de trabajo propio que el que necesitarían emplear, si tuviesen que importar los unos directamente, o ponerse a fabricar los otros de un modo grosero y torpe para su propio uso52. Por ministerio de las clases improductivas, los labradores se excusan de muchos cuidados que distraerían su atención del cultivo de las tierras. Aquel exceso de producto qué se habilitan como consecuencia de no tener que distraer su atención, es completamente suficiente para pagar todo el coste del mantenimiento y empleo, tanto de las clases no productivas como de las de propietarios y labradores, y así, aunque la ‘industria’ de mercaderes, artesanos y fabricantes sea por su naturaleza estéril o infecunda, contribuye sin embargo indirectamente al aumento del producto anual de la tierra 53. Ella promueve las facultades del trabajo productivo, dejando a éste en libertad para dedicarse totalmente a su propio destino, que es el cultivo del campo, con lo cual el arado hiende con más facilidad y más ventajas mediante el trabajo de unos hombres cuyas operaciones son las más remotas del mismo arado. Por esta razón54, nunca puede interesar a los propietarios y colonos de las tierras coartar en modo alguno, ni desanimar, la ‘industria’ de los fabricantes, artesanos y mercaderes. Cuanto mayor sea la franquicia de que gocen las clases improductivas, tanto mayor será la competencia en todos los diferentes ramos de que se componen, y tanto más barato saldrá a las otras dos clases el surtido de los bienes extranjeros, como el de las manufacturas propias que para su uso necesiten. Del mismo modo, tampoco puede interesar a las clases improductivas oprimir a las otras dos, porque lo que mantiene a las primeras es aquel sobrante producto de la tierra que queda después de deducido el mantenimiento del labrador y del propietario del predio. Cuanto mayor sea este sobrante (el producto neto), mayor habrá de ser también el mantenimiento y empleo de aquéllas clases. El establecimiento de una franquicia y de una igualdad perfecta, que no se oponga a la recta justicia, es el resorte que asegura con eficacia aquel alto grado de prosperidad a que deben aspirar las clases improductivas. Los mercaderes, fabricantes y artistas de aquellos Estados mercantiles que se componen principalmente de tales clases, como Holanda y Hamburgo, vienen a ser del mismo modo mantenidos y empleados a expensas de los propietarios y colonos de las tierras. No hay más diferencia que la de que los labradores que les mantienen, o la mayor parte de ellos, se encuentran a mayor distancia de los sujetos a quienes surten de materiales, de fondos y de alimentos, porque son habitantes de otros países y vasallos de otros Gobiernos. Dichos Estados mercantiles son también útiles en gran manera a los mismos habitantes de reinos extranjeros, porque llenan un hueco muy importante, etc) de las estancias agropecuarias, que en lugar de ser “gastos dentro del hogar” se desembolsan fuera. 52 Esta noción aparecerá posteriormente en el curso desarrollada en la teorización de los costos o ventajas comparativas, donde el comercio exterior permite obtener mayor volumen físico de artículos a cambio de un monto dado de los nacionales que los que habría podido producir internamente de aquellos otros bienes con un volumen dado de recursos. 53 Mediante las economías resultantes de la división del trabajo, la especialización y diversificación. 54 Aquí aparecen los recursos persuasivos con los que los fisiócratas pretendían conquistar el apoyo de la corona y nobleza. 39 supliendo la falta de aquellos tratantes, artesanos y fabricantes que deberían encontrar en sus países propios. Nunca puede interesar a las naciones prediales o labrantiles el desanimar ni disminuir la ‘industria’ de semejantes Estados mercantiles, imponiendo pesadas cargas sobre su comercio, o cargando de impuestos los géneros de que vienen en surtirles55, porque tales impuestos, como que encarecen las mercaderías, sólo servirían para abatir el valor real de aquel sobrante producto de las propias tierras, o su precio, que es lo mismo, con que se han de comprar aquéllas, y así, en vez de aumentar el producto anual del país, desanimarían al labrador para su aumento, impidiéndole los progresos del cultivo de la labor de los campos. Por el contrario, conceder la franquicia de comercio a las repetidas naciones mercantiles será el medio más eficaz que estimule para el aumento del producto anual de la tierra, y para el fomento y progresos agrícolas de la propia nación. Esta misma libertad de comercio sería también, a su debido tiempo, el expediente más efectivo para surtirla de artesanos, fabricantes y mercaderes, cuando faltasen en el mercado doméstico, y para que llenasen un hueco tan importante como el que suele dejar vacío la mala política o la desgracia de los tiempos. El continuado aumento (crecimiento) de dicho sobrante producto de las tierras llegaría a crear, con el transcurso del tiempo, un capital mayor que el que podría emplearse con regular ganancia en sus mejoras y cultivo,56 y lo que sobrase de este capital se dedicaría naturalmente a emplear artesanos y fabricantes dentro del Reino. Los citados fabricantes y artesanos como que tendrían dentro de sus tierras los materiales propios para el utillaje y los fondos para su mantenimiento, desde luego podrían con menos arte y menos pericia trabajar más barato que los de los Estados mercantiles que debieran surtirse de todo ello a gran distancia. Aun cuando por falta de arte y destreza no les fuese factible en algún tiempo trabajar sus obras tan baratas como los fabricantes de los referidos Estados, las podrían vender sin embargo más baratas al encontrar el mercado dentro de su casa, en tanto los otros tendrían que conducirlas a gran distancia; y según fuesen adelantando en arte y pericia irían aumentando aquella baratura. Por este medio, surgiría en el mercado una competencia de rivales contra los Estados mercantiles, quienes en un principio se encontrarían en situación algo superior, pero al poco tiempo quedarían iguales, y no mucho después excluirían aquellos al extranjero vendiendo más baratas y de mejor calidad las manufacturas domésticas. La baratura de tales mercaderías de las naciones que hemos llamado prediales, como consecuencia de sus adelantos en pericia, destreza y arte, a su debido tiempo ensancharla también los limites del mercado interior, hasta llevarlas al extranjero, de donde no dejarían de echar a otras muchas manufacturas, aun de aquellas mismas naciones mercantiles.57 55 A menos que estos reglamentos sean necesarios para fomentar la industria interior (dirán los fisiócratas), o para igualar la balanza de las cargas que aquellos Estados impongan sobre las mercaderías de las demás naciones, o, finalmente, para excusar imposiciones sobre los géneros propios y nacionales, que en todo caso deben ser privilegiados en las franquicias de un país. (Nota de Smith) 56 El crecimiento agropecuario tiene un techo, piensan; por ello la economía tarde o temprano, una vez agotadas todas las oportunidades, llegará al estado estacionario. 57 Este papel de la interrelación entre división del trabajo y tamaño del mercado de los fisiócratas será reintegrado por Smith a su propia teorización. De igual forma, retomará sus efectos sobre el crecimiento de la nación así como respecto a las etapas o secuencias sectoriales de esa trayectoria. Por último, vea que la supuesta evolución económica a la par que conlleva la modificación de los precios relativos entre bienes agrícolas y manufactureros, expande también los flujos de importaciones y exportaciones con su consiguientes variaciones de flujos de dinero-metálico, ¿cómo 40 Este continuo aumento del producto, tanto rudo como manufacturado de las naciones prediales, llegaría a formar en su día un capital mayor que el que podrían emplear con las ordinarias ganancias, tanto en la agricultura como en las manufacturas. El sobrante de este capital se inclinaría naturalmente al comercio extranjero, empleándose en conducir a países extraños aquellas producciones rudas y manufacturadas que excediesen de la cantidad necesaria para el mercado doméstico. En la exportación del producto propio del país, llevarían los mercaderes de una nación agrícola, sobre las mercantiles, una ventaja de la misma especie que los fabricantes y artesanos, o sea la de encontrar dentro de su patria aquel cargamento, aquellos repuestos y provisiones que las otras tendrían que buscar a gran distancia. Be este modo, con menos pericia y destreza en la navegación, podrían vender en el mercado extranjero su cargamento tan barato como los mercaderes de las naciones comerciantes; y llegando a igualarse en aquella pericia náutica, las darían aún a mucho menos precio. En tal forma se establecería la competencia en el comercio exterior, que vendría tiempo en que echarían del mercado extranjero a las naciones puramente comerciantes.58 Según, pues, los principios de este generoso sistema (fisiocrático), el método más expedito en una nación agrícola para formar artesanos y fabricantes, sería conceder la entera libertad de tráfico a los fabricantes, artistas y mercaderes de todas las naciones extrañas, porque de este modo se encarece el valor del sobrante producto de sus tierras, cuyo continuo incremento crea un fondo (de acumulación) que gradualmente irá formando los artífices, fabricantes y mercaderes dentro de su propio seno. Por el contrario, cuando una nación agrícola oprime el tráfico de las mercaderías extranjeras, con altos impuestos o con absolutas prohibiciones, (el proteccionismo) perjudica necesariamente a sus propios intereses, en dos sentidos. El primero, encareciendo el precio de todos los géneros extranjeros y de toda suerte de manufacturas, que es lo mismo que rebajar el valor real del producto sobrante de sus propias tierras, con el cual, o con su precio, se compran y cambian aquellas manufacturas y aquellos géneros. Y el segundo, porque concediendo una especie de monopolio del mercado doméstico a los artistas, fabricantes y mercaderes nacionales encarece o levanta, la cuota de las ganancias mercantiles y manufacturantes sobre la proporción debida a las ganancias labrantiles, y por consiguiente retira de la agricultura una parte del capital que se empleaba antes en ella, o impide que vaya a tal destino alguna porción que de lo contrario iría. Por tanto, esta política desanima por dos conductos a. la agricultura, abatiendo o rebajando el valor real de su producto, aminorando la cuota de sus ganancias y levantando indebidamente la de los demás empleos y negociaciones. La agricultura queda más abatida, y el comercio y las fábricas con más ventaja que la que sin estos reglamentos tendrían, de tal manera que cualquier persona tentada de su propio interés procurará, en cuanto esté de su parte, retirar sus fondos de la primera y aplicarlos a los segundos. Aunque por medio de esta violenta y opresiva política, como la califican los partidarios de dicho sistema (fisiocrático), una nación agrícola sea capaz de crear en se compatilibilizarían esos cambios con la versión de la teoría cuantitativa del dinero, arriba reseñada, que alude a la relación del nivel de precios promedio -sin alteración de precios relativos reales- con la entrada y salida de metales preciosos?. 58 Los fisiócratas perecerían tener una visión según la cual las naciones comerciales, sin base agropecuaria interna, sólo podría disfrutar de hegemonías transitorias y frágiles, en tanto que las de base agropecuaria, operando el laissez faire, lograrían un crecimiento y hegemonía sustentable. También suponen “fases o etapas del crecimiento” genuino de las naciones prediales bajo la libre competencia: primero la expansión agrícola, luego el acento se desplaza a la manufactura y, finalmente, al comercio exterior, convirtiéndose así, finalmente, dicho país en sólida potencia internacional. 41 su seno artesanos, fabricantes y mercaderes algo más presto que concediendo al extranjero la libertad del tráfico - materia que no deja de ser muy dudosa-, les formaría prematuramente, si así puede decirse, antes de la debida sazón. Porque promoviendo antes de tiempo un género de ‘industria’ menos ventajosa, no dejarían perfeccionarse a otra que tiene más conocidas ventajas. Esto es, promoviendo una especie de ‘industria’ que sólo es capaz de reemplazar el fondo que en ella se emplea, y las ganancias ordinarias de él, oprimiría otra especie de ‘industria’ que, sobre reemplazar el fondo y sus ganancias, da de sí un producto neto, una renta limpia al señor. Deprimiría un trabajo productivo, por ensalzar antes de tiempo el improductivo y estéril. De qué modo se distribuye según este sistema la suma total del producto anual de la tierra entre las tres clases mencionadas, y de qué manera el trabajo de las clases improductivas no hace más que reemplazar el valor de su propio consumo, sin aumentar por ningún concepto aquella suma total, lo pinta en varios formularios aritméticos Mr. Quesnay, ingenioso y profundo autor de este sistema. El primero de dichos formularios, que de una manera antonomástica distingue con el nombre de Tabla Económica (Tableau), representa el modo con que se hace aquella distribución en un Estado de perfecta libertad civil 59: en un Estado en que el producto anual que rinde la mayor renta es aquella que es posible dar, o sea el neto producto, y en donde cada clase goza de la porción de producto anual que le corresponde. Algunos formularios que siguen expresan el modo con que él supone tiene lugar esta distribución en diferentes Estados en que domina la restricción, en que la clase de los propietarios de las tierras, o bien la de los miembros improductivos, se halle más favorecida que la de los labradores, y en que una u otra usurpa algo más de la parte que justamente le debiera tocar, correspondiendo a la clase productiva60. Cualquier usurpación de esta especie, cualquier violación de aquella distribución natural que establece la perfecta libertad, necesariamente habrá de degradar más o menos de un año a otro, según el repetido sistema, el valor de la suma total de su anual producto, y habrá al fin de ocasionar una gradual decadencia de la riqueza real y de las rentas de la sociedad, cuyos progresos decadentes serán más prontos o más lentos según el grado de aquella usurpación, según que sea más o menos violada aquella distribución natural que establecería la perfecta libertad. Los formularios que siguen a éstos, representan los varios grados de decadencia que según aquel sistema corresponden a los que va teniendo la violación de aquella distribución natural. Sección II 61. Algunos físicos especulativos han imaginado que no hay otro modo de conservar la salud del cuerpo humano que usar de cierto preciso régimen de dicta y ejercicio, cuya violación, aun la más pequeña, no puede menos de ocasionar cierto grado de desorden y destemplanza que proporcione una enfermedad del grado mismo de la violación. Pero la experiencia parece también haber demostrado que el cuerpo humano, a lo menos por lo que se ve, conserva comúnmente un estado más perfecto 59 Es decir, operando hipotéticamente el laisses faire o la plena libre competencia. Interesa recalcar que el Tableau de Quesnay no en uno sino varios, aunque los subsiguientes economistas solo suelen atender uno de ellos. Es la primera vez en teoría económica que se propone un contraste entre dos modelos: aquel hipotético en que opera la libre competencia y otro en que rigen las restricciones mercantilistas y proteccionistas usuales, de modo de que de ese contraste “salten” las ventajas y desventajas de una y otra opción y su incidencia en el potencial de crecimiento económico. Desgraciadamente, no hay lugar ni corresponde presentarlos aquí en su detalle. 61 Esta Sección, reiteramos, la dedica Smith a sus opiniones y juicios sobre la teorización fisiocrática. 42 60 de salud robusta con la variedad del régimen y ninguna sujeción a especulaciones tan escrupulosas, y muchas veces aun en medio de una conducta que está muy lejos de creerse vulgarmente saludable. El estado de sanidad del cuerpo del hombre encierra, al parecer, cierto principio oculto de conservación, capaz de precaver y de corregir por muchos caminos los malos efectos, aun de un régimen positivamente dañoso 62. Mr. Quesnay, que también era médico y físico muy especulativo, parece haber adoptado una idea idéntica con respecto al cuerpo político, y haber creído que sólo puede éste proceder y prosperar bajo cierto preciso régimen, exacto a lo que él llama libertad y justicia perfectas. No demuestra haber considerado que, en él cuerpo político de una sociedad, aquel natural esfuerzo e impulsos de todo ciudadano a mejorar da fortuna y de condición es un principio de conservación civil capaz de precaver y corregir, en gran parte, los desastrosos efectos de una mala política económica que tenga algún tanto de opresiva. Aunque una economía política de esta especie retarda más o menos los progresos naturales de una nación hacia la salud civil de su prosperidad, no es capaz sin embargo de impedirlos enteramente, y mucho menos de hacer que retrocedan. Si ninguna nación pudiese progresar sin gozar de perfectísima libertad y de justicia exactísima en la esfera civil, no habría habido todavía en el mundo una sola que hubiese prosperado en sus riquezas. Pero, aun en el cuerpo político, la sabia Providencia puso abundancia de remedios contra los malos efectos de la extravagancia y la injusticia de los hombres, del mismo modo que lo hizo en el cuerpo humano para redimir los de la intemperancia y desarreglos. El error capital de este sistema (fisiocrático) consiste principalmente en representar a los artífices, artesanos, fabricantes y mercaderes como una clase de gentes improductivas e infecundas. La impropiedad de esta pintura la haremos patente con las siguientes observaciones. En primer lugar, se confiesa que esta clase de gentes reproducen a lo menos anualmente el valor de su consumo anual, conservando la existencia de aquel fondo o capital que la mantiene y emplea. Pues por sola esta razón le está con mucha impropiedad aplicada la denominación de clase improductiva y estéril, ¿Cómo podríamos llamar infecundo a un matrimonio que produjese un hijo y una hija para reemplazar en cierto sentido al padre y a la madre, aunque no aumentase el número de la especie humana, con tal que la conservase? Ciertamente que los labradores y trabajadores del campo, sobre reemplazar el fondo que les mantiene y emplea, reproducen anualmente cierto producto neto, que es la renta del señor del predio; pero así como un matrimonio que da a luz tres hijos es ciertamente más productivo y fecundo que el que sólo da dos, así el trabajo del labrador es sin duda más productivo que el de los mercaderes, artesanos y fabricantes, sin que este superior producto de una clase determine que la otra sea estéril e infecunda.63 En segundo lugar, resulta por esta misma razón muy violento e impropio (¿?) comparar al artesano y al comerciante con los criados domésticos. El trabajo de estos últimos ni aun conserva o hace que continúe la existencia del fondo que les 62 Es la metáfora de la autorregulación de los sistemas. Humanos padres dos, hijos tres: aumenta la población generacional en uno, obvio. Pero usar de es analogía como hace aquí Smith, aquella que opera con homogéneos, para extrapolarla a la comparación de saldos de ‘productos’ heterogéneos (carne y lana) con ‘gastos’ heterogéneos (heno, trabajo, tijeras de esquila, bolsas, etc.) requiere que nos explique Smith cuál es el ‘patrón de medida’que convirtiéndolos a un homogéneo (valor) permite comparar si la cuantía del saldo es igual, mayor o menor. Esta “fulminante demostración” del carácter creador de producto neto de las manufacturas parece aquí un decretazo, sin embargo concédase que son citas del Capítulo IX, ya veremos como en capítulos previos intenta Smith resolverlo, consistentemente o no, su teoría del valor. Sin embargo, más abajo intentará una fundamentación en términos del dinero como medida, aunque después, cuando tratemos la teorización de Smith, veremos como él mismo le indica reparos a tal uso. 43 63 mantiene a expensas totalmente de sus amos, y la obra que aquellos realizan no es de una naturaleza capaz de resarcir aquel gasto, al consistir en unos servicios que perecen generalmente en el instante mismo en que se efectúan, sin fijarse ni realizarse en una mercadería, cosa vendible o permutable que sea capaz de reemplazar el valor de sus salarios y mantenimiento. El trabajo (manufacturero) del artesano y del mercader, por el contrario, se fija y realiza naturalmente en alguna mercadería vendible, y ésta es la razón por que colocamos nosotros a los artesanos, mercaderes y fabricantes entre los trabajadores productivos, y a los criados domésticos entre los improductivos y estériles, en el capítulo en que se trató del trabajo productivo y del improductivo64. En tercer lugar, siempre ha de ser cosa muy impropia decir que el trabajo de los artesanos, fabricantes y mercaderes no aumenta el valor real de las rentas de la sociedad... aunque supongamos que el valor de lo que el artesano produce nunca es mayor que el de lo que consume, no obstante, en cierto momento el valor actual de las cosas en el mercado será mayor como consecuencia de lo que su trabajo produce, que lo que sería si no lo produjese. Cuando los defensores de este sistema aseguran que el consumo de los artesanos, mercaderes y fabricantes es igual al valor de lo que producen, sin duda no quieren decir otra cosa sino que sus rentas o el fondo destinado a su inmediato consumo es igual a ello. Pero si se hubiesen expresado con más exactitud, asegurando solamente que la ‘renta’ de dichas clases era (es) igual al valor de lo que ellas producían, fácilmente hubiera comprendido el lector que lo que pudiese cómodamente ahorrarse de aquella ‘renta’ necesariamente vendría a aumentar más o menos la riqueza real de la sociedad. Para hilvanar, pues, algo parecido a un argumento, fue necesario que se explicasen como lo hicieron, y aun este argumento, en el supuesto de que las cosas fuesen como ellos presumían, sería en todos los aspectos inconcluyente. En cuarto lugar, tan incapaces son los labradores y trabajadores del campo de aumentar sin parsimonia (ahorro) y economía la ‘renta’ real, el producto anual de la tierra y del trabajo de la sociedad, como los artesanos, fabricantes y mercaderes. El producto anual de la tierra y del trabajo de una nación sólo puede aumentarse por dos caminos: o con algún adelanto en las facultades productivas del trabajo útil que dentro de ella se mantiene, o por algún aumento en la cantidad de este trabajo. El adelanto en las facultades productivas depende ante todo de los progresos de la habilidad del operario, y en segundo término de la maquinaria con que trabaja su artefacto. El trabajo de los artesanos y fabricantes, en consecuencia, como que es capaz de más subdivisiones, y como puede ser reducido a mayor sencillez de operación que el de los trabajadores del campo, también habrá de ser más susceptible, y en mayor grado, de aquellos progresos que lo mejoran y adelantan65. En este respecto, pues, la clase de los labradores ninguna ventaja puede llevar a la de los artífices y fabricantes. El aumento en la cantidad del trabajo útil que actualmente se ejerce dentro de una sociedad, no puede menos de depender enteramente del capital que la mantiene y emplea, y el incremento de este capital también ha de ser exactamente igual a aquella porción que de las ‘rentas’ se economiza y ahorra, o bien de la parte que corresponde a las personas mismas que directa o indirectamente lo manejan, o de alguna otra a quien se le presta o anticipa. Si los mercaderes, artesanos y fabricantes son más inclinados, según este sistema supone, a la parsimonia y economía que los labradores y colonos de las tierras, otro tanto serán más a 64 Los argumentos de ese mencionado capítulo los veremos más adelante. Véase el Cap. I del Libro I de Smith. 44 65 propósito para aumentar la cantidad del trabajo útil que se emplea en la sociedad de ellos, y por consiguiente para aumentar la ‘renta’ real, el anual producto de la tierra y del trabajo de la nación66. En quinto y último lugar, aunque supongamos, como parece hacerlo este sistema, que las ‘rentas’ de los habitantes de todo país consisten enteramente en la cantidad de subsistencia y alimento que son capaces de procurarles, siempre la ‘renta’ de una nación comerciante y manufacturera, estando todas las demás cosas en su debido orden, no podrá menos de ser mucho mayor que la de una nación sin comercio y sin manufacturas. Por ministerio de dichos tráficos, será factible traer a cualquier país determinado mayor cantidad de subsistencia y alimento que la que anualmente pueden rendir sus propias tierras, en el actual estado de un mero cultivo. Los habitantes de una ciudad, aunque no posean tierras propias, atraen con su ‘industria’ tales cantidades de productos de ellas, por más que sean propiedad de otros, que bastan para surtir de materiales a sus oficios y de fondos para su subsistencia. Lo que es una ciudad con respecto a sus campos vecinos, puede serlo un Estado independiente con respecto a otros países extraños. Así lo hace Holanda, que saca la mayor parte de sus alimentos de provincias y campiñas extranjeras: el ganado vivo de Holstein y Jutlandia, el trigo de casi todos los países de Europa, y una pequeña cantidad de producto manufacturado por ella basta para comprar una muy considerable de rudo producto de otras naciones. Un país comerciante e industrioso, pues, compra con una pequeña parte de sus productos manufacturados una muy grande de las rudas de otros países, cuando, por el contrario, una nación sin comercio y sin manufacturas se ve por lo general obligada a adquirir una corta porción de manufacturas extrañas a expensas de grandes porciones de su rudo producto. La una extrae lo que puede acomodar y hacer subsistir a pocos, conduciendo en retorno la subsistencia y conveniencia para muchos, y la otra extrae la conveniencia y subsistencia de muchos por conducir lo que sólo puede acomodar a muy pocos. Los habitantes de la primera disfrutan de más alimentos de lo que les pueden rendir sus propias tierras, y los de la segunda menos de lo que en efecto rinden las suyas. No obstante, pese a todas las imperfecciones de este sistema, es acaso el que más se aproxima a la verdad entre cuantos basta ahora se han publicado sobre Economía política, y por tanto es muy digno de la consideración de todo hombre que desee examinar atentamente los principios de aquella importante ciencia. Aunque en lo referente a pintar el trabajo que se emplea en el cultivo de las tierras, como el único productivo de cuantos se emplean en la sociedad, sean demasiado restringidas y mezquinas las ideas que establece, en cambio al representar la riqueza de las naciones como consistente, no en las inconsuntibles del dinero, sino en los bienes perecederos y efectos de consumo que anualmente se reproducen por el trabajo de la sociedad, así como al proponer la franquicia de la negociación cual único y eficaz medio para hacer esta anual reproducción lo más grande que sea posible, la doctrina parece a todas Iuces tan justa como generosa. Sus secuaces son muy numerosos, y como por lo regular son los hombres amantes de paradojas y de aparentar que entienden todo aquello que excede a la comprensión de la masa del pueblo, la paradoja que este sistema defiende, sobre la naturaleza improductiva del trabajo ‘manufacturante’ no ha contribuido poco a aumentar el número de sus admiradores. Años pasados llegaron a formar una secta considerable, distinguida en la república literaria de Francia con el nombre de los Economistas. Sus obras ciertamente han sido de mucha utilidad para aquel país, no sólo por haber traído a una discusión general muchas materias que hasta entonces no habían sido objeto del 66 El ahorro de los empresarios manufactureros incide más que el de los rurales en la acumulación y crecimiento del producto. 45 examen ni de la reflexión debida, sino por haber influido en gran manera para que el Gobierno dictase reglamentos varios en favor de la agricultura. A propuesta de ellos logró ésta libertarse de algunas opresiones que la habían mortificado antes. El término de los contratos de arrendamiento, como que éstos habían de ser válidos contra cualquier futuro comprador o propietario de las tierras, fue prolongado desde nueve a veintisiete años. Las antiguas restricciones provinciales sobre el transporte de granos de una provincia a otra fueron enteramente abolidas, y establecida por ley común, en todos los casos ordinarios, la libertad de extraerlos del Reino para países extraños. Esta secta, en sus obras - que son muy numerosas y que tratan, no solamente de lo que se llama propiamente Economía Política o de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, sino de otros ramos del sistema del gobierno civilsigue implícitamente, sin variación visible en todos sus escritores, la doctrina de Quesnay, y por esta razón se encuentra tan poca variedad en todas ellas. La exposición, más distinta y mejor dispuesta que de esta doctrina se halla, es la que se da en un pequeño libro escrito por Mr. Mercier de la Riviére, Intendente algún tiempo de la Martinica, titulado Orden natural y esencial de las sociedades políticas. La admiración que rendía toda esta secta a su autor, hombre de la mayor modestia y sencillez, no era inferior a la que se tiene a cualquiera de aquellos grandes filósofos fundadores de sus respectivos sistemas. "Desde el principio del Mundo no ha habido tres invenciones tan grandes - dice el Marqués de Mirabeau- ni que hayan dado tanta estabilidad a las sociedades políticas, no contando ahora con otros inventos que las han enriquecido y adornado, como la de la escritura, la cual solamente habilita a la naturaleza humana para transmitir sin alteración sus leyes, sus contratos, sus anales y sus descubrimientos. La segunda es la invención de la moneda, que liga todas las relaciones que tienen entre sí las naciones civilizadas. La tercera la Tabla Económica (Tableau), que es el resultado de las otras dos, que las completa perfeccionando sus objetos; el gran descubrimiento de nuestra edad, pero cuyo beneficio y fruto sólo nuestra prosperidad ha de ser quien los disfrute." ... En todos los países extensos, pues, como Francia e Inglaterra, el número de empleados en la agricultura se computa por algunos autores en la mitad de los habitantes del país, otros lo fijan en una tercera parte e ignoramos haya quien haga bajar aquel número de la quinta. Pero como el producto de la agricultura, tanto de Francia como de Inglaterra, se consume por la mayor parte en el mercado doméstico, cada persona empleada en ella, según esta computación, es necesario que no requiera más parroquianos para el despacho de todo el producto de su trabajo que uno, dos o cuando más cuatro, como el de su propia familia. Luego, la agricultura puede sostenerse mejor que las manufacturas en medio de la desventaja de un mercado limitado y estrecho. ... El ramo mayor y más importante del comercio de una nación es, como hemos demostrado antes, el que se sostiene entre la ciudad y el campo. Los habitantes de la primera sacan de las campiñas las rudas producciones que constituyen tanto las primeras materias de sus tráficos, como el fondo de su mantenimiento o subsistencia, y las pagan restituyendo parte de ellas a los habitantes del campo, manufacturadas ya, y preparadas para su inmediato uso. El comercio que entre estas dos clases se gira, viene por último a consistir en cierta cantidad de todo producto que se cambia por otra de producto manufacturado. Cuanto más caro sea este último, más barato habrá de ser el primero, y todo aquello que en un país contribuya a hacer subir el precio de lo manufacturado, habrá de hacer que baje el del producto rudo de la tierra, desanimando por lo mismo a la agricultura. Cuanto menor sea la cantidad de producto 46 manufacturado capaz de comprar la que por ella se da de producción ruda, o el precio de esta ruda producción -que es lo mismo -, tanto menor habrá de ser el valor permutable de la cantidad citada de rudo producto que por la otra se da en cambio, y tanto menor también el estímulo para que el dueño del predio o el que lo cultiva procure aumentar sus producciones mejorando el cultivo y la labor. Todo aquello, pues, que tenga por sí una tendencia diminutiva del número de artesanos y fabricantes, será restrictivo del mercado doméstico, que es el más importante para las producciones rudas de la tierra, y por lo mismo mira a desanimar la agricultura. Aquellos sistemas, pues, que por preferir la agricultura a todas las demás artes y negociaciones, y para promoverla, imponen restricciones a las manufacturas y al comercio extrínseco, obran contra el fin que se proponen, desanimando indirectamente aquella misma especie de ‘industria’ que pretenden promover. Son en sí más inconsecuentes y contradictorios que el mismo sistema mercantilista. Éste, animando las manufacturas y el comercio extranjero, más que la agricultura del país hace que cierta porción de capital, que habría de emplearse en una especie de ‘industria’, se desvíe de ella; pero finalmente, viene en realidad a promover aquella suerte de ‘industria’ que se propone fomentar. En cambio, aquellos sistemas agricultores (fisiocráticos), por el contrario, desaniman en realidad su ‘industria’ favorita. Así, pues, cualquier sistema que pretende atraer hacia cierta especie particular de ‘industria’, con fomentos y estímulos extraordinarios, mayor porción de capitales de una sociedad que los que naturalmente (libremente) se inclinarían a ella, o con extraordinarias restricciones lanzar violentamente de cierto género de ‘industria’ particular parte del capital que de lo contrario se emplearía en la misma, es en realidad subversivo o ruinoso para el intento mismo que se propone conseguir. Retarda, en vez de acelerar, los progresos de la sociedad hacia la grandeza y riqueza verdaderas, disminuyendo, en lugar de aumentar, el valor real del anual producto de la tierra y del trabajo. Todo sistema de preferencia extraordinaria o de restricción se debe mirar como proscrito, para que de su propio movimiento se establezca el simple y obvio de la libertad labrantil, mercantil y manufacturera. Todo hombre, con tal que no viole las leyes de la justicia, debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor le parezca a los fines de buscar su modo de vivir, y que puedan salir sus producciones a competir con las de cualquiera otro individuo de la naturaleza humana. El Soberano vendrá a excusarse de una carga para cuya expedita sustentación se hallará combatido de mil invencibles obstáculos, pues para desempeñar aquella obligación estaría siempre expuesto a mil engaños, cuyo remedio no alcanza la más sublime sabiduría del hombre. Ésta es la obligación de entender en la ‘industria’ de cada uno en particular, y de dirigir la de sus pueblos hacia la parte más ventajosa a sus intereses, cosa que aun los mismos que lo practican con un lucro inmediato suelen no acabar de penetrar. Según el sistema de la libertad negociante,67, al Soberano sólo quedan tres obligaciones principales que atender, obligaciones de gran importancia y de la mayor consideración, pero muy obvias e inteligibles: la primera, proteger a la sociedad de la violencia e invasión de otras sociedades independientes; la segunda, poner en lo posible a cubierto de la injusticia y opresión de un miembro de la república a otro que sea también de la misma, o la obligación de establecer una exacta justicia entre sus pueblos; y la tercera, la de mantener y erigir ciertas obras y establecimientos públicos, a que nunca pueden alcanzar ni acomodarse los intereses de los particulares o de pocos individuos, sino los de toda 67 Nombre que alude al nuevo enfoque doctrinario que propulsa Smith diferenciándose de los de mercantilistas y fisiócratas. 47 la sociedad en común, por cuanto no obstante que sus utilidades recompensen superabundantemente los gastos al cuerpo general de la nación, nunca satisfarían esta recompensa si los hiciese un particular. El desempeño de todas estas obligaciones de un soberano trae consigo inmensos gastos, y éstos requieren necesariamente ‘rentas’ que puedan, soportarlos. Por tanto, en el libro siguiente, se procura explicar, en primer término, cuáles sean los gastos necesarios de un Soberano o de una República, las expensas que de éstas deban recaudarse por general contribución de toda la sociedad, y cuáles por la de algunos miembros y clases particulares solamente; en segundo lugar, cuáles sean los varios modos de hacer contribuir a toda la sociedad para sostener aquellos gastos comunes, y cuáles los inconvenientes o ventajas principales de estos diferentes métodos; y en tercer lugar, cuáles sean las razones o causas que hayan movido a casi todas las naciones o gobiernos modernos a empeñar parte de estas ‘rentas’ o contraer deudas nacionales, y cuáles hayan sido los efectos de éstas sobre la riqueza real o el anual producto de la tierra y del trabajo de la sociedad. En consecuencia, se dividirá el libro siguiente en tres principales capítulos.68 Apartado 6: Del Tableau fisiocrático a la Matriz de transacciones. Recta presupuestaria y Frontera de Posibilidades de Producción (FPP) Para instrumentar las ideas contenidas en los cuadros (“formularios”) del Tableau, utilizaremos un ejemplo simplificado o modelo como el que sigue. Supongamos que en una economía autárquica estacionaria existe un sector de producción agrícola, del que resulta una producción anual de trigo69. Para lograrla, debieron aplicarse a la tierra, dado un estado ancestral de las técnicas de cultivo, cierto monto de insumos (semillas, por ejemplo), así como “otros insumos” y/o herramientas. Asumimos que esas manufacturas son producidas fuera del establecimiento predial (aunque no siempre, ni significativamente en aquella época, sucedía así). En este ejemplo se encabezan las tres primeras columnas de la tabla con las entradas al inicio del período agrícola anual (insumos primarios, manufacturas - allí se registran los “otros insumos” o herramientas-, y subsistencias de labradoresempresarios y empleados 70). La cuarta columna indica la salido o producción física al cierre del ejercicio o período anual de cosecha. que encabeza la tercera columna. Agro 71 Insumos Manufacturas Subsistencias 10 u.b.t 5 u.b.m 5 u.b.t 68 Qt 30 u.b.t Quede este párrafo final como noticia de otros temas que Smith trata en su obra y que no veremos en este curso. 69 Los montos de producción física, convendremos, serán indicados de aquí en lo que resta del curso mediante “Qi” donde el subíndice indicará el tipo de bien al que se aluda. En caso que corresponda se indicará el producto neto mediante “Yi”. 70 Se supone que se aplicó el trabajo directo de un cierto numero de labradores, que aquí no se especifica, pero que se asumen están indirectamente representados por sus remuneraciones comprendidas en el fondo de subsistencias. 71 Donde u.b.t (unidades de bien trigo) indica la cuantía de trigo insumido y/o cosechada ya sea en arrobas, libras o kilos, según el sistema de pesos y medidas del país. Por su parte, u.b.m indica ídem respecto a las unidades de bien manufacturado. 48 Podríamos, a efectos de parecer más “realistas”, complicar la situación indicando que parte de las 5 unidades de bienes manufacturados, por ejemplo 4 de ellas, se emplean en la producción propiamente dicha; mientras que la otra restante conforma el fondo de subsistencia de los agricultores junto a las 5 u.b.t. En tal caso, éste fondo de subsistencia se conformaría por (5 u.b.t , 1 u.b.m) mientras que los insumos manufactureros serían entonces 4 u.b.t. No lo haremos por ahora, más adelante en el curso incluiremos cestas de consumo heterogéneas o con varios componentes. Continuaremos, pues, en la simplificadísima situación de asumir un único componte en el consumo de los labriegos por razones de parsimonia didáctica. Otra advertencia que corresponde es la siguiente: no será objeto de preocupación central de Quesnay estudiar de qué diversas maneras, ni tampoco el específico modo de cómo pueda repartirse ese fondo entre patronos y empleados: la distribución entre obreros y capitalistas no es objeto de su análisis. Si el labrador es un trabajador familiar, que trabaja él y su familia, el fondo de subsistencias es directamente su ingreso, obviamente. Pregunta: ese fondo ¿es un flujo o un stock? Dos labradores que perciban el mismo ingreso pero posean distintas casas habitación familiar ¿son igualmente ricos? La tierra, por su parte, ha sido arrendada por la clase propietaria (terratenientes) a un arrendatario capitalista (o “colono” como le llaman los ingleses), el labrador, que invierte sus fondos y contrata empleados o trabajadores asalariados. Se da por sentado que el fondo de subsistencias habrá de ”pagar”, en especie, ambas remuneraciones: no sólo del personal asalariado del establecimiento, sino también las propias ganancias o beneficios del empresario agrícola o labrador 72. Los fisiócratas no se detienen a estudiar el reparto de ese fondo de subsistencia entre obreros asalariados y empresarios. Por otra parte, en la ‘manufactura’ o “industria artesanal”, supongamos que la producción viene dada por Insumos 5 u.b.t Estéril Manufacturas Subsistencias Qm -----5 u.b.t 10 u.b.m No se nos ofrece tampoco aquí detalle respecto a la subdivisión del fondo de subsistencias entre obreros y capitalistas de éste sector, pero la idea que subyace es análoga a la anterior respecto a relación de contratos dados inercialmente entre patronos y obreros. Esto supone omitir la explicitación de la rentabilidad empresarial como factor que afecta la toma de decisiones de dichos agentes. En el caso de que la producción ‘manufacturera’ la realizara un artesano independiente, todo el fondo de subsistencias constituiría su ingreso. En definitiva, si hay empresarios y obreros, el fondo indicado remunerará los respectivos salarios y beneficios; ídem cuando el “labrador” agrícola no contrata trabajo asalariado y labora directamente él y su familia. La determinación de los precios relativos no es tampoco objeto de explicación por 72 Habremos de esperar a Turgot, Smith y otros para que se nos propongan explicaciones distributivas al respecto. Entre tanto, en este apartado el “fondo de subsistencias” comprende lo que lo que otros autores separarán en salarios del obrero y beneficios del empresario capitalista (S + B). 49 Quesnay: simplemente se les suponen fijos, constantes o dados. Asumamos que los mismos son 73 Pt = $1 y Pm = $1 Donde el primero es el precio monetario unitario del trigo (Pt) y el segundo del bien manufacturado (Pm). Tal suposición conlleva implícita una relación de intercambio (trueque) en el mercado de 1 u.b.t se cambia por 1 u.b.m Este supuesto nos permite decir que el análisis de los fisiócratas es, predominantemente, realizado en términos de variables reales dado que los precios nominales o monetarios invariables no aportan mucho a la explicación de lo mecanismos de producción e intercambios del cuadro. En rigor, los flujos de intercambios podrían ser explicados en términos de trueques, dadas las relaciones de intercambio y el pago de la renta, ambas en especie, sin que para ello fuera necesario ; Pm = $z), ni el nivel de especificar los precios nominales ( Pt = $y precios promedio de la teoría cuantitativa: basta conocer los precios relativos Pt /Pm = x. Sin embargo, sería conveniente que Ud. calculara aquí, mediante el empleo de la ecuación cuantitativa, la cuantía de M dados los precios relativos anteriores en la hipótesis de que V = 2,5 y el saldo externo es nulo (∆M=0). ¿Cómo se fija el monto de la renta que recibe la clase terrateniente?. Ya sabemos, nos lo anticipaba el texto de Smith supra, que ésta habrá de absorber todo el producto neto del sector agrícola, el que también es, en esta concepción, el valor agregado de la economía toda. Se la asumirá formalmente fijada por un contrato de arriendo anteriormente acordado (de 9 o 26 años, por ejemplo). Asumámosla entonces como establecida desde antaño en Z u.b.t. en especie (o $Z a los anteriores precios constantes) La cuestión es: ¿cuáles serían los montos posibles de Z? El requisito es que sus montos posibles (R= Z) sean tales que el proceso de circulación o de intercambios al menos, permita la repetición del proceso anual en el siguiente año en situación estacionaria 74. ¿A cuánto pude ascender (techo), sea en especie o cantidades físicas, sea en su equivalente monetario, el monto que pidan los terratenientes a los empresarios capitalistas de ese sector para que el modelo estacionario sea viable en las condiciones de los cuadros bisectoriales arriba señalados? 73 Si en lugar de esos usáramos los de Pt = Pm = $100, las cifras de estos ejemplos coinciden con las del ejemplo de la “inflado” anteriormente presentado. Atención, aunque los fisiócratas asumen dados y no explican la conformación de los precios, éstos no pueden elegirse arbitrariamente cualesquiera: deben elegirse precios que hagan compatibles los flujos e intercambios necesarios a la circulación. 74 Proceso que se reitera, si le place concederlo, a lo largo de tanto tiempo como duren los contratos de arriendo promedio y las condiciones incambiadas de clima, técnicas y costumbres que “fijan” los consumos y remuneraciones “estables” de las tres clases. 50 - Si la renta pedida fuera de 20 u.b.t ($20), quedarían en manos de los empresarios agrícolas10 u.b.t ($10) que: o bien se destinan a cubrir el fondo de subsistencia (los ingresos de obreros y capitalistas del sector), con lo cual dispondrían de 5 u.b.t ($5), cifra que a los precios indicados no permite reponer los insumos y manufacturas requeridas para mantener la producción en la misma escala: podrían, a lo sumo, reponer la mitad de los insumos y manufacturas empleados (en insumos 5 u.b.t, y, en herramientas, manufacturas por 2,5 u.b.m), y utilizar, simultáneamente, la mitad del fondo de subsistencias (2,5 u.b.t, lo que equivale a emplear menos mano de obra). Si éste fuera el caso, la producción agrícola del siguiente período, ceteris paribus75, descendería (menos de 30 u.b.t). - Si la renta pedida fuera de 10 u.b.t ($10), quedarían en manos de los empresarios agrícolas 20 u.b.t ($20) -que una vez cubierta la reposición de insumos manufacturas (10 u.b.t, 5 u.b.m; $15)-, dejaría en manos de los empresarios un monto suficiente para cubrir el fondo de subsistencia (los ingresos de obreros y capitalistas del sector) y la economía podría perdurar en la misma escala de actividad global. De repetirse esta última situación, al subsiguiente período no descendería la producción como en el caso anterior y, ceteris paribus, todo se reiteraría en el sector en forma similar al estado de partida (se continuaría en estado estacionario). ¿Qué sucedería si la renta fuera menor (piso) a la cifra anterior? Es cosa que no evaluaremos en el marco fisiocrático. Ello obligaría al análisis de otros aspectos – una explicación de la determinación de la distribución cambiante entre salarios y beneficios- que no son particularmente considerados en el Tableau. Concedamos que el nivel de renta mínima para el propietario terrateniente debería permitirle sobrevivir con su familia. Por otra parte, si la renta fuese menor a 10 u.b.t habría que explicar cómo, en un marco de libre competencia, se conformarían las tasas de beneficio o rentabilidades de los empresarios agrícolas versus los manufactureros, cuestión que los fisiócratas no estudian (cuestión que se verá recién en Smith) Conformémonos con la versión del formulario de libre competencia - el que usan para persuadir respecto a “no hacer” (o deshacer), mediante aquellas “arbitrarias instituciones o intervenciones” gubernamentales que según ellos contribuían a la caída registrada del producto en esos años. A fin de cuentas, los fisiócratas toman, teóricamente, el estado estacionario como obvio nivel mínimo de actividad, requisito mínimo o plataforma para cualquier posible crecimiento económico. Asumamos, sin entrar en mayores exigencias, que la renta (Z), ingreso de los terratenientes, prevalece fijada en R = 10 u.b.t = $10. Dado ese monto quedaría disponible un “fondo” restante que haría viable la actividad agrícola, permitiendo la reposición de sus insumos (10 u.b.t de auto reposición), su fondo sectorial de subsistencia (5 u.b.t), y, también, la posibilidad de poder 75 Expresión latina, frecuentemente empleada en numerosísimos textos de economía, para indicar que “todas las restantes condiciones de la situación de la que se viene hablando, salvo las que ahora explícitamente se avisa que cambiaron, se mantienen tal cual su situación indicada en el paso previo o mención anterior”. De modo que como esa expresión abrevia significativamente el texto, dada la frecuencia con que se comparan situaciones “casi iguales” salvo por la dimensión, factor o aspecto que se aísla y analiza, conviene se memorice su significado, pues por economía la emplearemos reiteradamente. 51 intercambiar 5 u.b.t a través del mercado para obtener el reemplazo de las manufacturas insumidas (5 u.b.m) a los precios dados relativos. Sin embargo, esas estipuladas condiciones no garantizan, por sí solas, la reproducción sostenida del sector agrícola ya que éste depende de la obtención de insumos manufactureros: es necesaria la viabilidad del sector manufacturero, el que, siendo estéril desde el punto de vista de la creación de producto neto agrícola, sin cuya reposición tampoco podría repetirse estacionariamente la actividad agropecuaria. Es aquí, entonces, que emerge como relevante la consideración del papel de los terratenientes en el “uso o asignación de la renta”, es decir, la importancia de sus decisiones sobre la renta percibida en tanto gasto de dicho ingreso. Si los terratenientes consumieran todo ese producto neto en alimento, es decir, se “comieran” todo el trigo equivalente (10 u.b.t), la ‘industria’ o sector manufacturero no sería viable pues, a lo menos, no habría trigo para la sobrevivencia de artesanos independientes, ni de obreros ni empresarios ‘industriales’. Los fisiócratas apelan entonces a otras cuatro nociones, incorporadas como datos76, a la consideración de ese asunto. 1.- La noción de “limitada capacidad del estómago”, que afirma que: los volúmenes de alimentos (pan, leche, carne, etc.) que puede consumir una persona por día son limitados. De la misma forma sucede respecto a los referidos al consumo anual, para 365 días, de núcleos dados y reducidos de familias terratenientes. (consumo físico per cápita de cada artículo es limitado) 2.- La “motivación inherente al hombre” de aumentar la diversidad de “cosas útiles y agradables a la vida”. (tendencia a sustituir disponibilidades de bienes excesivas por otros nuevos o no tan abundantes, diversificación del consumo) 3.- Que la población disponible se ajustará a la suficiencia del fondo de alimentos existentes. (recordar cita de Cantillon adoptada por el fisiócrata Mirabeau, ver supra) 4.- La propensión a la división del trabajo. A partir de 1) explicarán la liberación del consumo personal por los terratenientes de una parte del trigo por ellos recibido. Por 2) su propensión a destinar esas partidas “liberadas” al goce de otros bienes o servicios (manufactureros, por ejemplo). Por 3) a la posibilidad de asignar parte del exceso de alimentos en manos de los terratenientes al servicio doméstico de nueva población que a ellos se oferte. Por 3) y 4) a la subsistencia de nuevos artesanos con los que intercambiar por otros bienes manufacturados. En definitiva, aducirán que los terratenientes tienen incentivos para asignar parte de su renta al pago de la servidumbre doméstica 77 y, también, para demandar bienes 76 Datos en el sentido de que las toman cono hechos de la inmediata observación de la realidad. Sin sentirse obligados a aportar ninguna teorización justificativa (al modo de axiomas), o bien, por considerar aceptables las explicadas y aportadas por otros autores al respecto. 77 Sea que el actual estado estacionario proviniese de crecimientos antiguos o condujese a deseables crecimientos futuros del producto neto (Renta). Los “contratados en sus casas”, como dice el texto 52 manufactureros (incluidos los de lujo de cualquier origen 78), haciendo así viable la actividad ‘manufacturera’, pues esos gastos permitirían darles a cambio de su producto artesanal las subsistencias alimentarias que esos artesanos y trabajadores manufactureros necesitan para aplicarse a sus oficios. Bajo semejante visión, y, en definitiva, volviendo a nuestro ejemplo numérico, se requiere, en definitiva, para la viabilidad de la actividad manufacturera, que el terrateniente demande productos manufacturados para su consumo personal de por lo menos por 5 u.b.m.. Si vendiera o trocara la mitad de su renta en trigo, dados los precios relativos supuestos, por 5 u.b.m, entonces, con esa acción, habilitaría a que la ‘industria’ ‘manufacturera’ pudiera disponer del fondo de subsistencia necesario para repetir sostenidamente su proceso en la misma escala. (equilibrio en el mercado de bienes de consumo) Observe que el nivel de actividad del sector manufacturero indicado en el cuadro anterior, así preservado, es el mínimo nivel requerido también para que el sector agrícola pueda mantener a su vez la reposición de manufacturas que necesita para permanecer en estado estacionario (donde los intercambios sectoriales, 5 u.b.m por 5 u.b.t., conllevarían, a los precios relativos dados, al equilibrio en el mercado de bienes intermedios propiamente dichos; el equilibrio del mercado laboral lo asumen implícitamente dado, aunque no indagan al respecto). Ya dimos a entender que si los terratenientes, consumieran personalmente más de 5 u.b.t provocarían una caída en el nivel de actividad manufacturero, y, por vía de éste, también del propio nivel de sector agrícola y de la renta a percibir en el período subsiguiente. Caso donde en el siguiente año (∆ Q < 0). Demos entonces por garantida la viabilidad estacionaria de ambos sectores, ¿qué cree Ud. que pasaría si los terratenientes decidieran consumir menos de 5 u.b.t, digamos 4 u.b.t.? Los efectos del gasto que finalmente realicen con el poder de compra de la 1 u.b.t ahorrada podría ir, en todo o en partes, 1) a aumentar el nivel de ocupación de los trabajadores domésticos, 2) por algún mecanismo intermediario o por terratenientes que también actúen como empresarios manufactureros a aumentar el nivel de actividad de las manufacturas y, en éste caso, el nivel de producción de este sector.79 Retomaremos ese caso al final de éste apartado. Como se ve, el enfoque atribuye a los terratenientes un papel importantísimo pues: a) como propietarios de la tierra, son los perceptores del producto neto b) como consumidores, porque según sean sus decisiones de gasto facilitaran o no el intercambio final de requerimientos productivos entre la actividad agrícola y la manufacturera, así como la preservación y crecimiento del nivel de actividad y empleo productivo e improductivo. (ahorro e inversión) previo de Smith. Servidumbre conformada por cocineros, jardineros, cocheros, peluqueros, sastres, zapateros, palafreneros, herreros, etc. Además, por proporcionarles a éstos un ingreso derivado de aquella renta, de forma que al menos subsistan cada uno de ellos y su respectiva familia, aumentaran la capacidad de absorción alimentaria total, ensanchando así el mercado de trigo. 78 Interno o importado, pues en aquella época el motivo y mayor incentivo y contenido del comercio exterior, dejando a un lado los pertrechos militares del gobierno, versaba sobre bienes de lujo de los ricos de la nación. Y así es retomado en el modelo de estado estacionario fisiocrático. 79 No se exploran aquí los efectos que traería el uso de esos “ahorros” en gasto de inversión en sus propios predios (mejoras fihas, etc.), pues no lo indagaron explícitamente los fisiócratas. 53 Supongamos que toda R se destina a consumo (ahorro nulo) y en la proporción requerida para la viabilidad del nivel de actividad global estacionario. Veamos en ese marco la mecánica de la circulación, o intercambios en el mercado, bajo la hipótesis, repetimos, de que los terratenientes hacen “el debido gasto” (gasto que facilita la coincidencia de las demandas totales con las oferta totales para ambos bienes o mercados de los mismos a los precios dados). Como el dinero juega aquí un simple papel de circulante, el modelo asume, sin explicar, que el monto de monedas metálicas o billetes convertibles es, digamos, de 10 unidades monetarias (M = 10). Los intercambios, sin importar el orden, son 80: - Los terratenientes cobran $10 en renta. Compran al agro 5 u.b.t entregándole $5, y a la ‘industria’ entregan los restantes $5 al comprarle 5 u.b.m. Con ello conforman su consumo (5 u.b.t, 5 u.b.m) y culminan su actuación en el mercado. - Con esos $5 recibidos, el agro compra a la ‘industria’ 5 u.b.m con lo que repone sus herramientas. - La ‘industria’ con los $ 10 ($5 + $5), recibidos de aquellos dos agentes, compra al agro 10 u.b.t con lo que repone sus insumos y subsistencias, quedando en condiciones de volver a producir. Como resultado de éste último paso, el agro queda disponiendo de las 10 unidades monetarias que volverá a utilizar para pagar al terrateniente, en el siguiente año, el alquiler de la tierra convenido a fin de seguir cultivándola. Así, el juego, en un marco ceteris paribus, puede volver a repetirse sin aumentos ni disminuciones (∆ Q = 0). ¿Qué cree Ud. que pasaría si los precios monetarios se duplicaran (Pt = $2 y Pm = $2), a la par que se duplica el stock de circulante a $20 unidades monetarias (M=20)? ¿Cuál supone Ud. sería la cantidad de dinero o circulante total requerida si, manteniendo los precios iniciales, mediara una agencia comercial del Estado que comprara toda la producción agrícola en una sola transacción, y toda la producción ‘industrial en otra transacción paralela y simultánea, y luego vendiese de un envión todos los bienes (¿V?), a los mismos precios, a sus respectivos demandantes? Llegados a este punto, importa recalcar el cuidado con que debemos tratar aquellos conceptos cuyo significado, como es el caso de “producto neto”, va a cambiar en los distintos autores o escuelas. Será necesario no confundir, de aquí en más, los términos producción y producto: ya sea que éstos se apliquen a una empresa, sector, o la economía toda. La producción de la economía toda (global) es (30 u.b.t, 10 u.b.m) en términos físicos, y, en valor, asciende a $ 40 ($30 + $ 10). 80 No olvide que todos estos intercambios que se enumeran, que suponen propician los equilibrio de esos respectivos mercados, se basan en los precios relativos supuestos, pues otros precios arbitrariamente elegidos los harían inviables, imposibilitando se sostuviera el estado estacionario del modelo. 54 La producción agrícola es: 30 u.b.t en términos físicos, y de $30 en valor; mientras que su producto neto agrícola es 10 u.b.t en términos físicos, y de $10 en valor, calculado por la vía de la producción. En éste enfoque, el “valor agregado” agrícola es también el global de la economía toda. Sin embargo, calculado el producto neto por el lado del gasto (vía del gasto), el producto neto es, como antes, $10 en valor, pero será distinto en su conformación física (5 u.b.t, 5 u.b.m). Mediciones ambas, la de la producción y la del gasto, que siendo iguales en magnitudes nominales no lo son en términos físicos o de composición real. Se verá también, posteriormente en el curso que según cómo se aplique uno u otro criterio o principio de valoración y/o medida de precios relativos reales, las magnitudes valoradas de producción y producto cambiarán aún cuando sus conformaciones físicas (en variables reales) fueran las mismas. Para terminar, veamos la manera de registrar los intercambios de nuestro ejemplo, ordenando la información de lo acontecido en el período mediante la Matriz de transacciones (de compras y ventas) intersectoriales81 Compras Ventas C.Prod. C. Est. Clase Alimentos Producti- Insumos va. Agro Clase Estéril (manufacturas) Propietarios Sector Final Total $ 5 (5 u.b.t) $10 (10 u.b.t) $5 (5 u.b.t) $ 5 (5 u.b.t) $5 (5 u.b.t) $30 $5 (5 u.b.m) ------------------ $5 (5 u.b.m) $10 $10 ----------------- $30 (30 u.b.t) $10 (10 u.b.m) Prop. -------------($10) Total ($10) $40 El “valor de la producción total”, o valor de la producción bruta (VPB) del agro asciende $30. Los insumos agrícolas ascienden a $15. El fondo de subsistencias (alimentos), que remunera salarios y beneficios, es tratado por Quesnay al modo de “insumos” para la producción y asciende en este ejemplo a $5 en el agro. De la misma manera que los insumos intermedios del agro no agregan valor (no crean producto adicional o neto), el tratamiento fisiocrático de las remuneraciones de capitalistas y obreros al modo de “insumos intermedios” conlleva a que no aparezcan agregando valor en la industria (si lo hacen en la agricultura, “lo hacen” en la forma de “medios” para que la “madre tierra” otorgue el producto adicional), cuestión que ésta que será revisada y reformulada por Smith. 81 Las primeras tablas de este tipo fueron elaboradas, en la primera mitad del siglo XX, por Leontief registrando información sobre la economía norteamericana. Su metodología, así como las aplicaciones a la economía uruguaya, serán estudiadas en Economía Descriptiva con más detalle. En nuestro curso las usaremos simplificadamente para resaltar los diferentes resultados a los que arriban de los distintos enfoques que estudiaremos. 55 De modo que el total de “insumos intermedios” agrícolas fisiocráticos es la suma de éstos dos anteriores y resulta $20 ($15 insumos + $5 de subsistencias). Así las cosas, el producto neto o “valor agregado fisiocrático” se obtiene por la diferencia del valor de la producción bruta del agro menos los gastos todos en los “tres insumos” (materias primas, herramientas y subsistencias), resultado que es: $30 – ($ 10 + $ 5 + $ 5) = $10. En la ‘industria’, por su parte, no hallaremos producto neto alguno, como ya sabemos, por la forma en que son tratadas las remuneraciones de obreros y capitalistas ( también allí como una simple reposición de subsistencias “insumidas”). Dado que el valor bruto de producción ‘manufacturera’ es $10, y los “insumos todos” son la suma de materias primas agrícolas y el fondo de subsistencias de sus obreros y empresarios ($ 5 + $ 5), el producto neto de las manufacturas es 0 ($10 – ($ 5 + $5)). A nivel de la economía toda, el producto neto global resulta de la suma de los productos netos sectoriales. En este caso los del agro ($10) y la ‘industria’ ($ 0, por definición). Conviene distinguir la distinta composición real del producto neto en la producción, de la de éste a la salida de la circulación o como cesta para el consumo. El producto neto real en la producción: 40 u.b.t – ((10 u.b.t.+ 5 u.b.t) – ( 5 u.b.m)) – (5 u.b.t +5 u.b.m) = 10 u.b.t. 82, antes de los intercambios o del proceso circulatorio. El producto neto real desde el punto de vista del gasto, una vez realizados los pagos e intercambios, es, convertido para el consumo final de los terratenientes (del mismo monto monetario $10 pero con distinta composición física) de (5 u.b.t , 5 u.b.m). Posibilidades de compatibilidad de la producción y el consumo en estado estacionario global. Repliquemos la tabla de las condiciones sectoriales de producción de nuestro ejemplo: Sector Agro Manuf. Total Insumos 10 u.b.t 5 u.b.t 15 u.b.t Manufacturas 5 u.b.m -----5 u.b.m Subsistencias 5 u.b.t 5 u.b.t 10 u.b.t Qm 30 u.b.t 10 u.b.m (30 u.b.t, 10 u.b.m) El valor de la producción bruta, a los precios dados, ascendía a $40, la renta o producto neto a $10, de modo que los restantes $30 son los fondos de “capital” (incluidas las remuneraciones uniformes de los capitalistas que en este enfoque se hallan dentro de las subsistencias) aplicados $20 al agro y $10 a la industria. Ilustremos primero mediante la herramienta gráfica de la Recta Presupuestaria las 82 Para aplicar esas operaciones aritméticas de suma y resta sobre esos “heterogéneos”, se requiere homogeneizarlos, lo que se hace mediante los precios relativos (Pm/Pt = 1) que permiten sustituir 1 u.b.m por 1 u.b.t. 56 posibilidades de compras que en principio podría hacer el terrateniente (que por simplificación asumimos que es un solo personaje), que dispone de una renta de $10 y puede comprar “bienes t” y “bienes m” a precios dados Pm/Pt = 1. Representamos en los ejes las cantidades físicas de bienes y los puntos sobre la línea representan las posibilidades teóricas de cestas a comprar gastando toda la renta (ahorro nulo). u.b.m recta presupuestaria del terrateniente 10 A (5 u.b.t, 5 u.b.m) 10 u.b.t El punto A representa la cesta que venía comprando el terrateniente en la situación descrita en la matriz de transacciones anterior. Los restantes puntos sobre la recta, a la izquierda y la derecha de A, son “posibles” cestas comprables, pero ya sabemos que si comprara, por ejemplo, cualquiera de las cestas de intersección de los ejes – (10 u.b.t, 0 u.b.m) o, alternativamente, (0 u.b.t, 10 u.b.m)-, provocaría la inviabilidad de la reproducción de las actividades de producción sectoriales impidiendo la requerida reposición de insumos y/o subsistencias sectoriales necesarias para mantener el correspondiente nivel de actividad estacionario. De modo que no todas las cestas de esa recta de presupuesto son compatibles con la viabilidad estacionaria del sistema queynesiano en su conjunto: solo un subconjunto de las posibilidades indicadas en la recta lo serían (en éste caso un único punto). Ilustremos ahora mediante la herramienta gráfica Frontera de Posibilidades de Producción (FPP), el conjunto de posibilidades de producción bruta, pues la aplicación de la FPP a graficar el producto neto del “mundo fisiocrático”, no debería escapársele, solo podría ser representado por un punto en el eje correspondiente a la producción agrícola ya que el aporte del sector manufacturero al producto neto producido es 0 u.b.m. Optemos entonces por representar una específica FPP para recoger, no el producto neto, repetimos, sino la producción bruta de los dos sectores. Se asume como supuesto formal que los factores limitativos son: “el capital monetario remunerado uniformemente” de $30; la totalidad de tierras disponibles; la población dada (particularmente la ocupada). La primera tentación es aplicar proporcionalidades constantes y aducir que, si aplicando $20 el agro produce 30 u.b.t, si se aplicaran los $30 llegaría a producir 45 u.b.t. Por su parte, análogamente, si con $10 en la industria se producen 10 u.b.t, aplicando la totalidad del recurso limitativo a ese sector se obtendrían 30 u.b.m 83. 83 Esto trae implícitos ciertos supuestos respecto a la maleabilidad de los insumos o de los fondos y recursos sectoriales en cuanto aptos para ser usados en una u otra actividad y, también, sobre los rendimientos técnicos o físicos de las respectivas producciones sectoriales, entre otros, que habremos de rediscutir más adelante en el curso. 57 u.b.m 30 Q (30 u.b.t, 10 u.b.m) 10 30 45 u.b.t Lo único efectivo es que se han producido las cantidades indicadas por el punto Q(30 u.b.t, 10 u.b.m). La línea punteada de la FPP deja abierta la interrogante sobre si esas otras cestas de producción bruta son efectivamente viables.(ya vimos que en la visión fisiocrática ilustrada no lo serían) Pero antes de eso observe que las pendientes de esta recta, ignorando el formalismo del signo negativo de la misma, y la de la recta presupuestaria del gráfico anterior son distintas: aquí es 0,666 y allá 1. Allá corresponde a los precios relativos (Pm/Pt = 1), pero aquí no. Debería resultar obvio que una movilidad de capitales que conduzca a especialización completa en producción agrícola de la economía es inviable, en las condiciones estructurales del modelo presentado, porque esa actividad requiere de insumos manufactureros, por lo cual una solución de esquina como (45 u.b.t, 0 u.b.m) será matemáticamente interesante pero no es viable en éste modelo económico. Asimismo, intuitivamente puede comprenderse que numerosísimas otras cestas sobre la FPP punteada tampoco serian viables. Pero, sin ser exhaustivos, vayamos simplemente al caso en el que acontece, por razones que no viene a cuento indagar, un cambio de la demanda final de los terratenientes que deciden sustituir una cesta compuesta por (5 u.b.t., 5 u.b.m) por otra compuesta por (4 u.b.t, 6 u.b.m), reduciendo, digamos, sus empleados domésticos para dedicar ese $1, que aquellos gastaban en alimentos en su castillo, a incrementar su consumo de bienes manufacturados respetando su restricción presupuestaria(R = $10). Nos salteamos aquí el mecanismo de Cantillon de cambios de precios relativos de mercado a favor de los bienes industriales, así como de la operatoria de las secuencias de ajustes implicadas. Vamos directamente a una posible solución final, con los mismos precios relativos naturales iniciales pero con actividades sectoriales de producción reacomodadas, luego de la movilidad de los recursos entre sectores (recuerde que no nos preguntarnos sobre los plazos y costos requeridos para esos desplazamientos de recursos, pero digamos que los empleados domésticos despedidos se re ocupan en la manufactura), al nuevo consumo y bajo el supuesto de que se mantiene el nivel de producción de estado estacionario inicial. Sector Agro Manuf. Total Insumos 11 u.b.t 4 u.b.t 15 u.b.t Manufacturas 4 u.b.m -----4 u.b.m Subsistencias 5 u.b.t 6 u.b.t 11 u.b.t Qm 30 u.b.t 10 u.b.m (30 u.b.t, 10 u.b.m) Dejamos también pendiente la discusión respecto a cómo podrían mantenerse las producciones sectoriales a la par que se altera la composición de insumos aplicados 58 en ambos sectores. En éste nuevo cuadro, el valor bruto de producción se mantiene, a los precios naturales fijos iniciales, en $40, el producto neto producido en el agro $10 ($30 $20), el total de fondos aplicados en ambos sectores continua siendo $30 ($20 + $10). El nivel de ocupación de ambos sectores es mayor, con más ocupación industrial y menor agrícola relativa, pero la ocupación total aumenta por la entrada de los empleados domésticos despedidos en los servicios y retomados en el sector estéril manufacturero. No discutiremos ahora el hecho de que el cambio de insumos y subsistencias implica una alteración de la estructura productiva manufacturera, y tampoco de cómo a pesar de ello puede mantenerse el precio relativo manufacturero incambiado. Gráficamente, la nueva cesta de consumo, B(4 u.b.t., 6 u.b.m), en la gráfica de la recta presupuestaria pasa, más a la izquierda y arriba sobre la misma recta de igual pendiente o precios relativos constantes, a ser u.b.m recta presupuestaria del terrateniente 10 B (4 u.b.t, 6 u.b.m) 10 u.b.t El punto del producto neto permanece en la misma esquina de su no graficada FPP, mientras que la gráfica de la FPP de producción bruta permanece incambiada. u.b.m 30 Q (30 u.b.t, 10 u.b.m) 10 30 45 u.b.t El producto neto desde el punto de vista de la producción continúa siendo (10 u.b.t, 0 u.b.m) pero cambia el producto neto desde el punto de vista del gasto uso final ( 4 u.b.t, 6 u.b.m), ambos por valor de $10. El nivel de actividad según la producción bruta es el mismo que antes, aunque el empleo total no doméstico aumentó. El empleo productivo (agro) no varía y aumenta el improductivo (manufactura) formal en la misma proporción que desciende el doméstico. Semejante ejemplo nos obliga a discutir las relaciones que guardan los precios relativos con las estructuras productivas y sus cambios; las relaciones internas al fondo de subsistencias en su reparto entre obreros y empresarios; la uniformidad de la rentabilidad competitiva entre el agro y la industria visto que si el (S+B) de la manufactura cambio de 5 a 6 y el ingreso sectorial no cambió la rentabilidad implícita en la manufactura ha cambiado respecto a la del agro. Estas y otras preguntas sobre 59 las relaciones entre estas variables serán el objeto de las discusiones de las siguientes partes del curso. Retos: Conforme Ud. la nueva matriz de transacciones y discuta los supuestos implícitos que llevan a ese particular resultado. Aplique la ecuación cuantitativa para obtener M bajo supuesto de V = 2,5. Preguntas para preparar desarrollos sobre temas de la Ficha. 1.- Comente y contraste las distintas definiciones de riqueza real y nominal tratadas en la ficha. 3.- Señale las semejanzas y diferencias en la calificación de actividades o sectores productivos e improductivos prevaleciente en las concepciones mercantilista y fisiocrática, así como la crítica smithiana a las mismas. 4.- Discuta en qué medida la confusión entre riqueza y dinero se aclara mediante la teoría cuantitativa del dinero, si éste es dinero-mercancía que tuviera un precio natural real relativo como todos los demás bienes en una economía autárquica. 5.- A la luz del siguiente texto, discuta la relevancia de la balanza comercial como indicador de la prosperidad de la nación. “Hay ciertamente otra balanza que, según se incline más o menos a favor de una nación, ocasiona necesariamente su decadencia o prosperidad. Tal es la balanza o equilibrio entre producto y consumo anualV.. Esta es enteramente distinta de la que llaman balanza de comercio. Puede tener lugar en cualquier nación que no practique el comercio exterior y que esté perfectamente incomunicada del resto del mundo. Puede considerarse en todo el globo, cuyas riquezas, población y adelantos es posible que vaya creciendo o disminuyendo gradualmente. Esta balanza de producto y consumo puede favorecer constantemente a una nación, aunque continúe siendo desfavorable para ella la llamada balanza de comercio. Una nación puede importar durante medio siglo o por un período todavía mayor, un valor superior al que exporte V. puede aumentar por grados la deuda que contraiga con las naciones V.y, no obstante, puede aumentar en mayor proporción su riqueza real, que es el valor en cambio del producto anual de sus tierras y de su trabajo.” (Adam Smith, 1776) 6.- ¿Cómo lograría la libertad de comercio exterior e interior, propugnada por los fisiócratas, favorecer el progreso de las manufacturas y la agricultura en una nación predominantemente agrícola? ¿Cómo, dicen, favorecería ello a las clases propietaria y productiva y a las posibilidades de recaudación por parte del soberano? 7.- ¿Qué efectos traería un crecimiento sostenido (o “ese continuo aumento, tanto rústico como manufacturero, de las naciones prediales”) respecto a la competitividad de esa nación en el mercado externo? 8.- Los altos y arbitrarios impuestos, así como las prohibiciones comerciales, ¿a través de qué conductos deprimirían el trabajo productivo y afectarían el nivel de actividad de la nación (o bien frenarían su crecimiento)? 60 Anexo: Conceptos, relaciones y problemas clave. Extracción de conceptos y problemas claves aparecidos en ésta ficha y que serán objeto, junto a otros que irán apareciendo en los materiales subsiguientes, de sucesivas discusiones y reconsideraciones a lo largo del curso y a los que Ud. deberá prestar atención y reflexión. - Riqueza - Dinero-mercancía (oro o plata: bienes reales) y dinero fiduciario (papel inconvertible). - Saldo comercial y variación de reservas. - Variables stock y variables flujo. Riqueza-stock (W) y riqueza-flujo (∆W). - Nivel de precios, precios relativos. Precios corrientes y precios constantes. - Cantidad y velocidad del dinero-metálico - Variables nominales y reales. Patrón o medida de valor - Precios de mercado y precios naturales; nominales y reales; precios relativos - Producción, insumos y producto. Valor agregado: descriptivo y teórico. - Agregados heterogéneos y homogéneos y su medición - Fondos, adelantos, recursos, Capital. - Estado estacionario, evolución secular. Cambios y ajustes temporales y permanentes. Estado estacionario intertemporal (período agrícola anual referencial). - Corto y largo plazo: el período temporal de referencia. - Estructuras de mercado: competencia restringida (proteccionismo mercantilista), libre competencia (laissez faire), Monopolio, estructura oligopólicas. - Costo de oportunidad, asignación de recursos, oferta y demanda. Demanda efectiva. Mecanismos de ajuste en el mercado. - Equilibrio de un mercado y equilibro general, y sus relaciones con el corto y largo plazo - Ciclo agrícola, movimiento cíclico del ingreso a corto plazo (fluctuaciones), crisis general. - Mercancías como subconjunto de los bienes necesarios y de lujo. - Gasto, ahorro e inversión. Acumulación y composición sectorial de la producción y del producto. Ahorro por privación y ahorro de excedente. - Efectos de las variaciones monetarias (dinero-metálico) sobre el nivel de precios y/o los precios relativos reales. Distinción según fuentes de la variación monetaria (producción minera interna o superávit de comercio exterior); y distinción de sus efectos de corto y largo plazo reales según el uso (gasto o ahorro) de esos nuevos saldos monetarios. - Clases, estratos y agentes económicos básicos. Propiedad, recursos libres y recursos relativamente “escasos”. - Costo, salario, beneficio, renta. Uniformidad de las remuneraciones en estructuras teóricamente competitivas de mercado. - Modelo del flujo circular: estado estacionario y crecimiento económico. Población, subsistencias y empleo productivo e improductivos. Servicios domésticos o actividades de las que no resultan bienes revendibles y que son tratadas como un gasto de consumo final instantáneo. - Relación entre los cambios en las demandas solventes, la división del trabajo y el ensanchamiento del mercado. Mejoras técnicas: eficiencia artesanal (manual u organizativa) y/o cambio técnico incorporado mediante nuevos procesos de producción fabril (sistema de maquinaria de posterior Revolución Industrial). - Impuestos, aranceles y sistema fiscal. - Tasa o tipo de interés: nominal o real, de corto o de largo plazo. 61 - Egoísmo, eficiencia y Bienestar. - Asunción y aversión al riesgo. Incertidumbre. - El producto neto fisiocrático (riqueza-flujo) y las expensas flujos y stocks. Neutralidad de las variables flujo nominales en el flujo circular del Tableau. El dinero stock y su papel en la viabilidad del estado estacionario. - El papel de los contratos asumidos como fijos e incambiados en términos reales (de arriendo e implícitamente los salariales) para la viabilidad del estado estacionario intertemporal. Ingresos “ciertos” e “inciertos” - Las decisiones de sustitución en el gasto de la clase terrateniente respecto a la viabilidad del modelo estacionario y respecto al potencial de crecimiento (vía ensanchamiento del mercado, división del trabajo, mejoras inducidas, etc). - La necesidad de los equilibrios simultáneos en los intercambios (mercados de insumos intra e intersectoriales, mercado de bienes de subsistencias, mercado laboral implícito, mercado de bienes de lujo) para la sustentabilidad del estado estacionario intertemporal. - La coincidencia sea por la generación o por el gasto del producto neto valorado fisiocrático, y su divergencia en términos reales (composición física) - La Matriz de transacciones, la Recta presupuestaria y las Fronteras de Posibilidades de Producción (la de la producción y la del producto) como herramientas modernas aplicadas para una representación estilizada, simplificada, de algunas nociones del modelo del Tableau. - Contraste entre las medidas de política económica mercantilista y fisiocrática. 62 INDICE Presentación, objetivos y recomendaciones Pág. 1 Apartado 1: Mercantilismo 2 Apartado 2: La teoría cuantitativa del dinero. 7 Apartado 3: Precursores de las primeras teorizaciones económicas : Petty, Boisguillebert y Cantillon. (Lectura opcional) 16 Apartado 4: Los fisiócratas 28 Apartado 5: Smith sobre los fisiócratas Sección I: Exposición del sistema fisiocrático Sección II: Comentarios y críticas a dicho sistema 34 34 42 Apartado 6: Del Tableau fisiocrático a la Matriz de transacciones. Instrumentos gráficos: Recta presupuestaria y Frontera de Posibilidades de Producción (FPP) 48 Preguntas para preparar desarrollos sobre temas de la Ficha. 60 Anexo: Conceptos, relaciones y problemas clave. 61 Índice 63 63