Noticias Directas __________________________________________________________________________ Fecha: México, D.F. 22/jul/09

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Noticias Directas
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Fecha: México, D.F. 22/jul/09
Sección: Internet
Medio: En Línea Directa
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Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Las cartas que no llegaron
21 Jul 2009(15:51:42)
Muchos de nosotros pensamos ahora cuando queremos comunicarnos en la herramienta del
siglo: el correo electrónico. Pero, antes, ¿Cómo nos comunicábamos?
Existían, y algunos lo recordamos, el correo y el telégrafo, que eran medios para hacer llegar
las noticias; en el caso del telégrafo, era una comunicación casi inmediata, aunque corta,
breve, donde el ahorro de palabras era fundamental.
En el caso del correo, había oportunidad de explayarse y decir cuanta cosa quisiéramos:
había la posibilidad de hacer todo un relato, tal y como sucede ahora con el correo
electrónico, a quienes muchos todavía le conocen como “email”, que es lo mismo, pero en
una abreviatura en el idioma inglés.
El caso es que el correo está desapareciendo para las nuevas generaciones, dado que
pocos muchachos lo emplean por diversos motivos: quizá el principal es que ahora cada
persona cuenta con su ordenador personal y hay WiFi en prácticamente cualquier parte, lo
que nos permite conectarnos a veces haciendo un abuso del recurso tecnológico: hay quien
se conecta solo por mostrarse ante los demás, con poca efectividad, pero, bueno, cada quien
lo hace de acuerdo a sus necesidades… o carencias.
El correo tiene graves problemas: se ha “descubierto” que solamente en la oficina de Victoria
hay miles de cartas que no se han entregado, supuestamente porque no estaba el
destinatario.
Quiero comentarle al lector que en una ocasión hice una compra de un Disco Compacto por
correo en una tienda americana. A los dos meses llamé para reclamar que no había llegado
mi pedido y ellos, amablemente, me dijeron que lo habían enviado hacía casi 45 días y que
me mandarían otro. A los dos meses, nada de disco y la consabida molestia.
Acudí a las oficinas de correo y cuál fue la sorpresa, que al lado del escritorio del encargado,
en la planta baja, estaban dos cajas de Amazon.com, la tienda donde adquirí el disco;
curiosamente, las dos estaban a mi nombre y eran los discos que meses atrás me habían
enviado. Esa es la eficiencia del correo en México: cuatro meses arrumbados a un lado de un
escritorio, junto a cientos de paquetes y sobres.
Hemos pensado también en esas tarjetas postales que desde Málaga enviamos a los amigos
hace 16 meses y nunca llegaron, o probablemente se encuentren en esos montones que
tienen los empleados de SePoMex, una de las instancias oficiales más ineficientes,
burucráticas y deficientes que hay en el mundo entero. Su falta de profesionalismo y pésima
calidad son reconocidas en el mundo, y no es broma.
Hay otros países donde el servicio del correo es bueno, confiable. Estados Unidos, por
ejemplo, peca de eficiente: ahí siempre llegarán los envíos a su destino, y si no está el
destinatario, hay avisos y reportes. Sería bien interesante darse una vuelta por las oficinas
del correo de México para ver todas esas piezas que nunca llegarán a su destino y que
gracias al conformismo y apatía de quienes cobran ahí (porque no trabajan) seguirán
poniéndose amarillentas, viejas y empolvadas.
No les importa el tipo de noticia que viene dentro, son ineficientes y mediocres como pocas
cosas en el mundo.
Es aquí cuando pensamos en la posibilidad de que nuestros diputados federales pugnen por
una privatización de Correos, porque tenemos un ejemplo de que cuando algo se privatiza
funciona mejor: Telmex. Ahora, tenemos un mejor servicio que hace 30 años y mejores
tarifas, oportunidades y muchas otras cosas. Carlos Slim ha demostrado que privatizar es
llevar al éxito a una instancia, empresa o servicio.
Correos da tristeza por la trascendencia que pueden tener las piezas, y como dice una
noticia aparecida el día de ayer, solamente dan prioridad a los impresos comerciales, porque
reciben tajada, tanto administradores como algunos empleados menores. La corrupción y
mediocridad es el pan de todos los días en la zona de los timbres postales, buzones y sobres
de varios tamaños.
Llegar a sus oficinas deprime: huele a viejo, a mohoso, da flojera ver la apatía de los que ahí
asisten para cobrar quincenalmente; las instalaciones son desagradables y el trato más.
Correos debiera desaparecer de instancias oficiales en bien de loa 110 millones de
mexicanos. A todos nos daña el no recibir una correspondencia, por muy superficial que
pudiera ser, pero para eso pagamos un porte postal, para que llegue a su destino, pero estos
hombres que antaño recorrían a pie las calles, ahora en motos y bicicletas son más
ineficientes.
Quizá lo que les haga falta es regresar a caminar para sentirse nuevamente responsables de
sus cargas tan valiosas para nosotros los ciudadanos.
El lector recordará aquellas valijas voluminosas de donde sacaban sus cartas para nosotros.
Hoy, en la motocicleta llegan y a veces dejan cartas, a veces, las avientan, las doblan, las
maltratan. Dicho sea en otras palabras, no tienen el mínimo respeto por la correspondencia,
que viene a ser la esencia de su trabajo, el justificante del por qué ellos cobran cada
quincena.
Ojalá se privatizara, en bien de todos, honestamente.
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