De amor y placer abasteces y riegas mi ajado y desnutrido cuerpo. El ensueño concentras en vigilia que descompone mi vivir. Si he de sufrir con saña verdadera el bálsamo que me brindas, desterraré todo cuanto soporta mi agrietada y dichosa alma. Aunar muerte y amor que transciende el ser. Inhalar aire desprendido de ti. Confieso: te amo. Y tu licor bebo y lamo, extrayendo tu esencia en mí. Ven y respirar hazme tu devorador aliento de fantasmas y consignas. ¡Come!, De mis entrañas arranca la desgana que perfora mi corazón y desalma mi yo. Presumo, pues, incandescente, arropado y a salvo, de tenerte conmigo, dentro de mí, y de que vivo.