La Comisión Consultiva de Transformaciones Industriales (CCMI), Comité Económico y Social Europeo, celebró en el mes de abril de 2014 en la sede de la Comunidad Europea en Madrid una Jornada sobre el Futuro del sector de la Defensa en la Unión Europea moderada por el Presidente de la CCMI, don Carlos Trías Pintó cuyo objetivo era poner de manifiesto los retos a los que se enfrenta el Sector y la necesidad de coordinar de estrategias y recursos de los Estados miembros y orientarlos hacia la consecución de una Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) así como incidir en la necesaria unión de la tecnología civil con la militar para dar respuesta a la problemática actual a la que se enfrentan la defensa y la seguridad europeas. Participaron en ella don Daniel Calleja Crespo, Director General de la Dirección General de Empresa e Industria de la Comisión Europea con una ponencia sobre La estrategia europea en política de defensa y en la Mesa Redonda que siguió a continuación sobre los Retos de la política europea de Defensa intervinieron don José Manuel Revuelta Lapique, Presidente de Navantia (antes Izar, antes Bazán); don Rafael Calduch Cervera, Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales y el General Juan Campins, JEMAD, del Ministerio de Defensa. De la intervención de don Daniel Calleja Crespo se desprenden tres desafíos a los que se enfrenta la política de seguridad y defensa y que inciden negativamente en la competitividad del sector: a) La fragmentación del mercado. Ej. Estados Unidos tiene un solo tipo de tanque mientras el Ejército europeo utiliza muchos tipos para el mismo uso. b) La reducción de la inversión en I+D y la falta de innovación cuyo presupuesto en Defensa se ha reducido en un 25% en una década, lo que ha supuesto un declive industrial importante. c) Las amenazas cada vez más reales a la defensa y seguridad de los ciudadanos europeos y las recientes crisis sufridas en Europa que muestran la necesidad de tener una Industria de Defensa maximizado su potencial en comunicaciones, telecomunicaciones, técnicas especiales, etc… El Consejo Europeo de Defensa, uno de los principales instrumentos con los que cuenta el Sector, en su sesión de diciembre de 2013 debatió ampliamente sobre la política común de Seguridad y Defensa y estableció la necesidad de su reforzamiento, contando con la OTAN y dentro del respeto a la autonomía de las organizaciones así como la necesidad de trabajar en el desarrollo de las capacidades militares europeas para mejorar la seguridad. Uno de los aspectos que el Consejo considera fundamental es la necesidad de completar el mercado interior de Defensa por lo que se ha elevado a la Comisión la petición de que vigile y modifique las directivas sobre contratación pública y sobre la libre circulación de los productos de defensa. En este punto se enumeraron una serie de cuestiones de importancia para el Sector: a) Apoyo a la industria europea, para lo que habría que crear una agenda de política industrial en el ámbito de la defensa. b) Establecimiento de estándares comunes a nivel europeo o híbridos, como p. ej. el air bus. c) Necesidad de normalización y certificación, en especial la certificación aeronáutica. d) Fundamental apoyo a PYMES con la red de empresas europeas teniendo en cuenta que uno de los problemas de la Comisión es la imposibilidad de financiar aspectos militares, por lo cual es de importancia la creación de un programa de interactividad que genere créditos, por. ej. los Programas Cosme, Horizonte, Copernicus, Galileo…, esenciales para sectores clave tales como el sector espacial y sus aplicaciones civiles y militares, la seguridad marítima, con sistemas de alerta precoz o los UAV o drones civiles. Para todo ello el Director General de Industria considera necesaria la existencia de una Hoja de Ruta que contemple la puesta en marcha de las acciones anteriores que incida en los siguientes aspectos clave: 1. Aunar recursos para mejorar la colaboración de los Estados miembros. 2. Maximizar sinergias civiles y militares al no tener el CES influencias sobre lo militar. 3. Luchar contra la fragmentación del mercado sin descuidar el potencial de innovación de las PYMES. 4. Trabajar en la Internacionalización pues las políticas regionales suponen un problema que impide la cooperación entre Estados, siendo necesario estandarizarse. 5. Sensibilizar a la sociedad de la necesidad de tener una Defensa y fomentar la educación pues el apoyo social es factor previo. La Mesa Redonda que siguió a la Ponencia aportó debates de gran interés, correspondiendo la primera intervención al Presidente de Navantia, D. José Manuel Revuelta que incidió en los aspectos ya expresados por el Director General de Industria y añadió nuevas consideraciones, entre ellas la complejidad del proceso de especialización por países que hace que España deba definir sus capacidades industriales estratégicas al ser los Estados fuertes de la Unión Europea quienes operarán, construirán y venderán por lo que la especialización deberá ser definida por el Ministerio de Defensa. Otro de los aspectos destacables fue la evidencia de que la escasez de demanda interna en España y el mercado único de la defensa europea obliga a ser competitivos; además, la competencia entre europeos y terceros países es problemática pues todos los países europeos son competidores entre sí y muchos Estados apoyan su propia defensa. La industria de Defensa debe adaptarse al mercado mundial. Por otra parte, tal y como puso de manifiesto la Operación Atalante, debe fomentarse la protección de costas y mejorarse la industria naval, siendo muy beneficioso para España el reparto regional de apoyo europeo con cargo a fondos regionales. El segundo en intervenir, el Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, D. Rafael Calduch Cervera, destacó la necesidad de definir los intereses estratégicos europeos en el marco de la Política Común de Seguridad y Defensa Europea evidenciando las carencias de la misma: Inexistencia de claridad de criterio de prioridades al no estar definidas las amenazas y los riesgos. Falta de voluntad política común y sin perspectivas de cambio. Necesidad de cooperación reforzada en materia de defensa siendo cinco los países que pueden sustentar esta política: Reino Unido, Francia, Italia, España y Alemania, si bien hace falta un líder. Necesaria racionalización de la Defensa y por lo tanto racionalización de sus industrias. Inexistencia de bases de mercado único en Europa a diferencia de otros países como China, Rusia y EE.EE. que tienen mercados únicos. Falta de respaldo político de las Instituciones, a excepción de la Comisión Europea que es proactiva. A la pregunta sobre si en el nuevo proceso constituyente se desarrollarían los tratados de Defensa, el Profesor Calduch consideró que en cuanto a requerimientos de Defensa, es mejor no tocar los acuerdos, como por ejemplo Maló, el acuerdo militar anglo-francés de 1998. Añadió que en función de amenazas y capacidades se puede alcanzar un consenso entre los cinco países LOI. El último en intervenir, el General Juan Campins, del JEMAD, Ministerio de Defensa, centró su exposición en la situación actual de la política Europea de defensa, en la que España participa activamente (p. ej. Mali o Somalia), aseverando que la Unión Europea es, actualmente, la mejor capacitada para hacer frente a cualquier eventualidad cifrando en tres los retos a los que se enfrenta: 1. Retos estructurales Un Tratado de Lisboa (13 diciembre 2007) demasiado generalista, pues aunque la política común de defensa europea está bien definida en él y se mantiene activa la diplomacia, no ocurre lo mismo con la dimensión militar. Inexistencia de un Consejo formal de Ministros de Defensa per se, pues sólo asisten los Ministros de Asuntos Exteriores habiendo España solicitado en repetidas ocasiones la creación de un Consejo de Ministros de Defensa específico. Excesiva diversidad de estructuras que hay que racionalizar, para conseguir las necesarias sinergias militar+civil, la alerta temprana, el despliegue preventivo, etc. 2. Retos operativos Necesidad de financiación de operaciones pues la nación que despliega las fuerzas es la que ha de pagar la operación. Cabe destacar que las acciones civiles se financian al 100% y las acciones militares al 10%, debido a que en Europa ahora prima más lo económico y el pacifismo, por lo que la política común no acaba de despegar del todo. Necesidad de respuesta rápida y efectiva pues los Estados no tienen voluntad política, lo que se asemeja a lo que ocurre en África: de los 28 países de las Repúblicas Centroafricanas sólo ayudan ocho. 3. Retos en capacidades militares. Necesidad ante todo de definir las prioridades: portaaviones, fragatas, drones…, después vendrán las capacidades y después la industria. Necesidad de desarrollar una hoja de ruta en proyectos de Iberdefensa. Necesidad de voluntad de los países participantes pues no hay voluntades nacionales claras. A la pregunta sobre si Europa es un protectorado, el General Campins consideró que no, puesto que la seguridad interna es responsabilidad nacional estando pasada a la OTAN la defensa. Añadió que a este respecto cabe destacar que poco a poco se va tomando conciencia para actuar en las zonas de seguridad, sobre todo en África: Mali, Cuerno de África, Sahel…. Hay una toma de conciencia pero no hay necesidad de defensa pues se recurre a la OTAN, p.ej: cuando Al Qaeda atacó, gracias a Francia se pudo contener su ataque. CONCLUSIONES De todo lo anteriormente expuesto, el Presidente de la CCMI, don Carlos Trías Pintó extrajo las siguientes conclusiones: 1. Todo lo anteriormente expuesto se enmarca en el Artículo 42 del Tratado de la Unión Europea que establece que la política de Seguridad y Defensa forma parte integrante de la Política Exterior y de Seguridad Común. 2. Evidente falta de voluntad política para llevar adelante una estrategia común que fomente los planteamientos, objetivos y soluciones comunes. 3. Descenso constante en I+D en cuanto a inversiones en proyectos de defensa. 4. Fragmentación del mercado, visión fragmentada de la Industria de Defensa, exceso de capacidad y duplicidad que debilita la Industria de Seguridad y Defensa en Europa y por lo tanto, efectos negativos sobre la competitividad. 5. Necesario cambio de mentalidad y de política para que Europa pueda mantener una industria de seguridad y defensa sólida y poder garantizar su propia seguridad. 6. Imprescindible estrategia global en la P.C.S.D.E. que proporcione al sector militar los instrumentos necesarios para garantizar la defensa de Europa 7. Necesidad de apoyo a las tecnologías de doble uso. 8. Necesidad de racionalización de la base industrial de defensa. 9. Necesidad de definición de los intereses estratégicos europeos dentro del marco de la política común de seguridad y defensa, contemplando la capacidad industrial que dependerá del mercado interior que también será necesario potenciar.