La Sevilla romana. El Antiquarium. El martes, 27 de noviembre, los alumnos de 5º y 6º de Primaria y 1º de ESO del CRE, estábamos muy contentos porque íbamos a visitar, algunos, por primera vez, un yacimiento arqueológico en Sevilla. Antes de ir, “nuestras seños” nos explicaron dónde estaba situado. Nos hizo mucha gracia el nombre del lugar donde se encuentra el Antiquarium, “Las Setas”, para algunos, “Los Champiñones”, como dijo algún despistadillo. Perspectiva de las 'setas' de la Encarnación desde la plaza elevada Acompañados por nuestras tutoras nos encaminamos hacia Santa Justa para coger el bus. Algunos de nosotros con nuestras ayudas ópticas localizamos el autobús número 32 que nos llevaría hasta la plaza de La Encarnación. Cuando llegamos aún estaba cerrado el Antiquarium y aprovechamos ese tiempo de espera para visitar un mercado de abastos que tiene mucha tradición en Sevilla, “el mercado de La Encarnación”. ¡Qué bien colocados estaban todos los productos! ¡Qué bien olían las Mercado de abastos de La Encarnación frutas, pescados, carnes...! Se nos hacía “la boca agua”, oliendo el aroma del café y los churros recién hechos. Las seños, como siempre, aprovecharon el momento para hacernos calcular el precio de algunos de los productos que allí se vendían. En torno a las 10 de la mañana, entramos en el Antiquarium. Allí nos recibió Sergio, uno de nuestros monitores, que nos explicó, de manera amena y divertida, la vida y costumbres del pueblo romano. Se nos pasó el tiempo volando porque nos contó cosas muy curiosas de nuestros antepasados, los romanos; cómo y dónde se fundó la ciudad de Roma; cómo vestían los romanos; cómo eran sus casas; cómo estudiaban sólo los niños romanos ricos; qué cultivaban y dónde guardaban los productos; vimos las monedas de esa época; quiénes gobernaban en Roma; qué edificios construían (circos, teatros, anfiteatros, calzadas, acueductos, puentes...) y toda la herencia que nos han dejado. Domus - Casa romana Sergio, nos enseñó algunos objetos de la época romana, que pudimos tocar como: vasijas de barro y vidrio, monedas, tablas de cera utilizadas en las escuelas con su cálamo para escribir, una maqueta de un templo romano y una lucerna para iluminar por las noches. Después del desayuno, no todo va a ser trabajar, estuvimos recorriendo el yacimiento con otro de nuestros monitores, Joaquín. Alumnos tocando objetos asesorados por su monitor Tuvimos oportunidad de ver los restos de una antigua factoría de salazón de pescado y llegamos a ver incluso restos de los pescados de aquella época. Visitamos, una por una, las casas construidas en los distintos siglos. ¡Qué maravillosos mosaicos! ¡Qué paciencia tendrían para ir pegando, tesela a tesela, en el suelo hasta formar el dibujo! Quedamos sorprendidos cuando Joaquín nos enseñó los restos de las canalizaciones para aportar agua a las viviendas, siendo una época tan antigua. Mosaico romano ejecutado con teselas ¡Qué emoción sintió nuestro compañero Aarón López al poder ver con su telescopio el “muslito de un pollo” grabado en una piedra!, probablemente perteneció a la decoración de una antigua posada romana. Nuestro monitor nos enseñó unas piedras grabadas con juegos que ya realizaban los niños de aquella época como el “Tres en raya”; ¡se le romperían los bolsillos de las túnicas al transportar las piedras! Expositor con piedras que muestran grabados de juegos para niños Y no pudimos terminar de mejor manera nuestra visita al Antiquarium, que participando en un taller de barro, donde elaboramos una lucerna similar a las que utilizaban en aquellos años. Alumnos participando en el Taller de Barro del Aquarium