EL MANTO ROJO DE LA VIRGEN DE LAS AGUAS Además de las mal llamadas “Artes mayores” (arquitectura, pintura y escultura), la iglesia del Salvador atesora grandes ejemplos de patrimonio documental y gráfico, orfebrería, y tejidos. Dentro de este último epígrafe hay que incluir un magnífico manto bordado: el manto rojo de la virgen de las Aguas de la Iglesia Colegial del Salvador. En el monumental retablo de la Virgen de las Aguas se conserva esta Virgen de la segunda mitad del siglo XIII, aunque muy modificada en el siglo XVII, época a la que corresponde el Niño que sostiene. De forma semicircular y apuntado en el centro, este manto mide 246 centímetros de largo (más 7 de blonda) por 435 de ancho. Está realizado en terciopelo anaranjado y consta de tres partes: cuerpo, forro y blonda. En su decoración priman los motivos vegetales, realizados con bordados en realce de hilos metálicos, hilos de seda amarillo, lentejuelas, pedrería y chapas. 1 En un principio esta pieza sólo iba a ser sometida a una limpieza superficial tanto del anverso como del reverso mediante microaspiración. Después de realizar esta limpieza superficial, surgió a la luz un estado de conservación preocupante: manchas (decoloración del tinte y humedad), desgaste, fragilidad del tejido, roturas y rasgados, e hilos sueltos y ausencia de algunos elementos ornamentales. Las intervenciones anteriores pretendían consolidar las roturas y rasgados, pero estaban ejerciendo fuertes tensiones en las telas ya debilitadas y desgastadas. Eliminadas estas intervenciones anteriores (pinzas y costuras de rasgados), se decidió poner algunos refuerzos puntuales de tela de batista en las zonas de los rotos del anverso y del forro. La consolidación de los hilos sueltos y los rotos se ha hecho con puntada de restauración y la de los bordes con punto de escapulario. 2 3