Naturaleza Salvaje: – ¡Despierta muchacho! ¡He dicho que arriba

Diario de un Planeswalker
Realizado por Daniel Santos
Naturaleza Salvaje:
– ¡Despierta muchacho! ¡He dicho que arriba! - dijo una ruda voz mientras echaba en
mi cara un cubo de agua fría. - Por poco no he terminado contigo, apestas a presa.
“Auch, mi cabeza”, ¿Qué había pasado? Y lo más importante ¿Dónde estaba Sophia?,
¿Habría sido todo una pesadilla?
Abrí lo ojos apenas podía ver con claridad, el sol me cegaba por lo que me incorporé y froté
mis parpados mientras sacudía la cabeza para eliminar el agua sobrante de mi cara.
– ¿Tú también posees el don, verdad, la chispa? - dijo bruscamente – Pufff Apestas
-gruñó – hueles a lobo.
Al fin pude ver con claridad, frente a mí se encontraba un hombre de unos 30, 40 años. Era
muy grande y musculado, con barba y cabello castaño. Vestía una armadura sencilla de
cuero y hierro que le protegía manos y piernas y un taparrabos. Llevaba en la mano derecha
un extraño yelmo mientras que en la izquierda sostenía una enorme hacha.
– ¿Quién eres? - dije desorientado - ¿Dónde estoy, y Sophia?
– Mi nombre es Garruk, y te encuentras en Dominaria -contestó fríamente.
– Domi.. ¿Qué? - pregunté desconcertado.
–
Dominaria, el centro del Multiuniverso, hogar de los lugares más famosos: desde el
volacáino continente de Shiv, o la isla de Tolaria y su fractura temporal, hasta la
oscura y retorcida isla de Urbog. Y este bosque – continuó – es área de caza.
Me levanté de un salto, no podía creeme nada de lo que me estaba contando, “¿dominaria?”,
“que yo poseía no se que don, la chispa”, demasiada información de golpe.
–
Lo siento – dije – pero tengo que irme. Debo volver a mi pueblo en Kessing tengo
que comprobar que mi hermana se encuentra a salvo.
–
Jajajajaja, ¿A Kessing ? ¿Y dónde se supone que se encuentra eso? Por aquí no se
haya ningún lugar con tal nombre - dijo con un tono burlón
–
Kessing, en Innistrad – contesté firmemente – no puedo estar muy lejos.
– Me temo que si chaval... jamás había oído hablar de tu plano.
– ¿Mi plano?
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– Sí tu plano, mira... aunque no lo creas, el multiuniverso esta lleno de de planos como
el tuyo, o el mío que es en el que te encuentras ahora mismo, cada uno de ellos es un
mundo diferente a todos los demás. Puedes encontrarte desde la selva más salvaje,
hasta el mundo más artificial.
–
¿Entonces quieres decir que estoy en otro mundo?, ¡Por Avacyn ! en que pesadilla
estoy sumergido!
–
Chaval, esto no es un sueño... - me dijo mientras me miraba seriamente a los ojos –
Sígueme voy a mostrarte algo.
Se giró y empezó a caminar, me levanté y le seguí, por muchas dudas que tuviera.
La verdad es que no sabía si seguir a aquel extraño salvaje, aunque por otra parte no tenía ni
idea de donde estaba y él parecía que podía ayudarme a dar con la pieza que me faltaba para
entender este rompecabezas.
–
Eso sí – dijo mientras caminábamos – ahí delante hay un lago en el que podrías
lavarte, apestas a lobo.
“¿Apestar a lobo?” eso era imposible, el único lobo con el que había estado en contacto fue
con el que mate la noche anterior, y ya me había lavado al llegar en casa, era imposible que
siguiera oliendo a sangre de lobo.
– Creo que podré soportar el olor – le contesté.
– Gruuuu – gruñó mientras me miraba fijamente.
– Vale, vale, me lavaré en el lago.
“Qué mosca le ha picado ha este tipo”, pensé, y continuamos el viaje sin dirigirnos ninguno
de los dos palabra alguna.
–
Hemos llegado, ahí está el lago. - señaló hacia él.
– Vale, ahora mismo me lavo, pero te puedo preguntar ¿que problema tan grave tienes
con que huela o no a lobo?, no es muy normal esta situación la verdad.
–
El problema que tengo es que soy Garruk el gran cazador, recorro el multiuniverso
buscando presas a las que cazar y unir así a mi colección y si he venido ha este plano
es porque seguí tu asqueroso olor hasta aquí pensando que eras un poderoso lobo; tu
olor era diferente al de todos los lobos existentes y desprendía parecía una digna
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presa con la que medir mis fuerzas. Imagínate la decepción que me he llevado al ver
que eras un planeswalker más y encima novato. - grito enfurecido – ¡ahora lávate!
Ver ha esa masa de musculo enfurecida, hizo que volviera a preguntarme si de verdad era
buena idea acompañarlo. Aún así, por si acaso me desnude y fui a bañarme en el lago.
Era un lago de aguas cristalinas, la verdad es que todo el bosque era precioso, me recordaba
mucho a los bosques de Kessing solamente que este era mucho más claro y luminoso que
cualquiera que se encontrara en mi región. El agua estaba helada, miré a mi alrededor y
contemplé que había animales que jamás había visto, bebiendo agua a la orilla del lago.
–
¿Cuanto tiempo tengo que estar aquí metido? -pregunté – voy a coger un resfriado, el
agua está helada.
– Puedes salir ya, aunque el olor no haya desaparecido del completo, por lo menos ya
no apestas. Date prisa en vestirte quiero llegar antes del atardecer.
Salí del lago y me vestí rápidamente, tan pronto terminé nos disponíamos a seguir la
trayectoria pero... una gigante criatura salió del lago abalanzándose contra mi.
–
¡Apártate chaval! – gritó Garruk – ¡Cuidado, está detrás tuyo!
Giré mi cabeza y contemplé un enorme cocodrilo emergiendo de las profundidades del lago.
“Menudo monstruo” pensé, jamás había visto semejante criatura de tales dimensiones.
Me hice a un lado de un salto, y acto seguido Garruk se abalanzó contra la criatura mientras
elevaba sobre su cabeza su gran hacha de guerra, se había puesto su yelmo de batalla.
–
¡Puedo ver criatura, lo que hay dentro de ti!¿Puedes decir tú lo mismo? - gritó ¡Estampida!
De repente surgieron de la nada una estampida de criaturas que se abalanzaron contra el
cocodrilo, ¿pero cómo y de donde habían salido?. Mientras estas, la estampida, atacaba por
todas partes al cocodrilo Garruk dio un salto y golpeó al cocodrilo en la cabeza con el canto
no cortante del hacha, dejando al monstruo inconsciente.
– ¿Qué haces Garruk?, acaba con él. - grité
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Cállate muchacho; tal vez tengas razón, aunque... – se acercó al cocodrilo y puso su
mano sobre la frente del animal- Has sido vencido, pero aún estas vivo, lo más
seguro sería matarte, pero en vez de eso... te conectaré a mí, y al igual que la manada,
ahora eres parte de mí.
No entendía muy bien lo que había sucedido, aún así el cocodrilo despertó y se volvió a las
profundidades del lago. Miles de dudas acechaban ahora en mi mente, ¿de dónde había
salido tal manda de animales? Y ¿qué era lo que Garruk había realizado?, no me atreví a
preguntar nada por lo que Garruk y yo volvimos a emprender el camino sin tan sólo
dirigirnos una mera palabra.
Llevábamos un buen rato caminando, y el silencio se había vuelto muy incómodo para mí.
–
Garruk -dije con voz tímida- esto...
– Lo que nos atacó en el lago fue un cocodrilo emperador, y lo que viste fue mi manada
invocada por el poder de mi maná verde. Ahora ese cocodrilo es parte de mi familia.
Las palabras de Garruk eran mucho más tajantes que el filo de su hacha, y no me atrevía a
continuar con la conversación así que me mantuve en silencio mientras seguimos avanzando
por el bosque. Sin quererlo el rugido de mis tripas, rompió el silencio, de tantas emociones y
sucesos ocurridos se me había olvidado que tenía hambre, el caso era que mi estómago.
–
Parece que tienes hambre muchacho – comentó Garruk – muy bien espérame aquí,
descansaremos un rato.
Me senté en el verde suelo mientras Garruk se marchaba a por algo con lo que poder saciar
nuestra hambre. Mientras tanto, no paraba de darle vueltas a todo lo ocurrido... ¿ Había
muerto Sophia? Aún no podía creérmelo; tenía tanta rabia que apreté mis puños sin darme
cuenta de que me había echo sangre, las lagrimas brotaban de mis ojos empapando mis
mejillas...
–
Te prometo Sophia que te vengaré, mataré a ese demonio Winthengar cueste lo que
me cueste, volveré a casa más poderoso que nunca y terminaré con él, te lo prometo
-pensé entre lágrimas.
De repente un ruido interrumpió mi sollozo. Rápidamente sequé mi ojos y me levanté,
“maldición”, pensé, estaba sangrando por las manos, había apretado tanto que me había
cortado la palma con las uñas.
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El ruido eran pasos, alguien se acercaba, podría ser Garruk, pero ,y si no lo era, por si
acaso debía prepararme para lo peor. Agarré la primera piedra que encontré en el suelo que
tuviera un generoso tamaño, y aguardé a que se acercara.
Al final de poco me sirvió tanta tensión, los pasos eran de Garruk que había cazado un
pequeño cordero para la comida.
–
Espero que te guste – dijo – sniff sniff -Garruk olisqueo el ambiente – parece
muchacho que te has herido, déjame verlos.
– No es nada, tan sólo es un pequeño rasguño.
Garruk agarró mis manos y contempló la herida que me había ocasionado.
– No es muy grave – comentó mientras ponía las palmas de sus manos sobre las mías.
Entonces, una luz verde brillo alrededor de nuestras manos, era una luz brillante y cálida.
No sabía como pero las heridas de mi mano habían sido curadas.
– La venganza – continuó hablando – es un veneno que tan sólo acarrea un vacío en
nuestro interior.
Garruk prendió una hoguera y puso a asar el cordero.
–
¿Garruk, podrías enseñarme a ser fuerte como tú?
– ¿Te refieres a ser como yo? ¿Una bestia?, no me hagas reír muchacho, tú eres un
planeswalker y como tal deberás descubrir tu propio poder. Aunque cuando
lleguemos a donde quiero llevarte lo entenderás todo mejor. Ahora come nos falta
poco para llegar y no quiero perder más tiempo.
Comimos y apagamos la hoguera, el cordero estaba delicioso, aunque la verdad es que me
hubiera comido cualquier cosa con el hambre que tenía.
Seguimos nuestro camino hasta que al final llegamos a un descampado en medio del
bosque.
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Ya hemos llegado – dijo Garruk.
Era un descampado bastante normal, aunque muy singular respecto a todos los lugares antes
vistos. La zona poseía como unos cortes en el aire que reflectaban imagenes de distintos
lugares.
–
¿Qué es esto?- pregunté.
–
Este es el centro del multiuniverso muchacho, desde aquí viajaremos al plano de
Ravnica, hay una persona que quiero que conozcas, que seguramente pueda
ayudarte. Esto que ves aquí son las grietas temperares, sólo los planeswalker
podemos verlas, cada una de ellas te llevará a un plano diferente.
–
¿Y hay alguna que pueda llevarme a casa? - pregunté intrigado.
– Lo lamento muchacho pero no. Ahora sígueme, no tenemos tiempo que perder.
Garruk se acercó a una de esas extrañas grietas y puso su mano sobre ella, acto seguido
desapareció. “En menudo lio me he metido”, pensé “pero si quiero volver tendré que
continuar”. Puse mi mano sobre la grieta abandonando así ese plano llamado Dominaria.
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