la ciencia y las modas - Asociación Argentina de Odontología para

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LA CIENCIA Y LAS MODAS
La ciencia es una construcción social, una forma coherente y compleja de actividad
humana cooperativa, cuyos actores han incorporado un saber que les permite conservar y, a la
vez, renovar el sentido de la práctica científica. Los siglos XX y XXI han sido testigos de
enormes cambios. Las dimensiones del tiempo y de espacio se han violentado, transitando
desde las redes familiares, a las sociométricas donde la información circula entre los nodos de
un grupo virtual, o a las redes de internet donde cada PC es un nodo y, más aún, a la
articulación inter-redes creada para la operacionalización de proyectos colaborativos entre
gestión y aplicaciones tecnológicas o entre salud y proyectos sociales.
Esos fenómenos de vinculación obligan a una cuidadosa vigilancia epistemológica. Las
apropiaciones de los discursos sin soporte en los “saberes” son peligrosamente frecuentes en
el campo de la salud. Si bien no existen “dueños de los conocimientos”, deben exigirse
usuarios respetuosos de los recursos disponibles para alcanzarlos.
Hoy se habla de
odontología mínimamente invasiva, de tratamiento restaurador atraumático, de calidad de vida,
de costos, de prácticas solidarias o de participación comunitaria, o de evidencia científica sin
saber bien de que se habla.
Hablar de:

“odontología mínimamente invasiva”, obliga a anclarse en los estudios de los 60 sobre
fotoelasticidad de Arnim, en el desarrollo tecnológico de la microadhesión que soslaya la
arquitectura cavitaria y desafía la extensión preventiva de Black, hasta arribar a los criterios
de Anusavice de los ùltimos años;

“estudios de biología molecular” de Adic et al del 2002, de Lundquist et al , del 2004 y de
Hung et al del 2005, implican sustentarse en las investigaciones de Loesche et al de la
dècada del 80;

“tratamiento restaurador atraumático” carece de valor terapéutico si considera solamente el
material que se emplea y no se recupera el criterio de control de la infección y reinfección
instalado por Massler en la dècada del 60.

“remineralización”
requiere enhebrar la sucesión de los análisis histológicos en las
dimensiones de la microscopia óptica, de la microscopía electrónica, con los criterios
químicos de Brudevold del 77 y los Fejerskov y Nyvvad del 2003 y transferirlos
racionalmente a una clínica independiente de las presiones generadas por la perspectiva
económicas de las investigaciones;

“salud positiva o de calidad de vida”, resulta una información silvestre sin conocer la
perspectiva de Atanovsky y los trabajos de Ventegodt, recuperados para la odontología ,
entre otros, por Locker, por Sheiham, por Inglehart;

“costos” se basa, en ocasiones, en una sumatoria de los gastos determinados por
suministros acríticamente instalados como necesarios, sin tener en cuenta los criterios de
“costos a igual resultado”, ya que para obtener aquellos sólo se necesita tener una lista de
precios y una calculadora y un gran desconocimiento de las necesidades, las expectativas y
las demandas del actor protagónico en un escenario geográfica e históricamente
determinado, situaciones priorizadas inclusive en los estudios de países centrales 1;

“prácticas benefactoras” es usar formas de abordaje incompletas, tanto en el marco de la
equidad y de la concepción de pobreza como problemática social compleja2, como en el de
los escenarios educativos donde actualmente se instalan la práctica situada3, la práctica
social curricular 4 y la responsabilidad social y cívica de las universidades5;

“participación comunitaria” no es referirse a espamódicos “tours a la pobreza” sino que
técnicamente puede concretarse mediante diversas metodologías -el desarrollo local, la
planificación social o la acción social- que requieren abordajes estratégicos, sistemáticos y
evaluados.

“evidencia científica libre de contexto” sin acompañarse de la “evidencia ligada al contexto”
es desconocer la evidencia anclada fuertemente en las ciencias sociales que considera las
preferencias de pacientes, las actitudes, la capacidad gerencial, la predictibilidad, la
localización geográfica, la economía y la ética, variables que constituyen el marco
necesario para la aplicación de los conocimientos.
La sociedad se interroga acerca de las interpretaciones culturales de la salud, de la
enfermedad y de los cuidados y prácticas de sanación al tiempo que se desarrollan las
tecnologías de alta precisión. Simultáneamente, las instituciones se debaten en medio de esa
enorme contradicción de dimensiones tratando de encontrar sensatamente el equilibrio
constructivo para armar comunidades más saludables.
Sobre estas cuestiones existen
diferencias de intereses y por lo tanto conflictos latentes que exigirán una capacidad dinámica
para generar consensos teóricos complejos. Los nuevos procesos tendientes a la construcción
de una relación éticamente sustentada se expresarán en los modelos generados que, en la
1
Cft. Bratthall D et al, 2001; Fejerkov O y Kidd M, 2003; Ekstrand J et al, 2005.
2. Cft. Sen A, 2003
3
Cft. Sacristán G, 1998
4
Cft. Bordoni N, 2005
5
Cft. Seminario de Salzburgo, 2001
actualidad resultan insuficientes para definir una práctica profesional de calidad. Un cambio en
ese perfil Implica: la conservación y acumulación de nuevos saberes sobre una base cultural
común. Implica compromiso con el conocimiento teórico y su contrastación con la realidad;
con el conocimiento instrumental y su constante actualización6; y fundamentalmente con el
conocimiento acerca de las instituciones, su responsabilidad social y los mecanismos de
articulación que es capaz de establecer con la sociedad y el estado.
La Asociación Argentina de Odontología para Niños entiende que su convocatoria a
esta reflexión no es casual porque, como decía Borges, “cada encuentro casual es una cita”.
.
6
Cft. Lemaitre MJ, 1999
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