¿Existe evidencia histórica de la resurrección de Jesús?

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¿EXISTE EVIDENCIA HISTÓRICA DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS?
¿Existe evidencia histórica de la
resurrección de Jesús?
Todos nosotros estamos parados frente a la evidencia histórica que rodea la tumba
vacía y la fe cristiana. Todos nosotros podemos, sin lugar a dudas, interpretar dicha
evidencia, y lo hacemos. Pero aquí hay un punto importante que notar, pues hay gran
diferencia entre la “evidencia” y la “interpretación” de dicha evidencia. Por lo tanto, no toda
“explicación” de la “evidencia” es razonablemente lógica y veraz, una explicación
simplemente es una “interpretación” de la evidencia histórica de la tumba vacía. El asunto
en controversia no es “la tumba vacía” en sí, sino “¿cuál es la explicación a la tumba vacía?”
Para mayor información de este punto, consulte “El cuerpo perdido de Jesús:
¿Hurtado o Resucitado?”.
A través de los siglos, varias voces se han levantado para afirmar que no existe
evidencia histórica acerca de la resurrección de Jesús. El problema para los escépticos,
simplemente es que “la resurrección de Jesús” no puede ser la explicación a la “tumba
vacía”, no que las evidencias sean inexistentes. En fin, ellos se niegan a creer en el
sobrenaturalismo y la resurrección de Jesús. Para considerar mejor este punto, consulte la
obra “Profecías cumplidas por Cristo”.
Hay cuatro hechos históricos, acerca de la tumba vacía y la fe cristiana, que deben
ser explicados por cualquier hipótesis histórica adecuada (sin considerar las múltiples
profecías cumplidas por Cristo):
1) El entierro de Jesús.
2) El descubrimiento de la tumba vacía.
3) Las apariciones del Cristo resucitado.
4) El origen de la creencia cristiana en la resurrección de Jesús.
El entierro de Jesús.
Hay varios factores que aceptan y corroboran el relato bíblico, acerca del cuerpo de
Jesús siendo colocado en un sepulcro por José de Arimatea (Mar. 15:42-47; Luc. 23:50-56).
La veracidad de este hecho se puede comprobar al considerar las múltiples atestaciones de
diversas fuentes tempranas e independientes de la fe cristiana. A su vez, los cuatro relatos
del evangelio (Mateo, Marcos, Lucas, Juan) junto con los demás libros del Nuevo
Testamento, nos dan un cuadro bien definido de la muerte y resurrección de Jesús, lo cual
se predicaba ya en el primer siglo como un hecho histórico, que grandes multitudes
creyeron, y que los enemigos de la fe no pudieron sofocar.
Jesús fue sepultado en un sepulcro nuevo donde ningún otro cuerpo había sido
colocado (Luc. 23:53). Además, dicho sepulcro había sido labrado en la roca (Mar. 15:46) y
por lo tanto hubo una sola entrada a él. Luego, dicho sepulcro fue tapado con una piedra
muy grande (Mar. 16:4) la cual un hombre malherido no podría quitar. Por último, la
inspección cuidadosa del sepulcro (Jn. 20:4-8) reveló no sólo prendas de entierro sino
también su disposición ordenada, un ladrón no dejaría semejante orden.
No es probable, ni posible, que la narración entorno a José de Arimatea, quien era
miembro del Sanedrín que condenó a Jesús a la muerte (Mar. 15:43, Luc. 23:50-51), sea
una “invención cristiana”. Me explico, la hostilidad de los líderes judíos y la distancia de la
naciente iglesia frente a ellos, no concuerdan con una “invención piadosa”; recuérdese que a
los ojos de los cristianos, los líderes judíos diseñaron el asesinato de Jesucristo.
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Por Josué Hernández
www.JosueEvangelista.com
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¿EXISTE EVIDENCIA HISTÓRICA DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS?
A fin de cuentas, el entierro de Jesús por José de Arimatea hace improbable el
invento cristiano de un Cristo muerto y sepultado por un miembro del Sanedrín que creyó en
Él. Por estas razones, desde hace siglos atrás, varios críticos del Nuevo Testamento creen
en la afirmación bíblica de que Jesús fue sepultado en las condiciones mencionadas en el
Nuevo Testamento. Simplemente, el entierro de Jesús es un hecho probado y afirmado
desde la antigüedad.
El descubrimiento de la tumba vacía.
El domingo (primer día de la semana) después de la crucifixión, la tumba donde el
cuerpo de Cristo había sido colocado fue encontrada vacía por varios de sus seguidores,
primeramente por las mujeres que creyeron en Él. Lo cual es paradójico considerando el
contexto histórico en el cual el Nuevo Testamento se escribió. En la sociedad judía el
testimonio de las mujeres no sería bien considerado para un caso. Según Flavio Josefo, a
las mujeres no se les permitió servir como testigos en un tribunal judío. Entonces, a la luz
de estos hechos, es notable que sean las mujeres las que descubran la tumba vacía.
Cualquier historia mitológica habría mencionado a varones descubriendo la tumba
vacía. El hecho de que son las mujeres, en lugar de los hombres, no niega el relato bíblico,
sino que lo confirma como verídico, a pesar de lo incómodo que resultase para los varones
de las tempranas épocas.
La tumba vacía también fue atestada por varias fuentes tempranas e independientes,
aparte de los libros del Nuevo Testamento y las múltiples profecías cumplidas por Cristo.
Esto lo volvemos a mencionar debido a que es muy común el ignorar las profecías
antiguotestamentarias acerca de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús.
Además de lo anterior tenemos el elemento del tiempo, el cual hace imposible el
desarrollo de un mito entorno a la tumba vacía, la cual dirige nuestra mente a creer los
varios sermones del libro de los Hechos y demás epístolas y libros del Nuevo Testamento
donde se menciona al Cristo resucitado.
Las apariciones del Cristo resucitado.
En diferentes ocasiones, lugares y circunstancias, diferentes individuos y grupos de
personas afirmaron haber contemplado Cristo resucitado de entre los muertos. Es un hecho
histórico que hubo cientos de testigos que afirmaron que Cristo resucitó de entre los
muertos y que apareció a ellos (Ej. 1 Cor. 15:5-11), y lo más asombroso es saber que éstos
“testigos” dieron su vida por la fe que habían abrazado. Pero, además de esto, los testigos
novotestamentarios manifiestan buen carácter, honradez y franqueza, lo cual da a conocer
que su testimonio no era programado o inventado.
Al mencionar la resurrección de Jesús, el Nuevo Testamento provee un marco
histórico corroborado por diversas fuentes independientes de él. La resurrección de Cristo
estuvo rodeada de varios eventos no-milagrosos que apuntan hacia ella:
1) Jesús dijo mientras vivía que habría de resucitar al tercer día.
2) Jesús murió, fue sepultado y el sepulcro se encontró vacío al tercer día.
3) Por espacio de cuarenta días hubo reportes de gente que vio a Cristo resucitado.
4) Las apariciones de pronto terminaron.
5) En el espacio de dos meses luego de la resurrección, la iglesia de Cristo fue establecida.
6) Una de las doctrinas principales del cristianismo primitivo fue la resurrección.
7) La iglesia creció rápidamente a pesar de la pobreza, la persecución y otros obstáculos
sociales.
8) en un espacio de unos treinta años, iglesias de Cristo fueron establecidas a lo largo de
todo el mundo romano.
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Por Josué Hernández
www.JosueEvangelista.com
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¿EXISTE EVIDENCIA HISTÓRICA DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS?
Como ya hemos dicho, hay gran diferencia entre la “evidencia” y la “interpretación”
de dicha evidencia, y todo estudiante serio debe reaccionar frente a estos hechos históricos
que rodean la tumba vacía.
El origen de la creencia cristiana en la resurrección de Jesús.
A pesar de la creencia general, los autores del Nuevo Testamento y demás cristianos
primitivos no eran crédulos (Mar. 9:30-32; 16:10-14; Jn. 20:9) ¡y ellos mismos lo
admitieron! Lo cual da testimonio de su honradez y de la naturalidad con la cual el relato
bíblico es presentado, con la intención de que creamos la evidencia, pero sin presionarnos a
ella. Y es aquí cuando vemos a los discípulos de Cristo, que de pronto llegaron a creer
sinceramente que Jesús había resucitado a pesar de tener predisposición a lo contrario y a
todo un mundo incrédulo que les negaría.
Considérese que la muerte de Jesús generó en los discípulos una tremenda
desesperanza, la opinión general de ellos la podemos resumir así: “Pero nosotros
esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy
es ya el tercer día que esto ha acontecido” (Luc. 24:21).
No había esperanza alguna en la resurrección de Cristo, las expectativas judías no
tenían en mente a un Mesías que, en lugar de triunfar sobre los romanos y demás enemigos
de Israel, fuera ejecutado como un criminal y resucitado de los muertos para establecer un
reino espiritual. Ciertamente la creencia ortodoxa judía involucraba una resurrección, pero
solamente una resurrección general en el día final para vida eterna, jamás se pensaba que el
Mesías resucitaría de los muertos en las circunstancias que Cristo lo hizo. Sin embargo, los
discípulos originales de repente llegaron a creer tan firmemente que Cristo había resucitado
de entre los muertos que estaban dispuestos a morir por la verdad de aquella fe. Entonces
la pregunta obvia es ¿por qué razón los discípulos primitivos llegaron a creer en algo tan
extravagante?
Sin duda alguna, una experiencia poderosa y transformadora sería necesaria para
generar el cristianismo. Es por esto, que no se puede explicar el surgimiento del cristianismo
a menos que Cristo haya resucitado dejando una tumba vacía detrás de Él.
Conclusión
Estoy convencido de que el testimonio bíblico de la resurrección de Cristo es
fidedigno, razonable y honesto, y es la explicación adecuada a todos los acontecimientos que
rodearon la tumba vacía.
Sin embargo, si Cristo no resucitó, nada importa, no tenemos esperanza. Jesús sería
el fraude más grande en la historia de la humanidad, y entonces “comamos y bebamos,
porque mañana moriremos” (1 Cor. 15:32).
Pero, Dios existe y “todas las cosas son posibles para Dios” (Mar. 10:27). Cristo
resucitó y fue vindicado para nuestra salvación (Rom. 1:4). Cristo es digno de nuestra
adoración (Jn. 20:28), y siendo el “Juez de vivos y muertos” (Hech. 10:42) Él nos juzgará
“para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea
bueno o sea malo” (Hech. 17:31; 2 Cor. 5:10).
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Por Josué Hernández
www.JosueEvangelista.com
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