El sexto Hilo Interdependiente: El contacto interdependiente por Bel Cesar - [email protected] Traducido por Melissa Park [email protected] Dando continuidad al estudio sobre los 12 Hilos de Interdependencia - enseñanzas budistas que nos incentivan a romper el hábito de sufrir - hoy vamos a estudiar el sexto Hilo, llamado el contacto interdependiente. El contacto interdependiente es un factor mental que acompaña cada momento de la conciencia. Él surge del encuentro entre el objeto, la facultad sensorial y la conciencia. Su función es percibir el objeto como agradable, desagradable o neutro. Lama Gangchen explica, en su libro Autocura Tantrica III (Ed. Gaia): “El resultado de la causa y condición del surgimiento interdependiente negativo del viento de energía impura de nuestros seis sentidos es el contacto surgido inter-dependientemente, que sucede cuando los vientos de energía de nuestros seis sentidos se encuentran y abrazan su objeto en el mundo externo, como un hombre y una mujer en unión sexual. Eso resulta en el nacimiento de las conciencias de los seis sentidos, la conciencia de los ojos, oídos, nariz, lengua y la conciencia mental grosera, con la cual discriminamos los fenómenos buenos, neutros o malos. Esa discriminación surge debido a la programación positiva o negativa activada en el computador interno de nuestro corazón y es completamente arbitraria y subjetiva. El contacto surgido inter-dependientemente hace que nuestro apego y rabia egoístas se desenvuelvan y crezcan: la autodestrucción - lo opuesto de la auto-cura”. O sea, el sexto hilo es el contacto entre el órgano del sentido, el objeto del sentido y la conciencia del sentido. Cuando entran en contacto los ojos y la forma, los oídos y el sonido, la nariz y el olor, la lengua y el sabor, el cuerpo y el contacto, la mente y el objeto de la mente, nace la conciencia del sentido. Hasta entonces, todo eso parece obvio y de hecho es, pero la cuestión principal que en general no nos damos cuenta es que el contacto es una base para nuestros sentimientos! Pues el contacto es el factor mental que irá desencadenar nuestra evaluación sobre tal objeto como agradable, desagradable o neutro. Esta es una cuestión de máxima importancia, pues es esta evaluación previa que sustentará - o no nuestros deseos. Pues una vez que evaluamos una sensación como agradable, desagradable o neutra, querremos agarrarla, rechazarla o ignorarla. El contacto con el objeto tiene una fuerte acción sobre nuestro deseo. Algo semejante como quien quiere parar de fumar y no puede ver un cigarro cerca o quien desea olvidar una pasión y por eso precisa retirar todas las fotos de la “persona en cuestión” de su frente. Vale resaltar que el objeto que causa la manifestación de la mente ilusionada posee siempre una relación kármica con la persona, caso contrario no actuaría sobre ella. Por eso el contacto es interdependiente: él despierta el efecto de una causa que ya creamos en nuestro continuo mental. Así como Lama Zopa explica en su libro “La Energía de la Sabiduría” (Ed. Pensamento): “Por ejemplo, ustedes pueden tener una marca específica de atracción en su mente. Eso será activado por un objeto con cualidades deseables, no por uno que presente cualidades repulsivas, detestables. Así, es necesario que exista la combinación apropiada entre la marca en la mente del sujeto y las cualidades características del objeto. Sin el contacto con un objeto conveniente es imposible una ilusión actuar”. Stefan Klein, en su libro “La Fórmula de la Felicidad” (Ed. Sextante), esclarece que esta relación entre causa y efecto es denominada por la neurociencia como un recurso de retroalimentación (feedback): “Haga un test: su mal humor matinal mejoró porque usted pasó a extraer más y más placer de los colores del amanecer o usted percibe los colores en el cielo de forma más intensa exactamente porque está de mejor humor? Las dos cosas están ciertas. En el cerebro - y, por eso, en nuestra vivencia causa y efecto estarán raramente separados. Así como no hay como responder que es primero, el huevo o la gallina, la mayor parte de los circuitos cerebrales está tan inter-ligada que casi todos los eventos retornan a ellos mismos, esto es lo que los especialistas llaman recurso de retroalimentación (feedback). Cuando utilizamos esos mecanismos de forma correcta, creamos un círculo eficaz que modifica progresivamente el cerebro, y así aprendemos a tener sentimientos positivos”. De ahí la importancia de cultivar a nuestro alrededor un ambiente de paz y no-violencia. Conscientes del poder que el contacto interdependiente tiene sobre nosotros, podemos seleccionar las situaciones y objetos a nuestro alrededor hasta que estemos más preparados para enfrentarlas. A pesar de reconocer el poder del mundo externo sobre nosotros, no podemos olvidarnos de la fuerte influencia de nuestro mundo interno sobre la visión que tenemos del externo! Lama Zopa resalta, en su libro “La Energía de la Sabiduría” (Ed. Pensamento): “Una de las principales dificultades reside en nuestra tendencia a pensar en nuestros problemas como si fuesen entidades externas, hechos de algún modo existentes fuera y disociados de nosotros mismos. Por consecuencia, las soluciones que elaboramos también son externas. Aunque tales soluciones puedan aliviar un determinado problema de forma temporaria, otro problema parece siempre surgir en su lugar. Por lo tanto, a pesar de que nuestros esfuerzos acarreen una alteración en los síntomas, parecen ejercer poco efecto sobre el problema subyacente en si”. Para finalizar, me gustaría de compartir con ustedes una de las enseñanzas más preciosas que recibí de mi maestro Lama Gangchen Rinpoche. Cierta vez, con orgullo y coraje, le dije a Él: “Esta vez quiero mirar a la negatividad de frente. No voy a negarla”. Él, entonces, me respondió: “Mirar es bueno, pero no la toque. Es como cuando usted asiste al noticiero de TV. Usted ve la negatividad, pero no deja que ella entre en su casa. Usted puede encarar la negatividad de frente, pero no deje que ella entre en su mente”.