iconografía de los héroes civilizadores como atletas. deporte y

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ICONOGRAFÍA DE LOS HÉROES CIVILIZADORES COMO
ATLETAS. DEPORTE Y CIVILIZACIÓN EN LA ANTIGUA
GRECIA
Fernando García Romero
Departamento de Filología Griega y Lingüística Indoeuropea
Universidad Complutense de Madrid
TEXTOS
1) Pausanias, Descripción de Grecia X 4, 1: Desde Queronea hay veinte estadios [ca. 4
km.] hasta Panopeo, una ciudad de los focidios, si es que se puede llamar ciudad a un
lugar que no tiene edificios públicos, no tiene gimnasio, no tiene teatro, no tiene una
plaza pública, no tiene agua que baje a una fuente.
2) Diodoro de Sicilia, Biblioteca histórica IV 29-30 y V 15: El dios comunicó a
Heracles que debía fundar una colonia en Cerdeña y que sus gobernadores debían ser
los hijos que había tenido el héroe con las hijas de Tespio. Heracles decidió enviar a su
sobrino Yolao acompañando a sus hijos, puesto que éstos eran todavía muy jóvenes.
Yolao partió con ellos hacia Cerdeña, donde, tras haber vencido a los nativos en una
batalla, distribuyó por sorteo la parte mejor de la isla…hizo la tierra cultivable y plantó
árboles frutales...En aquel momento Yolao hizo todo aquello que necesitaba la colonia
y, tras haber hecho venir a Dédalo desde Sicilia, llevó a cabo muchas y grandes obras,
que han llegado hasta nuestros días...Construyó grandes y magníficos gimnasios, e
instituyó tribunales y otras instituciones para la felicidad y la prosperidad de la
colonia……….(V 15) construyó gimnasios, templos en honor de los dioses y todo lo
que hace feliz y próspera la vida de los hombres.
3) Apolodoro, Biblioteca mitológica II 5, 11: Una vez informado, atravesó Libia.
Reinaba allí Anteo, hijo de Posidón, que daba muerte a los extranjeros obligándolos a
sostener con él un combate de lucha deportiva. Forzado a pelear con él, Heracles lo
mató con su abrazo mientras lo mantenía en vilo, pues si tocaba la tierra recobraba el
vigor, y por ello algunos decían que era hijo de la Tierra.
4) Escolios a Píndaro, Nemeas III 27a: Algunos consideran muy antiguo el pancracio y
dicen que Teseo luchó contra el Minotauro adoptando las técnicas del pancracio.
5) Pausanias, Descripción de Grecia I 39, 3: Se dice que Cerción trataba injustamente a
los extranjeros, obligándolos a luchar con él contra su voluntad…Cuentan que Cerción
mató a todos cuantos lucharon contra él, excepto a Teseo; Teseo lo venció recurriendo
sobre todo a la habilidad (sophía). En efecto, Teseo fue el primero que inventó el arte de
la lucha, y a partir de él dio comienzo su enseñanza. Antes en la lucha solamente
contaban la estatura y la fuerza.
6) Apolodoro, Biblioteca mitológica I 9, 20: Desde Misia [los Argonautas] partieron
hacia la tierra de los Bébrices, donde reinaba Ámico, hijo de Posidón y de una ninfa de
Bitinia. Era un hombre muy fuerte y obligaba a los extranjeros que arribaban a boxear
con él y de ese modo los mataba. También entonces se acercó a la nave Argo y retó al
mejor de ellos en el boxeo. Polideuces aceptó boxear contra él y lo mató.
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7) Teócrito XXII 37 ss.:
(aparecen subrayadas las expresiones en las que se oponen civilización y
barbarie): Y hallaron [Cástor y Pólux] al pie de un liso peñasco una fuente de perenne
corriente, llena de límpidas aguas…Y allí estaba al aire sentado un hombre
impresionante y de aspecto temible, con las orejas aplastadas por puños correosos. Su
pecho desmesurado y sus anchas espaldas se abultaban con una carne de hierro cual un
coloso trabajado a golpes de martillo. En sus recios brazos bajo la altura de sus hombros
los músculos se erguían como cantos redondos que a fuerza de rodar un torrente
invernal ha pulido entre sus poderosos torbellinos. Y sobre su espalda y su cuello
flotaba una piel de león, atada por los extremos de sus patas. El campeón Polideuces le
habló así el primero:
PO. Salud, extranjero, quienquiera que seas. ¿Quiénes son los mortales a los que
este lugar pertenece?
AM. ¿Cómo “salud” cuando estoy viendo hombres a los que antes no he visto?
PO. Tranquilízate y no aventures estar viendo malhechores o hijos de
malhechores.
AM. Tranquilo estoy y no me parece que haya de recibir lecciones de ti.
PO. Bravío eres y en todo hostil y arrogante.
AM. Tal cual me ves. Y no ando pisando tu tierra.
PO. Ven y podrás volver a tu casa con un regalo de huésped.
AM. No me vengas hablando de regalos de huéspedes: que mío no hallarás
ninguno dispuesto.
PO. ¡Hombre de Dios! ¿ni aún de esa agua nos darás de beber?
AM. Lo sabrás cuando la sed te reseque tus labios lacerados.
PO. ¿Con plata o con qué pago -tú lo dirás- podríamos persuadirte?
AM. Tú sólo alza tus manos plantándole cara a un varón que está solo.
PO. ¿A puñetazos o también con los pies golpeando en las piernas y los ojos?
AM. Con todas tus fuerzas, con los puños, sin escatimar todas tus mañas.
PO. ¿Y con quién me mediré con mis puños y mis correas?
AM. Lo ves junto a ti: como no es un marica, su nombre será el “Boxeador”.
PO. Habrá acaso también dispuesto un trofeo por el cual riñamos los dos?
AM. Tuyo seré yo, y tú serás llamado mío en caso de ser yo vencedor.
- Vv. 80 ss. (se subrayan los pasajes en los que se opone el dominio de la técnica
boxística frente a simple fuerza bruta): Y una vez que hubieron pertrechado sus manos,
ciñéndolas con tiras de pieles de buey, y enrollaron en torno a sus brazos las largas
correas, se dirigieron a juntarse en el medio, respirando muerte el uno contra el otro.
Entonces se produjo gran disputa entre ellos, por ver cuál de los dos recibía de espaldas
la luz del sol. Tú, Polideuces, con pericia te adelantaste al gigante y todo el rostro de
Ámico estuvo expuesto a sus rayos. Y él, irritado en su ánimo, se lanzó adelante
arremetiendo con sus brazos, pero en su ataque Polideuces le golpeó en el mentón, y
Ámico se encolerizó más que antes y entabló desordenado combate, atacando en tromba
con la cabeza inclinada hacia el suelo. Los bébrices lo jaleaban, en tanto que, del otro
lado, los héroes animaban al fuerte Polideuces, temiendo que aquel hombre semejante a
Ticio fuera a derribarlo en un lugar de lucha estrecho arremetiendo con su peso. Pero él,
el hijo de Zeus, desplazándose de un lado a otro, lo hería con ambas manos
alternativamente, y contuvo el ataque del hijo de Posidón, aunque era muy fuerte. Y éste
se detuvo, borracho de golpes, y escupió roja sangre….Sus ojos menguaban en su rostro
hinchado. El soberano Polideuces lo confundía lanzando sus manos por todas partes con
amagos de golpes, y cuando se dio cuenta de que estaba ya indefenso, le alcanzó con el
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puño las cejas, encima de la nariz, y le desgarró toda la frente hasta el hueso. Ámico,
por efectos del golpe, quedó tendido boca arriba sobre el césped floreciente. Entonces,
cuando se levantó, se reanudó el violento combate, e intentaban acabar el uno con el
otro golpeándose con las duras correas. Pero el caudillo de los bébrices dirigía sus
manos hacia el pecho y lejos del cuello, mientras que el invencible Polideuces le
revolvía todo el rostro con terribles golpes…Ámico, en su ansia por realizar una acción
definitiva, cogió con su izquierda la izquierda de Polideuces, descuidando su guardia en
un movimiento oblicuo, y avanzando el pie derecho lanzó su ancho brazo desde el
costado derecho. Y, de haberlo alcanzado, habría dañado al rey de Amiclas, pero éste
apartó la cabeza y al mismo tiempo lo golpeó con su pesada mano bajo la sien izquierda
y dejó caer el peso del hombro. Rápidamente brotó negra sangre de la sien abierta, y
Polideuces le pegó en la boca con la izquierda, y los dientes, apretados, crujieron; con
golpes cada vez más violentos le fue hiriendo el rostro hasta desgarrarle las mejillas. Y
todo él quedó tumbado en el suelo con el sentido extraviado y levantó a la vez ambas
manos renunciando a la lucha, porque estaba cerca de la muerte. Y a pesar de tu triunfo
sobre él, ni un gesto de arrogancia mostraste, ¡oh púgil Polideuces!, y él te hizo un
solemne juramento, invocando a su padre Posidón desde el mar: que ya nunca con los
forasteros por su voluntad sería su conducta dañosa.
8) Plutarco, Teseo 25.5-7: (Teseo) fue el primero en instituír competiciones deportivas
para imitar a Heracles: como gracias a Heracles se celebraban los Juegos Olímpicos en
honor de Zeus, así gracias a él quería que los griegos celebrasen los Juegos Ístmicos en
honor de Posidón.
9) Odisea IX 106-115: A la tierra de los Cíclopes arrogantes, sin leyes, llegamos…No
tienen asambleas donde se toman decisiones, ni leyes, sino que habitan las cumbres de
elevadas montañas, en cuevas profundas; cada uno dicta sus leyes a sus hijos y a sus
mujeres, y no se cuidan los unos de los otros.
10) Odisea 8.97 ss.: Escuchadme, caudillos y príncipes de los feacios. Ya tenemos
saciado nuestro ánimo en el banquete común y la lira, que es compañera del festín
espléndido; ahora salgamos y probemos competiciones de toda clase, para que el
huésped cuente a sus amigos, tras regresar a casa, cuánto superamos a los demás en el
pugilato, en la lucha, en el salto y en la carrera.
Odisea 8.145-148: Ven aquí también tú, padre huésped, y ponte a prueba en las
competiciones…porque no hay mayor gloria para un hombre mientras viva que la que
haya conseguido con sus manos y sus pies.
11) Hesíodo, El escudo 285-286 y 301-313: Otros, delante de la ciudad, montados a
lomos de sus caballos, celebraban carreras...Otros llevaban a cabo competiciones de
boxeo y lucha; otros, los cazadores, cazaban liebres de rápidas patas, y dos perros de
agudos colmillos corrían delante, impacientes por alcanzar una presa que trataba de
huir. A su lado, unos jinetes se esforzaban y competían afanosamente por un premio.
Los aurigas, de pie sobre bien construídos carros, incitaban a los rápidos caballos,
aflojándoles las riendas; los bien ajustados carros volaban con gran estrépito y los cubos
de las ruedas chirriaban con fuerza. Sin tregua se afanaban ésos, pues nunca terminaban
de conseguir la victoria, sino que mantenían una disputa indecisa. Tenían fijado como
premio para esta competición un gran trípode de oro, obra espléndida del muy sabio
Hefesto.
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12) Platón, República V 451e-452a: Sócrates: Por lo tanto, si vamos a emplear a las
mujeres para las mismas tareas que a los hombres, también ellas han de recibir las
mismas enseñanzas. Glaucón: Sí. Sócrates: A ellos les asignamos la educación
intelectual y la educación física. Glaucón: Sí. Sócrates: Entonces también habrá que
dar esas dos artes a las mujeres.
13) Diógenes Laercio VII 32-34 (a propósito de la República de Zenón de Citio): “Está
prohibido construir templos, tribunales y gimnasios…y que circule la moneda”.
14) Libros de los Macabeos II 4, 8-14: (El sumo sacerdote Jasón) se dio a introducir las
costumbres griegas entre sus conciudadanos…y hasta al pie de la misma acrópolis se
atrevió a erigir el gimnasio, obligando a educar allí a los jóvenes más nobles … Así
cundió en alto grado la helenización y progresó la introducción de costumbres
extranjeras por la desalmada actitud del impío, más que sumo sacerdote, Jasón. Los
sacerdotes ya no se preocupaban del servicio del altar, sino que, por el contrario,
mostrando poca estima por el templo y descuidando los sacrificios, se apresuraban a
tomar parte en los prohibidos ejercicios de la palestra en cuanto eran invitados a lanzar
el disco.
15) Horacio, Odas I 10: Mercurio, elocuente nieto de Atlante, que habilidoso puliste las
rudas costumbres de los primeros humanos con la palabra y el ejercicio de la engalanada
palestra….
16) Escolios a Píndaro, Olímpicas IX 150: En Eleusis se celebran los ritos en honor de
Deméter. Y dicen que fue la primera competición deportiva. Porque después de que se
descubriera el fruto de Deméter, los hombres, tras haber comprobado la fuerza que
habían adquirido, celebraron esa competición, y aunque antes caminaban a cuatro patas,
se levantaron y compitieron en una carrera. Por eso precisamente llaman a la carrera
estadio, porque estaban de pie.
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