SAN CLEMENTE DE TAHULL El ábside se decora sobre un fondo estructurado en varios registros. En el superior, correspondiente a la semicúpula del ábside, se encuentran el Pantocrátor o Cristo Mayestático dentro de la mandorla, que preside todo el conjunto y el Tetramorfos. 1. 1. El Pantocrátor, es la representación de Cristo Juez Todopoderoso del Juicio Final. Aparece en un tamaño sobrenatural sobre un fondo azul de una intensidad inusual, rompiendo la discontinuidad cromática de su entorno. Para acentuar la divinidad del personaje, el pintor ha dibujado en la mandorla el alfa y omega, señal de principio y fin. Está recogiendo las palabras de Cristo en el pasaje del Apocalipsis 1. 8: "Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso". Los rasgos de su hierático rostro aparecen estilizados. La nariz divide rigurosamente su faz con el fuerte trazo de dos paralelas que se abren, ensanchándose para marcar las cejas. Los ojos, centralizados, en medio de los párpados, son dos severos círculos negros. Los bigotes caídos enmarcan sus curvos labios, dirigiendo la atención hacia las formas de la barba que reproducen las ondulaciones del cabello. Y todo el rostro resalta sobre el fondo blanco de su nimbo cruciforme. En una mano sostiene el libro sagrado con la inscripción "Ego sum lux mundi" (Yo soy la luz del mundo) y con la otra bendice en una actitud enérgica y serena. Su figura resume el doble mensaje que quiere transmitir en este momento la Iglesia a sus fieles: dureza y esperanza. 1. 2. Junto a la mandorla, encontramos el Tetramorfos, la representación simbólica de los cuatro evangelistas -Marcos, el león; Lucas, el toro; Mateo, el hombre; y Juan, el águila-, que aquí se encarnan en ángeles que sostienen dichos símbolos. Ostentan nimbos, alas y ojos abiertos en todo el cuerpo. Su presencia simboliza que Jesús se manifiesta al mundo a través de la palabra de los evangelistas. Completa el espacio un serafín y un querubín, como corte de Cristo entronizado. En el registro intermedio y enmarcados pos unas arquerías pictóricas se presentan cinco apóstoles y la Virgen. Sus nombres aparecen en una banda que los separa del plano celestial. Estos son los santos, los que ya se han salvado y pueden actuar como intercesores entre los hombres y el Cristo Juez. Los apóstoles exhiben los libros de la doctrina y la Virgen una copa con la sangre del Salvador que emite rayos de luz. En el registro inferior, se aprecian con dificultad restos de decoración ornamental de cortinajes y cenefas. Técnica y rasgos artísticos. El artista anónimo de Tahull nos ofrece unos detalles que demuestra un alto grado de maestría técnica que podemos analizar, sobre todo, en las fotografías en detalle. San Lucas-Toro y uno de los serafines. Aunque hablamos constantemente de frescos, la realidad es que esta técnica recibe unos toques de pintura al temple para resaltar más el color. El color es denso y puro, sin matices. Los colores planos se yuxtaponen para crear intensos contrastes cromáticos. Destacan los fondos en bandas que niegan la profundidad. Hay leves efectos de modelado en las figuras como lo hizo el modelado bizantino: se trazan líneas paralelas con tonos claros y oscuros, para acusar el bulto, sin que esto suponga que la luz intervenga en la ambientación de la obra. En el rostro y en las manos se aplican impactos de color con objeto de lograr algún volumen totalmente artificial. Es destacable la precisión del dibujo, con fuertes trazos en negro que separan las diversas zonas cromáticas e infinidad de líneas contenidas en el pelo y en los pliegues del vestido que marcan un sentido radial. La disposición de estas líneas crea un vigoroso ritmo de rectas y curvas, convirtiendo la realidad en simples figuras geométricas. La simetría y la geometrización son las otras grandes protagonistas de esta composición. El rostro de Cristo es el paradigma de simetría y su cuerpo se reduce a la suma de un triángulo y un trapecio. Para completar el análisis artístico unidle los rasgos propios de una representación arcaica: desproporción, esquematismo, estereotipación, rigidez, inexpresión, jerarquía de tamaños, falta de ubicación espacial....