LA VIRGEN MARÍA III Esteban: Uno de los nombres más populares en toda Latino América es el nombre de María, habrá entre la audiencia, me pregunto Salvador que nos estarán escuchando. Salvador: Seguramente muchísimas y no solamente mujeres, sino también cuantos José María, es un nombre común y justamente por la raíz religiosa que tiene el nombre María. Esteban: Y la combinación de María Auxiliadora, María José, María Fernanda, etc. Salvador: En algunas clases sociales de América latina, era de buen gusto poner siempre el nombre María acompañado del que se iba a usar normalmente, entonces le ponían María Celia, o María Fernanda o María Julia, pero después se usaba el segundo nombre, no obstante, como homenaje se colocaba siempre el nombre María. Esteban: Y María es justamente la persona que nos está ocupando aquí, pero quizás se pregunte ¿qué María, cuantas de todas las que hay? La que vivió en el primer siglo de la era que nos tocó vivir, hace más de dos mil años, yendo al pueblito de Nazaret allí en Israel, donde esta adolescente veíamos Salvador, confrontaba de manera tremenda con un desafío para recibir nada más ni nada menos que a Jesucristo en su vientre. Salvador: Bueno, esa confrontación que tuvo María la llevó a tomar una decisión; quisiera valorar la decisión de María, esa frase con la que ella cierra el diálogo de la anunciación. La anunciación ha sido el tema de muchos artistas desde los que musicalizaron la anunciación y expresaron así a través de su arte lo que era el sentimiento de María hasta los que la esculpieron y pintaron. La anunciación es el hecho capital que lanza lo que va a hacer María en la historia, ella culmina su conversación con el ángel con una frase: “he aquí la sierva del Señor hágase conmigo conforme a tu palabra” es decir, aceptando esto. Ahora, creo que todas las decisiones que tomamos en nuestra vida se toman dentro de un contexto determinado y si uno quiere conocer la verdadera seriedad de la decisión debe mirar cuál era el contexto que enmarca esa decisión. Jesús enseñó en el Padre Nuestro “…hágase tu voluntad como en el cielo así también en la tierra” hay miles, millones de cristianos, que cada día repiten el Padre Nuestro y dicen esa frase a veces sin ponerle el verdadero sentido, pero están dentro del contexto de la paz y la calma. Un poco puede decirse que estas palabras con las que María cierra el diálogo con el ángel son el reflejo de lo que luego será la palabra del Padre Nuestro “hágase tu voluntad”, María dice “hágase conmigo conforme a tu palabra”, de acuerdo a lo que me has dicho, creo que son contextos diferentes. Cuando Jesús va a ser entregado en Getsemaní y está agonizando, Él le dice en una oración al Padre que “se haga tu voluntad y no la mía”, el contexto ese es de altísima presión; hay que analizar el contexto en que la frase se dice. Si analizamos el contexto de la frase de María nos vamos a dar cuenta que toma una dimensión totalmente diferente. María vivía en el pueblo de Nazaret, como decíamos hace dos programas atrás, el pueblo de Nazaret tenía una sinagoga por lo tanto cada sábado se iba a escuchar la lectura de la ley de Dios y era el lugar donde los niños aprendían a leer y donde se aprendían y se conocían los mandamientos de Dios. Poco tiempo antes de que el ángel llegara se produjo un hecho que no registra el evangelio pero que está latente en el evangelio, se habían reunido en Nazaret dos familias, la de María y la de José, para llevar a cabo una ceremonia que el evangelio menciona aunque no la describe son los desposorios, diríamos en nuestro lenguaje de hoy que José y María iban a prometerse o a comprometerse matrimonialmente, era una ceremonia que tenía todo un mito impuesto por la costumbre que le daba seriedad, por ejemplo se reunían las dos familias, pero llamaban a terceros como testigos, había por así decirlo representantes de la sociedad. Se hacía un voto solemne de entregarse uno al otro y entregaban testimonios, así como en algunos países cristianos o hispanos se intercambian anillos, aros y se dan como prenda de que está comprometida la persona. En aquel momento también se entregaban prendas para mostrar que estaban comprometidas, si no había capacidad económica en las familias, se firmaba un contrato, pero era muy importante esto porque al final se pronunciaba una bendición sobre los novios se les ofrecía una copa de vino, los dos bebían de la misma copa. Esteban: Así que también estaban las autoridades espirituales. Salvador: Por supuesto, era un hecho totalmente espiritual y delante de Dios. La familia y testigos garantizaban la pureza de la novia, los desposorios se celebraban más o menos un año antes de la boda oficial, no podían romperse ligeramente, si cualquiera de los dos quería romper el voto del desposorio tenía que hacer el trámite del divorcio, el trámite era como si ya estuvieran casados. Porque desde ese momento estaban para la ley y para Dios según la gente, estaban unidos para siempre. Suponiendo que uno de ellos muriera por ejemplo José en ese período, María era considerada una viuda virgen, por eso había en Israel viudas vírgenes, eran las que no habían accedido al matrimonio pero sí, por el desposorio y debía cumplir todos los duelos que estaban impuestos para la esposa. Si faltaba a su compromiso matrimonial por ejemplo María, podía ser acusada de adulterio y era apedreada fuera de la ciudad de acuerdo a las costumbres y a los mandamientos de la cultura en aquel momento. Los problemas que tenía Maria al decirle al ángel “hágase conmigo conforme a tu palabra” por lo tanto eran múltiples. El primero de ellos con la familia, ésta había garantizado la virginidad de su hija. Problemas con José y su familia, habían confiado en ella, se había burlado María de José y de toda su familia, por supuesto que él tenía que pedir junto con su familia reivindicación por el engaño. En tercer lugar con la comunidad, tenía que tomar una decisión frente a esto porque había habido testigos de la comunidad, tenía que juzgar el hecho. Entonces si la niña aparece embarazada por lo menos la familia debía dar explicaciones, José y su familia tenían que pedirlas y la comunidad debía pedirlas. Todo esto frente a un hecho, muy evidente que se pagaba con la pena capital, la lapidación. Por supuesto que todas esas dificultades y peligros no podía ignorarlos María, es justamente lo que valoriza la frase que dice frente al ángel: “hágase conmigo conforme a Tu palabra”. Porque se sabe que está latente toda esta problemática que se desatará en esos meses y no puede evitarse que se desate. El asunto es (y acá viene la gran dimensión de fe) si Dios está, tengo que confiar en que el va a actuar. Luego el Evangelio de Mateo nos cuenta como actuó José para que el asunto pudiera seguir su cauce normal, pero hay que tomar la dimensión de lo que significa esta frase, porque el contexto de María es totalmente negativo, está bajo la presión de toda una sociedad. Y entonces uno se pregunta y vamos responder en el próximo bloque, ¿qué pasaba por el corazón de María, es posible saber qué sentía en su corazón, es posible penetrar un poco en su espiritualidad, porque hasta ahora hemos visto dos contestaciones verbales que le da al ángel, todo lo que sabemos de palabra es eso y una serie de actitudes nada más. Pero qué pasa dentro del corazón de la persona, porque en el fondo del corazón es donde está la verdad. Después de la pausa entraremos en el corazón de María de acuerdo a los documentos y a lo brindado por la historia acerca de esta jovencita valiente, en esos tiempos que corrían como hemos visto. Ya volvemos. PAUSA… Esteban: Como decimos por el río de la plata María se “jugó la ropa” al tomar esa decisión tremenda y estamos tratando en este segmento del programa, ver que había en el corazón de ella al momento de tomar esa decisión y llevarla adelante a pesar de todos los que dirán. Salvador: Es difícil entrar en el corazón de una persona. Y el corazón de María es uno de esos corazones impenetrables en la Biblia, comparo por ejemplo al Rey David que aparece también en la Biblia, su pensamiento y lo que pasa por su corazón está registrado en los salmos, entonces uno puede entrar y saber como era interiormente la espiritualidad de David y como se manifestaba. Pero en el caso de María por lo menos en dos oportunidades el evangelio dice “Maria guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón”. El hecho de que se hable de meditar y guardar en su corazón habla de una persona no diría introvertida, eso sería darle un título a toda la persona, pero es una persona que tiene una profunda vida interior, entonces decir: “quiero conocer el corazón de tal persona” está tratando de penetrar en su mundo interior. El mundo interior de la persona es inviolable, a menos que la persona lo muestre; hay un episodio en la Biblia donde María muestra su corazón y lo que hay dentro de ella. Cuando María recibe esta noticia, también le dice el ángel que una parienta suya cerca de Jerusalén, también a concebido un hijo, es la madre de Juan el Bautista, por lo tanto María inicia un viaje para encontrarse con Elizabet y saber lo que pasaba. Se ha comentado mucho acerca de las razones que llevaron a María a ver a Elizabet, pero lo cierto es que hizo ese camino, seguramente una caravana de varios días. No parece que alguien la acompañara en este viaje, parecería que nadie conoce todavía el hecho de la anunciación y embarazo de María, da la impresión que sin comentar nada sale en busca de su parienta. No obstante, dadas lo que eran las sociedades de aquella época, pensemos que algún acuerdo hubo en la familia para que ella pudiera hacer este camino. Cuando llega y se encuentra con Elizabet va a ser la madre de Juan el Bautista, Elizabet la recibe con una frase de bienvenida que dice “bendita eres entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre” que se ha hecho famosa, siempre se usa dentro de la liturgia y añade algo más, “porque se me concede esto a mí, que la madre de mi Salvador venga a mi” y Elizabet dice “Bienaventurada la que creyó, porque le será hecho por el Señor”. Son todas palabras elogiosas. A todo esto María responde con lo que conocemos litúrgicamente como el magnificat, ese salmo que Maria recita en ese momento donde contesta a todos lo elogios que le hace Elizabet. Recordando rápidamente, Elizabet bendice el fruto de su vientre, señala el privilegio de recibirla y la llama bienaventurada porque creyó. Entonces María contesta los elogios: “engrandece mi alma al Señor”. Es interesante, estaba leyendo los comentarios de los primeros cristianos, de los que se llaman los padres de la iglesia y uno de ellos analiza el texto de “engrandece mi alma al Señor” y dice “Dios no puede ser engrandecido ni achicado” cuando la persona dice: “engrandece mi alma al Señor” no está haciendo a Dios más grande ni más chico, lo que está hablando es que su concepción de Dios se agranda, creo que María está diciendo “recibo todos estos elogios pero los remito inmediatamente, porque he llegado a comprender la grandeza de Dios” “mi alma engrandece al Señor”. Elizabet le dice, “¿por qué se me concede que la madre de mi Salvador venga a mi?” María dice “Mi espíritu se regocija en Dios que es mi Salvador”; es un poco toda la respuesta y la ubicación de María donde ella muestra el agradecimiento profundo que tiene por Dios, por lo que Dios ha estado haciendo en su vida. Creo que ella dice tres cosas fundamentales acerca de Dios: 1- Que Dios es bueno en primer lugar para los que le buscan. Esta es una de las cosas que resaltan. Dice ella “…ha mirado la bajeza de su sierva” ella reconoce que pertenece al pueblo que pertenece, a la región que pertenece, a la clase social que pertenece, pero también reconoce que Dios es bueno y exalta al que se acerca a Él. 2- En segundo lugar, ella da gracias a Dios porque Él es constante, dice que lo que Dios ha prometido en el principio, lo ha mantenido y ha llegado a este socorro para todo su pueblo. Quiere decir, que no solamente Dios es bueno para con ella, sino que cuando Dios promete, ella entiende que Él es constante. Diríamos, Dios es fiel a lo que habla de la fidelidad de Dios. 3- En tercer lugar agradece a Dios porque es justo, ella dice “…hizo proezas con su brazo, espació a los soberbios y quitó de los tronos a los poderosos y a los humildes”, es notable porque los hombres trastornan el mundo de Dios, hay injusticia en todo lugar donde debe haber equidad, sin embargo hay injusticia, porque los hombres entran allí. Hay soberbia donde debe haber humildad. Hay opresión donde debe haber libertad, son esas grandes contradicciones y ella dice, pero llegó Dios y ordenó y reorganizó todas las cosas, porque Dios es justo, pone las cosas en su lugar, si hay que echar al soberbio lo echa, si hay que dar un lugar al humilde se le da. María en aquel momento daba gracias por una visión que tiene de Dios, una concepción que tiene de Dios que se ha ampliado. Donde ha visto que es bueno, fiel y justo. Esa visión de Dios es la que va a percibir durante toda su vida y la que hace que puedas estar detrás de la escena (porque en el Evangelio está detrás de la escena), pero que la veamos con fidelidad desde el principio, hasta el final mismo de su aparición en el libro de los Hechos de los apóstoles. Permanentemente cerca de Dios. Todo esto que María canta y dice, lo va a experimentar en su vida. Va a comprobar que la bondad de Dios siempre se manifiesta, aún contra lo que los hombres hacen. Las puertas del mesón cuando llegue a Belén para dar a luz a su hijo van a estar cerradas, porque son los hombres, pero habrá un pesebre abierto. El corazón de los poderosos, como Herodes y todos los demás estará absolutamente frío… Esteban: Y con la espada en la mano… Salvador: Por otro lado, habrá pastores que se acercarán. Los religiosos se van a turbar, pero los magos de oriente van a llegar y le darán de sus tesoros. Y es verdad que Herodes se va a levantar y lo va a perseguir, pero también es verdad, que Dios lo va a proteger como para que salga del escenario del peligro, creo que todo esto nos hace acordar a unas palabras que años antes había dicho un profeta en el Antiguo Testamento, este profeta dice: “El Señor es Bueno, Fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él confían.” Esto es lo que dice María, que Dios es bueno, da fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en Él confían. María se entregó contra todo lo que decía la sociedad. Y entendió que si Dios estaba con ella, quien podía estar en contra. Es la gran manifestación de la fe. Y esto quizás sea lo que tenemos que tomar de la figura de María, esa fe inquebrantable que se entrega a lo que Dios ha hablado, que no se niega a hacer las preguntas lógicas que cualquiera hace, pero cree realmente que hay un margen importante para que confiemos en Dios y entregarnos en Sus manos. Pienso en tanta gente que habla de María en América Latina, que tiene tal vez una imagen en su casa, que siente una devoción interior por María, les diría por qué no imitamos la fe de María, la confianza en Dios, esa entrega, visión de un Dios Todopoderoso, en el cual podemos confiar, muchas veces nos hemos quedado en la figura, pero nos hemos olvidado de que la fe de los grandes hombres de fe de la historia, están puestos allí como testimonio para que imitemos. Es una de las grandes lecciones que nos deja, que aún quienes han vivido en un pueblo con pobreza, marginalidad, pocas posibilidades, Dios siempre lo tiene en cuenta, cuando esa persona pone su fe en Dios, su horizonte se abre y Él es fiel como para sostenerla. Esa fe puesta en Dios, eso es lo que nos deja María como ejemplo y esa es la fe que debemos imitar, el apóstol Pablo dice en una de sus cartas “la fe de los cuales imitamos” creo que esta es una forma de fe imitable, para mirar y decir “si pudiera mover mi vida espiritual como para tener esa fe realmente mi vida sería diferente” y no es tan difícil. Dios está siempre cerca para que podamos poner nuestra confianza y fe en Él.