“Id y proclamad...”

“Id y proclamad...”
Hoy celebramos la solemnidad de la Ascensión del Señor al cielo. En el
corazón de los apóstoles, imagino, habría un montón de preguntas: ¿“y ahora qué va
a ser de nosotros, qué vamos a hacer, cómo vamos a poder continuar sin el Señor a
nuestro lado?”...
Pero Jesús tranquiliza sus corazones con su gracia, con sus palabras. No nos
quiere dejar solos y, por eso, se queda presente en la Eucaristía.
Él les ha enseñado -y nos lo enseña a nosotros- qué hay que hacer y cómo
hacerlo. Además les ha prometido -y a nosotros también- que el Espíritu Santo vendrá
sobre ellos para darles las fuerzas necesarias para ser sus testigos por todos los
rincones del mundo.
Ahora toca esperar unos días, en clima de oración junto a María, para recibir el
mejor regalo que Jesús nos puede hacer: El Espíritu Santo. Vivamos estos días con
gozo y esperanza para recibir el Espíritu Santo en nuestros corazones.
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“... el Evangelio”.
Busca en el evangelio de hoy Mc 16, 15-20
diez palabras de más de cuatro letras.
Con las que sobran, obtendrás una frase.
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V
Frase anterior: Jesús nos recuerda que el encuentro con Él produce alegría y ésta se
comparte.