INNOVACIÓN Y CAPITAL HUMANO EMPRENDEDOR Ser o tener talento JOSÉ MIGUEL LÓPEZ, director de Recursos Humanos de Crédito y Caución y Club Excelencia en Gestión Como diría Banderas, ¿qué es más importante para una organización: tener talento o ser talento? Aquel que no comprenda la diferencia, ya ha contestado. Vivimos un momento apasionante en el cual el paradigma de las organizaciones está cambiando. El enfoque tradicional, que ponía el peso en el capital físico y financiero de las empresas, está siendo reemplazado por una nueva visión donde intangibles como el capital humano tienen un peso creciente. Cada vez existen más herramientas y tecnología susceptible de aplicación en los procesos y políticas de recursos humanos relacionada con el talento, el modo de atraerlo y retenerlo, o al menos de intentarlo. Se propugna una gestión a la carta del talento, bien de forma individual o por grupos, como las teorías que enfatizan los diferentes valores que mueven a las cuatro generaciones (la tradicional, la del baby boom, la generación x y la generación y) que conviven en nuestro mercado laboral. Esta cantidad ingente de fórmulas y visiones permiten obtener resultados ciertamente positivos. Todos las utilizamos pero atienden, a mi parecer, a resolver situaciones especificas dentro de un marco determinado. Son meros accesorios que deben ser utilizados, como todo proceso o herramienta disponible, a conveniencia de cada uno. Muy pocas o ninguna de estas fórmulas, al menos que yo conozca, plantean este asunto de forma global, sobre el conjunto organización – personas considerando esta visión de la forma más abierta posible. ¿Dónde Capital Humano 24 024_s_innovacion y CH_216.indd 24 quiero llegar? Al sutil escalón que existe entre las premisas de tener talento o ser talento, un escalón que diferencia a las organizaciones que buscan ese activo y las que, además, ponen en marcha procesos para interiorizarlo y regenerarlo de manera sostenible. Lo diré de otro modo. El capital no financiero es uno de los principales activos de las empresas del siglo XXI. Está fabricado, principalmente, de talento, una materia prima que no puede tocarse, pero sí medirse por sus efectos como, por ejemplo, la diferencia que hay entre el valor de mercado y el valor contable de cualquier gran empresa. Ahora bien, ese capital no financiero, intelectual, tiene distintas formas. Una de ellas es el Capital Humano, que podríamos definir como el conocimiento que pertenece a la persona y que se va con ella cuando abandona la empresa. Interiorizar, pasar del tener talento al ser talento, implica transformar ese capital humano en capital estructural, el conjunto de conocimientos que permanece en la empresa al final de la jornada laboral. Las organizaciones que se quedan en tener talento deben poner en marcha procesos muy costosos que cuentan, además, con un riesgo elevado de fracaso. Aún cuando consigan su ob- jetivo de atraer talento, siempre existirá el riesgo de que estas busquen proyectos más retadores. Al interiorizar el valor de ese capital humano se pone en marcha un mecanismo virtuoso que funciona en una doble dirección: produce un crecimiento del talento propio de la organización que, a su vez, queda disponible para el crecimiento de cada una de las personas que la componen. Este ciclo provoca un alineamiento en el que uno y otro, organización y personas, evolucionan en paralelo. Cuando logramos actuar sobre ambos de forma complementaria, tanto el esfuerzo como el riesgo para retener el talento y regenerarlo de manera sostenible serán menores. Este enfoque, que permite establecer acciones controladas, con un grado bajo de riesgo y con margen para el desarrollo y retención del talento de sus empleados, es el secreto de muchas organizaciones que son talento. Estas empresas han encontrado mecanismos para fomentarlo, atraerlo y guardarlo a lo largo de los años, en que las personas cambian y evolucionan. Generalmente, cuando una empresa es talento hay signos visibles: está bien posicionada y sabe mantener sus fortalezas, como la posición en el sector, la cuota, la marca, el retorno social, el valor a clientes, accionistas y empleados. El Capital Humano es el conocimiento que pertenece a la persona y que se va con ella cuando abandona la empresa. Pasar de tener talento a ser talento, implica transformar ese capital humano en estructural para la compañía Nº 216 • Diciembre • 2007 20/11/2007 18:06:11