Crónica del primer gobierno de la monarquía en el

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Marta Iturrate
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Universitat Pompeu Fabra Departamento de Comunicación
Crónica del primer gobierno de la monarquía en el humor de Jaume Perich en La Vanguardia
Española
El humorista gráfico Jaume Perich (1941-1995) ha sido calificado de incisivo, renovador, certero en
representar los deseos de cambio de la mayoría, y hasta útil para la transición española. También
considerado humorista de la actualidad y uno de los pensadores críticos más innovadores del país, fue quien,
según el estudioso del humor gráfico en la transición Francisco Segado Boj, ofreció la perspectiva más crítica,
escéptica y casi cínica de la situación política en España. En suma, Perich se perfila más como un cronista o
comentarista político que como un simple humorista.
Desde finales de 1970 hasta el 15 de abril de 1977, el autor mantuvo una colaboración diaria en La
Vanguardia Española. Durante nuestro periodo de estudio, el primer gobierno de la monarquía, casi toda la
producción de Perich en el matutino del Grupo Godó se referirá a la actualidad política y estará relacionada
con noticias o comentarios aparecidos en el diario el mismo día o en fechas inmediatamente anteriores. Con
frecuencia se tratará de noticias de portada, incluida la columna editorial. En ocasiones no hablará de
acontecimientos, declaraciones y opiniones concretas, sino de tópicos o corrientes mayoritarias de opinión.
El objeto de esta comunicación es analizar la actuación de Perich como cronista político del primer gobierno
de la monarquía. Se buscará indagar, no solo en cómo interpretó la actualidad política diaria (expectación,
crítica, escepticismo, denuncia...), sino qué cuestiones de la agenda plasmó, en qué aspectos o temáticas
focalizó su atención y, sobre todo, cuáles de estas obvió o minimizó.
Una aproximación al corpus de estudio —todo el material publicado entre el 20 de noviembre de 1975 y el 2
de julio de 1976— indica que en torno a un tercio del total de las viñetas criticará el inmovilismo, la lentitud y
el reducido alcance de las reformas, así como la limitada participación popular. La carestía de la vida, los
viajes al extranjero de personalidades españolas —y sus declaraciones a la prensa de otros países—, y la
violencia contra periodistas y medios también tuvieron destacada presencia.
Por el contrario, Perich casi no tratará de la amnistía de los presos políticos ni mencionará el anhelado
Estatuto de Autonomía para Cataluña, justo cuando en Barcelona se producían las grandes manifestaciones
del 1 y 8 de febrero en demanda de ambas reivindicaciones. También pasará de puntillas por los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, pese a los casos de extrema violencia policial ocurridos en Elda, Tarragona,
Vitoria o Basauri, y no mencionará ningún tipo de terrorismo. La Iglesia es otra gran ausente en el humor de
Perich, a pesar del importante rol que tuvo, por ejemplo, en la organización de las protestas obreras.
Y estas últimas, —una de las mayores oleadas vaguísticas de la historia de España— solo se apuntaron en dos
ambiguas viñetas, mientras las relaciones entre empresarios y obreros —tan frecuentes en la obra de Perich
en otros medios— no aparecerán en ningún caso. Las cortapisas que, aparentemente, sufría Perich en La
Vanguardia Española en cuanto a temas y comentarios críticos, que le llevaron a dibujarse a sí mismo
entrando en el diario y diciendo: "Hoy llevo 10... ¡Espero que con un poco de suerte me acepten 3!"",
podrían encontrarse tras estas ausencias.
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