ALUMNOS HIPERACTIVOS 1. DEFINICIÓN El trastorno por déficit

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ALUMNOS HIPERACTIVOS
1. DEFINICIÓN
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es de origen
neurobiológico, y se caracteriza por la presencia de tres síntomas típicos:
- Déficit de atención.
- Impulsividad.
- Hiperactividad motora y/o vocal.
Se identificará como un trastorno cuando estos síntomas o los comportamientos
que se deriven se observen con mayor frecuencia e intensidad que en las personas
de igual edad, e interfieran en la vida cotidiana en casa, la escuela y su entorno
general.
Dichos síntomas no se manifiestan de igual manera en todos los niños ni con la
misma intensidad, de hecho, en el manual de diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (D.S.M.-IV), publicado por la American Psychiatric Association, en
su última versión, se diferencian tres tipos de trastorno dentro del TDAH:
1. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, subtipo predominante
inatento: El déficit de atención es el síntoma predominante en este caso. Los niños
parecen distraídos, no escuchan cuando se les habla, están inmersos en su “propio
mundo”, son olvidadizos, y pierdan cosas. La mayor parte de las veces su atención se
centra en estímulos que los demás valoran como irrelevantes, tienen dificultad para
prestar atención a “lo importante” de cualquier tarea, situación, etc. Esto les acarrea
problemas tanto en el ámbito familiar como en el social, ya que esta actitud se refleja
también en sus relaciones con los demás, ya sean adultos o niños de su edad,
dispersándose en los juegos, etc., y, a nivel escolar, ya que tienen dificultades en lo
que se refiere a atención sostenida y suelen irritarse ante cualquier tarea que implique
el esfuerzo mental de mantener la atención; tienen problemas a la hora de llevar los
deberes hechos de casa, ya que la mayor parte de las veces se olvidan de anotarlo el
día anterior, sus ejercicios y/o exámenes suelen estar desestructurados y poco
planificados
2. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, subtipo predominante
hiperactivo-impulsivo: El síntoma principal en este caso es el exceso de movimiento y
la conducta impulsiva en todo momento. Es frecuente que las familias de este tipo de
niños pidan ayuda profesional porque el comportamiento de estos niños suele ser
muy molesto, presentan conductas disruptivas, se mueven de un lugar para otro,
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interrumpen conversaciones, incluso estando en un sitio fijo mueven manos, pies…
constantemente; no son capaces de dedicar tiempo a una misma actividad.
3. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo combinado:
Presenta síntomas de atención, e hiperactivos-impulsivos. Además de los síntomas
principales, hay otros problemas que se ponen de manifiesto en la mayoría de las
investigaciones y comunicaciones de padres y profesores de niños y adolescentes que
no han recibido un tratamiento desde la primera infancia, son los siguientes:
- Retraso en habilidades cognitivas: En los primeros años de vida nos adaptamos al
medio de un modo impulsivo que vamos sustituyendo por un modo más reflexivo, lo
que nos convierte en personas maduras; esta evolución comienza con la mediación de
los procesos de atención que comienzan alrededor de los 5-6 años. Podemos decir
que los procesos cognitivos son el último y más importante recurso para nuestra
adaptación, gracias a ellos aprendemos a controlar nuestra conducta, a través de
estrategias como las “verbalizaciones internas”; en niños con TDAH están ausentes o
están muy reducidas, por lo que les cuesta pararse a pensar y actúan de modo
impulsivo.
- Deficiencias en el control de las emociones: Las emociones de los chicos y
adultos con TDAH no son inadecuadas: por su intensidad y duración, y las
dificultades que tienen para inhibir la expresión de ellas en ocasiones, lo que hace
que, a los ojos de los demás, puedan parecer irrespetuosos, inmaduros, etc.
- Torpeza motriz: La dificultad en el control fino de los movimientos con los que se
asocia a las personas con TDAH, no se debe a ninguna alteración en las áreas del
cerebro y cerebelo que regulan el control motriz, sino a que no prestan la suficiente
atención al control y regulación de sus movimientos
- Memorización: No se asocia a alteraciones en las áreas motoras de cerebro y
cerebelo, sino al problema de atención. Se debe a que ya que no prestan la suficiente
atención a la información que reciben.
- Variabilidad o inconsistencia temporal: Estas personas presentan una gran
variabilidad en su rendimiento, tanto en rapidez de ejecución como en cantidad y
calidad de la misma. Puede ser debido a que la realización de la tarea va a implicar la
consecución de una recompensa inmediata o bien que esté bajo la amenaza de un
castigo.
- Problemas de rendimiento escolar: El déficit de atención y la impulsividad, unido a
todo lo ya mencionado, hacen que el riesgo de fracaso escolar sea amplio. Suele ser
necesaria una ayuda complementaria para que puedan seguir el ritmo de la clase y no
acumular retrasos en muchas áreas.
- Problemas de adaptación social: Es frecuente que el niño con TDAH sea
rechazado, ya que es difícil que respete normas, que se comporte como otros esperan
o como sería correcto en cada situación. No es cierto que el TDAH conlleve un
comportamiento delictivo en la adolescencia ni el consumo de drogas, algo que sí
podría favorecer el rechazo continuado por parte de los demás al percibir el
comportamiento de los niños y adolescentes con TDAH como algo que hacen “a
propósito”, “por molestar”, etc… en lugar de entenderlo como el trastorno que
realmente es y, de ese modo, prestarle la ayuda necesaria.
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- Problemas de autoconcepto y autoestima: Los alumnos con TDAH muestran baja
autoestima y autoconcepto, algo que resulta evidente si tenemos en cuenta que han
sido niños “difíciles” para los demás y que muchas veces más que tratar de enseñarles
que un determinado comportamiento que han tenido no es adecuado, se juzga a toda
su persona.
- Problemas emocionales: El niño con TDAH presenta problemas emocionales que
se manifiestan en ansiedad y estrés. No debemos olvidar que, la mayor parte del
tiempo, están sometidos a demandas, de la escuela, familia,… que por las propias
características del trastorno que padecen no pueden llevar a cabo sin la ayudad
adecuada.
2. DIAGNÓSTICO DE LA HIPERACTIVIDAD
Criterios para el diagnóstico de TDAH según el DSM-IV (el DSM-IV es un sistema
taxonómico de análisis y diagnóstico de trastornos, según el criterio de la APA –
Asociación Americana de Psicología-Psiquiatría).
A) 1 ó 2
1. Seis o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos
durante seis meses con una intensidad que es incoherente con el nivel de desarrollo:
- Desatención:
a) Con frecuencia no presta atención suficiente a los detalles o comete errores por
descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
b) Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en actividades de
carácter lúdico.
c) Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d) Con frecuencia no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares.
e) Con frecuencia tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
f) Con frecuencia evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que
requieren esfuerzo mental sostenido.
g) Con frecuencia pierde objetos necesarios para tareas o actividades.
h) Con frecuencia se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
i) Con frecuencia es descuidado en las actividades diarias.
2. Cinco o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han
persistido por lo menos durante seis meses con una intensidad que es incoherente en
relación con el nivel de desarrollo:
- Hiperactividad:
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a) Con frecuencia mueve en exceso manos, pies, o se mueve en su asiento.
b) Con frecuencia abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se
espera que permanezca sentado.
c) Con frecuencia corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado
hacerlo.
d) Con frecuencia tiene dificultades para jugar o dedicarse a actividades de ocio.
e) Con frecuencia habla en exceso.
- Impulsividad:
a) Con frecuencia precipita respuestas antes de haber sido completadas las
preguntas.
b) Con frecuencia tiene dificultades para guardar turno.
c) Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros.
B) Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban
alteraciones estaban presentes antes de los siete años de edad.
C) Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o en
más ambientes.
D) Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la
actividad social, académica o laboral.
E) Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno
generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explica
mejor por la presencia de otro trastorno mental.
3. COMORBILIDAD
Los síntomas principales de este trastorno son la inatención, la hiperactividad y la
impulsividad, pero también hemos puesto de manifiesto la presencia de otros síntomas
que aparecen en la mayor parte de los casos como son la rigidez cognitiva, la
intolerancia a la frustración, la falta de planificación, etc.; no son las únicas
manifestaciones, y se asocian con situaciones comórbidas diferentes en función del
subtipo y de la edad del niño y se pueden agravar en la adolescencia si no recibe la
ayuda adecuada. Cuanto más temprana sea esta ayuda mayor probabilidad de un
buen pronóstico.
Un número elevado de niños con TDAH presentan un trastorno añadido y un
porcentaje menor, pero no por ello poco significativo, presentan hasta dos diagnósticos
comórbidos. La comorbilidad del TDAH incluye el Síndrome de Tourette, trastornos
depresivos, trastornos de conducta, trastornos por ansiedad y diversos trastornos del
aprendizaje.
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El subtipo inatento es el que deja más secuelas en la etapa adolescente sobre el
aprendizaje, aunque esto está muy influenciado por la precocidad del diagnóstico y
una adecuada intervención terapéutica. Es frecuente que presenten trastornos
depresivos puesto que es frecuente que tengan una larga historia de fracaso escolar a
pesar de sus esfuerzos, y presenten importantes lagunas de aprendizaje. Todo ello
influye negativamente en su autoestima y estado de ánimo.
En el subtipo combinado, las secuelas más importantes suelen ser conductuales y
frecuentemente se asocian con agresividad, conductas disociales, rechazo en el aula o
el grupo de amigos y trastorno negativista desafiante.
Por la frecuencia con la que aparecen asociados con TDAH, analizaremos un poco
más detenidamente algunos de estos trastornos:
• Trastorno negativista desafiante
Se define como un patrón de comportamiento hostil y desafiante que acarrea un
deterioro en la vida social y académica y sin que responda a un trastorno del ánimo o
psicótico. El adolescente con este trastorno se identifica de forma precoz por su
tendencia a manipular y por los problemas de disrupción familiar que suele crear.
Tiende a ponerse furioso, a tener rabietas y discutir. Molestan con frecuencia a los
otros y se muestran hostiles, desconfiados y desafiantes. Estos niños y adolescentes
presentan síntomas relacionados con la ira, pero al contrario que los niños con TDAH
la oposición y la cólera no comportan impulsividad. La ira suele dirigirse a los padres y
profesores y, en un grado menor, a los compañeros. Es muy habitual que estos
comportamientos se agraven al recibir mensajes negativos de forma continuada de su
familia o de los profesores.
• Trastorno disocial
El trastorno disocial (TD) implica violaciones de los derechos personales y las
normas sociales. Tienen conductas agresivas que provocan daño físico a otros y, es
frecuente que provoquen daños en propiedades ajenas, robos, huidas de casa, etc.
• Trastorno de Tourette
El síndrome de Tourette consiste en la presencia de tics motores múltiples y/o
vocales de inicio antes de los 18 años, de presentación diaria o casi diaria en brotes,
tras descartar la ingesta de sustancias o la presencia de una enfermedad sistémica
• Trastornos depresivos y por ansiedad
Estos trastornos pasan desapercibidos para los padres, sobre todo cuando los
síntomas aparecen asociados o de forma comórbida con problemas de conducta o
aprendizaje. Los síntomas depresivos aparecen alrededor de la adolescencia y se
caracterizan con más frecuencia por la falta de autoestima, ánimo abatido, irritabilidad,
falta de concentración, somatizaciones y problemas de sueño.
Los trastornos de ansiedad han sido considerados como los trastornos psiquiátricos
más frecuentes en la edad infantil y existe un gran solapamiento con el TDAH y con el
resto de los trastornos que hemos mencionado. El adolescente ansioso muestra un
constante estado de preocupación por la propia salud y la de los demás, aprensión,
fatiga, problemas de concentración, tensión muscular y trastorno del sueño.
4. TRATAMIENTO DEL TDAH
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En la actualidad se sabe que la correcta intervención con personas que padecen
TDAH implica un tratamiento multidisciplinar que incluya:
- Tratamiento psicológico.
- Tratamiento médico.
- Tratamiento psicopedagógico.
• TRATAMIENTO PSICOLÓGICO
La vida puede ser muy difícil para niños con el trastorno de déficit de atención.
Ellos son los que a menudo tienen problemas en casa, en la escuela, no pueden
terminar un juego y pierden amistades. No es fácil hacer frente a esas frustraciones
día tras día.
Algunos niños liberan su frustración actuando de manera contraria, iniciando
peleas, etc. Otros, centran su frustración en dolencias del cuerpo, tal como el niño que
tiene dolor de estómago todos los días antes de ir a la escuela. Otros mantienen sus
necesidades y temores adentro, para sí mismos, para que nadie pueda ver lo mal que
se sienten.
Es muy difícil ser padre, profesor, hermano o compañero de clase de un niño con
TDAH, ya que suele perder juguetes, coge rabietas, está lleno de actividades
descontroladas, no escucha instrucciones, etc.
Los padres a menudo se sienten impotentes y sin recursos. Los métodos habituales de
disciplina, tales como razonamiento y reto no funcionan con estos niños porque el
niño, en realidad, no elige actuar de esta manera. Es sólo que su autodominio va y
viene. A raíz de esta frustración los padres pueden llegar a gritarles, ridiculizarles e
incluso pegarles, lo que hace que todos queden más alterados después. Por todo ello,
es muy frecuente que se sientan culpables por no ser mejores padres.
La intervención psicológica debe estar dirigida tanto al niño que padece TDAH
como a sus padres y profesores. Sobre el niño para que aprenda estrategias de
autocontrol y sobre los padres y profesores para facilitarles información correcta del
trastorno que padece su hijo o alumno y, a la vez, posibilitar que mejore la
comunicación con el niño.
El terapeuta deberá:
- Orientar a los padres acerca del trastorno que padece su hijo.
- Darles pautas de conducta y actuación con su hijo.
- Reeducar las dificultades de aprendizaje asociadas.
- Entrenarle en la resolución de problemas.
- Entrenarle en habilidades sociales.
- Entrenarle en técnicas de relajación.
• TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
El tratamiento farmacológico va dirigido a paliar los síntomas básicos del trastorno.
Los medicamentos más eficazmente utilizados son los estimulantes. El principal
fármaco que se utiliza es el metilfenidato. Esta sustancia química se comercializa con
distintos nombres en diferentes países.
• TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO
La intervención psicopedagógica va dirigida a mejorar las habilidades académicas
del niño y su comportamiento mientras estudia o hace los deberes así como que
adquiera un hábito de estudio que no tiene dadas sus dificultades.
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Hay personas que aún teniendo características de déficit de atención y/o
impulsividad/hiperactividad han aprendido estrategias para manejarse en su vida
social, académica, familiar y personal y no requieren tratamiento, pues están
perfectamente adaptadas a su entorno.
5. DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
Es muy frecuente que los niños con TDAH muestren un rendimiento académico
bajo, inferior al correspondiente a su edad. El TDAH suele ir asociado a dificultades de
aprendizaje, especialmente en lectura, escritura, cálculo y matemáticas.
• DIFICULTADES EN LA LECTURA
Entre los errores más frecuentes en la lectura, nos encontramos:
- Omisiones: pueden ser de una letra, cuando el niño no produce el fonema
correspondiente a una letra que está presente, es decir se “olvida” de leer una letra.
También puede ser omisión de sílabas o de palabras.
- Sustituciones: el niño produce un fonema diferente al que realmente corresponde
a la letra codificada
- Adiciones: el niño añade un fonema o sílaba a la palabra original. A veces, esto
puede dar lugar a que se codifique una nueva palabra.
- Dificultad ante algunos grupos consonánticos: principalmente tr/bl/pr
- Comprensión lectora deficiente: la capacidad lectora constituye una capacidad
compleja que puede separarse en comprensión del significado de las palabras,
comprensión de las proposiciones vehiculadas por las frases, comprensión de párrafos
y comprensión de textos propiamente dicha.
- Desmotivación ante la lectura: Los niños con TDAH se encuentran desmotivados
hacia la lectura ya que las dificultades que conlleva, hace con frecuencia que se
frustren y/o fatiguen sin lograr buenos resultados.
- Pérdida ante la lectura. Algunas estrategias:
1) Entrenamiento de la lectura de palabras que contengan los grupos
consonánticos que le suponen mayor dificultad.
2) Lectura compartida, tanto con el educador como con otros niños.
3) Metrónomo para evitar el silabeo o la precipitación.
4) Entrenamiento en lectura cronometrada para aumentar la velocidad.
5) Acuerdos previos. Por ejemplo, saber previamente que va a leer.
• DIFICULTADES EN LA ESCRITURA
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A menudo el niño con TDAH comete los siguientes errores:
- Unión de palabras: dos o más palabras se escriben juntas como si fuesen una
sola, por ejemplo, “micasa” por “mi casa”.
- Adición de letras: se introduce una letra que no pertenece a dicha palabra, por
ejemplo, “vol-e-vere” en lugar de”volveré”.
- Fragmentaciones: se usa esta denominación para el caso en que una palabra se
escribe como si fuera dos o más; por ejemplo, “después” en lugar “de después”.
- Omisión de letras, sílabas o palabras.
- Sustitución de letras, sílabas o palabras.
- Repetición o rectificación de sílabas o palabras.
- Caligrafía pobre y desorganizada: puede deberse a falta de atención, demasiada
rapidez, despistes, descuido a causa de la impulsividad, etc.
- Mayor número de faltas ortográficas: se debe a su falta de atención y las
dificultades a la hora de memorizar y automatizar las reglas ortográficas.
Algunas estrategias:
1) Deletreo, se trata de que el niño deletree cada una de las letras de la palabra o
palabras que acaba de escribir para que pueda apreciar si ha omitido alguna letra,
añadido alguna que no pertenece a la palabra, etc.
2) Palabras bien escritas, se trata de reforzar al niño por aquellas palabras que ha
escrito correctamente y practicar solamente los errores.
3) Trabajar vocabulario, sobre todo de palabras de uso frecuente para disminuir sus
limitaciones a la hora de comunicarse.
• DIFICULTADES EN MATEMÁTICAS
- Pobre comprensión de los conceptos enunciados.
- Errores por descuido a la hora de aplicar el signo.
- Dificultad de abstracción de conceptos matemáticos.
No suelen tener tantas dificultades cuando se trata de cálculos matemáticos
mecánicos. Presentan una dificultad mayor cuando se trata de pasar del pensamiento
concreto al abstracto. Cometen errores en los problemas porque, a causa de su
impulsividad, leen muy rápidamente la información y pierden datos relevantes para su
comprensión.
Algunas estrategias:
1. Auto instrucciones ante los enunciados de los problemas, de modo que el niño
adquiera un esquema interno que le proporcione los pasos a seguir.
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2. Cada signo tiene su color, para reducir los fallos por despistes con los signos,
por ejemplo, sumar en verde, restar en rojo, etc.
3. Manipulación del material o representación gráfica de los datos, representando
gráficamente los problemas matemáticos, mediante el dibujo.
4. Entrenamiento en cálculo mental, con operaciones muy simples para ir
eliminando el hábito de usar los dedos.
5. Representación mental de los números. Siendo capaz de visualizar cerrando los
ojos los números del 1 al 5 como si fueran palitos de tal modo que al realizar una
operación de cálculo al número mayor le sume o reste los palitos del número menor.
Es importante, por lo tanto, no perder de vista tres aspectos:
- Cuidar su autoestima: para lo cual recurriremos, a la menor ocasión, al refuerzo
positivo y constante; evitando el exceso de crítica; ayudarlo académicamente
empezando por aquello que le resulte más sencillo; evitar compararlo con otro;
hablarle sin chillar, etc.
- Organizarle sus tareas y actividades: necesita que se le ayude a planificar, a
organizar, a estructurar los contenidos, supervisando su trabajo. Ayudarlo a conseguir
hábitos y rutinas deseables.
- Ayudarlo a su auto control: enseñándole técnicas de relajación, a darse auto
instrucciones. Además cuidando algunos aspectos dentro del aula como sentarlo cerca
del profesor; procurando que sus compañeros sean niños tranquilos, cambiando con
cierta frecuencia de compañeros para evitar el cansancio de éstos; nombrándolo
ayudante, para hacer pequeños encargos que lo mantengan ocupado en algo útil,
favoreciendo su participación sobre todo en aquellas actividades que supongan algún
tipo de movimiento físico.
6. ¿QUÉ HACER EN CLASE?
El profesor deberá:
- Ser un profesor que comprenda y asimile el trastorno del niño, que se informe
sobre él.
- Sentarle en el lugar adecuado, lejos de estímulos, enfrente de él, entre niños
tranquilos.
- Darle órdenes simples y breves. Establecer contacto visual con el niño.
- Darle encargos una vez que haya realizado el anterior, no permitir que deje las
cosas a medio hacer.
- No se le puede exigir todo a la vez, se debe desmenuzar la conducta que
modificar en pequeños pasos y reforzar cada uno de ellos.
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- Intercambiar el trabajo de pupitre con otras actividades, como encargarse de los
recados, de recoger,… que le permitan levantarse y moverse un poco.
- Enseñarle y obligarle a mantener el orden en su mesa.
- Posiblemente habrá que darle más tiempo en los exámenes y/o hacérselos orales.
- Darle ánimos continuamente, una sonrisa, una palmadita en la espalda, etc., ante
cualquier esfuerzo que presenta, por pequeño que sea. Premiar las conductas
positivas.
- Evitar humillarle o contestarle en los mismos términos. Evitar insistir siempre en
lo que hace mal.
- Tener entrevistas frecuentes con los padres para seguir su evolución.
7. MODIFICACIÓN DE CONDUCTAS
Una manera que resulta bastante efectiva para modificar las conductas
inadecuadas es el uso de estrategias y técnicas, como pueden ser:
- Premios: para un niño un premio es algo agradable que desea conseguir, de
modo que hará lo posible por conseguirlo. Debe ser algo que el niño quiere y que tiene
ganas de conseguir.
- Castigos: implican privar al niño de algo que le agrada o forzarle a hacer algo
desagradable. Puede resultar eficaz a veces, pero no siempre elimina las conductas
inapropiadas del niño hiperactivo. El castigo puede ser útil para controlar ciertas
conductas temporales, pero a largo plazo carece de eficacia.
Si la conducta es indeseable el castigo más eficaz es ignorarla. Siempre y cuando
la conducta no sea peligrosa. Lo más aconsejable es que el tiempo transcurrido entre
la conducta y el premio o castigo sea breve para asegurar su eficacia.
- Tiempo fuera: consiste en aislar al niño en un lugar carente de estímulos durante
un periodo, después de que se dé una determinada conducta que queremos reducir. (
- Economía de fichas: esta técnica consiste en dar puntos positivos en función de si
se cumple cierta conducta. El número total de puntos se canjea por distintos premios.
La lista con las conductas objetivo tiene que estar a la lista del niño, así como los
puntos conseguidos. Esta técnica es recomendada ara niños entre 3 y 12 años.
El orientador del centro es el encargado para la atención de estos alumnos.
Muchas veces será la persona que mayor distancia puede mantener y así poder
supervisar tanto la labor de los profesores como asesorar a los padres para que
consigan un ambiente familiar estable, organizado y reflexivo. Estos niños tienen una
gran facilidad ara activarse y una gran dificultad para inhibirse o controlarse.
En general, estos niños sólo necesitan que seamos conscientes de sus dificultades
y limitaciones, que conozcamos la sintomatología que hemos descrito hasta este
momento, y que sus dificultades y sus comportamientos no son así “porque quieren”
sino “porque no pueden” hacerlo de otro modo, y es responsabilidad de los adultos con
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los que comparten su vida, padres, profesores, terapeutas, etc., el prestarle las ayudas
necesarias para fomentar su calidad de vida y ayudarles a que se adapten a su medio
social de la mejor forma posible así poder desarrollar sus capacidades.
La integración en su grupo clase es fundamental y debemos fomentarla. El grupo
clase debe conocer los motivos que tiene de comportarse ese compañero/a para
evitar, además, una conducta imitativa. Ayudarlos a aceptarlo, con tolerancia, pero sin
permisividad, evitando gritos y protestas que irritan especialmente los hiperactivos.
Procurar que en los trabajos de grupo no sea muy extenso el grupo que le
corresponda al alumno hiperactivo; trabajar valores y conductas, siempre, y más aún
en Secundaría: el valor de la paciencia, las habilidades sociales; saber guardar el
turno; la inteligencia emocional. Todas aquellas dinámicas que permitan escenificar y
reflexionar sobre acontecimientos. En definitiva ayudar a reflexionar sobre su
diversidad –singularidad.
8. BIBLIOGRAFÍA
- Barkley R. A. Niños hiperactivos. Cómo comprender y atender a sus necesidades
especiales. Barcelona: Paidós /Guía para padres, 2002.
- Brown T. Trastornos por déficit de atención y comorbilidades en niños, adolescentes
y adultos. Barcelona: Masson, 2003.
- Hallowell M., Edward & Ratey J., John J. TDA. Controlando la hiperactividad. Ed.
Paidós 2001.
- Orlales Villar I. Déficit de atención con hiperactividad. Madrid: Cepe, 1998.
- Riart Vendrell J. Manual de tutoría y orientación en la diversidad. Pirámide, 2007.
- Rief S. R. Cómo tratar y enseñar al niño con problemas de atención e hiperactividad.
Ed. Paidós 2004.
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