ECOS DEL DÍA El bloqueo de las costas de Cuba.

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17.251
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La correspondencia de Administr^óa, á D . I ^ m daeo Boronat.
LA
ÁDMINISTEAOIÓN: CALLE DE LA LIBERTAD, II
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N» se devaelven los orii^maie».
Redacción y Administración: Liberta4« I I
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LÁ GUERRA Y LAS FIU PINAS
La opinión en el extranjero no se da cuenta de la
actitud de nuestras Cortes, ni del giro y tendencia
de sus debates con motivo de la guerra pendiente;
no acierta á explicarse la subdivisión de aquéllas en
tantos grupos, de carácter meramente personal, cadia
uno de los cuales se juzga con derecho á sostener
un parecer distinto, surgiendo de aqui en cada asunto lo que hemos convenido en llamar «álbum parlamentario;» en suma, entienden en el extranjero, según sus diarios, que las Cortes españolas, descontada la concesión de recursos al Gobierno, no están á
la altura de la nación niá la de las circunstancias
queésta|atraviesa.
Otro tanto sucede aquí, donde los discursos parlamentarios ofrecen muy corto interés. Depende esto
en parte, y según nuestra observación personal, de
que los debates sobre la guerra extranjera y sus incidentes no han sido planteados en su terreno propio. Si se quería llegar á eso y depurar responsabilidades, el terreno mejor era el que ofrecía la publicación del Libro rojo español; en él constan la mayor parte de los documentos que precedieron, á la
guerra y están planteadas las principales cQestióneá
que la misma suscitó.
Comprendemos que se prescindiera de esa base
del Libro rojo, de haberse adoptado la políüeai del
silencio respecto de las causas y del carácter de la
lucha exterior; pero no habiéndose hecho aá, y suscitándose todos los días esa indagación en el Congreso, en forma incidental, por oradores coíi escasa
autoridad (exceptuamos, por supuesto, á los generales Primo de Rivera y Lachambre, con otros) no
diestros en la táctica parlamentaria y sin otra representación más que la propia, un debate tan notoriamente irregular no podía ni puede dar resultados.
Sucede que no acaba de desenvolverse el tal debate episódico, que gira siempre sobre el desastre en
la bahía de Manila y el pacto de Biacnabató, pues
los oradores, en busca siempre de responsabilidades
personales, no toman en cuenta los hechos más importantes, cuales son la guerra extranjera y su acción para resucitar la insurrección tagala, el influjo
de ssa misma insurrección en los recursos y en las
energías que pudieron ser aplicados á las defensas
terrestres y marítimas, y otros hechos de capital
interés.
La intervención de persona tan caracterizada y
competente como el general Lachambre dio ayer al
debate pendiente sobre la interpelación del Sr. Uriá
algún calor y novedad. Conformes estamos con el
orador militar en que al Ejército y á la nación no
incumbe responsabilidad alguna en lo que sucede en
el archipiélago, pues sólo alabanzas merecen su actitud y levantado espíritu; acaso también mejor hubiese sido enviar allá 20 batallones, siempre que eso
fuese absolutamente preciso y que no alarmara en
España y en el extranjero, porque, desgraciadamente, la insurrección filipina coincidía con otra ¡IÚD
más peligrosa en la grande Antilla; en cambio, juzgamos poco viable y de escasa utilidad la información parlamentaria sobre ios hechos de la guerra en
el archipiélago asiático que el general Lachambre,
siguiendo á su ilustrado colega el general Aznar,
admitía, apartándose del medio del juicio de residencia propuesto por el Sr. Uria, porque, en rigor,
tal información es lo que est-á practicando el Congreso, y ya se ve que sin criterio ni método ni posible
resultado.
En ninguno de los juicios emitidos acerca de la
deirota de nuestra escuadra hemos visto mencionada la resolución única aplicable eri 1." de Mayo, eii
vista de que el Gobierno central, no preparatro á lá
guerra, no había podido if había omitido reforzar
aquélla. Esa solución, recordada por diarios técnicos extraitjeros, consistía en haber desarmado la primera, empleando sus cañones (como se hizo, en parte, con los del Castilla) y sus artilleros y marinos
en fortificar la isla del Corregidor y los i^lotéá^del
Fraile y Punta Restinga, así como las bateríais de Manila. El espíritu militar de nuestros marinos contribuyó, sin duda, á que tal resolución no se aceptara.
De todos modos, parrée evidente que cuando al cabo
de mes y medio no hay noticia alguna del juicio á
que, conforme á la ley militar, habrá sido sometido
«1 almirante Montojo, las iftformaeiones parlamentlkrias, los juicios de residencia y las responsabilidades atrasadas y de vago carácter que se piden en el
Congreso, prosiguiendo la minoría republicana la
tarea emprendida por diputados sueltos, cjuedárán
reducidas á lo que realmente son: medios de oposición al Gobierno y tentativas para agitar y conmover á las masas populares.
De las censuras que, siguiendo á la prensa extraoiera y vista la, esteriliíJad y poco levantadp nivel de
la l^islatura, dirigimos á las actuales Cortea, es de
precisa justicia exceptuar á la minoría de unión cour
servadora. El apoyo que ella presta al GfOtíiernQ liberal, como representante que es el úítlrao de í i nación y del honor é. intereses nacionales en plena
guerra exterior, es constante y efectivo, aunque no
ciego.
No contenta dicha miqoría con votar las leyes de
fecursos ó de autorizaciones, ilustra al Gobierno con
sus dictámenes y propone verdaderas mejoras de \os,
proyectos.
Al propio tiempo, como se vio ayer en el discurso
de D. Francisco Silvela en el débate sobre la enmienda del republicano Sr. Ballesteros, relativa al
servicio militai- obligatorio, la minoría que aquél tan
acertadamente preside muéstrase con espíritu verdaderamente moderno, dispuesta á admitir lo que
encierra gran fondo de justicia, como dicho servicio
obligatorio (no ya la instrucción militar generalizada, como sucedía antes), lo que la opinión pública,
eon motivo de las guerras coloniales, ha mucho
tiempo que está reclamando.
Partido de Gobierno la unión conservadora, hace
posible el gobernar apoyando al primero en lo que es
nacional, excitándole á la acción y á la previsión,
mejorando sus planes tínancieros; partido compatible
00(1 el verdadera progreso, atiende al porvenir, pensan lo en la organización del ejército colonial cuando
la paz se restablezca, y admitiendo con absoluta
buena fe las reformas de carácter popu ar en pro de
las cuales militan la conveniencia pública y la ju&^
ticla.
ECOS DEL DÍA
Excelente impresión produjo ayer en el Congreso
el discurso del Sr. Silvela acerca del servicio militar obligatorio. Como verán nuestros lectores, pues
lo publicamos aparte, contiene dicho discurso declaraciones muy Importantes, cuales son la de la necesidad de implantar dellnltlvamente esa reforma y la
de aplicar el principio progresivo á la tasa que deba
exigirse en los casos en que no pueda prestarse útilmente aquel servicio.
ÍSí 3r, Silvela recordó oportuiuHnente el proyecto
de servicio militar obligatorio del general Azcárraga, que es uno de los pi-ecedentes que deben tenerse
en cuenta en este asunto, y que demuestra que los
conservadores no han sido ni son contrarios á la citada reforma.
"
Despachos telegráficos.
(DKL
8BBVI0I0 PABTIOULAS DH «LA. ÉPOOA»)
Viaje del geoeral ChiaehUla.
14 (9,40 noehe).—En el expreso de esta
tarde tm salido para Madrid el general Chinchitla.
Le hall despedido en la estación comisiones de todos los centros y las familias más distinguidas 4e
S&villa.
Acompañan al general si» distinguida señora y sus
ayudantes.—?'.
La suscripción de la cendüisa de Casa-Valeneia.
LONDBBS 14.—La suscripción iniciada por la señora
condesa de Casa-Valencia para las viudas, huér&nos y
heridos déla guerra, aumenta QonMderabiemejaíe.
De las cantidades que ha recibido, ha enviado ya la
condesa & Madrid por la oasa deBaiief, ^ 0 0 0 peseta».
El 25 de este mes, destinando el producto al mismo
benéfico objeto, dará la condesa de Casa-Valeucia un
gran concierto, en el que tomará» parte los artistas españoles Sres. Arbós, Rubio y Guetary, y también Baldelli, que va expresamente de París para ese día, y la
Thena^d y la Marcheá, que han escrito con ese motivo cartas, manifestando sus simpatías por España. SjEént Saeas.se ha ofreddo también espont&aeameata & tomar parte ea el concierto.—^fe««<«4.
SB^M»*-
LA MAÑANA POLÍTICA
lios mlDiatroB en Palada.
Con S» M. ha despachado boy, además del presidente del Consejo, el ministro de la Guerra.
Poco tiempo permanecieron en la regia estancia,
reuniéndose después ambos consejeros con el ministro de Estado en la secretarla de este departamento.
Al salir manifestó el presidente del Gobierno que
la reunión había tenido por objeto principal ocuparse del Incidente surgido con ocasión de la estancia
de los gres Du Bosc y Carranza en el Canadá.
Inglaterra, aunque veladamente y con gran cortesía, ha hecho indicaciones á España para que diese
orden á ambos señores de abandonar el territorio
del dominio.
España las ha resistido, pues no hay ningún precepto legal en que pueda fundamentar.«e esta pretensión de Inglaterra; pero esta nación ha vuelt» á relterac-su deseo, y en vista de ello,,el Gobierno i)rdünará á los Sres. Du Bosc y Carranza que abandonen
el territorio del Canadá.
No oculta el Gobierno su contrariedad por esto.
Respecto á las noticias que la prensa extranjera
publica relatando con gran lujo de detalles el desembarco de los yanftees en Guantánamo'y combates
acaecidos en este punto, el Sr. Sagasta se manlliesta
muy sorprendido, pues las autoridades de Cuba no
han dado ninguna noticia que lo contlrme. Se ha telegrafiado al general Linares para que sin pérdida
de tiempo dé noticias respecto á ello.
Ocupándose de la cuestión parlamentaria, manifestónos el jefe del Gobierno que estaba resuelto á
que no se interrumpiese la discusión de los presupuestos.
Claro es que no puede impedirse que la iniciativa
parlamentarla entorpezca la discusión de los presupuestos por medio de proposiciones Incidentales;
pero el Gobierno lo Impedirá en cuanto de él dependa.
También, según el Sr. Sagasta, se ocuparon los
ministros del telegratai'del general Blanco, en que
da cuenta de las proposiciones que se le han hecho
para canjear los prisioneros del Uerrimac.
Sobre
esto no recayó acuerdo.
Por otra parte, Cervera marchó á Santiago de Cuba
con el Colón, tres trasatlánticos, con chimeneas postizas para que se parecié^n á los tres cruceros, y dos
desifoyers, y al entrar cop estas fuerzas en aquella
bahía «dio el gran camelo» al mundo todo.
Bl Cotón salió del pueito cuando la escuadra norteanáericana atacó por primera vez los fuertes qi^e defienden aquella entrada para que siguiera rodando
la bola.
Pero no hay que creer otra cosa. La escuadra., la
verdadera encuadra, no está allí, y él bueno deDewev podrá convencerse de ello dentro de pocos días.
Más aún. Él arzobispo de Manila ha abandonado
esta ciudad porque comprendió que hacía más falta
en otra parte. Ha ido á China para coa)prar tres acorazados, que ya están adquiridos; y que se unirán en
breve á los tres cruceros oe Bilbao.
(íiO que PQdijo «nuestro h<imbre» es si estos acorazados ex-chinos serán tripulados por frailes.)
Por último, la escuadra alemana que se ha reunido en la bahía de Manila, al mando del Príncipe Enrique, dará también á 1°* americanos una sorpresa
bien desagradable. Posible es que cuando lleguen
allí nuestros buques ya eütén ^ajo el agua los del almirañíéDewey.
Y... no añado más, dijo finalmente el perspicaz político, dando nueva intención á sus palabras con cierta enigmática sonrisa.
La leyenda, como se ve^ es interesante. Lástima
grande que no sea verdad tanta belleza, y lástima
grande también que estos fantásticos entretenimientos sirvan á la postre para que una parte de la o]^nión se extravíe, y séllame luego á engaño, cuando
en realidad no ha habido motivo para ello.
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j ipa I — — — ^
.
EL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO
DISCURSO DEL SEÑOR SILVELA
Por la importancia de las manifestaciones que
ayer tarde hizo en el Congreso el Sr. Silvela, á oontlmiación reproducimos integro dijiho discurso, que
contiene el pensamiento del partid» liberal conservador en asunto de tanto Interés como el del servicio
militar.
«Brevísimas pal£|bras para explicar el voto de la
minoría que tengo la honra de dirigir en este Parlamento.
Nosotros vamos & votar con el Gobierno; pero el partido conservador entiende, como han manifestado
aquí la mayor ^artí ó todos los oradoras que han hecho usO do la palabra, que el servicio militar obligatorio es una reforma que se impone, por principios,
por movimiento social y por convicciones de tal índole, que es verdaderamente urgente su resolución en
el sentido de hacer que la carga y el.honor de la defefisa da la patria pí)r las armas sea universal é igual |
para todos los ciudadanos.
Nosotros entendamos que ésta no puede ni debe ser
cuestión de partido; pero creemos que es una de las
instituciones más profundamente conservadoras que
se pueden implantar en un país, ala par que es una
délas soluciones más justas qjié en el desenvolvimiento de las ideas, en la representación que todos los
intereses toman en las íasrzas sociales, en la democratización de todo nuestro sistema de Gobierno, se
impone como una necesidad, necesidad que nosotros
creemos parfeetamento compatible con los intereses
conservadores de la sociedad, y necesidad que créeme»
que es más qne esto, que es una deféns^ y una garantía para esos interese» Conservadores, que sería
una locura resistir y á la cuai es precisQ con urgencia atender.
Pero qpa reforma de esta índple, de las más prf)fundas que sé pueden' introducir en la vida de ún
país, claro está.V ya se ha dicho aquí por al Sr. Ssmz
y por la mayor parte de los que han hecho uso de ja
palabVa, no tiene su íugar debido en una enmienda
al presupuesto. Es de ^ 1 manjsra eon^pleja, que necesita ún estudio detenido y una ley espéctáíj ¿Jlá re
presenta, élláes lá base de toda la organización militar del país; ella exige, como complemento iiidispensable, la constitución (|e un ejército colonial preparado para empresas lianas, á las cuales ixo sé pueaen llevar los elementos ordinarios y universales de i
defensa del país; ejército colonial 6n el cual puedan
encontrar satisfacción natural muishos elementos populares, qué acuden al servicio dej^s armas, por Ip
que puede ser éste un eletnénto ó un medió de evitar
emigíiácioñél, y de que'eñ el ejército colonialy en su
organización puedan ancontrar la satisfacdón de sus
deseos y necesidades.
Esa reforma tiene que ir acompañada de una tasa
militar, como la establecida en Italia y en Francia,
tasa que significad! coiÁ:urs0 al sostáiirhiento de la
patáa por las armas aun de aquellos que no pueden
Nada tuvo de extraño, que, durante dos ó tres días, prestarla útilmente sus servicios por exenciones físise diera por verosímil la noticia de que el Terror ha- cas Ó por cualquiera otra razón; ella exige que esa
bía sido echado k pique por algunos buques de la es- tasa militar, que no es iapóiñpatible con el servicip
miliar obligatorio, sino que dabe ser su complemeijcuadra norteamericana.
Tal era el lujo de pormenores coa que la npticia b , tenga uh carácter grandemente progresivp; porhabla sido transmitida, y tan Crecido eí numeró de que en las contribuciones deesa índole es en las que
importantes periódicos extranjeros que la h^bíftn él principió progresivo está qaás encomendado por la
razón y por 1^ justicia; y ella, «obre todo, demanda, y
acogido sin reservas.
Hay que confesarlo. Los reporten yanketi tienen respecto de este particular "no debemos hacernos iluun talento inventivo verdaderamente notable, f'ero siones, una gi^n reforma en todas las instituciones
no les van á la zaga algunas imaginaciones madnle- íidmipistrativas del país; pomué, es claro, ya lo eomprender^p los señores dipiitailos, que la declaración
ñaSi Hay que reconoceíto también.
'
Los telegramas oflciates se encargan ríe ir escri- del servicio general obligatorio representa una modi
biendo la historia de las operaciones. Y al miátao ^cacipp en nuestro sistpma de administrar y aun de
tiempo la leyenda corc^ & cargo de ciertas fantasías go|>ernar el país, proft^da, radical, sin |fi cual la
mera proclamación de ese principio en lá ley sería un
meridionales.
y una burla más que se añadiría á las muHe aquí, én prueba de lo que decimos, la leyenda sarcasmo
chas
que
áp4?°
esparcidas pof nuestras leyes
que ha corrido por Mad.rid estos días. Esta tarde la
cootaba en Un círculo político una persona dé cierta
Las insiituciqnes militares {ion la representación de
importancia, y forzoso »8 recono-íer que si todo lo que la fuer^ social del país; en nada se observa tanto
decía era falso, la trabasen de los hechos no carecía como en la institución militar la resultancia de' todas
alguna vez de cierta lógica.
la9 demás instituciones del país; no es p( sible tener
Macho nos engañaremos si esto que vamos á repe- instituciones militares or|;añizadas y perfectas sino
tir, y cuya falsedad nos consta, no es transmitido sobre la base de instituclonea económicas, políticas y
como artículo de fe poi* algunos corresponsales yan- administrativas, también muy disciplinadas y muy
concretas; y clarees que si el sistema del servicio miheu.
—¿Dónde está la escuadra? Una vez más hemos con- litar general obligatorio ha de ser una verdad en
seguiílo engañar á los horteamuricaaos. El grueso de , nuestro país, eso requiere un progreso en nuestra
la escuadra que salió de Cabo Verde no está en Cuba. disc plina social, del cual creio que desgraciadamente
Esti llegando á Filipinas. Dentro de pocos días se re- estarnos algo lejos todavía; y si alguna duda tuviera
cibirá la naticia de que ha entrado felizmente «n la de ello, realmente, las impresiones de la sesión del
bahía de Manila y ha destruido la nota del almirante día da hoy no bastarían á.désvanecerla.
Devrey.
Pero no nos extendamos en episodios ni incidentes
¿Cómo se ha llevado á cabo este nuevo movimiento ajenos á la cuestión del momento y á lo que ha motiestraitégisco? Pues de la siguiente manera. En Cura- vado que yo use de la palabra. Lo que queremos hacao, dofide se reportó la escuadra da carbón y de ví- cocjonstar es, en primer término, que el partido converes, tuvo noticia? el almirante Cervera que le servador desea ir rápidamente al servicio militar obliconvencieron de la fíilta que hacía en Filipinas la gatorio; no queremos tampoco que se olvide que del
mayor parte de sus baques y de lo inútil que sería, partido conservador nació la ley presentada por el general Azcárrjiga, en la cusí el principio del servicio
por lo pronto, en aguas de Cuba.
Oomunieó desde allí con el Gobierno, y pronto militar obligatorio se consagraba de una manera
quedó aeordadoel nuevo plan. Y el Vizcaya, el Oguen- completa, para lo cual se reclamó el concurso de todos
do y el María Teresa, mandados por el segundo jHfe los partidos que contribuyeron á formar parte de
de la escuadra, capitán dé navio de primera, Sr. Pa- aquella comisión, no queriendo que aquello fuese de
rejo, saMaroB para Filipinas, yendo á pasar por el es- manera alguna cuestión do partido, sino cuestión
verdaderamente nacional, á la cual concurriesen totrecho de líagirilaBes.
. . .
(Claró está que para quien afirma estas cosas de esta dos los el montos políticos del país. De esa manera es
manera, las distancias importan poco, y quedan bo- como yo creo que debe hacerse la reforma.
rrados de los mares todas tos buques que han podido
Y dicho esto, entendiendo nosotros que ese princiencontrar á los cruceros españoles en la indicada pio no se puede llevar seriamente á la práctica en una
ruta.)
reforma píarcial de la ley de presupuestos, y querienContinúa «nuestro hombre.»
do oXmx lógicamente, en conformidad con esta con—Cott el Vizeaiya, él Oquendo y el Teresa iban tras- vicción nuestra, votaremos contra la enmienda preatlánticos abarrotados de provisioo^y de carbón; sentada, pero dejando solemnemente consignado que
pero C9H10 éste sólo á:&Mé ser recogía éñ afta mar en el principio del servicio militar general (Aligatorio,
casos áe necesidad imprescindible, ia escuadra hizo uirido al de la tasa militar progresiva y á la organiescala en Madágascar. <De Curasao á Madág>ascar un zación de un ejército colonial vigoroso, son principios
paso, como quien dice.) Y en dicha colonia francesa 4 los cuales el partido conaérvador desea ir, y para
tomó (»rbón de nuevo. Precisamente para de8j)istar & cuya realiíación prestaría gustoso y decidido su conlos ya»*««» y hacerla creer que esto no había podido curso á cualquiera que los trajese al examen del Parocurrir es por lo que ha dicho un diputado en la Cá- lamento, creyendo, por último, que el Gobierno de
mara francesa < ^ , de estallar utt conflicto entre S. M., ó cualquiera que le saeeda en ese banco, debe
í'raocia é Infrl^Hérra, habla que tener en cuenta que consiaerar eso como una de las cuestiones que imporaquélla no dispone áe carbón para sos baC[aes de gue- ta resolver previsoramente, eon el concurso de tcídos
La leyenda de la escuadra.
rr» en oinfattai d» tm cKAotdu.
los partidog poUtico8<»
EN LÁ CÁMARA. FRANCMBA
BERBOTA DEL m W M IRANCÉS
(DB LA. AOKNaA. F A B Í A ) .
PARÍS U.—C<í»tíiraáí5¿í)wíaíííí4.—Ea la sesión celebradfi hoy ha continuado el debate sobre la interpelación política pendiente.
El presidente del Ministerio, Sr. Meline, combate
con razonada energía el programa defendido por el
Sr. Bourgeois.
Después de los discursos de los Sres. TrouiUot, Ribpt
y Brlsson, acerca de la petición uel Sr. Meline, se
«prueba, por 295 votos contra 272, la priiper^ parte de
la orden del día del Sr. Ribot,)»probandb lasaeclaraciones del Gobierno, y por 527 (joptra cinco, la segunda parte, diciendo que la Cátoara está decidida á
practicar \x^9, polltipa de refornsail demo<:fáticas, fundadas en',la unión de los republicanos.
El diputado Ricard propone que se añadan algunas
palabras referen^s exclusivamente á la mayoría.
B;I Sr. Meline combate la adición, la cual e» adoptada, sin embarro, por í^5 votos contra 24jB.
PAHÍsl4.—Da§pués de adoptarse por la Cámara 1»
adición del diout^dp RU»rd..los aocialistas piden la
dimisión del Ministerip.
El jefe del Qobierno, Sr. Híeliae, acepta la totalidad
de una orden del día, que es aprobada por 287 votos
contra 272.
Inmedia^i^ente después se levantfi la sesión.
PAKIS U ( U noche);—Al salir de la Cámara el presidente del Coniáejo, M. Ikíelirio, se dirigió ^ireptamente á su domicilio particular, sin ver á ningvla honibre
político.
En los círculos parlamentarlos se considera posible
la dimisión del Gabinete.
Los min-stros se reunirán mañana á primera hora
para tomar una resolución.
PA-EÍS 15.—La mayor parte de los periódicos de eá^
mañana juzga inevitebla la crisis ministerial.
Dada la constitución de la Cámara, se considera
muy difícil la estabilidad de cualquier (Jobierno.
El bloqueo de las costas de Cuba.
I,
1 1
OFICIALES)
E l bloqueo.
HABANA 13.—MADHIO 14.—Hay frente Habana do»
cruceros y nueve cañoneros; uno Mariel, Matanzas;
Cárdenas, ninguno; uno Cíenfuegos; sin noticias Camainera y 14 Cuba.
Barco parlaipieiilarlo.—Diaparoa de las baterías
de la Ifabaaa.—Cañoneo en Cieufuegoa.
HABANA 13.—MADRID \i.—Capitán general i ministro Querrá:
Hoy, diez mañana, cañonero enemigo, con bandera
parlamento, presentóse entregar k cónsul Inglaterra
pliegos enviados por ese medio por su Embajador en
Washington; no puse impedimento, pero sin dejarlo
acercar á puerto.
A las tres y á las cinco intentaron algunos buques
del bloqueo acercarse estas costas, obligándoles á retirarse en el acto disparos de estás baterías.
En Cienfuegos apareció buque, al parecer mercante, al que salió al encuentro cañonero Die^o Velázquez, rompiéndose el fuego, hasta que, atraído hacia
el de aquellas baterías, se retii-ó con averías. Por nuestra parte, en tierra, sólo un caballo muerto- cerca dpi
faro. Diego Veldzquez algunas averías y cuatro heridos.—^/«»co.
Barco «yankee» rechazado en flaptlago.—Bombardeo.—lleride«.
pABANA 14.—MADRID \h.—Capitán genere^l á ministró guerra:
A media noche fué rechazado, boca Cuba, barco
enemigo, que se acercó demasiado, alejándose y contestando éÓQ dos disparos;'y amanecer de hoy rompieron fuego sobre aquellas baterías el hkw York,
Amazonas y un aviso, haciéndose unos 60 disparos, y
retirados al contester Morro y Socapa; heridos leves
alférez navio Ricardo Bruquen, un cabo C(iñón y un
artillero, quedando allí á la vista 15 barco» á unas
cinco millas.—5ía«co.
Combatea.
HABANA. 14.—MADRID Ih.—Capitán genercfl dmiaistro Ouerr(^:
Novedades ^ypr:
Btí Villas, fuerzas de la tercera subzona destruyeron
campamento en Palma LargayOrbea, alcanzando
fuerte partida en Zanguas de Cuyamas, tomando posiciones tras rudo combate, dispersándola ^recogiendo 10 muertos, cinco armas 4e fuego, municiones, tres
caballos y efectos; nosotros, un muerto, ocho heridos
y tres coptusos. Batallón Tetuán, en Jaguajay, hizo
siete prisioneros.—.Síaaco.
Eapía norteamevicano.j
Telegrafían de Washington que el tpplente Blue,
joven oficial de la níarina norteatoericana, se ofreció
en la semana pasada 4 ir á Punta Cabrera y examinar
las posiciones ocupadas por los soldados españoles en
los alrededores de Santiago de Giiba.
El yankee desembarcó & la medií noche, se incorporó á una partida de iosurrectos, cruzó 60 millas á pie
y regresó anteayer para volveree & embarcar en un
buque de su país.
Segúp 88 diee a^ "^jTaí^ington, el teniente ha recogido datos y noticias muy útiles para los norteamericanos.
Ha examinado la bahía dó Santiago de Cuba, y declara haber visto en ella todos los barcos que* forman
la escuadra española mandada por el almirante Cervera.
Sampsop, en uno cte los telegramas que ha dirigido
al Gobierno, elogia los servicios pintados por el teniente Blue, y coafirma la noticia del desembarco de
fuerzas norteamericanas en Guaot&namo y las relativas á los cornbates de los días últimos.
Ótrn combi|le en Cioanlanamo.
Dicen de Nuwa York que cerca de la Caimanera, y
sobre la playa de la bahía de Guantánamo, hubí)^^'
teayer otro combate entre españoles y nortéaniencanos.
Sólo se pudo evitar que los primeros dieran una viorosa arremetida contj-a las posiciones de los yan
tes, por el nutrido fuego que hicletóá tres barcos de
la escuadra de Sampson.
Estos estuvieron disparando bombas sin cesar, paía
impedir que se aproximaran los soldados españoles.
El grupo de los invasores ha sido reforzado con nuevos marinos desembarcados anteayer.
Otro telegrama de Nueva York anuncia que el coronel Huntington abandonó el domingo la posición
avanzada que con los niarinos yankees desembarcados
ocupaba en Guantánanio, después dé haberse sostenido allí cuanto pudo y haber esperado, en vano, los refuerzos que había pedido, y que no llegaron.
Los términos en que está redactedo el despacho
han hecho creer que los yankees abandonaron en rea, lidad el campo, cediendo al empuje de este nuevo ataque de los españoles, y se batieron en retirada, buscando refugio á bordo cte los buques de la escuadra
norteamericana.
La AgeneUíReuter telegrafía diciendo que los españoles tienen cercados á los americanos y que por las
noches avanzan hasta 30 metros de las trincheras.
Añade que ios tenientes Neville y Sharz, que mandaban los puestos avanzados dé Guantánamo, de los
que fueron rechazados, se retiraron al campamento,
pendidos de fatiga, con un honibíé muerto.
Los puestos avanzados vióronée envueltos por loa
españoles la noche del combate.
Los americanos, apoyados por el fuego de sus landias cañoneras, intentaron resistir, y el 2%í¡ríM desembarcó nuevos refuerzos con dos cañones.
Bl Daily Ckrenipie dice que los tenientes citados
arriba y siete soldados americanos han sido heehOB
(TELEQRAMAB
f
prisioneros por la ^uarnitióa ú» avwat&Bftoao,
Apesar de estas noticias, el ministro de la Guerra
insistió anoche en que no ha recibido noticia alguna
de desembarco de los yankees en Cuba ni del combatí?
que se dice ocurrido entre nuestras tropas y las fuerzas norteamericanas desembarcadas.
Por eso decía el general Correa que puede ocurrir
con esto algo parecido á las referencias de la pérdida del Terror.
Sin embargo, el ministro de la Guerra dirigió ayer
un despacho al general Linares preguntando si erap
ciertas las noticias que publican los periódicos.
Dicho general, en su telegrama de ayer, se limitaba á decir que no ocurría novedad.
T r e n volad».
Un tren de viajeros que salió de la Habana por la
línea de Pinar del Río, y que además llevaba fuerzas
para dicha provincia, fué volado por los insurrectcw.
Estos hablan colocado gran cantidad de dinamita
¡en un punto de la vía próximo á la estación de Alquizar.
Al pasar el tren se produjo la explosión, quedando
varios coches destrozados.
Los insurrectos, apostados en las cercantes, ataca:
ron inmediatamente, trabándose un combato con las
tuerzas que escoltaban el tren.
, Los rebeldes fueron rechazados y puestos en fuga,
haciéndoles machos heridos y dta oaaertos, qua sm>gieron nuestros voluntarios.
Nosotros tuvimos sensibles bajas.
Resulteron muertos dos voluntarios del séptime batallón de la Habana, y heridos de bala dos oficiales y
feis voluntarios.
Otros eonibates.
En la provincia de Pinar del Río ha sido batida una
partida por fuerzas de Canarias y guerrilla de' Btiáia
Jíonda al mando del teniente coronel Moltó.
Sé hicieron al enemigo cinco muertos, teniendo
posotros un herido de tropa.
En Las Villas, sitio conocido por Boca del Infierno,
la guerrilla de Arimas batió al enemigo, causándolo
ocho muertos, que se recogieron.
Además la guerrilla sé t^ódéró de armas, municiones y de bástente correspondencia.
Tuvimos dos soldados heridos.
lia esaaadm de Sampaon.
Un despacho de la Habana recibido en Paría dlc«
ue la situación naval en aguas de Santiago de Ouba
uede ser interesantísima en breve plazo.
Según dicho despacho, el almirante Cervera ha silbido que después de los últimos bombardeos la escuadra de Sampson ha quedado escasísima de municiones.
Fundándose en esa información, supone el corresponsal que Cervera saldrá de la bahía de Santiago
para atacar á Sampson en alta mar.
Muchos creen que estas noticias son un ardid de los
i^orteamericano» para hacer que s ilga del puerto la escuadra de Cervera.
I^a eseaadrilla de la Habana.
Ampliando el telegrama del general Blanco que
publicarnos anteriormente, telegrafía un correspon-^
áál desde la Habana que ayer á las nueve de la manaba salieron del puerto con instrucciones reservadas el
crucero Conde de Venadito, los cruceros-torpederos
Nueva España y Ydñez Pinzón y el cafionóro Flec%á.
Los comandantis de los buques du esta pequeña escuadra iban á las órdenes del capitán de navio Sr. Ma-,
renco, jefe de Estado Mayor del apostidero, queStittó
á bordo del Venadito.
Cuando salió la escuadrilla había cinco buques
norteamericanos á la vista.
Los buques españoles tomaron rumbo Nordeste, sin
que les atacasen los cinco d^l bloqueo.
Por el rumbo que tomaron se sospecha que iban á
explorar el canal viejo de Bahama, en la suposición
de que por esa ruta fuera de Cayo Hueso la anunciada expedición militar para Santiago.
Poco después de perderse al Nordeste los buques españoles se Vieron otros tres barcos yaMÍeeí unirse á
los cinco del bloqueo, y todos juntos salir en dirección
al Norte á toda máquina.
Durante toda la mañana reinó gran ansiedad en la
Habana por la suerte de nuestros barcos,
A las dos de la tarde, cuando se supo que regresaban, acudió gran gentío á los muelles.
Los cuatro barcos entraron en bahía sin novedad,
produciendo gran entusiasmo ésta excursión, que ha
demostrado la ineficacia del bloqueo.
Los marinos guardan gran reserva sobre la misión
que realizaron.
El jefe de la expedición, Sr. Marenco, conferenció
largamente con el comandante general del apostederó, Sr. Manterola, y con el general Blanco.
CaAoaeo en Cojlmar.
Un crucero yankee cañoneó antever la play* de
Oojimar.
En previsión de que pudiera traterse de pjrepfirar
un desembarco, acudieron inmediatemente nuestmü
tropas al sitio del bombardeo.
Los soldados, desplegándose á lo largo de la costa,
aguantaron impertérritos el ateque.
El buque hizo una evolución para cambiar de fuegos y entró al alcance de nuestros maussers, y etit«kces la tropa inició un, vivísimo y rápido tiroteo sowe
ej crucero yankee.
El buque disparó 36 cañonazos, y variando de rumbp, se puso fuera de la acción de nuestras balas, perdiéndose de vista poco después.
E n Camanaya^na.
Dos partidas rebeldes, formando un contingepte de
2í)0 hombres que habían cruzado el río Hanabaiia, sé
dirigieron por Calimete hacia Cumanayagua, Ipgraido penetrar én el pueblo y saquear algunas tiencfas.
La guerrilla que guarnecía el poblado arremetió
contra el enemigo, haciéndole bastantes bajasAl huir los insurrectos, prendieron fuego á algunas
casas.
La guerrilla les persiguió, logrando recuperar,los
muchos recursos que sacaron de Cumanayagua.
El teniente de la guerrilla murió á la cabeza de sus
soldados.
Resultaron heridos un sargento, dos cabos y nueve
soldados.
SlaBsó.—La asamblea rebelde.
El cabecilla Massó, que se presentó si general Aguirne hace cuatro meses y que ha sido autorizado para
crear una brigada de 4 000 hombres, en la que formen
cubanos resueltos á combatir contra los insurrectos y
\m yankees, está en Placetas organizando esta fueiza,
y para incorporarse á ella ha llegado á dicho punto
el exrebelde Damián Caballero, amigo de Rabí y á
quian se encomendó hace cuatro meses la misión de
. atraer al cabecilla citado.
Este individuo dice que le consta que á mediados
del mes de Mayo, de*puéade evacuar las tropas españolas los poblados del interior en Oriente, celebraron
los insurrectos una gran asamblea en Bayamo, á la
que.concurrieron los principales cabecillas.
Durante treinte y seis horas se discutió en esa asamblea si aceptaban ó rechazaban la intervención americana.
Sisodo su aspiración la completa independencia,
sostuvieron muchos que era peligro mayor para ella
la forma en que los americanos intervenían, pues en
el fondo no había otra cosa que una nueva dominación.
Tras de mucho discutir, prevaleció por mayoría la
opinión de que continuara la intervención.
Costra el cMaeva Orieaaa.»
Telegrafían de Nueva York insistiendo en que la escuadra yankee bombardeó nuevamente á Santiago el
domingo sin pérdidas ni averías.
Anadien que un cañonero español intentó lanzar un
torpedo en la noche del lunes contra el crucero Nmo*
Orleans.
p a r c o s extranJeroB.
Ha llegado á Cienfuegos el barco de guerra ^em&n
Oier.
En el Mirtleáané, que sale de Sagua, han embarcado par» Bspaña loa Sres. TeeviUa y aonx&leb
Í
lápex.
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