La farsa de la Historia contada por los vencedores

Sincretismos Sociológicos. Nuevos Imaginarios
Coordinación Editorial de la Revista Electrónica
Columna. Enero 2015
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LA FARSA DE LA HISTORIA CONTADA POR LOS
VENCEDORES
CRISTIAN CAMILO PUELLO SANTIS1
COLUMNISTA SINCRETISMOS SOCIOLÓGICOS
NUEVOS IMAGINARIOS
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Licenciado en Sociología por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad del Atlántico. Barranquilla,
Colombia. Correo electrónico: [email protected]
La farsa de la Historia contada por los vencedores
Columnista: Cristian Camilo Puello Santis
La farsa de la Historia contada por los vencedores
El mundo tal cual lo conocemos siempre ha sido de talante maligno, siempre han
existido mentalidades colectivas que han arrastrado en su locura a partidarios y
detractores en guerras de invasión contadas desde la perspectiva de los vencedores.
Hemos avanzado en la forma de vernos a nosotros mismos como humanidad, pero nos
hace falta sincronía con el dolor de los otros. La visión se ha enfocado en lo que cuentan
oficialmente quienes tienen la bota puesta sobre el cuello de sus oprimidos, mientras que
la historia vivida por los perdedores nunca ha sido escrita y está siendo borrada a diario
con cada mentira institucionalizada que se expande entre las mentes vacías de cualquier
sentido de verdad.
Supondría que a más 5000 años de historia, el ciudadano de hoy tenga algo más que
medios de información y objetos tecnológicos para entretenerse, sería un ideal para la
sociedad global de la actualidad contar con personas conocedoras de los avances que le
han permitido vivir una forma de vida que no se pensó posible hasta la aparición de la
Ciencia Ficción.
Tomar partido es irrelevante, la defensa de la vida y la dignidad no lo requieren, pues
son en sí mismas un imperativo moral de nuestro tiempo, las personas que a diario
mueren no necesitan que nadie las defienda y ninguno de los agresores considera sus
acciones ante la reprobación general; todos los bandos son perspectivas que salen de
cualquier lineamiento que estemos dispuestos a tolerar. Sobre el asunto de si todo lo que
nos han dicho del mundo es mentira, si es evidente que ha habido dos caras describiendo
la existencia desde su lado de la moneda, basta ver que cada una busca convencer al otro
de que sus objetivos son justos sin medir los medios que use; ahora sería pertinente
preguntarnos a qué cara estamos poniendo atención.
Comprender el conflicto Israel-Palestina es hoy una obligación, ya no vivimos a
espaldas de los grandes imperios y lo que hacen llamar Estado-nación, no son más que
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mutaciones de una identidad histórica que se ha desdibujado completamente, pues nunca
han pertenecido las decisiones del Estado a los intereses del pueblo. La democracia, un
triunfo de la mal llamada “civilización” es también otra de sus hipócritas creaciones, nos
hace civilizados la hipocresía, la indiferencia y no la fraternidad. Entonces, los Estados
siguen actuando como reinos o imperios que no tienen en cuenta la opinión de sus
súbditos, quienes a su vez sólo están interesados en sus aisladas individualidades en
supuesta libertad. Esta clase de dilemas morales pasan a segundo plano cuando los
intereses dogmáticos de la sevicia prevalecen.
En ese orden de ideas, el silencio mundial ante este genocidio responde a acuerdos
geopolíticos surgidos al finalizar la Primera Guerra Mundial, donde el Imperio Otomano,
del bando derrocado, pierde Palestina ante los británicos, que sería entregada para la
creación del Estado Judío bajo mandato de La Liga de las Naciones, también creada
después de la guerra, a Gran Bretaña, potencia de los aliados, y que tardaría hasta 1948
en cumplirse. Desde ese momento el pueblo palestino ha sido arrasado a cuenta gotas por
un ejército megalomaníaco alimentado por la avaricia estadounidense que cuida con
esmero los intereses británicos en la zona. Cabe así preguntarse ¿Estarán los ejércitos y
los Estados fuera de control? ¿De qué sirve indignarse si las personas de a pie no tienen el
poder de revertir nada? ¿Se pierde la información en quienes no tienen ninguna
capacidad de mirar en panorámico la situación mundial? ¿Será que a alguno le cabe en su
mente la Historia del mundo en sus contradicciones y desencuentros?
Para los ciudadanos de hoy que vivimos en un ensueño democrático alimentado por
logros históricos que nos permiten gozar de privilegios y libertades que en otro tiempo
fueron inimaginables, no podemos ni siquiera pensar en los Estados como organismos
imperiales con intereses sobre territorios o personas, devastando a su antojo sin importar
las consecuencias. Queda un poco difícil de comprender para el ciudadano de a pie cómo
toman sus decisiones sobre los territorios que gobiernan.
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En Palestina está sucediendo una limpieza étnica no conocida antes con tantos
pormenores, la BBC de Londres, la CNN y los medios allegados hacen vítores al ejército
israelí por sus incursiones en Gaza, poniendo en tela de juicio cualquier apoyo que pueda
existir en solidaridad al pueblo palestino, por lo general los invasores siempre son los
buenos; siguen contando la misma Historia desligada al contexto actual en el que las
guerras siguen siendo tan cruentas como lo pudieron ser las cruzadas o las conquistas de
Alejandro Magno, y para no volver menos inteligible el asunto, el genocidio de 20 millones
de judíos realizado por Stalin para garantizar la paz en la Segunda Guerra Mundial, cosa
que no se comenta en oposición de los 6 millones asesinados en los campos de
concentración nazis, porque Rusia fue contundente en la victoria sobre Hitler.
Coincidiendo en que los judíos ya tienen hasta el fin de su historia escrito, se les ha
olvidado que el planeta no les pertenece únicamente a ellos y están a punto de presionar
el botón de la extinción. Sin embargo, soy de la opinión que tenemos que sacar el tinte
religioso y darle nombre propio a los hechos, los Estados más poderosos del mundo están
sacando provecho de las creencias y de las supuestas profecías para generar temor en la
población mundial, para no dar explicaciones ni permitir un efecto que los revierta, punto
clave para el caos de la desinformación, el antisemitismo y la barbarie del racismo.
Se hace urgente que detengamos el rumbo al desastre poniendo un freno contundente
a la superstición, la ignominia, el maltrato fratricida y la beligerancia de todos los actores
en conflicto. Palestina hoy es un carbón incandescente de una guerra que se ha seguido
peleando en distintos frentes desde 1914, una guerra moderna que aún no conoce final y
que verá brotar terceras y cuartas versiones si no se experimenta un remesón final que
bien podría exterminarnos a todos, se hace necesario para detener más temprano que
tarde el mal que azota el mundo.
Como se ha hecho habitual, dejo más preguntas que respuestas, aunque espero haber
colaborado un poco a desenredar este complejo entramado de situaciones que como
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efecto dómino, vienen desde tiempos un tanto remotos y que vale la pena desentrañar
para poder tener mayor dominio sobre la información que se actualiza a cada instante.
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