oficios tradicionales

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OFICIOS TRADICIONALES
PASTOREO:
El pastoreo fue una de las primeras profesiones que empezó a hacerse
desde que el hombre empezó a hacerse sedentario. Estas primitivas gentes
dependían por completo de la posesión de animales domésticos para
sobrevivir, ya que estos eran su principal medio de subsistencia y
prácticamente su única riqueza. Los mismos les proporcionaban alimentos
y vestidos y sus productos les servían para el intercambio con los demás
pueblos.
La pobreza del suelo y la abundancia de mote, ha hecho que el pastoreo
sea, como medio de vida una de las actividades tradicionales más
representativas de Ossa de Montiel.
Se pueden distinguir dos formas de pastoreo, que se complementan entre
ellas.
El pastoreo de majada o de tienda: las majadas o tiendas son
instalaciones provisionales, donde el ganado son el pastor o pastores viven
continuamente día y noche en el monte. Su instalación era siempre en
lugares y era el ganado el que ponía esta exigencia.
La mayor parte del tiempo los rebaños estaban en el campo, pero cuando
las inclemencias del tiempo eran adversas se trasladaban a las tinadas.
Pastoreo de tinada: es otro tipo de pastoreo que aunque más sedentario y
cómodo, guarda sabiduría y conocimientos ya prácticamente olvidados, las
tinadas eran y son unos cobertizos donde se recoge el ganado, cuando las
inclemencias del tiempo eran adversas y los pastores escasos.
Asociados al pastoreo había otros oficios o habilidades, como son:
La elaboración del queso, las tortas de pastor, habilidad en el manejo de la
carne y elaboración del “salón”, curtido de pieles, esquilado del ganado,
realización de utensilios de pleita y esparto.
LA SIEGA:
Si por algo se caracteriza La Mancha es por ser uno de los mayores
graneros de España. La siega o cosecha del grano ha sido un oficio
centenario de los jornaleros en Ossa de Montiel.
Cuando se hacía a mano y se segaba con la hoz, ésta se empezaba a últimos
de mayo o principios de junio, la tarea empezaba con las primeras luces del
día, tanto hombres como mujeres se dirigían a los “peazos” y una vez allí
se preparaban para empezar la jornada.
Cada trabajador tenía una tarea distinta, unos segaban, “los segadores” y
otros se encargaban de hacer los manojos de la mies, “los gavilleros”.
Los útiles necesarios para la siega eran la “zoqueta” y los “dediles”, que se
ponían en los dedos para no cortarse, la “hoz”, para segar la mies y las
“tomizas o cuerdas”, para atar el haz de la mies.
Una vez segado todo el cereal, se “acarreaba” para llevarlo a la era, donde
se “hacinaba”, para posteriormente hacer la “parva” y “trillar”, las trillas
iban tiradas de mulas, que giraban en circulo encima del cereal para separar
el grano de la paja. Una vez trillado se amontonaba todo en un lado y se
esperaba un día ventoso para “ablentar” y así quedaba el grano a un lado
y la paja quedaba en otro.
LA VENDIMIA Y LAS BODEGAS:
La fiesta de S. Miguel, patrón del pueblo, “29 de septiembre” marcaba el
inicio de la vendimia y aun hoy se sigue haciendo de la manera que fue
costumbre en el pueblo, eso sí con muchas más comodidades y avances
tecnológicos.
Todos los componentes de la familia se preparaban para este trabajo,
dejándose otros trabajos para emplearse de lleno en la recolección de la
uva.
La vendimia empezaba con las primeras luces y se terminaba cuando el sol
empezaba a ocultarse.
Los útiles y herramientas utilizados en la vendimia eran: para cortar los
racimos de las uvas, el “tranchete o la navaja”. Para depositar las uvas,
“espuertas, capachos, seras y lonas”, para transportar la uva se utilizaban
los carros o las galeras y con las horcas o el cargador se colocaban las uvas
en el carro o se sacaban de los capachos.
Cuando el carro estaba lleno de uva, esta se llevaba a la bodega donde se
vaciaban en el “jaraíz” y desde allí se echaban a la estrujadora y después a
la prensa, desde donde se obtenía el mosto que se depositaba en las tinajas
y se fermentaba, echándole lo que se llama “la madre”, para posteriormente
cuando haya fermentado hacer el trasiego.
EL AZAFRÁN:
El cultivo del azafrán, ha tenido en tiempos pasados su importancia en la
economía de nuestro pueblo, aunque no eran muchas las familias que se
dedicaban a su cultivo algunas hubo.
En mayo se plantan los bulbos, en surcos abiertos en un terreno limpio.
Hay un refrán que determina con gran precisión la época de la recolección
del azafrán: “para S. Tersa, rosa en mesa” y así es, por el 15 de octubre,
ocho días antes, ocho días después, los tallos del bulbo o cebolla se
encuentran ya en el exterior y a continuación aparece la rosa de color
violáceo.
La recogida de la rosa es imprescindible hacerla diariamente y en las
primeras horas del día, antes de que el sol caliente, porque se marchita la
flor dificultando la recolección y la monda.
Tras la recogida viene la “monda” en torno a una gran mesa a la que se
sientan los “roser@s”, niños, padres, abuelos y vecinos, que como mandaba
la tradición acudían a echar una mano. La monda consiste en la separación
de los estigmas, “las hebras”, del resto de la flor y por último el “tostado”,
este consiste en colocar los estigmas sobre el cedazo y este sobre la lumbre
par secar el azafrán.
LA CAZA:
Una de las actividades secundarias del campo de mayor importancia en la
economía de Ossa de Montiel, ha sido la caza, debido a lo montaraz del
terreno en el que vivimos.
Modos de cazar:
Lazo, es una lazada corrediza de alambre fino, que se coloca haciendo
coincidir con la boca de la madriguera y fijando el cabo del lazo a un punto
fijo, una roca, matorral, etc. Cepo, este es de metal, cuando está abierto por
completo, queda armado por un mecanismo que salta cuando el conejo
pisa y queda atrapado en el. Caza con escopeta, la técnica individual que
se ha utilizado a lo largo de los años es “la espera”, el cazador se sitúa en
un lugar disimulado, por el que se supone que los conejos pasan a beber
agua o a comer, también está la técnica colectiva en la que se hacen
grandes cacerías.
LA PESCA:
Hasta los años cincuenta, sesenta en los que se introduce en las Lagunas de
Ruidera especies tan depredadoras, con el lucio, el black-bass o perca
americana, sus aguas habían ofrecido un recursos sostenible para las
familias de Ossa de Montiel, que habían buscado en este entorno una ayuda
a la subsistencia en su forma de vida.
Se pescaba de noche, iban en barcas estrechas y de fondo plano,
ayudándose para impulsarse con una pértiga o remos dependiendo de la
profundidad de la laguna. Se utilizaban artes de pesca como los llamados
garlitos, especialmente para coger cangrejos, este es un cesto de mimbre o
juncos entretejido, otra de estas artes es el trasmallo, este es una red que se
extendía en el lugar que se pensaba que iba a ser productivo y al igual que
el garlito se dejaba toda la noche. En época de subida de peces, se
apostaban en las orillas del río, arroyos, etc. y se capturaban los peces
ayudándose de una especie de tridente denominado ríjaca.
ELABORACIÓN DEL PICÓN Y CARBÓN:
El picón y carbón se hacía en la temporada de otoño e invierno, desde la
vendimia hasta marzo o abril, unas veces en la zona y otras se iba fuera
para toda la temporada.
Este se hace con todo tipo de leña pero las más utilizada es la leña de
carrasca, una vez escogida la leña que se va a utilizar se hacia la
“carbonera”, se encendía y se dejaba arder, siempre controlándola, cuando
estaba ya el carbón hecho y apagado éste se envasaba en los llamados
sacos pulperos para transpórtalos al pueblo, en el carro o borrico y luego
más adelante en la bicicleta.
ELABORACIÓN DE LA CAL:
En Ossa de Montiel se han contabilizado más de doscientas caleras, lo cual
nos indica la importancia que tuvo este oficio en la economía de las
familias locales.
El uso de la cal ha sido muy importante en el pasado, el uso más antiguo y
extendido ha sido la elaboración del mortero o argamasa, empleado en la
construcción de las casas. La cal desleída en agua, es lo que constituye la
lechada de cal, que tradicionalmente se ha utilizado para enjalbegar las
paredes de las casas.
EL ESPARTO:
Esta planta crece en suelos pedregosos y esteparios propios de un clima
duro, inviernos muy fríos y veranos calurosos.
La mejor época para su recogida es desde julio a octubre, aunque se puede
recoger en cualquier época siempre que esté la planta verde.
Según el empleo que se le vaya a dar, puede ser “crudo o cocido”, habiendo
tres tareas principales que se pueden realizar con el esparto: tomiza, pleita y
collazo, dependiendo de la utilidad que le vayamos a dar a lo que hagamos
con el esparto.
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