Epistaxis o hemorragia nasal: aparatoso, pero leve - ORL

Anuncio
ORL
salud
bienestar
ÁREA PACIENTE
Epistaxis o hemorragia
nasal: aparatoso, pero leve
La hemorragia que tiene su origen en las fosas nasales, denominada epistaxis,
es un problema muy común: más del 60% de la población general ha sufrido
alguna vez un episodio de este tipo. La mayoría de las veces se produce de
forma espontánea y, en menor proporción, por traumatismos.
Aunque en ocasiones sangrar por la nariz puede resultar muy aparatoso, no acostumbra a ser motivo de excesiva preocupación, pues la inmensa mayoría de las veces la hemorragia espontánea cede a los pocos minutos.
Suele tratarse de episodios aislados, y sólo un porcentaje mínimo de los casos reviste gravedad suficiente como
para recurrir a los servicios sanitarios.
Una hemorragia nasal es algo que casi todo el mundo conoce de primera mano. Sin embargo, no puede decirse
que el consejo de los profesionales de la salud haya tenido un éxito completo a la hora de erradicar ciertas falsas
creencias muy extendidas, como la de que hay que echar la cabeza hacia atrás para intentar detener la hemorragia (algo que está contraindicado, porque la sangre puede fluir hacia la garganta), o utilizar un algodón empapado
con lo que se tenga a mano en la cocina, como vinagre, o recurrir a otros remedios caseros con los que se espera resolver la situación, y que tantas veces resultan ineficaces o incluso perjudiciales. Estos errores siguen cometiéndose aún con demasiada frecuencia.
A cualquier edad
El sangrado de la nariz o epistaxis es la urgencia otorrinolaringológica más frecuente, asegura el Dr. Bartolomé
Scola, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Se puede producir a
cualquier edad, pero es más habitual en niños que rondan la adolescencia y en adultos a partir de los 50 años.
En opinión de este experto, en la inmensa mayoría de los casos la hemorragia nasal puede ser considerada una
patología banal, pero la valoración de la importancia de la epistaxis dependerá del paciente y sus antecedentes
patológicos, así como del volumen, la duración del sangrado y la localización del foco. En los niños y jóvenes
suele tratarse de lo que en lenguaje médico se denomina «epistaxis esencial», es decir, sangrados espontáneos
que tienen una rápida solución. Generalmente son epistaxis de tipo anterior, porque se producen en la parte de
la fosa nasal cercana a los orificios de la nariz; la pérdida de sangre es leve o moderada y se puede frenar con
medidas locales y simples, presionando con los dedos. Es lo más común.
En las personas mayores de 50 años, aunque el tipo de hemorragia más común sigue siendo la epistaxis anterior,
también es frecuente la epistaxis posterior, un cuadro más severo en el que la hemorragia se localiza en la parte
posterior de la fosa nasal; el sangrado suele ser más abundante y difícil de cohibir, siendo más probable que la
sangre caiga hacia la boca y la garganta y provoque irritación y riesgo de náuseas o vómitos. La epistaxis posterior representa sólo el 10% de los casos. Puede revestir distinta gravedad si los adultos mayores presentan algún
tipo de comorbilidad o factor de riesgo asociado por alguna enfermedad, si son hipertensos, si padecen arterioesclerosis o alguna dificultad respiratoria, si tienen un número anormalmente bajo de plaquetas en la sangre o si
están tomando un medicamento anticoagulante.
La gravedad de la epistaxis también puede estar condicionada por un traumatismo nasal o craneoencefálico más
o menos fuerte. En estos casos, afirma el Dr. Scola, lo que indica la severidad de la epistaxis no es sólo la zona
de sangrado, que puede ser más o menos difícil de cohibir, sino la cuantía de la hemorragia y la duración o la
recurrencia del sangrado, que hay que controlar con rapidez para no comprometer el estado general del paciente. Sólo en casos muy concretos la epistaxis puede estar señalando la presencia de un problema de mayor entidad, como un tumor.
El 90% de las epistaxis se producen en la parte anterior y la sangre fluye rápidamente al exterior por los orificios
nasales; estas hemorragias suelen ser de pequeña cuantía, y son las más frecuentes. La localización típica de la
hemorragia es el área de Kiesselbach, una zona muy vascularizada. La abundancia de arterias y capilares que
www.orlsaludybienestar.es ©2014 Ediciones Mayo, S.A.
1
ORL
salud
bienestar
riegan las fosas nasales se justifica por sus importantes funciones, entre ellas la de calentar el aire que aspiramos antes
de que llegue a los pulmones. Las fosas nasales están en
contacto directo con todas las partículas que flotan en el aire
y están ubicadas en una parte de nuestra anatomía expuesta al roce de nuestras propias manos más veces al día de lo
que suponemos (figura 1).
El área de Kiesselbach, donde se producen la mayoría de las
epistaxis, es una zona delicada no sólo por su localización a
la entrada de las fosas nasales, sino también por sus características anatómicas (figura 1). La mucosa, que actúa como
barrera natural, es aquí más delgada y menos elástica porque está unida directamente al cartílago. Su fragilidad puede
aumentar por la sequedad del aire, la causa principal, o por
la erosión a la que pueda verse sometida debido a otras
muchas causas, desde una desviación del tabique nasal
hasta el roce con la uña al introducir un dedo en la nariz (muy
frecuente en niños), la introducción de un cuerpo extraño, un
estornudo o expulsar el aire con demasiada violencia, una
rinitis alérgica o por infecciones, el abuso de descongestionantes nasales, la existencia de pólipos y diferencias de presión por la altitud, entre otras.
Ante todo... calma
La primera medida ante una epistaxis común es mantener la
calma, sentarse y colocar la cabeza ligeramente inclinada
hacia delante para permitir la salida de la sangre por los orificios nasales. La mayoría de las epistaxis se resuelven de
forma espontánea o bien realizando durante unos minutos
una pinza de presión con los dedos, no excesiva pero suficiente para que las aletas de la nariz presionen contra el tabique (figura 2). En estos casos resulta eficaz el taponamiento con un algodón embebido en agua oxigenada que se
presiona con el dedo y se deja en la fosa nasal hasta después de que la hemorragia haya cesado.
ÁREA PACIENTE
Cavidad nasal
Arterias
etmoidales
anteriores
Plexo de Kiesselbach
(red de arterias
de la cavidad
nasal frontal)
Nariz
Paladar duro
Sangrado
de la fosa nasal
Arterias etmoidales posteriores
Red de arterias
de la cavidad
nasal posterior
Sangrado de la garganta
Figura 1. Epistaxis anterior y posterior. Anatomía de la
vascularización nasal y plexo de Kiesselbach anterior
Siéntese e inclínese
ligeramente hacia adelante
Cuando la epistaxis no se detiene espontáneamente o adoptando estas sencillas medidas, en un pequeño porcentaje de
los casos pueden requerir asistencia sanitaria, y generalmenRespire a través Pinze ambos lados
te se resuelven en los servicios de urgencias más próximos.
de la boca
de la nariz a nivel
de las alas
Las medidas terapéuticas varían en función de la valoración
médica del caso, como explica el Dr. Scola, y van desde la Figura 2. Medidas conservadoras iniciales ante una
repetición de las maniobras de taponamiento nasal anterior epistaxis
o la limpieza y cauterización del punto sangrante (si se localiza), hasta, en los casos de epistaxis muy severas o muy
recurrentes, la necesidad de realizar una cirugía para coagular o ligar los vasos sanguíneos responsables del
sangrado, para evitar las repercusiones hemodinámicas en estos pacientes.
La epistaxis recurrente en los niños puede ser objeto de consulta al pediatra. La mayoría son casos leves y autolimitados, pero es necesario realizar un estudio de las causas o factores que intervienen, ya que si las hemorragias
se dan con una cierta frecuencia, puede producirse una anemia secundaria a la pérdida de sangre. Afortunadamente, asegura el Dr. Scola, sólo en muy pocos casos la hemorragia apunta al posible desarrollo de una enfermedad grave, y la epistaxis sería uno más entre el conjunto de los síntomas. La mayoría de las epistaxis se resolverán sin mayores consecuencias, aunque si el cuadro es recurrente se aconseja consultar a un especialista.
www.orlsaludybienestar.es ©2014 Ediciones Mayo, S.A.
2
Descargar