04 Sábado 19/3/2016 PREOCUPACIÓN EN BRUSELAS Populistas y radicales abren brecha en Europa Partidos que hace unos años se habrían considerado de extremos logran éxitos importantes en parlamentos nacionales y regionales, y muestran las debilidades del proyecto europeo. 16 Miquel Roig. Bruselas Chivos expiatorios La crisis económica ha inflado poco a poco la bolsa de potenciales votantes de estos partidos y muchos analistas han acusado al euro o a la austeridad. Pero los movimientos populistas han surgido en países donde no hay euro (Hungría), donde apenas ha habido austeridad (Polonia) o donde no se ha notado la crisis económica (Alemania). En EEUU, sin ir más lejos, está el fenómeno Donald Trump, que con un discurso racista y machista está liderando la carrera para ser candidato por el Partido Republicano. Jean Pisani-Ferry, asesor del primer ministro francés Manuel Valls, apunta a una razón más profunda y ligada a PAÍSES En dos terceras partes de los 28 países de la Unión Europea hay partidos populistas y radicales con presencia significativa en el Parlamento. 30% EN ITALIA Casi uno de cada tres votantes italianos eligieron formaciones populistas y radicales en las elecciones generales celebradas en el año 2015. 24% EN SAJONIA Efe Son los perdedores de la globalización. Los penalizados por ciertos modelos económicos y productivos. Son las “clases medias decepcionadas”, como las define Branko Milanovic, uno de los mayores expertos en desigualdad del mundo. Estos son quienes en Francia votan a Marine Le Pen y en EEUU, a Donald Trump; a Alexis Tsipras, en Grecia, y a Pablo Iglesias, en España. Cambia la fachada, pero los cimientos son los mismos. Y el resultado no se puede obviar: los partidos populistas y radicales están creciendo en la Unión Europea, se enquistan en su estructura y exponen las debilidades del proyecto comunitario. “Vemos un aumento del sentimiento en parte de la clase media o la clase media baja, de que se están quedando atrás. Se sienten bajo presión económica, socialmente y en muchos otros aspectos. Y cuando miras ciertos datos reales, puedes ver que hay algo de realidad”, afirma Guntram Wolff, director del think tank Bruegel. En Europa, apunta, esto se refleja sobre todo en los elevados datos de desempleo, especialmente entre los jóvenes. Auge de los radicales. En Alemania, como en toda Europa, se ha registrado un apoyo a los partidos más radicales. la globalización. “En la mayoría de países occidentales, la tecnología y la globalización han causado una pérdida de empleos y de ingresos entre los trabajadores de la industria y trabajos mecánicos”, afirmaba Pisani-Ferry en un artículo de opinión publicado en diciembre en el medio chino Caixin. Pero además de esas tendencias de fondo, existen otras crisis puntuales que los partidos radicales y populistas aprovechan para anotarse resultados electorales que hace solo unos años parecerían descabellados. El último ejemplo es precisamente el buen resultado de Alternative für Deutschland (AfD), el partido anti-inmigración y anti-euro que se llevó el 24% del voto en las elecciones regionales celebradas el domingo pasado en la región germa- La clase media decepcionada se rebela contra la clase política votando a partidos heterodoxos Los populistas se definen por culpar a un ‘enemigo común’ de las privaciones que sufre el pueblo Los nuevos partidos, tanto a derecha como a izquierda, ofrecen soluciones simplistas a asuntos complejos na de Sajonia-Anhalt y superó el 10% en la de Baden-Württemberg en Renania. Populismo en 16 países Según la clasificación elaborada por el think tank European Policy Centre (EPC) en su reciente informe Los alborotadores de Europa, dieciséis países europeos cuentan con partidos que entrarían en esa categoría, España entre ellos. La muestra es muy heterogénea. Va desde el partido xenófobo Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia a Syriza, la coalición de izquierda radical griega liderada por Alexis Tsipras, pasando por Podemos, la formación dirigida por Pablo Iglesias. Hay productos híbridos, como Justicia y Libertad, partido polaco, que es ultraconservador en temas sociales y con políticas consideradas de iz- quierda en temas económicos; o Movimiento 5 Estrellas, en Italia, que muchos analistas no saben ubicar en el arco parlamentario. El populismo gira en torno a dos elementos comunes. El primero, culpar de las privaciones del pueblo a un enemigo. Daniele Albertazzi y Duncan McDonnell definen el populismo como “una ideología que enfrenta a un grupo de gente homogéneo y virtuoso frente a una elite o unos otros peligrosos que intentan privar al pueblo soberano de sus derechos, valores, prosperidad, identidad y voz” (El Populismo del Siglo XXI). Aquí los políticos populistas son creativos y tremendamente flexibles. El mensaje se modula en función del país en el que se esté y cuál sea su cetro político. Los refugiados, los musulmanes, los extranje- El partido anti-euro y antiinmigración obtuvo el 24% de los votos en la región de Sajonia-Anhalt en las regionales del pasado domingo. ros, los políticos, la casta, Washington, Bruselas, Berlín, el capitalismo, el imperialismo... El segundo punto vertebrador del populismo es el simplismo. “Los terribles simplificadores”, los califica el analista Moisés Naïm. El 9 de febrero pasado, coincidiendo con el estreno en Berlín del nuevo movimiento político de Yanis Varufakis, exministro de Finanzas griego, Jan Techau, director del think tank Carnegie Europe publicaba lo siguiente: “En la Europa populista de 2016, hay una elevada demanda de soluciones simplistas a problemas complejos, tanto a izquierda como a derecha. Y aunque la derecha nacionalista, xenófoba recibe de forma justa la mayor parte de la atención, la izquierda también está tratando de aprovechar el momento para resucitar una 05 Sábado 19/3/2016 P%_[ h] eheY ][%] Y_heh] ; ]Y] _]Y[%h] k %] :[ ~%] ýý hk] k_%] ý"_%%] k ]Y e%s]Î i P`P@irHf` PKc c @K`P Ñ` ¶iDrfH P`KcDo <`D` vcKiH c iH ¶iDrfH vcKiH PÛH PKDr` ~%k % [_k%[ W% e%_% ~%k % Y][_ % P%_[ h % i "_[% z ý% rk[_z] x%~kýh Y%_ % x_k[ P%[_ R[ ýh k%~%_ý% P%_[ h PheY%_ %kz] ]hW%bY % H~_ ]e%T% Ph~h] x k%k % P%_[ h h] x k%k]] x_%ký % x_k[ c%ý hk% v_ý % H;_ 7% v_ý % Y_h_% h_%% th%k% P%_[ h Hhý % ][% ®Óµ th%k% P%_[ h % i "_[% ÈÊÓÈ tYk_s% x ]7 tYk_s% oh"" r[% % fhW ~ k[h ¸ ][_%] r[% % i % ch_[ Phhk % i "_[% ; oY][ ý % K kh @k h @lrP HYý % ~Rý_%[%] HYýh] xfrir P`iÛDr c i PKifcD` @K`P` ºÓ² K ÜY_h]ýze[ ýh]Ú ¾ÊÓ¸ cx ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú ¼Ó² cx ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú ²Ó¼ K ÜY_h]ýze[ ýh]Ú ¾ÈÓÈ K ÜY_h]ýze[ ýh]Ú ¸¸Óº Hè ¾ÊÓ² r7bY _% @k % Y_he% Ȳӵ K ÜY_h]ýze[ ýh]Ú È¼Óµ cx ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú ¼µÓº r7bY _% @k % Y_he% ² ch k]ý_ [h] r7bY _% @k % Y_he% cx ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú ººÓ¸ PP ¾ÊÓ¼ ch k]ý_ [h] ¾¸Óµ x ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú ºÓÈ cx ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú ¼²Óµ K ÜY_h]ýze[ ýh]Ú È¾Óµ x ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú È¾Ó® x ÜY_h]ýze[ ýh] _% ý%]Ú xYk[¬ %"h_%ý Rk e_he % % e%_[ _ %[h] P ideología que nunca se recuperó completamente de su histórica derrota de 1989-90”. Las diferencias entre los partidos radicales y populistas de la UE, casi todos ellos presentes en el Parlamento Europeo, son demasiado grandes como para que formen un frente común y coordinado. Sus diputados están repartidos en varios grupos parlamentarios (ver gráfico), algunos de ellos enfrentados directamente. El EFN, grupo euroescéptico liderado por el Frente Nacional de Le Pen, se rkh_%s% ?e%k] Rk roba diputados con EDF, encabezado por UKIP, de Nigel Farage, el EDF. E incluso hay otros, los menos, que están integrados en grupos centrados, como el Partido Popular Europeo (PPE) o la Alianza de Socialdemócratas (S&D). Es el caso del partido del primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orbán, o del socialista Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia. Pero esta división formal no impide que existan puntos de encuentro entre estas formaciones, que les llevan a votar al Los partidos radicales no forman un frente homogéneo pero coinciden en políticas puntuales Las soluciones que requiere la crisis son precisamente las que rechazan algunas de estas formaciones unísono en asuntos delicados. Por ejemplo, Frente Nacional, UKIP o Podemos han apoyado varias veces a favor de plantear la creación de un mecanismo para una ruptura ordenada” de la zona euro. “Hay una serie de tendencias que pueden verse en los partidos populistas europeos. Casi todos ellos son escépticos o al menos críticos con la UE o el euro en su forma actual [...] Muchos de ellos están en contra del acuerdo de libre comercio con EEUU (TTIP) y bastantes apoyan unas me- jores relaciones con Rusia y están en contra de las sanciones comerciales impuestas por la UE”, explica Schmidt, coautora del informe de EPC. Mirando al futuro A partir de aquí, el pronóstico es reservado. Por una parte, porque mientras la clase media y media baja siga sintiéndose decepcionada, el caladero de votos populistas seguirá creciendo. “Si la política tradicional no soluciona los problemas de raíz que alimenta el descontento, los populistas El principal impacto de los partidos populistas en la política no deriva tanto de su llegada al poder, que también (Polonia, por ejemplo), sino porque los grandes partidos, tradicionalmente centrados, decidan asumir los postulados populistas y radicales para evitar la sangría de votos. La UE está sufriendo en estos momentos un caso de manual: el referéndum que Reino Unido celebrará en junio para decidir si permanece o no en el club comunitario. David Cameron, primer ministro británico, prometió celebrar esta consulta para calmar al ala más euroescéptica del Partido Conservador, alarmada por la fuga de votos hacia UKIP, el Partido de la Independencia del Reino Unido, liderado por Nigel Farage. Algo similar ocurre en Alemania, donde el liderazgo de su partido, la CDU-CSU, se está resquebrajando por su política de acogida de refugiados, mientras Alternative für Deutschlan, anti-euro y anti-inmigración sigue ganando apoyos. Efe Los equilibrismos de la UE: ‘Brexit’ y refugiados David Cameron. El primer ministro británico prometió celebrar una consulta para calmar al ala más euroescéptica del Partido Conservador. seguirán ganando voz y votos [...] Los grandes partidos deben dejar de hacer burla, ignorar o, peor, imitar a los populistas, pero deben encontrar nuevas formas de conectar con los ciudadanos”, afirma Schimdt. Pero por la otra, Wolff apunta que la respuesta a la mayoría de problemas de fondo de los que se nutre el populismo solo puede ser europea y global. “No creo que volver a la Europa de los nacionalismos sea en absoluto la solución adecuada”, afirma el director de Bruegel. Pero este tipo de respuestas europeas es precisamente a lo que se oponen los partidos populistas y radicales. Esas medidas requieren, en muchos casos, avanzar en la integración económica y política. Por ejemplo, las deficiencias del euro solo se arreglarán mutualizando más riesgos y cediendo más soberanía a Bruselas. Pero para ello hace falta apoyo popular, y no solamente porque habría que celebrar referéndums en varios países. Soluciones complejas y europeas a problemas complejos y europeos. Pero de momento, los populistas siguen ganando terreno, y no hay ninguna señal de que hayan tocado techo.