superyo | síndrome de peter pan Síndrome de Peter Pan Inmadurez sin fin Viven entre la adolescencia y la adultez, tratando de aprovechar lo mejor de las dos etapas. Buscan ser libres, pero no quieren asumir responsabilidades. No son grandes, tampoco pequeños… son niños-adultos Elizabeth Levy Sad Las estructuras familiares tradicionales cam- bian a un ritmo acelerado en Occidente. En ese contexto se registran nuevos estilos de vida e indicadores sociales desconocidos hasta hace relativamente poco tiempo. Uno de ellos es la gran cantidad de jóvenes adultos que hoy se resisten a abandonar la adolescencia. En 1983, el psicólogo estadounidense Dan Kiley publicó un libro titulado El Síndrome de Peter Pan, la persona que nunca crece. Desde entonces, se popularizó esta denominación para dar cuenta de este nuevo fenómeno social: adultos que hasta edades avanzadas conviven, por lo general, con sus padres, dependen de ellos en lo económico y se caracterizan por una forma de vida marcadamente adolescente. Se les conoce como niños-adultos (del inglés, kidults) o adultescentes. “Es un fenómeno que afecta a alrededor de 50% de los hombres de entre 20 y 40 años, que tienen un grado de inmadurez superior al de los jóvenes de generaciones anteriores”, explica el psicólogo español Antoni Bolinches, autor del libro Peter Pan puede crecer. “Es un perfil que se ha convertido en una pandemia, porque el modelo de sociedad actual es el caldo de cultivo ideal para que eso ocurra”, agrega el especialista. Por su parte, el psicólogo argentino Guido Fischer señala que esta suerte de síndrome no es una enfermedad ni figura en los manuales de trastornos 68+SALUD psicológicos: se trata de “la observación de una serie de síntomas que se extienden en una franja social”. Sin embargo, advierte el psicólogo, hay que prestarles mucha atención, porque pueden estar enmascarando patologías psíquicas reconocidas que necesitan tratamiento inmediato. Legado de época El aumento de la expectativa de vida ha retrasado la transición entre las etapas vitales. Los especialistas coinciden en que esta prolongación de la adolescencia se produce por una combinación de factores: • Sociales. Hoy proliferan modelos de familias sobreprotectoras, con padres que no cumplen su rol, que proveen a los hijos de absolutamente todo lo que necesitan sin asignarles ninguna responsabilidad; tampoco les enseñan a desarrollar herramientas adecuadas para la vida adulta. • Emocionales. En algunos casos, los niños-adultos han tenido una infancia caracterizada por la falta de límites y no pueden aceptarlos en su vida adulta. Provienen de una generación de padres que se niegan a repetir la educación opresiva que vivieron, pero que no han encontrado una forma saludable de ejercer la autoridad para que sus hijos aprendan a manejar la frustración y la incertidumbre y no se conviertan en personas dependientes. • Culturales. No sólo se expande una cultura de masas que elogia la soltura económica lograda con síndrome de peter pan | superyo Los hombres son más propensos que las mujeres a manifestar un comportamiento inmaduro y sentir temor al compromiso el menor esfuerzo y no alienta a los jóvenes a luchar por sus propios objetivos, sino que, además, en muchos países hay un alto porcentaje de universitarios que antes de entrar al mercado laboral deben realizar especializaciones y postgrados, por lo general incompatibles con la independencia económica. La poca oferta laboral y el deterioro de los salarios también influyen para que los jóvenes sigan conviviendo con los padres por más tiempo. más desorientados ante esa evolución-revolución femenina y muchos se refugian en la adolescencia para no afrontar las dificultades que implica crear un nuevo modelo de relaciones de género, más simétrico e igualitario”. Algunos especialistas señalan que el avance femenino en el ámbito laboral y académico es un factor que atemoriza a los hombres y los hace retroceder hasta la adolescencia. • Personalidad. “Idealizan el nido infantil: esto es patológico y trae conflictos”, sintetiza Fischer. “También se caracterizan por la irritabilidad, el narcisismo típico de la adolescencia, la negación al envejecimiento, la manipulación como recurso y la dependencia a sustancias, personas o cosas que los hacen sentir jóvenes”, detalla el especialista. • Vida afectiva. Si bien la postergación del matrimonio y la paternidad no es una conducta exclusiva de los adultescentes –pues muchos adultos hoy eligen no tener hijos–, éstos viven noviazgos marcadamente adolescentes. Sus relaciones son cortas y espasmódicas y buscan parejas mucho más jóvenes, incapaces de cuestionarlos: si sienten que lo hacen, huyen. Cuando tienen una pareja estable, es habitual que ésta desempeñe un rol maternal. Radiografía de los niños-adultos • Perfil. Tienen entre 20 y 40 años, conviven con sus padres y prolongan conductas típicas de la pubertad. Es frecuente que se vistan como adolescentes y consuman productos destinados a un público mucho más joven (videojuegos, por ejemplo). • Género. “El porcentaje de personas afectadas por ese comportamiento inmaduro y con miedo al compromiso es mayor entre los hombres”, afirma Bolinches. El psicólogo puntualiza que “las mujeres llevan tres generaciones luchando por su promoción, mientras que los hombres están cada vez Techo paterno: todo incluido Hasta hace apenas unas décadas era inaceptable que la novia de un hijo pasara una noche o viviera en la casa de sus suegros. Hoy no sólo es frecuente, sino que, además, está aceptada la vida sexual de los hijos fuera del matrimonio. Este cambio produce un escenario de extrema comodidad para los jóvenes: en casa de los padres encuentran comida lista, ropa limpia y hasta la intimidad necesaria para hacer vida de pareja. Y, en muchos casos, sin gastar dinero. Entonces, se preguntan: ¿para qué irse?. 69+SALUD superyo | síndrome de peter pan Nuevo escenario social • Desarrollo educativo y laboral. Suelen demorar en terminar su educación, y si ya son profesionales, retrasan la búsqueda laboral. Aquellos que sí trabajan, reservan sus ingresos para sus propias necesidades: diversión, consumos tecnológicos o viajes. Estos jóvenes evitan experimentar desafíos y enfrentar la realidad por sus propios medios. No toleran las evaluaciones ni las críticas o exigencias en el trabajo. Es frecuente que renuncien ante las presiones, porque muchas veces no tienen las destrezas necesarias para manejar conflictos. Peter Pan y Wendy Creada en 1904 por el escritor escocés James Matthew Barrie, la obra de teatro Peter Pan escenifica a un niño que no quería crecer. El apellido del personaje remite al dios Pan, asociado en la mitología griega con la sexualidad masculina y el instinto desenfrenado del hombre. Basado en su obra teatral, en 1911 Barrie escribe la historia Peter Pan y Wendy. El personaje de Wendy es la figura femenina, maternal, que cuida a los niños. El psicólogo Dan Kiley utilizó el término “complejo de Wendy” para definir a las mujeres que –por inseguridad o miedo al rechazo– se hacen cargo de las responsabilidades de su pareja o de sus hijos, se esfuerzan para evitar que se enojen, lo dan todo sin esperar nada a cambio. • Una madre-Wendy le soluciona al hijo las tareas escolares, busca cómo hacerle la vida más fácil y, así, evita que madure. • Una pareja-Wendy se convierte en la madre del hombre-Peter Pan, lo auxilia y le perdona todo, incluso, los desplantes. 70+SALUD En Estados Unidos y otros países occidentales las estadísticas revelan que casi la mitad de los jóvenes adultos vive con sus padres. De allí que los especialistas hayan comenzado a analizar el impacto de este escenario en la vida emocional y social de los denominados yuckies (del inglés young unwitting costly kids: jóvenes sin conciencia de su costo) y su repercusión en la economía y la vida cotidiana de sus familias: • Los padres que acogen en su hogar a un niñoadulto suelen verse obligados a solventar sus gastos. En consecuencia, quedan restringidos financieramente para otros proyectos personales. • Cuando en el hogar conviven adultos de diferentes generaciones, se suscitan problemas territoriales. ¿Quién pone las reglas de la casa? ¿Quién termina imponiendo su autoridad? Es casi imposible que los padres no se sientan invadidos en su intimidad e incómodos por tener que ceder espacios. • Por lo general, este niño-adulto no se siente mal con su conducta, porque puede pasarla bien; aunque son frecuentes las crisis de ansiedad e incertidumbre y los sentimientos de falta de adecuación. Pasados los 30 años, muchas veces reacciona ante los reclamos de su pareja o de sus padres, principales víctimas de su incapacidad para enfrentar la vida adulta. • “El Síndrome de Peter Pan es un intento de escapar de una realidad inhóspita para refugiarse en un mundo más amable, aunque sea ficticio”, afirma Bolinches, y advierte que el adultescente debe recibir atención psicológica, porque con el tiempo, si no madura, podría presentar síntomas más graves y crear escenarios muy complejos. • F ue n t e s c o n s u l t a d a s º Guido Fischer, psicólogo. Profesor de Psicología Sistémica y Sexualidad. Especializado en Terapia Familiar, Sexología y Adicciones (www.guidofischer.com.ar). º Antoni Bolinches, psicólogo, filósofo y sexólogo. Autor del libro Peter Pan puede crecer, entre otros títulos (www.abolinches.com). º Hacerse hombres: cómo el avance de la mujer ha convertido a los hombres en niños. Kay S. Hymowitz. º Surviving Adult Children Living at Home. Christina Newberry.