8 JUEVES, 4 DE MARZO DE 2010 ● Málaga hoy Málaga EPISODIO CLAVE PARA LA MEMORIA HISTÓRICA UN CASO EXCEPCIONAL EN EUROPA El número de represaliados enterrados en el antiguo cementerio supera al de todas las demás fosas españolas de la Guerra Civil juntas La reconstrucción del infierno Más de 4.300 víctimas del franquismo fueron enterradas durante 20 años en San Rafael, donde las excavaciones han recuperado restos de 2.840 cuerpos · El informe de la campaña da cuenta del exterminio Pablo Bujalance / MÁLAGA Tiro a la cabeza y cal viva. Pero no sólo. Niños que murieron a manos del hambre y el tifus y fueron abandonados en las fosas siempre abiertas por sus propias madres, que les garantizaban así el último descanso junto a sus padres. Huesos rotos deliberadamente, con la precisión del artesano, antes de que el disparo aliviara el dolor. Médicos que realizaban la autopsia a los cadáveres todavía calientes para mejorar sus conocimientos sobre anatomía. Lo que aconteció en las nueve fosas comunes del antiguo cementerio de San Rafael desde el 7 de febrero de 1937 constituye una tragedia digna del silencio de Dante, una demostración de la barbarie capaz de mermar la sensibilidad máscastigada,ysorprendelanaturalidadconlaqueMálagahavivido a espaldas del exterminio. Pero lo que allí ocurrió representa un caso único por sus brutales dimensiones: durante nada menos que veinte años, hasta mayo de 1957, fueron enterradas en la zona 4.374 3.002 AJUSTICIADOS Durante 1937 se abrieron seis fosas en el antiguo cementerio y se acumuló el mayor número de víctimas víctimas del franquismo, más que en todas las fosas comunes de la Guerra Civil que se han descubiertoenEspañajuntas.Setratadeuno de los testimonios de crímenes de guerra más importantes de la historia de Europa: ni siquiera en la antigua Yugoslavia se ha encontrado una fosa común semejante tras el conflicto de los Balcanes. Únicamente en la Alemania nazi pueden identificarse horrores más atroces. Ayer, en el auditorio del Museo Picasso, ante una concurrida audiencia formada en su mayoría por familiares de las víctimas, se presentó el informe final de la campaña de excavaciones que se desarrolló entre octubre de 2006 y octubre de 2009, y que permitió recuperar los restos de 2.840 cuerpos. El proyecto es lo más parecido a una reconstrucción fidedigna del infierno. El responsable de la campaña arqueológica y profesor de la Universidad de Málaga, Sebastián Fernández, expuso las conclusiones de los trabajos (impulsados por el Ayuntamiento de Málaga, la Junta Restos de asesinados en una de las fosas del antiguo cementerio de San Rafael. FOTOGRAFÍAS: MIGUE FERNÁNDEZ de Andalucía, el Gobierno y la propia Universidad) a modo de resumen del informe, que se extiende a lo largo de más de 3.800 folios. El tono científico no deja mucho lugar a concesiones sentimentales: sólo durante 1937, a partir del 7 de febrero, fueron enterradas en San Rafael 3.002 personas, la mayoría justo después de su ajusticiamiento. Las 1.472 restantes terminaron allí durante los veinte años siguientes (en 1957 sólo se produjo un enterramiento). Las primeras seis fosas fueron así abiertas en el mismo 1937, y en el interior de todas ellas se encontraron casquillos pertenecientes en su mayoría a munición italiana. Este hallazgo demuestra que los disparos se ejecutaban al mismo pie de fosa y los cuerpos caían por su propio peso. En algunos casos se ha encontrado una cierta disposición ordenada de los cuerpos, aunque predomina la acumulación caótica. El 97% de los restos hallados corresponden a varones mayores de 15 años, pero también hay cuerpos de neonatos. Fernández aclaró que éstos no fueron fusilados, sino, como se apunta más arriba, depositados allí por sus madres una vez fallecidos a causa de la enfermedad o el hambre. La octava fosa es un caso singular: incluye 21 pequeños complejos funerarios de los que se han extraído restos correspondientes a más de mil cadáveres. En el primer nivel, los arqueólogos hallaron, para su gran sorpresa, cuerpos sepultados en ataúdes, lo que responde, según Fernández, a la hipótesis según la cual las familias que se lo pudieron costear lograron que sus miembros condenados y fallecidos en la prisión provincial fuesen trasladados a San Rafael en estos féretros. Especialmente macabras son las historias del Parque Civil, la única parcela del cementerio a la que no le fue adjudicado el nombre de un santo y a la que iban a parar los no creyentes y quienes se habían suicidado en la cárcel. La saña fue aquí especialmente impulsiva: casi todos los cuerpos hallados tenían sus manos amarradas con alambres y huesos importantes con roturas limpias. Los verdugos se encargaron de propiciar el mayor dolor posible a las víctimas antes de ajusticiarlas. Una pistola encasquillada apareció junto a los restos. A otros noventa cadáveres encontrados se les practicó la autopsia antes de que fueran cubiertos con cal viva. La hipótesis apunta a la posibilidad no desperdiciada de practicar estudios de anatomía a un precio muy bajo. Mengele en Málaga.