VIDAS QUE EMPIEZAN POBRES

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VIDAS QUE EMPIEZAN POBRES
Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
VIDAS QUE EMPIEZAN POBRES
1 Tarda en andar. No puede salir del cochecito
3
2 Garantizar estímulos y relaciones
en los primeros tiempos de vida
4
3 Qué puede ocurrir cuando nacen y crecen
rodeados de pobreza
5
4 Ricos con madre y pobres con guardería
8
5 La mancomunidad social para la crianza
9
6 Dosis mínima de “madre” garantizada
9
7 La desigualdad se instaura en la educación 0-3
10
8 Diversidad, flexibilidad, profesionales y padres juntos
12
2
Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
1 Tarda en andar. No puede salir del cochecito
Al discutir en los seminarios sobre los impactos de la pobreza en las primeras
etapas de la infancia lo hicimos a partir de diferentes experiencias de atención, en
recursos tales como los centros de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP).
Utilizaremos dos ejemplos de situaciones reales que fueron abordadas y que
explican perfectamente bien las relaciones entre pobreza y desarrollo. En una de
ellas, una familia vivía realojada en una pequeña habitación, con escaso espacio
Existen etapas críticas,
y un suelo sucio y desconchado. El niño pequeño de ninguna manera podía
periodos de la infancia (0-3)
desplazarse por el suelo y tenía que quedarse en la silla. Era un cuarto piso sin
en los que las privaciones
ascensor y la madre, sola en casa, tenía dificultades para bajar con el cochecito e
o dificultades tienen costes
ir al parque. Deprimida, no se atrevía a pedir ayuda por miedo a que le retirasen
estructurales, pueden
al niño. En otro caso, una madre trabajaba cinco horas en una casa y se llevaba
generar impactos de mayor
a su hijo pequeño a realizar las tareas. Todo el tiempo tenía que estar quieto en
incidencia.
el cochecito y procurar no llorar para evitar las quejas por ruido de la familia que
la contrataba. Hora tras hora el pequeño no tenía ninguna interacción y podía
tener muy pocos movimientos. En ambas situaciones, cuando las familias llegaron
a ser atendidas, los niños arrastraban retrasos en significativos aspectos de su
desarrollo.
Fueron dos ejemplos para el debate de cómo la situación económica familiar pone
en riesgo las posibilidades educativas de los padres y, privando de oportunidades,
compromete el desarrollo de los hijos. Además, una y otra privación se dan en un
tiempo infantil, la pequeña infancia, que puede ser profundamente determinante
de su infancia y su futuro como personas.
Al destacar los impactos de la pobreza sobre las vidas infantiles se pone en relieve
cómo los distintos entornos, contextos, hacen posible, estimulan o dificultan el
desarrollo. Así, la pobreza puede generar entornos de privación, contextos de
mayor complejidad educativa. Sin embargo, tenemos que destacar que todos los
periodos vitales no son iguales, existen etapas críticas, periodos de la infancia
en los que las privaciones o las dificultades tienen costes estructurales, pueden
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Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
generar impactos de mayor incidencia. Uno de estos periodos es la primera
infancia (especialmente de 0 a 3 años).
2 Garantizar estímulos y relaciones en los primeros tiempos de vida
Sin caer en una especie de determinismo en el que las pérdidas no tienen posterior
reparación, hoy nadie discute que las experiencias vitales de los primeros años
Los primeros años de vida
son de las más determinantes para el desarrollo y adquisición de competencias
son siempre críticos y
personales que estructuran sus futuros como personas que se construyen y
especialmente incompatibles
aprenden. El desarrollo del cerebro (la construcción de su complejidad) depende,
con vidas marcadas por el
desde los inicios de la vida, de la calidad y cantidad de estímulos que reciba el
estrés de la supervivencia y
niño interactuando con su entorno. Todo su desarrollo psíquico dependerá de
la ausencia de otros apoyos
dichos estímulos. El desarrollo mental depende en gran medida de la calidad de la
que puedan compensar
crianza en estos primeros años de infancia. Podemos decir que las formas con que
carencias, apaciguar impactos.
padres y madres van dando respuesta a las necesidades básicas del pequeño, las
Se trata de tiempos, espacios,
formas con las que acompañan su proceso de desarrollo, condicionan de forma
relaciones de calidad que la
profunda cómo será el niño o niña y cómo se relacionará con los demás.
pobreza no debería destruir,
que las respuestas deberían
Igualmente, al diseñar las respuestas, las ayudas realmente positivas, los recursos
reconstruir.
para estas edades, la clave, el núcleo central, está en cómo garantizar las
relaciones, las interacciones tempranas, el clima infantil del día a día. Garantizar
que las interacciones con la familia, con otros adultos, con otros niños y niñas,
se convierten en estructuradoras del crecimiento, de la forma de ser, de la forma
de relacionarse. Existen unos mínimos de entorno a garantizar. Un mínimo de
cuentos, juegos y juguetes, salidas al parque. Un mínimo de relaciones con otros
niños y otros adultos.
Es todo ello lo que puede poner el peligro o puede destruir la pobreza familiar.
Todo ello es lo que pone peligro la supresión de recursos de atención a la pequeña
infancia que podrían compensarla. También, a veces, el empobrecimiento
lo que hace no es atrasar sino irrumpir como un acontecimiento (conjunto de
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Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
acontecimientos) que altera o desvía el desarrollo. Y todo ello con el agravante,
además, de que la destrucción es relativizada por parte de quien debe proveer de
servicios, que el bebé, el pequeño no protestan mucho, que son poco visualizados
y siempre se piensa que tendremos tiempo para compensar y arreglar si algo ha
faltado o fallado.
Cuando la pobreza afecta en
los primeros años de vida:
1. El embarazo es una
realidad ilusionante en
cualquier vida que la
pobreza puede convertir en
Pero los primeros años de vida son siempre críticos y especialmente incompatibles
inquietante.
con vidas marcadas por el estrés de la supervivencia y la ausencia de otros apoyos
2. Si padres y madres no
que puedan compensar carencias, apaciguar impactos. El desarrollo siempre tiene
pueden estar por el bebé
que ver con tiempos, espacios, relaciones de calidad que la pobreza no debería
recién nacido este tiene
destruir, que las respuestas deberían reconstruir.
dificultad para situarse con
cierto equilibrio en el mundo
en el que acaba de aterrizar.
3 Qué puede ocurrir cuando nacen y crecen rodeados de pobreza
3. La pobreza puede hacerlo
sentir que no era esperado.
Pensar sobre qué significa para un niño vivir los primeros años de su vida en un
entorno de pobreza comporta analizar primero de todo lo que la pobreza puede
poner en peligro, aplicar el análisis de los impactos sobre lo que define la pequeña
infancia. ¿Cómo puede acabar siendo un desarrollo empobrecido? ¿Qué puede
quedar comprometido? Intentaremos realizar una lista parcial de ello.
Después, puede generar
contextos de orfandad.
4. Si no se siente seguro, no
tolerará las separaciones,
malestares, frustraciones, no
podrá construir lazos para su
mundo interior.
1 El embarazo es, mayoritariamente, una realidad ilusionante en cualquier
vida. Pero es una realidad que la pobreza puede convertir en inquietante.
5. Si la pobreza destruye
las experiencias de diálogo,
Inquietante para los padres que pueden sufrir por el futuro de una criatura
pone en peligro los primeros
que desean a la que no pueden ofrecer ni un presente estable. Que pueden
códigos de comunicación.
sufrir por una realidad no prevista (la pobreza o el hijo) en que el nacimiento
6. Sin adultos disponibles
es percibido como complicación añadida a una situación ya difícil. Puede
le será difícil descubrir
convertirse en una realidad inquietante porque la privación del acceso
el mundo, pensar en él,
ágil y frecuente a los recursos maternoinfantiles (por supresión de acceso
recordarlo, ir dándole
universal a la salud en una situación irregular de los padres, por ejemplo)
sentidos.
deja a la madre sola con su embarazo, con la gestión de las preocupaciones
más elementales por cómo será la vida del ser que vendrá.
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Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
2 Cuando padres y madres no pueden estar por el niño que ha nacido, cuando
la pobreza provoca que no puedan cubrir de forma estable sus necesidades,
este tiene dificultad para situarse con cierto equilibrio (homeóstasis) en el
mundo en el que acaba de aterrizar. Puede instaurarse la inseguridad, el
caos de no sentir si la demanda y la necesidad tendrán respuesta y cómo
será esta.
3 Los primeros meses serán determinantes para la vinculación de la que se
habla en distintos documentos. Tener recursos determinará la posibilidad de
construir vidas interconectadas. La vivencia materna y paterna que la propia
vida está asociada a la de un hijo. La vivencia del pequeño tiene que ser
importante para alguien, que no peligra, que comprueba con experiencias
emocionales, vivencias y afectos cómo los adultos están presentes en su
mundo. La pobreza puede hacerle sentir, primero, que no era esperado.
Después, que no existe nadie que contenga su mundo, nadie que reaccione
a su llanto, ningún adulto que sonría cuando aprenda a expresar sonrisas.
La pobreza puede generar contextos de orfandad. La madre, que siempre
desea ser buena madre, no se sentirá segura como tal si debe cuidar de
manera precaria a su niño. La pobreza lo que dificulta no es la voluntad,
el deseo de vincularse, sino la forma de ponerlo en práctica. Lo que hace
es impedir (tiempo, estados anímicos, condiciones materiales de vida) las
manifestaciones que hacen sentir al niño vinculado, importante para alguien.
4 Toda infancia es, al menos, algo de dos. Si la pobreza empobrece
la interacción del niño con personas que son (deben convertirse en)
significativas para él, no podrá descubrirse y sentirse como sujeto distinto.
Imaginemos, por ejemplo, la reducción del espacio o el hacinamiento del
hogar de una habitación o infravivienda: ¿cómo puede un niño o niña
diferenciarse, sentirse sujeto separado y único? Igualmente, si no está
seguro, puesto que no se lo demuestran todos los días, puesto que los
adultos importantes no están disponibles (padres que han tenido que irse,
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Escritos para debatir, opinar y actuar
madres que tienen que trabajar todo el día), no tolerará las separaciones,
malestares, frustraciones, no podrá construir límites para su mundo interior.
5 Son tiempos especialmente significativos para las capacidades de
comunicación y relación. La preocupación por el impacto de la pobreza
tiene que ver con cómo esta destruye las experiencias de diálogo (verbal,
emocional, de contacto, etc.), pone en peligro los primeros códigos de
comunicación. Lo mismo puede ocurrir con las relaciones. Si el entorno
empobrecido no da seguridad a las relaciones familiares limitando las
interacciones con otras personas de fuera, buena parte del desarrollo puede
retrasarse.
6 Entre lo que podríamos denominar competencias de base de los primeros
años de vida, que la pobreza puede dañar, existe la necesidad de adultos
disponibles para ayudarlo a descubrir el mundo, a pensar en él, a recordarlo,
a ir dándole sentidos (entre ellos, la ubicación vital de la pobreza que le toca
vivir).
No es suficiente definir los primeros años de vida como momentos críticos.
Pensando en las respuestas debemos tener presente que también son años
especialmente permeables, años en que una atención adecuada produce un
gran impacto. También son periodos especialmente sensibles para los padres, es
una etapa sensible para las familias. No tan solo será necesario garantizar que la
pobreza no impide construir una vinculación saludable, estable, también es un
extraordinario momento para aprender a hacer de madre, de padre. Un tiempo
clave para evitar que las dificultades que sufrieron algunos de ellos como hijos se
reproduzcan al hacer de padres y madres. No es momento de enseñarles (ni la
pobreza debe obligar a recibir lecciones) sino para que descubran, relacionándose
con otros padres y madres, lo que verdaderamente merece la pena hacer por el
hijo o hija recién llegado o que está aún en ese tiempo en el que buena parte de
su vida depende de las personas adultas.
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4 Ricos con madre y pobres con guardería
Al pensar en las respuestas adecuadas para la pequeña infancia que nace y
empieza a vivir en pobreza, emerge una de esas otras crisis que no tienen que
ver con la pobreza pero que la pobreza sitúa en una mayor contradicción. Es
la crisis sobre la idoneidad y adecuación de las instituciones educativas para la
pequeña infancia y el papel determinante de la madre y el padre (de la persona
cuidadora) en los primeros años de vida. Todo ello, en una sociedad que lucha por
Las plazas de guardería son
la igualdad entre hombres y mujeres, en la que no se puede vivir sin doble salario,
recortadas defendiendo la
en que a menudo son las mujeres mal pagadas la única fuente estable de recursos
importancia del cuidado
económicos para el hogar.
materno. Se defiende el
papel clave del cuidado del
Acabamos de realizar una lista de las distorsiones que puede producir la pobreza
niño o niña en el entorno
en el desarrollo temprano y, una vez más, nos planteamos que los objetivos de la
estimulador y acogedor de
atención son dos: cómo hacer posible que padres y madres hagan de padres y
la familia olvidando cómo es
madres y, a la vez, cómo facilitar al pequeño lo que la familia empobrecida ahora
la compleja realidad de las
no puede facilitar. Pero la aplicación de los criterios para una buena respuesta
familias.
debe hacernos pensar siempre en tener presentes ambos aspectos, evitando caer
en una trampa muy significativa: si las familias tienen dinero los hijos pueden tener
madre o padre (con independencia del clima familiar), si son pobres deben tener
guardería, ¡que siempre será mejor! (con independencia de su calidad).
La pobreza, las respuestas a los impactos de la pobreza, hacen reavivar el viejo
debate sobre el lugar adecuado para la atención en los primeros años de vida
del niño. Las plazas de guardería son recortadas defendiendo la importancia del
cuidado materno. Se defiende el papel clave del cuidado del niño o niña en el
entorno estimulador y acogedor de la familia olvidando cómo es la compleja
realidad de las familias, especialmente cuando todo a su alrededor está
empobrecido. Intentaremos aclararlo para evitar, una vez más, que la pobreza
justifique cualquier respuesta y que esta se vuelva contra el niño.
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Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
5 Crianza en común
Aun así, antes tenemos que recordar que ni familia, ni crianza, ni educación pueden
ser realidades positivas en soledad. No puede hablarse de la crianza adecuada
sino del continuo de apoyos, interrelaciones y apoyos sociales que son necesarios,
que hacen posible el cuidado, la educación en la familia (lo que algunos autores
llaman holding social, agrupación interrelacionada, mancomunada, de apoyos). La
pobreza no impacta tan solo sobre la familia. Lo hace mucho más sobre el entorno
No puede hablarse de la
en el que el niño debe constituirse, sobre las interacciones sociales que permiten
crianza adecuada sino
a la familia funcionar como familia.
del continuo de apoyos,
interrelaciones y apoyos
Un buen funcionamiento de la función cuidadora precisa de un continuo de
sociales que son necesarios,
apoyos que van desde cómo garantizar el cuidado básico o la protección hasta
que hacen posible el cuidado,
cómo dar respuesta a las necesidades básicas del grupo familiar. En medio, está
la educación en la familia.
la ampliación del entorno estrictamente familiar a demás personas y propuestas,
atenciones sociales o de salud, condiciones de la vivienda para convertirse en
hogar, etc.
Si no se produce esta realidad interrelacionada de apoyos no será fácil descubrir
los potenciales retrasos del desarrollo, aislamientos prematuros, abandonos
diluidos. Nadie descubre las dificultades del niño, no será fácil que la familia pida
ayuda. El pequeño quedará fácilmente aparcado.
6 Dosis mínima de “madre” garantizada
Para cualquier bebé es imprescindible (no es renunciable) un sistema de crianza
que garantice el apego, la vinculación, la singularidad de la relación con una
“madre” (un padre, una persona adulta cuidadora). Dicha relación debe ser intensa,
de calidad, segura, estimuladora, personal, particular. Sobre esta relación se
construirá el entramado de afectos, vivencias y experiencias que le harán sentirse
único e importante. Una relación que va en ambas direcciones: el niño descubre la
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atención adulta; la madre, el padre, van descubriendo la conducta del pequeño, el
significado o importancia de sus manifestaciones.
Esto no puede depender de la pobreza. Existen unos mínimos (en tiempo, en
calidad de vida de la “madre”, en interacción preocupada por la vida del pequeño)
que deben ser garantizados. Por ello hemos insistido en las “bajas” (con apoyo y
dinero independientemente de si trabajaban o no) para todas las madres y padres,
para que alguien de manera significativa y personal destine tiempo a la educación
Existen unos mínimos (en
desde las primeras horas de la humanización. Deben existir unos mínimos de
tiempo, en calidad de vida
apoyos parentales para que padres y madres aprendan a ejercer dichas funciones
de la “madre”, en interacción
y convertirse en personas clave en el desarrollo de su infancia.
preocupada por la vida del
pequeño) que deben ser
Estamos en una sociedad en que estas afirmaciones no se dan como buenas
garantizados. La relación
para todos los niños y niñas. A pesar de esta necesidad demostrada de una
intensa, de calidad, segura,
vinculación segura inicial, de esta necesidad de interacción afectiva singularizada
estimuladora, personal,
que estructure su vida, tendemos a poner a los pequeños bebés rápidamente en
particular no puede
alguna institución, por muchas horas y sin preocuparnos demasiado de cómo van
depender de la pobreza.
viviendo su experiencia fuera del hogar. Si la pobreza impacta en el grupo familiar
la separación puede acabar siendo muy rápida, poco cuidada y, desgraciada y
mayoritariamente, no para ir a un espacio educativo sino a las manos cuidadoras
disponibles que el círculo de relaciones y la escasa economía familiar permiten.
7 La desigualdad se instaura en la educación 0-3
Por otro lado, hoy es un hecho incontestable que la educación 0-3 tiene una
influencia capital en el desarrollo intelectual y social de los niños y niñas. Además,
que esta influencia es especialmente significativa en los niños que viven en
entornos socialmente desfavorecidos. Sabemos que cuanto más dificultades tiene
un niño mayor importancia toma el entorno en el que se desarrolla. Más necesario
se vuelve enriquecer entornos que están siendo empobrecidos.
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Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
Las posteriores diferencias escolares se explican en una elevada proporción
por la calidad de la educación en los primeros años de vida, especialmente por
el acceso a una educación 0-3 de calidad. No es discutible que poder ir a un
espacio educativo infantil en los primeros años de vida es una de las principales
formas de compensar los déficits educativos que genera la pobreza en el entorno
familiar. Además, todo niño tiene derecho a pasar tiempo con otros niños y niñas,
a descubrir el mundo jugando, a oír voces seguras distintas a las de su casa.
Ir a un espacio educativo
El acceso a una guardería es una de las principales medidas del paquete de
infantil en los primeros
oportunidades básicas a las que tiene derecho todo niño, especialmente si las
años de vida es una de
oportunidades educativas familiares están bajo mínimos por culpa de la realidad
las principales formas de
social complicada y empobrecida en la que deben vivir. Garantizar oportunidades
compensar los déficits
en la primera infancia es contar con plazas de guardería y asegurar su acceso
educativos que la pobreza
(prioridad, tarifación social, trabajo con las familias para estimularlo, etc.).
genera en el entorno familiar.
¿Cómo puede combinarse la reclamación sobre recursos para la vinculación
segura que acabamos de realizar y, a la vez, la exigencia de guarderías casi
universal? Ni la mejor de las familias puede proporcionarlo todo. La guardería crea
entornos de experimentación para descubrir progresivamente el mundo. Permite
descubrir el cariño y la seguridad que proporcionan otras personas adultas. Hace
descubrir a los demás, confrontarse y amar. Genera estructuras cognitivas a partir
de múltiples formas de aprender en medio de varias felicidades. Contribuye, con
el dominio de rutinas y pequeños hábitos, a hacer que nazca la dosis razonable
de orden en el inevitable caos de los deseos y emociones de los inicios de todas
Garantizar oportunidades en
las vidas. Todo ello es necesario para todo el mundo y se vuelve imprescindible al
la primera infancia es contar
estar empobrecido el entorno.
con plazas de guardería y
asegurar su acceso.
Encajar las necesidades de familia y las de estimulación en otro entorno requiere,
sin embargo, que el espacio infantil, el hogar diferente, tenga un conjunto de
cualidades (que aquí no describiremos) que tampoco son prescindibles. La
respuesta a la pérdida de oportunidades educativas que, bajo la pobreza, sufren
algunos niños no puede ser más espacios de aparcamiento o más tiempo de
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custodia, entre cuidadores cambiantes y saturados, para que las madres puedan
trabajar más. No pueden acabar siendo pobres y perdidos, de mano en mano. La
pobreza no puede hacer aumentar la delegación, la desvinculación, el caos del
mundo de un niño, que con la atención que recibe aún se siente más perdido.
Los hijos deben poder separarse emocionalmente de la familia que los ha traído
al mundo, deben adquirir nuevas confianzas con distintos adultos, tienen que
convivir de forma permanente y significativa con otros niños, pero eso requiere
de espacios infantiles con una atención de calidad.
La respuesta a la pérdida de
oportunidades educativas
que, bajo la pobreza,
8 Diversidad, flexibilidad, profesionales y padres juntos
sufren algunos niños no
puede ser más espacios de
Nadie propone crear plazas de guarderías para todos los niños del territorio, ni
aparcamiento o más tiempo
singularmente para los que sufren pobreza. Espacios para la pequeña infancia
de custodia, entre cuidadores
existen de muchas clases y la reclamación de su existencia como respuesta a
cambiantes y saturados,
la pobreza tiene que ver con la creación y conservación de una diversidad de
para que las madres puedan
recursos educativos para todos los niños y niñas de 0 a 3. Algunos ejemplos:
trabajar más.
• Los “espacios bebé” ayudan a construir la vinculación y a descubrir cómo
dar respuesta a las necesidades de los nuevos personajes de la casa.
• Los “espacios familiares” permiten compartir experiencias educativas
entre familias y entre niños.
• Las escuelas infantiles abiertas permiten compartir a profesionales
y padres experiencias educativas en los espacios “escolares”, traspasar
confianzas de ida y vuelta.
• Las guarderías flexibles permiten usos parciales, aceptan padres o
abuelos que van y vienen.
• Ninguna guardería es adecuada si no se construye de forma permanente
un diálogo confiado entre los profesionales y la familia para compartir
cómo educar en el día a día del niño.
• La guardería reduce poco las desigualdades si no logra implicar a los
padres en la crianza y la educación de los hijos.
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Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
• Todos los recursos deben ser ofertas que se basan en reforzar vínculos y
en hacer sentir a los padres que pueden hacerlo bien.
Un ejemplo de esta lógica lo encontramos en una experiencia de la que se debatió
en los seminarios: el Proyecto Piadoso (acompañamiento de familias con niños de
0 a 6 años). A pesar de ser una propuesta tan solo para familias en situaciones de
dificultad socioeducativa que afecta a los hijos (con intervención de los servicios
sociales), trabaja siempre con un grupo de familias y sus hijos pequeños, en la
comunidad, a partir de las actividades que todo grupo familiar debería poder llevar
a cabo al salir del colegio. Ni niños ni padres van a recibir tratamiento alguno. Todo
el mundo va a participar y compartir. Los padres han aparecido cuando ya no
pueden más y no desean que los niños paguen su desbordamiento. Los pequeños
pueden encontrar sentido a un lugar en el que pueden jugar con amigos, mientras
sus madres charlan. Todo el mundo piensa en cómo merendar o hacer la cena. Los
adultos pueden cuidar en compañía, los niños y niñas pueden descubrir mundos
que difícilmente aparecían en su casa, en un espacio mucho más acogedor que
su hogar. La atención, al menos, intenta que la pobreza no genere impotencia
educativa total, que no reduzca drásticamente las experiencias vitales positivas
de los pequeños.
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Infancia y pobreza
Escritos para debatir, opinar y actuar
El proyecto Reflexiones: La pobreza vista desde la infancia es una iniciativa del Palau
Macaya y CaixaProinfancia
Organización: Palau Macaya
Dirección científica: Jaume Funes
Redacción: Jaume Funes a partir de las reflexiones y debates de los seminarios “La pobreza
vista desde la infancia”, coordinados por Anna-Bel Carbonell, Marta Comas, Josep Torrico
y Jordi Bernabeu, que también han hecho aportaciones a las redacciones finales.
Estos agrupan temática y libremente ideas aportadas por una sesentena de profesionales, a lo
largo de veinticinco encuentros de debate. Igualmente resumen ideas de las investigaciones
e informes sobre pobreza infantil aparecidos en los últimos dos años.
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