79 HISTORIA DEL ESCORIAL. Hizose asi, y se descendía á este punto subterráneo por dos escaleras de granito en hélice y recónditas, que desde el altar mayor de la iglesia principal comunicaban con otras dos mas anchas y bastante claras, también de piedra: estas tenían su entrada por los aposentos reales y por la sacristía del convento. El panteón era todo de piedra labrada, de grandes proporciones, de mucha grandiosidad y no poca nobleza: pero habiendo parecido después al mismo Rey que estaba muy distante, y asaz lóbrego y triste, mandó construir otra bóveda, cuya clave habia de coincidir con la parte baja y media del altar mayor. Construyóse en efecto esta, la cual ocupaba todo el terreno que cae debajo del presbiterio, que es el espacio que hay desde que se comienzan á subir las 12 gradas al nivel de los pulpitos hasta la pared del retablo. Esto es todo lo que hizo Felipe IIrespecto del Panteón. Concluidas las habitaciones interiores del edificio, y muy adelantados los demás trabajos á principios de 1587, asemejábase aquel monumento al joven imberbe que, dejando el traje de la niñez, se atavía con los vestidos de la mayor edad y afecta de repente los modales del hombre elegante y de mundo, desdeñando recordar su reciente mudanza. Cualquiera que hubiese fijado su vista por entonces en el Escorial, hubiera desde luego comprendido que contemplaba la gloria del siglo XVI.El Escorial se hallaba en todo el desarrollo de su pubertad, en toda la fuerza de su robustez; era la novedad de la época. , Trasladóse allí el Rey á pasar la Semana Santa de aquel año, y por el mismo tiempo se estrenó el magnífico Monumento que forma un bien entendido templete, algo parecido al de la parte superior del facistol del coro, imitando á jaspes y bronces, y correspondiendo perfectamente á la grandeza y magestad del templo. Este bello trozo de arquitectura fue ejecutado en madera por el hábil italiano Giuseppe Flecha sobre los dibujos y traza de Herrera (*). Su efecto llenó los deseos de Felipe II,tanto por su magnificencia y esquisito gusto, cuanto por lo perfecto de su ejecución y la facilidad con que se quita y se pone. Asistía con su acostumbrada puntualidad á todos los ejercicios piadosos, y los ratos que estas ocupaciones le dejaban libres los dedicaba á recorrer todos los departamentos, concibiendo cada dia nuevos proyectos de perfeccionamiento, nuevas obras con que embellecer y engalanar al niño mimado de su preferente predilección. Unas veces se entretenía viendo pintar á los hermanos Fabricio y Granelio, que ya por este tiempo daban los últimos toques á los frescos de las salas capitulares ( ); otras recorría el claustro bajo, donde también se ejecutaba distinta clase de frescos; y otras finalmente, como cansado ya de tanta obra artística, subíase á la meseta del cimborrio, y desde allí contemplaba el mas delicioso panorama. Aislado aquel monasterio en medio de pintorescos cerros, triste y solitario cual cumple á la mansión del hombre ascético, sorprendíase la imaginación del fundador desde aquel elevado punto, y diríase que quería medir el espacio que nos separa de la magnífica bóveda azul. Allíse espiritualizaba: los campos, los bosques, lafl caprichosas lomas y aun los horizontes que su vista llegaba á alcanzar, todo perdía su mágico poder, todo palidecía comparado con la grandeza infinita de lo divino, con el inmenso ámbita de lo desconocido, de ese mundo invisible donde residen los verdaderos palacios de la luz, los misterios del Omnipotente. Y nosotros, débiles mortales, puntos insignificantes de ese gran todo; osamos analizar los accidentes de la vida, osamos descifrar los arcanos de la Divinidad! Persuadido de la nulidad del bombre en tan sublimes cuanto imposibles investigaciones, descendía de aquella altura, y con él descendían sus ideas de la elevación filosófica á que se habian remontado. El espíritu se materializaba. Continuaba su visita por todas las demás habitaidab¡ ;unas mudar lo que se habia hecho por fuente de los patios chicos. con las t'uen'parecerle mezquino ó fábrica; haciendo sustituir algunas de tes de los claustros menores, que estaban ya labradas de la misma clase de piedra que la ellas con las de marmol que ahora hay. Siguió adelante con su familia y con los caballeros que en esta escursion le acompa2 pocIBB^conteció arrinconado. En tiempo de Felipe IIse guardaba (<) En la Semana Santa de 1857 se colocó este magnífico templete, que hacia 25 años permanecía guarda; pero desde que en 1744 se quemo esta dependencia del hoy la donde también se Compaña, este Monumento en una pieza destinada al efecto en de este bello trozo de arquitectura, ocuparemos descriptiva nos parte En nuestra donde desarmado. estar edificio no ha tenido un lugar conveniente poca costa. á restaurarle mejor vista, así como el medio de á su impresión que la recibimos comunicando á nuestros lectores 2.°, que habiéndose hecho en Roma vanos grabados de los adornos de ( 2) Alhablar de los móteseos de las salas capitulares, dice Ponz en su tomo Escorial; confiesa estar muy lejos de verlo. Mucho se ha tardado en efecto, aunque bien merecían igual suerte los del esta clase que hay en y su mediana fortuna, se atreviera á sacrificarlo todo por hacer entusiasmo artístico apoyo que su pero llegó por finel dia en que un español, sin mas digna por concibió, él la tanto lo menos del monumento del Escorial. algún como trabajos artísticos una obra si no tan rica en eíVaticano, HISTORIA DEL ESCORIAL. 80 ñaban, y visitó la biblioteca, donde pre- senció la colocación de la rica estantería ";y: J que la adorna, dando como siempre sus disposiciones, y enterándose de todos los pormenores con estraordinaria prolijidad. Alponer su pie en aquella estancia debió (manifestar su ansiedad por verla cuajada en ella lo mas numeroso y selecto principales ensueños de Felipe II.¿Son un bien o aue habia producido la literatura. La conclusión del Escorial era uno de los bien á no dudarlo,, porque la ilusión y la esperanza constituyen nuestra dicha. un mal esta ansiedad y estos ensueños? Son un la tempestad; como la flor que brota en medio del La esperanza es como el resplandor que atraviesa las negras nubes de tiempo le queda al hombre para descudesierto; como las consoladoras estrellas que lucen serenas en la oscura noche. Harto suelen encubrir. brir bajo el brillo y fascinación de las cosas el fondo amargo y la realidad que mas de lo acostumbrado, porque quiso celebrar allí el natalicio del Prínpe su hijo, que cumplia 9 años el día 13 de abril; y porque habiendo reciido la triste nueva de la decapitación de la infortunada María Stuart, reina 3 Escocia ,quiso que se le hiciesen unas solemnísimas honras fúnebres y asistir ellas! ). Decretada por Isabel, reina de Inglaterra, la muerte de la bella y esgraciada reina de Escocia, María Stuart, por quien Felipe IImostró siempre mto interés y solicitud sin duda por ser católica, y con quien proyectó casar su hijo Carlos, acabó de aumentarse el odio del Rey de España hacia la iglaterra. La distinta religión de ambos monarcas, y la protección mas ó leños embozada que uno y otra dispensaban á los subditos de la contraria ación que profesaban su religión, eran motivos mas que suficientes para íantener vivo este odio, y aun acrecentarle. Sin embargo, podemos aseurar que el suplicio de aquella infortunada reina fue la causa que atrajo t pérdida de nuestra armada Invencible* Con la noticia de haber rodado Are el patíbulo aquella hermosa cabeza, friéronse sucediendo los hechos exacerbándose el odio de Felipe IIcontra el protestantismo; exaltóse su naginacion, y acometió una empresa tan colosal como desgraciada. El Papa Sisto Y le estimulaba á realizarla cuanto antes, porque de ella speraba la restauración de la autoridad pontificia en Inglaterra, mientras )S generales que habian de mandar la espedicion ninguno le aconsejaba ,ue se fuese directamente á Inglaterra, por ser una nación de tantos puery tañía pericia naval. Felipe IIá nadie escuchó, y después de haber años y con toda la calma que le plugo, calificó en esta ocasión á sus mas PsTado meditando esta empresa por espacio de tantoscircunspectos, y resolvió que se fuese derechamente á Inglaterra. prácticos y entendidos consejeros de nimiamente Grande era el movimiento que estos aprestos guerreros causaban. Halláronse disponibles 152 buques de alto bordo ( ), de los cuales 100 próximamente eran galeones, mucho mayores que ninguno de cuantos hasta entonces se habian visto en Europa, con 2630 cañones de cobre de grueso calibre, con bastimentos para seis meses; seguíanlos 20 carabelas y 10 fustas de 6 remos cada una; y componíase la espedicion de unos 28.000 hombres, á los que se agregaron voluntariamente muchos nobles españoles, italianos y alemanes, por lo cual ya no era posible á Felipe IIencubrir el verdadero objeto de tan estraordinarios (^^"^TT^^ \u25a0 1 5 preparativos ( ). ? 0) AImismo tiempo que recibió la triste noíicia de la muerte de esta Reina, llegó á sus manos un anillo de oro con un rico diamante tabla, que habia á dicha Señora, y por su mano lo entregó al P. Sigüenza, con orden espresa de que fuera colocado entre las reliquias de los santos, y así se cumplió. Hemos tratado de copiar este anillo, pero nos ha sido imposible por no existir ya en aquella casa. ( 2 ) Estrada, Decada 2.a ,lib.IX.—Hume, traducción de Ochoa, tomo III,página 323, P) Toda la marina británica consistía entonces únicamente en 14.295 hombres*, los bajeles ingleses eran generalmente tan pequeños, que escepto algunos navios de guerra de la reina, no habia cuatro buques mercantes que pasaran de 400 toneladas. Componíase toda la armada de 24 navios; los demás mas bien merecían el nombre de pinazas que el de navios. (Hume, obra citada.) pertenecido 81 HISTORIA DEL ESCORIAL, Cuando la Armada Invencible, que tal se llamó por ser así considerada de todos, iba ya á dejar el puerto de Lisboa, detúvola un contratiempo que debió parecer nuncio presagio de otros maus^ Santa^ Cruz, almirante de la armada, el mas acreditado marino de aquellos tiempos yvencedor en tantos i J r^ mares, sucumbió en pocos dias arrebatado de una recia calentura. Do la misma dolencia falle- Éj/M ció al poco tiempo el vice-almirante Duque de Paliano. Reemplazó Felipe IIal primero con el Duque de Medinasidonia, de ilustre prosapia y aventajado en riquezas, pero enteramente agenoB á la ciencia y á la práctica naval; y D. Martín Racaldefue nombrado vice-almirante. Este sucesoB fue fatal para los españoles, no solo á causa de la pérdida de un capitán tan hábil como Santal Cruz, sino también por la demora que ocasionó en la partida de la armada, dando mas á los ingleses para apercibirse á la defensa. Apenas salió la escuadra del puerto de Lisboa (29 mayo) llena de esperanza y ufanía, fue asaltada por una tempestad, y dispersa á lo largo de las costas de Galicia: 8 navios se estrellaron contra las rocas, los otros se juntaron en el \jm -^yjfj_____Qi^__ ('). julio de de 1588 vela el 21 Coruña, volvieron á dar la de la y puerto historiador, No bien habian anclado los navios ingleses en el puerto de Plymouth, dice un , i,.„;,|,r .|,>s_-iil-rí<-_-.i ;'i l;i allnn del rabo I.<v.an) l.i :inn.nl:i i-s|i:ifi"!-iá ni.mri.i ,lc una «-¡nd.itl (30 julio1588). . flotante puesta en forma de medialuna, y abrazando una estensionde 7 millas Magnífico é imponente espectáculo fue para los ingleses la aparición de aquellos enormes vasos, castillos, y su pausado de aquellas inmensas galeazas, con sus alias proas, sus elevados magestuoso movimiento ('). Allí debió la Invencible atacar á la escuadra inglesa, que pasaba de largo M¿ anclada y contra viento; mas viendo el almirante Howard que nuestra armada T ¡i dos ..<• I'lvnimilh. p.m iimi'* nuosliw Irruís pnus .lHenmii.. Mil.ir y íiii|iiícIjiiI.i:volvin-nii U. y maniobras, mientras los Vsu misma mole v magnitud hacia lentos y pesados sus movimientos nuestros, menos vulnerables, y guiados por diestros marimas pequeños y mas veloces, mas bajos que los bageles y las hacían no poco daño (\u25a0)• neros pasaban y repasaban al rededor de nuestras pesadas galeazas, naciones mas potentes de la época; tiempo tendremos Dejemos por un momento frente á frente á las dos armadas de las dos los pasos á Felipe II,que no estará mu } aquellas aguas, donde una mala estrella condujo á nuestra flota. Sigamos tiempo^ f^^ Vjj p^^^k 1 j \u25a0J^^^MT^^j^*I ?^^^M^jf £<J I estaba^^B^^<A^| 1 \u25a0^ •tw] I ingleses,' devolver á lejos de San Lorenzo. Al dia si-uiente de haberse celebrado el Rey de España (15 abril), partió este cuerpo de Santa Leocadia, que le enviaba en aquella ciudad se le hiciese un solemne 1 ,,,,_,„•,.__<-_,. con toda suntuosidad en el Escorial los funerales de Mana Stuart, dispuestos por con sus hijos y dirijióse á Toledo, donde iba á recibir en otra devota estación el desde Flandes el Príncipe de Parma. La llegada de este santo cuerpo dio lugar á que recibimiento, y desdeallí salió para Madrid, donde permaneció hasta el 7 deagosto, „,M1 nn encontró enemigos que aceptasen el reto que les presentó España en aquellos mares, con buques armaf,.,,_ (.) Es sabido que constituyen aptos para la guerra; que aquel gran reto y alarde, lejos de ser aceptado, doy o icon que hovks como «"litares científicas asi sin cond.ciones dos las mas gl]erre os q|le facuUativos , fue ]a principal causa de la irrearredró á los enemigos de España; que solo a m*™* wmpor estallaron sobre nuestros mal preparados buques, destruyeron _ q repetidamente v desconcertadasfuer gularidad de sus movimientos y recaladas que los gr andes e « yerdaderamlnte la Armada llamada '««*? qne y el encono de ponderados por algunos la envidia , triunfos sus comal dantes alcanzando zas, y rota su ordenación, aprovecho la inhabí íoaa nidii. de levantarla marina de su nación en contraposición de la espaInglaterra Los «seos Américas, a quien pelos eternos enemigos de las glorias de España. devasta ciones y actos piráticos del mismo Drake en nuestras continentes, dieron c »slu poder concepto en ambos que como nación nuestro al alto y Inglaterra ñóla de a Mval v levantar on la u que ornan s de la Vega.) drán los ingleses colocar en buen hora entre los marinos Lasso (Jorge filibusteros. mero corsario marítima disfruta, pero que para los españoles fue un , »^*^¿^™^™ , . ! «J»^ ° ' ?) En"lfmagnífica ,. , Oda de Góngora á la Amada to*uto » Umk^ y á tanta vela es poco todo el viento. . HISTORIA DEL ESCORIAL 82 el Rey y puso en práctica la idea de que tornó al Escorial con objeto de pasar el dia de San Lorenzo. En esta ocasión concibió cuantos candeleras con velas de cera pudieron iluminar por primera vez el interior de la iglesia. Colocáronse con este objeto altares; encendiéronse al anochecer el día 9, y caber en todos los nichos y cornisas del retablo principal, así como en los demás Infanta, á quienes se recibió con la solemnidad debida, poco después, ya entrada la noche, llegaron de Madrid la Emperatriz é verdaderamente pasando por el Patio de los Reyes, como entrada principal, para que gozasen mejor de aquella hermosa vista, trasmitidas, una sublime y sorprendente. Según todas las personas que lo han presenciado y cuyas impresiones nos han sido iluminación en el monumento de Felipe IIproduce cierto efecto mágico, que eleva el alma en dulce contemplación, sintiéndose embargada por un placer grandemente religioso é inefable. Habiéndose concluido por este tiempo la parte interior del colegio y seminario, que alcanza tres claustros culeros, quiso el Rey que al momento fuesen ocupados por los colegiales y seminaristas, que provisionalmente estaban en otra parte. Aumentó el número de estos hasta 40, y hasta 32 el de los colegiales monjes. De esta suerte quedó establecido cierto orden de cosas; y aquellas tres corporaciones, montadas según el sistema monástico y sujetas á las estrechas y concienzudas constituciones que el mismo monarca redactara, comenzaron á marchar uniforme y ordenadamente. Pudiérase decir que el monumento del Escorial se hallaba en el período mas brillante del prólogo de su vida. La parte formal ymoral del pensamiento grande y religioso del fundador habia llegado ya á su complemento; la material reclamaba todavía algún tiempo para ponerse al nivel de aquella. Esperemos un poco, y también la veremos terminada. El genio previsor de Felipe IIle hizo desde luego comprender, que habiendo de pasar largas temporadas en aquel sitio de sus afectos, fuerza era establecer algunas oficinas para el despacho de los negocios, así como también para que habitasen los LJ y X'x. ü Hffl allí _______ul^- \u25a0múppIHSf 3______!rrm_____\u25a0 ' i PmM Effyyf S3H. &ffl'ER/¡S CASAS DE OnClOS oficiales de su servidumbre. Mandó pues con este objeto levantar dos anchurosas casas? de piedra, que ahora se llaman de Oficios, sitas frente á la fachada del Norte, las que guardando perfecta armonía con el edificio, aumentan su magestad. Dejóse entre estas casas, perfectamente tiradas á cordel, y el monasterio una vastísima plaza, cercada por un fuerte antepecho también de piedra, que se estiende por las dos fachadas del Norte y Poniente, que es lo que ha recibido el nombre de Lonja. Construíase al mismo tiempo hacia la parte de Poniente, bajo la dirección del arquitecto Juan de Mora, el grande y desahogado edificio llamado la Compaña, donde estaba todo lo necesario, no solo á una numerosa comunidad sino también á una grande pobla-