Sinopsis por temporadas · Temporada VIII

Sinopsis por temporadas · Temporada VIII
TemporadaVIII
María está embarazada. Al haber sido rechazada por Gonzalo, Mariana le propone que se case con Fernando y le haga creer que es suyo. Don Celso informa a Gonzalo de que tiene que irse de Puente Viejo
porque ha sido destinado a otro pueblo. El joven cura no quiere irse sin decir adiós a María, la mujer
de la que sigue enamorado y a la que no puede olvidar. En la despedida ambos se confiesan su amor.
María descubre que no está embarazada y que todo ha sido una falsa alarma. Pero una tragedia sacude
su vida: un encapuchado la agrede y la viola. Cuando Gonzalo se entera, decide que no puede irse del
pueblo, tiene que estar al lado de ella en un momento así. El pueblo entero cree que Lázaro, un vecino que años atrás había sido acusado de varias violaciones, está detrás de esta nueva salvaje agresión.
María y Gonzalo dudan de que él sea el culpable.
Raimundo por su lado decide contarle a todo el mundo que se casará con Francisca. Necesita que la
boda se celebre lo antes posible. Le acucian las deudas y la vida de Sebastián está en peligro. Al no poder hacer frente a los pagos, los acreedores secuestran a Francisca para presionar así a Raimundo. Lo
que él no puede ni imaginar es que su propio hijo, Sebastián, está compinchado con los secuestradores
y está dispuesto a matar a Francisca si no reciben el dinero.
Raimundo, engañado por Sebastián, acude a un refugio para hacer la entrega de dinero. Francisca le
abre los ojos y se da cuenta de que su hijo es un impostor y le ha engañado. La Guardia Civil se presenta en el refugio y se produce un tiroteo. Sebastián es abatido y muere en brazos de Raimundo.
Soledad se da cuenta de que su sirvienta es la espía de Olmo, por lo que estará muy pendiente de todos
sus movimientos. Olmo sigue obsesionado por controlar y saber todo sobre su rival, Luis, el profesor
de música. Su investigación descubre que es homosexual. Olmo está dispuesto a contarlo a todo el
pueblo para que lo linchen. Sin embargo, Soledad sale en su defensa y asegura que eso es imposible,
ya que son amantes.
Fernando se acerca cada vez más a María, mientras que Gonzalo se distancia de ella. Don Anselmo le
aconseja poner tierra de por medio con ella. Los constantes intentos de Fernando de malmeter entre
Gonzalo y María también provocarán un enfriamiento de la relación.
Emilia finalmente decide contar la verdad por la que María se fue a vivir con Francisca. Ella descubrió
a un pederasta abusando de ella y con la ayuda de Francisca lo asesinaron. Emilia no encontró mejor
forma de protegerla que mandándola a vivir con ella.
Lázaro es detenido, pero se confiesa con Gonzalo y clama por su inocencia. En la propia cárcel es asesinado a manos de Fernando. Gonzalo pide que investigue quién ha matado a Lázaro y que se encuentre
al verdadero culpable de la violación de María.
Fernando le confiesa a María que fue él quien asesinó a Lázaro, con el objetivo de vengar su violación.
Poco después, llega el Capitán Herrera, encargado del caso de la agresión de María y le cuenta que es
imposible que el responsable fuese Lázaro, puesto que le castraron hace años tras cometer varias violaciones.
María se somete a una sesión de hipnosis para recordar lo ocurrido el día que el encapuchado la abordó. Emilia y Alfonso temen que también recuerde el dramático capítulo que le tocó vivir en su infancia. María comienza a recordar y dice que el violador le quitó el crucifijo que llevaba. Se descubre que
Fernando es quién lo tiene. Esta es la prueba irrefutable de que él es el violador de María. Fernando
sigue con su siniestro plan para inculpar a otros en la violación, así que coloca el crucifijo entre las
cosas de Gonzalo. Además, contrata a un hombre para que se presente como testigo de la agresión y
le señale como el culpable. Cuando las autoridades investigan, descubren el crucifijo y lanzan el dedo
acusador sobre Gonzalo. Pero María está convencida de que él es inocente y miente para salvarle, asegura que ella se lo regaló hace tiempo. Ella está casi segura de que detrás de todo esto están Fernando
y Mauricio.
Francisca contrata a un abogado para meter a Gonzalo en la cárcel. Finalmente es declarado culpable
y sentenciado a muerte.
Tristán se humilla ante Francisca para interceder por Gonzalo, pero de nada sirve y sólo el apoyo de
Candela conseguirá aliviarle. Además, Emilia y Tristán están enfrentados por defender a sus respectivos hijos.
María, en un último intento por salvar a Gonzalo le cuenta a todos que ella ya mantuvo relaciones sexuales con él y que jamás la ha forzado. Gracias a su declaración, queda en libertad. Ambos reciben la
reprobación y el enfado de todo el pueblo. Ahora todos saben que el sacerdote ha incumplido los votos
de castidad. Cuando Gonzalo va a darle las gracias a María, es echado de la casona, donde se produce
una discusión entre él y Fernando.
Tras el escándalo, Francisca decide echar a María de su casa. Rosario será quien le de cobijo en El
Jaral. Sin embargo, eso no la salva de los cotilleos del pueblo, y los intentos de Gonzalo por ayudarla,
empeoran la situación.
Fernando vuelve a pedir matrimonio a María, pero ella necesita tiempo para pensarlo. Para impedir
que los cotilleos continúen, dice que mintió en el juicio, que jamás se acostó con Gonzalo y sólo lo
hizo para salvarle. Finalmente, acepta casarse con Fernando. Francisca también la invita a regresar a
la Casona.
Soledad decide irse con Luis de Puente Viejo y se lo dice a Francisca, quien le da dinero, porque quiere
deshacerse de ella. Soledad le confiesa a Luis que lo que en verdad quiere es que la ayude a morir. Pero
él se negará a cumplir su deseo.
Tristán y Candela están cada vez más unidos, pero no ninguno de los dos se atreve a revelar sus sentimientos. Tristán se siente muy culpable por estar enamorándose de otra mujer y traicionar a Pepa.
Todos le convencen para que olvide el pasado y vuelva a ser feliz. Además, Gonzalo y María, le animan
a traer de regreso a casa a su hija Aurora y recuperar el tiempo perdido. Candela se sentirá en un segundo plano ante la noticia de la inminente llegada de la hija.
Mariana comienza a sospechar que fue Fernando quien violó a María. Además, Fernando le pide a
María como condición para casarse con ella que sea Gonzalo quien oficie la ceremonia. Mariana y
Gonzalo buscan a contrarreloj pruebas para desenmascarar a Fernando.
Tristán recibe un telegrama de Soledad diciendo que vuelve a Puente Viejo, lo que le tranquiliza mucho pues estaba preocupado de que le hubiera pasado algo. Cuando vuelve, todo el mundo está muy
sorprendido por el gran cambio que ha dado. Parece otra persona, rejuvenecida y feliz, ha vuelto con
ganas de exprimir la vida. Olmo la desea todavía más.
Raimundo pide a Francisca que restituya a Tristán en su testamento, y ella, para probarle su amor,
aceptará. Raimundo está muy enfermo, pero nadie sabe qué es lo que le pasa. Sin embargo, Francisca le
propone que viva con ella y gracias a ello parece mejorar debido a sus cuidados. Sin embargo, Alfonso
sospecha que ella es la causante de la misteriosa enfermedad.
Gonzalo está destrozado por culpa de la inminente boda. Siente que va a perder al gran amor de su
vida. Mariana a su vez va a ver a la persona con la que supuestamente Fernando estuvo la noche de la
violación. Ahí descubre que se ausentó varias horas. Por fin tiene la prueba de que Fernando es culpable. Sin embargo ya es muy tarde, Gonzalo declara a Fernando y María marido y mujer.
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